Sabina

Sus flotantes cabellos llegan hasta el suelo

Y su eterna mirada surca el inmenso cielo

La sempiterna sabina siente el vértigo del llano

Mecida en los brazos del cierzo

Susurra la historia de sus gentes

Y en lo profundo, de este mar sin agua,

Subyace la vida que parecía imposible

Y en su rigor, en su estrépito silencio,

El vacío es el horizonte basto

Que el tiempo detiene para siempre.

Os Monegros, octubre del 2021.

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