Rosario Seral Montesa nació en Zaragoza en 1961, pero ha estado prácticamente siempre en el pueblo. Lleva más de 30 años en la Biblioteca Municipal de Leciñena, siendo una de las imprescindibles en el recorrido que continuamos realizando conociendo a las grandes bibliotecarias de Los Monegros.
Recuerdos de la niñez, escuela, juegos, tradiciones, la vida en el pueblo, marchar y quedarse, lo que ha cambiado, la vida de antes, trabajos, el papel de la mujer…
Tengo muy buenos recuerdos de la niñez y algo lejanos ya. En la escuela íbamos chicos y chicas juntos y recuerdo, todavía, el pupitre marrón donde nos sentábamos dos compañeras, tenía el tablero un poco inclinado y hasta sus huecos para tintero, un poco incómodo y algo siniestro, enseguida los cambiaron por mesas más alegres y cómodas.
Jugábamos mucho en la calle, en las eras, hacíamos mucho ejercicio, saltábamos a la comba, juegos como a marro, churro va, policías y ladrones, también hacíamos barro y arreglábamos paredes, no teníamos ni necesitábamos muchos materiales para jugar, lo pasábamos muy bien y ahora, al recordar, parece que éramos prehistóricos comparado con los niños y niñas de ahora.
Cuando yo era pequeña no había biblioteca en el pueblo, pero recuerdo los cuentos que me contaba mi abuela, y, sobre todo, dos romances preciosos: El de la Mora Cautiva y el de Gerineldo.
En Leciñena vive mucha gente joven, es un pueblo con muchos servicios y los jóvenes se quedan a vivir aquí.
La mujer en los pueblos tiene mucho protagonismo, son las que acuden a todos los actos culturales, son muy participativas, leen mucho y tienen voluntad para todo.
¿Bibliotecaria? ¿Cómo has llegado a ser bibliotecaria rural? ¿Qué significa ser bibliotecaria en un pueblo? Dificultades, alegrías…
La biblioteca de Leciñena se fundó en el año 1985 cuando era alcalde Antonio Marcén Sancho. Ya entré a trabajar y a los 3 o 4 años sacaron la plaza por oposición.
Es un trabajo precioso, conocemos a todos los usuarios y sabemos las necesidades de la gente. Lo hacemos todo, compramos y seleccionamos los libros, los catalogamos, programamos actividades, vienen autores y, si hace falta, llevo el libro que presenta el escritor de casa en casa, cuanta más gente lea el libro, mejor.
No he tenido dificultades, en Leciñena siempre ha habido buena política bibliotecaria.
¿Bibliotecaria rural, mucho más? Actividades culturales, centro social…
La biblioteca de un pueblo sirve para muchas cosas, viene gente a buscar libros por placer, por necesidad escolar, vienen a estar un rato a leer prensa o revistas, se cuentan las opiniones de libros, se cuentan cuentos, juegan los niños, se proyectan películas, un foco cultural muy necesario
¿Qué es un libro?
Es algo imprescindible, es aprender, meterse en otras vidas, es no estar solo, viajar, conocer mundo, con un libro, la vida es más interesante y placentera.
Un género literario, un libro imprescindible, escritor/a, una poesía, una palabra bonita, una gran frase, una película y una canción
Me gusta la novela, también leer a los clásicos y libros sobre etnografía.
Reseño el que estoy leyendo ahora que me gusta mucho: “Viaje al interior: 80 días en furgo por la España olvidada” de Fran Zabaleta.
Un poema que siempre me ha gustado es “Canto a mí mismo” de Walt Whitman.
Una película: Rebeca, de Alfred Hitchock, no es que sea la mejor de la historia del cine, pero cuando la vi por primera vez, me hechizó y todavía perdura.
Una reflexión sobre el papel de las bibliotecas en nuestros pueblos y, sobre todo, frente a la despoblación.
La biblioteca en Leciñena lleva muchos años funcionando, si no hubiera existido, muchas personas no habrían tenido la oportunidad de leer como lo hacen ahora, no se hubieran convertido en lectores, aquí tengo muchos usuarios mayores, la cultura hay que acercarla, esa es nuestra misión.
Los jóvenes leen menos que antes, aunque también leen en otros formatos y acceden más fácilmente a la cultura.
¿Qué sientes al oír Los Monegros?
Siento mis orígenes, mi casa.
Una esperanza, ilusión o deseo.
Que siempre haya interés por leer y aprender.