Cierzo…
que duramente abates
a la tierra,
que surcas los caminos
y despejas un claro cielo
en esta árida estepa.
Cierzo…
por los yermos
y por los baldíos,
meces los campos de cereales
produciendo un oleaje,
un baile de espigas
donde el devaneo
navega al viento
perdiendo los versos
de esta aireada oda.
Cierzo…
se tumba
ligeramente la sabina,
las retamas se arquean,
violentamente se sacuden
las firmes carrascas
y el albardín
resiste
percibiéndose querer echar a volar.
Cierzo…
vagas entre la gente
que resiste forzosamente,
te arremolinas
y con fuerza arremetes
imparable,
dominas el paisaje
viento del Ebro
y al vaivén del tiempo
soplas sin piedad
al espacio
que solamente a ti te pertenece.
Publicau en “ Os Monegros el 31 de mayo del 2013.