Archivo por meses: abril 2019

Pueblo: Castejón de Monegros


Castejón de Monegros es un hermoso pueblo de Los Monegros. Aparece entre los secanos a los pies de la sierra de Alcubierre, resaltando su característico castillo cisterciense del siglo XIII. Por sus calles se encuentra una gran riqueza arquitectónica y Castejón de Monegros bien podría ser el “Albarracín” de Los Monegros. Pero la despoblación y el abandono impiden su conservación, produciéndose la desaparición de su rico patrimonio. Castejón de Monegros cuenta con 531 habitantes, soportando un fuerte descenso desde su máximo de 1.530 habitantes en 1960. Actualmente presenta una densidad de 3,19 hab./km², con un índice de viabilidad demográfica de menos dos, Castejón de Monegros ha perdido en los  últimos sesenta años el 65,36% de su población.

Castejón de Monegros (2)

Castejón de Monegros. Fotografía Adolfo García Serrate.

A través de jóvenes de la localidad conocemos su visión e inquietudes sobre la vida rural. Una perspectiva joven para reflexionar sobre el presente y futuro de nuestras localidades, una serie de entrevistas enmarcadas en la serie “Pueblo” de la iniciativa cultural “Os Monegros”. Gracias al IES Sabina Albar de Bujaraloz y muy especialmente a Chusé Rozas Auría por ayudar a hacer posible este proyecto.

Natalia Luzán Asín

Natalia Luzán (3).jpg

  • IES Sabina Albar de Bujaraloz.
  • Curso: 4º de la E.S.O.
  • Localidad: Castejón de Monegros.
  • Libro: Desconocidos.
  • Música: Michael Jackson.
  • Película: Titanic.
  • Deporte: Futbol.
  • Equipo: Real Zaragoza.
  • Aficiones: Salir con los amigos.

A Natalia le gusta mucho más el pueblo que la ciudad “Es mucho más tranquilo, la ciudad es más estresante y en el pueblo hay mucha más libertad”. Sí, a Natalia le gustaría quedarse a vivir en Castejón de Monegros y, aunque aún no tiene decidido que estudiar, lo más probable es que acabe marchando a Zaragoza a continuar los estudios.

Le gusta mucho andar por el campo, ir a pasear con su perro, ir por la fuente madre… “Lo malo de un pueblo es que no hay muchas actividades, hay tardes que no sabes ni lo que hacer”. A menudo va a Zaragoza, es socia del Real Zaragoza y también muchas veces va de compras.

Lo más representativo de Castejón de Monegros es santa Ana, el Castillo y la fiesta de verano para santa Ana. Además, Natalia es danzante “El dance representa mucho al pueblo y es muy antiguo”. También a Natalia le gusta mucho la fiesta de nochevieja “Es más familiar, para la gente del pueblo”.

Le gustaría que hubiese un campo de fútbol en Castejón de Monegros, el actual es de tierra, “Pero bueno, tampoco hay gente en el pueblo”. A Natalia le gustaría jugar en un equipo de futbol femenino.

Se siente monegrina “Los Monegros es un desierto” y es una enamorada de Jubierre donde van de romería para san Miguel.

La vida, respecto a sus abuelos, la ve muy diferente:“La forma de trabajo y cuanto trabajaban no hay comparación con ahora, antes se quedaban a dormir en el monte, eso ¡si lo tuviera que hacer ahora!”.

“Hace falta trabajo, sino mal”. La gente se va a la ciudad y a Natalia no le gusta que cada vez haya menos gente “Una pena”.

 

Fotografías: Adolfo García Serrate.

Mario Nicolas Rosas

Mario Nicolas (2).jpg

  • IES Sabina Albar de Bujaraloz.
  • Curso: 2º de la E.S.O.
  • Localidad: Castejón de Monegros.
  • Libro: El relato de carlota.
  • Música: Reguetón.
  • Película: Campeones.
  • Deporte: Futbol.
  • Equipo: Real Madrid.
  • Aficiones: La caza.

Mario es un enamorado de la vida de pueblo y ¡cómo no!: de su pueblo: Castejón de Monegros. El pueblo es tranquilidad frente a la ciudad “¡Qué resulta muy agobiante!”. Lo bueno del pueblo son las piscinas, el monte, las casas… «además en el pueblo casi todos nos conocemos». Mario sólo pone una pega a los pueblos, no le gusta que la gente de afuera se meta en los asuntos de los demás.

Mario quiere estudiar un grado de agricultura en Caspe y forjar su vida ligada a la agricultura, trabajar las tierras junto a su padre, en Castejón de Monegros. Para Mario lo más singular de Castejón de Monegros es el Castillo, santa Ana, la tradicional romería a Jubierre para san Miguel y las fiestas de santa Ana: “Se va a la ermita con los tractores, con el dance y el diablo”. A Mario le gustaría que en el pueblo hubiese un pabellón de deportes y alguna tienda más.

Se siente monegrino, le gusta “El paisaje y como somos los monegrinos: de cabeza dura, tozudos pero buena gente”.

Antes se vivía mucho peor, para fregar tenían que ir al pantano de las tejerías a buscar agua «Todo el día trabajando, el trabajo era más duro, cuando cosechaban iban a hoz».  Sobre la despoblación, Mario lo tiene también bien claro: “Hace falta más trabajo, más tierras de regadío… casi toda la gente se va porque no tiene trabajo”.

Continuará…

Pueblo: Peñalba


Peñalba fue un lugar estratégico en el camino de los Fierros, antigua Vía Imperial Romana que unía lIerda (Lérida) y Celsa (Velilla de Ebro). Peñalba era donde se bifurcaba la antigua vía en su atajo hacía Cesaraugusta (Zaragoza) por Bujaraloz y donde las abundantes balsas abastecían de agua a los viajeros y transeúntes. Ahora, es la nacional II la vía que atraviesa el municipio, ahondando en esa impresión que Los Monegros es lugar de paso. Peñalba es un pueblo lleno de vida que presenta una población de unos 622 habitantes, respondiendo a una densidad de 3,97 hab/km², una población que ha sufrido un fuerte descenso demográfico desde que en 1910 contase con 1.329 habitantes; actualmente su índice de viabilidad es de menos uno.  

Peñalba (3).jpeg

A través de jóvenes de la localidad conocemos su visión e inquietudes sobre la vida rural. Una perspectiva joven para reflexionar sobre el presente y futuro de nuestras localidades, una serie de entrevistas enmarcadas en la serie “Pueblo” de la iniciativa cultural “Os Monegros”. Gracias al IES Sabina Albar de Bujaraloz y muy especialmente a Chusé Rozas Auría por ayudar a hacer posible este proyecto.

Marta Ezquerra Montull

Marta Ezquerra (1).jpg

  • IES Sabina Albar de Bujaraloz.
  • Curso: 3º de la E.S.O.
  • Localidad: Peñalba
  • Libro: La hija del Tuareg.
  • Música: Sia.
  • Película: El secreto de Marrowbone.
  • Deporte: Taekondo.
  • Equipo: El Español.
  • Aficiones: Pintar.

A Marta le gusta la ciudad, quiere estudiar medicina y ser médica. Le gusta el pueblo “Es muy tranquilo, poca gente y sin aglomeraciones pero no hay casi tiendas y si quieres algo te tienes que ir lejos”. Por eso a Marta le gustaría tener en Peñalba un “Mercadona” y puestos a desear «un centro comercial».

Su lugar especial es la plaza, allí es donde se juntan. También le gusta mucho la fiesta de octubre para la virgen del Rosario, se hacen carrozas de mairalesas, vacas, discomóvil y hay muchas peñas, “Ya casi no se hacen las coplillas, cada calle tiene un santo y en su víspera, por la noche, se sale a cantar”.

El “Toro” de Peñalba es muy significativo, aunque Marta dice que no ha visto “Jamón, Jamón”, además “Han puesto con letras grandes el nombre de Peñalba”.

Marta se siente monegrina, una parte de Aragón, pueblos. Le gusta el paisaje, árido y seco, no la montaña “¡Qué es muy fría!”. A Marta le gusta su pueblo y su monte, “Hace falta más gente”, y le preocupa la despoblación. “Que la gente venga más, bajar los precios de las casas y dar más trabajo”.

Ha cambiado todo mucho, su abuela casi no estudió “Estuvo en la escuela hasta los 10 años, eran pobres y tenía que trabajar en casa”. Al final, su deseo para el futuro es claro: “Quiero que cada vez haya más gente en los pueblos porque cada vez hay menos”.

Marcos Mazuque Beltrán

Marcos mazuque (1).jpg

  • IES Sabina Albar de Bujaraloz.
  • Curso: 3º de la E.S.O.
  • Localidad: Peñalba.
  • Libro: Desconocidos.
  • Música: Paulo Londra.
  • Película: El niño de pijamas de rayas.
  • Deporte: Futbol.
  • Equipo: FC. Barcelona.
  • Aficiones: Ir en bici.

Marcos es más de pueblo que de ciudad “Somos menos gente, no estás tan controlado y además me gustan más los trabajos del pueblo”. Para Marcos en la ciudad hay tiendas y más fútbol, quiere estudiar un grado de deporte, ir a estudiar a Zaragoza y volver a Peñalba después de estudiar.

De Peñalba le gusta el campo de fútbol y la plaza, allí están las tiendas y es donde quedan para luego ir a cualquier sitio del pueblo. En definitiva, a Marcos le gusta todo de Peñalba.

Su lugar especial es el pabellón, en invierno puede jugar cubierto “Los fines de semana nos juntamos muchos para jugar, pero entre semana unos tres o cuatro”. A Marcos también le gustan las fiestas “Las vacas es una tradición que me gusta mucho”. Lo más representativo de Peñalba son la iglesia y el ayuntamiento. Las únicas pegas que pone a Peñalba es que hace falta algún parque nuevo y arreglar el pabellón.

Se siente muy peñalbino, “Los Monegros es una comarca y se está muy bien, me gusta el paisaje, los campos…”. Aunque a Marcos no le importaría en un futuro llevar las tierras, lo primero para él es el deporte.

La despoblación no le preocupa demasiado, Peñalba lo ve bien. Ve como solución poner trabajo de campo para otros pueblos “Antes vivían bastante peor, no tenían tantas facilidades pero ellos sabían sacarlo todo adelante. Lavaban la ropa en el lavadero y llevaban el agua a las casas con las tinajas sobre la cabeza”.

 

Continuará…

 

 

René Noguera Noguero


René es una imprescindible, una mujer que, desde su ventana, observa satisfecha la vieja ermita románica-gótica de Sariñena. Una ermita que se salvó gracias al ímpetu de muchas personas,  logrando que el río Alcanadre no la despeñase de la frágil ripa sobre la que se sustenta. Aquel peligro se difuminó al levantarse un muro de contención que fue una dura batalla por la conservación y protección de nuestro patrimonio. Sin duda, René fue un gran motor de arranque y de recorrido en un capitulo vital en la historia de la villa de Sariñena: La preservación de la ermita románica de Santiago.

René Moguera.jpg

René Noguera Noguero

René es natural de Graus, donde vivió parte de su vida. En Graus se casó con Emilio Pallas que trabajaba, junto a su hermano, en el taller familiar Neumáticos Pallas. Pronto se bajaron a Sariñena donde establecieron su propio taller “Sería la década de 1950, cuando se estaban haciéndose las nivelaciones con Nivelcampo y no había ningún taller de ruedas, así que fue muy bien”. Al principio tuvieron el taller en la avenida Huesca, donde está el bar Ricks, Emilio comenzó trabajando sólo pero con el tiempo fue cogiendo gente. En aquel taller pasaron mucho frío, recuerda René, luego ya construyeron un gran taller y casa, también en la avenida Huesca. René trabajó llevando la contabilidad del taller, con las cuentas y facturas “entonces todo era más manual, con la calculadora y la máquina de escribir”.

“Muchos críos iban al taller a arreglar los pinchazos de las bicicletas”.

Pallas.jpeg

Emilio Pallas en el antiguo taller.

Los camiones los tenían que atender por las aceras y por detrás entraban los tractores “que muchos venían con los aperos”. Ahora, en esa parte de atrás es donde René tiene su huerto. A René le gusta mucho el patrimonio y la fotografía, además del huerto que le da vida. Actualmente René hace jabones y colonias “Aromas del pirineo y de Monegros”, se le daba bien y decidió hacerlo como afición.

 

 

Al principio, a René le desoló un poco llegar a Sariñena, era un pueblo en transformación, había mucha necesidad, “había mucha gente y poca vivienda”. Emilio fue muy trabajador, muy tratable y buena persona; tuvieron dos hijos que continúan con el taller familiar, ahora en el polígono industrial Saso Verde de Sariñena.

A René el patrimonio siempre le ha interesado y pronto planteó a la asociación de Amas de Casa realizar un museo etnológico en Sariñena. Al final, entre doce mujeres, emprendieron aquella ilusión que poco a poco y con trabajo y esfuerzo se fue haciendo realidad. En un principio el ayuntamiento cedió el local donde había estado la caja de ahorros, en la plaza de la iglesia. Luego se trasladó al edificio del Hospital, en el barrio del Carmen, allí estuvieron varios años “El alcalde Ángel Mirallas colaboró y nos ayudó mucho”. Al tiempo, Mirallas les llevó a visitar una casa para ver que les parecía, era la casa de La Miguela, antigua fonda que actualmente alberga el museo. La casa les encantó y gracias a una escuela taller se rehabilitó y se instaló el museo: El museo de La Laguna de Sariñena.

“Muchas cosas se fueron recogiendo casa por casa y por corrales, íbamos como traperas convenciendo a la gente”, por suerte contaron con gran ayuda, entre ellos los hijos de René, que con el camión transportaron varías cosas “y también gracias a José del ayuntamiento”. En la etapa del hospital estuvieron durante unos 12 años y desde el grupo de mujeres se encargaron de enseñar el museo al público cada vez que lo solicitaban, sin duda fue una encomiable labor. En la revista “Quio, de Sariñena y Los Monegros” ponían un listado de las visitas de cada periodo.

IMG_20190419_112821.jpg

Desde su ventana René siempre ha contemplado la vieja ermita de Sariñena, una ermita románica XIII que peligraba su integridad con un inminente riesgo de desaparición. René decidió que tenía que hacer algo y,  aunque los primeros movimientos se iniciaron en 1980, es en 1995 cuando se constituyó, con otra mucha gente, la Asociación Amigos de la Ermita “me dijeron que podía hacer una asociación, así que recurrí a la cofradía de la virgen de las Fuentes”. La gente fue animándose y la asociación fue creciendo, peligraba la base de la ermita que empezaba a quedar colgada sobre la ripa del río Alcanadre. La Confederación Hidrográfica del Ebro costeó en 1997 la primera fase con la construcción del primer muro que consolidaba la base y luego la segunda, en 1999, que completaba el muro hasta el nivel de la ermita, unos 22 millones.

“Al final fue una obra de urgencia, el encargado dijo que antes de un año se habría caído”, así fue, el arquitecto del gobierno del Gobierno de Aragón, Carlos Aranda, había realizado un informe en el que aseguraba “la cantería era extraordinaria, pero el edificio corría verdadero peligro de caer por fallo del terreno”. Con aquella obra la asociación logró su gran objetivo, preservar la ermita de Santiago de Sariñena, todo un símbolo de la villa monegrina, donde cada 15 de mayo se acude en procesión.

Pero la asociación no se quedó allí y continuó y continúa trabajando por su amor por la ermita y son muchas las acciones, obras y reparaciones que se han ido realizando. En 1999 la escuela taller de Sariñena reconstruyó el nevero, en el 2000 la familia Gascón-Villacampa donó la campana Virgen de las Fuentes e Ilda Gómez confeccionó un mantel artesanal.

Se recuperó la antigua cruz de término gracias al excepcional trabajo del maestro cantero Carlos Goñi “se pagó todo desde la asociación” y fue terminada e instalada en el 2001. “La cruz de término, sufragada por los asociados, se encargó al cantero Carlos Goñi. Consta de basa, fuste, faldón y cruz. La base es lo único que queda de la antigua cruz. En el fuste hay cuatro caras o quimeras grabadas, que según antiguas creencias protegían a la cruz de daños externos. En el faldón se representa a Santiago Apóstol, San Eufrasio, Santa Águeda, San Antolín, San Isidro Labrador, San Jorge, Santa Ana con la Virgen y San Pedro. En la parte anterior de la cruz, se representa a Jesucristo, la Virgen, San Juan y María Magdalena, con tres figuras que ayudan. En la parte posterior, están la Virgen de las Fuentes y el niño. Todo ello creación original de Goñi” (Marga Bretos. Diario del Altoaragón).

En el 2005 se restauró el tejado de la ermita gracias al gobierno de Aragón, obras con las que la asociación además arregló la espadaña, bancada y puerta lateral.  En el 2006 se llevó la luz instalándose la iluminación interior y exterior. En el 2007 se encargó la escultura de Santiago a Carlos Goñi. Se arregló el óculo con alabastro que puso Carlos Goñi y se arreglaron las puertas “se abrió la puerta lateral que estaba tabicada”.

Para Santiago se hace misa y la asociación obsequia con magdalenas y refrescos. También hubo la idea de hacer una pasarela peatonal para conectar, por las antiguas pilastras del desaparecido puente, con Sariñena.

Actualmente la ermita románica-gótica de Santiago de Sariñena del siglo XIII, fundada por san Eufrasio y lugar de paso de uno de los muchos ramales del Camino de Santiago, goza de gran salud. El trabajo y esfuerzo de la asociación han hecho posible su dignificación constituyendo un extraordinario espacio patrimonial, histórico y de ocio. Peo la obra no estuvo exenta de cierta polémica, pues hubo quienes veían inevitable su caída o un gasto inútil. Pero el trabajo, el tesón y el cariño por lo nuestro han apuntalado firmemente todo un emblema de Sariñena para las futuras generaciones.

Cuando René observa desde su casa la ermita, sin decir nada, la siente y ahora la ve blanca y protegida, la satisfacción es enorme. “Hay que terminar de adecentarla y continuar cuidándola. Una persona sola no hace nada, el valor ha sido el grupo, todos los socios, la gente que ha donado, el curso de restauración de muebles, las personas que han ido a limpiar… la gente ha colaborado mucho ¡todos a una!”.

La Cartuja de Lanaja 


Os Monegros g

Un día cualquiera en la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. Una literaria crónica que apareció publicada en el Diario de Huesca el 3 de septiembre de 1908 y cuyo periodista firma con una anónima “X”. Un recorrido visual muy descriptivo y, sobretodo, complaciente con el entonces rico propietario de la cartuja monegrina Mariano Bastaras. Con la desamortización de Mendizábal (1835-1836), la cartuja pasó a manos privadas de la familia Bernabé Romeo, adquirida en 1841 por Francisco Romeo Martínez de Bengoa. Tras el intento fallido de transformar la cartuja en un balneario y la rescisión del préstamo, la cartuja salió a subasta pública siendo adquirida por la familia Bastaras en 1896 hasta que en el 2015  fue adquirida por la Diputación Provincial de Huesca.

Sin título

Cuando el periodista, como el héroe cervantino, sale a correr aventuras, todos los molinos de viento se lo antojan gigantes y todas las ventas del camino castillos encantados. Tiene razón el maestro Moya. Ni el militar al hacer sus apuestos guerreros para próxima lucha, ni el marino al levar anclas para lanzarse a cruzar la inmensidad de los mares, sienten emociones tan placenteras como el humilde croniqueur al armarse de carnet y lápiz para llevar a cabo una excursión que ha de proporcionarle recreo para su espíritu y ocasión de cumplir con su deber profesional.

Cariñosamente requerido por D. Mariano Bastaras, dignísimo diputado provincial, para pasar un día en su magnífica posesión llamada La Cartuja, ni el sinsabor de un madrugón a que no estoy acostumbrado, ni las molestias de un viento tan huracanado como frío, fueron obstáculo para que montado en un lujoso vehículo de D. Teodoro Casamayor, propietario de Alcubierre y amigo mío, llegase en compañía de éste á Lanaja, a las seis de la mañana. En esta villa nos esperaba nuestro predilecto amigo D. Mariano Berdún, y media hora después arribamos los tres a la antigua residencia de los hijos de San Bruno, cedida por los condes de Sástago a estos religiosos entre los siglos XIII y XIV.

En el centro de una superficie de veinte hectáreas, coreada por muro de tapia y ladrillo, se levanta majestuoso el antiguo monasterio, evocando el recuerdo de aquellos ascetas que en la soledad purificaban sus almas con la mortificación y castigaban sus almas con el trabajo material. A la entrada del edificio salúdanos efusivamente el Sr. Bastaras y con la distinguida familia de éste oímos la Santa Misa en el templo exmonacal, inundado de luz que hacía resaltar el colorido de las pinturas que cubren todas sus, paredes y techumbre.

Después de cumplido este precepto cristiano—era domingo,—recorrimos el laberinto de pasillos y dependencias quedando agradablemente sorprendido al ver el llamado claustrillo, pintado por el tercero de los hermanos Bayeu, que desde el año 1784 al 96 se ocupó en decorar este pequeño claustro y las diez o doce capillas que lo circundan. Vimos molduras en yeso, de irreprochable gusto, algunos frescos de gran mérito y en una de las celdas la estela de sus maravillosas concepciones artísticas qué allí dejó el insigne Goya. Bs de alabar, y la religión y el arte lo han de agradecer, el interés del Sr. Bastaras por conservar joyas de tan estimable valor, sin hacer caso de los cuantiosos dispendios que supone el sostenimiento de un edificio de tan colosales proporciones.

Cartuja.jpg

Todavía me esperaba otra sorpresa muy agradable. Quien desde Tardienta recorre el trayecto que media hasta Lanaja y ve campos agostados, montes inmensos con raquítica vegetación y, por consiguiente, sin árboles que tanto agrandan la hermosura natural de un paisaje, no puede suponer que en las inmediaciones de La Cartuja ha de encontrarse con frondosa huerta, cubierta de verdor, rodeada por espesos cañaverales y árboles gigantescos y fecundada por copiosa fuente de aguas sulfato-nitrotadas, tan cristalinas como frescas. Esto es un oasis, un sueño de hadas, decía yo a D. Mariano, y quien como usted puede hacer frente al calor estival en una finca como La Cartuja que, a las sublimidades del arte, une tan bellísimos encantos naturales, seguramente no echará de menos el veraneo en las más concurridas playas.

La comida resultó un banquete suntuoso y espléndido, de los que acreditan la marca Bastaras. Sentámonos a la mesa los señores de la casa, Dª Florencia Gabarre, madre política de D. Mariano, las bellísimas señoritas Visitación Ferrer, de Albalatillo; Rafaelita Vizcarra, de Selgua; Carmen Mur, de Lanaja; los ya expresados D. Mariano Berdúa, D. Teodoro Casamayor y el que estas líneas escribe. Presidio o hizo los honores con exquisita y delicadísima galantería la distinguida y muy bondadosa Dª Matilde Ferrer, digna esposa de D. Mariano Bastaras, que para todos los comensales tuvo frases de familiar cortesanía. Después del café tuvimos audición de Gramófono y… ¡qué veloz pasa el tiempo cuando el alma se recrea en las placideces que siempre proporciona la reunión con personas de nuestro agrado e intimidad! Llegó la hora del regreso, y cuando al salir de La Cartuja vi en la era de nuestro digno diputado una veintena de criados sonrientes y satisfechos amontonando trigo y llenando carros con este cereal, pensé en que nuestro amigo jamás se yergue sobre el pedestal de su opulencia y trabaja para que su nombre, tan conocido en la región aragonesa, sea pronunciado más como bueno que como inmensamente rico, y en que el problema social perdería todo su aspecto pavoroso si la burguesía estuviera representada por hombres del talento, cultura y bondades de D. Mariano Bastaras. ¡Qué hermosa es la democracia cuando en ella se confunden los aristócratas de más elevada alcurnia!

X

Pueblo: Valfarta


Valfarta no es lugar de paso: hay que ir de propio. De los 349 habitantes, con los que contaba en 1920, ha descendido hasta los 69 en el 2018. Actualmente, Valfarta presenta una extremadamente baja densidad de población de 2,07 hab/km² y su índice de viabilidad demográfica es de menos tres. Al sur de la provincia de Huesca, Valfarta resiste sin servicios ni oportunidades de trabajo, son pocos vecinos y casi no hay juventud.

20161206_130209

Iglesia de Nuestra señora de la Luz

A través de jóvenes de la localidad conocemos su visión e inquietudes sobre la vida rural. Una perspectiva joven para reflexionar sobre el presente y futuro de nuestras localidades, una serie de entrevistas enmarcadas en la serie “Pueblo” de la iniciativa cultural “Os Monegros”. Gracias al IES Sabina Albar de Bujaraloz y muy especialmente a Chusé Rozas Auría por ayudar a hacer posible este proyecto.

Jesús Labrador Labrador

Jes´su Labrador (2).jpg

  • IES Sabina Albar de Bujaraloz.
  • Curso: 3º de la E.S.O.
  • Localidad: Valfarta
  • Libro: Desconocidos.
  • Música: Reguetón.
  • Película: Serie de Los Simpson.
  • Deporte: Correr e ir en bicicleta.
  • Equipo: Real Zaragoza.
  • Aficiones: Salir con los amigos.

En el pueblo goza de gran libertad, por eso le gusta mucho vivir en el pueblo. Aunque Jesús es de Valfarta, va mucho a Bujaraloz para estar con los amigos, especialmente en verano, cuando con la bicicleta recorre los siete kilómetros de distancia que separan ambos pueblos. También le gusta ir a otros pueblos en bicicleta y con los amigos, a veces van hasta Peñalba: “Vamos por caminos y allí almorzamos”.

Jesús siente que en el pueblo puede hacer lo que quiere, es lo que más le gusta, lo malo es que hay muy poca gente. Quiere estudiar ingeniería agrícola o industrial en Zaragoza o en Huesca. A Zaragoza le gusta ir de compras, donde van de vez en cuando.

Su lugar preferido de Valfarta es la balsa “Está cuidada, hay patos y además se puede pescar”. A veces van con los amigos de Bujaraloz a pescar a la balsa de Valfarta.

La fiesta para san Miguel es especial, Jesús es danzante y la vive con gran ilusión: “La ronda por las calles, las orquestas por la noche…  si no coinciden con las de Peñalba viene mucha gente”. Para la víspera de la fiesta se hace el tradicional Rosario.

Le gusta Los Monegros, está acostumbrado. “Es desierto”, así describe Jesús su tierra donde en las saladas de Bujaraloz encuentra uno de esos lugares mágicos: “Con la escuela hemos ido muchas veces”.

Aunque ve mucha despoblación, el camping de Valfarta está dando mucha vida al pueblo. Jesús echa falta gente en el pueblo: “En Los Monegros hace falta gente joven que quiera vivir en los pueblos, que la gente que marcha a estudiar fuera quiera volver a los pueblos”.

“En la ciudad es más cómodo, es más accesible todo”, Jesús apunta que los puestos de trabajo pueden ser la solución: «las granjas hacen venir algo de gente».

De sus abuelos ve que el paso del tiempo ha sido un cambio muy drástico: “De tener ninguna comodidad a tenerlo todo”. Sus abuelos le han contado muchas cosas de antes “Iban con mulas y los trabajos eran muy duros”. A Jesús le gusta la agricultura “El regadío o el tractor han ayudado mucho a la agricultura”.

Jesús espera que Valfarta no se acabe y que sea por muchos años, un deseo que compartimos y que tenemos que hacer realidad.

 

María Luna Ramón

  • IES Sabina Albar de Bujaraloz.
  • Curso: 4º de la E.S.O.
  • Localidad: Bujaraloz/Valfarta.
  • Libro: La chica invisible.
  • Música: Melendi.
  • Película: Coco.
  • Aficiones: Ver vídeos en Youtube.

“El pueblo gusta más, pero en la ciudad hay más cosas, hay más ocio, aquí a veces no sabes ni donde ir”.  María aún no tiene claro que quiere estudiar, así que por ahora desarrolla su vida entre Bujaraloz y Valfarta.

A Valfarta le encanta ir para estar con sus primos por el parque, para ver a sus abuelos, para las fiestas y fines de semana. El parque de Valfarta es uno de sus lugares especiales ,al igual que el parque de la Petanca de Bujaraloz, lugar de encuentro entre amigas.

Lo mejor de Bujaraloz son las fiestas, se lo pasa muy bien “Las fiestas para san Agustín gustan mucho, las menores no tanto”. Le gustan las damas y damos, el dance, los recortadores de jamón y la cena del Toro “Una cena popular”.  Las fiestas para san Miguel de Valfarta también le gustan mucho “Aunque parezca que no hay gente están muy bien”. En Valfarta también hay dance, además de orquestas, cena popular y para la merienda se corta abundante jamón.

Las fiestas de san Miguel es lo más representativo de Valfarta y  “¡Las Madalenas!” de Bujaraloz.

Echa en falta un espacio de ocio “Abierto todos los días, sobre todo en invierno”. María ve muy preocupante el futuro de Valfarta “En verano se llena mucho y al camping llega mucha gente”.

Se siente monegrina y le encantan las rosas del desierto. Crear trabajo es su solución contra la despoblación. En Valfarta hay un bar, pero hay poca gente, su deseo es “¡Qué Valfarta siga vivo!”. Para Bujaraloz desea que siga igual, aunque de su quinta son muy poca gente, solamente son cuatro.

Continuará…

Pueblo: Bujaraloz


Cruce de caminos, al sur, Bujaraloz también es capital de Los Monegros. Municipio de gran historia que se sitúa en plena estepa monegrina, en la provincia de Zaragoza, a medio camino entre Madrid y Barcelona. En 1910 contaba con 1.473 habitantes y a partir de entonces comenzó un imparable descenso demográfico hasta llegar a los 1.040 habitantes en 1960. Luego llegó una leve recuperación, hasta la década de 1980, cuando llegó a los 1.210 habitantes. Actualmente son 1.048 habitantes (INE 2008), una densidad de 8,62 hab/km² y su índice de viabilidad demográfica es cero. Considerado lugar de paso por la Nacional II, Bujaraloz, como Los Monegros, no es tierra de paso, es de gente y de pueblos llenos de vida que luchan por su futuro. 

IMG_20181112_135059.jpg

Bujaraloz

A través de jóvenes de la localidad conocemos su visión e inquietudes sobre la vida rural. Una perspectiva joven para reflexionar sobre el presente y futuro de nuestras localidades, una serie de entrevistas enmarcadas en la serie «Pueblo» de la iniciativa cultural «Os Monegros». Gracias al IES Sabina Albar de Bujaraloz y muy especialmente a Chusé Rozas Auría por ayudar a hacer posible este proyecto. Gracias también a Marisol Frauca.

Marina Baches Used

Marina Baches (1)

  • IES Sabina Albar de Bujaraloz.
  • Curso: 3º de la E.S.O.
  • Localidad: Bujaraloz
  • Libro: Desconocidos.
  • Música: Rosalía.
  • Equipo: F.C. Barcelona.
  • Aficiones: Jota y baile, pertenece al grupo “Aires de Monegros”.

Marina prefiere el pueblo frente a la ciudad, aunque sabe que al final tendrá que marchar a estudiar a Zaragoza, de hecho quiere acabar bachillerato en Caspe y luego ir a la universidad para estudiar magisterio infantil. Le gusta la vida de pueblo: “No hay tantas aglomeraciones y hay muchas cosas que hacer, hay libertad para salir con las amigas”. De vez en cuando, Marina va con la familia de compras a Zaragoza.

En Bujaraloz hay un equipo de futbol que suele ir a ver, “Hacíamos patinaje y judo pero lo dejaron de hacer”. Lo peor del pueblo son los olores “Aunque ya estamos acostumbrados”.

Su lugar especial de Bujaraloz es el pilar de la plaza de Martín Cortes “Tiene mucha leyenda” y el parque de La Petanca, donde se juntan a menudo. Marina saca su alma jotera “Antes de las fiestas se hace un festival de jotas”, es una de sus aficiones. Las fiestas patronales, a san Agustín, son las mejores: las Damas “Cada año es una quinta”,  los autos de choque, el dance y las procesiones: “Las damas se visten de joteras y es un día muy especial”.

Marina piensa a lo grande y le gustaría tener un centro comercial en Bujaraloz, ya sabe que es totalmente descabellado, pero al fin de todo es lo que le gustaría. Al menos se conformaría con una pequeña tienda de regalos, “Aunque hoy en día por internet se puede comprar de todo”.

Los Monegros es donde vive, donde está su familia y amigos, su entorno. Las saladas de Bujaraloz y la Retuerta de Pina de Ebro son sus lugares preferidos.

Su abuelo le cuenta muchas cosas y le sorprende que sólo tuviese un libro para todo. Marina es muy consciente de que ha cambiado todo mucho: “Iban a enfriar los alimentos al pozo de hielo, tenían un aljibe… y mi abuelo vivió parte de una guerra”.

Marina no echa en falta mucho, vive muy a gusto en Bujaraloz “Nacen menos y cada vez somos menos en los pueblos”. Así, Marina se despide con su deseo para Bujaraloz: “Que siga habiendo la misma vida y que no vayamos para atrás, sino que vaya siempre para adelante el pueblo”.

Bujaraloz Plaza.jpeg

Plaza de Bujaraloz. Fotografía de Marisol Frauca.

Lucas Used Conte

Lucas Used.jpg

  • IES Sabina Albar de Bujaraloz.
  • Curso: 3º de la E.S.O.
  • Localidad: Bujaraloz
  • Libro: La hija del Tuareg.
  • Música: Natos Waor.
  • Película: Tres metros sobre el cielo.
  • Equipo: Real Sociedad.
  • Aficiones: Jugar a la Play Station.

Lucas es de pueblo “Nunca he vivido en la ciudad” aunque suele ir una vez al mes de compras a Zaragoza con sus padres. Quiere acabar el bachiller en Caspe y le gustaría estudiar arquitectura.

Está abierto a conocer otros lugares. Lucas es abierto y sabe que será difícil vivir en su pueblo. Lo que más le gusta del pueblo es la gente y lo que menos es el aire, el cierzo. Pero sobre todo, de Bujaraloz, le gusta mucho el nuevo pabellón donde va a jugar a futbito.

Le gustan las fiestas mayores de Bujaraloz: las ferietas, orquestas y el dance, del que dice que es muy bonito. Echa en falta algo de ocio “Hace poco que pusieron unas mesas de ping pon y dan mucha vida”.

Los Monegros es su comarca, se siente monegrino “Es una zona muy desierta y me gusta”. A Lucas le da pena que cada vez haya menos gente y él lo tiene claro: “Preferiría vivir en Bujaraloz”. Lucas es consciente que los tiempos cambian “Mi abuelo me contaba que se iba a bañar a la balsa”.

Su deseo es “Que Bujaraloz nunca se despueble y siempre haya gente para vivir”.

Continuará…