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Mariano Laborda Arilla «Tripanegra»


Mariano Laborda Arilla, “Tripanegra”, nace en Ejea de los Caballeros el 14 de octubre de 1915, a las 8 de la tarde en el barrio de las Eras. Hijo de Placido Laborda y Josefina Arilla, sus padres fueron unos de los primeros repobladores del barrio de Lallana. Estuvo afiliado al Partido Socialista y a la UGT.

Por Jeannine Laborda.

Al producirse el Golpe de Estado, Mariano tuvo que dejar su pueblo y refugiarse en los montes cercanos. Si se quedaba, haber estado afiliado a un partido político o sindicato, era sinónimo de fusilamiento seguro. Así, a los pocos días tuvo que tomar la decisión de marchar al lado republicano y, el 20 de agosto de 1936, junto a varios centenares de evadidos de la comarca de Cinco Villas y vecinos de esta, llegó a las líneas republicanas.

Llegaron a Tardienta y fueron embarcados en un tren que salía hacia Barcelona, sin embargo la mayoría de ellos se negaron a marchar y se unieron a las milicias anarquistas procedentes de Cataluña: querían defender su tierra de los fascistas. Luchó primero con las milicias anarquistas y luego llegó a ser oficial del “Batallón Cinco Villas” de la 130 Brigada Mixta de la 43º División del ejército republicano. Estuvo en los frentes del Pirineo oscense y su retirada le llevó a la Bolsa de Bielsa. El 16 junio de 1938, tras 155 días y sin apenas armamento, cruzaron los Pirineos por el Puerto Viejo a Francia. En el pueblo de Aragnouet fueron despojados de sus armas y conminados a volver a España, a la zona republicana o a la franquista. De 7.300 volvieron a zona fascista 411, entre ellos muchos heridos, el resto fueron enviados en varios convoyes hasta Port-Bou, a los pocos días lucharon en la Batalla del Ebro.

Meses después, en febrero de 1939 cruzó la frontera hacia el exilio. En Francia fue recibido como miles de españoles por la gendarmería y llevado a los campos de internamiento, allí padecería sus primeros campos de concentración. De uno de ellos, Saint Cipryen, fue reclutado para las compañías de trabajo, la suya fue la 114ª, trasladado a Sarreguemines a fortificar la famosa Línea Maginot. Cuando los alemanes entraron en Francia, los oficiales franceses, responsables de la compañía, huyeron dejando la compañía a su suerte. El 19 junio de 1940 fue capturado en la región de Moselle, en Faulquemoret, conducido más tarde como prisionero de guerra a Sagan (Polonia), al Stalag VIII-C, donde estuvo varios meses junto a miles de soldados de otras nacionalidades. Según los prisioneros españoles, que pasaron por Sagan, el trato no era malo y la comida aceptable. Los presos trabajaban en tareas agrícolas y, lo que es más importante, se les trataba como a prisioneros de guerra de acuerdo a la Convención de Ginebra.

Un día, agentes de la Gestapo, utilizando el idioma español, los identificó y les dijeron que enviaban a los españoles a un sitio más apropiado. Fueron enviados a Trier (Alemania), al Stalag XII-D, donde le asignaron el número de identificación 5712. Pasado un tiempo, se murmuraba que nuevamente serían trasladados, creían que los mandarían a España.

El 22 de enero de 1941, junto a sus paisanos Ramón Lacima, Ángel Abadía y José Francés fueron metidos en un tren, en cada vagón unas 100 personas, y el viaje duró tres días, sin agua ni comida. El 25, a las dos de la mañana, llegaron a la estación de Mauthausen: “Cuando las puertas de los vagones se abrieron, a voces y golpes de fusiles nos hicieron bajar y avanzar muy rápido. Estábamos muertos de miedo, nos mirábamos sin pronunciar palabra. Los kilómetros que separaban el pueblo del campo los recorrimos a toda velocidad. El campo contaba con una alambrada electrificada y los perros se echaban sobre nosotros, empujados por sus guardianes. Así descubrimos el campo de la muerte” (Vicente Delgado Fernández. Deportados.es).

En el campo fueron despojados de todas sus pertenecías como de su identidad, a partir de entonces se convirtió en el número 4455. Comenzaba la etapa más dura de su vida.

Mariano permaneció durante un tiempo en el campo central. Una de sus tareas era recoger la basura. En una ocasión, aprovechó para robar y esconderse un pedazo de mantequilla en un calcetín. Ese día la suerte no estaba con él. Los SS les obligaron a formar y la mantequilla se le empezó a derretir. Finalmente, fue descubierto y castigado. Le dieron una gran paliza y le ataron en el muro de las lamentaciones. Mariano salvó la vida de milagro.

Más tarde fue asignado al kommando César, un grupo de trabajo formado por republicanos españoles. Participó en las obras de construcción de una carretera en Vöcklabruck y después en otras tareas en el subcampo de Ternberg.

Hasta el año 1943 no pudo enviar una carta a su familia; en una de ellas escribía: “Ramón trabaja con mi padre”. Fue la manera de indicar a su familia que Ramón Lacima, su buen amigo, había fallecido. Ramón era novio de su hermana Felisa.

Mariano y José Francés sobrevivieron a los campos. Sus dos amigos, Ángel y Ramón, fueron asesinados en pocos meses. Ramón murió en el subcampo de Gusen, el 12 agosto de 1941, en uno de los barracones que hacía de enfermería; esa noche una inyección de bencina segó su vida. Ángel Lambán fue gaseado en el castillo de Hartheim, a pocos kilómetros de Mauthausen el 23 de septiembre de 1941.

En los momentos finales de la guerra, ante el imparable avance aliado, los SS evacuaron algunos kommandos con la intención de acercar a los prisioneros al campo central. Cuando el grupo de Mariano era trasladado a Gusen, se fugó con su amigo Marcelino Beguería. Permanecieron escondidos durante varios días en la montaña, hasta que vieron a una mujer que llevaba una bandera blanca. Ella les comunicó que la guerra había terminado. Fue entonces cuando bajaron a la carretera y se encontraron con un jeep americano. Al fin encontró la libertad.

El primero de derecha ,aún en Austria separando ser repatriado

El primero de derecha ,aún en Austria separando ser repatriado.

Fue repatriado a Francia. En 1950 se trasladó con su familia a Chile, donde vivieron dos décadas. En 1971, dos años antes del golpe de Estado de Pinochet, Mariano le decía a su hija Jeannine que no le gustaba la situación en que se encontraba el país y que no sería capaz de soportar una tercera guerra. Por eso decidieron trasladarse a Francia. Se instalaron en Paray-Vieille-Poste, cerca de París. Durante años, fue miembro de la FEDIP, una de las organizaciones que agrupaba a los deportados a los campos nazis.

Según Rafael Álvarez, con quien trabó amistad en el kommando Vöcklabruck: “Mariano Laborda tuvo algunos problemas para cobrar su pensión: se fue a Chile y volvió a España, posteriormente reclamó su derecho a pensión en Francia, pero la había perdido por el hecho de regresar a España. La FEDIP hizo los trámites y consiguieron que le fuese concedida. Participó activamente en las actividades de la FEDIP hasta que una enfermedad reumática le impidió desplazarse a las reuniones”.

La hija de Mariano, Jeannine, recuerda así la herencia moral que le legó su padre: “Los deportados habían sacado los aspectos positivos de lo sufrido. Sabían vivir con todo aquello. Además, les gustaba recordar los pocos momentos buenos que habían pasado allí. Lo que no concebía mi padre es que nosotros pudiéramos desmoralizarnos. Eso nunca”.

Falleció el 6 de mayo de 1996 en Arpajon a los 80 años, sus cenizas descansan en su pueblo natal, Ejea.

 Fuentes: Jeannine Laborda, Deportados.es, Carlos Espés Lacima.

Histórico Mariano Laborda Arilla  Ejea/Mauthausen. Por Ramón Hernando.

Bolsa de Bielsa: Mariano perteneció al Batallón de las Cinco Villas de la 130 Brigada Mixta de la 43 División.  Después de la retirada de la 43, pasaron por Aragnouet  (Pirineo Francés) y fueron dirigidos al frente del Ebro. La 130 Brigada Mixta fue a ser la 177 BM y la división se nombró como la 55 División del Ejército Popular.

En la 130 BM conoció a Antonio Hernando Villacampa de Robres, entonces Comisario Político de la 130. Se volvieron a ver en el año 1992 en Paris.

Después de la Batalla del Ebro, Mariano pasó la frontera con el resto de la División. En Perthus, el día 9 de Febrero 1939, fue llevado al campo de concentración del Barcarès (Pirineos Orientales). Al poco tiempo lo llevaron al campo de Saint Cyprien, no muy lejos del Barcarès y fue ingresado en la 114 CTE (Compañía de Trabajadores Extranjeros).

Con la declaración de guerra, del 2 de Septiembre 1939, el ejército francés dio orden de enviar los CTE al norte de Francia para ayudar al ejército en todo tipo de mantenimientos, en particular en los bosques para hacer carbón etc… La 114 de Mariano fue enviada, a partir del 15 de Septiembre 1939, al departamento de la Vendée (Oeste de la Loire) en las localidades de Luçon y Fontenay le Comte.

Vísperas de navidad, el 24 de diciembre de 1939, la compañía llegó a Fauquement, departamento les Vosges, al sur de la Línea Maginot, donde estuvieron hasta el mes de Mayo 1940. Desde allí llegaron cerca de Epinal, mismo departamento. Al ocurrir la derrota de Dunkerque, el 18 de Junio 1940, y la toma de todas las fortificaciones de la Línea Maginot por los Alemanes, todas las compañías compuestas de españoles fueron hechas presas por los alemanes. Mariano y sus compañeros fueron hechos presos en Remiremont, en el mismo departamento Des Vosges el día 19 de Junio 1940. Las compañías no tenían armas para defenderse.

La mayoría de ellos fueron enviados a los stalags del este alemán, en particular en Trier – Trèves – ciudad a orillas de la Moselle, no muy lejos de la frontera con el Luxemburgo. En los stalags VIII y XII muchos se conocieron entre ellos, los aragoneses y los monegrinos, en particular Juan Mariano Ballarín Clavería de Sariñena y José Lasheras Nazarre de Robres, que fue asesinado por los Nazis en Gusen a principios de 1941.

El tren que llegó a Mauthausen, el día 25 de Enero 1941, era un convoy compuesto de 420 republicanos españoles, Mariano tenía la matricula 4455.

Formó parte del Comando César y en Junio 1941 los llevaron a construir una carretera en Volckabruck. Después en Mayo 1942, fue llevado a trabajar a una central eléctrica a Tenberg hasta Septiembre 1944, vuelta a Mauthausen. El 4 de diciembre de 1944 lo llevan a Schlier Redt Zipf hasta mayo 1945, al liberarse el campo lo mandan a una escuela a Volckabruck donde se quedara hasta el 30 de Julio de 1945 cuando regresó a Francia.

Se vieron con mi padre en 1992, no se habían visto desde la batalla del Ebro. Mariano Laborda le confirmo que conoció a José Lasheras de Robres, este era un amigo íntimo de mi padre, pertenecía a la misma cuadrilla.