Milagros Dolz (Zaragoza, 1995) estudió Gaita de Boto en la Escuela Elemental de Música y Danza con Mario Gros y Rafa García Hermoso, pero en lo formal es graduada en Bellas Artes, Master en Pintura y actualmente doctoranda en investigación en arte contemporáneo. En su caso no es de Los Monegros pero se considera gaitera monegrina, no solo debido a su trayectoria sino también a sus influencias, estilo y repertorio. Ella misma nos descubre su inicio con la gaita y el dance aragonés y su desarrollo hasta llegar a ser una de las gaiteras del dance de Bujaraloz.
Mila en el centro con la gaitera Lidia y el gaitero Chusé. Dance de Bujaraloz.
En agosto del año 2013 me llamó Luis Miguel Bajén, profesor de dulzaina en la EMMD de Zaragoza, para decirme si me interesaba ir a Bujaraloz a tocar el dance del pueblo. Resulta que había coincidido con uno de los gaiteros, Chusé Rozas, quién no podía ir a tocar por cuestiones laborales y necesitaban un apoyo. A mí me maravilló la idea, me sentía como los gaiteros antiguos que iban a tocar de pueblo en pueblo los dances durante el siglo XX. Chusé me proporcionó audios y partituras del repertorio que preparé en unos días y el día de San Agustín vino a buscarme el mayoral del dance, Carmelo, un hombre encantador. Cuando llegué la gente no sabía que Chusé no iba a estar y fue una revolución, me acogieron con una hospitalidad infinita, salí en procesión y dance junto con dos gaiteros del pueblo, Martínez y un chico joven del pueblo que ya no toca. Desde aquella festividad de San Agustín guardamos una gran amistad y continúo tocando con ellos siempre que puedo.
Empecé a tocar la gaita en el año 2011, cuando tenía 15 años, después de adquirir una las navidades de 2010. Ya trasteaba un poco con la dulzaina, pero yo tenía una obsesión con tocar la gaita de boto. Me parecía un instrumento tan fascinante como místico, con un sonido continuo que se colaba por las rendijas de las calles, una melodía aguda y estridente en un instrumento precioso vestido con saya de flores. Puede ser que me gustasen los instrumentos ruidosos solo por el hecho de existir.
Yo paloteaba en el danze de San Chusé de Zaragoza, entonces iba a ensayar con ellos con dulzaina y gaita, aunque no los dominaba demasiado. En septiembre de 2011 accedí a la Escuela Municipal de Música de Zaragoza mediante la prueba de acceso a 2º año de Gaita de Boto, y desde entonces entablaría una gran amistad con Mario Gros, Rafael García y otros tantos profesores de la escuela. Fue un salto cualitativo muy grande donde aprendí muchísimo y pude conectarme más con el mundo del folklore en Aragón.
Después de ello mi gaita ha ido conmigo a todos los lugares donde he vivido, y ahora que ya no resido en Aragón me siento que hago de embajadora de la tierra. Como anécdota destacable, en el año 2015 me llamaron para participar en la película «Jota de Saura» del director Carlos Saura, donde toqué con un grupo de gaiteras jóvenes de toda la península una canción entre las cuales se incluía el baile de la gaita de Bujaraloz.
La gaita es y será siempre mi instrumento de referencia. Como decía antes, desde su sonido, con los bordones haciendo la nota pedal de manera continua y su melodía aguda en el clarín, hasta su estética particular, con la madera dorada de boj, el forrado de piel de culebra y su llamativo vestido de flores. Con los años he tocado más tipos de gaitas de otras zonas y nunca encontré una tan cómoda. Para tocarla hay que abrazarla, como la historia de la hija del gaitero.
Con los años descubrí también que la gaita la teníamos gracias a que se preservó su uso para los dances monegrinos, cuestión que vi real cuando empecé a frecuentar la zona. La gaita está ligada a ese paisaje, a la dureza de la vida allí, a los pensamientos de la gente que lo habitan y a las supersticiones que heredan. Es su lugar natural y donde tiene sentido su sonido (no se si me explico bien). Y llega hasta nosotras gracias a todas las personas que defendieron el rito: a quienes preservaron las gaitas, las investigaron, las reprodujeron; quienes continuaron el dance con otros instrumentos perpetuando la tradición, las melodías, los bailes y los trajes; y no menos importante quienes se esfuerzan todos los días para que todos los años siga hacia adelante. Conocer el origen de las cosas es vital para entender mejor lo que hacemos y hacia donde lo encaminaremos.
El rito del dance para mi es la expresión más grande de pertinencia que se puede desarrollar. Las personas que los componen son muy heterogéneas, considerando (creo que de manera más o menos acertada) que en la mayoría de dances se cumplen estas normas: algunos viven en el pueblo, otros viven fuera pero acuden de manera regular, o gente como yo, que estamos «de pegote» pero lo disfrutamos como nadie. El sentimiento que mueve a cada uno también es variado: desde la religiosidad hasta la preservación de la tradición, o cualquier tipo de sensibilización al respecto. Además, el dance lo componen personajes visibles (danzantes, mayoral, rabadán, gaiteras/os y demás) y no visibles (desde quién monta el sonido hasta la abuela que prepara el traje), creando entre todas y todos una bonita comunidad en la que se comparte más que una procesión y unas danzas. El «espectáculo» será la parte visible, pero la emoción brotará siempre de lo que no se ve desde fuera. Esta comunidad, con sus cosas buenas y malas, es para mí el auténtico rito a preservar.
Una tradición y un lugar de Los Monegros.
Mi primera respuesta sería el romance a la Virgen de las Nieves y el posterior baile de la gaita en Bujaraloz. Es una fiesta a la que he podido ir pocas veces, pero que aúna todas las cosas que me gustan de las tradiciones monegrinas: cantos, gaita y baile participativo. En ella también participan gente de la Asociación Balcardosa (la que se encarga del dance en sí).
Pero no siendo tradición y debido al esfuerzo que suponen, quería destacar las otras actividades organizadas por dances y ayuntamientos, sea el reciente encuentro de Dances de Los Monegros o la Trobada de gaiteros en Robres.
Desde la recuperación del dance de Bujraraloz, Carmelo ejerce de mayoral. Es todo un apasionado del dance y de su pueblo, de su historia y tradiciones. A través de Carmelo, nos sumergimos en parte de la memoria reciente de Bujaraloz y su vivo dance, recuperado gracias al esfuerzo y empuje de los vecinos de la localidad monegrina; que volvieron a hacer rugir la gaita, las danzas, el teatro popular y los versos que configuran la gran manifestación artística que representa el dance aragonés.
Ya con esa confianza iré tomando materia sin ponerme en trinidades pues al Santo se reservan, pero vamos discurriendo y cada cual se prevenga en el siguiente coloquio a elogiarle como pueda.
Mayoral (Dance de Bujaraloz).
Carmelo Lorente Acín nació en Bujaraloz, en casa, en 1959. Su padre era barbero y tenía una peluquería en Bujaraloz. Son tres hermanos. Fue a la escuela hasta el graduado, cuando marcha a Zaragoza a realizar formación profesional de electrónica. La escuela, recuerda Carmelo, estaba donde actualmente se encuentra el ayuntamiento. Comenzó con cinco años y aún había clases de chicos separadas de las chicas, –aunque ya comenzaban a haber clases mixtas-.
Sus recuerdos nos llevan a aquella época que aún daban leche en polvo y en la escuela encendían la estufa con piñuelo, huesos de oliva. Jugaban a Cascabel Montapíe o al popular Churro, media manga, manga entera-Al final, pegado a la pared, se colocaba la madre, quién soportaba a todos apoyados y hacía de arbitro-. También jugaban al balón prisionero y se encorrían por la calle -Entonces la gente jugaba mucho en la calle-. Iban en pantalón corto hasta en invierno, era lo habitual hasta que comulgaban por primera vez -del frio se nos ponían cabrillas en las piernas-.
-En Bujaraloz no había agua, solamente agua de balsa-. Carmelo cuenta como en las ordenanzas, sobre la vida en Bujaraloz, aproximadamente de 1530, principalmente se basan en el uso y gestión del agua. Cada balsa tenía su finalidad, explica Carmelo.La balsa Buena dicen que es de época romana, del antiguo camino de los Fierros, aunque el Sistema de Información de Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA) le atribuye un origen bajo medieval. La balsa se encuentra carretera Caspe desvío a Sastago, donde actualmente está Guissona. Tiene unas escaleras para acceder a ella, entre muros, para el acceso humano. Además, presenta unos números romanos del I al XII, dividiendo la balsa por partes iguales para su limpieza, así, cada parte, debía ser limpiada según las tierras que cada propietario poseía. Los industriales traducían su parte en jornales que hacían los obreros o jornaleros. Eran trabajos comunales. La balsa fue remodelada en 1928.
Las balsas se hacían en barrancos y presentaban hueras (agüeras o güeras) que conducían el agua a las balsas. Estaba prohibido pastar en las hueras. En Bujaraloz, igualmente, se encuentran la balsa Pedrera, construida en 1944, la balsa Grande y balsa del Molino, con el pozo de la bomba entre ellas. A ellas hay que añadir las desaparecidas balseta de la Tejería o la balseta del Moro. Los pozos, que en cada casa había uno, eran salobres y tenían un cierto grado de salinidad. No servían para beber, si acaso, para las caballerías. El agua de balsa se almacenaba en las casas en tinajas y con el tiempo, más reciente, llegaron los aljibes.
La escasez fue una constante en Bujaraloz y en varios pueblos de Los Monegros, -incluso en 1972 o 1973 tuvieron que traer agua para beber en Bujaraloz, la trajeron en camiones cisternas por medio de la base americana de Zaragoza-. Durante un mes, los abastecieron con agua que subieron desde Caspe, -agua para beber, asearse, cocinar, lavar o para dar a los animales-. No fue hasta el 23 de mayo de 1975 cuando el agua corriente llegó a Bujaraloz.
En las ordenanzas, anteriormente citadas, se prohibía subir por las noches a las cías, sería para evitar que se robase el grano, apunta Carmelo. Estas, estaban debajo del campo de fútbol y todavía existen dos cías.
Bujaraloz ha sido tierras de secano y pastos. Son características sus lagunas saladas que aprovechaban para la obtención de sal. Los campos daban escasas cosechas y en sus margüines se acumulan las piedras que los campesinos iban retirando de los campos. -Algunos, cuando iban al monte volvían con piedras y poco a poco fueron construyendo granjas de pollos. En unos cuatro años levantaban las paredes y, si conseguían buena cosecha, colocaban el tejado-. El regadío llegó el 23 de mayo de 1995
La nacional II pasaba por el centro del pueblo. Es en torno a 1959-1960 cuando la sacan del pueblo y comienza a aparecer restaurantes, mesones, hostales y talleres. El poster de la gasolinera pasó de la plaza al lado de la nacional, donde el mesón Monegros. Fue un impulso para el pueblo -La carretera equivalía a un pueblo más-, hasta que en el 2021 se liberalizó la Autopista A 2 y la nacional II perdió su constante fluir de vehículos.
En el mesón había un cine, -igual tenía hasta 500 butacas, y se hacían sesiones los sábados y dos sesiones los domingos-. Carmelo llegó a llevar el proyector mientras dos amigos se ocupaban de vender las entradas y cortarlas. Tenían 18 años, pero su afición al cine ha continuado, siendo miembro del certamen de cortometrajes de Bujaraloz.
En el salón del pueblo se hacían bailes. También estuvo la discoteca Sagitario “el Chato”, en el bar Avenida, –venía gente de todos los pueblos, fue durante 1970 a 1980-.
Cuando contaba con unos 14 años, un grupo de personas se unieron para hacer cosas por el pueblo. Consiguieron un local y compraron juegos y tableros de ajedrez. En el local se juntaban unas diez personas que decidieron hacer un periódico, el “Secarral”. Hubo dos épocas, una primera más inocente y sin medios y una segunda más política y con medios. Publicaban sobre asuntos del pueblo y el maestro les ayudaba a imprimirla; -aunque había cosas que censuraba y una vez se negó a imprimirla-. No se podía hablar aún de política y, a pesar que no tenían nada, hacían entrevistas con un magnetófono.
Ejemplar de Secarral, revista de Bujaraloz.
Con 16 años, Carmelo se marchó a estudiar a Zaragoza, aunque volvía todos los fines de semana. Fueron tiempos muy activos -Se reivindicó la piscina y se recaudó dinero con la carrera de la san Silvestre y una chocolatada en1981-.
Durante la primera etapa del Secarral, investigando la historia de Bujaraloz, se descubrió que había habido carnaval en la localidad y lo recuperaron. También descubrieron que había habido dance.
Efectivamente, el dance de Bujaraloz se había perdido sobre 1910. Al parecer, cuenta Carmelo, aquel año fueron a danzar a una exposición, quizá Barcelona, y alguien se les quedó el dinero. Tuvieron que volver como pudieron, de malas maneras, y al llegar al pueblo se les rieron. Se enfadaron tanto que dejaron de danzar.
Mercedes Pueyo Roy, en su libro “El dance en Aragón” (Zaragoza, 1973, p. 73) afirma que el dance de Bujaraloz se ejecutó por última vez en 1900 y que intervenían en el baile dieciséis hombres, -los más fuertes del pueblo, en la procesión y después en la plaza y que nadie recuerda nada del texto, si es que lo hubo-.“Ha desaparecido totalmente este Dance y con él el famoso baile de la «Gaita», de mucho renombre. La última vez que se hizo fue en 1900. No existe documento alguno de él, y estas escasas noticias han sido recogidas gracias a la feliz memoria de un anciano. Se hacía el día 5 y días 28 y 29 de agosto, con motivo de las fiestaspatronales.PERSONAJES. – Intervenían en el baile dieciséis hombres, los más fuertesdel pueblo.DESARROLLO. – Se hacía el baile en la procesión y después en laplaza.En cuanto al texto, si es que lo hubo, nadie lo recuerda ni nada queda de él. En cuanto al aludido baile de la «Gaita» sabemos que era muy posterior al dance y que el pueblo lo consideraba de tipo más bien profano. Era una especie de jota aunque no con todas sus características escénicas ni su ritmo, aunque sus pasos y variaciones la recuerdan un poco. Su música se conserva en notas y hoy día se canta como «gozo» a laVirgen de las Nieves, y que nosotros hemos grabado en la fonoteca del profesor Beltrán.No existe texto.”Pueyo Roy, Mercedes. Mercedes Pueyo Roy realizó algunas grabaciones junto a Antonio Beltrán Martínez y Pio Beltrán “Algunas de las melodías que acompañaban las mudanzas las recogimos y grabamos en cinta de Pío Beltrán” (Materiales para el estudio del folklore aragonés: I. el dance de Bujaraloz por Antonio Beltrán).
Afortunadamente, en la labor investigadora del Secarral, descubrieron la existencia de un libro sobre el dance de Bujaraloz, datado, aproximadamente, en 1840, con textos y anotaciones que pasaron a texto mecanografiado en 1976. Constaba de 112 páginas, aunque faltaban las diez primeras y con la primera y última hoja en muy mal estado. Los textos ensalzaban al santo San Agustín, un converso al cristianismo -así que presenta y juega con ambas condiciones, a quién principio se le quiere hacer pasar por moro, desencadenando una batalla donde gana el bien-. Hay textos para dos días, comenta Carmelo, con loas al santo que no se reproducen, pues son muy extensas.
También el catedrático de prehistoria Antonio Beltrán Martínez se hizo eco del texto de mano de José Rozas Beltrán:
“El texto completo del dance citado en dos versiones manuscritas. Una sin fecha, pero de hacia mediados del siglo XIX y otra copiada en 1902, más correcta, con este gracioso título en verso.Las hojas perdidas contenían algunos gozos y las conservadas, parte de los dedicados a Santiago, los gozos y romances de la Virgen de las Nieves, las coplas de San Agustín y los dances de San Agustín del primero y segundo días de las fiestas. “
«En este libro se contiene / coplas para dispertar / todos los días festivos / que tiene la cristiandad. / Además también contiene / Dichos de San Agustín / que por ser patrón del pueblo / le celebran un festín. / Y este libro fue copiado por Vicente Used y Ros / en el tercer mes de marzo de mil novecientos dos».
En 1989, a iniciativa de Mariano Villagrasa, entonces concejal del ayuntamiento, se recuperó el dance de Bujaraloz. Mariano juntó a 23 personas en mayo y a finales de agosto, del mismo año, celebraron de nuevo el dance, -tanto hombres como mujeres-. Así, el dance de Bujaraloz se volvió a celebrar para san Agustín el 28 de agosto, y santa Mónica, el 29 de agosto de 1989. En su ejecución, se retomó a representar la lucha de moros y cristianos con mudanzas intercaladas que los mismos textos presentaban en anotaciones, indicando las mudanzas concretas que se debía ejecutar en cada momento.
Dance de Bujaraloz, 1887.
Han investigado e indagado mucho sobre el dance de Bujaraloz, recuperando la mayoría de sus partes. En 1890, el dance de Bujaraloz estuvo danzando en el auspicio de Zaragoza, la crónica comentaba que era muy gracioso, ágil y vistoso. Sorprendentemente, apareció una foto del dance de 1895, apreciándose bien la indumentaria y corroborando el testimonio de una mujer del pueblo que ya había advertido que los danzantes llevaban faldas muy cortas. Muchas mudanzas las recuperaron gracias a que había gente que se acordaba de ellas y las cantaban y tatareaban. Un danzante, que se había casado en La Almolda, conservaba los palos y una espada del dance de Bujaraloz -los palos eran de carrasca, de los palos de las ruedas de los carros, eran muy resistentes-. Carmelo lamenta que lo que más se ha perdido es el baile, salvo uno, pues en pleno ensayo, una persona mayor se acercó y les transmitió un baile que recordaba.
“Ved si en cuatro palotadas/ desatáis el gran enredo”
Rabadán (Texto antiguo del dance de Bujaraloz).
Tienen constancia que estuvo el gaitero Aniceto Serrate “El Tintorero”, natural de Castejón de Monegros. La gaita la recuperaron gracias a Eduardo Plana Galindo de Sena, montaron un taller de fabricación y aprendizaje de gaita en 1993. El curso duró unos dos años y entre los muchos participantes, unos diez, salieron los gaiteros Chusé Rozas Auría y Javier Martínez Samper. Eduardo Plana Galindo colaboró con la recuperación del dance de Bujaraloz.
En el 2013 se incorporó como gaitera Mila Dolz, la fueron a buscar a Zaragoza el mismo día de san Agustín y durante el viaje y descansos del dance, se fue aprendiendo las melodías. Fue gracias a Mario Gross ya que ese año no pudo tocar Chusé Rozas Auría. Actualmente, se ha incorporado la joven bujaralocina Lidia Berdejo Escanilla con una gaita del taller de Pablo Morales de Caspe.
Suelen actuar para san Agustín y en la ofrenda de frutos para la fiesta del Pilar de Zaragoza. Han actuado en la exposición universal de Zaragoza, en el 2008, con los de Tauste, Graus, Sariñena y el de San Juan o Tenerías. También han estado en Italia.
Carmelo sostiene que para bailar y danzar en la iglesia debían llevar faldas, al igual que los infanticos en el Pilar, quizá esto sea una versión del dance más tradicional y más vinculada con la iglesia. Como curiosidad, el dance de Bujaraloz cuenta con rabadán moro.
Asimismo, se recitan las motadas, que también son dichos o motadas directas a los danzantes o gentes del pueblo. Al principio lo hacían los rebadanes, pero desde hace años las hace el gaitero Chusé Rozas Auría. Hubo algunas ocasiones que la misma gente del pueblo pasaban las motadas escritas en papel, pero hubo quién abusó de la situación
El romance a san Agustín se realiza con gaitas y bandurrias, en la madrugada del 28, realizándose una por las calles del pueblo, deteniéndose en las esquinas donde se encuentran las pequeñas capillas. A las puertas de la iglesia se canta una Salva.
Los días 4 y 5 de agosto en Bujaraloz se celebra la virgen de las Nieves, sin gaita se hace el romance a la Virgen. Luego se realiza el baile de la calle baja con gaita, salió del cancionero de Mingote (Introducción al Folklore Aragonés II. Canto, baile, dance, Zara- goza, 1980. Ángel Mingote: Cancionero Musical de la provincia de Zaragoza, 2. ed., 1967). El baile de la Gaita o Jota de la calle Baja, conmemora el final de una trágica epidemia de peste que asoló al pueblo.
En el 2014 cumplieron los 25 años de su recuperación, aunque lo celebraron un año después, con 16 cuadros interpretando de forma conjunta una mudanza, estaban todos los danzantes y antiguos danzantes, gaiteros y personas vinculadas al grupo.
Carmelo lleva trabajando como gestor en la comunidad de regantes Montesnegros, aunque también ha trabajado montando riegos. Ha sido concejal municipal y recuerda que durante su etapa Miguel Ángel Berna estuvo de profesor de jota en Bujaraloz –Ángel realizó una de sus representaciones de Danza viva en Bujaraloz tras su estreno-. Carmelo comenzó como mayoral y aún ejerce con pasión a su dance de Bujaraloz. Su callao, palo de mayoral, se lo hizo un pastor con una rama de sabina, la dobló y la dejó unos días en una femera para que se conserve mejor.
Hoy en día, el dance de Bujaraloz continúa con gran viveza y vitalidad, gracias a personas como Carmelo, cuya pasión nos ha acercado el dance y la vida pretérita del monegrino lugar de Bujaraloz.