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Cueva del capitán y otras de Robres


El frente de Aragón, durante la guerra de España de 1936 a 1939, se estableció, en parte, en la sierra de Alcubierre. Particularmente, la localidad de Robres estableció su propio sector defendido por milicias de la columna Carlos Marx, ubicando su cuartel general en la localidad vecina de Tardienta. Más hacía el frente de Alcubierre, operaron la columna Macià-Companys y milicias del POUM, esta última estableciéndose con fuerza en la población y demás posiciones de Alcubierre.

En la ruta de la memoria democrática de Aragón, del Frente de Los Monegros, entre otros vestigios, en Robres se señalan los refugios y trincheras cerca de la posición de La Pajera en plena sierra de Alcubierre, destacando una serie de seis cuevas excavadas por el hombre durante la contienda.

Las cuevas se localizan a unos 2,6 kilómetros de Robes, partiendo desde Robres dirección al indicado refugio de la Pajera (Coordenadas aproximadas 41.851715, -0.493747). De acuerdo con Víctor Pardo Lancina, ciudadano, escritor, periodista y gran investigador de la guerra en el Altoaragón, las cuevas se ubican “En el punto kilométrico 2,6, se alza en la parte derecha del camino un montículo conocido popularmente como «Grada Blanca», si bien la denominación topográfica es la de Val Socarrada. Se encuentra exactamente en la ladera de la cota 500, en cuya superficie se ha construido una balsa para almacenamiento de agua destinada al servicio de granjas ubicadas en el entorno. El aspecto desmochado del montículo es inconfundible, apreciándose, además, un desbordamiento de lodos que, precipitados hacia el campo, han laminado parte de la ladera sembrada de matorrales. Mapa Topográfico Nacional de España. Robres. 324-III.”

Las cuevas, excavadas aproximadamente en septiembre de 1936, aparecen a media cota, en la zona conocida como «la filada»: “Se pueden observar seis oquedades y una depresión en tierra que ofrece el aspecto de una cueva hundida.” Víctor Pardo Lancina aporta una detallada descripción de las cavidades, un conjunto que “ofrece una interesante panorámica de las condiciones de vida de los artilleros durante el conflicto”.

  • El primer agujero a la izquierda, el más próximo al camino, es el resto de una cueva que tuvo grandes dimensiones pero que sólo se conserva en parte: 1,5 metros de profundidad e idéntica altura. Se accede, como en las demás, a través de un breve surco practicado a la entrada.
  • La segunda cueva, hacia la derecha, se encuentra igualmente en estado semi ruinoso.
  • La tercera oquedad aparece hundida, y es bien visible el desmonte a pesar de matojos y rastrojeras.
  • El cuarto de los refugios se conserva en buen estado, siendo sus dimensiones de 5 metros de fondo, 3 de ancho 1,5 de alto. Es de señalar una suerte de habitáculo contiguo que servía como hogar o lugar destinado al fuego, siendo bien visible una gran chimenea que se abre a la ladera en un diámetro de 80 centímetros. Excavada en tierra arenisca, son visibles las vetas de yesos, mineral abundante en todo el terreno.
  • La antepenúltima de las excavaciones es la conocida como «Cueva del Capitán», en la que se llegaron a refugiar y pernoctar hasta 17 personas, de acuerdo con el relato de Miguel Bolea Cuello, artillero y colaborador en los trabajos necesarios para adecuar el habitáculo. En la actualidad se conserva una gran sala en la entrada de 4 metros de profundidad y 3 de anchura, con una altura de 1,6 metros. Al fondo se abre otra oquedad de 3 metros de anchura y 1 metro de fondo. Repisas laterales practicadas en la tierra y una chimenea en la parte derecha son bien visibles en el interior de esta cueva. La denominación de «Cueva del Capitán» deriva del hecho de albergar en la misma el mando de las piezas artilleras y obuses de 11,5 mm instalados en el entorno. Además, en el techo un miliciano esculpió una estrella de cinco puntas labrada en un círculo de piedra, adherido a la tierra compacta, de casi un metro de diámetro.
Cueva del Capitán. Fotografía Víctor Pardo Lancina.
  • A la derecha, en la parte de la ladera más lejana al camino, la penúltima de las cuevas se encuentra totalmente arruinada.
  • En la zona superior, entre la «Cueva del Capitán» y la última mencionada, aparece otra también en estado de deterioro, si bien todavía es perceptible una oquedad de 2 metros de anchura y 1,5 de fondo. La entrada se halla muy poblada de vegetación y se hace complicada su localización en la ladera.
Estrella cueva capitán Robres. Fotografía Víctor Pardo Lancina.

Ya en las afueras de la localidad se encuentra el refugio de la Pajera, en un montículo conocido como Grada Blanca (Val Socarrada). En la vaguada se excavaron seis cuevas, la de mayor tamaño para albergar hasta diecisiete personas, la Cueva del Capitán, en cuyo techo se grabó una estrella de cinco puntas dentro de un anillo circular de un metro de diámetro.

Escenarios de la Guerra Civil en la provincia de Huesca. Paseos por la Historia.
Diputación Provincial de Huesca.

Imagen Guerra Civil en Aragón. Comarca de Los Monegros.

Las excavaciones fueron construidas por la mano del hombre. Cinco de ellas son más bien pequeñas, pero en la sexta se refugiaron y pernoctaron hasta 17 personas. Es llamada “la cueva del capitán”. En el techo de esta última se labró sobre el techo una estrella de cinco puntas dentro de un anillo circular de un metro aproximadamente de diámetro. La que conserva la estrella es de las últimas a la derecha mirando el conjunto desde la pista.

Memoria Aragón Democrática Frente Rutas de memoria de Aragón.

Las cuevas se encuentran en mal estado de conservación con problemas de humedad, afectadas por la construcción de una granja y balsa en sus proximidades, La estrella de cinco puntas ha sido de lo más destacado de las cuevas, siendo incluso utilizada su imagen por la comarca de Los Monegros en su difusión y puesta en valor del patrimonio de memoria histórica de la comarca monegrina «Patrimonio recuperado». Lamentablemente se ha perdido, tal y como cuenta Víctor Pardo Lancina “El gran fragmento desprendido se encuentra en el fondo de la cueva”. Es paradójico su puesta en valor y a la vez la falta de protección, un patrimonio que vamos perdiendo.

Los Pierretes


Los Pierretes

 *Foto: Antonio Susín, Carmen la Pomara y Elías Capitán.

      Elías Capitán Inglán, apodado “Pierretes”, debido al amor que su padre José Capitán tenía a los animales, fue “General” del Dance de Sariñena. Elías participó durante muchos años en la representación del duelo entre “Moros y Cristianos”, interpretando al General cristiano. Así aparece elegantemente inmortalizado en una fotografía  de 1940, con un traje militar de alto rango. Su hermano Vicente Capitán Inglán (1899-1967), fue un conocido gaitero del Dance de Sariñena. Vicente aprendió de Sixto Lana “El Rey”, de quien, además de transmitirle su arte, heredó su gaita. Vicente fue huertero, cestero y pregonero. Con la trompeta anunciaba el pregón de asuntos varios del ayuntamiento o anunciaba la presencia de vendedores ambulantes y tocando un tambor anunciaba el pregón sobre asuntos del sindicato de riegos. Vestía un característico traje negro de pana y con su mujer Mónica, con quien hacía las cestas, tuvieron dos hijas, Ilumina y Consuelo.

     Elías Capitán trabajó un pequeño huerto de arriendo por los bancales de Portera, tejía cañizos y blanqueaba con cal. Las brochas las hacía con pelo de burro, triaba el pelo bueno y lo fijaba a un palo con un “modroño” en la punta, con liza iba atando los manojos de pelo hasta formar la brocha. Por aquellos años, Elías y Morcilla eran los únicos blanqueadores del lugar. Para blanquear por lo alto ataba la brocha a una caña. «Pintaba por unas 25 pesetas la habitación» recuerda su hija Josefina Capitán. Josefina es una de las tres hijas de Elías, junto a María y Cristina, y nos ha recibido amablemente en su casa. Mira al pasado con la nostalgia de una época dura, pero en la que se respiraba mayor conciencia de pueblo, más unidad y vecindad: “las puertas de las casas estaban abiertas y nadie entraba”.

     Josefina con sus hermanas tenían que ayudar a su padre, primero era comer antes que la escuela, aunque trataban de faltar lo menos posible. Madrugaban para ir a pelar las cañas y con una hoz las iban pelando de arriba abajo. Su padre cortaba y hacía los fajos de cañas, los tapaba por la noche con las hojas para que no cogieran la rosada y al día siguiente las pelaban. Los cañizos se los compraba Basilio el albañil, a 1,25 pesetas el cañizo. A la hora de comer llegaba su madre con la comida y se la comían en el mismo tajo, con suerte alguna sopa de patetas o de alguna cabeza de cordero. Entre risas, Josefina cuenta la extrañeza que su padre se llevaba al percatarse que a las sardinas de cubo “guardia civiles”, compradas en casa Ancho, siempre les faltaban los ojos, pues Josefina se los comía en el trayecto de vuelta a casa.

   Para las fiestas se mataba un tocino y pollos tomateros, que eran pollos muy tempraneros. Criaban conejos y con una jadeta, Josefina, iba a buscar hierba para criarlos. En casa hacían sogueta, respigaban almendras, arrancaban lino, iban a buscar carbón quemado a la estación para calentarse e iban a comprar romeros que traían de Castejón de Monegros: “amadruga, que te darán los mejores”. Josefina nos recuerda la forma de hacer las criadillas, que las considera mejor que los sesos, para cocinarlas les quita la piel y las hierve un «poquer», las apaña con un poco de aceite y ajo y listas para comer. Con las tripas de cordero hacían sopa, las tenían que lavar muy bien. La forma que tenían para limpiar las tripas era dejarlas a remojo con cal en polvo y al día siguiente se rascaban dejando las tripas limpias y blancas. Muchas personas iban a su casa a comprar cal para limpiar las tripas.

     Gracias a  Josefina Capitán por abrirnos la cadiera monegrina de los recuerdos, siempre un placer aprender de la gran sabiduría popular. Y también gracias a Manuel Antonio Corvinos porque, como siempre, ayuda y hace disfrutar de la aventura de viajar a las raíces de nuestra tierra monegrina.

     * La cal la elaboraban utilizando los hornos que se encuentran en el antiguo puente de Santiago sobre el Alcanadre en Sariñena. (Ampliada la información el 11/11/2014).

Publicau en Os Monegros el 20 de octubre del 2014.

Zancarriana w