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Gaiteros y gaiteras de Los Monegros


La gaita de boto aragonesa es un instrumento arraigado a la cultura de Los Monegros, instrumento que ha ido forjando, a lo largo de los tiempos, grandes gaiteros. Tal y como apuntan Luis Miguel Bajén y Mario Gros, es en Los Monegros donde mejor se ha mantenido el uso de la gaita de boto aragonesa, asociada al ritual del dance y a diversos géneros de canto (LCD La gaita en Los Monegros. Editorial Prames. 1999). Aun así, la gaita de boto aragonesa estuvo a punto de desaparecer tras dejar de sonar la gaita del gaitero sariñenense Juan Mir en 1975 y la de Juan Cazcarra de Bestué. Gracias al esfuerzo, de Martín Blecua y Pedro Mir, la gaita de boto aragonesa se recuperó “La famosa” volviendo a sonar en Sariñena en 1980 y desde entonces no ha parado de rugir con su característico timbre.

Sixto Lana, «El Rey». Foto-archivo: Ricardo Compairé (FDPH).

La gaita es un instrumento remoto con vestigios en la antigüedad, hay grabados egipcios tocando un instrumento muy parecido a la gaita, la conocieron los griegos y para los romanos era el instrumento de su infantería. Mario Gros matiza sobre el uso de la gaita en la antigüedad, pues no hay unanimidad entre los musicólogos “Los instrumentos que se tocaban en Egipto estaban desprovistos de odre y se tocaban con la técnica de la respiración circular. Los de Grecia (askaulos) y Roma (tibia utricularis) no está claro que sean gaitas«. En Europa, sobre los siglos IX y X vuelve a estar presente popularizándose en la baja edad media hasta comenzar su decadencia a partir del siglo XVIII. Aún así, la gaita ha sobrevivido en lugares concretos y a la vez dispersos, adquiriendo su propia entidad en Aragón. Antonio Beltrán Martínez, en el Dance Aragonés (1982), la denominó «Gaita de fuelle», matizando que «Tampoco es igual la gaita de fuelle aragonesa a la zamorana, la gallega o la asturiana». Actualmente, la gaita aragonesa se constituye en sí misma como “Gaita de boto aragonesa”.

Debe su nombre al boto, el boto u odre, de piel de cabrito, que almacena el aire, llegando a ocupar hasta 25 litros de aire, que se llena a través de un soplador. El aire es expulsado a través del clarín, con ocho orificios para articular la melodía y dos de resonancia. Igualmente, el aire sale por el bordón y la bordoneta, produciendo un bajo continuo cada uno. Se complementa con un vestido, normalmente estampado, y los tubos suelen estar forrados con piel de culebra. “Según Alfonso García-Oliva Mascarós, en su catálogo de las cornamusas del Museo de la Gaita de Gijón, la gaita de boto aragonesa pertenece a las Cornamusas Europeas Occidentales (grupo D) y más en particular a la Familia Franco-Occitana.” (http://www.bandadegaitasdeboto.org/)

La gaita de boto aragonesa y la figura del gaitero ha sido todo un referente en la cultura y la tradición monegrina. Antonio Beltrán Martínez recoge que «Los dulzaineros y gaiteros recorrían diversos pueblos para intervenir no sólo en los dances, sino también en los bailes públicos y alegrar las fiestas». Constantino Escuer, entre los libros de contabilidad de Perdiguera, encuentra la presencia de la gaita y gaiteros en lo que quizá se pueda presuponer una aproximación al dance en Perdiguera en 1613 “Item pagué a un gaitero que vino el día de Nuestra Señora de Agosto para bailar las joyas, cuarenta sueldos.”; considerándose la cita más antigua en Los Monegros. Constantino Escuer matiza “Desde 1584 ya se nombra el gasto en juglares y músicos que vienen a tañer, pero no se especifica qué instrumentos tocan. Es en 1667 cuando el asiento contable dice lo siguiente: -Más pagué al gaytero que tocó la gayta el día de la fiesta de nuestra patrona Santa Beatriz, del gasto y paga, treinta y ocho sueldos-. O sea, que se le pagaba el salario y los gastos de manutención y alojamiento si era menester. Treinta y ocho sueldos equivaldrían al sueldo de un trabajador no cualificado de unos ocho días.”

En el monasterio de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes (Siglo XVIII) aparece representada la figura de un ángel tocando la gaita. La gaita de Francisco Becana Oto, gaitero de Robres fallecido en 1837, está datada su construcción a finales del siglo XVII, tanto por la prueba de carbono catorce como la datación del uso del clarín, unos 120 años, en torno a 1680, estudio realizado por Pablo Carpintero; su madera es de boj. Luis Mur, en 1926, publicó un reportaje sobre el dance de Robres a la Virgen de Magallón, “Terminando después con una danza muy vistosa, en la que todos toman parte, chocando sus espadas y haciendo curiosos juegos y combinaciones muy vistosas al compas del sonsonete de una gaita”. Casildo Becana Val, gaitero de Robres, vivió a finales del siglo XIX, decía “No le dejéis la gaita al gaitero de Pallaruelo, que no la devolverá” (La gaita de boto aragonesa). Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero recogen como en Pallaruelo de Monegros “Hubo un gaitero que, a caballo entre los siglos XIX y XX, acompañó el romance, los dances y tocaba en el interior de la iglesia para acompañar las misas de primera». En Alcubierre se conoce la casa del gaitero y cuentan que hace años hubo dance en la localidad monegrina. Macario Andreu Torralba, gaitero de Lanaja, aunque cuenta que no existe constancia de gaitero en Lanaja, en la sierra existe una aldea (caseta de monte) que lleva por nombre la aldea del gaitero «Por la zona de la manadilla balsa de Lorda pero hacia el norte, junto a la del confitero».

Aldea el Gaitero. Sierra de Lanaja. Fotografía Macario Andreu Torralba.

En Monegrillo, los últimos recuerdos de su dance era que danzaban gracias al gaitero de La Almolda (Ángel Calvo Cortes. Monegrillo en sus raíces). Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero apuntan como en Monegrillo “Recuerdan vagamente que un gaitero de Sena tocaba el dance antes que El Brujo de La Almolda”. Igualmente señalan el caso de Peñalba, donde el dance a principios de este siglo lo acompañaba un gaitero de la localidad, “Del que apenas queda recuerdo”. El caso de Leciñena presenta dudas, Gaiteros de Leciñena cuentan que “En febrero de 1993 nos proporcionaron datos de la existencia de una gaita de boto en Leciñena y de la existencia de un gaitero. La mala fortuna hizo que ese gaitero, José Marcén Vázquez, falleciera en agosto de 1993 sin haberlo podido entrevistar. La gaita pasó a manos de un sobrino que vive en Badalona y tras más de un año de pesquisas difíciles, parece ser que fue vendida a un anticuario de Barcelona junto con otro clarín o dulzaina.” como bien dicen Pedro Mir y Martín Blecua en su libro La Gaita de Boto Aragonesa, -estos datos a falta de comprobación deben ser tomados con mucha reserva-. No parece que por fotos, bibliografía y tradición oral se pueda aseverar esta afirmación de que hubo una gaita en Leciñena, antes de recuperar el dance en 1983.”

El palotiau de Peñalba, que se representaba el 3 de mayo, por la Santa Cruz, y el primer domingo de octubre, por la Virgen del Rosario, siempre se acompañaban «Por el sonido de la gaita de boto, a veces con gaitero local, a veces con la presencia de Cristóbal Falceto, «El Brujo», de La Almolda.» (Mi abuelo Francisco y el palotiau de Peñalba. Carreras, Miguel Ángel. Desde Monegros).

Podemos decir que actualmente el dance monegrino goza de gran salud en Bujaraloz, Castejón de Monegros, La Almolda, Lanaja, Leciñena, Pallaruelo de Monegros, Robres, Sariñena, Sena, Tardienta y Valfarta. También hay documentación que acredita el dance en Albalatillo.

Como parte esencial del dance, destaca la figura del gaitero, el gran instrumental que ha permanecido en los dances monegrinos, forjados por una gran estirpe de gaiteros que merecen el mayor de los reconocimientos. Actualmente proliferan grandes gaiteras, manteniendo viva la tradición, augurando un gran futuro. Aquí van algunos de ellos y ellas.

Gracias a Chusé Rozas, Constantino Escuer, Pedro Oliván, Pili Monter, Nuria Montull, Eduardo Plana y Mario Gros.

Gaiteros/as de Bujaraloz

En Bujaraloz, el dance, a principios del siglo XX dejó de realizarse, aunque se mantuvo el baile de la gaita, especie de vals o jota. Acudía el Brujo de La Almolda hasta que, en una ocasión, la gaita se la guardaron en un granero donde al día siguiente apareció llena de piojuelo. El Brujo se enfadó tanto que ya nunca más quiso volver a tocar en Bujaraloz. Durante la guerra no se hizo nada de dance hasta su recuperación, para la que contaron con la ayuda de los hermanos Carlos y Eduardo Plana Galindo de Sena. (Rozas Auría, Chuse).

  • Berdejo Escanilla, Lidia. Joven gaitera de Bujaraloz, toca con gaita del taller de Pablo Morales de Caspe.
  • Dolz, Mila. En el 2011 inicia sus estudios en la Escuela Municipal de Música y Danza de Zaragoza, en el grado de Gaita de Boto. Es integrante de las formaciones Os Diaples d’a Uerba, Danze de San Chusé o la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza. En el 2013 se incorporó al dance de Bujaraloz como gaitera.
  • Rozas Auría, Chusé. Gaitero de Bujaraloz, comenzó gracias a los hermanos Plana en un curso donde se fabricaron sus propias gaitas y aprendieron a tocar. Junto a Chusé, han tocado Ambrosio Barrachina Royo y Javier Martínez Samper.
  • Serrate, Aniceto. “El Tintorero”. Natural de Castejón de Monegros, fue gaitero del dance de Bujaraloz hasta 1908 – 1910 aproximadamente. En ese momento se dejó de hacer el dance de Bujaraloz hasta su recuperación.

El día 27 de agosto de 1892, a las doce en punto del día, las célebres campanas de San Agustín y Nuestro Señor nos anunciaron con sus potentes y agradables sonidos el comienzo de las fiestas. En la puerta de la Iglesia Mayor, ante la presencia de la imagen de nuestro Patrón San Agustín, los danzantes, acompañados por el célebre gaitero, Aniceto Serrate, nos deleitaron con sus danzas, ter- minando el acto con los delirantes y tradicionales «¡VIVAS!» a San Agustín.”

Fiestas y danzantes en Bujaraloz a finales del siglo XIX. Chusé Rozas Auría.

Volteaban el día 27 las campanas
Inundando el aire de sonidos
Volteábanlas unos mozos fornidos
Anunciando al santo de tierras africanas
Salían el prior y el tintorero
Anunciando también a su patrón
Gemía gravemente de la gaita el zurrón
Uniase a la gaita el clamor callejero
Silbaban los cohetes voladores
Tañían las campanas a porgía
Invitando a la fiesta a todos los moradores
Notificando al pueblo el deseado día.

V.B.  
Hoja parroquial Bujaraloz. Años 60.

Gaiteros de Castejón de Monegros

  • Blas. Es el gaitero más antiguo que se conoce de Castejón de Monegros, abuelo de Virgilio Villanúa (La gaita de boto aragonesa). “Blas fue gaitero de Castejón de Monegros, durante los años que fue Mayoral acogía en su casa al gaitero de Sariñena Vicente Capitán, era lógico su gran conocimiento en el repertorio de mudanzas tanto del pueblo como de otros lugares” (Martín Blecua, A Virgilio Villanúa).
  • Pueyo Serrate, Senén. Natural de Castejón de Monegros, nació en 1890 y falleció en 1954 a los 64 años de edad. Conocido como el tío Senén, aprendió a tocar la gaita con Los brujos de La Almolda y fue el último de los gaiteros de Castejón. “Tocó durante cuarenta años, conocía muy bien el oficio de gaitero, construía pitas y cañas, llegando incluso a fabricarlas para el gaitero de Sariñena, Vicente Capitán” (La gaita de boto aragonesa).

“Era vecino de Tomás Serrate y aprendió a tocar con la mediana cuando trabajaba de pastor con Los Brujos de La Almolda. Era muy mañoso: él mismo se hizo todas las piezas de su gaita y curtió la piel para el boto; solía preparar las pitas con que tocaban él y Vicente Capitán, gaitero de Sariñena. Tocó durante cerca de cuarenta años en Bujaraloz, Castejón, La Almolda y Sena.” (La tradición musical en Los Monegros, Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero)

  • Serrate Mallén, Tomás. De sobrenombre Cachencho, natural de Castejón de Monegros, nació en 1880 y falleció en 1971. “Heredó de su padre Gaudencio el oficio de pastor y sus conocimientos como gaitero. Ya de pequeño le llamaban «Cachencher, el gaiterer,» porque iba siempre con la gaita a todas partes. Por lo que se recuerda tocaba únicamente en Castejón.” (La tradición musical en Los Monegros, Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero).

Tomás trató de transmitir sus conocimientos a Simeón, “Pero por falta de paciencia arrojó la gaita al fuego en un arrebato” (La gaita de boto aragonesa).

  • Serrate Mayoral, Simeón.  Natural de Castejón de Monegros (Castejón de Monegros,1913 – Zaragoza ,2011). “Fue un magnífico cantante a son de gaita, el último representante de este estilo de canto, así como un infatigable constructor de pitas y cañas para los gaiteros más jóvenes.” (La tradición musical en Los Monegros, Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero). En el 2008 se editó “Romances de ronda en Castejón de Monegros” una recopilación de romances del último de los cantadores a son de gaita monegrino.

Gaiteros de La Almolda

  • Falceto Aznar, Cristóbal.  De La Almolda proviene una de las más recordadas sagas de gaiteros, la de Los Brujos, El Brujón o el Tío Brujo de La Almolda. El tío Brujo, nació en 1869 y falleció en 1953 con 84 años, fue pastor y gaitero como su padre, El Brujé, su abuelo y su hermano Mariano (+1953 con 73 años). Aprendió a tocar la gaita de mano de su padre. En la comarca se ha conservad el dicho «ir de pueblo en pueblo como el gaitero de La Almolda» en recuerdo de las muchas localidades a las que acudía esta famosa familia de gaiteros. En la actualidad mantiene la tradición un bisnieto suyo, Jesús Falceto, conocido como El Gaiteré, que toca a dúo con el joven almoldano Luis Badía. (La tradición musical en Los Monegros, Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero).

“Su hermano Mariano y su hijo también fueron gaiteros. Le sucedió años más tarde Mariano Labat Pinós “El Mocé”, quien fue pionero en la recuperación de la gaita de boto aragonesa y que también tocó en el dance de Valfarta, y Jesús Falceto Lacort, biznieto de Cristóbal Falceto.”

La gaita de boto aragonesa.

«Cristóbal Falceto Aznar -el Brujo- (1869-1953), inolvidable y afamado gaitero, y don Mariano Labat Pinós -Mozé-(1936-2009) gaitero y persona clave en la historia de mantener e impulsar el dance.«

Identidad y dance: Memoria colectiva.
Máximo Gálvez Samper. Revista Montesnegros
.

“Cristobal Falceto Aznar, pastor de profesión, perteneció a una de las estirpes más conocidas y recordadas de gaiteros, Los Brujos. Quizá fue más que merecido su apodo, “El Tío Brujo”, ya que la magia de Cristobal Falceto, el Gaitero de La Almolda, ha conseguido llegar hasta nuestros días”.

Arafolk (http://www.arafolk.net/tiobrujo.php)

  • Labat Pinós, Mariano. El Mocé, comenzó a tocar el dance en 1969 con clarinete y, desde el año siguiente, con gaita gallega. “Es un instrumentista con una relevancia especial, pues contribuyó al mantenimiento de los dances de La Almolda, Castejón y Valfarta y participó en la primera recuperación del dance de Monegrillo.” (La tradición musical en Los Monegros, Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero).

Gaitero de Lanaja

Andreu Torralba, Macario. Gaitero actual de Lanaja. «En Lanaja no tenemos constancia escrita de que hubiera gaiteros hasta 1982. No obstante, en la sierra hay una aldea escachada que en un inventario que hicimos hace años aparece como la aldea del gaitero.En 1982 quisimos introducir la gaita en el dance, nos construyeron una que fue la primera los de Biella Nuey (Mario Gros Herrero), modelo copiado de la gaita de Bestue, con dos clarines, uno el original y otro adaptado en do a los instrumentos actuales. Conseguimos para poderla pagar que el Ayuntamiento nos subvencionara la mitad creo que fueron 50.000 pesetas. El danzante que la iba a tocar, no fue capaz de hacerlo y por pura tozudez me comprometí yo mismo a hacerla sonar, sin tener ni idea de música y hasta ahora tocando «de oído». Hace unos años se incorporaron dos hermanas Alicia y Alba Escanero Macaya que integramos con más gente la «orquesta sinfónica» del Dance de Lanaja, formada por violín, trompeta, saxo y varias melódicas.» (Andreu Torralba, Macario).

Curso 1989 de perfeccionamiento de Gaita en Monegros, programado desde la entonces Mancomunidad. Con Eugenio Gracia, Jesús Acero, Miguel A.Fraile, Macario Andreu y Eduardo Plana. Lanaja 1989. Fondo Eduardo Plana Galindo.

Gaitero de Leciñena

  • Marcén Vázquez, José. Gaitero de Leciñena, falleció en 1993.

Gaiteros/as de Robres

Actualmente el dance de Robres cuenta con los gaiteros Dani Vizcarra Capistros, Gonzalo Gracia Otín y Carlos Bolea Broset. Pronto se unirá la joven gaitera Sandra Cuello Capistros, de la saga Becana que está comenzando con una replica de la gaita familiar.

  • Becana, Mariano. Natural de Robres, falleció en 1805. Sus hijos Francisco y Domingo continuaron con la saga familiar, siendo ambos gaiteros. “Tocaron en Robres, Almudévar y Tardienta entre otras localidades. La tradición se interrumpió por no contar con descendientes varones y las gaitas quedaron arrinconadas en una bodega hasta su redescubrimiento en fecha reciente.”  (La tradición musical en Los Monegros, Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero)
  • Becana Oto, Francisco. Natural de Robres, falleció en 1837. Con su hermano Domingo iban juntos a tocar por los pueblos (La gaita de boto aragonesa).
  • Becana Oto, Domingo.  

Los hermanos Becana dejaron de tocar la gaita en 1820, guardando las gaitas en una cesta hasta que, en 1986,el párroco de Robres, D. Carmelo Pérez las encontró. Entre estas piezas había tres largas bordonetas, cuyas características no ofrecían dudas en cuanto a su función original: «El tipo de bordoneta también era nuevo para nosotros: muy largas y construidas a escala del bordón. Eran pues las genuinas bordonetas de caña simple» (Pedro Mir y Martín Blecua: «La gaita de Robres: Clave para la gaita de fuelle en Aragón», Rev. El Pimendón, de Robres (Huesca), nº 3 (monográfico en torno a la gaita). Feb. 1989, p. l6.).

  • Becana Val, Casildo. Gaitero de Robres, vivió a finales del siglo XIX. Decía “No le dejéis la gaita al gaitero de Pallaruelo, que no la devolverá” (La gaita de boto aragonesa). Casildo guardó las gaitas aguardando un sucesor varón que nunca llegó.

Gaiteros de Sariñena

  • Blecua Vitales. Martín. La herencia y relevancia de estos míticos gaiteros sariñenenses la recogió Martín Blecua Vitales, actual gaitero de los dances de Sariñena, Castejón de Monegros y Valfarta. Comenzó a tocar en su pueblo en 1975 con gaita gallega, recuperando el uso de la aragonesa en 1980 junto a Pedro Mir. Es una figura de gran importancia en este periodo crítico, pues aprendió su repertorio del antiguo mayoral de Sariñena Antonio Susín. Blecua colaboró en el mantenimiento musical de muchos dances, siendo sus conocimientos, talante y disposición fundamentales en la definitiva recuperación del instrumento. Ha creado escuela y cuenta con dos discípulos aventajados: Leandro Cucalón, a su vez descendiente de El Rey, y Javier Espada.” (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero).
  • Capitán Inglán, Vicente. “Pierretes”. Natural de Sariñena, falleció en 1967 a los 68 años. Conocido como Pierretes, fue pregonero y cestero en Sariñena. “Fue el último gaitero en activo en los años 60, por lo que acompañó muchos de los dances de los Monegros (La Almolda, Sariñena, Sena, Castejón, Lanaja, Pallaruelo, Tardienta, Valfarta…) y los de los barrios de Las Tenerías y del Rabal de Zaragoza. Además de dances acompañaba el canto de romances e interpretaba pasacalles, procesiones, bailes (Albalatillo, Usón) y rondas (Lastanosa).” (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero). Antonio Beltrán Martínez se refiere a é como «señó» Vicente Capitán (El dance aragonés).

“Como gaitero fue correcto, afinaba bien el instrumento, pero como no se hacía las pitas. Al morir el gaitero de Castejón, el tío Senén, tuvo que comprarlas de gaita gallega en Zaragoza” (La gaita de boto aragonesa).

No transmitió su arte y su gaita acabó vendida, en 1963, a Doña Asunción Artero de Sena para el dance de la localidad. La gaita fue cuidada por las hermanas González y luego por Miguel Montull.  

  • Cucalón, Leandro. Gaitero actual del dance de Sariñena.
  • Cucalón Cano, Mario. Gaitero de Sariñena en la década de 1980. Con once años, pasó de volante del dance de Sariñena a Gaitero. Aprendió a tocar la gaita de la mano de Antonio Susín Palacio, con el clarín pues le costaba abrazar el boto. Comenzó con gaita gallega y luego aragonesa, esta última que forró con piel de una culebra que el mismo cogió por la zona de las Barceladas de Sariñena. Ejerció como gaitero del dance de Sariñena entre 1974 y 1981, cuando tuvo que realizar el servicio militar. Eduardo Plana Galindo lo señala por su alto nivel como gaitero, además «Acompañando con su instrumento a la orquesta de Sariñena Los Kents y Rios-Kents Swou. Hecho sin duda de una enorme relevancia en relación a Gaiteros y Gaitas en los Monegros.»

Mario Cucalón. El dance aragonés, Beltrán Martínez, Antonio.

  • Espada, Javier. Gaitero actual del dance de Sariñena.
  • Lana Muro, Sixto. “El Rey”. Natural de Capdesaso, nació en 1856 pero avecindado en Sariñena, falleciendo en 1936. Es recordado por quienes lo oyeron por su maestría y elegancia al tocar. El siñó Sixto enseñó a varios gaiteros, entre otros a Vicente Capitán, a quien cedió la gaita al retirarse. Acudía a tocar a bodas, bautizos y fiestas en numerosos lugares: Castejón de Monegros, Sariñena, Huesca, donde acompañaba a la comparsa de gigantes y cabezudos, o Zaragoza, en cuya catedral de La Seo tocaba «para misa” (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero). En Sariñena trabajó como pastor (La gaita de boto aragonesa).
  • Mir Susín, Juan. Natural de Sariñena falleció en 1996. Fue rebadán del dance de Sariñena hasta que consiguió la gaita aragonesa de El Malo y sustituyó a Capitán en el dance de La Almolda hasta 1968 y en Sariñena hasta 1975. Fue el último gaitero con gaita aragonesa en los años 70, aunque tocaba sin bordón ni bordoneta y usaba pitas gallegas compradas en comercios de Zaragoza.

Murió el 15 de noviembre 1996. “Sucedió a Vicente Capitán. Heredó pocos conocimientos, pues tocaba sin bordón ni bordoneta; sólo usaba el clarín con pitas de gaita gallega” (La gaita de boto aragonesa). “Tuvo el honor de ser el último gaitero aragonés heredero. Por problemas de salud dejó de tocar en público.» (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero).

  • Navarro, José. Gaitero del dance de Sariñena fue conocido como el “Zaragozano”. Acabó emigrando a Barcelona. “Coetáneo de Capitán, se recuerda a otro gaitero, José Navarro, El Zaragozano, que interpretó en varias ocasiones el dance de Sariñena” (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero).
  • Tella Bornao, Teodoro. Hijo del gaitero Tomás Tella Castán “El Malo”, falleció el 24 de noviembre de 1959, a los 60 años (La gaita de boto aragonesa). Heredó gaita y conocimientos, aunque únicamente tocó en Sariñena (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero). Su gaita fue comprada por Juan Mir Susín.
  • Tella Castán, Tomás. “El Malo”.  Natural de Sariñena, falleció en 1934 a los 65 años. Fue también pastor y pertenecía a la familia de Casa el Gaitero y parece ser que construyó su propia gaita. “A pesar de su apodo familiar, los que le oyeron tocar le reconocen como un gran instrumentista, el mejor de su época. Tocó en Sariñena, Pallaruelo, Sena, Castejón, Tardienta, Huesca, Zaragoza o pueblos de Lérida como Almacellas” (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero). “Excelente gaitero que, a juicio de los abuelos de Castejón de Monegros y Pallaruelo de Monegros, fue el mejor gaitero de Sariñena” (La gaita de boto aragonesa).

Gaiteros/as de Sena

Antiguamente hay constancia que acudían gaiteros de Sariñena y Tamarite, a principios del siglo pasado (Siglo XX), La mundanza Arroyuelos a la mar la llamaban “Arrubielos”, porque así la llamaban los gaiteros de Tamarite. En una foto de 1920, de Ricardo del Arco, aparece el gaitero “El Malo”. Mosén Miguel Huget, párroco de Sena, llegó a ejercer de gaitero en la localidad monegrina. 

Primer Curso de Gaita en Sena. Con Daniel Ardanuy, Alberto Uriol, Eduardo Plana, Carlos Plana y Jaime Ramón. Sena 1991. Fondo Eduardo Plana Galindo.

  • Montúll Simón, Nuria. Aprendió de Carlos y Eduardo Plana Galindo y desde el 2013 ejerce de gaitera en el dance de Sena. Nuria está haciendo escuela, desde el 2017 dulzaina y del 2021 de gaita. Cuenta con jóvenes gaiteros y gaiteras que van tocando en el dance de la localidad: Clara Sese Períz, Marian Pellicer Soler, Vera Villafaina Soler, Alejo Villafaina Soler, Héctor Castel Campos y Leo Barrau Robledo.
  • Plana Galindo, Carlos (1965). Gaitero de Sena desde 1978.
  • Plana Galindo, Eduardo (1963). Gaitero de Sena 1978.

Carlos y Eduardo Plana Galindo aprendieron y recuperaron la gaita de boto y acompañaron a Jaime Ramón, como gaiteros en Sena. Comenzaron con los cursos para nuevos gaiteros. Los primeros a quienes enseñó Carlos, ya en la década de los 80, fueron Daniel Ardanuy, Alberto Uriol y Miguel Uriol. Los dos primeros fueron Gaiteros titulares de gran nivel en el Dance de Sena durante muchos años y hasta hace poco. En sucesivos cursos y cronológicamente, se iniciaron, Ernesto Montull y Fran Sesé. Ya a partir de 2010, se iniciaron con Carlos y Eduardo: Ramón Plana, Jorge Suelves, Elvira Plana, Belén Plana y Nuria Montull. Igualmente en esa época lo intentaron, Concha Santamaría y Daniel Nerin. En 2019, comenzó, aprendió y tocó en 2021 la gaita con el dance de Sena, Gonzalo García. (Plana Galindo, Eduardo).

Primeras Gaiteras de Sena. Con Belén Plana, Elvira Plana y Ramón Plana. Graus 2006. Fondo Eduardo Plana Galindo.

  • Plana Vargas, Ramón. Aprendió de Carlos y Eduardo Plana Galindo y desde el 2013 ejerce de gaitero en el dance de Sena.
  • Ramón Bitrián, Jaime. Natural de Sena, aprendió las mudanzas del dance de su pueblo con mosén Miguel Huguet, párroco de Sena y defensor de la pervivencia del dance. Aunque inicialmente intentó utilizar el viejo instrumento de Vicente Capitán, a quien compró la gaita, tocó el dance de Sena con gaita gallega. Desde 1987 sigue haciéndolo con gaita aragonesa en compañía de los hermanos Carlos y Eduardo Plana.  (La tradición musical en Los Monegros, Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero). En la década de 1980, Antón Corral de la Universidad Popular de Vigo reprodujo las piezas de la gaita conservada en Sena. 
  • Suelves Mur, Jorge. Aprendió de Carlos y Eduardo Plana Galindo y desde el 2013 ejerce de gaitero en el dance de Sena.

Curso 2013 de Gaita en Sena. Con Ramón Plana, Belén Plana, Jorge Suelves, Nuria Montull, Eduardo Plana y Jaime Ramón. Fondo Eduardo Plana Galindo.

Gaiteros de Tardienta

En el dance de Tardienta, la gaita estuvo presente durante muchos años. Hay constancia del gaitero de Robres Mariano Becana o Tomás Tella Castán y Vicente Capitán Inglán de Sariñena, que se acercaban a Tardienta durante las fiestas para la interpretación de sus mudanzas. El dance de Tardienta se perdió hasta su recuperación a finales de los años 70. Sergio Martínez Rui (El dance de Monegros. A partir de un estudio particular del dance de Tardienta y un proyecto de recuperación del dance de Grañén), cita la presencia en 1981 de los gaiteros Elias Abadía Aso y Francisco Peleato Estaún, según información proporcionada por la Agrupación Cultural “Santa Quiteria”. Villa de Tardienta.

  • Abadía Aso, Elías.Tocó, de forma autodidacta, la gaita gallega para acompañar el dance desde 1983 a 1987.” (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero).
  • Peleato Estaún, Francisco. Autodidacta con Elías Aabadía. Ambos, con dos gaitas gallegas comenzaron a acompañar el dance «En solitario en un principio y, posteriormente acompañados por la magnífica Banda «El Guante Blanco» de Tardienta que, desde su formación y hasta la actualidad, se encargan de la parte musical.» (Danzantes de Tardienta).

«En el año 2010 la gaita de boto llegó de nuevo al dance de Tardienta, gracias a la afición de uno de sus danzantes y de José Manuel Barluenga y Álvaro García, únicamente para la interpretación del ofertorio (popularmente llamado «tiroriro») en la misa del 23 de mayo. Actualmente, José Manuel y Alfredo Viñuales, miembro de la banda, se encargan de que el sonido de la gaita este presente en el dance de Tardienta.»(Danzantes de Tardienta).

Gaiteros de Valfarta

  • Ballarín, Agustín y Labrador, Daniel tocaron en alguna ocasión las dianas con una antigua gaita gallega en el primer tercio del siglo pasado. (La tradición musical en Los Monegros. Luis Miguel Bajén García y Mario Gros Herrero).

Elena Villellas Laín


Elena responde a una periodista excepcional, tanto en lo profesional como en lo personal. Ha sido el corazón de Radio Monegros, en esas ondas cercanas que entraban en casa como si fuese de la familia. Su trayectoria la avala y su apuesta por vivir en Sariñena, ligada a la comarca de Los Monegros ¡Hoy le toca ser noticia!.

Elena Villellas Laín nace en 1970 en una casa ubicada en la calle Castillo Bajo de Sariñena, localidad de la que es oriunda su familia materna, mientras que la paterna procede de la vecina Capdesaso.

Se licenció en Ciencias de la Información (Periodismo) por la Universidad Autónoma de Barcelona en 1993. Siempre muy vinculada a su tierra natal, realiza sus primeras prácticas en “El Día” (redacción de Huesca) durante tres veranos. En este periódico se publican sus primeros artículos, muchos referentes a Los Monegros: el Monasterio de Sijena, FEMOGA, entrevistas al tonelero de Sariñena… y aparece el tema de la despoblación que ya abordó en aquellos primeros años 90 del siglo pasado y en el futuro será recurrente para ella. La lectura de “La lluvia amarilla”, de Julio Llamazares, y la observación de una realidad que conoce de primera mano, esa dicotomía entre el mundo rural y urbano, alimentaron su curiosidad hacia este fenómeno.

“Diari de Barcelona” y Radio Barcelona, Cadena SER fueron también medios de comunicación en los que realizó prácticas y siguió aprendiendo las claves del oficio, de la mano de grandes profesionales que tuvo la suerte de conocer a lo largo de su carrera. Entre los medios en los que ha trabajado también se encuentran el periódico SEGRE, Onda Cero radio, gabinete de prensa de la Institución Ferial de Barbastro, corresponsalía de Agencia EFE y Radio Nacional de España en Barbastro y ya en Zaragoza, Antena Aragón Televisión, donde permaneció cinco años, en redacción y presentación de informativos, programas de debate y de actualidad o producción, entre otros.

Una etapa muy fructífera y de la que guarda inmejorables recuerdos, tanto desde el punto de vista profesional como humano, y que deja atrás en 2003, para poner en marcha Radio Monegros, como emisora comarcal, que estuvo activa durante casi una década, y que compaginó desde 2006 con la labor de técnico de Comunicación de la Comarca de Los Monegros, función que desempeña desde entonces y hasta la actualidad.

¿Qué es el periodismo? En general y desde el medio rural, sus dificultades

Creo que el periodismo es un compromiso con la verdad y una garantía del derecho a la información. Se puede hacer buen o mal periodismo independientemente del lugar donde se ejerza el oficio: da igual que sea Nueva York o Sariñena, lo importante es no perder de vista la profesionalidad y la verificación que es lo que te da la credibilidad hacia una audiencia que puede ser de millones o de tan solo cien personas. En el medio rural, todo es a flor de piel, para lo bueno y para lo malo; no existe el anonimato y esa cercanía puede facilitar las cosas o hacerlas más complicadas. Otro tema sería la visibilización del medio rural, lo difícil que resulta a veces que historias que ocurren en los pueblos tengan repercusión si no van más allá de los sucesos o de los estereotipos.

Por otro lado, actualmente tenemos acceso a más información que nunca. Da igual dónde vivamos, hasta en la más remota aldea estamos bombardeados por noticias desde canales que antes no existían al alcance de la mano: internet, las redes sociales… nos acercan el conocimiento a todos los rincones del mundo, pero, por otro lado, también es mayor el riesgo de “contaminación informativa”, con el fenómeno de las fake news, la inteligencia artificial… A veces es difícil distinguir la verdad de la mentira y ahí es muy importante la labor del periodista como garante de un derecho democrático que no deberíamos perder de vista. La libertad de expresión es fundamental pero también lo es el acceso a una información veraz.

El papel de la mujer en el medio rural, como trabajadoras y periodistas o colaboradoras

En las recientes jornadas de periodismo local que se celebraron en Sariñena se pudo comprobar el gran número de medios locales que hay en nuestro país con una mujer al frente. Muchos de ellos son medios digitales microrrurales. Quizás hayamos encontrado nuestro lugar en el mundo en pueblos de “La España Vacía” (título del ensayo del escritor y periodista Sergio del Molino que nos puso en el escaparate) donde si no cuentas tú lo que ha pasado en un determinado momento y lugar, nadie lo hace porque no hay más personas ni medios para cubrir esa noticia. En muchos casos es así. Y ya sabemos que lo que no se cuenta, lo que no se comunica, es como si no existiera. Las mujeres son motor del medio rural y en esta profesión también se nota ese compromiso con el entorno, con su dinamización, con las raíces y la identidad de un territorio.

¿Papel, radio, televisión o medio digital?

Por mi trayectoria he trabajado en todos los soportes. Actualmente, el medio digital es vital para comunicar porque como decía antes, estamos informados las 24 horas a golpe de móvil. Lo importante, más que el canal utilizado, es la veracidad y la forma de contar la noticia. Naturalmente, cada canal tiene su lenguaje. La radio para mí es muy especial por muchas razones: la inmediatez, la conexión con el oyente, la magia de los sonidos y los silencios…pero también me atrae mucho la televisión de la que guardo grandes recuerdos, delante y detrás de las cámaras. Por otro lado, el papel fue la razón por la que me quise dedicar al periodismo porque siempre me ha gustado escribir desde que era una cría y de ahí nació mi vocación, aunque también jugaba a que trabajaba en una emisora y hacía mis grabaciones y mis maquetas de programas… De modo, que me quedo con los cuatro canales que pueden coexistir perfectamente, cada uno tiene su momento.

¿Un medio de comunicación? Un/a periodista de referencia?

Como periodista citaré a Carmen Sarmiento, de TVE. Para mi fue referente desde cría. Sus reportajes marcaron época y dio voz a quienes no tenían, que también es una función de nuestra profesión. Abordó temas que eran tabú hasta entonces en nuestro país y abrió puertas desde el punto de vista del feminismo. Series de documentales como “Los marginados” hicieron historia. También la corresponsal Rosa María Calaf es una periodista de referencia para mí. Actualmente, citaría a Mavi Doñate  y a Gervasio Sánchez. Recuerdo que estudiando la carrera fuimos con una compañera a la presentación de un libro de Oriana Fallaci en Barcelona y me impactó. Eran principios de los 90 del siglo pasado. Entonces me hubiera gustado ser corresponsal. Por otro lado, he tenido la suerte de conocer a periodistas que admiro. Nombraré a una gran profesional, Maite Cortina, que tristemente falleció y a quien tengo siempre en el recuerdo y muy presente. Como medio de comunicación, citaré a Radio Monegros porque fue para mí más que un lugar de trabajo. Fue un proyecto de vida y un reto maravilloso.

¿Un personaje de Los Monegros?

Miguel Servet, nacido en Villanueva de Sijena, porque más allá de la gran importancia de sus descubrimientos científicos, como la circulación pulmonar de la sangre por lo que es muy conocido, y también de sus publicaciones,  es un símbolo internacional de la libertad de pensamiento, de conciencia y de expresión.

También,  Martín Cortés de Albacar, de Bujaraloz, Me maravilla este personaje también del siglo XVI, un científico tan importante que nació mar adentro, en la estepa monegrina, y descubrió para la navegación la declinación magnética de la tierra y el polo norte magnético o la carta esférica, entre otras cosas. Es curioso que ambos insignes monegrinos nacieron con solo un año de diferencia.

¿Qué momento histórico, suceso o hecho de Los Monegros os gustaría haber cubierto?

El periplo y la gesta de las Canalistas de Lanaja que en 1915 dieron un ejemplo y fueron unas pioneras. También me gustaría entrevistar al bandido Cucaracha, Mariano Gavín Suñén, y comprobar de primera mano cuánto hay de verdad o de leyenda.

¿Una noticia importante en Los Monegros? ¿Cuál ha sido?

Por citar algunas diferentes en tiempo y temática, la llegada de regadíos, la adquisición y restauración de la Cartuja de las Fuentes por parte de la DPH,  y cuando tocó la lotería de Navidad en Grañén en 2011, más de 700 millones de euros,  fue un acontecimiento con mucha repercusión y son buenas noticias…

¿Una noticia soñada para Los Monegros?

Que se concluyera el Eje de Los Monegros y se arreglaran las carreteras que lo necesitan. Que se consiguieran más frecuencias y conexiones ferroviarias. Que se frenara la despoblación. Y puestos a soñar… que se descubriera la solución a la sequía mediante un sistema investigado y descubierto desde el futuro campus especializado en  agrotecnología que se ubicaría en Los Monegros y sería referente en todo el mundo.

Un lugar de Los Monegros

Hay tantos lugares especiales en Los Monegros que no puedo elegir uno. Propongo un atardecer en cualquiera de esos bellos lugares.

Patricia Puértolas Alegre


Patricia ha sido voz y alma de Radio Monegros. Grañenense y monegrina, es una apasionada de Los Monegros, comprometida con su día a día, creando su propio medio de comunicación «Desde Monegros». Desde el rigor y la cercanía, actualidad y artículos, sigue poniendo voz a Los Monegros, apostando por esta tierra que lleva en su corazón. Hoy le toca ser noticia.

Vivo en mi localidad natal, Grañén, donde disfruto del contacto directo de sus gentes. También de aquellos lugares que han formado parte de mi niñez y adolescencia. Me gusta su familiaridad. Siento un gran apego por mi tierra.

Soy licenciada en Periodismo por la Universidad SEK de Segovia (2001-2005) y Posgrado en Reporterismo por la Universidad Ramón Llull de Barcelona (2006).

Mi misión siempre ha sido contar historias, desde la cercanía y el compromiso, lo que resulta inherente a mi condición de periodista rural. Desde mis inicios, he ejercido esta labor en mi propio territorio, donde comencé mi trayectoria profesional como redactora en la extinta emisora Radio Monegros. Desde hace 15 años, soy corresponsal del Heraldo de Aragón y en 2013, lancé el periódico digital Desde Monegos, un nombre que revela el punto del que parten sus historias y el lugar desde el que se escriben. Mi trabajo me ha permitido conocer a gente maravillosa, que ama este territorio y que contribuye a su desarrollo. A los colaboradores de Radio Monegros, uniría muchos otros nombres propios, entre ellos, personas relacionadas con las artes, el teatro, el folclore, la investigación o el asociacionismo.

También soy coautora de los libros ‘Curbe, 50 años de vida’ y ‘La Cartuja de Monegros. 50 años echando raíces’, que me han permitido conocer y compartir las historias personales de un grupo de hombres y mujeres que un día dejaron atrás todo lo conocido para crear un nuevo hogar en mitad de Los Monegros. Ambas publicaciones tienen un carácter muy periodístico, con muchos rostros y testimonios que son historia viva de nuestra comarca. En ambos casos, compartí el proyecto con la investigadora Gemma Grau.

De forma más reciente, y junto a otra compañera y amiga, Victoria Fortuño, hemos sacado adelante una nueva publicación sobre el 50 aniversario de la SAT 580 Secadero de Cereales Santiago de Grañén. El trabajo realizado también contribuye a preservar la memoria histórica del municipio.  

¿Qué es el periodismo? En general y desde el medio rural, sus dificultades.

El periodismo es el arte de contar historias. Yo soy periodista rural por vocación y elección. También a base de empeño, es decir, por pura perseverancia. Y, como muchas compañeras y compañeros que han elegido la vida en el pueblo, me mantengo con la obligación de ser autónoma y emprendedora. Nunca he tenido un único trabajo.

Soy de las que creen en el valor del periodismo local como herramienta de cambio, dando voz y espacio a sus protagonistas. El periodista local es clave para hacer pueblo y poner en valor el patrimonio de un territorio, fomentado la identidad de sus gentes con su tierra y por lo tanto, su arraigo, lo que contribuye a luchar contra la despoblación y a crear pueblos vivos. Para amar, hay que conocer, y, cuando se ama un territorio y se está orgulloso del mismo, se crea un vínculo más difícil de romper. En una comarca como la nuestra, con un territorio tan extenso y poco poblado, la información diaria vertebra, une, dignifica y potencia.

A nuestro favor, juegan compromiso, conocimiento y cercanía. En mi caso, me gusta desplazarme siempre que puedo, es decir, conocer cada realidad de primera mano y narrar desde el lugar, tirando mucho de reportajes y crónicas. A lo largo de estos años, sumo miles de kilómetros. Y con gusto. Me encanta haber tenido la oportunidad de ver danzar a cada uno de los grupos de Los Monegros, haber compartido decenas de romerías, tradiciones o fiestas o haber mantenido largas charlas con personas relacionadas con el mundo de la cultura, el tejido asociativo, el sector primario, el emprendimiento, etc. Al moverte y mezclarte con la gente, tu perspectiva y tu narración se enriquecen. El problema está siempre en la falta de tiempo. Tal y como he dicho, la mayoría tenemos más de un trabajo y además, el día a día suele ser exigente, lo que limita los desplazamientos o los temas que requieren mayor dedicación.

A nuestro trabajo, además de compromiso y cercanía, también debemos sumar crítica e independencia, y yo creo que existe o ya me hubiera dedicado a otra cosa, pero la autocensura y la dependencia de determinadas fuentes de financiación -especialmente cuando se carece de músculo empresarial- también juegan su papel en el medio rural.

El papel de la mujer en el medio rural, como trabajadoras y periodistas o colaboradoras.

A través de nuestro trabajo, es fácil comprobar el destacado papel de la mujer en el medio rural y en general, en cualquier ámbito de la vida. En nuestros pueblos, son las que mantienen la vida social y cultural, las que siempre están dispuestas a sumar a cualquier iniciativa y por supuesto, cada vez más las que desarrollan con éxito su labor profesional y emprenden con decisión para mover la economía local. Todavía es necesario generar nuevas oportunidades y seguir trabajando en materia de igualdad. La conciliación sigue siendo muy complicada.  

Soy madre de dos niñas y desde que llegaron a mi vida, además de volverme más práctica, he tenido que reducir el ritmo y acotar mi trabajo. Para sobrevivir (llegar a todo es imposible), me valgo de una excelente red de apoyo familiar y de las bondades que brinda vivir en un pueblo con servicios básicos.

¿Papel, radio, televisión o medio digital?

Todos los medios tienen su encanto. Todavía soy una enamorada del papel; me gusta pasar las páginas de un periódico y tocar el resultado del trabajo realizado. El digital alivia la presión del espacio contado en caracteres, es decir, a diferencia del papel, no tienes la obligación de ceñirte a una extensión concreta y además, puedes introducir imágenes, vídeos, etc. La radio me apasiona; es un medio vivo y lleno de posibilidades. Tiene el aliciente del contacto directo con el entrevistado y por supuesto, con el oyente. Además, ofrece la posibilidad de jugar con los silencios, con la fuerza de la música o los efectos sonoros. Hasta las risas tienen cabida y cuentan. Mi experiencia en Radio Monegros, junto a Elena Villellas, fue un maravilloso aprendizaje a nivel profesional y personal y además, me sirvió para conocer y por lo tanto, para amar más mi comarca y a sus gentes.

Durante mi etapa como corresponsal del Heraldo de Aragón en el Bajo Cinca, entré en contacto con Digital Fraga TV y su responsable, Jorge Larroya. Y también me gustó el medio, ya que el resultado del trabajo se luce cuando se miman las imágenes y la edición.

¿Un medio de comunicación? Un/a periodista de referencia?

Aunque hay grandes profesionales, yo me adentré en este oficio por mi pasión por la escritura y mi vocación como contadora de historias. Y, en este sentido, siempre me han inspirado aquellos que se mueven entre el periodismo y la literatura como Juan José Millás, Gabriel García Márquez, Manuel Rivas, Miguel Delibes o Truman Capote. Son la mejor escuela de narrativa. Ahora bien, he tenido además otros ejemplos cercanos e inspiradores que me han ayudado a crecer en este oficio. He aprendido mucho del resto de periodistas vinculadas a Los Monegros y de mis compañeros y compañeras de la redacción del Heraldo de Aragón en Huesca.

¿Un personaje de Los Monegros?

Miguel Servet, natural de Villanueva de Sijena, es uno de nuestros personajes históricos más inspiradores. Médico, teólogo y erudito es probablemente el más universal. Fue un hombre admirable, de profundas convicciones, que está considerado –y ese es su valor más excepcional– el padre de la libertad de pensamiento y conciencia.

¿Qué momento histórico, suceso o hecho de Los Monegros os gustaría haber cubierto?

Monegros lleva décadas luchando por la llegada del agua y la extensión de los regadíos. Hace cien años, hubiera sido emocionante acompañar y narrar la marcha de las Canalistas de Lanaja o, de forma más reciente, la inauguración del Abrazo de Tardienta. Aún quedan reivindicaciones históricas pendientes y por lo tanto, muchas oportunidades de contarlas en voz de sus protagonistas. Por ejemplo, por fin ha comenzado ya la cuenta atrás para la construcción de la tubería de Valdurrios, que permitirá el riego de más de 6.000 hectáreas de Bujaraloz, Peñalba y Fraga.

¿Una noticia importante en Los Monegros? ¿Cuál ha sido?

A lo largo de los últimos años, y en relación a la recuperación de nuestro patrimonio, ha habido dos muy destacadas: la vuelta de una parte importante del tesoro artístico de Sijena, que era además una cuestión de justicia y dignidad, tal y como dice el lema de la plataforma Sijena Sí; y el paso a manos públicas de la Cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes, lo que ha permitido frenar su progresivo deterioro y devolverle de forma paulatina su esplendor, gracias a la decidida apuesta de la Diputación de Huesca. Ahora mismo, como monegrina, me emociona ver el progreso de las obras, con el importante avance de la restauración de las pinturas, y en especial, la apuesta por darle vida a través de potentes actividades y conciertos.

En 2011, también fue algo extraordinario poder compartir y contar la alegría de la llegada del Gordo ‘más gordo’ de la historia de la Lotería de Navidad a Los Monegros. Las mujeres de Sodeto repartieron casa a casa una parte importante de aquellos 720 millones que dejó el célebre 58.268. El titular del décimo aniversario dejaba claro el destino de gran parte del dinero y su repercusión real en la zona: «Se compraron más tractores que coches de lujo».

¿Una noticia soñada para Los Monegros?

Al recorrer las calles de mi pueblo, especialmente cuando salgo a última hora, y los capazos son escasos, no puedo evitar fijarme en las casas que llevan tiempo vacías. A veces las he contado calle a calle, recordando a sus últimos habitantes, a los que ya no están o a los que un día se fueron. Aunque sea poco a poco, espero ver y narrar que la situación se va revirtiendo, que nuestros pueblos ganan en número de habitantes y que cada vez son más las casas que vuelven a llenarse de vida. A raíz de la pandemia, algunas poblaciones han recibido el retorno de hijos del pueblo o simplemente de nuevas familias que han apostado por las bondades del medio rural. Todas ellas historias bonitas que contar. También espero seguir escribiendo de aquellos y aquellas que logran hacer realidad aquí sus sueños, de monegrinas que derriban barreras y de jóvenes que aman su tierra.   

Un lugar de Los Monegros

Me resulta muy difícil elegir. Tengo una larga lista: el sabinar de Pallaruelo, la Laguna de Sariñena, la sierra de Jubierre, los paisajes esteparios de Monegrillo, la Cartuja de Las Fuentes… También tenemos localidades con mucho encanto como Sena o Torralba de Aragón. Y me encantan los pueblos de colonización y por supuesto, los atardeceres que puedes contemplar en la zona de la Gabarda o las serretas de Marcén y Fraella.

Victoria Fortuño Valero


Llegó a Sariñena de mano de la cadena SER. Durante algunos años dio vida a Radio Sariñena, convirtiéndose en la voz de Los Monegros. Información, pero también descubrir la gente y una tierra que ha hecho suya. Dedicación, pasión e ilusión, un sentir las ondas, de transmitir, una de esas voces que se colaban en nuestras casas haciéndose familiar. Hoy le toca ser noticia.

Mi nombre es Victoria Fortuño Valero, soy de Sabayés, pero casi un tercio de mi vida he vivido en Sariñena. Precisamente a Los Monegros llegué en gran parte por amor, me gusta decir, pero lo cierto es que fue por trabajo. Así que he ejercido el periodismo local en Radio Sariñena, mientras he podido, descubriendo una comarca totalmente desconocida para mí y que me ha llegado a hipnotizar. Además de la Cadena SER, he trabajado sobre todo en Aragón Radio, tanto en programas (‘La Cadiera’ de los fines de semana), como en la redacción de informativos. He hecho algunos podcast, algo de tele… Tengo bastante recorrido así en general en estos últimos años. Y en la actualidad, no es un medio, pero he de decir que tengo una enorme responsabilidad enseñando a los periodistas del mañana, en la Universidad San Jorge, con dos asignaturas y una beca vinculadas a la radio, y además he iniciado un camino en el periodismo institucional trabajando en Comunicación de la Diputación Provincial de Huesca. 

¿Por qué elegisteis la profesión?

No lo tenía nada claro a los 18 como les pasa a muchos, pero me decanté enseguida por el periodismo. Yo quería contar las cosas que pasaban, quería contar historias. Creo que fue determinante para mí salir de un pueblo tan pequeñito y terminar en Segovia y en Madrid, donde conocí a mucha gente y me di cuenta del papel tan importante que tienen los medios de comunicación para conectar a las personas y para explicar a la sociedad en general las cosas tan locas que suceden en el mundo. pero también en la puerta de al lado de nuestra casa. 

¿Qué es el periodismo? En general y desde el medio rural, sus dificultades.

Yo sé que el periodismo se ha desprestigiado muchísimo. Hubo tres o cuatro periodistas (hombres) que en un tiempo pasado eran casi los amos del universo, pero ahora no tiene nada que ver y en parte también se debe a la mala praxis y al intrusismo. También se aprecia en otros detalles ese desprestigio, pues la mayoría de la oferta laboral es bastante precaria, se hacen muchas horas, se cobra tirando a poco y encima la sociedad no te reconoce. Pero, sin embargo, trabajando en el medio rural yo me he sentido casi siempre muy valorada. La gente está muy agradecida. Valoran que le des la oportunidad de hablar, expresarse, contar inquietudes, reivindicaciones… pero también de escuchar cómo su pueblo se pone en el mapa cuando cuentas las noticias que suceden en él, siempre con un criterio y una profesionalidad detrás. ¿Dificultades para ejercer el periodismo desde el medio rural? Todas las del mundo y más: mala cobertura, mala conexión, obstáculos para tocar algunos temas, menos variedad de testimonios, menos oportunidades laborales, mucha soledad… pero aún así para mí, mi experiencia de trabajo en Radio Sariñena fue el mejor máster que podía hacer en mi vida. El periodismo local es la mejor escuela.

El papel de la mujer en el medio rural, como trabajadoras y periodistas o colaboradoras.

Las mujeres lo tenemos complicado en todas partes, pero en el medio rural es un añadido. Siempre explicando que el feminismo no es una pataleta contra el sexo masculino, es sólo el deseo de vivir en una sociedad igualitaria, que ya va tocando. Creo que lo preguntas, no obstante, desde la perspectiva del periodismo y yo, la verdad, casi siempre he estado rodeada de mujeres periodistas en los pueblos y me gusta mucho la sensibilidad que tienen para contar la realidad de la zona rural, con una idiosincrasia muy particular. 

¿Papel, radio, televisión o medio digital?

Radio siempre. El formato sonoro se ha convertido en mi forma de expresión. No concibo mi vida sin cascos ni micrófono.

¿Un medio de comunicación? 

La Cadena SER, que la he mamado de mi madre, pero confieso que ahora cada vez escucho menos radio convencional.

¿Un/a periodista de referencia?

Inevitable pensar en Iñaki Gabilondo por supuestísimo. Pero quisiera mencionar a mujeres como Rosa María Calaf, Almudena Ariza… Ya van tres, perdón.

¿Un personaje de Los Monegros?

Leontxo García. No es monegrino, pero como si lo fuera.

¿Qué momento histórico, suceso o hecho de Los Monegros os gustaría 
haber cubierto?

La Guerra Civil en esta comarca tuvo que ser brutal, pero no me hubiera atrevido nunca a ser corresponsal de conflictos bélicos. Me voy mucho más atrás en el tiempo, pero me hubiera flipado tener una entrevista con alguien como nuestro Miguel Servet.

¿Una noticia importante en Los Monegros? ¿Cuál ha sido?

El gordo de la lotería íntegro en Grañén, el traspaso a manos públicas de La Cartuja, el regreso de los bienes de Sijena…. No me puedo quejar, he vivido unas cuantas.

¿Qué noticia consideras ha sido la más importante para Los Monegros?

Pues hombre, por ejemplo, tener un parque de bomberos en Sariñena era una reivindicación histórica y necesaria, y ahora es una realidad.

¿Una noticia soñada para Los Monegros?


Que llueva, mejoras en las comunicaciones por carretera, empleo de calidad y orgullo de pertenencia de su juventud.

Un lugar de Los Monegros

El Santuario de la Virgen de Magallón en Leciñena viendo al Teatro de Robres representar cualquiera de las obras de la trilogía de Lorca.

Sara Villellas Martínez


Sara Villellas Martínez representa a muchas de las personas que han tenido que desarrollar su carrera profesional fuera de su pueblo. Periodista y locutora de noticias en Aragón Radio, su voz nos ha transmitido la actualidad a través de las ondas aragonesas. Persona brillante, profesional, cercana, toda una comunicadora que reflexiona sobre el periodismo y sobre su papel en el medio rural. Hoy le toca ser noticia.

Soy Sara Villellas Martínez, quinta del 80, y me criaron y educaron en Sariñena hasta los 18 años, cuando me marché a estudiar Periodismo a Madrid, siendo consciente de que ya no regresaría. De mi infancia recuerdo a Sor Felisa en el patio de “las monjas”; la sabiduría de Mariano Baches para enseñarnos de los libros y de la vida (gracias siempre, Mariano); soñar en clase que nos tocaba la lotería para repoblar esos Monegros secos, casi perdidos (cuando todavía se repoblaba con árboles y no con personas); las bajadas en monopatín por la calle Larrosa; jugar a las casetas en Los Cuadrones; nuestra Casa de Juventud; las verbenas en la discoteca; las Peñas…

Elegí periodismo porque es una profesión que te impide dejar de estudiar. Como decían en la Facultad, así sabemos “un poco de todo y mucho de nada”. También me impactaba el poder que tiene la palabra y la necesidad de saber usarla.

A Los Monegros regreso a ver a la familia y a las amistades.


¿Qué es el periodismo? En general y desde el medio rural, sus dificultades.

En la actualidad desconozco dónde queda el periodismo. Probablemente hay resquicios del mismo en los pequeños medios de comunicación, donde la información va directamente de la fuente al público. Y algunos atisbos de periodismo de investigación. Lo demás, desde mi punto de vista, se ha convertido en información “de carril”, de rueda de prensa, con textos copiados de gabinetes de comunicación y un lenguaje alejado de la realidad y de lo que a la ciudadanía podría interesarle. Y en cuanto al periodismo en el medio rural, su dificultad supongo que reside en su propia supervivencia. Si no hay medios económicos detrás es difícil mantenerlo, los salarios son precarios, las funciones de los periodistas en el medio rural se multiplican, algunos son locutores, comerciales, fotógrafos, cámaras de video, expertos en redes sociales… el “periodista orquesta”.

El papel de la mujer en el medio rural, como trabajadoras y periodistas o colaboradoras.


Siendo una profesión en la que la mayoría de trabajadoras son mujeres, también en el medio rural, se suele dar más visibilidad a los hombres. Por eso, gracias por la visibilidad y por estas líneas. Creo que una profesión sin horarios ni calendarios como ésta ya es bastante difícil de llevar, como para hacerlo sin medios, en el medio rural, con dificultades para conciliar y con escaso margen para ocupar puestos de responsabilidad.


¿Papel, radio, televisión o medio digital?

He probado todo menos televisión, porque no me gusta que se me vea ni que se me reconozca. Con 19 años las ondas me engancharon y ahí sigo. La radio siempre está ahí. Siempre. Para informar de cualquier noticia en el mismo instante en el que ocurre, para acompañar en todo momento, para entretener, escuchar música, y ahora mucho más especializada a través de podcast.

¿Un medio de comunicación? Un/a periodista de referencia?

Os Monegros me parece un gran medio de comunicación por varias palabras que me parecen clave: memoria, no olvidar y rostros en femenino. 

Periodistas de referencia: Ángels Barceló y Maruja Torres. La Mirada de Maruja me parece simplemente genial.


¿Un personaje de Los Monegros?

Todas las mujeres que durante décadas han trabajado fuera y dentro de casa, lo mismo en la agricultura, que en la ganadería, que criando a los hijos, que cuidando a padres, suegros, tíos, sin remuneración, sin que fuera considerado “trabajo” y sin que se les reconociera su esfuerzo. Y todas aquellas que no pudieron tener el futuro que habían elegido porque les obligaron a “quedarse en casa”.

¿Qué momento histórico, suceso o hecho de Los Monegros os gustaría  haber cubierto?


Quizá el proceso del inicio de la vida en los pueblos de colonización. Contar las historias de quienes empezaron una nueva vida en una zona como Monegros, sobre todo en los inicios, cuando no tenían ni los servicios más básicos.

¿Una noticia importante en Los Monegros? ¿Cuál ha sido?


Supongo que “el agua”, el regadío, que cambió sustancialmente la cultura agraria de la zona. Siempre he creído que su tardanza tuvo un impacto no sólo económico, sino social y cultural, si se compara con otras zonas que se desarrollaron antes.

¿Una noticia soñada para Los Monegros?


Quizá una buena noticia sería que, siendo un territorio del que sale tanta materia prima, los productos  agrarios y ganaderos se procesaran y comercializaran desde allí. Poco valor añadido dejamos en la tierra si todo se importa bruto, sin elaborar.

Aunque, para dar que hablar, a veces sueño con que los vecinos de mi pueblo se olvidan de las cuatro ruedas y van andando al colegio, a por el pan o a por tabaco. Me gustaría beber agua del grifo los 365 días sin sustos. Y respirar otro aire. Me gustaría ver más verde, menos árboles podados como para leña y menos asfalto. Diría que a veces nos empeñamos en copiar las desventajas de las ciudades.


Un lugar de Los Monegros

El Castillo Cuadrado de San Lorenzo del Flumen. Por apego.

Marga Bretos Cazcarra


Marga Bretos Cazcarra lleva años como colaboradora del Diario del Altoaragón, además de participar en otros medios. Su cercanía y pasión, su humildad y a la vez su constante trabajo la hacen una persona excepcional, siempre poniendo en valor a nuestros pueblos y a su gente. Una trayectoria encomiable digna de reconocer. Hoy le toca a ella ser protagonista.

Nací en Sariñena y siempre he vivido aquí, si bien hubo una época que me gustaba vivir en Zaragoza o Huesca, pero cuando volvía, me emocionaba cuando veía La Laguna. Soy sariñenese total y creo que es un sentimiento que he inculcado a mis hijas y nietas, de hecho, Eva dice que su pueblo es Sariñena…Mar todavía no habla.

 ¿Cómo has llegado a ser colaboradora?

Fue en 2009, cuando Elena Villellas dejó de trabajar para el Diario del Altoaragón y Javier García Antón me propuso colaborar durante unos meses hasta que encontraran a la persona adecuada…¡llevan buscando 14 años!.

¿Qué es el periodismo? En general y desde el medio rural, sus dificultades.

Como todos sabéis no soy periodista, simplemente colaboro con el Diario y con la revista Quio, pero considero que es una forma de dar voz a nuestros pueblos, que se caracteriza por la cercanía con los vecinos, agrupaciones y colectivos, que son los que realizan casi todas las actividades. También pienso que es una vía para difundir la cultura, tradiciones y patrimonio de los pueblos, una forma de hacer saber que nuestros pueblos están vivos.

Dificultades, no muchas, solo que igual tienes que escribir de un concierto de piano, que, de alfalfa, que de dance…hay que leer mucho y estar muy al día, incluso hay quien te utiliza para su propio beneficio, pero eso, afortunadamente, pasa muy poco.

El papel de la mujer en el medio rural, como trabajadoras y periodistas o colaboradoras.

La mujer es básica en las zonas rurales. Tenemos que hacer de todo y luchar por desarrollarnos como persona, como madres, como trabajadoras, lo de la conciliación familiar no existe, pero es motivador ver los ejemplos de mujeres rurales emprendedoras y los proyectos innovadores que han puesto en marcha.

Aquí tenemos tres ejemplos muy claros, Elena Villellas con tres hijos, Patricia Puertolas con mellizas y Victoria Fortuño con mellizos, tres grandes profesionales que llegan a todo, trabajo, familia, casa… y además lo hacen todo muy bien, siempre con una gran empatía y objetividad.

¿Papel, radio, televisión o medio digital?

Papel en primer lugar y medio digital, que ayuda mucho.

¿Un medio de comunicación? ¿Un/a periodista de referencia?

Los periódicos de Huesca y Zaragoza, son como más de casa.

Periodista de referencia, no, periodistas, las tres de aquí, Elena, Patricia y Victoria y a los que admiro mucho: Javier García Antón, Myriam Martínez, Mercedes Manterola y el gran Leontxo García, sobre todo por sus charlas y narraciones de sus viajes.

¿Un personaje de Los Monegros?

Ufff, hay muchos, uno de ellos eres tú, Joaquín Ruiz, otro Alberto Lasheras, el fotógrafo Fernando G Seral, hay una gran lista de personas entrañables y queridas por su bien hacer, por su personalidad, por su esfuerzo por mantener esta tierra viva.

¿Qué momento histórico, suceso o hecho de Los Monegros os gustaría 
haber cubierto?

La inauguración del Canal de Los Monegros y ver las caras de las canalistas de Lanaja.

¿Una noticia importante en Los Monegros? ¿Cuál ha sido?

La insensatez de Gran Scala, solo sirvió para poner a Los Monegros en el mundo.

¿Qué noticia consideras ha sido la más importante para Los Monegros?

La recuperación de La Cartuja de las Fuentes y de los Bienes de Sijena.

¿Una noticia soñada para Los Monegros?

‘El auge de empleo y emprendimiento hace que los jóvenes monegrinos se queden a vivir en su comarca”

Un lugar de Los Monegros

Varios, La Laguna de Sariñena, el río Alcanadre, la Sierra de Jubierre…, Los Monegros son únicos y sus cielos un constante espectáculo.

La escuela del Barrio de la Estación en los años sesenta.


A mí me gustaba mucho ir a la escuela; tanto debió ser que le cogí gusto y no dejé de hacerlo en toda mi vida. Dicen que la vocación para dedicarte a la docencia te la suele contagiar alguno de los maestros que has tenido viéndolo disfrutar dando clase; por este motivo les doy las gracias porque de alguna manera decidieron que me dedicara a esta profesión tan bonita, arriesgada y emocionante.

Por Asun Porta Murlanch.

Merendola. Mari Carmen Garcés, Montse Blasco, Asun Porta, María José Villa y María Rosa Sancho, también está Mercedes Pérez en el lado izquierdo

Pero vamos a los años sesenta…

Salíamos de casa con mi hermano cartera en mano ―no se habían inventado las que iban cargadas a la espalda y, si existían, al Barrio de la Estación no habían llegado―.  Íbamos  con unos minutos de antelación porque nos gustaba entretenernos por el camino con cualquier cosa: un hormiguero, un gorrión que se había caído del nido, el perro de Francisquer que lo incordiábamos y nos encorría siempre. La despedida de mi madre era: ¡cuidado con el tren! Cruzábamos las vías varias veces al día: para ir a la escuela, a la iglesia, a comprar, a ver a los amigos… La estación,  el traqueteo de ir y venir de los trenes, su característico pitido, los raíles y las personas que trabajaban allí, así como las familias que en aquella década vivían en el Barrio, formaban parte de nuestra vida.

Mi hermano José Luis  iba a la clase de los chicos y yo a la de las chicas como era normal en aquella época. El número de alumnos variaba de año en año pero entre los dos grupos rara vez bajábamos de los veinte.

La cartera nos pesaba poco, unos llevaban el Catón, el Parvulito o una cartilla para aprender a leer y los cuadernos de caligrafía; otros, los más mayores, llevábamos la enciclopedia Álvarez (que era un libro más grueso donde estaban todas las materias), el cuaderno de dos líneas ―indispensable para seguir haciendo buena letra, cosa que conmigo no funcionó―, el plumier de madera con unas pocas pinturas, las plumillas, la tinta china de colores, el lápiz, la goma de Milán, unas cuantas pinturas y el tajador. Y no faltaba alguna canica, los cromos para cambiar, las chapas aplastadas por el tren que colocábamos con cuidado en los raíles, la goma para jugar y hasta algún tebeo del Capitán Trueno o Jabato que nos encantaban.

Las clases tenían unos enormes ventanales orientados al sur por donde nos entraba el sol. Enfrente de la entrada, una pizarra enorme con su clarión ―que es una palabra preciosa que con el tiempo pasó a ser tiza―, la mesa de la maestra, los pupitres, un armario con libros y en el centro una estufa. Al lado, un cuarto donde se guardaba el carbón, el pozal con el badil para recoger el carbón y llevarlo a la estufa, algo de leña y apoyados en una esquina los mapas enrollados, algún armario, una mesa y algún pupitre viejo.

Los pupitres estaban perfectamente alineados. En la madera estaban las huellas, a modo de muescas o pequeños dibujos que habían labrado en algún momento de rabia o despiste nuestros predecesores y que permanecían con los años. En la parte alta había un surco alargado para dejar el lápiz y  un hueco redondo para poner el tintero y así poder copiar textos a plumilla o pintarlos con la tinta china de colores.

Al entrar, antes de sentarnos, rezábamos o cantábamos alguna canción patriótica, que era lo que en aquellos años dictaban las normas, después corregíamos las cuatro operaciones que nos habían puesto de deberes: una suma de «tres pisos», una resta de llevar, una multiplicación por cuatro cifras y una división enorme. Los más mayores también debíamos hacer un par de problemas de cuatro operaciones, que en nuestro caso servían como punto de encuentro de toda la familia. En mi casa los hacíamos entre todos, mi padre decía que al final se trataba de entenderlos para saber contestar al día siguiente las preguntas de la maestra.

No nos librábamos ningún día del dictado, y si teníamos faltas había que escribirlas decenas y cientos de veces,  hasta que las habíamos interiorizado correctamente. También si nos portábamos mal el castigo más normal, además de algún cachete o quedarnos sin recreo, era el copiar cien veces: me portaré bien. La verdad es que no daba mucho resultado pues el que era travieso y algo movido, pronto se le olvidaba.

Leíamos y copiábamos cuentos, fábulas, vidas de santos, trozos de la historia de España llena de héroes, conquistadores y reyes justos y valientes. Esos trozos de la historia o definiciones gramaticales las debíamos aprender de memoria,  la mayoría de las veces sin entender siquiera qué significaban. Nos sucedía igual con el catecismo, nos lo sabíamos de memoria aunque mucho de lo que allí se explicaba no lo entendiéramos muy bien.

Alguna tarde las chicas dedicábamos un rato a coser porque se suponía que en un futuro necesitaríamos zurcir calcetines, bordar sábanas y mantelerías…, pero sobre todo remendar la ropa que en aquellos tiempos no era muy abundante. Todas teníamos un pañito de batista blanco dónde entrenábamos con finura y paciencia: pasadas, punto atrás, sobrehilar, bodoques, punto al lado, bordado de lagartera, cadeneta… También hacíamos trabajos manuales con granos de arroz, garbanzos o pinzas de madera como los chicos, y dibujábamos. Recuerdo especialmente una técnica que me gustaba mucho: el calcado. Si querías copiar un dibujo del libro, por ejemplo Santiago Apóstol, debías calcarlo en papel de celofán que era traslúcido, le dabas la vuelta y ennegrecerlo con el lápiz, entonces lo colocabas sobre el cuaderno y lo volvías a repasar teniendo mucho cuidado que no se moviera pues le podía quedar algún pie o la cabeza fuera de su sitio al Santo Apóstol.

En los primeros años de la década al salir al recreo ya estaba preparada el agua caliente para echarnos los polvos y hacer un vaso de leche. Obligatorio tomarla. Recuerdo el olor a vainilla, el sabor dulzón y como se deshacían los grumos en la boca. A nosotros nos gustaba más la leche de vaca que nos traían de Capdesaso o íbamos a comprar a casa de la Señora Antonia y el señor Feliciano, detrás de la escuela, que también tenían horno de pan y carnecería.

Teníamos un botijo para beber agua fresca colocado a la salida entre las dos clases, de él bebíamos todos. Alguna vez se llenó de bichos y alguno se los tragó con los consiguientes espasmos, arcadas y risas; claro, entonces no sabíamos que pasados los años los venderían como un gran manjar.

Aunque el espacio de recreo estaba limitado por la carretera y un camino, rara vez jugábamos solo allí. Nos movíamos por las casas de alrededor si tocaba esconderse.  En un pueblo que en nuestros ratos libres recorríamos  todos los rincones, poner límites a un espacio abierto es como meter en una jaula de pájaros una mosca. Todo el barrio era nuestra casa y por todo nos movíamos libremente.

En el mes de mayo hacíamos un altar a la Virgen con manteles blancos con puntillas y flores naturales que íbamos trayendo de las que teníamos en casa, del jardín o del huerto. Y todos los días, los diez últimos minutos de clase, rezábamos, recitábamos poesías  y le cantábamos canciones a la Virgen muy devotos, serios y formales.

Un año plantamos cipreses bordeando el recreo, cada uno el suyo para que lo  cuidáramos y estuviéramos orgullosos de verlo crecer.  Hoy, después de casi sesenta años, todavía se conserva alguno.

Hasta los diez años tuve de maestra a Dña. Tere Guillén, la señorita Tere como la llamábamos nosotros, le teníamos mucho cariño y respeto. Recuerdo su voz, su pelo rubio siempre tan bien peinado con esas ondas y sus gafas que a mí me parecían preciosas. En la clase de al lado tuvieron a Don Manuel y Don Ramón Sambía. Cuando faltaba la señorita Tere nos pasaban a todos a la clase de Don Ramón y nos encantaba porque sacaba su microscopio y nos pinchaba el dedo con un alfiler para ver los glóbulos rojos de la sangre, también las células de las hojas de la cebolla y los gránulos de almidón de la patata.

Alguna vez para la primavera solíamos hacer alguna excursión: nos íbamos a caminar un buen rato por algún camino cercano, parábamos a merendar y vuelta.

Cuando cumplí los diez años llegaron al barrio Don Francisco Pons y Dña. Urbana Ruiz que serían los que nos prepararían para examinarnos de bachiller en el Instituto Ramón y Cajal de Huesca, en junio y con una sola prueba por cada asignatura, ahí te lo jugabas todo. Entonces ya teníamos un libro para cada asignatura. Ella nos daba gimnasia y música a las chicas. Yo tenía muy mal oído y no había manera de solfear nada, así que, mi prima Trinita que estudiaba solfeo y piano me grababa en un magnetófono todas las canciones del libro, y todo era cuestión de oírlas cien veces hasta que te la aprendías de memoria: Sol-fa-mi-fa-sol-la-si-do-re-do-si-sol-fa-mi-fa-sol-la-si-do-la-sol… Si las repetías tal cual en el examen, tenías un sobresaliente. Yo no aprendí música pero alguna de aquellas canciones con su sol-fa-mi-,  no se me han olvidado.

D. Francisco me contagió la pasión por las matemáticas y las ciencias, sus explicaciones y ejemplos eran cristalinos y siempre te invitaba a razonar con sus preguntas.  Creo que su forma de explicar y de hacerme pensar fue el detonante de mi vocación de maestra. Para que me aprendiera sin dudar todos los rincones de España ―como así exigía el libro de primero de bachiller―, me hizo construir un gran mapa mudo y fuimos poniendo las cordilleras con chinchetas marrones, las ciudades con rojas, los ríos con azules, las provincias con negras, … y poco a poco aquel mapa se llenó. Llegamos a contar casi quinientas chinchetas por todo el territorio español. Con el tiempo y el esfuerzo bastaba con señalar una para saber qué era y dónde se situaba.

Salvo las matemáticas y el latín, todo lo demás debíamos aprenderlo de memoria, ¡hasta las tablas de gimnasia!: el libro de «pe a pa» porque en junio nos lo jugábamos todo a un solo examen. Lástima que el tiempo y el poco uso de algunas de las cosas que tanto nos costó memorizar se hayan borrado totalmente.

En el recreo jugábamos todos juntos, chicos y chicas: al corro, al chocolate inglés, a cortar el hilo, a la goma, a la comba, al escondite, a las tabas, a las canicas, al pañuelo, a «churro mediamanga y mangaentera», al diábolo, zancos hechos con latas, a hacer caminos en la tierra, puentes con palos…

En el barrio éramos una gran familia en el que la mayoría trabajaban alrededor del tren que en aquellos años funcionaban con máquina de vapor.  Cuando llegó el TAF con su motor de gas oíl todos nos alegramos pero al mismo ritmo que el motor de los trenes se modernizaba, la gente del barrio iba marchando, luego llego el TER, el TALGO, … y después ya prescindieron hasta del jefe de estación.

La escuela se cerró en 1971. Mi hermano pequeño tuvo que ir junto a otros niños del barrio, ya quedaban poquitos, a la escuela de Sariñena. 

El edificio de mi escuela se convirtió con el tiempo en un centro de la Cruz Roja donde mi hermano Jaime  junto con otros jóvenes de Sariñena hicieron la mili. Hoy es un centro social que se abre para las fiestas del Barrio o cuando algún vecino lo solicita. El recreo se ha arreglado como un parque y alguna vez, raramente, se ve algún niño con su madre o su abuela, pero si me acerco y cierro los ojos, aún puedo oír aquellas alegres canciones y el griterío con nuestras voces de niños.

La escuela ha cambiado mucho igual que la sociedad en la que vivimos pero, para cada uno, siempre formará parte de nuestras vidas porque mucho de lo que hoy somos lo empezamos a forjar en la escuela.

Asun Porta.

Revista Montesnegros, 30 años.


Una retrospectiva a través de su director Ángel Longás Miguel.

La revista Montesnegros cumple 30 años de existencia. Una revista que abarca casi todos los pueblos de Monegros sur y que responde a todo un referente cultural en Los Monegros. Todo un hito en su historia, de esfuerzo, trabajo y pasión que lleva a sacar adelante una excepcional revista en el medio rural, gracias a sus colaboradores y que cuenta con el afecto y cariño de vecinos y vecinas que la esperan con ilusión. De la mano de su director Ángel Longás Miguel, nos adentramos en los entresijos de la revista, a la que felicitamos por su trigésimo aniversario y deseamos larga vida y andadura.

Ángel Longás Miguel

Ángel Longás Miguel, natural de Ejea de los Caballeros, ha vivido durante años en Perdiguera, implicándose socialmente y culturalmente en la localidad monegrina, vinculación que ha continuado a pesar de residir últimamente en Zaragoza. Doctor en filosofía, Ángel ha ejercido como docente en el instituto IES Avempace de Zaragoza, como profesor de filosofía, además de ejercer en distintos lugares como Aliaga, Barbastro o Huesca. Acabó en Perdiguera al ocupar su mujer la plaza de médica a partir de 1980 hasta 1992, luego fue designada a Villamayor trasladándose a vivir a Zaragoza.

Este 2022 la revista Montesnegros cumple su trigésimo aniversario. Sus comienzos fueron en Leciñena, en 1992, de la mano de su primer director Antonio Letosa Escanero -Una gran persona con una gran inquietud cultural-. Le pusieron el nombre de Montesnegros y empezó de forma cuatrimestral y, curiosamente, con el número cero. Al principio le pasaban los escritos a Antonio Letosa y él mismo los pasaba a máquina. Los dos primeros números solo salieron en Leciñena -En Leciñena había un gran ambiente cultural y ya había habido dos revistas anteriormente-. Pronto se unió Perdiguera -Estuvieron otras localidades, como Pina de Ebro, pero se salió, también lo hizo Alcubierre y al final volvió-.  Actualmente, la revista la componen los municipios de Leciñena, Perdiguera, Farlete, Monegrilllo, La Almolda, Bujaraloz y Alcubierre. La revista es semestral y cara tirada tiene 1.800 ejemplares.

La revista cuenta completamente con el apoyo de los ayuntamientos, aunque es independiente y hay absoluta libertad -Tratando de ser ecuánimes, plurales y que haya contraste de opiniones-. Mantienen un equipo de redacción que se reúne dos veces al año cuando preparan y organizan los contenidos para el siguiente número -Lo hacemos muy a gusto y voluntariamente, así la revista sale con entusiasmo-.

Revista Montesnegros. 30 años.

Montesnegros se estructura a través de diferentes secciones: el Pórtico que realiza un reconocimiento a una personalidad, le sigue una sección de documentación e investigación, otra de educación y miradas y una última sobre personas etnólogo historiadores, -Antes había una sección sobre asociaciones-. Se mantiene una buena estructuras, secciones y diseño y las portadas son cuidadas y llenas de diseño y creatividad, elaboradas por la artista Laura Campos. Son toda una obra de arte.

Algunas portadas de la revista Montesnegros. Montesnegros nº 50.

La revista lleva 30 años recogiendo la memoria de los pueblos de la parte sur de la comarca de Los Monegros –Culturalmente es una vida. El hecho que lleva 30 años demuestra la consistencia y el arraigo, no hay ni desaliento ni abandono-. En definitiva, la revista es querida, buscada y es recibida en cada casa -Los lectores habría que multiplicarlos, como poco, por dos por cada casa que recibe la revista-.  

Antonio Letosa estuvo hasta el 2011, cogiendo el relevo en su dirección Ángel Longás a partir del número 47. Ángel comenzó a colaborar con la revista de la mano de Constantino Escuer de Perdiguera, en torno a 1992 a 1995. Escribe sobre filosofía, pensamientos, reflexiones, ética y relatos y continúa ejerciendo la dirección de la revista.  Cuando llegó a Perdiguera le impresiono el contraste de la aridez y el pinar de la sierra de Alcubierre. Sigue yendo mucho a Perdiguera y está muy incorporado a la vida social del pueblo.

En el 2013 celebraron su número 50, dedicando un especial a la revista y repasando su historia: -Se supone que aguantará muchos años, el problema hoy en día es llegar a los jóvenes. Es muy adulta y para adultos. Se escriben cosas dignas, propias, que se pueden desarrollar. Nada de ecos o repeticiones, la revista, a través de sus artículos, consigue tener su propia personalidad. Es una revista comarcal que quizá debería de tener algo más de apertura. –

Revista Montesnegros nº 50.

30 años son mucho, toda una generación, viviendo el cambio de una generación -La revista es intergeneracional. Satisface ver cómo hay gente que se anima a escribir y se lanza a la revista. Superar ese miedo al folio en blanco, gente que igual nunca se había planteado escribir y nuca se había puesto a ello. Potencialmente creces y vas adquiriendo cualidades. Es una alegría considerable para el colaborador. Es garantía de pluralidad, contar con tantos colaboradores, consistencia y futuro tener a tanta gente colaborando con la revista. –

La revista Montesnegros es un nexo cultural de unión entre pueblos monegrinos, un tesoro que deja constancia de la historia, memoria y a la vez das las vidas, del día a día de nuestros pueblos del sur de Los Monegros aportando autenticidad, calidad y en definitiva cultura en mayúsculas gracias al empuje de personas excepcionales e imprescindible. Enhorabuena a todos los que hacéis posible la revista Montesnegros, ¡Enhorabuena y larga vida a Montesnegros!.

Ainhoa Trinidad, bibliotecaria de Lalueza y San Lorenzo del Flumen


Ainhoa Trinidad Funes nació en 1978 en Huesca y en el año 2005 se casó y vino a vivir a Lalueza; estando entre los dos sitios desde entonces. Es la responsable de la Biblioteca pública de Lalueza y San Lorenzo del Flumen, una imprescindible en nuestra serie de bibliotecarias rurales de Los Monegros.

Recuerdos de la niñez, escuela, juegos, tradiciones, la vida en el pueblo, marchar y quedarse, lo que ha cambiado, la vida de antes, trabajos, el papel de la mujer…

Mi infancia huele a albahaca, a San Lorenzo, a mi abuela, a mis amigas “La Cla” que son mi familia.

He crecido rodeada de mujeres fuertes e independientes que me han hecho ser la mujer que soy y valoro el papel de esta en el mundo rural, estoy convencida de que ha sido reconocido. Las dos palabras que la definen son voluntad y participación.

Desde cría soy muy aficionada a la lectura asi que es un lujo trabajar en una Biblioteca.

Tengo muy buenos recuerdos de juventud en Lalueza, donde he formado una familia.

¿Bibliotecaria? ¿Cómo has llegado a ser bibliotecaria rural? ¿Qué significa ser bibliotecaria en un pueblo? Dificultades, alegrías…

En 2005 me casé y fui a vivir a Lalueza, salió la plaza en el Ayuntamiento y estuve trabajando, haciendo sustituciones hasta el 2010, desde el que llevó trabajando ininterrumpidamente.

Ser Bibliotecaria rural es una ACTITUD. No se centra sólo en el trabajo de Bibliotecaria; siendo esta pequeña no sólo te ocupas de la selección de libros, registro y catalogación, préstamo y organizar las actividades que se realizan, sino que es una actitud de implicarse con los demás, de sonreír, de escuchar, de preocuparte, de comprender, de compartir, en resumen, de tener una actitud de apertura y de confianza en las personas.

Las dificultades evidentemente son el presupuesto que disponemos y en particular el tener que ocuparte de dos Bibliotecas; la de Lalueza y la de San Lorenzo, pertenecientes al mismo Ayuntamiento, no sólo se comparte el fondo, sino que las actividades que realizamos siempre se hacen en los dos municipios, con que los recursos que contamos se reducen. El tiempo que tengo que dedicar a cada una estando a media jornada, es muy limitado, pero tengo la satisfacción de contar con muy buena gente que siempre están dispuestas para echar una mano y un trato muy cercano con el Ayuntamiento, gracias a esto la Biblioteca está viva, son indispensables.

¿Bibliotecaria rural, mucho más? Actividades culturales, centro social…

Realizamos distintas actividades culturales en la Biblioteca; desde cuentacuentos, talleres de escritura, de encuadernación, de costura, de pintura de cerámica, de poesía, manualidades.

Tenemos una especial ilusión puesta en el Club de lectura, con 20 mujeres.

Intento traer las últimas novedades, nuestra Biblioteca está muy actualizada, además continúo con el préstamo a domicilio, indispensable en el confinamiento y un servicio más que hago de buen grado, ya que me permite llegar a gente que bien por horario o edad no pueden acudir a la Biblioteca o simplemente ¡por comodidad!

El 23 de abril celebramos los tres municipios el día de Aragón, este año toca en Lalueza donde aparte de actividades para los más pequeños, organizamos la tradicional Feria del libro, contaremos también con una muestra de cerámica de La Asociación de San Lorenzo y colaboramos con la Asociación Española contra el cáncer Sariñena-Monegros con la venta de rosas solidarias.

¿Qué es un libro?

Los libros pueden desempeñar un papel fundamental en nuestra vida, leer es una actividad personal, individual y desarrolla principalmente la empatía, muy necesaria en estos tiempos convulsos.

Un género literario, un libro imprescindible, escritor/a, una poesía, una palabra bonita, una gran frase, una película y una canción

Soy muy aficionada a la novela histórica, mis indispensables son Los episodios de una guerra interminable de Almudena Grandes, la trilogía de Escipión el Africano de Santiago Posteguillo. Mis imprescindible “Eichmann en Jerusalén” de Hannah Arendt y “o charrar d´a chen de Uesca” de Francho Nagore.

Me encantan los libros infantiles de Anna Llenas y un libro de poesía “Poemas de una colona” de Mari Tricas, sin duda.

Una palabra bonita; GRACIAS

Una frase “Ya que estamos de paso dejemos huellas bonitas”.

Una película “El poder del perro” ha sido un descubrimiento

Una canción; estaría entre “S´ha feito de nuey” “Dicen que un querer ye de dos nomás

y que ye mas fácil fer-lo caminar cuando l’uno caye l’atro a devantar”.

y “Motivos de un sentimiento” de Joaquín Sabina. “¡Qué manera de aguantar, qué manera de crecer, qué manera de sentir, qué manera de soñar, qué manera de aprender… qué manera de VIVIR!”

Una reflexión sobre el papel de las bibliotecas en nuestros pueblos y, sobre todo, frente a la despoblación.

La Biblioteca tiene un papel fundamental en nuestros pueblos ya que es el servicio cultural y social más cercano, capaz y dinámico para atender a todas las personas que no pueden acceder a otros recursos.

¿Qué sientes al oír Los Monegros?

Cuando escucho los Monegros siento que estoy en casa, en familia, son los tantos momentos vividos en la Peña “Los Monchit@`x”, los amigos, el recuerdo con cariño de los que no están, es descanso, Felicidad…VIDA

Una esperanza, ilusión o deseo.

¡VIVIR!

Beatriz Serrate, bibliotecaria de Castejón de Monegros


Beatriz Serrate Giral nació en Huesca un 29 de junio de 1967 aunque se puede decir que natural de Castejón de Monegros, su pueblo. Una imprescindible que ejerce de bibliotecaria en su pueblo, amando a su biblioteca y a su gente.

Recuerdos de la niñez, escuela, juegos, tradiciones, la vida en el pueblo, marchar y quedarse.

Tuve una infancia feliz. Me gustaba ir a la escuela junto a mis vecinos. Recuerdo que nos avisábamos de unos a otros y subíamos juntos al colegio, con unas carteras de cuero que nos hizo de forma artesanal un guarnicionero de Castejón de Monegros.

En el patio del colegio jugábamos a la comba, la goma, balón prisionero y a las canicas. También nos gustaba coleccionar cromos de series infantiles televisivas: La Abeja Maya, Heidi.

Con 12 años cursamos la segunda etapa de EGB en el CRA de Peñalba, junto a alumnos de las localidades de Valfarta y Peñalba. Fue una experiencia muy enriquecedora y creamos unos lazos de amistad que se siguen manteniendo actualmente.  Fue la época de mi despertar cultural, colaborando en el periódico escolar, formando grupo de teatro y en el año 1980 una profesora me animó a participar en los I Juegos Florales de Poesía resultando ganadora del premio de La Rosa. Desde entonces me gusta mucho la poesía.

La vida en el pueblo era y es tranquila. La mujer desde siempre ha ocupado un papel muy importante en el medio rural, ejerciendo principalmente de cuidadora de sus hijos y de sus padres; y apoyando en las tareas agrarias y ganaderas.

En los años 70 hubo mucha emigración a ciudades como Zaragoza y Barcelona. Son los que ahora regresan a pasar sus últimos años de jubilación en el lugar que les vio nacer y mucho de ellos nuevos lectores de nuestra biblioteca.

¿Bibliotecaria? ¿Cómo has llegado a ser bibliotecaria rural?

Tras finalizar mis estudios universitarios de Trabajo Social en la Universidad Laboral de Zaragoza, en la que fui colaboradora de forma voluntaria de la Biblioteca de este centro; regresé a mi pueblo en el año 1988 y posteriormente fui la responsable de la biblioteca Pública de Castejón de Monegros.

¿Bibliotecaria rural, mucho más?

La Biblioteca es el principal centro de referencia cultural de nuestros pueblos. Es el lugar en el que los niños leen sus primeros cuentos, donde muchos adolescentes se han iniciado en el uso de las tecnologías, ya que allí se encuentra el telecentro rural de DPH; y el sitio en el que los lectores disfrutan de las últimas novedades literarias.

¿Qué es un libro?

Un libro nos permite soñar con los ojos abiertos y viajar a través de nuestra imaginación; nos abre puertas a otros mundos.

Un género literario, un libro imprescindible, escritor/a, una poesía, una palabra bonita, una gran frase, una película y una canción

Me gusta mucho la poesía, cualquier poema de Antonio Machado y un poema que me encanta es uno de Mario Benedetti “Te quiero”, principalmente esta estrofa que dice:

Te quiero en mi paraíso
Es decir que en mi país
La gente viva feliz
Aunque no tenga permiso.

Una palabra bonita: empatía.

Una gran frase: “Toda Biblioteca es un viaje; todo libro es un pasaporte sin caducidad”, Irene Vallejo (El Infinito en un junco).

Una película: Memorias de Africa, Sydney Pollack.

Una canción: Y nos dieron las diez, de Joaquín Sabina, el mejor poeta de nuestro siglo.

Una reflexión sobre el papel de las bibliotecas en nuestros pueblos y, sobre todo, frente a la despoblación.

Es un lugar de encuentro con nuestros lectores, una fuente de sabiduría y un servicio que se debe mantener en nuestros pueblos, a pesar de la despoblación.

¿Qué sientes al oír Los Monegros?

Es La tierra en la que nací, donde vivo y en la que quiero morir: “es esa tierra hermosa, dura y salvaje, donde he formado un hogar y disfruto mucho de sus paisajes, de sus espectaculares amaneceres y atardeceres”

Una esperanza, ilusión o deseo.

Esperanza de un mundo mejor, que podamos vivir en armonía y en paz.