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Juan Alvarado y del Saz


Juan Alvarado y del Saz fue un político liberal y diputado por Huesca, una figura de gran relieve dentro del partido liberal demócrata. Canario de nacimiento, nació en Agüimes, isla de Gran Canaria, en 1856.​ Licenciado en Derecho por la Universidad Central, ​inició su carrera política en las filas posibilistas de su íntimo amigo Emilio Castelar (presidente del Poder Ejecutivo de la Primera República entre 1873 y 1874), del que fue su secretario particular, para luego pasar a militar en el Partido Liberal de Sagasta. Además de ser diputado a cortes, por el partido de Sariñena, alcanzó la vicepresidencia del Congreso en 1901 y 1905, llegando a ser ministro de Marina durante el gabinete del general López Domínguez en 1906 y de Hacienda con el gobierno de Moret en 1909. En 1917 se le asignó la cartera de Estado, durante el ejecutivo de García Prieto. También presidió la Comisión Parlamentaria encargada de estudiar el Expediente Picasso (1922) sobre el desastre de Annual (Gran Enciclopedia Aragonesa).

Alvarado contrajo matrimonio el 25 de junio de 1888 con Ana Cohegen (Diario de Huesca del 25 de junio de 1888). Ana Cohegen fue sobrina de Alejandro Llorente, conservador del partido de Cánovas y ministro de Hacienda, Gracia y Justicia y Gobernación en 1853 y de Estado en 1864, gobernador del Banco de España y del Hipotecario, publicista y orador elocuente; era académico, de la Historia, gran cruz de Carlos III y caballero de la insigne orden del Toisón de Oro (Diario de Huesca del 31 de diciembre de 1901). Ana falleció el 7 de septiembre de 1914.

“Adriana Ana Coghen Llórente Víctima de larga y pertinaz dolencia falleció anteayer en Madrid la excelentísima señora doña Ana Coghen Llórente, esposa amantísima de nuestro amigo queridísimo, exministro y diputado a Cortes por Sariñena don Juan Alvarado. Pertenecía la señora de Alvarado á distinguida familia inglesa y por la afabilidad de su trato, lo relevante de sus virtudes, su cultura y su esmeradísima educación, fue en vida, ejemplar modelo como madre de familia, respetada y querida por cuantos cultivaron su trato en la vida social. Duro es el trance por el que pasa en estos momentos nuestro inolvidable don Juan Alvarado, y acaso fuera superior a sus fuerzas, si no se tratara de un hombre de energías y de voluntad acrisoladas en las luchas políticas. Sírvale de consuelo el pensar que en toda esta provincia tiene muchos y muy entusiastas amigos y adeptos, entre los que tenemos la honra de contarnos, que muy de veras y de todo corazón nos asociamos a su dolor y al de sus hijos” (Diario de Huesca del 10 de septiembre de 1914).

Elecciones 1905

Junto a figuras políticas a nivel nacional como Eduardo Dato, Javier Ugarte o Rafael Gasset, del partido de Huesca como Miguel Moya o del partido de Sariñena como los sariñenenses Joaquín Paraled, Esteban Panzano Llamas o Pedro Basols, el papel de Juan Alvarado fue decisivo en el desarrollo del proyecto general de Riegos del Alto Aragón, obra ampliamente reivindicada y fundamental para el futuro de Los Monegros.

Los comisionados de Sariñena.   El diputado provincial Sr. Paraled, el abogado y propietario de Sariñena Sr. Castañera, y el propietario y secretario del ayuntamiento de Pallaruelo de Monegros, Sr. Jariod, marcharon anteayer a Madrid, a asociarse con el digno y celoso diputado Sr. Alvarado a fin de exponer al gobierno la aflictiva situación de la comarca sariñenense y demandarle amparo para sus grandes necesidades. Los comisionados, con él diputado del distrito, gestionarán a fin de ver si puede colocarse en condiciones de inmediata ejecución el proyecto de trozo de carretera, ya aprobado en el año 1864, que dentro de la provincia corresponde a la sección de la de Bujaralozá Sariñena, en la de Caspe a Selgua.   Diario de Huesca del 7 de junio de 1887  

El proyecto de ley de Grandes Riegos en el Alto Aragón

Félix de los Ríos Martín y José Nicolás Sabater fueron los encargados de la redacción del Proyecto de Riegos del Alto Aragón bajo el encargo de Francisco P. Romañá y Suari, Barón de Romañá. Un proyecto que tuvo sus orígenes a partir del barbastrense Miguel Ravella, quien “sembró el germen del proyecto” en 1885. El proyecto fue materializándose en el Plan General de Canales de Riego y Pantanos de 1902, gracias al Ingeniero  Cleto Miguel Mantecón. Mariano Lacambra  y los ingenieros Joaquín Cajal Losada y Rafael Izquierdo acabaron dándole forma definitiva al sistema de riegos del Alto Aragón.

El proyecto fue aprobado en 1913, tanto técnicamente como económicamente, pero no es hasta el 1 de mayo de 1914, cuando Javier Ugarte, Ministro de Fomento, presentó un proyecto de ley que acabaría con la aprobación definitiva de la ley de Riegos del Alto Aragón, el 7 de enero de 1915.

La aprobación del proyecto de ley de Grandes Riegos en el Alto Aragón, en el Senado, ya generó gran alegría en los pueblos de Los Monegros antes de su aprobación definitiva. Entusiasmo y celebración con volteo de campanas en Villanueva de Sigena, con mención a los señores Cacho, Mairal y Batalla. En Almudébar también jubilo y alegría y cartas de “felicitación a los excelentísimos señores presidente del consejo de ministros y ministro de Fomento, al excelentísimo señor arzobispo de Zaragoza, a don Juan Alvarado y don Máximo Escuer”. En Tardienta “un desbordamiento general de alegría exterioriza el inmenso júbilo que sienten los que ansían de veras esa obra regeneradora”, mientras en Sariñena también las campanas tocaron a placer, sabedores de la voluntad férrea y del valioso triunfo de Alvarado y Moya (Diario de Huesca, 19 de diciembre de 1914). 

Ugarte mantiene una calle en Sariñena, también Gasset y Joaquín Costa, pero la Plaza Alvarado pasó a llamarse de la Constitución con la llegada de la democracia, tras haber sido renombrada del Generalísimo Franco durante la dictadura. Así, su figura ha quedado relegada, pero su obra y lucha por el proyecto de Riegos del Alto Aragón continúa escrita en la historia de esta tierra. De aquella plaza en su honor, la referencia más antigua encontrada corresponde a 1922 con motivo del paso por Sariñena de la compañía militar de Castillejos: “se celebró en la plaza de Alvarado la misa de campaña, después de la que el grupo de Castillejos había de emprender de nuevo su marcha” (Diario de Huesca del 9 de noviembre de 1922). Lo más seguro que se nombrase sobre 1914-1916 a raíz de la aprobación de la ley de Riegos del Alto Aragón y el inicio de las obras tan reclamadas y reivindicadas como solución a la grave crisis que asolaba al sur de la provincia.

Plaza Alvarado, 1960 Sariñena. Autor Casas Portella.
Las canalistas de Lanaja   Las mujeres de Lanaja (Huesca). -500 mujeres de este pueblo se presentan al gobernador. Han recorrido 50 kilómetros a pie, cargadas con sus criaturas. Hambre, angustia económica, situación desesperada. No podrán prolongar su existencia si no comienzan las obras del Canal. Las mujeres de Almuniente. (La misma provincia).Las secundan. «Quedamos enteradas -dicen- del acuerdo tomado por las sin pan de Lanaja, nos ponemos dispuestas todas las canalistas de este pueblo para emprender la marcha el día que nos citen», «porque verdaderamente nos encontramos sin recursos para nuestros queridos hijos, y antes que estos seres de nuestras entrañas mueran de hambre, preferimos morir nosotras en defensa del pan que por ley les pertenece. ¡Ánimo!»; «nuestros hijos están muriendo de hambre y no podemos darles más alimento que nuestras lágrimas de sangre que de nuestros ojos brotan sin cesar.» Los hombres de estas mujeres. -No se habla, se hace. «No gritéis, no habléis, todo se arreglará con ayuda de los caciqutes. Entretanto os morís de hambre, tened preparado el voto que a algún cacique le hará falta». «¡Animo, zona! ¡Álzate airada ante tanta farsa e hipocresía!» España, Seminario de la vida nacional. Número 6, año 1915.  

El 29 de marzo de 1915 comenzaron las obras de la gran obra de Riegos del Alto Aragón, el sueño de Joaquín Costa comenzó a hacerse realidad.  

Juan Alvarado y del Saz fue elegido diputado por la provincia de Huesca en las sucesivas elecciones celebradas entre 1886 y 1923. Ejerció de ministro de Marina entre el 6 de julio y el 30 de noviembre de 1906, ​ en un gobierno presidido por José López Domínguez; entre el 21 de octubre de 1909 y el 9 de febrero de 1910 ocupó la cartera de Hacienda en un gabinete presidido por Segismundo Moret. Volvería a formar parte de un gobierno, en este caso presidido por el conde de Romanones, ocupando la cartera de Gracia y Justicia entre el 11 de octubre de 1916 y el 19 de abril de 1917,​ fecha en la que pasaría a ocupar la cartera de ministro de Estado hasta el 11 de junio de 1917 bajo la presidencia de Manuel García Prieto.

Trabajó por la provincia de Huesca, especialmente por el partido de Sariñena por el que fue elegido. Inauguró el puente de Hierro que cruza el río Alcanadre entre Sena y Villanueva. Fue decisivo en la realización del trozo primero de la carretera de Huesca a Novales a la de Selgua a Ias Carboneras, pasando por Fañanás y Pueyo de Fañanás (Diario de Huesca del 6 de abril de 1915), la carretera de la estación de El Tormillo a Bujaraloz “con un presupuesto de contrata de 185.274,64 pesetas” (Diario de Huesca del 13 de abril de 1915) o la construcción de la carretera de Pertusa a la de Huesca á Robres, en su sección de Pertusa a Sesa (Diario de Huesca del 24 de noviembre 11 de 1915). También influyó en la rebaja de tarifas ferroviarias para los artículos de primera necesidad o en la redificación del templo parroquial de Sesa (Diario de Huesca del 4 de noviembre de 1915).

Juan Alvarado por Luis Herreros de Tejada.

En febrero de 1914 se le realizó un Gran Homenaje en Sariñena al que acudieron amplias comisiones de numerosos pueblos, un reconocimiento a quien, por aquel entonces, llevaba más de veintiocho años de diputado a cortes por Sariñena además de ser hijo adoptivo de la villa. Alvarado llegó de la mano de Mariano Torres Solanot y Rafael Ispa, lo recibieron en la misma estación y por las calles del pueblo sonó la música del regimiento Gerona. Fue agasajado con jotas desde el balcón del Casino donde celebraron un banquete con más de trescientos comensales y presidido por Alvarado junto al alcalde Esteban Panzano, a su derecha, y el diputado provincial Joaquín Paraled a su izquierda. Juan Alvarado era toda una institución.  

Siempre fue un “Huésped distinguido” en sus continuas visitas y así siempre lo reflejó el Diario de Huesca. Manuel Camo Nogués, director y fundador del Diario de Huesca, influyó determinantemente en el triunfo liberal en la provincia de Huesca, siendo decisivo el diario que dirigió. El 9 de marzo de 1914, Alvarado volvió a visitar la villa de Sariñena, volviendo a ser agasajado con grandes honores, esta vez acompañado por el ingeniero Félix Anglada, el alcalde de Sariñena Esteban Panzano, el industrial Juan Basols y el secretario Eladio Loriente. Se reunieron en casa de Sebastián Bruned y su esposa Nieves Encuentra. La velada estuvo llena de intervenciones, primero Félix Anglada animado por Julián Muro Sevilla para luego continuar Alvarado quien “Confesó a los asistentes que este pueblo hasta hoy no le había pedido más que un camino vecinal, cuyas gestiones se hallan ya ultimadas a excepción tan sólo del insignificante trámite del ministerio de la Guerra; y una cantidad para la reparación de la iglesia parroquial, solicitada por el señor cura párroco al que contestó formalizara el expediente, que si así lo hacía, la subvención sería concedida, repitiendo como será si dicho expediente se tramita, dando fin a su discurso con ¡vivas al Canal! Contestando los oyentes ¡viva don Juan!”.

“Próximas las diecinueve, partió para Sariñena el ilustre diputado y séquito, y en las afueras de la población se le demostró por el acompañamiento cariño y adhesión, cantándole una cuarteta una niña de corta edad, en esta forma:

El camino Sariñena

lo tenemos mal y mal;

nos haga la carretera

a usted le pido don Juan.

Diario de Huesca del 10 de marzo de 1914.

La confrontación política sobre los Riegos del Alto Aragón marcó el debate político de las elecciones de 1914, llegando los Canalistas a acusar a Alvarado por abandonar el proyecto de Riegos del Alto Aragón, que entonces se encontraba paralizado, en pro de la guerra de Melilla: “Se les ha hecho ver no sólo que don Juan Alvarado nada ha hecho en favor de los Grandes Riegos, sino que él tiene la culpa de que no han principiado los trabajos del Canal, y que por él continúa la guerra de Melilla. Se les ha inculcado que los ricos de la zona regable no quieren riegos y con este motivo se ha encendido anárquica lucha de clases, desconocida hasta ahora en nuestra provincia” (Diario de Huesca del 22 de marzo de 1914). Debieron ser años complicados hasta su aprobación definitiva y puesta en marcha, tiempos convulsos, de reivindicaciones, de miserias y de perspectivas lejanas que solamente las Grandes Obras de Riegos del Alto Aragón ofrecían solución, trabajo y comida.

“Nada importa que don Juan Alvarado, siendo ministro de Hacienda, pusiera de acuerdo con nuestro bastante llorado jefe señor Camo para ofrecer todos sus entusiasmos a influencias a los señores Romaná o Izquierdo, cuando estos por primera vez dieron a conocer su gigantesca y seductora iniciativa. Nada importa que el referido señor Alvarado y don Miguel Moya redactasen aquella célebre nota que hizo revivir el proyecto y, considerado cadáver, según frase de un canalista enragé. Nada importa tampoco que don Antonio Aura Boronat  provocase aquel almuerzo íntimo con  el malogrado Canalejas, para explicarle detalladamente la importancia de los Grandes Riego; que don Mariano Bastaras pronunciase un discurso en la Alta Cámara para dar estado legal al proyecto; que toda la representación parlamentaria de esta provincia en las últimas Cortes llamase continuamente en las puertas del Palacio Real y de los ministros para exigir, más que suplicar, la salvación de una extensa y empobrecida comarca aragonesa. ¿Qué al canalismo todo esto?”.

El Diario de Huesca, totalmente afín a los liberales, no dudó en defenderlo y hacer ver la aceptación que Alvarado tenía en el sur de la provincia y especialmente en el distrito de Sariñena. Su victoria electoral, contra los denominados “Canalistas”, tuvo gran eco en el diario que no dudó en reflejar la alegría que supuso para su electorado. Es el caso de Marcen y las jotas que se cantaron en su honor, por un grupo de jóvenes entusiastas capitoneados por Mariano Lacasa:

Canal de nuestros amores,

ven pronto, que te esperamos,

y para que no tardes mucho

votamos por Alvarado.

Si el Canal se ha de traer

ha de ser por Alvarado;

si Alvarado no lo trae…

pa días hemos regado.

La jota no sabe á jota

si en la Serreta se canta,

sabe a Canal, carretera,

sabe a Dios y sabe á Patria.

“Los canalistas de los tres distritos de la provincia han pasado a la Historia. El Canal del Alto Aragón ha subido  muchos codos de los que estaba cuando el papel rezaba por el alma de don Juan Alvarado” (Diario de Huesca 11 de marzo de 1914).

Telegrama de Alvarado «Madrid, 2, a las 20,10. Acabo de celebrar una conferencia con el presidente del Consejo de ministros. Ei Gobierno se ocupará inmediatamente de los Grandes Riegos para dar cumplimiento a la promesa hecha en el mes de Junio, promesa que el señor Dato ratifica y reitera” —Alvarado (Diario de Huesca del 3 de octubre de 1914).Alvarado fue un fervoroso defensor de Riegos del Alto Aragón y así lo manifestó en la Asamblea general pro riegos celebrada en Zaragoza el 25 de octubre de 1914: “No se trata de ninguna maniobra de finalidad política, sino de un afán y de un anhelo común encaminado al logro de una sola aspiración, la de redimir a muchos pueblos de la miseria que sufren, del hambre que padecen”.En el congreso participó contrario y censurando la excesiva influencia e intromisión del elemento militar en África.

El 19 de diciembre de 1914 aprobaron un crédito de dos millones de pesetas para las obras de los Grandes Riegos (Diario de Huesca del 20 de diciembre de 1914) “Aprobación del dictamen de la Comisión mixta del proyecto de ley de Riegos en el Alto Aragón. «Madrid, 20, 1,35 m. En este momento votación Senado aprueba dictamen Comisión mixta Riegos — Armiñán.». Por fin, el domingo 29 de diciembre de 1914 el Diario de Huesca daba cuentas de “a las cinco de la madrugada  el Congreso ha votado un crédito de dos millones de pesetas para las obras de los Grandes Riegos. –Moya, Alvarado, Aura Boronat”

Los Grandes Riegos. «Los dignísimos representantes Cortes por esta provincia, los señores Alvarado, Moya y Aura Boronat, dirigieron ayer al presidente de la Diputación provincial, don Manuel Batalla, el siguiente telegrama: Madrid 5, a las 13,60. Ministro de Fomento no regresó hasta anoche a las once, obligando aplazar inauguración obras Riegos hasta ultimar detalles” (Diario de Huesca del  6  de enero de 1915). A Dato le solicitaron la Inauguración de las esperadas obras.

En marzo de 1915, Alvarado publicó en El Imparcial una interesantísima carta en la que, con su gran competencia financiera, se ocupaba de los problemas a que afectaba la situación del crédito patrio. El estado en que se encontraba la Deuda exterior de España, sus garantías la solidez de reputación y estimación de que disfrutaba y cuanto se relacionaba con los prestigios de la Hacienda nacional, en su transcendencia fuera del país, examinado por el insigne economista con lucidez extraordinaria que el Diario de Huesca del 5 de abril 1915 consideró a Juan Alvarado.

Solicitó el indulto de los reos de Benagalbón Diario de Huesca – 22/05/1915.

“Procedente de sus posesiones de Las Pueblas, y con dirección a Madrid, saludamos en la estación de Tardienta a nuestro querido amigo y exministro don Juan Alvarado” (Diario de Huesca 4 de octubre de 1915).

Después de pasar unos días en su hermosa finca Las Pueblas, regresó ayer tarde a Madrid el excelentísimo señor don Juan Alvarado, diputado a cortes por Sariñena y muy distinguido amigo nuestro. En la estación de Sariñena fue cumplimentado el señor Alvarado por infinidad de amigos que le prodigaron una cariñosa despedida.   Los dignos alcalde don Pedro Basóls y diputado provincial don Esteban Panzano acompañaron al ilustre exministro, hasta Tardienta el primero y el segundo hasta Zaragoza.   Al señor Alvarado le enviamos nuestro mus cordial saludo y le deseamos un viaje feliz.   Diario de Huesca del 10 de diciembre de 1917  

Elecciones de 1923

En 1923, Alvarado volvió a ser reelegido por el partido de Sariñena a cortes. De nuevo se celebró el triunfo del diputado liberal, en Salillas con coplas publicadas en el Diario de Huesca del 24 de mayo de  1923.

El partido Sariñena

tiene el mejor diputado,

consiguió muchas carreteras

y luego nos hará el pantano

Ya sabemos que en Monegros

de agua hay necesidad,

por eso también pedimos

se haga pronto el Canal.

También las coplas desde Sesa, Diario de Huesca del 25 de mayo de 1923.

En esta villa de Sesa

las gracias podemos dar,

que reconstruyó la iglesia

y también el campana!.

El puente y la carretera

para ya poder pasar,

y ahora procurará

el pantano de Vadiello

para bien poder regar.

Paralización obras del canal

En 1923 continuaban reivindicando las obras de Riegos del Alto Aragón “Falta hace poner el mayor interés y la mayor constancia por parte de todos porque la situación de la provincia se hará crítica el próximo invierno, si no se consigue dar un impulso fuerte a la ejecución de las obras” (Diario de Huesca 17 de junio de 1923). Desde Lanaja una comisión de vecinos presentó al ayuntamiento una solicitud pro Riegos, describiendo la terrible situación a la que se enfrentaban y exigían su reanudación para dar un futuro a esta tierra y la importancia del trabajo que su construcción implicaba: “Que teniendo en cuenta la triste y precaria situación en que actualmente se encuentra este pueblo por la pérdida de la cosecha, por la falta de lluvia y por la invasión de la langosta, esto lleva consigo la consecuencia de no poder atender a las primeras necesidades de la vida y estamos en el caso de tener que emigrar todos los obreros y la mayor parte de los labradores en busca del sustento de la vida” (Diario de Huesca 9 de mayo de 1923). En el mismo diario se daba cuenta de la celebración de la victoria electoral de Alvarado, donde entonaron las siguientes coplas:

Viva don Juan Alvarado

y viva nuestra bandera,

queremos que ella nos traiga

el agua por esta tierra.

Señor don Juan Alvarado

satisfecho puede estar

que se ha quedado con la acta

que lo querían sacar!

Esperamos con anhelo

a nuestro ansiado canal

el señor Juan Alvarado

el proyecto anunciara.

La sombra terrible de la plaga de la langosta planeó sobre Los Monegros durante mucho tiempo. Pedro Basols, alcalde de Sariñena lo reflejó durante la visita que el ex ministro de agricultura, Amós Salvador Rodrigáñez, exhortando “a todos a que continúen trabajando con todo entusiasmo hasta conseguir la total desaparición de la langosta, plaga que sólo la padecen dos o tres naciones de Europa” (Diario de Huesca del 17 de junio de 1923).

“Sabemos que en muchos campos donde la langosta ha hecho su ovación, se ha roturado ayer y seguirá roturándose hoy. Ese es el camino a seguir sin desmayos ni vacilaciones. ¡Guerra a la langosta! Este debe ser el grito unánime de los labradores alto-aragoneses” (Diario de Huesca del 17 de octubre de 1922).

Anteriormente, ya había ocupado al diputado Alvarado la gran problemática de la plaga de langostas. El 17 de octubre de 1922 se publicó una carta de Alvarado a Manuel Casanova, director de la Estación Patológica Vegetal.

Señor don Manuel Casanova.

Mi querido amigo: En mi deseo de adquirir el mayor número de datos para combatir la plaga de la langosta, he celebrado larga entrevista con el ilustre director de la Estación de Patología Vegetal, a quien como decía en una de mis cartas anteriores, tantos beneficios debe la agricultura española.

La opinión de don Leandro Navarro, se sintetiza en estos términos: «El medio más eficaz para combatir la plaga de la langosta, es el estricto cumplimiento de la ley de Plagas del Campo, y de las demás disposiciones concordantes».

Con relación al gusano aparecido en Aragón, cree el señor Navarro que no debe tocarse ninguno de los sitios en que el gusano se presente con gran intensidad, y en que sea fácil destruir el mosquito de langosta cuando aparezca en primavera. Sin estas dos condiciones, debe labrarse todo el terreno en que la langosta haya aovado. La destrucción de los canutos nunca es completa. A medida que la plaga se desarrolla van presentándose los parásitos que la atacan, los cuales a su vez empiezan a decrecer y de aquí la periodicisidad que se observa en la marcha de la langosta.

Me habló también el señor Navarro, de que según sus noticias, en la provincia de Toledo había producido buenos efectos el empleo del ácido cianídrico, ensayado con resultados admirables para combatir insectos del naranjo, del limonero y del olivo, pero como se trata de un procedimiento muy delicado, que exige en los que lo empleen conocimientos especiales, nada más quiero decir sobre este extremo.

Queda suyo afectísimo amigo, q. s. m. b.,

Juan Alvarado

Alvarado también fue nombrado hijo adoptivo de Alcubierre, Diario de Huesca del 17 de abril de 1923 «Señor: Nuestros antepasados, por habernos vuecencia conseguido las carreteras de este pueblo a Zaragoza, Tardienta y Lanaja y el edificio escolar que nos hallamos ocupando, lo nombraron hijo adoptivo de este pueblo, y hoy, en este hermoso y transcendental acto, sus hijos le reiteran nuevamente su confianza y su más entusiasta y cordial adhesión. EL alcalde, Cesáreo Berdún». Pedro y Jesús Bielsa, cantaron las siguientes coplas:

Nuestros padres te nombraron

hijo adoptivo del pueblo,

y ahora nosotros, sus hijos,

como hermano te queremos.

En el cielo manda Dios

en España Alfonso XIII,

y Alvarado siempre manda

en el pueblo de Alcubierre

Qué brillante está Alcubierre

qué satisfacción tenemos,

se ha podido conseguir

que don Juan viniera a vernos.

Se despide la rondalla

de don Juan y sus amigos,

yo creo que mientras viva

será dueño del distrito.

El directorio del partido liberal, señores del Cacho, Batalla y Maíral, dirigieron al representaste por este distrito don Miguel Moya (Huesca) y Sariñena Juan Alvarado, para alzar su voz en el Congreso y reclamar el auxilio del Gobierno para los labradores que tantas pérdidas estaban sufriendo en esta provincia y recordaban, al mismo tiempo, la necesidad de dar impulso a las obras de Grandes Riegos, no sólo por la importancia de la obra en sí, sino además para conjurar la terrible crisis que se avecinaba a los trabajadores (Diario de Huesca del 18 de julio de 1923).

Alvarado continuó su labor de diputado, de la que seguro fue bastante fructífera. El Diario de Huesca del 4 de agosto de 1923 daba cuenta de su involucración en la carretera de Lalueza a la estación de Poleñino “Conseguir que sea pronto un hecho y vean convertido su pueblo natal en vías de comunicación, tan necesarios para el tráfico local de que hasta la fecha carece, máxime si llega a conseguirse previa fusión de los pueblos de Poleñino y Sariñena, él proyectado camino vecinal que, partiendo de Poleñino, pasando por Lalueza, termine en la estación de Saríñena«.

Fue comisario regio de la banca privada, presentando su dimisión a lo que las entidades bancarias respondieron solicitando, al general primo de Rivera, “que no admitiese la renuncia del señor Alvarado” Diario de Huesca del 3 de octubre de 1923. En 1930 fue nombrado consejero en el Monopolio de Petróleos, Diario de Huesca del 26 de octubre de 1930.

Juan Alvarado y del Saz falleció en Madrid el 1 de junio 1935. Seguro que queda mucho por rescatar de tal insigne figura, esto son retazos de su vida relacionada con la comarca de Los Monegros, algunos obtenidos principalmente de la hemeroteca del Diario del Altoaragón. Sirvan estas líneas para recordar su figura y su impronta en el proyecto de Riegos del Alto Aragón. Una obra que ha marcado la provincia de Huesca, dando futuro a unos a pesar del gran dolor y sufrimiento que causó en muchos pueblos del Pirineo Altoaragonés. Indudablemente, Juan Alvarado y del Saz forma parte de nuestra historia y de nuestra realidad actual.

Junto a Joaquín Paraled Sarrate y Esteban Panzano Llamas, forma parte de un grupo de políticos que en su momento histórico lucharon por sacar de la miseria los áridos y secos campos de  Los Monegros.

Pío Baroja por Los Monegros


«Los Monegros, zona árida, entre arcillosa y caliza, sin árboles, únicamente con matorrales de romero grandes como arbustos. Los Monegros es una región que está entre el Alcanadre, el Ebro y el Cinca. Es un terreno de margas, que en otro tiempo, probablemente, sería un gran lago. Cruzamos el Alcanadre, y pasamos por Pallaruelo de Monegros; la línea de colinas que se ve en el fondo es de la Sierra de Alcubierre».

Así describió Los Monegros el escritor Pío Baroja en 1918. Desde Huesca, tras pasar por Tardienta, Pío Baroja alcanzó Sariñena apeándose en su vieja estación ferroviaria en compañía de Felipe Alaiz, periodista y escritor anarquista natural de Belver de Cinca, y Salvador Goñi, joven periodista. Viajaban también junto a Rafael Sánchez Ventura y el pintor Viladrich, quienes continuaron su viaje en tren.

Tras apearse en la estación, los tres viajeros comenzaron su recorrido a píe hasta Sariñena, distante a unos tres kilómetros. Aún de noche, a la luz de las estrellas, vieron como se alejaba el tren como uno topo luminoso al pasar por unos bosquecillos. Hablaban de política y literatura, descubriendo un paisaje que les evocaba al campo castizo español, recordando el romance del conde Carlos “Media noche era por filo; Los gallos querían cantar; Conde Claros por amores, No podía reposar”.  

-¿Quién es el tal Baroja?- Preguntó el gobernador de Huesca cuando en 1918 un escritor, metido a político, realizó un viaje por España que le llevó por tierras altoaragonesas con la pretensión de presentarse a las elecciones por el distrito de Fraga. – ¿Algún periodista?. «¡Haga usted treinta tomos para que no le conozcan ni siquiera de nombre, termina diciendo Azorín con melancolía»-(Excursión electoral de Pío Baroja a Fraga. Chus Tudelilla).

Pío fue una figura de la generación del 98, un escritor y literato relevante en la España convulsa de principios del siglo pasado. Su más desconocida faceta política estuvo llena de ambigüedades y madurando hacía un conservacionismo que le alejó de figuras clave como Valle Inclán, Antonio Machado o Azorín, con quien compartió militancia en partidos revolucionarios. Además, Baroja mantuvo cierta rivalidad con el gran aragonés Joaquín Costa, así, que en esta tierra de liberales y canalistas, poco tenía que rasgar.

Llegados a Sariñena encontraron un aldeano que les indicó la posada. Se la mostró en seguida, -a mano derecha, un caserón grande y amarillo-. Allí les atendió un hombre con un pañuelo en la cabeza y aire de pocos amigos, también apareció una moza y el amo de la casa, un hombre rechoncho y bajito, en camiseta y con los pantalones desabrochados.

Se alojaron en Fonda Casañola, regentada por Jorge Casañola Casabón, que luego pasó a ser Hotel Anoro y actualmente Hotel Sariñena. Aquella comitiva electoral pasó la noche en la fonda, despertándose pronto al día siguiente, a las seis de la mañana. Pío ya no podía dormir, por un lado el frío y por otro el mal olor del colchón. Baroja, Alaiz y Goñi almorzaron un huevo frito y pan. El vino clarete les resultó muy bueno.

En la posada de Sariñena, junto con Felipe Alaiz, Baroja desayuna de tenedor: un huevo frito, con pan para mojar en la yema. (En aquella época los huevos fritos eran un apetitoso tentempié. Sápidos, medio coruscantes por estancia breve en el aceite-aceite.)

Noticias de poca monta. De los Monegros. Domingo 11 de julio de 1971.

«El pueblo es bastante grande, con calles anchas; las casas son pequeñas, bajas, amarillas, hechas de adobes. No se ve apenas un escudo en la fachada». Los viajeros tuvieron que continuar el viaje, estaban de paso, buscaron un carricoche para viajar y al final acabaron subiéndose a la tartana del correo tirada por un burro grande. El tartanero les aceptó de casualidad, pues no solía llevar a pasajeros de la posada, pues mantenía cierta enemistad con el dueño de ella y con el que curiosamente mantenía parentesco. El tartanero se llamaba Blas quien, antes si quiera emprender el viaje a Castejón de Monegros, se apeó en un bar para tomar una copa. Al regresar a la tartana una vieja le exclamó: -¡Adiós Petiforro!-

Desde Sariñena se trasladaron a Castejón de Monegros, en la tartana conducida por Petiforro, que cubría el viaje hasta Candasnos.

Subasta de Correos

Debiendo procederse a la celebración de una subasta para contratar la conducción de la correspondencia pública en carruaje desde la oficina de Correos de Sariñena a la de Candasnos, bajo el tipo máximo de 5.000 pesetas anuales y demás condiciones del pliego que está de manifiesto en la Dirección general del ramo, en los Gobiernos civiles de Zaragoza y Huesca y en las oficinas de Correos de estas capitales y en las de Sariñena y Candasnos, se advierte al público que se admitirán las proposiciones en dicha Dirección general, y en los Gobiernos civiles citados hasta el día 4 del próximo octubre a las cinco de su tarde, y que la apertura de pliegos se verificará en la repetida Dirección general el día 9 del mismo mes octubre, a las doce de su mañana.

Diario de Huesca 11 de septiembre de 1899

Baroja toma cumplida nota, casi taquigráfica, de todas las procacidades que brotan de la boca de Petiforro: “hombre mal hablado a más no poder”. Al parecer, Baroja reprodujo todo el repertorio en su reportaje, aunque “En las Obras completas de Pío Baroja, y con muy buen acuerdo, ha sido suprimido todo aquello” (Noticias de poca monta. De los Monegros. Domingo 11 de julio de 1971).

Pío Baroja por Los Monegros

Así fue, las impresiones del viaje de Baroja por tierras aragonesas quedaron recogidas en su obra “Las horas solitarias”. Un libro de viaje, de su visión “la actualidad de una persona en un tiempo, es decir, a la representación de la vida ambiente en mi conciencia en el momento que pasa”. Aunque no es así para el estudioso y erudito monegrino Antonio Beltrán, pues sin tapujos señala de modo que, a la hora de analizar testimonios literarios, será preciso saber lo que cada escritor pone de su cosecha y como falsea la objetividad de los hechos. “Conocí al Petiforro y la descripción barojiana no casa con lo que recuerdo; viajé en la tartana hasta Bujaraloz, antes de que se pusiera una desvencijada camioneta-autobús, y no la tiraba un burro, sino una potente y hermosa mula. Lo que sí es verdad es que poseía un rosario nada piadoso de imprecaciones, por las que pedía perdón cortés y previamente a los viajeros explicando y justificando: «Si, no es así la mula no anda»” (Papeles y cosas de Sariñena, mi pueblo. Antonio Beltrán. Diario del Altoaragón 10/08/1992).

Al Petiforro le dedica todo un capítulo Baroja y lo llama “Troglodita”, un término que Unamuno, por aquel entonces, usó de forma continuada. Baroja lo describe como un hombre de unos treinta años, con “los pómulos salientes y puntiagudos, aire mongoloide, los ojos como de cristal azul, la nariz corta y el pelo tirando a rubio”. Además, recoge algunas de sus numerosas blasfemias:

-¡Me c… en la campanilla del viático!-

-¡Me c… en las entrañas de un gato!-

-¡Me c…  en la col flor que ganas!-

-¡Me c…  en el pichorrico de las monjas!-

Lo describe entre “una mezcla de barbarie y deseo de civilización un poco extraño”, lo convierte en todo un personaje. Lo bueno que Baroja recoge su forma de hablar, especialmente cuando le explica que él ya no va a aprender ni a leer ni a escribir: “No. Porque con la gana que tengo de aprendel se me va la cabeza y paice que me va a dal un soponcio”.  “Mi padre, de chico, me colgó de los pies, exclama. ¡Me c… en Dios!. Así tengo yo tan mala leche”, Petiforro le cuenta a Baroja su vida y su paso por la cárcel donde estuvo a los diecisiete años “por haber pegado a uno una cuchillada”. “¡Me c… en la hostia!. Si no fuera por mis hijos ya estaría yo en presidio”.

Baroja describe al Petiforro con ciertos aires de soberbia, con cierto tono burlesco y despectivo, quizá buscando dar una imagen desvirtuada que construyese su novela más que hacer honor a la verdad. “-Porque, ¡Qué sé yo! –dice-. Quizá tire yo más a cobarde que a valiente. ¡Admirable Petiforro!, extraordinario Troglodita, que tienes un momento de introspección curiosa!”.

Pero sirvan de homenaje

estos mal trazados versos

para aquéllos que en su época

desgranaron mil esfuerzos

en hacer la vida amable

manteniendo aquel comercio

sencillo y sin pretensiones

de tartana, mula y perro.

 Eran chente muy valiente

y de muy frugal sustento.

Como muestra, “Petiforro”,

de Monegros carretero,

hombre nervudo y curtido

 y de tan grandes arrestos

que al “vulcar “un día el carro

y quedar debaixo preso,

sólo decía furioso

a quienes le socorrieron.

 -Aaayyyy … Santo Cristo!,

 ¡La bota que está debaixo o tablero!

Carramateros, por Pedro Lafuente. El Romance, Diario del AltoAragón – 15/06/1997.

 «Mientras Petiforro nos cuenta sus cuitas, vamos entrando por los Monegros, zona árida, entre arcillosa y caliza, sin árboles, únicamente con matorrales de romero grandes como arbustos. Los Monegros es una región que está entre el Alcanadre, el Ebro y el Cinca. Es un terreno de margas, que en otro tiempo, probablemente, sería un gran lago. Cruzamos el Alcanadre, y pasamos por Pallaruelo de Monegros; la línea de colinas que se ve en el fondo es de la Sierra de Alcubierre». Poco hay que contemplar, sentencia Baroja, quien prefirió continuar hablando con Petiforro, pues le gustaba gritar al conocido “¡Desgarrau!”. Baroja no descubre el paisaje, va de paso.

En Castejón de Monegros buscan al primer agrario para entregar una carta del señor Borruel, al final la entregan en el ayuntamiento, donde cuestionan la carta de Borruel y le dicen, con desconfianza, que no lo van a apoyar en las elecciones.

Retoman el viaje en la tartana, con una mujer que va a Bujaraloz, “una vieja de cara muy fina”.

En La Almolda entran en “una hermosa” posada para comer, les llevan al corral donde hay ramas de sabina secas para quemar como leña. “–La gente —dice Baroja— habla castellano, pero de lejos da la impresión de que hable en catalán”. Comieron bastante bien, en un comedor muy oscuro, con una pequeña ventana tapada con una cortina roja. “En La Almolda, don Pío abandona la partida, renuncia a presentarse para diputado” (Noticias de poca monta. De los Monegros. Domingo 11 de julio de 1971 A. P. Forisco).

Continúa la comitiva hacía Bujaraloz donde se apea la señora mayor de Castejón de Monegros. En Peñalba entregan la segunda carta de recomendación del señor Borruel y prosiguen su viaje a Candasnos, advertidos por el Petiforro “Si no tardan ustedes mucho les esperaré”.  Dejan Peñalba y, a unos cuatrocientos metros del pueblo, Goñi habla con un joven del pueblo: “El joven le dice que allí Borruel no tiene ningún voto, y que todos votarán al candidato monárquico porque les ha llevado abonos y máquinas agrícolas. -¿Así que no hay ninguna probabilidad?- le pregunto yo. –Ninguna. Pero quédense ustedes-“.

Les alcanza la tartana de Petiforro y continúan a Candasnos “El burro de la tartana ha tomado un trotecillo, con el que va tragándose el camino”. El Petiforro les cuenta un cruel crimen que sucedió en Candasnos. Llegaron al anochecer, el Petiforro guardó la tartana en un cobertizo enorme “que servía antes para las diligencias que iban de Madrid a Barcelona y pasaban por este pueblo”.

-¡Me c… en Dios!

-¡Me c… en la Virgen del Pilar!

-¡Me c…  en la col flor que ganas!

-¡Me c…  en el pichorrico de las monjas!

“-Ese Petiforro, ¿es tan temible?- Le preguntamos. -¡Ca! Si es un gallina. Siempre está comiéndose los hígados de todo el mundo y luego es un blanco”.  En Candasnos le Informan de cómo van allí las cosas electorales “-Aquí hacemos pucherazo”, le dicen a Baroja. “¿Y qué es eso?. -Pues que no vote nadie de los que constan en el censo y se meten en la urna los votos que se desean a favor del candidato preconizado por el cacique”.

«Hay una desolación trágica en el sol, que cae de plano sobre esta llanura. No hay árbol, ni un regato; piedras, estepas…» Pío Baroja, Las horas solitarias. De Fraga se trasladan a Lérida Baroja y sus amigos. Hacen el viaje en otra tartana. Empieza a salir el sol; se ve el campo y los árboles cubiertos de escarcha.

“Llueve poco en los Monegros. La escasez de agua resulta, algunos años, muy aguda y acuciante. Tanto, que en ocasiones, en los Monegros recurren a cambiar, toma y daca, tonel de vino por tonel de agua” (Noticias de poca monta. De los Monegros. Domingo 11 de julio de 1971. Quedan atrás Los Monegros, quizá lugar de paso. «Hay una desolación trágica en el sol, que cae de plano sobre esta llanura. No hay árbol, ni un regato; piedras, estepas…» Pío Baroja. Las Horas solitarias.