Milagros Dolz (Zaragoza, 1995) estudió Gaita de Boto en la Escuela Elemental de Música y Danza con Mario Gros y Rafa García Hermoso, pero en lo formal es graduada en Bellas Artes, Master en Pintura y actualmente doctoranda en investigación en arte contemporáneo. En su caso no es de Los Monegros pero se considera gaitera monegrina, no solo debido a su trayectoria sino también a sus influencias, estilo y repertorio. Ella misma nos descubre su inicio con la gaita y el dance aragonés y su desarrollo hasta llegar a ser una de las gaiteras del dance de Bujaraloz.
Mila en el centro con la gaitera Lidia y el gaitero Chusé. Dance de Bujaraloz.
En agosto del año 2013 me llamó Luis Miguel Bajén, profesor de dulzaina en la EMMD de Zaragoza, para decirme si me interesaba ir a Bujaraloz a tocar el dance del pueblo. Resulta que había coincidido con uno de los gaiteros, Chusé Rozas, quién no podía ir a tocar por cuestiones laborales y necesitaban un apoyo. A mí me maravilló la idea, me sentía como los gaiteros antiguos que iban a tocar de pueblo en pueblo los dances durante el siglo XX. Chusé me proporcionó audios y partituras del repertorio que preparé en unos días y el día de San Agustín vino a buscarme el mayoral del dance, Carmelo, un hombre encantador. Cuando llegué la gente no sabía que Chusé no iba a estar y fue una revolución, me acogieron con una hospitalidad infinita, salí en procesión y dance junto con dos gaiteros del pueblo, Martínez y un chico joven del pueblo que ya no toca. Desde aquella festividad de San Agustín guardamos una gran amistad y continúo tocando con ellos siempre que puedo.
Empecé a tocar la gaita en el año 2011, cuando tenía 15 años, después de adquirir una las navidades de 2010. Ya trasteaba un poco con la dulzaina, pero yo tenía una obsesión con tocar la gaita de boto. Me parecía un instrumento tan fascinante como místico, con un sonido continuo que se colaba por las rendijas de las calles, una melodía aguda y estridente en un instrumento precioso vestido con saya de flores. Puede ser que me gustasen los instrumentos ruidosos solo por el hecho de existir.
Yo paloteaba en el danze de San Chusé de Zaragoza, entonces iba a ensayar con ellos con dulzaina y gaita, aunque no los dominaba demasiado. En septiembre de 2011 accedí a la Escuela Municipal de Música de Zaragoza mediante la prueba de acceso a 2º año de Gaita de Boto, y desde entonces entablaría una gran amistad con Mario Gros, Rafael García y otros tantos profesores de la escuela. Fue un salto cualitativo muy grande donde aprendí muchísimo y pude conectarme más con el mundo del folklore en Aragón.
Después de ello mi gaita ha ido conmigo a todos los lugares donde he vivido, y ahora que ya no resido en Aragón me siento que hago de embajadora de la tierra. Como anécdota destacable, en el año 2015 me llamaron para participar en la película «Jota de Saura» del director Carlos Saura, donde toqué con un grupo de gaiteras jóvenes de toda la península una canción entre las cuales se incluía el baile de la gaita de Bujaraloz.
La gaita es y será siempre mi instrumento de referencia. Como decía antes, desde su sonido, con los bordones haciendo la nota pedal de manera continua y su melodía aguda en el clarín, hasta su estética particular, con la madera dorada de boj, el forrado de piel de culebra y su llamativo vestido de flores. Con los años he tocado más tipos de gaitas de otras zonas y nunca encontré una tan cómoda. Para tocarla hay que abrazarla, como la historia de la hija del gaitero.
Con los años descubrí también que la gaita la teníamos gracias a que se preservó su uso para los dances monegrinos, cuestión que vi real cuando empecé a frecuentar la zona. La gaita está ligada a ese paisaje, a la dureza de la vida allí, a los pensamientos de la gente que lo habitan y a las supersticiones que heredan. Es su lugar natural y donde tiene sentido su sonido (no se si me explico bien). Y llega hasta nosotras gracias a todas las personas que defendieron el rito: a quienes preservaron las gaitas, las investigaron, las reprodujeron; quienes continuaron el dance con otros instrumentos perpetuando la tradición, las melodías, los bailes y los trajes; y no menos importante quienes se esfuerzan todos los días para que todos los años siga hacia adelante. Conocer el origen de las cosas es vital para entender mejor lo que hacemos y hacia donde lo encaminaremos.
El rito del dance para mi es la expresión más grande de pertinencia que se puede desarrollar. Las personas que los componen son muy heterogéneas, considerando (creo que de manera más o menos acertada) que en la mayoría de dances se cumplen estas normas: algunos viven en el pueblo, otros viven fuera pero acuden de manera regular, o gente como yo, que estamos «de pegote» pero lo disfrutamos como nadie. El sentimiento que mueve a cada uno también es variado: desde la religiosidad hasta la preservación de la tradición, o cualquier tipo de sensibilización al respecto. Además, el dance lo componen personajes visibles (danzantes, mayoral, rabadán, gaiteras/os y demás) y no visibles (desde quién monta el sonido hasta la abuela que prepara el traje), creando entre todas y todos una bonita comunidad en la que se comparte más que una procesión y unas danzas. El «espectáculo» será la parte visible, pero la emoción brotará siempre de lo que no se ve desde fuera. Esta comunidad, con sus cosas buenas y malas, es para mí el auténtico rito a preservar.
Una tradición y un lugar de Los Monegros.
Mi primera respuesta sería el romance a la Virgen de las Nieves y el posterior baile de la gaita en Bujaraloz. Es una fiesta a la que he podido ir pocas veces, pero que aúna todas las cosas que me gustan de las tradiciones monegrinas: cantos, gaita y baile participativo. En ella también participan gente de la Asociación Balcardosa (la que se encarga del dance en sí).
Pero no siendo tradición y debido al esfuerzo que suponen, quería destacar las otras actividades organizadas por dances y ayuntamientos, sea el reciente encuentro de Dances de Los Monegros o la Trobada de gaiteros en Robres.
La iglesia parroquial de El Salvador de Sariñena, denominación oficial, responde a un soberbio edificio neoclásico, de cierta sencillez y claridad, pero con gran expresividad, evocando el clasicismo con sus magnas columnas toscanas. No es un edificio sin más, posee un gran valor arquitectónico y una gran historia, cuyo conocimiento, sin ningún tipo de duda, es una aventura apasionante.
Sus origines resultan difíciles de profundizar y, por qué no, de aventurar. Inocencio Cadiñanos Bardeci cita asentarse en una mezquita y en los materiales de una vieja atalaya mora. Realmente Sariñena se remonta a tiempos inmemoriales, pero lo cierto es que la actual iglesia se asienta en el solar de una vieja colegiata, descrita medieval por Javier Martínez Molina, en su tesis doctoral Arquitectura religiosa de la época de la Ilustración en Aragón: estudio histórico-artístico de la arquitectura religiosa de Agustín Sanz Alós (1724-1801) (tesis doctoral), Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2023, pp. 1399-1513. Tesis en la que describe la iglesia de Sariñena de dos naves, similar a la parroquia de Lanaja, más grande, pero que se hallaba en mal estado.
Remontándonos un poco antes de que Pedro I tomase Sariñena en 1101, antes de finalizar el siglo XI, en 1096, se cita una curiosa donación: La Almunia de la Reina “junto a Sariñena” con la torre que había allí y sus términos. Igualmente se recoge que el monasterio de Montearagón, tenía ciento cuatro iglesias bajo su jurisdicción, entre ellas La Almunia de la Reina “cerca de Sariñena” (Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón). Almunia originalmente designaba a un huerto o granja y por extensión a una finca campestre o casa de campo, no obstante, en Sariñena existen las partidas de Las Almunias, Almunias Altas y Almunias Bajas, dirección Castelflorite. Queda por precisar e investigar la denominada y desconocida «La Almunia de la Reina».
El 5 de mayo de 1093, un documento del rey Sancho Ramírez recoge las donaciones que se han incorporado a la abadía de Montearagón, entre ellas figura la “Iglesia de Sariñena con sus mezquitas” (Mur Sangrá, Lorenzo. Montearagón desde su creación al ocaso). Todo apunta que Sariñena dependía del monasterio de Montearagón.
«El monasterio de Montearagón contaba con abad, cuatro canónigos dignidades (enfermero, limosnero, sacristán y chantre) y seis priores, uno de ellos con el título de Sariñena.»
Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón.
Apuntamos también la cita de un siglo después, cuando en 1206 Martín de Lérida da al monasterio y a su hijo P. de Vinera y a S. Salvador de Sariñena una viña en Albar, término de Sariñena. (Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón).
No es hasta 1310 cuando aparece, propiamente citada, por primera vez la iglesia de Sariñena, en un documento de Ramón de Fontona, prior de la iglesia de San Salvador de Sariñena. Dicho documento da a treudo a Artal de Hunera, a Bartolomé de Cartaser y a Pedro Cebrián un huerto situado en el término de Reguano en Sariñena por el pago anual de 14 sueldos jaqueses. Se nombra tanto la avocación a San salvador como a la figura de prior, título eclesiástico para un superior, pero por debajo de un abad, en este caso del abad de Montearagón. Sariñena debía de responder a un priorato, como veremos más adelante, a un territorio con jurisdicción propia del prior.
El 4 de abril de 1328, un nombramiento del rey aragonés Alfonso IV, pergamino de 138, cita la iglesia: “Reunidos los consejos de la villa y aldeas de Sariñena en la Iglesia de San Salvador, nombran a Marco de Sena, jurado de Sariñena, Domingo Lo Pico, vecino de Monsalva y jurado de la comunidad de aldeas de Sariñena, como procuradores especiales para que les representen en las próximas Cortes que se van a celebrar en la ciudad de Zaragoza, en la que se coronará a Alfonso IV” (Cancillería, pergaminos, Alfonso IV, carp.218, nº170/ Nombramiento).
En 1330 es citado prior de Sariñena Pedro Jiménez de Sarasa.
En 1364 se celebra un acuerdo con relación a las ventas del priorato de la iglesia de San Salvador de Sariñena entre Juan de Fortges, prior de la villa de Sariñena, y los racioneros, capellanes y siervos de dicha iglesia.
En 1385 Raimundo, abad del monasterio de Montearagón, comunica al vicario de la iglesia de San Salvador de Sariñena y a su lugarteniente que ha concedido a Guillermo Gastón y a su mujer Marta la licencia para construir en dicha iglesia una capilla bajo la advocación del beato Nicolás, confesor, que estará situada entre la capilla de San Laurencio y la puerta de Santa María, dotándola con 1.300 sueldos jaqueses anuales para pagar al capellán, otros 14 sueldos jaqueses anuales para gastos diversos y 1.100 sueldos jaqueses más para su ornamentación.
El 2 de noviembre de 1390, Juan de la Raga, prior de Sariñena, administrador y vicario General del monasterio de Montearagón y todo el cabildo, donan a treudo perpetuo a Martín de Ipiés, vecino de dicho lugar, un palacio con su heredad que tiene la casa de San Andrés de Fanlo en Ipiés mas una viña, debiendo pagar para San Miguel de septiembre dos cahíces de trigo y uno de ordio, medida de Jaca, dando la cuarta parte a Sancha López de Bananguás o a sus hermanos. (Signatura: F/055. Fondo de pergaminos del Archivo de San Pedro el Viejo de Huesca. Lectura, estudio y regesta de María Dolores Barrios Martínez (2013)).
En 1400, el monasterio (Montearagón) da a treudo a Eximino Loarre, clérigo racionero de la iglesia de San Salvador de Sariñena, el molino del Rey, sito en el lugar llamado Huerto de Suso en el término de Sariñena, molino antes estaba atreudado a Ramón de Castro, el cual no pagaba el treudo (1390-07-12). El racionero era el prebendado que tenía ración en una iglesia catedral o colegial.
En 1402 Juan de la Raga, prior de Sariñena, vende a [—] de Lomperuello, clérigo y racionero de la iglesia de San Salvador de Sariñena, un bancal de tierra blanca llamado el Bimaral por 5 sueldos jaqueses anuales.
El cinco de enero de 1413, Martín Deza, como procurador de su madre y hermanos, vende a don Juan de la Raga, prior de Sariñena y administrador de la prepositura de Montearagón, dos palacios y una torre con su señoría y la cuarta parte del treudo de tres palacios con su señoría en Ipiés por 2000 sueldos jaqueses (Signatura: F/065 . Fondo de pergaminos del Archivo de San Pedro el Viejo de Huesca. Lectura, estudio y regesta de María Dolores Barrios Martínez (2013)).
En 1416 se da la colación de una porción vitalicia en la iglesia de San Salvador de Sariñena a favor de Pedro Bonet de Guderizdel hecha por el cardenal Juan, administrador perpetuo del monasterio,
En el mismo año, se produce la colación de una porción vitalicia en la iglesia de San Salvador de Sariñena a favor de Pedro Bonet de Guderizdel hecha por el cardenal Juan, administrador perpetuo del monasterio. Monasterio de Jesús Nazareno de Montearagón de Quicena (Huesca, España).
En 1423 Juan de la Raga, prior de la iglesia de San Salvador de Sariñena, da a treudo a Martín de Calvera y a su mujer María Jaima un huerto sito en el término de Sariñena por el pago de 8 sueldos jaqueses durante los cuatro primeros años y a partir de entonces por 12 sueldos jaqueses anuales.
En 1423 el canónigo y Prior de Sariñena Juan de Larraga dona varias heredades a Montearagón, siendo abad de este Sancho de Murillo. Sello de García Martínez Prior de Sariñena y canónigo Montearagonense (Revista Hidalguía número 253. Año 1995). También lo recoge Ricardo Del Arco de la siguiente manera: “Juan de Larraga, canónigo de Montearagón y prior de Sariñena, da a los canónigos del cenobio varias heredades en la villa de Montearagón, en Huesca y en Quicena, con la carga de celebrarle anualmente un aniversario en el mes de octubre. Año 1423.”
En 1454, una bula (Documento Pontificio) de Pablo III suprime el priorato de Sariñena “que se valuó en 500 ducados de oro (Archivo Histórico Nacional. Ciprés Sisín, Antonio. El castillo de Montearagón). Esto dejó la presentación de las raciones al prior y Capítulo de Sariñena y la institución al abad de Montearagón” (Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón).
En 1522 se realiza el Testamento de Francisco Gómez, clérigo racionero de la iglesia de San Salvador de la villa de Sariñena, otorgado ante Nadal de Farlet, notario real y apostólico, vecino de Sariñena. (– 1522-02-21. Sariñena ES/AHPZ – C_PERGAMINOS/000007/000009).
En 1525, el rejero y relojero Pedro Tecedor, fabrica las rejas de la capilla de San Antolín en Sariñena
En 1630 la iglesia de Sariñena es nombrada Iglesia colegial o colegiata, de acuerdo a la propia definición de la Real Academia de la lengua Española responde a la iglesia que, no siendo sede propia del arzobispo u obispo, se compone de abad y canónigos seculares, y en ella se celebran los oficios divinos como en las catedrales. De alguna manera, parece ser un tipo de templo que sin ser catedral poseía un cabildo.
En 1689, en los pleitos civiles antiguos del archivo histórico provincial de Zaragoza, aparece la “Ejecución a instancia del Licenciado Jaime Ferraz, como capellán de una de las capellanías fundadas en la iglesia colegial de San Salvador de la villa de Sariñena por los ejecutores de Domingo Varón y Costa, y de Alberto Vitales, infanzón domiciliado en dicha villa, como tutor de Juan Vitales, menor, y capellán de la otra capellanía contra los jurados, concejo y vecinos de la villa de Pertusa y lugares de Laluenga, Perdiguera y la Cuadrada, por impago de las pensiones de un censo” (ES/AHPZ – J/000763/0008).
En 1737, en el archivo provincial de Zaragoza se encuentra un documento que trata sobre «Firma a instancia del capítulo eclesiástico de la iglesia colegial del Salvador, de la villa de Sariñena, contra el venerable obispo de la ciudad de Huesca, sobre derecho de décima»(ES/AHPZ – J/014769/000002 -, sección Pleitos civiles modernos, por la Real Audiencia de Aragón).
En documentación en torno a 1790 de Juan Comenge, con la villa de Sariñena, se refiere al cabildo eclesiástico de su Colegial, igualmente al prior de la parroquia y el cabildo, además de citar el convento Nuestra Señora del Carmen de monjas carmelitas (Fuero alfonsino y fuero de población de Sierra Morena en los proyectos de colonización de la corona de Aragón en la segunda mitad del siglo XVIII. Enrique Giménez López).
Una pequeña descripción la aporta Pedro Bleca y Paul en su Descripción Topográfica de la ciudad de Huesca y todo su partido de 1792 «iglesia colegial, antiquísima, es de dos naves, que las dividen una columna y dos arcos grandes, y se cree fue, la una, sinagoga, y la otra, iglesia de cristianos. Su advocación es la Transfiguración del Señor, y el clero se compone de un cabildo de prior, vicario y trece racioneros patrimoniales, que se presentan a hijos naturales de la villa con el orden de primer misacantano por bula de Paulo In, en Roma, año 1543, y la renta de cada uno, que consiste en los diezmos de la villa y sus aldeas, que son Alberuela de Tubo, Capdesaso, Lastanosa, Pallaruelo, Castejón de Monegros y Valfarta, que dividen con el reverendo obispo de Huesca y rector de esta última, asciende a 4000 reales de vellón, teniendo a más el prior presidente del cabildo 500 reales de vellón. A más de las dichas hay cuatro raciones naturales para segundo vicario, organista, maestro de gramática, cantor y predicador, con algunas capellanías colativas y laicales, que se han reducido según el último plan del obispo, por ser tenues sus rentas. El cabildo usa sus armas, y en ellas ballesta, cordero, dos llaves y cuatro barras de Aragón.«
Volvemos a aquella colegiata que a finales del siglo XVIII, en 1787, no se hallaba en buen estado: “estrecha, poco ventilada, en sitio hondo y con fea figura. Estaba integrada por dos naves «de aspecto ridículo». La torre se hallaba en ruinas, los retablos podridos y las bóvedas agrietadas. No era posible ensancharla por lo que debía ser reconstruida de nuevo.”
Ante aquel deterioro, en 1790 el concejo sariñenense solicita la construcción de una iglesia de nueva planta, “tanto las autoridades locales como los clérigos, apunta Inocencio Cadiñanos Bardeci, solicitaron licencia para levantar una nueva colegiata en la que cupieran los numerosos vecinos del pueblo. Para esto había que aplicar diezmos, primicias y ciertos propios del pueblo. Los vecinos prometieron aportar los materiales y trabajar los días festivos.
El proyecto de reforma es encargado a Manuel Inchauste, el cual es rechazado por la Academia de San Fernando. En 1792, el prestigioso arquitecto zaragozano Agustín Sanz, discípulo de Julián Yarza Ceballos y Ventura Rodríguez, recoge la empresa y traza los planos del nuevo edificio de la futura colegiata de Sariñena. Casualmente, el proyecto también es rechazado por la Academia de San Fernando.
Pedro Bleca y Paul en el momento de realizar su «Descripción Topográfica de la ciudad de Huesca y todo su partido» recoge como en 1792 en Sariñena «Actualmente se está haciendo de nueva planta la iglesia colegiata por orden del Supremo Consejo, que ha mandado destinar a este objeto el sobrante de Proprios de la villa, contribuyendo también los partícipes de los diezmos, y será uno de los mejores templos de la diócesis».
Mientras, Agustín Sanz se enfrenta de forma directa a la Comisión de la Academia señalando como las rectificaciones que ha recibido de Sariñena carecen, en su opinión, de sentido. Así, en 1793 somete de nuevo el proyecto rectificado a la comisión de Arquitectura y es definitivamente aprobado. Los planos muestran un ancho templo de tres naves notablemente simétrico tanto en sentido longitudinal como transversal, con un breve crucero en el centro rematado en cúpula con linterna. La torre, queda adosada al presbiterio. Mientras, el retablo mayor es de claras líneas y gustos neoclásicos. Finalmente, el proyecto es aprobado con algunas modificaciones por la academia de San Fernando.
El Consejo da orden de inicio de las obras en 1795 y los trabajos se llevan a cabo bajo la dirección de Vicente Gracián, uno de los arquitectos de los más acreditados de Zaragoza. Primeramente, la vieja colegiata fue completamente demolida. En sus aleñados, persisten los arcos del viejo Casino de Sariñena, góticos o similitud gótica y que probablemente respondieron a dependencias anexas a la vieja colegiata y que tal vez podamos aventurar que fuesen las bodegas También aparece una ventana gótica o de apariencia gótica abierta hacia la pared de la actual iglesia con restos de un hipotético ábside de una posible primitiva iglesia y varios accesos a túneles de ignorado recorrido. Hay incluso quién señala que un originario convento de San Francisco se ubicó en dicho lugar.
Los cimientos se tuvieron que ahondar más de lo previsto y en 1800, para abaratar costes, la cara piedra es sustituida por ladrillo, pues la sillería estaba resultando demasiado costosa y la piedra de las canteras cercanas resultaba de mala calidad
Por ello, en 1801 Agustín Sanz se queja de la mala calidad de los materiales y la malversación de caudales. La obra es suspendida y ese mismo año muere Agustín Sanz. En 1808 se producen las mismas quejas y en 1808 la guerra de la Independencia (1808 -1814) acaba paralizando las obras.
La obra se reanuda en 1818 y se hace cargo el arquitecto Antonio Vicente. En 1829 se decía estar ya muy adelantada: “parece ser suntuosa y de mui buen gusto” y mientras duran las obras, como parroquia se hace servir la iglesia conventual de San Francisco. En esta línea se manifiesta Pascual Madoz 1845-1850 en su descripción histórico geográfica de la Villa de Sariñena: Para igl. parr. se ha habilitada la del extinguido conv. de San Francisco bajo el título de San Salvador. A esto añade: “es independiente, perteneciendo el curato á la clase de vicariato, y lo presenta la colegiata en el racionero más moderno, quе es á quien le corresponde por derecho. Su comunidad eclesiástica secular es de la clase colegial, componiéndose de 15 individuos, á saber: 11 racioneros presbíteros, otro presbítero beneficiado y 2 de menores. Hay además un conv. de monjas de la clase de priorato; un cementerio cutre N. y E. de la población en; paraje ventilado”.
Una obra que fue compleja, sobre todo por la falta de recursos, al igual que la reconstrucción del puente sobre el Alcanadre, pues así lo recogía José Torner en 1833 en el Diccionario Geográfico Universal: «En 50 años no ha podido concluir su iglesia colegial, principada a últimos del siglo pasado, bajo las trazas del arquitecto D. Agustín Sanz, ni en 6 poner una sola piedra en el hermoso puente de cantería que les destruyo el río, por no haber atendido a reparar el cimiento de una de sus pilastras. Este puente que estaba a ¼ de hora de Sariñena sobre el río Alcanadre, es de necesidad absoluta no solo para la villa, sino para todo el país.» (Torner, José (1833), Diccionario geográfico universal, t. 8, Barcelona).
En la primera mitad del siglo XIX se finalizan las obras y se produce la ceremonia de consagración de la colegiata secular de San Salvador de Sariñena. El Diccionario de Historia Eclesiástica de España apunta como a inicios del siglo XIX, Sariñena es una de las dieciocho colegiatas existentes en Aragón (Eran El Grado, Puebla de Castro, Aínsa y Boltaña en la diócesis de Barbastro; San Pedro el Viejo, Alquézar y Sariñena en la diócesis de Huesca y en esta provincia también Monzón, Albelda, Tamarite y Roda que pertenecían a la diócesis de Lérida). Sin embargo, en aquel primer tercio del siglo XIX la disminución de rentas que recibían las colegiatas las disminuye significativamente hasta nueve y entre ellas la de Sariñena. Javier Martínez Molina señala que el rango de colegiata lo perdió el templo a raíz del célebre Concordato de 1851 entre España y la Santa Sede, que supuso la reducción de la mayoría de colegiatas a simples parroquiales.
En ese primer tercio del siglo XIX las rentas que recibían las colegiatas se habían reducido enormemente en muchas de ellas. Canga Arguelles publicó 9 los avalúos de la Cámara de Castilla y ya omite los cabildos colegiales que en 1802 no llegaban a cubrir los puestos que quedaban sin proveer. En Aragón solo quedaban verdaderamente activos 9 cabildos colegiales: Sariñena, Roda, Monzón, Tamarite y Albelda en Huesca; Santa María la Mayor y Santo Sepulcro de Calatayud en la diócesis de Tarazona y Daroca y Alcañiz en la de Zaragoza.
Ricardo Del Arco fotografío en 1920 dos cálices en la iglesia de Sariñena (Cálices. Ricardo del Arco y Garay. Sariñena. Monegros – 1920. ES/FDPH – ARCO/1017). Son citados al describir a Juan de Quintana, abad de Montearagón entre los años de 1532- 1534: “del que por cierto hemos visto un hermoso cáliz de plata sobre dorada de estilo plateresco, con sus armas, en la parroquia de Sariñena. (ES/FDPH – ARCO/1017. Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón).
Ricardo del Arco los describe “La pieza que correspondería a la parte baja de un cáliz, presenta perfil lobulado con ocho cartuchos elevados decorados en su campo interior con guirnaldas y decoración vegetal «a candelieri» repujada y cincelada. Tipología muy similar a otras piezas conservadas de este periodo y en concreto a un cáliz de la iglesia parroquial de Loarre, que se completa con un nudo esférico achatado y copa lisa acampanada con crestería gótica”. En el almacén del Museo Diocesano de Huesca se conserva una basa de cáliz de plata sobredorada de estilo plateresco que presenta un pequeño escudete con inscripción que los identifica como donación del abad Juan Quintana. Del Arco vio y describió este cáliz completo en la iglesia parroquial de Sariñena, desde donde tras la Guerra Civil y la destrucción de parte del patrimonio de dicha iglesia pasó a los almacenes del Obispado de Huesca y de allí al Museo Diocesano. (Mur Sangrá, Lorenzo. Montearagón desde su creación al ocaso).
Iglesia parroquial. Cálices. Ricardo del Arco y Garay. Sariñena. Monegros – 1920 ES/FDPH – ARCO/1017.
«Ha sido nombrado beneficiado ecónomo de la colegiata de Sariñena, D. Delfín Soldevilla.«
El Resumen (Madrid), 14 de febrero de 1887.
La colegiata o iglesia colegial de Sariñena, de acuerdo con la documentación consultada, contó con la dignidad rectora de un Prior. Igualmente, repasando documentación antigua encontramos la advocación a San Salvador. Sin embargo, también encontramos que la plaza se denomina plaza del Salvador o que la actual iglesia es nombrada como parroquia de El Salvador o del Salvador. Javier Martínez Molina, autor del documental “Agustín Sanz, el arquitecto fiel” comenta que la plaza debería llamarse también de San Salvador, aunque también se puede decir El Salvador. Las demás variantes, tales como Plaza de El Salvador, del Salvador o Del Salvador Jesucristo, no proceden. Actualmente, la denominación oficial es “Parroquia El Salvador” mientras que la plaza consta como “Plaza Del Salvador”. Como curiosidad, durante la guerra de 1936 la plaza tomó el nombre de Fransico Ascaso.
Parte de sus archivos se destruyeron durante la guerra, al igual que el antiguo retablo, imágenes, figuras o la sillería del coro y otras pertenencias de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes (La guerra civil en Sariñena). Sacaron de las dos iglesias y capillas privadas sariñenenses las imágenes y ornamentos a la calle y en carros fueron llevadas a la orilla del río Alcanadre donde les prendieron fuego. José Zamorano Cabellud, en su declaración, señala: «Después de haber sacado las imágenes y ornamentos sagrados a la calle ordenaron a los vecinos que con carro las llevasen al puente del río Alcanadre y en la orilla de dicho río les prendieron fuego y seguidamente se incautaron de los negocios del pueblo.» Los hechos los podemos enmarcar el 24 de julio de 1936 según el relato, mencionado anteriormente, de Manuel Brosed Brosed (Víctor Pardo Lancina y Raúl Mateo Otal. Todos los nombres).
La cabeza de la talla de la Virgen de las Fuentes se salvó de la quema gracias a la Pomara, vecina de Sariñena que arriesgó su vida para conservarla (La talla de la Virgen de las Fuentes).
Una vez saqueada, se estableció unGarajeyTaller de reparación de vehículos y automóviles,Taller casa Ford. En su puerta principal existió un letrero colosal con la inscripción: UHP (Unión de Hermanos Proletarios). Tras la toma de Sariñena, por las fuerzas nacionales, el redactor Flecha relató «Hay restos de vehículos, grasas, herramientas. Sobre la fachada un gran parapeto de sacos terreros donde se escondían armas antiaéreas».
Efectivamente, en la torre de la iglesia se instaló un puesto de vigilancia, con armas antiaéreas y una alarma para avisar a la población ante los ataques aéreos. La señal de alarma se instala el 16 de julio de 1937: “Se acuerda publicar un bando avisando al vecindario la señal de alarma caso de un posible ataque aéreo contra esta población civil cuyo puesto de guardia se instalaba en la torre de la iglesia. También, a través de las actas municipales sabemos que el puesto debió de ser muy precario, quedando así recogido en el acta del Consejo Municipal de Sariñena del 4 de octubre de 1937. Da cuenta (presidencia) de que la vigilancia de la torre le es muy difícil prestar los servicios sino se instala una especie de cuarto que permita hacer la guardia evitando en lo posible el frío”
El de 1 diciembre 1937 se acuerda la venta de las campanas: “Se da lectura a un escrito de la Junta de Defensa Pasiva sobre la venta de las campanas por su cuenta para atender a las diferentes necesidades urgentes que tiene encomendadas a lo que el camarada Aznar propone que dicha venta sea por cuenta del Consejo y se facilite a la Junta de Defensa lo que se crea por conveniente en ayuda para los refugios una vez se cobre su importe y el resto repartirlo en los pobres de la localidad, siendo aprobada esta proposición”. Actas del Consejo de Sariñena.
Estando en la iglesia, llegó un hombre preguntando si tenían “matafuegos”, antiguos extintores: «En tanto que si tenemos, que si no tenemos, explotó el polvorín. Me contó muchas veces como había pedazos de carne pegados hasta en las paredes de las casas donde está ahora el portillo. Detrás del altar, contaba que se bajaba por una escalera a la cripta de la iglesia, que no llegaron a verla, ya que las linternas eran muy pobres de luz. Allí se oían ruidos, golpes y trajinar que siempre relaciono con la actividad del polvorín. La casualidad hizo que una hija suya se casase con un aragonés que trabajaba en Barcelona y volviera a tener relación con Sariñena.»Testimonio de Francisco Martínez recogido por su nieto Javier López Martínez.
En 1949 se presupuestaron los arreglos dela Iglesia Parroquial El Salvadory construcción de la Casa Rectoral. Regiones devastadas aborda el arreglo y reforma de la iglesia parroquial del Salvador de Sariñena, así lo denomina el expediente de reformas de Regiones Devastadas elaborado en 1954. Las obras tardan cinco años y contaron con un gasto de cerca de dos millones de pesetas «Totalmente reconstruida y restaurada», añadiendo una segunda torre que da más luz al interior del templo. Se puso una torre tras la guerra. El retablo fue realizado por los hermanos Albareda. Se construye se cierra el pórtico y se recrece el muro de los pies. La consagración e inauguración de la iglesia se llevó a término el sábado 18 y domingo 19 de abril de 1959 respectivamente. En 1964 son colocadas tres campanas, quitadas durante la contienda, y en 1969 se instala el órgano.
El retablo fue sustituido por ocho retablos realizados por los hermanos Albareda, como hemos comentado anteriormente: “Son piezas que imitan los estilos gótico, renacentista y barroco, destacando por su riqueza iconográfica y material el Retablo Mayor, un bello trabajo neogótico formado por predela, tres cuerpos de tres calles y guardapolvo, a la manera de los retablos afiligranados del siglo XV. Una talla de bulto redondo de Cristo Salvador preside la mazonería; a su alrededor, diez pinturas con escenas evangélicas”.
Como curiosidad, Eduardo Lagunilla en la Oficina de Proyectos de Zaragoza en abril de 1943 plan de ordenación interior pretendió unir las plazas. La iglesia de Sariñena había formado parte del conjunto urbano de Sariñena, con su pórtico abierto, con enormes verjas de hierro y una plaza y calle de mercado de edificaciones con porches abiertos a la plaza y la calle.
En el 2001 se realiza el proyecto de restauración cubierta: proyecto, expediente administrativo de la Iglesia parroquial de San Salvador y en el 2014 se remodela la cubierta y realizan actuaciones complementarias para evitar la filtración de aguas. El proyecto es de Joaquín Naval Más (Proyecto básico y de ejecución de la restauración y conservación de la Iglesia Parroquial del Salvador de Sariñena. Intervención de urgencia en cubierta (1ª fase): proyecto y expediente administrativo. Sariñena. Iglesia del Salvador 2012-2015).
Con la colegiata de San Salvador de Sariñena, Agustín Sanz abrazó, en su madurez, la nueva estética neoclásica, de la que fue uno de sus principales difusores en Aragón, siendo considerado el mejor arquitecto aragonés de la ilustración. En esta fase acometió proyectos tan relevantes como la Colegiata de Sariñena o el Cuartel de Convalecientes de Zaragoza. Actualmente la iglesia parroquial de Sariñena, ex colegiata, responde a un extraordinario templo neoclásico, a pesar de su inconclusa fachada.
De acuerdo con Javier Martínez, empleó un lenguaje inequívocamente neoclásico, hasta tal punto que su fachada principal, que fue parcialmente construida, se convirtió, con sus monumentales pórticos laterales de columnas toscanas exentas, en una de las más avanzadas de la arquitectura religiosa española de su tiempo, pudiéndose contemplar en ella la génesis del neoclasicismo aragonés en el ámbito de la arquitectura religiosa.
“Su llamativa e imponente fachada sorprende por portada adintelada precedida por un pórtico tetrástilo de orden dórico gigante, considerado por diferentes autores de una gran potencia visual y difícil de encontrar en la arquitectura española, a pesar de quedar cortado a la altura del entablamento y encontrarse cerrado mediante muros en la actualidad. La planta es longitudinal en forma de cruz, con 3 naves divididas en 3 tramos. La cruz se difumina relativamente en planta al haber sendas sacristías, de igual tamaño que los tramos de la nave, a cada lado de la cabecera, y un pórtico, a los pies, que ocupa todo el largo de la fachada. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos, lo mismo que los lados del crucero, ocupando el centro del mismo una gran cúpula con linterna sobre pechinas. Los tramos de las naves laterales, a modo de capillas, se cierran con cúpulas sobre pechinas. Las tres naves están separadas por grandes pilares achaflanados a los que se adosan pilastras de orden compuesto, jónico con guirnaldas, típico de la arquitectura clasicista aragonesa del siglo XVIII. Sobre ellas discurre un entablamento de gran desarrollo, pero de escasa molturación. Los vanos son en arco rebajado con vidrieras modernas, en las capillas del primer tramo, y ventanas en los lados del crucero. Éstos y los elementos estructurales constituyen la única decoración del interior.”
Descripción del SIPCA Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés.
El orden toscano (en lengua latina, Ordo Etruscus, Ordo Tuscanus u Ordo Tuscanicus; en idioma griego, Τοσκανικός ρυθμός) no pertenece al grupo de los órdenes arquitectónicos griegos (dórico, jónico y corintio), sino que es la aportación etrusca a los órdenes clásicos. Deriva del dórico, del que es una simplificación, y fue utilizado en Etruria , Italia, en época anterior a la conquista de Grecia. Posteriormente fue adoptada y difundida por los romanos. Con el paso del tiempo, dado que los arquitectos renacentistas conocían mucho mejor el arte romano que el griego, el orden toscano también fue muy habitual desde el siglo XV (mucho más que el orden dórico que, prácticamente era desconocido y no fue recuperado hasta el Neoclasicismo).
Mi agradecimiento a Javier Martínez Molina por su ayuda en la elaboración de este reportaje, esperando que sus tesis nos descubra la gran obra de la iglesia colegial de San Salvador, poco valorada, por el desconocimiento, pero que espero, al menos un poco, ayude a dar luz este humilde artículo.
Desde la recuperación del dance de Bujraraloz, Carmelo ejerce de mayoral. Es todo un apasionado del dance y de su pueblo, de su historia y tradiciones. A través de Carmelo, nos sumergimos en parte de la memoria reciente de Bujaraloz y su vivo dance, recuperado gracias al esfuerzo y empuje de los vecinos de la localidad monegrina; que volvieron a hacer rugir la gaita, las danzas, el teatro popular y los versos que configuran la gran manifestación artística que representa el dance aragonés.
Ya con esa confianza iré tomando materia sin ponerme en trinidades pues al Santo se reservan, pero vamos discurriendo y cada cual se prevenga en el siguiente coloquio a elogiarle como pueda.
Mayoral (Dance de Bujaraloz).
Carmelo Lorente Acín nació en Bujaraloz, en casa, en 1959. Su padre era barbero y tenía una peluquería en Bujaraloz. Son tres hermanos. Fue a la escuela hasta el graduado, cuando marcha a Zaragoza a realizar formación profesional de electrónica. La escuela, recuerda Carmelo, estaba donde actualmente se encuentra el ayuntamiento. Comenzó con cinco años y aún había clases de chicos separadas de las chicas, –aunque ya comenzaban a haber clases mixtas-.
Sus recuerdos nos llevan a aquella época que aún daban leche en polvo y en la escuela encendían la estufa con piñuelo, huesos de oliva. Jugaban a Cascabel Montapíe o al popular Churro, media manga, manga entera-Al final, pegado a la pared, se colocaba la madre, quién soportaba a todos apoyados y hacía de arbitro-. También jugaban al balón prisionero y se encorrían por la calle -Entonces la gente jugaba mucho en la calle-. Iban en pantalón corto hasta en invierno, era lo habitual hasta que comulgaban por primera vez -del frio se nos ponían cabrillas en las piernas-.
-En Bujaraloz no había agua, solamente agua de balsa-. Carmelo cuenta como en las ordenanzas, sobre la vida en Bujaraloz, aproximadamente de 1530, principalmente se basan en el uso y gestión del agua. Cada balsa tenía su finalidad, explica Carmelo.La balsa Buena dicen que es de época romana, del antiguo camino de los Fierros, aunque el Sistema de Información de Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA) le atribuye un origen bajo medieval. La balsa se encuentra carretera Caspe desvío a Sastago, donde actualmente está Guissona. Tiene unas escaleras para acceder a ella, entre muros, para el acceso humano. Además, presenta unos números romanos del I al XII, dividiendo la balsa por partes iguales para su limpieza, así, cada parte, debía ser limpiada según las tierras que cada propietario poseía. Los industriales traducían su parte en jornales que hacían los obreros o jornaleros. Eran trabajos comunales. La balsa fue remodelada en 1928.
Las balsas se hacían en barrancos y presentaban hueras (agüeras o güeras) que conducían el agua a las balsas. Estaba prohibido pastar en las hueras. En Bujaraloz, igualmente, se encuentran la balsa Pedrera, construida en 1944, la balsa Grande y balsa del Molino, con el pozo de la bomba entre ellas. A ellas hay que añadir las desaparecidas balseta de la Tejería o la balseta del Moro. Los pozos, que en cada casa había uno, eran salobres y tenían un cierto grado de salinidad. No servían para beber, si acaso, para las caballerías. El agua de balsa se almacenaba en las casas en tinajas y con el tiempo, más reciente, llegaron los aljibes.
La escasez fue una constante en Bujaraloz y en varios pueblos de Los Monegros, -incluso en 1972 o 1973 tuvieron que traer agua para beber en Bujaraloz, la trajeron en camiones cisternas por medio de la base americana de Zaragoza-. Durante un mes, los abastecieron con agua que subieron desde Caspe, -agua para beber, asearse, cocinar, lavar o para dar a los animales-. No fue hasta el 23 de mayo de 1975 cuando el agua corriente llegó a Bujaraloz.
En las ordenanzas, anteriormente citadas, se prohibía subir por las noches a las cías, sería para evitar que se robase el grano, apunta Carmelo. Estas, estaban debajo del campo de fútbol y todavía existen dos cías.
Bujaraloz ha sido tierras de secano y pastos. Son características sus lagunas saladas que aprovechaban para la obtención de sal. Los campos daban escasas cosechas y en sus margüines se acumulan las piedras que los campesinos iban retirando de los campos. -Algunos, cuando iban al monte volvían con piedras y poco a poco fueron construyendo granjas de pollos. En unos cuatro años levantaban las paredes y, si conseguían buena cosecha, colocaban el tejado-. El regadío llegó el 23 de mayo de 1995
La nacional II pasaba por el centro del pueblo. Es en torno a 1959-1960 cuando la sacan del pueblo y comienza a aparecer restaurantes, mesones, hostales y talleres. El poster de la gasolinera pasó de la plaza al lado de la nacional, donde el mesón Monegros. Fue un impulso para el pueblo -La carretera equivalía a un pueblo más-, hasta que en el 2021 se liberalizó la Autopista A 2 y la nacional II perdió su constante fluir de vehículos.
En el mesón había un cine, -igual tenía hasta 500 butacas, y se hacían sesiones los sábados y dos sesiones los domingos-. Carmelo llegó a llevar el proyector mientras dos amigos se ocupaban de vender las entradas y cortarlas. Tenían 18 años, pero su afición al cine ha continuado, siendo miembro del certamen de cortometrajes de Bujaraloz.
En el salón del pueblo se hacían bailes. También estuvo la discoteca Sagitario “el Chato”, en el bar Avenida, –venía gente de todos los pueblos, fue durante 1970 a 1980-.
Cuando contaba con unos 14 años, un grupo de personas se unieron para hacer cosas por el pueblo. Consiguieron un local y compraron juegos y tableros de ajedrez. En el local se juntaban unas diez personas que decidieron hacer un periódico, el “Secarral”. Hubo dos épocas, una primera más inocente y sin medios y una segunda más política y con medios. Publicaban sobre asuntos del pueblo y el maestro les ayudaba a imprimirla; -aunque había cosas que censuraba y una vez se negó a imprimirla-. No se podía hablar aún de política y, a pesar que no tenían nada, hacían entrevistas con un magnetófono.
Ejemplar de Secarral, revista de Bujaraloz.
Con 16 años, Carmelo se marchó a estudiar a Zaragoza, aunque volvía todos los fines de semana. Fueron tiempos muy activos -Se reivindicó la piscina y se recaudó dinero con la carrera de la san Silvestre y una chocolatada en1981-.
Durante la primera etapa del Secarral, investigando la historia de Bujaraloz, se descubrió que había habido carnaval en la localidad y lo recuperaron. También descubrieron que había habido dance.
Efectivamente, el dance de Bujaraloz se había perdido sobre 1910. Al parecer, cuenta Carmelo, aquel año fueron a danzar a una exposición, quizá Barcelona, y alguien se les quedó el dinero. Tuvieron que volver como pudieron, de malas maneras, y al llegar al pueblo se les rieron. Se enfadaron tanto que dejaron de danzar.
Mercedes Pueyo Roy, en su libro “El dance en Aragón” (Zaragoza, 1973, p. 73) afirma que el dance de Bujaraloz se ejecutó por última vez en 1900 y que intervenían en el baile dieciséis hombres, -los más fuertes del pueblo, en la procesión y después en la plaza y que nadie recuerda nada del texto, si es que lo hubo-.“Ha desaparecido totalmente este Dance y con él el famoso baile de la «Gaita», de mucho renombre. La última vez que se hizo fue en 1900. No existe documento alguno de él, y estas escasas noticias han sido recogidas gracias a la feliz memoria de un anciano. Se hacía el día 5 y días 28 y 29 de agosto, con motivo de las fiestaspatronales.PERSONAJES. – Intervenían en el baile dieciséis hombres, los más fuertesdel pueblo.DESARROLLO. – Se hacía el baile en la procesión y después en laplaza.En cuanto al texto, si es que lo hubo, nadie lo recuerda ni nada queda de él. En cuanto al aludido baile de la «Gaita» sabemos que era muy posterior al dance y que el pueblo lo consideraba de tipo más bien profano. Era una especie de jota aunque no con todas sus características escénicas ni su ritmo, aunque sus pasos y variaciones la recuerdan un poco. Su música se conserva en notas y hoy día se canta como «gozo» a laVirgen de las Nieves, y que nosotros hemos grabado en la fonoteca del profesor Beltrán.No existe texto.”Pueyo Roy, Mercedes. Mercedes Pueyo Roy realizó algunas grabaciones junto a Antonio Beltrán Martínez y Pio Beltrán “Algunas de las melodías que acompañaban las mudanzas las recogimos y grabamos en cinta de Pío Beltrán” (Materiales para el estudio del folklore aragonés: I. el dance de Bujaraloz por Antonio Beltrán).
Afortunadamente, en la labor investigadora del Secarral, descubrieron la existencia de un libro sobre el dance de Bujaraloz, datado, aproximadamente, en 1840, con textos y anotaciones que pasaron a texto mecanografiado en 1976. Constaba de 112 páginas, aunque faltaban las diez primeras y con la primera y última hoja en muy mal estado. Los textos ensalzaban al santo San Agustín, un converso al cristianismo -así que presenta y juega con ambas condiciones, a quién principio se le quiere hacer pasar por moro, desencadenando una batalla donde gana el bien-. Hay textos para dos días, comenta Carmelo, con loas al santo que no se reproducen, pues son muy extensas.
También el catedrático de prehistoria Antonio Beltrán Martínez se hizo eco del texto de mano de José Rozas Beltrán:
“El texto completo del dance citado en dos versiones manuscritas. Una sin fecha, pero de hacia mediados del siglo XIX y otra copiada en 1902, más correcta, con este gracioso título en verso.Las hojas perdidas contenían algunos gozos y las conservadas, parte de los dedicados a Santiago, los gozos y romances de la Virgen de las Nieves, las coplas de San Agustín y los dances de San Agustín del primero y segundo días de las fiestas. “
«En este libro se contiene / coplas para dispertar / todos los días festivos / que tiene la cristiandad. / Además también contiene / Dichos de San Agustín / que por ser patrón del pueblo / le celebran un festín. / Y este libro fue copiado por Vicente Used y Ros / en el tercer mes de marzo de mil novecientos dos».
En 1989, a iniciativa de Mariano Villagrasa, entonces concejal del ayuntamiento, se recuperó el dance de Bujaraloz. Mariano juntó a 23 personas en mayo y a finales de agosto, del mismo año, celebraron de nuevo el dance, -tanto hombres como mujeres-. Así, el dance de Bujaraloz se volvió a celebrar para san Agustín el 28 de agosto, y santa Mónica, el 29 de agosto de 1989. En su ejecución, se retomó a representar la lucha de moros y cristianos con mudanzas intercaladas que los mismos textos presentaban en anotaciones, indicando las mudanzas concretas que se debía ejecutar en cada momento.
Dance de Bujaraloz, 1887.
Han investigado e indagado mucho sobre el dance de Bujaraloz, recuperando la mayoría de sus partes. En 1890, el dance de Bujaraloz estuvo danzando en el auspicio de Zaragoza, la crónica comentaba que era muy gracioso, ágil y vistoso. Sorprendentemente, apareció una foto del dance de 1895, apreciándose bien la indumentaria y corroborando el testimonio de una mujer del pueblo que ya había advertido que los danzantes llevaban faldas muy cortas. Muchas mudanzas las recuperaron gracias a que había gente que se acordaba de ellas y las cantaban y tatareaban. Un danzante, que se había casado en La Almolda, conservaba los palos y una espada del dance de Bujaraloz -los palos eran de carrasca, de los palos de las ruedas de los carros, eran muy resistentes-. Carmelo lamenta que lo que más se ha perdido es el baile, salvo uno, pues en pleno ensayo, una persona mayor se acercó y les transmitió un baile que recordaba.
“Ved si en cuatro palotadas/ desatáis el gran enredo”
Rabadán (Texto antiguo del dance de Bujaraloz).
Tienen constancia que estuvo el gaitero Aniceto Serrate “El Tintorero”, natural de Castejón de Monegros. La gaita la recuperaron gracias a Eduardo Plana Galindo de Sena, montaron un taller de fabricación y aprendizaje de gaita en 1993. El curso duró unos dos años y entre los muchos participantes, unos diez, salieron los gaiteros Chusé Rozas Auría y Javier Martínez Samper. Eduardo Plana Galindo colaboró con la recuperación del dance de Bujaraloz.
En el 2013 se incorporó como gaitera Mila Dolz, la fueron a buscar a Zaragoza el mismo día de san Agustín y durante el viaje y descansos del dance, se fue aprendiendo las melodías. Fue gracias a Mario Gross ya que ese año no pudo tocar Chusé Rozas Auría. Actualmente, se ha incorporado la joven bujaralocina Lidia Berdejo Escanilla con una gaita del taller de Pablo Morales de Caspe.
Suelen actuar para san Agustín y en la ofrenda de frutos para la fiesta del Pilar de Zaragoza. Han actuado en la exposición universal de Zaragoza, en el 2008, con los de Tauste, Graus, Sariñena y el de San Juan o Tenerías. También han estado en Italia.
Carmelo sostiene que para bailar y danzar en la iglesia debían llevar faldas, al igual que los infanticos en el Pilar, quizá esto sea una versión del dance más tradicional y más vinculada con la iglesia. Como curiosidad, el dance de Bujaraloz cuenta con rabadán moro.
Asimismo, se recitan las motadas, que también son dichos o motadas directas a los danzantes o gentes del pueblo. Al principio lo hacían los rebadanes, pero desde hace años las hace el gaitero Chusé Rozas Auría. Hubo algunas ocasiones que la misma gente del pueblo pasaban las motadas escritas en papel, pero hubo quién abusó de la situación
El romance a san Agustín se realiza con gaitas y bandurrias, en la madrugada del 28, realizándose una por las calles del pueblo, deteniéndose en las esquinas donde se encuentran las pequeñas capillas. A las puertas de la iglesia se canta una Salva.
Los días 4 y 5 de agosto en Bujaraloz se celebra la virgen de las Nieves, sin gaita se hace el romance a la Virgen. Luego se realiza el baile de la calle baja con gaita, salió del cancionero de Mingote (Introducción al Folklore Aragonés II. Canto, baile, dance, Zara- goza, 1980. Ángel Mingote: Cancionero Musical de la provincia de Zaragoza, 2. ed., 1967). El baile de la Gaita o Jota de la calle Baja, conmemora el final de una trágica epidemia de peste que asoló al pueblo.
En el 2014 cumplieron los 25 años de su recuperación, aunque lo celebraron un año después, con 16 cuadros interpretando de forma conjunta una mudanza, estaban todos los danzantes y antiguos danzantes, gaiteros y personas vinculadas al grupo.
Carmelo lleva trabajando como gestor en la comunidad de regantes Montesnegros, aunque también ha trabajado montando riegos. Ha sido concejal municipal y recuerda que durante su etapa Miguel Ángel Berna estuvo de profesor de jota en Bujaraloz –Ángel realizó una de sus representaciones de Danza viva en Bujaraloz tras su estreno-. Carmelo comenzó como mayoral y aún ejerce con pasión a su dance de Bujaraloz. Su callao, palo de mayoral, se lo hizo un pastor con una rama de sabina, la dobló y la dejó unos días en una femera para que se conserve mejor.
Hoy en día, el dance de Bujaraloz continúa con gran viveza y vitalidad, gracias a personas como Carmelo, cuya pasión nos ha acercado el dance y la vida pretérita del monegrino lugar de Bujaraloz.