Archivo por meses: octubre 2015

El molinero 4008


Al recuperar la memoria etnográfica de la villa de Sariñena aparecieron referencias sobre antiguos y desaparecidos molinos, retazos de nuestra historia que pasaron sin más, perdidos por los entresijos de la esquiva e inmaterial memoria. Pero cada detalle es capaz de reabrirnos una nueva ventana en el tiempo y destapar el arcón de recuerdos de la vieja cadiera monegrina.

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Ángel Ponz en la harinera de Sariñena.

La ventana la abrió Ángel Ponz Poderós buscando el antiguo molino de harina de Sariñena. Lo recordaba de su niñez, pasó muchos días de su infancia en el molino y, aunque estuviese en ruinas, esperaba reconocerlo.

Existía constancia de los desaparecidos molinos de aceite, uno por el camino de la residencia de la tercera edad, siguiendo la acequia del molino, y otro por donde ahora está el actual cine “el molino”, del que aún se conserva la enorme chimenea. Desafortunadamente, del molino de harina no teníamos referencia.

Al final, a raíz de los relatos de las vivencias de Manuel Olivan, surgió la huella de un antiguo molino harinero de Sariñena, camino de los olivares hacia la estación de tren. (La guerra, sucesos)

“En uno de los bombardeos a Sariñena, Manuel se encontraba volviendo de recoger leña de romero del gallipuente, con su padre; leña para el molino de harina camino Los Olivares.” 

Ponz Minerva

Ángel Ponz esculpiendo a la diosa Minerva

Ángel Ponz ha vivido los últimos cincuenta años en Alemania, nació en Sádaba pero vino de joven a vivir a Sariñena. Su padre Antonio Ponz Beatove nació en 1900 en Tosos, donde  aprendió el oficio de molinero de la mano de sus padres Manuel y Jacoba, en el molino familiar. Pronto fue a trabajar de molinero a Sádaba, donde contrajo matrimonio con Adela Poderós. Luego vinieron a vivir a Sariñena y Antonio trabajó en el antiguo molino harinero. En el desaparecido molino, Ángel recuerda, con ocho años, ver cargar sacos de harina en los camiones.

Aquel segundo molino se hallaba donde actualmente se encuentra la harinera de Sariñena, próxima a la estación ferroviaria. Ángel ha investigado y documentado la historia del antiguo molino, gracias a la ayuda de la Universidad de Zaragoza. Ahora descubrimos el esplendido tesoro patrimonial que constituye la actual harinera, un singular edificio construido en 1940, fruto de la anterior, que deberíamos saber reconocer y conservar: Harinera de Monegros.

La familia Ponz-Poderós vivió en Sariñena, en la calle Soldevila, donde nacieron tres de los cinco hermanos. Hasta que en marzo de 1938, con el avance de las tropas franquistas, se vieron obligados a huir cargando sus pertenencias en mulas, a Monzón y luego a Barcelona. A pesar de no tener ninguna implicación política ni sindical, Antonio defendió la república contra el fascismo, participando en la batalla del Ebro y en retirada destinado a Montjuich. La familia permaneció por un tiempo en Barcelona y Antonio se podía escapar a verlos, de vez en cuando recibían la visita del padre-soldado y ese día era un día de fiesta.

Al finalizar la guerra la familia regresó a Sádaba, mientras que Antonio se retiró a Francia con su unidad militar. Permaneció en distintos campos de refugiados: Argelès, Le Vernet, Barcarés y Saint Cyprien.

Se alistó en la 116 Compañía de Trabajadores y, junto a sus compañeros, fue detenido por los alemanes en la primavera de 1940. Fue trasladado primero al stalag VIII C y, en octubre, al XII D, desde donde escribió una última carta a su esposa Adela.

Tras la visita de la Gestapo, que identificó a los republicanos españoles, se formó un convoy que deportó a Mauthausen unos 700 presos –entre los que se encontraba Antonio- . En el campo ingresaron el 25 de enero de 1941 y le adjudicaron la matrícula 4008. Unas semanas más tarde, el 8 de abril, fue trasladado a Gusen.

Ponz Beatove, Antonio

Antonio Ponz Beatove

El 8 de noviembre de 1941 se registró la muerte de Antonio Ponz Beatove, victima del fascismo en un campo de exterminio nazi. Su memoria y dignidad permanece en los recuerdos y la historia; en aquel viejo molino. Su memoria se materializa en la desaparecida rueda de molino y en la inadvertida harinera que tantas historias atesoró.

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Escultura Santiago, Zaragoza. Ángel Ponz.

Ángel marchó con la primera inmigración a Alemania y ahora ve como van llegando de nuevo. Ha trabajado la escultura de la piedra, especialmente del mármol, dejando su obra en varias restauraciones como en la catedral de Estrasburgo, los palacios de Mannheim, de Bruchhsal y de Schwetzingen, la iglesia jesuita de Mannheim y la imagen de Santiago en la fachada de la parroquia de Santiago de Zaragoza. Sin duda,  Ángel es un gran artista y escultor aragonés, ha trabajado la maestría de la piedra, hijo de molinero, fruto del sueño de quienes lucharon por un mundo mejor y acabaron muriendo entre los 186 peldaños de la maldita escalera de Mauthausem.

Ángel recuerda las corridas a los refugios durante la guerra civil y estar presente en la plaza de la iglesia cuando tiraban de una soga para arrancar el retablo. Vivió su niñez en Sariñena y, sobre todo, en aquel viejo molino donde los recuerdos aún permanecen, en la memoria que no se resigna a desvanecer y que vuelve a resurgir, a estar presente recordando y rindiendo sentido homenaje al molinero 4008.

Ponz proyecto Mauthausen

Proyecto escultura Mauthausen, Ángel Ponz.

Mientras me quede voz, hablaré de mis muertos.
Tan quietos, tan callados, tan molestos.
Mientras me quede voz, hablaré de sus sueños,
de todas las traiciones, de todos los silencios,
de sus huesos sin nombre, esperando el regreso.
De su entrega absoluta, de su dolor de invierno.
Mientras me quede voz, no han de callar mis muertos.

Marisa Peña

Zancarriana w