Ποίηση

Lugar impropio, de creación y de desvirtuación. Una osadía, un atrevimiento, un juego irreverente donde la palabra se usa y desusa a su antojo, donde reiteradamente la palabra trata de trascender, inconsciente,  mientras inevitablemente cae en la imperiosa necesidad de sobrevivir a su ineludible desambiguación. Atrevimiento que el propio autor, en su serio trastorno, perpetra sin atisbo de desvergüenza. Al fin y al cabo, cualquier descerebrado puede usar la palabra y ahogarse en su lúgrube océano de ignorancia y por ende ser ignorado. Pues al final la palabra es temeraria, imprudente e incluso hasta imprecisa.

Hoja en blanco

            Vuelve a suceder. De nuevo, una página aparece en blanco y desata su inmensidad de una forma cruel y despiadada. Obliga a apartar la vista que, tras un hondo suspiro, se pierde donde no hay ni rincones ni recodos. Es enfrentarse a la infinidad, una lucha desencarnada contra el desasosiego y ante la falta de inspiración. Responde a la eterna batalla de la creatividad contra el vértigo de una hoja en blanco o un lienzo en blanco o unas notas abocadas a un largo silencio blanco, blanco… como una prosa sin expresión ni extensión.

            La sugestión del vacío ahuyenta presagios de creatividad, pinceladas blancas, relatos sin palabras, esculturas sin volumen… y sí, a veces el silencio es la música que nos embriaga en la soledad. Es el susurro de un poema sin versos, de un teatro sin actores, de un payaso sin sonrisa, de un malabarista sin habilidad, de una bailarina sin movimiento, de una cantante sin voz… de una humanidad sin esencia.

            Y de nuevo la página aparece en blanco, continua e impoluta, sin vaticinar su destino, banalizando lo absurdo de no ser consecuencia en su orquestada irrealidad. La sinfonía desarmoniza un orden natural sin existencia, la hoja en blanco, la maldita hoja en blanco. Aparece una verdad intangible, como una mirada perdida que no podemos describir, como una locuaz poesía sin sensualidad ni desnudez, ni fría melancolía, ni soledad escondida.

            Comienza a inquietar, la desesperación aparece inexplicablemente de la ausencia; pues el papel, aún en blanco, incluso parece que ya nada espera. La inspiración es arrebatada, desaparece como la luna eclipsada y todo se desvanece como si nunca hubiese existido y nada fuese a existir.

Mi patria

Mi patria soy yo
un aullido nocturno
un camino sin sentido
girar y volver atrás.

Mi patria es caminar
el olor a tomillo y romero
la mirada al cielo
un paso y un tropiezo.

El agua y la tierra,
el escondido aire
son mi patria
mi exilio y mi libertad.

Ese amor que viene
y se va, ese sueño
que mañana florece
y ayer desapareció.

El dolor y la estupidez
la margarita deshojada
que hoy dice ¡Sí!,
mi patria eres tú.

Vagamundos

-Conexión y fluctúo sin anquilosar
al revés, oscilo acelerando
y de vuelta, sin parar, titubeando
entre los astros yo puedo navegar.

-Presto a volar en mil corrientes de aire
en océanos lunares, por estrellas
tantos caminos y miles de estelas
se han dibujado, tantas, que olvidaré.

-Detención y avizor al clandestino
ataviado de harapos, parálisis
presto ante el desafío del desatino.

-Mas astroso que a veces afortunado
farandulero vago sin noción
cómico y burlón sigo aventurado.

La poesía inabarcable

Dubito, esquivo, de la realidad de la poesía
pues me es ineludible sucumbir a sus sombras
¡horrible! hurgar para yacer en las palabras
aquellas que proclamaban en vagos páramos desiertos
tras el vapor exhalado tras el último suspiro de la concepción;
vuelvo a divagar, a dudar de lo innegable,
a ser insurrecto de lo intangible.

– Existe lo real y con ella su verdad,
lo cierto es capaz de despreciar a la ignorancia
pero entonces, ¿Qué queda de la poesía?
¿Dónde la ingenuidad que tanto me diluye?
pues vago fluctuando de noche y de día
quizá, entre mi esencia y mi circunstancia;
donde también existe lo irreal y la soledad.

–  ¿Dónde la fluidez discerniente?
de articular lo imposible y creer, ¡y crear la utopía!
de transmitir la esperanza humana versada en arte
dentellando a la vida, soñando un mundo libre
destellando universales lazos de solidaridad.

– Categórico, siempre errando en el destino
y errante, entre vaivenes, en el zigzagueante camino
la mar queda lejana y extraña en el horizonte
el sol presente,  la Luna en mi mente,
¡y mi amor atrapado en tu vientre!;
lo ausente agarra sueños y los lanza al desatino.

– Proceloso olvido, osado como la valentía
como el miedo que siempre hiere más que la huida
queda, queda la rabia como la maldita duda
como aquella poesía que jamás será leída
que inabarcable perdurará insanable en la herida;
tanta inspiración, para despertarse baldía.

– El compromiso se construye colectivamente
alumbrar, concebir, idear un mundo nuevo
sin cadenas, natura de tierra, agua y aire
materia fluyente y en evolución constituyente,
colectivamente la fluidez es eterna
el movimiento imparable y el conocimiento
el cimiento de lo globalmente concebible
y de lo inconcebible, por ser sencillamente consecuente.

-Caerá, caerá el capitalismo al ocaso
cuando la lucha continúe al alba,
atrás la huella del último verso diluido
del pensamiento efímero de aquella irreal poesía.

– Nace la semilla sembrada
y regada entre palabras
crece y florece entre lo inimaginable
como el amor que subyace
ante un último verso impensable

Ποίηση

Poesía es la parte extrovertida del ser introvertido,
son líneas en plena libertad, sonidos que vagan en la eternidad
una dirección que cambia de sentido
son ausencias que describen la realidad.

Poesía es la inexplicable necesidad de expresar
que el mundo gira en armoniosa complejidad
la forma de mil mares navegar
saber que es el cielo y que es la felicidad.

Es alegría y es amargura
es vida y es muerte
es amor, es odio y vuelve a ser locura.

La poesía es silencio
y la reflexión que queda
tras la última palabra.

       Poesía son trazos continuos y discontinuos, pinceladas artísticas, estilísticas y etílicas, de conexiones incomplexas, rítmicas y aritméticas de palabras aleatorias y concretas, a veces asonantes y otras no, que expresan sentimientos, a veces profundos y otras carentes, que juegan y bailan en un mundo en constante movimiento, entre lo real y lo irreal, a veces comprensible y otras no, entre lo efímero y lo inerte y lo circunstancial y lo eterno. En lo diverso y en el verso. En un mundo, que a veces para.

       La poesía es inexorable y es flexible, navega y se estanca en los remansos, se sumerge y emana en cada mirada, en cada caricia, en cada susurro que subyace entre cada respiro y cada palpitar.

        La poesía es fugaz, dinámica y equilibrista, estática y melódica, en espacios gravitacionales e ingravitacionales, vagando entre deslizantes abismos e indescriptibles vacíos, vacíos que la poesía es capaz de definir, de perfilar y refractar, como reflectar la luna en un ligero parpadear de tu mirada, en un verso completamente absorto en la inmensidad del universo.

       La poesía fluye y evoluciona, se interpreta y se reinterpreta, mi alma es poesía, mi corazón es poesía, mi esencia es poesía, mis sueños y pesadillas son poesía. Siempre inmerso en mi sentido verso, mi ser es poesía.

Una equivocación, un error, una inconcurrencia, un defecto y un efecto.

Devaneos, delirios, loca cordura que tanto nos desvaría.

       La poesía es una creación, una veleidad, un sutil capricho, una vuelta retorcida del leguaje, un giro inesperado y valiente que se revela sin límites en el soez bálsamo de lo propio, de lo ajeno y de lo insulso.

Un verso nunca se halla en lo establecido, siempre es rebeldía

Sus límites son nubes que se deshacen en el cielo

Es indecisión e indefinición y también es valentía

Son rayos solares en viajes interestelares

La poesía, tan sólo es un instante

La poesía es seducción y pasión.

La poesía es un uso perverso,  insurgente y transgresor que reivindica y lucha, une y separa, una perfecta conjunción de la irreverente imperfección.

Un verso es dulzura caprichosa que ilumina de estrellas tu exorbitante universo.

       La poesía gruñe y gime, reduce y diluye, desgarra y abraza, pervierte, enloquece, sonroja, hiere y lame, agrieta tu piel, susurra y atrapa tus labios, versos extenuados, sofocados… La poesía acaricia, roza tu cuerpo, se desnuda y se funde desatando despiadados versos inimaginables, imparables e imposibles. La poesía es una mirada, tan sólo una mirada que se reduce a la más simple poesía, a la poesía insuperable, sin versos ni palabras, sin susurros ni voz, tan sólo, tan sólo tu mirada, la verdadera poesía jamás pronunciada, jamás escrita, ni recitada ni creada.

La poesía es el miedo al silencio y es silencio

Es la respuesta que pregunta y da respuestas

Es el sutil aire que respiramos y exhalamos, es vida.

Es la melancolía que nunca abandonamos.

Es la mar, la mar, tierra, aire y fuego

Y la felicidad que brilla en tu mirada.

La poesía es un adiós y un hasta luego

Es el silencio que queda

Tras el último verso.

Respiración

-Respirar, como aquel último verso
allende de desiertos y azul cielo
donde, leídos, alzan remoto vuelo
al letargo eterno del universo.

-Quedan en la oquedad de lo disperso
escarbando en el yermo y vacío suelo
ausentándose de un sordo revuelo.
que adquiere, fugaz, un matiz perverso.

-Libre, para ser un locuaz adverso
locura, oscuro barniz de hielo
que hasta de la locura recelo.

-Todo queda falsamente diverso
atrás, tu difuso y tenue duelo
sin respirar, por olvidar tu anhelo.

Compendio a la razón

– Indigno me es alabar la razón
en virtud, si soy capaz de contemplar
y existencialmente identificar,
esos conceptos de mi corazón.

-Me es humana la acción, dada cuestión
es difícil sentir, hallar coherencia
o contradicción, en independencia
de que este verso tenga la razón.

-No debieran existir los prejuicios
respecto a los conceptos, pues entre ellos
se inducen, deducen nuevos principios.

-La conclusión de la nueva razón
que la certera premisa del amor
no sabe descartar tu corazón.

Aridez

Aridez