La Plazeta es un lugar d´encuentro, de juegos y chismes, pa disfrutar y divertirse, p´alparcear y alcagüetiar. Un lugar pa charrar y p´alcontrarse con la gente, con el día a día, un lugar pa to el pueblo ¡y redolada!.
«Cardelina
chuflas al alba
porque dende l´ocaso
soniabas con l´ amaneixer»
- La plaza de mi pueblo
Por el tío Juaner, Juan Barrieras Pueyo, mayoral del dance de Pallaruelo de Monegros.
– Entré un día en Zaragoza
iba por los arrabales
mirándome los deficios
cabía en las catedrales.
-Me salta uno de allí
quisiéndome hacerme la mueca:
“¿A qué no hay en tu lugar
plaza tan grande como ésta?”.
-Y lo agarro del chaleco
y allí l´en hice saber:
“En mi pueblo hay una plaza,
que puedes venir a ver,
d´ancha y larga, no como ésta,
pero de alta…, fácil es”.
«Almendrera tempranera,
adelantas la primavera
con tu flor aventurera»
«Más tardana será
la gabardera
y la mingranera».
En Lanaja comen paja
en Alcubierre salvau
en Lalueza farinetas
y en Sariñena pescau.
«Para cuenta con la boira preta»
(Y en Alcubierre l´en dicen «Güaira»)
S´alcontran dos amigos en a plazeta y l´en dize l´uno al otro:
– ¡Pues al menos tiengo 100 palomas mensajeras!-
– ¡Mensajeras¡-
– No, no t´ensajero.-
A la fresca
- Sabina
Quiteria: -¡Ya t´habras enterau!-.
Sebastián: -¡Ay! ja mia, ¿qui´ha pasau?-.
Quiteria: -Pues la Sabina, que ya se venia venir-.
Sebastián: -¿Qué Sabina? ¿la zagala del José y la María?-.
Quiteria: -No Sebastian, la hija de Antonio de Lalueza-.
Sebastián: -Sí, que vende vino recio qu´hay que aguarlo-.
Quiteria: -No, el que está casau con la Josefa de Castejón de Monegros-.
Sebastián: -¡Ahh! ¿Qué su cuñau tiene un puñau de tierras por las Almunias?-.
Quiteria: -No, uno que tiene un taller de carros en Sena-
Sebastián: -¿Uno que paize abentau, que no enchega ni el trautor?
Quiteria: -¡Qué no, Sebastián! El que digo yo es de casa rica, es güen mozo, emparentau con unos de Senés de Alcubierre.
Sebastián: -¡Pues el Mariano!-.
Quiteria: -¡Qué va! Si ese va más pelau que una rabosa en invierno, no tiene más que cuatro almendreras y alguna colmena por la sierra de Alcubierre-.
Sebastián: -Ya me paizia a yo, mucho farutiar de oliveras, nogueras y manzaneras y no en tiene cosa. ¿Amás festejaba con una de Lanaja?-.
Quiteria: -¡Ufff! Vas mas perdido que el sol d´un día de boira preta, su cuñau corteja con una de Castiflorite, casa el Tozal, que vendieron las tierras a uno de Leciñena-.
Sebastián: ¿Qué su madre es de Grañén y se casó con uno de Robres?
Quiteria: -No, su padre fue pastor en Güerto y se casó con una de Cabosaso.
Sebastián: -No será el Migueler, creo que su familia venía de Pallaruelo-.
Quiteria: -L´agüela de Poliñino y l´agüelo de Valfarta, vivieron unos años en Sodeto-.
Sebastián: -¡Asabelo! cuando m´aiga aclarau la boira ya me s´habrá escampau!!-.
Quiteria: -¡Qué ababol! Asinas podríamos estar liaus to la noche, mia que eres bien duro d´entendederas-.
Sebastián: -Miaja claro m´ha quedau, mañana habrá que continar-.
Quiteria: -Sí, que ya es hora de plegar y prinzipia a refrescar, ya no sé ni que te iba a contar!!-.
Sebastián: -Por cierto Quiteria, al final ¿Quién es la susodicha Sabina?-.
«Presumido ababol
¡que majete!
luces al sol»
Royos, royos…
Royos ababoles.
Le dice un zagal a una andaluza que ha venido a vivir a un pueblo monegrino
– que estás aquí contino?-
– No!, con el Tino no estoy, estoy con el José.-
- Tronada por las Ciquinbajas
La lejanía a veces no significa distancia y en cuestiones de cariño, todo está más cerca de lo que pensamos, o quizá ¿está lejos?. ¡Asabelo!.
Marieta: -¿A que no sabéis que m´han contau!!, a güen seguro que ni us habréis enterau-.
Aurora: -Cuenta mozeta, ¡cuenta!-
Nicolás: -¡Mia que sois alparceras!. Ni remendáis peducos ni zurcís descosidos, asinas vamos de cojón con tanto charrar-.
Aurora: -¡Calla Nicolás!, que eres más pesau y cansino que una mula a encolicas-.
Nicolás: -¡Uurrrr!- Refunfuña Nicolás.
Aurora: -Contina Marieta, contina…-
Marieta: -Pues paice que la pobreta Margarita, que s´alcuentra sirviendo en Barcelona, al sentir que venía tronada a la siña de la casa l´en fue a chemecar-.
Nicolás: -¡Pues si que es miedosa la zagala!-.
Aurora: -¡Ay Nicolás!, que bien te iría morral bien preto, ¡siente y calla!.-
Nicolás: -¡Mujer!, estate tranquila que ya no me sentiras dizir cosa-.
Aurora: -Contina Marieta, contina…-
Marieta: Pues paice que a la siña le´n va ir a dizir que la tronada habría pillau a su padre por las ciquinbajas, ande tiene la güerta, y que ya andaba mui mayor pa chipiarse y como pa pillar un resfriau y caer acatarrau. Que estaba mui apenada por no poder ir a avisarle: -Acabará to chipiau y que no se vaya a esbarizar por algún margüin o s´esbarre atontau por altro camino, ay virgencita de mi vida!-
Aurora: -¡Ay pobreta de Margarita!-.
En estás Nicolás se ríe pero no puede evitar llevarse un inofensivo pizco de siña Aurora.
Marieta: -Al parecer, la siña de la casa, tamién se rió, pero no dudó en tranquilizar a la pobreta Margarita. Pues en cada puesto hace un tiempo diferente, en uno tronada y en otro ventolera, en otro llueve y en otro apedrega. Y si en Barcelona hay mal orache en Sariñena hace sol y güen tiempo-.
En Lanaja comen paja
en Bujaraloz salvau
en La Almolda menudillos
en Castejón los bocaus.
y en Robres un burro asau.
Llegan unos monegrinos a una boda a Lerida y a la entrada del restaurante les dice el portero:
– ¡Andavant!-
a lo que los monegrinos responden:
-¡Pues ande vamos a ir! A la boda!!!!-
(¡andavant! = ¿ande van?)
-
Rujiada
«¡Que nos va a chupir!
la siña Adela con el pozal,
que ha comenzau a rugiar la calle
sin parar cuenta
que teníamos que pasar
y aura quiere escobar
y naide quiere pasar
sin darnos cuenta
ya tenemos nueva calle
de siña Adela y su pozal
y su temible rujiar»
- Natación en Los Monegros
Por los secarrales de Los Monegros
Juan y Josefa querían saber nadar
Y a la balsa del ganau marcharon
dispuestos a hacer natación.
China chana
valoraron la situación
paizia que cubría un poquer
-puede que aiga un metrer, cosa más-.
De primeras se rujiaron
por cuestión de la digestión
y dimpués los pies se mojaron
hundiéndose en el tarquín.
Cuando l´aigua les llegaba al melico
buenas brazadas dieron
sintiéndose en medio del océano
a lo largo y ancho nadaron.
Güen reguelto hicieron, to embarrau
que cuando llegó el pastor
bien les en carrañó
y ascape marcharon
desnudos por los pedregales.
Pero ya podían dizir
el José y la Josefa
que ya sabían nadar
en el inmenso mar de Los Monegros.
- La galleta de Ontiñena
Un fontanero, a una casa de Ontiñena, una avería fue a solucionar. La mujer, como buena anfitriona, muy bien le atendió y un café, generosamente, le sirvió. Ya entrado en faena, entre cacharros y tuberías, la señora, muy amablemente, una galleta le ofreció. El fontanero muy extrañado se quedó, -ya se había tomado el café y ahora con una galleta le venía-, pero por no hacerle un feo, la galleta gustosamente aceptó. La mujer se apresuró y d´enseguida la galleta le acercó. ¡Y cual fue la sorpresa del fontanero! Que aquel día algo nuevo aprendió, pues en Ontiñena galleta le llaman al pozal.
Torrollón: 1. f, Monumento al zaborro, montón de tierra con un zaborro arriba.
El Espabilau
- Cosas del güerto
- El mejor güerto
- Sembrando el pánico
Estos hechos, completamente verídicos, acontecieron en un lugar indeterminado de Los Monegros de cuyo nombre no quiero acordarme, ni nombrar, cuyos personajes son ficticios por miedo a represalias; pues el miedo a aquel suceso aún pervive entre las gentes del lugar.
Paco: -Mia lo que m´han contau:
¡Qué el Manolete ha sembrau el pánico!-
Marieta: -¡Mejor!- Eso no puede ser,
¡Si el Manolete es más manso que un corderer!-
Paco: -Que sí, que es verdad,
¡Qué el Manolete ha sembrau el pánico!,
me lo ha contau aura mismo fulano de casa el Filler-.
Marieta: – ¡Anda, tira!, eso no puede ser
¡Qué el Manolete es como un currusquer de pan!-
Paco: -Que sí, ha cogido el trautor y to al drecho a tirau,
Y en el monte de Cajal ascape el pánico ha sembrau-
Marieta: -¡Serás desustanziau! ¿Querrás dizir que el panizo ha sembrau?-
Paco: -Pues eso, eso mesmo estaba diciendo-
Marieta: -¡Ay Paco! Algún día me matarás con algún disgusto,
Pues no es lo mesmo dizir que ha sembrau el pánico
Que el panizo ha sembrau-.

- A muerto han tocau
Cuando uno muere siempre s´ha sentido, al menos por Sariñena, la expresión ¡Mejor!, una muestra de sorpresa y duelo ante un fallecimiento inesperau. Una expresión ande, sin duda, la entonación resulta imprescindible pa comprender su verdadero significau de condolencia.
La muerte es un asunto delicau a tratar que puede dar malentendidos, y que, tal y como una vez sucedió, a continación queda relatau:
Asinas fue, en un lugar indeterminau de la redolada de Los Monegros, en la tienda de ultramarinos de casa Faustino, en la calle del mercau. Alredol de las diez de la mañana.
Pilara: -S´han sentido las campanas, tocaban a muerto-.
Lorenzo: -Sí, han tocau a muerto-.
Sofía: -¿y sabéis quien ha sido?-
Pilara: -A saber por quién han tocau, ¡asabelo!-.
Josete: -¡Mia quemesió!-
Lorenzo: -No sé, aunque la Maruja últimamente andaba mui fastidiadeta-.
Pilara: -Levaba unos días en cama-
Benito: -A la Angelines eso li han comentau en la panadería, que iguales la Maruja, que ya s´encontraba mui mayor, ¡pobrecita!-.
Pilara: -Pues si, que descanse, que ya s´ha ganau el cielo-.
Sofía: -¡Ay! pobrer de la Maruja, que nos ha dejau-.
Ascape, por la gente del lugar ya s´ha corrido la voz del fallecimiento de la pobreta Maruja, mujer querida por todos y por quien se va mostrando profundo pesar y duelo. Ya s´han enterau por to el lugar y redolada.
Pilara: -¿T´has enterau Paco? Ha muerto la Maruja-.
Lorenzo: -¡Mejor!-
Benito: -¡ha muerto la Maruja!
Sofía: -¡Mejor!-
Pero en estas sucedió que mientras unas mujeres s´alcontraban de charradeta en la plazeta, apareció de repente vivita y coleando la siña Maruja. Se quedaron más blancas que el yeso de L´Almolda.
Maruja: –¡Güenos días!-
Ninguna contestó a la Maruja, quien enseguida exclamo:
Maruja: –¡jibo!, que calladas andáis, y que hubieseis visto un muerto-
¡Qué no! Que no estaba muerta, la Maruja estaba de…
Mentidero: Lugar publico ande s´ajuntan los agüelos a charrar y contar historietas.
- La pizca d´Alcubierre, «Cuando queda la última, nadie la coge».
Quien no se ría ¡Qué sonría! que la vida es humor y ¡adiós a los malos humos!!.
De Albalatillo «pillos» y «rabosos», de La Almolda «botejos», de Bujaraloz «cabezas gordas», de Capdesaso «ganchines», de Grañen «peluchones» y «zorros», de Lanaja «modorros», de Leciñena «tripones» y «tripudos». de Monegrillo «peluchos», de Pallaruelo de Monegros «calvos», de Perdiguera «cucutes», de Poleñino «cucosos», de Robles «ababolicos» y «pelaires», de Sangarrén «puercos», de Sariñena «carnones», de Sena «meloneros», de Tardienta «morrosdoya», de Torralba de Aragón «apiazaus» y «pelaus» y de Villanueva de Sijena «rabosos».
Toponimia Monegrina. Os Monegros, 2011.
¿De Cabosaso Ganchines?
– ¡Asinas izen!, pues paice que con una caña la luna querían pescar, una noche que la luna se reflejaba en la balsa del pueblo.-
– Más bien, ¿No será que son más agarraus y pretos que una caparra?-
-No sé, aura m´haces dudar. Aunque igual ¡Fácil es!-
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En Albalatillo en cada casa un pillo y en casa del alcalde dos.
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En Pallaruelo de Monegros, entre calvos y pelaos ¡estamos apañaos!.
Los pueblos de colonización fueron creados en la segunda mitad del siglo XX. Nuevos pueblos surgieron y llegaron nuevos habitantes a las despobladas tierras de Los Monegros. Sodeto (años 50) en Alberuela de Tubo, Curbe (1959) en Grañen, San Lorenzo del Flumen (1963) en Lalueza, Valfonda (años 50) en Torres de Barbués, Frula (1958) en Almuniente, Cantalobos (1964) y Orillena (1957) en Lanaja y Cartuja de Monegros (1968) y San Juan del Flumen (años 50) en Sariñena.
Las iglesias son una maravilla arquitectónica que simulan el estilo románico, con unas torres campanarios que destacan del conjunto y que nos recuerdan las iglesias romanicas de Boi Tahull. La colonización en Aragón: Monegros I y su urbanística.
«Cuentan las malas lenguas, que recién llegaus las gentes a su nuevo pueblo de colonización, de cuyo nombre no se ha querido citar, los ingenieros les llevaron a ver las nuevas tierras que les correspondían. Una vez vistos los lotes, los ingenieros marcharon dejando a los nuevos propietarios por sus nuevos predios. Pero a la hora de volver s´alcontraron con un grave problema que no tuvo fácil solución. Para aquellos hombres, valientes y aventureros, era la primera vez que estaban por esas tierras y la preta boira les impedía situarse para retomar el camino de vuelta. Los pobres hombres anduvieron y vagaron por sus nuevas tierras hasta que encontraron de nuevo su pueblo, su nuevo hogar. Al pasar los años sus raíces son tan fuertes, que ni el cierzo les hace inmutar, pero esa boira traicionera, nunca nos deja de engañar.»
El Alparcero
En Lanaja preguntaron a un pastor, que había estado por Sariñena, si era conveniente hacer llegar el tren a Lanaja:
– ¡Jose! ¿A tú que te paize que el tren llegue hasta Lanaja?-
– Ni se os ocurra, que el atro día porque venía de frente que si llega a venir de lau me se hubiese llevau con to el ganau. –
Y asinas, por esta cuestión, el tren no pasa por la gran villa de Lanaja. Pues los grandes inventos de la humanidad nunca han sido aceptados a la primera y siempre s´ha necesitau de un periodo de adaptación. Hubo casos de quienes emprendieron a garrotazos contra las primeras televisiones, !eso era brujería!, ver personas dentro de una caja y oír sus voces. Al agüelo Mariano no le gustaba que le mirasen y no quería ver la televisión, ¡ese cacharro era cosas del diablo!. Peor fue lo sucedido con el agüelo Patricio, quien viendo jugar a su nieto con el escalextric, emprendió a varadas a la pequeña locomotora, ¡Aura que es pequeñeta! que si se hace grande ya no podremos con ella.
Diario distópico de Los Monegros, un relato que se desarrolló durante los días de confinamiento por la pandemia mundial del coronavirus durante los meses de marzo, abril y mayo del 2020. Las historias de Elisa y su familia en la sierra de Alcubierre y sus aventuras junto a sus amigos Mallacán y Ratolín.
Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Bujaraloz. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Jubierre. Pero no puedo soportar ver llover en Los Monegros. Todos esos momentos se perderán en el tiempo… como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.