Históricamente, Sariñena ha perdido la mayor parte de su patrimonio. El castillo, las murallas, el convento del Carmen, la iglesia de Loreto, el antiguo ayuntamiento, fuentes, lavaderos, arcos, porches, puentes sobre el Alcanadre… han pasado a formar parte de la triste lista de patrimonio perdido.

Especialmente destructiva fue la guerra civil, afectando duramente a la villa : «El resultado del bombardeo es devastador, más de cien casas son destruidas y en unas sesenta su destrucción varía entre un 10% y un 75%. Marzo, 1938 (Salvador Trallero, Sariñena Antigua).»
Pero de nuestro maltrecho patrimonio aparecen, casi desapercibidas, la cerámica de Palau, el matadero municipal, la gran chimenea, los silos, la harinera y los almacenes del barrio de la Estación ferroviaria de Sariñena. Todo un excepcional conjunto patrimonial industrial, con la particularidad que la cerámica y la harinera de la Estación corresponden al mismo arquitecto: Amado Pueyo Mesple.

Molino harinero
Es Ángel Ponz quien me abre los ojos para descubrir la harinera. Un edificio de dos naves rectangulares, partidas por una torre que sobresale tres cuerpos, con aleros y pináculos. Un bien industrial catalogado por María Pilar Biel Ibáñez en el Inventario del patrimonio Industrial y la obra pública de Aragón (SIPCA) y por el ayuntamiento de Sariñena. Ángel Ponz andaba buscando el antiguo molino harinero de Sariñena, en el que trabajó su padre antes de la guerra civil «El molinero 40008». Uno de los molinos, propiedad de Amado Pueyo, se encontraba por la huerta del Suso, camino de los Olivares, de funcionamiento hidráulico gracias a un pequeño salto en la acequia (El batán y los molinos de Sariñena). En 1947, aquel desaparecido molino, se agrupa con «La Monegrina», sencilla fabrica harinera, dando como resultado de la fusión «Harinera de Monegros S.A».

Plano de La Monegrina
En el lugar de La Monegrina se construye en 1949 la actual Harinera de Monegros, «una edificación industrial racionalista de posguerra que presenta elementos decorativos de tradición historicista». Por su calidad arquitectónica es considerada “una de las mejores edificaciones de la comarca, la cual debería ser estudiada mas a fondo evaluando su interés para la Historia del Arte y en especial para el Patrimonio Industrial, por considerar su estructura (sobretodo la fachada exterior), como un ejemplo escaso en la comarca y posiblemente único en la provincia” Sistema de Información del Patrimonio Cultural aragonés (SIPCA).


El interior de la harinera es espectacular, sorprende por su gran estado de conservación, preservando una maquinaria de mediados del siglo XX, fabricada en maderas nobles, configura un importante conjunto museístico de gran singularidad y relevancia. Tanto el edificio como su interior poseen un gran valor patrimonial que debería ser protegido. La Harinera de Monegros forma parte de nuestra historia y se complementa con un rico entorno ferroviario y con los imponentes silos cercanos, dos estructuras industriales agrarias de mitad del siglo XX.
La Harinera se encuentra actualmente en proceso de venta a un coste muy aceptable para cualquier institución. Es indudable que el conjunto es un espacio museístico muy singular y único, un extraordinario activo sariñenense. El barrio de La Estación se encuentra muy deprimido y muy necesitado de actuaciones que frenen su deterioro. Harinera de Monegros es una oportunidad para revitalizar el barrio de La estación, oportunidad que debería ser valorada y estudiada.
Harinera de Monegros S.A. llegó a emplear entre 25 a 30 personas, Jorge Anoro fue gerente en la década de los sesenta y en aquella época, el barrio de La estación, contaba con cerca de los 400 habitantes. Molían todo el día, con turnos de día y de noche, además tenían que ser muy cuidadosos con la limpieza y con el cuidado de las maderas. Los primeros años funcionaron sin silos, pues no fueron colocados hasta mediados de los setenta, aún recuerda Jorge Anoro como cargaban sobre sus espaldas sacos de hasta 100 kilos.

Es un edificio con muchas historias, de familias de harineros, de trabajadores con un gran apego y sentimiento por su lugar de trabajo, su harinera. Tan necesaria fue y ahora se olvida, se abandona a su injusto deterioro. ¡Gracias Jorge y Rosa María Palacín!, por transmitirme tanto, por enseñarme y explicarme el alma, el corazón y el gran tesoro que es la Harinera de Monegros.
¡Gracias Ángel Ponz!, por toda la información facilitada, por darme el placer de conocerte y hacerme descubrir el patrimonio industrial de Sariñena.
Dedicado a todas las personas que han trabajado en la harinera y en los antiguos molinos. Esperando y soñando que «Harinera de Monegros» no pase a engrosar la lista del patrimonio sariñenense perdido.

Industrias agrícolas
Hace algún tiempo prometí a los lectores de El Diario ocuparnos de las industrias agrícolas que podrían y debieran implantarse en esta provincia y hoy voy a cumplir la promesa, ya que las actuales circunstancias por que atraviesan los agricultores, son propicias para ello.
Fabricación de harinas
La tasa impuesta a los trigueros dejando un margen de 19 pesetas en 100 kilos para el fabricante, ha de hacer ver a los agricultores que el Estado favorece de una manera directa a los fabricantes de harinas, en perjuicio del productor triguero, y qua en nada podría alterar la tata de 56 pesetas los 160 kilos al trigo, si el productor no vendiera esto y solo lo hiciera de la harina.
Deben los agricultores ponerse de acuerdo para fundar una Sociedad, en la cual, y con acciones que no sean superiores a 250 pesetas, al objeto de que el numero de accionistas fuera grande, establecer una fábrica de harinas con capital exclusivo de agricultores, y en cuya fábrica se molturaría el trigo de todos los asociados y si que se pudiera adquirir de todos aquellos que por miedo a ponerse en negocios industriales, ó por falta de capital, no contribuyeran á la implantación de la nueva industria.
Se establecerían en sus estatutos dos clases de socios, una que resultaría el interés al capital desembolsado, y otra, un premio que se abonaría a la liquidación de cada año y que se repartiría a aquellos que hubiesen aportado el trigo a la fábrica y que se repartirían los beneficios a X pesetas la tonelada; de esta manera el agricultor conseguiría vender el trigo en harina, cobrar interés al capital y percibir una prima por el trigo aportado a la fabricación.
Se me diría ¿Se puede saber a qué ascenderán las ganancias? IA lo cual yo he de manifestar.
Los fabricantes todos, que tienen que transportar nuestros trigos a Barcelona, Reus, Lérida, Valencia y Madrid y tienen que pagar comisiones, pérdidas naturales, arrastres hasta su fábrica, todos sabemos que ganan dinero, ¿Cómo no íbamos a ganar nosotros que todo lo tenemos en casa y llevaremos buena administración?.
Emplazamiento de la fábrica
Tenemos tres estaciones de ferrocarril donde podría establecerse en inmejorables condiciones: Tardienta, por hoy imposible porque establece una (y sabe lo que se hace) el inteligente y activo industrial don Mariano Gavín Pradel. Selgua, que también están terminando una los señores Bueno, Salillas e hijos de Don Mariano Alber, y Binéfar, donde también vi hace pocos días que construye otra una sociedad.
Nos queda, pues, para ese proyecto Sariñena, punto indiscutiblemente el mejor de los antes citados por su situación topográfica.
A la estación de ferrocarril de Sariñena afluyen los pueblos que en la provincia cosechan los mejores trigos de fuerza, tales como Pallaruelo y Castejón de Monegros, Albalatillo, La Almolda, Valfarta, Bujaraloz, Peñalva, Candasnos, Ontiñena, Villanueva de Sigena, Sesa, Lalueza, Capdesaso y Sariñena, y como trigos de peso, y no de tanta fuerza, los pueblos de Huerto, Venta de Ballerías, Peralta de Alcofea, Antllón, Pertusa, Salillas, Blecua, Sesa, Novales, Usón, Alberuela de Tubo y muchos otros más que no cito por no hacerme pesado.
La estación de Sariñena está situada a 90 kilómetros de Zaragoza y a igual distancia de Lérida, y así como hoy se envía el trigo, podríamos enviar las harinas y sus despojos desde Galicia y Asturias, hasta Barcelona y el Litoral, sin inconveniente alguno en poder competir sobre calidad y condiciones con cualquiera fábrica de harinas española.
Como fuerza motriz podría emplearse la eléctrica, transportada del salto actual que poseen los propietarios den Melchor Lasierra y don Mariano Torres, a dos kilómetros de la estación. Otro, que de acuerdo con el Sindicato de Riegos de Sariñena, podría hacerse a un kilómetro de dicha estación, y por último el que posee don Lorenzo Naval, llamado Molino de Peralta, a 16 kilómetros y hoy destruido.
La idea está lanzada, creo sinceramente que con un poco de buena voluntad por parte de todos, este pensamiento llegaría a ser una realidad que reportaría a ser una realidad que reportaría grandes beneficios a la agricultura.
Otro día me ocuparé de la fabricación de abonos, fabricación de papel, lavaderos de lanas y fábricas de conservas.
E. Panzano Llamas.
Sariñena, 24 de agosto de 1920.
Diario de Huesca, 25 de agosto de 1920.


Un trabajo muy interesante que dees publicar en el Quio. La harinera la ha comprado en pública subasta Antonio Castro de Huerto..
Felicidades por el trabajo.
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Gracias Manuel, ojala se preserve la harinera!!
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