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Las primeras piedras del Cartujo


Las primeras piedras del Cartujo

Poco debajo de tierra, gran multitud de huesos grandes y armas hechas de pedernal, a manera de hierros de saetas y de lanzas y como cuchillos a manera de medias espadas y muchas calaveras atravesadas de aquellas piedras como hierros de lanzas y saetas.

Estas son las palabras del cronista Pedro Antón Beuter en la “Crónica general de España y especialmente del Reyno de Valencia” que en 1534 relata el descubrimiento de restos arqueológicos en el actual paraje de la Cartuja de Monegros. El yacimiento es un sepulcro del Eneolítico, periodo prehistórico de la edad del cobre, de hace 3000 años Antes de Cristo. No muy lejos del área del monasterio, en la zona de las Negras, se halló los restos de un poblado, un yacimiento del periodo hallstático, final del bronce (1000 a.c.). La presencia humana en estas tierras se remonta a tiempos antiquísimos y sus restos nos descubren una supervivencia que se ha ido forjando a la dureza de la tierra y del clima.

Por las cercanías del actual monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, hace más de quinientos años, se encontraba una antigua ermita donde yacía enterrado don Artal, hijo de los primeros condes de Sástago. Es donde los Condes Doña Beatriz de Luna y Don Blasco de Alagón fundan en 1507 la primera cartuja del Reino de Aragón: “la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes”.

Pero pronto, tras la muerte de sus fundadores y la desaparición de sus benefactores Juan Torrero, rico mercader de Zaragoza, y el valenciano Pedro Domingo de Perandreu, señor de la Baronía de Parcent, acontecen unos inicios extremadamente difíciles para el monasterio. Las precarias instalaciones del cenobio inicial, la gran pobreza y los problemas de la árida tierra monegrina provocaron que los monjes tuvieran que abandonar el enclave para instalarse en un nuevo lugar. En 1563 se trasladan al monasterio de la “Cartuja del Aula Dei» en Zaragoza. El Cartujo de Monegros fue vendido a la orden de los Carmelitas en 1965 y por el motivo de recibir una herencia, ligada a su fundación, el monasterio fue recuperado por la Orden. Los cartujos regresaron a su antigua morada en 1589, volviendo la comunidad a  sumirse a la penuria, hasta que a mediados del sigloXVII, comenzaron una nueva etapa de prosperidad.

 En el sigloXVIII se inició la construcción del nuevo monasterio, el actual, en un emplazamiento “más salubre y agradable”. La primera piedra se colocó en 1717 pero hasta 1745 no comenzó definitivamente el nuevo monasterio, hasta que en 1777 se bendijo la terminación de la iglesia. Por los alrededores del monasterio, paseando hacia el sur, en la colina cercana, aún podemos contemplar los muros del antiguo monasterio, las primeras piedras que resisten a la erosión del tiempo, del cierzo y a las escasas lluvias monegrinas.

Bibliografía consultada:

Publicaciones del Dr José Ignacio Calvo Ruata y la Dr. Elena Barlés Báguena, las notas históricas del sacerdote Miguel Supervía Lostalé y los artículos de Arturo Morera en la revista «Quio de Sariñena y Los Monegros».

Publicau en “ Os Monegros el 2 de mayo del 2012.

– Enlaces relacionaus:

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Video del Cartujo de Monegros


Vídeo que descubre el monasterio de la Cartuja de Las Fuentes, situado en Los Monegros, Aragón. Una puesta en valor del patrimonio para su reconocimiento y valoración con la finalidad de revindicar su conservación ante el abandono de sus propietarios. Por una titularidad pública, un conjunto restaurado y un futuro motor de desarrollo sostenible para el territorio monegrino.

Canal de Youtube «Os Monegros»

Publicau en “ Os Monegros el 8 de marzo del 2012.

El invierno del Cartujo


El invierno del Cartujo

* Cartujo de Monegros desde satelite.

Llegó una nueva soledad al cartujo. Nunca fue fácil la vida en el monasterio, pero a pesar del silencio, la contemplación y el aislamiento monástico, la antigua soledad poseía vida.

A principios del siglo XIX llegó el fin para la Cartuja de las Fuentes, en esos años sucedió la guerra de la independencia contra los franceses, que arrebató los silencios que recorrían los pasillos del gran claustro, del claustrillo, de la iglesia y de los paseos semanales. Los cartujos “hermanos” que realizaban las faenas cesaron en sus trabajos. La cruz que los cartujos asentaron firmemente en esta tierra monegrina, ya no pudo permanecer estable mientras el mundo giraba tan deprisa. La guerra de la independencia deterioró el edificio del monasterio y durante el trienio liberal los monjes tuvieron que abandonar la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, sobre los años de 1820 y 1823. Y con los decretos de la desamortización de Mendizábal (1835-1836) el monasterio pasó a ser propiedad privada.

Por aquel entonces, los nuevos propietarios, tuvieron que pedir un crédito para su adquisición. Las capillas del claustrillo fueron dispuestas para albergar salas de baño para el disparatado proyecto de transformar el monasterio en un balneario.  Los murales pictóricos de fray Manuel Bayeu de las capillas fueron agujereados para colocar colgaderos para las ropas, los huecos (parecidos a los sagrarios) de las capillas fueron remodelados para servir de armarios. Tanto destrozo y sinrazón, simplemente para caer en las garras del Banco Hipotecario de España, por el impago del préstamo, y la Cartuja fue embargada.

Tras el embargo, la Cartuja pasó a  manos de los actuales propietarios. La celda prioral fue arreglada como residencia para las temporales estancias de la familia en el monasterio. Algunos espacios murales  fueron llenados con pinturas infantiles, el recinto amurallado albergó hasta hace poco ganado y el interior de la iglesia fue usado por el plan general de la Red de Silos y Graneros, siendo utilizada a partir de aproximadamente de 1953 como silo y granero. El resultado de emplear la iglesia como silo es el destrozo de los murales pictóricos desde el nivel del suelo hasta algo más de tres metros de altura.

También la guerra civil de 1936-1939 causó daños en el monasterio, siendo usado como acuartelamiento militar. Anteriormente, la imagen de la virgen de la iglesia del monasterio fue trasladada a la iglesia parroquial de San Salvador en Sariñena, en plena guerra civil se prendió una hoguera en la plaza de la iglesia de Sariñena y se quemaron los objetos religiosos de la villa, pero de la hoguera rodó la cabeza de la virgen justo a los pies de una señora que, sin que nadie se percatase, la escondió y protegió durante años  en  su casa; ahora se encuentra en la iglesia parroquial de San Salvador de Sariñena.

Tras el vendaval de enero del 2009 el Cartujo sufrió daños en el tejado y las propietarias mandaron retejarlo, los técnicos de la DGA evalúan anualmente la estructura del edificio y por ahora señalan que no presenta graves problemas estructurales, aunque el claustro y las celdas de los monjes se encuentran ya en ruinas, y otras dependencias semi-ruinosas. El edificio presenta humedades por el subsuelo, debido a la existencia del manantial que florece a las afueras del monasterio, que probablemente sea la principal causa de humedad que afectan a las pinturas. Los murales se conservan muy deterioraros por las humedades, algunos incluso ya desaparecidos. Pero sin duda, la desconsideración a su valor histórico, patrimonial y a su riqueza artística es su principal gran amenaza actual del antiguo monasterio barroco en proceso de ruina.

Ahora es un silencio vacío, inerte, sin vida.  El nuevo silencio queda condenado al letargo, vaga en su memoria abandonada, penetra en cada poro de su ruina, por el tejado hundido del chapitel de la torre, se acumula en la enrona del claustro, amenaza el claustrillo y la iglesia. El silencio avanza con el tiempo, aliado del destino, del tiempo que tanto amenaza, deshaciendo nuestro patrimonio, en nuestra establecida condena, al frío invierno del cartujo.

Bibliografía consultada:

Publicaciones del Dr José Ignacio Calvo Ruata y la Dr. Elena Barlés Báguena, las notas históricas del sacerdote Miguel Supervía Lostalé y los artículos de Arturo Morera en la revista «Quio de Sariñena y Los Monegros».

Publicau en “ Os Monegros el 10 de enero del 2012.

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El otoño del Cartujo


El otoño del Cartujo

* Foto: La Cartuja de Monegros.

Una mañana de otoño el monasterio del cartujo de Monegros va imponiéndose en el horizonte, al principio la silueta es extraordinariamente magnifica pero al acercarme, el deterioro y el paso de tantos años en abandono, se ve reflejado en sus tejados hundidos y rotos, en sus muros que se agrietan e incluso se deshacen al cierzo y a la escasa lluvia.

 En estos campos adyacentes suelo encontrar setas de cardo, por ello ando entre las tierras de labor abandonadas, salpicadas por cardos, tremoncillos y las fuertemente enraizadas retamas o ginestras, mecidas por el cierzo que asola en estas áridas tierras. Los llanos se extienden al pie de la sierra de Alcubierre, campos de secano que se han de ir preparando de nuevo para la siembra del cereal entre algunos viejos olivares, almendreras y el paso escondido del canal de monegros. Entre parideras de piedra se abre una gran extensión tan sólo quebrantada por alguna firme sabina, explicando al tiempo que aquí el paisaje parece eterno, pero que a pesar de todo, la historia se va borrando, como los muros del cartujo, como sus dos primeros emplazamientos que apenas ya ni se aprecian, ni se buscan.

Camino como si el monasterio no estuviese, como si no existiese o hasta incluso peor, como si fuese un fantasma. No dejo de apartar la vista del suelo, continúo buscando entre un suelo pedregoso las codiciadas y escondidas setas de cardo; hace ya más de dos semanas que cayeron las primeras lluvias otoñales y ya vamos olvidando al dominante sol veraniego.

No ha sido una buena mañana, al menos para una tortilla de setas me alcanza. He llegado hasta la fuente que hay detrás del ruinoso monasterio, el agua emana, como si de un lugar imposible fuese. Vuelvo hacia el coche, entre un bosquecillo de árboles, llamados de los dioses, entreveo la entrada al monasterio. La puerta está cerrada, ¡mejor! así no veré las pinturas de Bayeu en su deterioro  imparable, no seré testigo y cómplice del abandono, de las miserias de la indefensión de nuestro patrimonio a la dejadez y al olvido tan cercano al desprecio y a la ignorancia, como aquel castillo que un día hubo en la Venta de Ballerias que, al pasar, aún busco su desaparecida  presencia.

O quizás pueda suceder que el empuje entre todos y todas, tal y como ha sucedido con la ermita de Sariñena, salvada de su evitable caída y recuperado su esplendor, y todo gracias al ejemplo de honorables vecinos que lo han hecho posible, podamos salvar al monasterio Sariñenense de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, sencillamente si queremos.

Bibliografía consultada:

Publicaciones del Dr José Ignacio Calvo Ruata y la Dr. Elena Barlés Báguena, las notas históricas del sacerdote Miguel Supervía Lostalé y los artículos de Arturo Morera en la revista «Quio de Sariñena y Los Monegros».

Publicau en “ Os Monegros el 21 de octubre del 2011.

– Enlaces relacionaus:

Denuncia abandono y deterioro de la cartuja.

Periódico de Aragón.

Heraldo de Aragón.

Demanda de información sobre l´estau d´a Cartuja d´os Monegros. Arredol.

Tamién propuesta ciudadana en Heraldo de aragón.

– Posts relacionaus:

Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.

El Cartujo de Monegros.

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Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes


Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes

* Imagen: Solicitud al ayuntamiento.[Ver]

Se ha presentado una propuesta al ayuntamiento de Sariñena, que también se presentará a la comarca de Los Monegros, para la búsqueda de soluciones a la falta de conservación del Conjunto Histórico-Artístico del monasterio monegrino de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.

Claustrillo de las Capillas

* Claustrillo de las Capillas. [Wikipedia]

Desde el año 2008 se lleva denunciando el estado ruinoso y lamentable del monasterio, exigiendo su inmediata rehabilitación. Tres años después, el enclave continúa hundiéndose, afectando especialmente al gran conjunto pictórico-mural. Patrimonio debe de actuar y defender el bien de interés cultural, de acuerdo a la ley de patrimonio cultural aragonés.

Las instituciones han de proteger nuestro patrimonio, que aún perteneciendo a propiedad particular, el gobierno debe obligar a sus propietarios a ejecutar las obras de conservación y recuperación que sean necesarias.

Por ello, solicito al ayuntamiento que actúe contra el abandono, que inste a las administraciones competentes, y no sea cómplice de su destrucción por la continua dejadez a la que se somete el monasterio.

Frescos deteriorados en la bóveda de la iglesia

          * Frescos deteriorados en la bóveda de la iglesia.[Wikipedia]

Además solicito establecer un mecanismo que dé continuidad a la defensa de nuestro patrimonio y no se queden en meras acciones puntuales sin obtener resultados. Por último, reconsidero la opción de crear un parador nacional en el cartujo, ya que de acuerdo con los amigos de APUDEPA, de quienes agradezco su ayuda y colaboración, considero elitista el parador frente  a  otras alternativas más accesibles  al conjunto de la población.

Publicau en “ Os Monegros el 14 de octubre del 2011.

– Post relacionau:

El cartujo de Monegros.

– Enlace relacionau:

La Cartuja de Monegros se hunde mientras se estancan las negociaciones con los propietarios (Heraldo de Aragón 2008)

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