
Paisaje estepario de Los Monegros
Los Monegros pertenecen al viento, al cierzo que irreverentemente sacude al desprovisto horizonte, al azul cielo donde se mecen las nubes y a la fría noche donde brotan infinitas estrellas y una siempre imperita Luna nos adolece en una profunda soledad. Los Monegros pertenecen al aire.
Los Monegros pertenecen al sol, a aquel ente que implacable domina la tierra y la vida. Astro que forja el solitario y agreste paisaje monegrino, que contempla impasible el devenir del tiempo, inmutable, esclareciendo un cielo que juega a sutiles matices y arriesgados contrastes que cada atardecer arden en el cielo y que, al canto de la cardelina, brillan al nuevo amanecer. Los Monegros pertenecen al fuego.
Los Monegros pertenecen al polvo, al basto, árido y seco territorio. A la sal, al yeso y al mallacán, a la arena que juega a formas imposibles, a torrollones que retan la gravedad con su pétrea esencia que desafía su erosiva naturaleza. Tierra de escamas, piel que se agrieta gritando a la sed siempre tan presente. Los Monegros pertenecen a la tierra.
Los Monegros pertenecen a la lluvia, a la caprichosa y huidiza agua, a la lluvia esquiva y ausente y a la boira impenetrable que nos envuelve en invierno. A la sed, a la balsa, al pozo profundo que arrebata a los abismos la virtud de la vida. Los Monegros pertenecen al agua.
Los Monegros pertenecen al mundo, al universo, a la madre naturaleza. Y su gente queda en el tiempo, aquel que a veces parece detenido, en nuestra memoria, tradiciones, cultura y esencia.
Hogar y paisaje, singular belleza que se ha de saber mirar, tremendo latir que se ha de saber sentir, silencioso suceder que se ha de saber vivir.
Os monegros, marzo del 2017
El naturalista aragonés Jordán de Assó decía que Los Monegros eran así llamados porque antiguamente estuvieron tan poblado de pinos, y sabinas, que a los que miraban de lejos les parecía un monte oscuro y cerrado. No obstante, la sierra de Alcubierre, siempre aparece como una franja oscura en el horizonte, entre la aridez de la tierra y la claridad de los cielos. La sierra responde a esos montes negros que destacaban y destacan en el horizonte y que ha dado nombre a este territorio seco. José Beulas captó perfectamente la esencia de los Monegros en su óleo Monegros, su profundidad y magnitud.
El arabista, historiador y académico de la Historia español Joaquín Vallvé Bermejo delimitó a Los Monegros como el territorio comprendido por los ríos Gállego, Ebro, Cinca y Alcanadre y que localizaban desde Pina de Ebro y Sariñena hasta cerca de Fraga (Vallvé Bermejo, 1989).
Actualmente se encuentra delimitado por el Decreto Legislativo del Gobierno de Aragón 1/2006, de 27 de diciembre, comprendiendo los municipios de : Barbués, Sangarrén, Torres de Barbués, Senés de Alcubierre, Tardienta, Torralba de Aragón, Robres, Leciñena, Alcubierre, Perdiguera, Farlete, Lanaja, Monegrillo, La Almolda, Castejón de Monegros, Bujaraloz, Albero Bajo, Grañén, Poleñino, Lalueza, Alberuela de Tubo, Capdesaso, Huerto, Almuniente, Castelflorite, Albalatillo, Sariñena, Sena, Villanueva de Sigena, Valfarta y Peñalba.

José Beulas, Monegros 2003. Óleo sobre tela. CDAN.
«Los Monegros, en donde no viven ni los pájaros». Viajes Regios. Correspondencia de España, 24 de agosto de 1903.
El medio ambiente en Los Monegros
Entorno es el medio, nuestro hogar y nuestro hábitat que transciende a lo cultural. Lugar en Aragón es pueblo: iste ye o mio lugar, a mia tierra, a mia fabla… Mi lugar es mi entorno, la rabiosa aridez monegrina, los secanos de cebada y trigo, los extensos campos de panizo en el regadío y la güerta, el monte con olor a romero, ontina y tomillo; las saladas, los torrollones, los yesos, la sierra de Alcubierre y Sigena… y sus gentes. Mi lugar es el mundo y Los Monegros mi entorno.
Hablar de Los Monegros es hablar de desierto, de una tierra calcinada por el sol, de gentes que tienen que contar y administrar hasta la última gota de agua… Pero es también una región donde se encuentran suelos profundos de textura limo-arcillosa de origen continental, generados en condiciones meteorológicas muy distintas de las actuales, capaces de producir grandes cosechas si gracias al aporte de agua, se les restituyen algunas de las condiciones ecológicas necesarias para el desarrollo de la vida vegetal.
La experiencia dice que en los años de abundantes lluvias las cosechas son mejores, pero en caso contrario, pueden llegar a perderse por completo. Y esto pasa dos años cada cinco, debido a la irregularidad climática del valle del Ebro. Esto es lo que explica la necesidad de regadíos que tiene los Monegros.
A. Higueras Arnal, prefacio de su monografía sobre Los Monegros, 1982.
Artículos sobre el medio ambiente.
- Adiós Los Monegros, adiós.
- Ángel y Jesús, memoria viva de la sierra de Alcubierre.
- Avutardas por Los Monegros.
- Adormidera.
- César Pedrocchi Renault.
- Descubriendo el monte de Lanaja.
- El sabinar de Pallaruelo de Monegros.
- Francisco Amador Mene y Rosa Lacambra Taira.
- Geología de Los Monegros.
- Javier Blasco Zumeta, el gran amigo de Los Monegros.
- Jubierre, un relieve único.
- La laguna de Sariñena.
- La plaga de langosta en Los Monegros.
- La sierra de Alcubierre.
- Las sabinas de Los Monegros.
- Los bosques de Los Monegros.
- Repoblaciones en la sierra de Alcubierre.
- Río Alcanadre.
- Sierra de Alcubierre, consideraciones.
- Sierra d´Alcubierre.
«Los Monegros, zona árida, entre arcillosa y caliza, sin árboles, únicamente con matorrales de romero grandes como arbustos. Los Monegros es una región que está entre el Alcanadre, el Ebro y el Cinca. Es un terreno de margas, que en otro tiempo, probablemente, sería un gran lago. Cruzamos el Alcanadre, y pasamos por Pallaruelo de Monegros; la línea de colinas que se ve en el fondo es de la Sierra de Alcubierre».
Pío Baroja, Las horas solitarias (Pío Baroja por Los Monegros).
Artículos publicados en el portal de Proyecto Monegros.
«Como don Quijote, he de cruzar los Monegros, esta tierra tan temida como hermosa por más que muchos no entiendan su particular belleza. Para entenderla (para aceptarla, quizá, mejor) hay que dejar a un lado los prejuicios y abrirse a unas perspectivas de las que el verde, monopolizador de las riberas del Ebro y sus afluentes, ha desaparecido del todo dejando sitio a los ocres, a los grises calcáreos, a los pardos, a los blancos, incluso, de tan quemada como está la tierra en determinadas zonas.»
El viaje de Don Quijote, por Julio Llamazares.
Os Monegros

Detalle de Sisallo
Los Monegros (Os Monegros en aragonés) ha sido lugar de paso a mitad camino entre Madrid y Barcelona. Una tierra de secarrales y de yermos, de montes desnudos y suelos de yesos y sales, un desierto sin agua y sin futuro. Una falsa percepción que ha llevado ha despreciar un ecosistema singular y único, con una riqueza excepcional con más de 5.4000 especies documentadas.
En la otra parte está Chernuble de Monegro. Sus flotantes cabellos le llegan hasta el suelo. Se dice que en la tierra de donde éste procede. El Sol no brilla nunca, tampoco el trigo crece. Ni nunca cae la lluvia, ni se forma el rocío y no hay ninguna piedra de otro color que negra. Otros dicen también que los diablos allí moran.
Anónimo. Chanson de Roland (s. XII).
Los Monegros se encuentran en plena depresión del Valle del Ebro y son atravesados por la gran espina dorsal forestal de la sierra de Alcubierre. En la parte norte predominan los cultivos de regadío, transformados a mediados del siglo veinte gracias, principalmente, al canal de Monegros. Mientras que en el sur monegrino los cultivos son de secano donde podemos encontrar paisajes puramente esteparios y las extraordinarias saladas, ecosistema excepcionales de gran valor natural y ecológico.

Sabina monegrina
Morfológicamente es en el mioceno cuando se forma el valle del Ebro, con procesos erosivos de drenaje y su posterior sedimentación. (Geología de Los Monegros). Los suelos son de materiales detríticos finos (areniscas, margas y arcillas) y evaporíticos (calizas, yesos y halitas). Es un territorio árido, de escasas precipitaciones debido a las «sombra pluviométrica» que causan las cordilleras pirenaica e ibérica. La erosión produce barrancos que hacen de drenaje muchas veces hasta el llano donde mueren por evapotranspiración y percolación. Los cauces, que fluyen por monegros, son el Alcanadre y sus afluentes el Guatizalema y el Isuela (Flumen). (Ríos de Los Monegros).
El clima se define por escasas e irregulares precipitaciones (media de 400mm anuales), con predominio de un régimen térmico extremado, que con las heladas y boiras (nieblas) invernales, causan una gran oscilación anual. El anómalo balance precipitación-evapotranspiración, junto a la elevada frecuencia del viento (más dominante el cierzo que el bochorno) , que aleja precipitaciones y provoca fuerte insolación, se clasifica el clima monegrino como árido.
«No encontramos paja ni para albardar las judías»
Inscripción en la aldea del medico, Lanaja, ante la gran sequía de 1952.

Javier Blasco Zumeta
Los Monegros es un ecosistema único, de gran biodiversidad y abundantes endemismos. Su protección y conservación viene reclamada por la comunidad científica, reflejada en el «Manifiesto científico por Los Monegros», impulsado por Javier Blasco Zumeta, el Gigante de Los Monegros. Javier es un gran estudioso, investigador y conocedor de Los Monegros. En el 2016, desde «Os Monegros», se le ha reconocido su encomiable labor, agradeciendo, muy especialmente, su participación en en los actos de conmemoración del décimo aniversario de «Os Monegros», con su conferencia «Las aves de Los Monegros». ¡Muchas gracias Javier!.
Tente, perro, que no quiero
que te vayas al Siscal
a comer salobre verde,
que estás hecho un animal.
Coplilla de Leciñena.

Salada de La Playa, Bujaraloz.
Las saladas de Monegros son un conjunto de humedales salinos de interior, asociados al endorreísmo y a la aridez. Tal y como lo describen en el estudio «Las saladas de Monegros y su entorno, hábitats y paisaje vegetal», Están íntimamente ligadas a aguas subterráneas salinas y vertebran hábitats naturales y seminaturales de gran valor ecológico donde hay especies que encuentran en este territorio uno de los últimos bastiones en su área de distribución. La transformación a regadío de las tierras suponen una sería amenaza de destrucción de las saladas. Sin duda, su destrucción será la perdida de un ecosistema único, una perdida de incalculable valor.
Uno de los nichos biológicos más desconocidos de los Monegros son los lagos salinos poco profundos, conocidos como «saladas», ecosistemas que solo hallan equivalentes en zonas remotas de Asia y de África.
Sociedad Entomológica Aragonesa.
Los ambientes extremos esconden una gran riqueza de microbios de tipo extremófilo, capaces de vivir en condiciones imposibles para otros seres (Hallada biodiversidad insospechada en los lagos salinos de los Monegros). En el 2013, investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), descubrieron una gran biodiversidad microbiana en las saladas monegrinas, Un ecosistema único en Europa, donde hasta el 35% de la vida detectada pueden ser nuevas especies.
Fue la acción combinada del agua y el viento, al disolver primero el agua un estrato de yeso, generando así una pequeña depresión, que luego ampliaron los fuertes vientos – cierzo y bochorno – que soplan en el Valle, la que dio lugar a las lagunas.
Los Monegros, es todo un territorio natural por conocer, descúbrelo!!.
Un Mayoral de Sariñena decía:
Los Monegros ya no son lo que eran. Era una tierra de secano. Cuando ibas a una casa no te preguntaban si querías comer, sino si querías beber. De aquí a Castejón de Monegros hay 26 km, pero desde que dejas el Isuela no encuentras ni una sombra ni una fuente antes de llegar a Castejón. Hoy, con los coches, no hay distancias, pero cuando se hacía el camino en mula cargado con harina, o trigo, o lana, y no quedaba agua en la cantimplora ni vino en la bota, llegabas agotado.
Jeanine Fribourg.
Ocres y tonalidades pardas se extienden escapando del trazo del pincel, dibujando intricados barrancos y veleidosas cárcavas, laberintos donde perderse en una tierra “dura y salvaje” de rabiosos secanos de cereal. Sabinas, estoicas sabinas que permanecen erguidas sobreviniendo a los hombres y mujeres de esta tierra oscura, de montes negros y luces caprichosas que abarcan más allá de la inmensidad. Hondas raíces que se adentran en las entrañas compactas de la tierra, escribiendo la historia y la memoria de la sed. Carrascas, ontinas y sisallos, romeros y tremoncillos, albardin que agrieta las manos y ababoles que lucen en primavera.
Os Monegros
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