Los refugios de la guerra y otros recuerdos

     Una tarde de un día cualquiera del mes de julio me acerqué a casa de DRG. Hacía tiempo que teníamos pensado hablar y aquel era un buen momento. Tiene muy buena memoria y es de fácil diálogo, por lo tanto la entrevista fue amable y entretenida, aunque iba un poco a su aire.

      La llamaré DRG ya que no desea protagonismo y me ha advertido que en ningún momento escriba su nombre y así lo he respetado.

 

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Entrada tapada al refugio del Romea 

Por Manuel Antonio Corvinos Portella

En principio me gustaría saber cuántos refugios antiaéreos había en Sariñena:

Teníamos uno en la era Bolera, otro en las bodegas de Torres,  un tercero en la bodega del Romea (en éste si hubiera caído alguna bomba hubieran muerto todos porque el edificio se habría hundido), otro en la calle del Mercado, más concretamente debajo de la tienda de Ramón el Cabalero (recuerdo a Ramón sentado a la puerta de la tienda y poniendo en marcha un gramófono con una gran bocina, como esas que tenían un perro escuchando y allí que nos íbamos los críos y crías a escuchar música, más tarde a esa casa la llamaron “Casa el Comercio” y la regentó un guardia civil que se casó con Manoleta la de Casas), había otro refugio en el salón de Arcos del Casino, otro en la torre de la Iglesia  (en éste los que llegaban los últimos empujaban a los demás hacia arriba hasta que cabían todos), otro en las escaleretas del Castillo (en casa Mora) y por último en el huerto de Nogués  hicieron una zanja y allí íbamos todos los que vivíamos en esa zona del Muro cuando no había niebla o humedad.

¿Cómo se repartían por los refugios?

Cada barrio tenía previsto de antemano el suyo. Cuando oíamos la sirena dejábamos la llave en la gatera y corríamos con toda el alma hacia el refugio.

¿Cuántas personas se solían juntar?

Eso no lo sé porque en esos momentos lo único que pensabas era en que acabara pronto todo; pero se llenaban porque eran sitios pequeños y todo el pueblo se refugiaba en alguno.

¿Imagino que lo pasarían bastante mal?

Allí estábamos  esperando en la semioscuridad,  iluminados por la escasa  luz que entraba por alguna ventana. Sólo el refugio de Torres tenía luz eléctrica. Oíamos las ametralladoras y pasábamos mucho miedo,  siempre se oían lloros, no hablaba casi nadie…

Los más atrevidos salían hasta la puerta del refugio para ver como iba la cosa y nos daban ánimos.

¿Cuántas horas permanecían en los refugios?

Generalmente estábamos alrededor de una hora. Cuando sonaba la sirena tres veces era la señal de que ya se habían marchado los aviones.

¿A qué hora solían  bombardear?

Recuerdo que allá por el mes de septiembre un avión vino a bombardear varias noches seguidas a la misma hora. A la cuarta noche un aviador del campo de aviación de Albalatillo al que llamaban el ruso (debía ser por su nacionalidad) lo esperó y lo ametralló. Cuando tocó la sirena tres veces salimos de los refugios y Jesús el de Josito y Manolo Millera nos informaron de lo que pensaban que había ocurrido. Luego cogieron las bicicletas y marcharon a Albalatillo a enterarse de lo que había pasado. En el bombardero derribado viajaban cuatro militares de los que murieron tres, el otro pudo escapar. Uno de los muertos era hijo de los dueños del Monasterio de Piedra. A éste, sus padres, le pusieron una lápida en la Sierra de Alcubierre.

Refugio Sariñena Castillo Alto

Refugio en la calle castillo Alto de Sariñena.

¿Algún recuerdo más?

Sí, tengo muchos, el 21 de enero cayó una bomba en Casa Barrieras, en lo que antes llamábamos la placeta de la Iglesia (hoy Fray Zacarías Martínez) y “escachó” media casa (ésta fue la primera casa que derrumbaron las bombas en Sariñena). Una mañana de febrero cayó una bomba enfrente de la fuente que hay en la avenida de Goya (la que restauraron hace poco) y los que estaban en el refugio de Torres lo pasaron muy mal, pensaron que iban a quedar sepultados, incluso llegaron a  percibir el olor a la pólvora. Ese mismo día cayó otra bomba en el corral de Ariste y mató a un crío de 7 u 8 años.

¿Cómo eran las defensas antiaéreas?

En la placeta de la Iglesia, al lado del hotel Ispa, había un edificio que pertenecía al Ayuntamiento que se utilizaba como parvulario y cuya maestra era doña Baltasara. En la parte de arriba vivían los soldados de las ametralladoras antiaéreas. Había dos, una en la torre de la Iglesia y otra en la zona de la Jinjolera (cerca de la actual cooperativa).

Recuerdo que en esa casa municipal se guardaba un carro para transportar fallecidos, pero nunca se usó porque todo el mundo prefería llevar las cajas de sus difuntos al hombro hasta el cementerio.

¿Cómo sabían los bombarderos donde soltar las bombas?

Por aquel entonces se dijo que un matrimonio con una niña que vivían en casa de Ballarín en la calle del Sol (hoy Ugarte) pasaba los planos con los lugares donde tenían que bombardear. Al acabar la guerra el posible espía y su familia desaparecieron.

¿Vivió usted la explosión del polvorín?

    Ya lo creo y además bien cerca. El 19 de abril a las nueve menos cuarto los críos y crías de cuarto grado estábamos esperando entrar en la escuela que había en el Casino (los maestros y maestras eran doña Cristina Lana, don Pío Toda y don Nicolás, el primer, segundo y tercer grado estaban en las escuelas viejas) cuando vimos salir del polvorín un humo muy negro y enseguida vimos a varios soldados a medio vestir que huían de la casa chillando. Gritaban que se marchase todo el mundo a sus casas. Casi inmediatamente oímos un gran ruido ensordecedor.

En el edificio también estaba instalada una caja de ahorros cuyo director era un señor apellidado Maicas. Lo vimos salir al balcón  y cómo la explosión lo lanzaba contra las rejas de la iglesia. En el suceso también murieron su esposa, treinta o cuarenta soldados y un niño de 12 años. A varios de los que jugábamos en  la plaza nos hirieron y nos llevaron al hospital que estaba en casa Paraled (hoy casa Abadías-Ullod).

El polvorín estaba en casa Tronchón que quedó totalmente destruida, también se derrumbaron casa Blasco, casa la Nena, casa Candela y casa la Rosa.

Como ese día hacía mucho cierzo recuerdo que el humo y el polvo desaparecieron de la plaza muy deprisa y entonces pudimos ver cómo los escombros la llenaban casi toda.

Cambiemos un poco de tema. ¿Qué recuerdos tiene de la escuela?

En mi clase estábamos 30 niñas, aprendíamos mucho porque nuestra profesora doña Cristina Lana Villacampa era muy buena maestra, (la mejor que he conocido). No nos meneábamos y tampoco se nos ocurría hablar, tenía mucha disciplina pero nos quería mucho.

Por la mañana de 9 a 12:30 h. aprendíamos a leer, a escribir, verbos, matemáticas, geografía, etc., por la tarde de 3 a 5 h. a bordar, aprender corte para hacer camisones, pijamas, etc. El recreo lo hacíamos en la plaza de la Iglesia.

¿Cómo era un domingo de antes de la guerra de un chico o chica de 11 o 12 años?

Íbamos a misa de once con mosen  Pedro y luego jugábamos por las plazas a encorrer, a la comba y los chicos a marro bandera, a la una andaba la mula y a otras cosas. También nos íbamos hasta el río a pasear o por los porches y nos sentábamos en el patio del casino a ver a los que bajaban del baile. Esas eran nuestras diversiones

Por la tarde teníamos catequesis con Maruja Basols Salaver y con María Cruz…

-Imagino que recibirían algo de paga.

-Bueno…, unas veces me daban cinco céntimos y otras diez (de los de antes), a los demás por el estilo. Con ese dinero algunos iban a casa la Marta a comprarse dos naranjas un poco tacadas que eran más baratas y otros a casa Blasito a comprar chupones o adoquines. Yo no me compraba nada porque estaba ahorrando para comprarme una cordera de las que vendían a 15 pesetas en la plaza Villanueva. Pero vino la guerra y no lo pude hacer, tuve que dar el dinero para comer en casa.

Desde aquí doy las gracias a D.R.G. por la amabilidad mostrada y por compartir esos penosos recuerdos que marcaron la vida de varias generaciones.

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2 comentarios en “Los refugios de la guerra y otros recuerdos

  1. Anónimo

    otro refugio en el solar frente a la cadena dia. Otro en el muro la ultima casa antes de llegar a la era bolera donde vivia Adrian Sama este tenia una fuente manantial y unos bancos alrededor

    Le gusta a 1 persona

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  2. Pingback: La Guerra Civil en Sariñena | os monegros

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