* Desaparecido retablo mayor.
Arturo Morera parece que no tenía alternativa para titular su serie de artículos “La Cartuja de las Fuentes, una historia accidentada”. Nada ha sido fácil en la historia del monasterio y aún hoy en día se debate entre permanecer o desaparecer. Se habla de lo que se puede perder, de lo que se ha perdido y de lo irrecuperable. Dejamos para el olvido el retablo mayor (1769- 1770), documentado por Belén Boloqui, del que afortunadamente encontramos una fotografía antigua, la imagen corresponde al archivo Gudiol de Barcelona. El retablo fue obra de Carlos Salas, escultor catalán de estilo neoclásico, quien también realizó trabajos en la basílica del Pilar de Zaragoza y en la catedral de Huesca. En la guerra civil se destruyó el retablo, la sillería del coro, el facistol y el altar mayor. El mobiliario se ha perdido, pero aún quedan tapices de Bayeu en el museo provincial de Huesca, el tabernáculo depositado en la basílica del Pilar y la imagen de la Virgen de las Fuentes en la parroquia del Salvador en Sariñena.Desconocemos la verdadera riqueza del monasterio, a pesar de su humildad, lo que ha llegado a desaparecer nunca lo sabremos: mobiliario, pinturas, bocetos, ornamentos, imágenes, reliquias… y documentos. En el futuro sería correcto recuperar todo lo posible que corresponde al monasterio.
Arturo Morera en “Una historia accidentada” recogió los trabajos más importantes sobre el monasterio: “Primer Instituto de la sagrada Religión de la Cartuxa” de Joseph Valles (Barcelona, 1792), “Notas históricas sobre la Cartuja de Nuestra Sra. De las Fuentes” del sacerdote Miguel Supervía Lostalé (Huesca 1921) y la obra “Historia de los Cartujos Aragoneses”, del francés D. Roque Ausseil, que se encuentra depositada en la cartuja Aula Dei de Zaragoza. Hay documentos y testimonios como la información recogida en el diccionario histórico-geográfico de Madoz, las noticias del diario de Avisos, los Gozos a la Cartuja de las Fuentes del Cancionero Popular de la Provincia de Huesca… El monasterio aún tiene mucha de su historia por recuperar; recientemente Alberto Lasheras nos ha descubierto la figura Fray Manuel Bayeu y Gemma Grau nos ha desvelado “curiosidades y secretos de la Cartuja”, se puede encontrar en el portal digital “Desde Monegros”.
El bibliógrafo aragonés Félix de Latassa y Ortín (Zaragoza, 1735-1805) recoge los escritores aragoneses hasta su época. Entre sus páginas encontramos a P. Don Miguel Sanchez (1752), Prior de la Cartuja de las Fuentes que escribió tres obras sobre el gobierno de las cartujas, sermones y elogios. Fue un reconocido comisario visitador de los monasterios de la orden cartuja. P. Don Bruno Josef Alloza (1965), natural de Alcorisa se retiró a la “Cartuxa de Nuestra Señiora de las Fuentes, muriendo en el monasterio en 1778. Escribió “Verdades del Padre Alloza y algunas cartas sobre varias dudas que se le propusieron”, la obra se conservó en la Cartuja y trataba de oficios, cargos y empleos en la orden de la Cartuja.
En la obra de Latassa aparecen recogidos diferentes autores sariñenenses. Don Mateo Calbete (1625), maestro de la Capilla de la Catedral de Huesca, trabajó diversas composiciones musicales con motivo a las fiestas de San Lorenzo, y en el arte musical “tenía créditos de sabio”. Antonio Durán Gudiol lo considera “ni ejemplar ni cumplidor en sus obligaciones”, pues no cumplía las tareas y no regresaba a tiempo tras sus ausencias. FR. Domingo Del Pico (1567), fue maestro en teología y considerado uno de los profesores más acreditados “en virtud y letras” de Aragón. FR. Domingo fue celebre predicador en la corte del emperador Carlos V, a quien acompañó a Flandes. Sus obras son sermones, escritos y cartas, pero muchos no llegaron a ser publicados. Latassa recoge la existencia de alabanzas a la figura de FR. Domingo, que aparecen en el libro del “Racional”, libro de la Villa de Sariñena, guardado en la Iglesia parroquial, que recogía las memorias de los hijos más ilustres de la villa. El maestro Guillermo Gorriz (1400), fue profesor de artes y teología en Zaragoza, siendo muy conocido por sus “buenos deseos en favor de los estudiantes pobres”, motivo al que dedicó su obra. FR. Lorenzo Angelo Espin y Salillas (1598), habitó en el convento del Carmen de Zaragoza. Como teólogo fue autor de ocho obras, destacando “Quaresma continuas de Ferias mayores” que consecutivamente predicó en la Colegial de Sariñena y en el real Monasterio de Sixena. El padre de FR. Lorenzo, fue diputado del reino de Aragón.
Publicau en Os Monegros el 18 de mayo del 2014.