A través de cartas y testimonios familiares, la vida de Ramón Álvarez Novas se pierde en Leciñena el 11 de septiembre de 1937. Gracias a María Castro Álvarez, nieta de Ramón, reconstruimos parte de su vida, con la esperanza de encontrar el lugar exacto donde reposan sus restos.
Ramón Álvarez Novas. Fotografía familiar.
Ramón Álvarez Novas nació en O Grove, Pontevedra, el 24 de julio de 1910. Fue jornalero, cantero y labrador. Con veintitrés años se casó con Adolfina Pérez Lores, teniendo una hija, Dolores Álvarez Pérez.
En junio o julio de 1937, a los veintisiete años de edad, Ramón fue llamado a filas para combatir en la guerra de España. Es destinado al regimiento Carros de Combate 2.° Batallón, dirección que, en agosto de 1937, figuraba en una carta que Ramón envió a su familia “Carros de Combate n° 2, 3.ª del 2.° Batallón Leciñena, Zaragoza”. Anteriormente, una carta del 23 de junio de 1937, carta muy deteriorada, ya avisaba que se encontraba por la zona: “Leciñena, junio de 1937, Zaragoza, Infantería Gerona”. Probablemente, Ramón llegó a Leciñena el 10 de junio de 1937.



Cartas familiares de Ramón Álvarez Novas.
Por contextualizar, el regimiento de Carros número 2 fue creado en 1931 a partir de la Compañía de Carros de Asalto (1925-1931) y estaba radicado en Zaragoza con el nombre de Regimiento de Carros Ligeros nº 2. Contaba en 1936 solamente con 5 Renault FT 17, ya muy viejos, provenientes de la Guerra de Marruecos. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) formó parte activa en las acciones bélicas del bando sublevado.
A Ramón lo fusilaron el 11 de septiembre de 1937, por los de su propio bando, por ser considerado un espía. Se supo de su muerte el 13 de septiembre, siendo testigos varios vecinos que eran compañeros en el frente “Mi otro abuelo estaba presente, el padre de mi padre. No sé cómo, pero Ramón se encontró con un cuñado, el hermano más pequeño de mi abuela, que estaba en el bando contrario. Hablaron, mi tío no estaba muy bien y Ramón quedó preocupado. De vuelta a sus filas, de noche habló en sueños y por ello fue considerado un traidor.” (Testimonio familiar, María Castro Álvarez).
Los recuerdos familiares se han ido transmitiendo hasta María, a pesar del silencio y lo doloroso que la guerra y la dictadura supuso. “Mi tío volvió, pero volvió loco, su cabeza nunca fue la misma y murió joven”. Para María nada le haría más feliz que poder recuperar sus restos: “Si alguien puede darme alguna información lo agradecería. Mi abuela y mi mamá ya fallecieron sin saber dónde estaban sus restos”. (Testimonio familiar, María Castro Álvarez).
Ramón Álvarez Novas. Fotografía familiar.
Con la esperanza de poder saber el lugar donde descansa Ramón, se agradecería cualquier ayuda que pueda conducir a que Ramón pueda volver cerca del mar, a su Ría de Arousa, a su tierra Galega y que María pueda mirar a su océano Atlántico, donde las olas siempre regresan.
Gracias al Ayuntamiento de Leciñena, a Raúl Gracia, Gonzalo Gavin, Constantino Escuer, al Portal de archivos españoles (PARES) y a los Archivos Provinciales de Huesca y Pontevedra por su buena disposición y colaboración.