“El saber y la razón hablan, la ignorancia grita”. (Arturo Graf, poeta italiano).
Quizás porque como personas humanas, en base a muestra capacidad intelectual, solemos practicar la facultad de la virtud de la razón, como herramienta de identificar los diferentes conceptos, cuestionarlos y de acuerdo con nuestras posibilidades, inducir conclusiones coherentes. Considero que el acto de la razón es el razonamiento, la facultad humana de resolver problemas, que a nivel social es necesaria en base a una técnica que permita alcanzar el objetivo del razonamiento colectivo. Por medio de la argumentación y/o la exposición de los diferentes puntos de vista, el dialogo y la discusión podemos alcanzar consensos y lograr establecer correctas y adecuadas conclusiones. En definitiva para que la sociedad en su conjunto evolucione racionalmente han de existir los medios que posibiliten la acción: foros de debate, de dialogo, de discusión y de participación; de lo contrarío reducimos nuestra forma de existencia y de participación, como seres sociales, a la mínima expresión. Al fin al cabo, el humanismo, es la dialéctica y es la ciencia formal de la lógica, tan representativa en la figura del maestro sariñenense Gaspar Lax.
“O se tienen muchas ideas y pocos amigos, o muchos amigos y pocas ideas” (Santiago Ramón y Cajal). La editorial de la anterior revista Quio (número 133) versaba sobre temores de ideas claras que se quieren expresar, que chocan con una autocensura, renunciando a “una importante parcela de libertad” en nuestros propios medios de expresión. Se establece la siguiente relación: si no existe una verdadera expresión, exposición de motivos, es imposible alcanzar el dialogo y/o el debate. Ni es posible admitir y tolerar los diferentes puntos de vistas, ni obtener un enfoque objetivo, lo más neutral, imparcial y veraz posible. Es por ello que es muy importante reconocer y proteger el papel de las revistas en nuestros pueblos, de su trabajo, de su espacio social de expresión alejada de los intereses de nuestras instituciones, manteniendo una cierta independencia, una libertad de expresión y una libre participación de todos y todas. Es el caso contrario a la publicación de la prensa escrita por parte de la comarca, donde se suceden noticias subjetivas, propagandísticas y partidistas de la institución y de sus representantes. Con su único discurso, sin permitir otros puntos de vista, opinión y participación, y llegando gratuitamente y sin solicitarlo hasta nuestras casas e incluso a las casas vecinas claramente deshabitadas y mucho más llamativo hasta las casas ya casi en ruinas. Todo un derroche de recursos públicos y sin olvidar que todos, todos estamos a favor del embalse de Biscarrués.
“Propio de la razón humana es la enfermedad de creer a los demás impostores e impíos, no a nosotros mismos, porque nadie reconoce sus propios errores”. Miguel Servet, de quien se conmemoran los quinientos años de su nacimiento, es a menor en gloria y reconocimiento institucional que Joaquín Costa, de quien se celebran los cien años de su muerte, ejemplo del poder institucional en la información. Aún así, siempre me ha extrañado que Joaquín Costa sea invocado irrefutablemente en la actual política hidráulica y sus planteamientos de hace más de cien años sean aceptados, olvidando los actuales avances científicos y técnicos, sin con ello pretender menospreciar su extraordinaria figura. Pero a pesar de todo no dejo de entender que existiendo alternativa a Biscarrués, o si no es la adecuada, ¿por qué no se busca la alternativa correcta? y así poder evitar las graves afecciones en la zona de ubicación del embalse. Que puedan vivir nuestros hermanos de y en su río Gallego, de sus aguas, en sus pueblos; que nosotros busquemos alternativas, también en cultivos, en transformación, ser eficientes y sostenibles con nuestros recursos, que se incorporen los jóvenes a la agricultura y que podamos vivir y dejar vivir en nuestros pueblos.
Publicau en “ Os Monegros el 15 de junio del 2011.