La sierra de Alcubierre corresponde a un relieve en el sector central del valle del Ebro, con una clara dirección noroeste-sureste, divide la comarca aragonesa de Los Monegros entre la parte zaragozana y la oscense, entre la formación yesifera de Zaragoza y la detrítica de Sariñena. La sierra ocupa una superficie aproximada de unos 400 Km² (40.000 ha) y su altitud varia de los 400 m hasta sus máximas cotas de San Caprasio (834 m) y monte Oscuro (820 m).
La sierra de Alcubierre es la gran desconocida, una sierra que esconde una gran riqueza natural y paisajística en el centro del ecosistema estepario de Los Monegros. Un lugar único donde perderse y encontrar el silencio, el sosiego y la serenidad en plena naturaleza, un entorno que lucha por sobrevivir en un territorio difícil y extremo. Una sierra muy especial, una sierra para aventurarse y sorprenderse por su gran biodiversidad.
La sierra de Alcubierre
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Descripción del medio
La sierra de Alcubierre se encuentra en la unidad de relieve de la Depresión del Ebro. El plegamiento alpino y la formación de la cordillera pirenaica propició el hundimiento de lo que actualmente es la depresión del Ebro. El hundimiento tuvo como consecuencia la formación de un gran lago de carácter endorréico produciéndose el continuo deposito de sedimentos hasta su colmatación y apretura al mar mediterráneo a principios del mioceno. La posterior erosión, de la depresión del Ebro, ha ido formando el actual valle del Ebro dejando formaciones testigos que han resistido la erosión.
La sierra es un extenso e importante relieve estructural, de más de 50 km de longitud, compuesto por plataformas tabulares formadas por erosión diferencial, ligeramente basculadas hacia el norte y taludes en la franja meridional y occidental de naturaleza más deleznable (arcillas, margas y yesos), profundamente moduladas por una densa red de barrancos. Predomina un techo resistente de naturaleza carbonatada (calizas, conglomerados y areniscas), seguido por la alternancia de las diferentes capas litológicas blandas y duras, configurando una morfología de muela, pero con una clara identidad de sierra.
Según Bienvenido Mascaray el topónimo Alcubierre responde a una composición de lengua ibérica que significa: «lomas o colinas separadas» (por las vallonadas). La sierra dio nombre a la localidad de Alcubierre. Su principal cima, San Caprasio, responde a un pastor de cabras de la sierra de Guara que, según la tradición, quiso hacerse monje por lo que tiró su gayata yendo a caer en la cima de Alcubierre. En el lugar brotó agua y se erigió la ermita en su honor. Otros topónimos relativos a San Caprasio son San Carabás, San Caprás y San Crapasio, aparecidos en libros de cuentas de Perdiguera, del siglo XVII (Constantino Escuer Murillo) y San Crabás en un documento de 1276 del concejo de Alcubierre (Alberto Lasheras Taira).
«Desde la «muela» de Alcubierre (822 m) se domina un paisaje de cerros y vallonadas alternantes, resultado de las diversas entalladuras de las aguas del cuaternario sobre una litología de yesos, margas, arcillas y calizas, de estratigrafía horizontal».
Volumen V, Geografía, de la Enciclopedia temática de Aragón.
Los usos agrícolas y ganaderos tradicionales han sido las principales actividades en la zona, actualmente la ganadería se encuentra en regresión, y son contados los rebaños que todavía pastan por la sierra. Existe un amplio y deteriorado conjunto de aldeas (casetas de monte), corrales y parideras, balsetes, balsetas y balsas y tapiales… un rico conjunto patrimonial, arquitectónico y cultural que va desapareciendo y que, con la responsabilidad y el respeto a nuestro pasado, no deberíamos dejar perder.
La sierra de Alcubierre comprende los términos municipales de Alcubierre, Castejón de Monegros ,Farlete, La Almolda, Lanaja, Leciñena, Monegrillo, Perdiguera, Pina de Ebro, Robres, Sariñena, Senés de Alcubierre, Tardienta y Torralba de Aragón.
«La Sierra de Alcubierre es una cordillera que se extiende a caballo de las provincias de Huesca y Zaragoza, en dirección NO-SE, durante unos 40 kms. aproximadamente, desde la Corona de la Reina (629 m), al sur de Tardienta, hasta Los Monegros, donde enlaza con la sierra de Pallaruelo, la de Sijena y la de Ontiñena.»
Alcubierre, Bienvenido Mascaray
Durante la contienda de la Guerra Civil Española, la sierra formó parte del frente de Aragón, como testimonio quedan una serie de trincheras, algunas restauradas, configurando la «ruta Orwell», testimonio del paso del conocido escritor británico George Orwell. La fotografía «Soldados de las milicias populares, Sierra de Alcubierre» corresponde al fotógrafo Agustí Centelles, conocido reportero gráfico que cubrió diferentes acontecimientos de la guerra civil (Colección Reina Sofia). En el bando nacional estuvo el novel español Camilo José Cela, llegó al entorno de la sierra de Alcubierre el 26 de octubre de 1937. Cela describe su llegada “Llegamos poco antes del amanecer más allá de Perdiguera, cerca de Farlete, en los barrancos de la desnuda y agria sierra de Alcubierre, en el desierto de Los Monegros, en las parameras donde crece el esparto y viven el escorpión y el alacrán, la víbora y la tarántula, pasé mucho frío en el camión a pesar de que me había forrado el cuerpo con periódicos…” Mazurca para dos muertos.
La sierra de Alcubierre continúa siendo un enclave natural muy desconocido, pero son numerosas las rutas de bicicleta de montaña que se van desarrollando por su entorno, al igual que rutas senderistas.
«Los montes de aquella parte de España tienen una forma curiosa, como de herradura, con la cima achatada y laderas empinadas que se precipitan en tremendos barrancos»
George Orwell

* Balsete
En la base de la sierra el uso del suelo es agrícola, formando un mosaico de cultivos de secano y áreas naturales y seminaturales. Por las zonas más degradadas, principalmente por el sobrepastoreo, y en los taludes aparece matorral termófilo, que puede soportar temperaturas relativamente altas. Destacan las comunidades gipsícolas ligadas a afloramientos yesíferos en zonas bajas. Por el piedemonte encontramos sabinares que van transformándose en bosque de formaciones arbóreas de pino carrasco a medida que se va tomando altitud, donde encontramos pequeñas áreas de bosque mixto (pino carrasco, quejigos y carrascas). La masa forestal proviene de forma natural y de repoblación, presentando un desarrollo evolutivo alto (latizal y fustal), clasificado como de alta calidad su nivel evolutivo, cercano al climático.
La sierra se ubica entre las cuencas del Gallego y del Alcanadre, por sus montes no discurre ningún curso fluvial. Sus laderas son pronunciadas, de materiales deleznables, muy especialmente al sur, presentando una densa red de vales, barrancos o tollos y cárcavas que constituyen una importante red de drenaje, propio de un paisaje mediterráneo y árido.

*Tronco de sauce fósil.
Un tronco de sauce fosilizado fue encontrado en una aldea del monte de Alcubierre, corresponde a la Era Terciaria, a los periodos Aragoniense y Vallesiense, entre 20 y 13,5 millones de años. «Antes de que apareciese el Homo Erectus (1,6 millones de años)», apunta Alberto Lasheras Taira, quien ha estudiado el fósil y nos aporta la valiosa información que reproducimos: «El fósil es una sección irregular de tronco, la mineralización resultante conserva diferentes colores: blancos, ocres, marrones, grises y en algunas zonas presenta formaciones cristalinas de calcita (carbonato cálcico), que le dan un aspecto muy diferente a otros fósiles de origen vegetal encontrados por aquí». Es el caso de otro fósil encontrado en Alcubierre, de buen tamaño es totalmente gris, con una buena conservación de las formas de la corteza. Aunque sin documentar, hay menciones de otros fósiles de sauces en Farlete y en Lanaja. También, en algunas piedras de caliza se pueden encontrar hojas de palmeras fosilizadas, de cuando el actual Valle del Ebro respondía a un conjunto de lagos.
El proceso de formación del fósil sucedió en un ambiente húmedo, al caer en la orilla de un lago de escasa profundidad, con gran contenido en sales carbonatadas tipo calcita. Se produce un intercambio de materia orgánica por sustancias minerales, sobre todo en las partes exteriores, más duras. En un ambiente más caluroso y húmedo que el actual, con amplias zonas de lagos y sabanas cubiertas con bastante vegetación herbácea, el fragmento de tronco de sabina, se enterró en un sedimento arcilloso rico en carbonatos que lo protegió y favoreció el proceso de conservación y fosilización. La aparición del mismo, puede producirse como un bloque removilizado, que debido a la erosión de los niveles arcillosos margosos en los que estaba encajado, más blandos que el fósil, han desaparecido y lo han dejado visible.
Alberto Lasheras Taira
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Histórico
Entre los años 1610 y 1615, el cosmógrafo Juan Bautista Labaña (1555-1624) realizó la imagen más antigua conocida de Aragón. La sierra de Alcubierre queda reflejada como desnuda, sin ninguna referencia de existencia de masa forestal.
Dr. D. Pedro Blecua y Paul en el año 1792 realizó su Descripción Topográfica de la ciudad de Huesca y todo su partido en el Reyno de Aragón, donde describe la sierra de Alcubierre: “Está bien poblada de abundantes pinos bastos, y otros ya insinuados arbustos, que apenas aprovechan sino para carbón y leña”. Blecua continúa su descripción en relación a la localidad de Robres: “Todo él es llano, a excepción de una media legua que alcanza de sierra, poblada de pinos bastos, sabinas, enebros, romeros y otros arbustos, y la misma abunda de perdices, con algunos conejos y liebres, de común aprovechamiento, cuya caza padece también notable disminución por las causas ya expresadas en otros pueblos”.
El naturalista Jordán de Asso «Historia de la Economía Política de Aragón, 1798» define a Los Monegros de la siguiente manera: “Así llamado porque antiguamente estuvo tan poblado de pinos, y sabinas, que a los que miraban de lejos les parecía un monte oscuro y cerrado. El suelo de este distrito se compone generalmente de la feracísima marga, o de yeso impregnado de salitre, especialmente hacia Bujaraloz, donde hay muchos pozos de agua salada. En varias partes se halla gran copia de pedernales distribuidos por las llanuras, pero en los collados de Candasnos se ve dispuesto en bancos, o camadas horizontales.”
«Esta cordillera estuvo muy poblada de pinares, y carrascales, que suministraban abundante materia para carbón; pero hace algunos años, que los cortes hechos inconsideradamente han disminuido en gran parte aquellos bosques. La frondosidad, y espesura de estos se conserva algún tanto en los cerros poco distantes de Leciñena hacia su oriente, donde han buscado su asilo los ciervos que antes abundaban en toda aquella sierra. Los Botánicos hallan también con que satisfacer allí su curiosidad por las muchas, y singulares plantas, que ofrecen: entre las cuales se distinguen las Phillyreas, el Jasminum fruticans, la Peonia, los Cistos, el Thymus mastichyna, las Salsolas, Chenopodios, y el Erigeron salsalsum, especie nueva de hojas lineares, y carnosas.»
Jordán de Asso.
Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico–Estadístico–Histórico de 1845-1850, describió la sierra de la siguiente manera: “Es indudablemente la montaña más árida y despoblada de España”. En su descripción detallada de los pueblos, deteniéndonos en Alcubierre, Madoz es bastante esclarecedor: «Hay un bosque arbolado de mucha extensión, poblado de pinos, de los que se aprovechan los habit. para la construcción de sus casas y pajares, y para leña». Por contra, en la entrada de Castejón de Monegros constata lo siguiente: «El TERRENO es todo de secano y muy feraz en anos lluviosos, para granos y pastos de ganados. En él se encuentra la sierra de que se hizo mérito al hablar dé la situación, y de ella sale otra, que formando cordillera, pasa por los término de Lanaja, Monegrillo , Pina y la Almolda: ambas estuvieron pobladas de pinos, encinas y otros árboles, y al presente se hallan casi enteramente despobladas», lo que va en linea con lo descrito desde Lanaja: «Apenas conserva vestigios de los muchos pinos y sabinas de que se hallaba poblada» y Senes de Alcubierre: «Tiene próxima la sierra de Alcubierre con bastante bosque para la cría de ganados». En los pueblos de la parte de la provincia de Zaragoza, las referencias de Madoz que dan detalles sobre la sierra responden a Farlete «El TERRENO es montañoso, secano y bastante árido como casi toda la sierra de Alcubierre (V.)» y Leciñena «Se crían en ellos pinos, encinas, robles, sabinas, y en mayor abundancia muchas plantas aromáticas medicinales; hay dos de pasto para los ganados de invierno., y una para el de carnicería, situado las dos primeras en la Val de los Huertos y la Pinada, de 1 leg. de long. y 200 pasos de lat., y la otra en el monte de las Mulas de 1/2 hora de long. y 1/4 de lat.».
1715 | NOVA ET ACCURATA REGNI ARAGONIAE…| SEYRA Y FERRER – LIEBAUX
Lucas Mallada, en las memorias de la comisión del mapa geológico de España de 1878, en la descripción física y geológica de la provincia de Huesca, define la szona como la parlt más triste, más seca, más desolada de la provincia, constituida por la sierra de Alcubierre y los Monegros. A la sierra la llama de torcida alineación: «Aquella principia en los cerros de Santa Quiteria, al S. E. de Tardienta, se eleva como punto culminante en San Caprasio y esparcida en lomas sinuosas, cerradas por tortuosos barrancos á uno y otro lado, con matorrales y algunos grupos de pinos torcidos y delgados, separa los términos de Torralba, Senes, Robres, Alcubierre, Lanaja y Palíamelo (Huesca) de los de Leciñena, Perdiguera, Farlete, Foratillo y La Almolda (Zaragoza). Al O. de Castejon se levanta Monte Oscuro, que se prolonga al S. hacía La Almolda, constituyendo la sierra de su nombre, que limita la hondouada de Valfarla, Bujaralóz y Peñalba, centro de los Monegros.» En otro apartado, hablando de yesos, Mallada refleja: «Otra faja de yeso existe en las vertientes meridionales de la sierra de Alcubierre, hacia Farlete y Perdiguera (Zaragoza): rodea por el S. el cerro de San Caprasio y no se encuentra en ella circunstancia digna de mención.»
«Los Monegros, zona árida, entre arcillosa y caliza, sin árboles, únicamente con matorrales de romero grandes como arbustos. Los Monegros es una región que está entre el Alcanadre, el Ebro y el Cinca. Es un terreno de margas, que en otro tiempo, probablemente, sería un gran lago. Cruzamos el Alcanadre, y pasamos por Pallaruelo de Monegros; la línea de colinas que se ve en el fondo es de la Sierra de Alcubierre».
Pío Baroja, Las horas solitarias, 1918 (Pío Baroja por Los Monegros).
La guía comercial de la provincia de Huesca, mediados de 1940, da una descripción de las diferentes actividades económicas, comercios, usos y aprovechamientos de las diferentes localidades de la provincia altoaragonesa. Así el monte de Robres era destinado principalmente para pastos y aprovechamiento de esparto, igual que Pallaruelo de Monegros donde además se daba la caza de pelo y pluma. En Lanaja no hay información de usos y aprovechamientos del monte salvo la alusión al ganado lanar y cabrío. En Castejón de Monegros es más significativo la mención al aprovechamiento de madera de pino, leña de monte bajo y espartales, además de la caza. Lo mismo sucede en la localidad de Alcubierre donde también se cita el aprovechamiento de leña y esparto además de la caza. Asimismo, la guía dice de la sierra: Esta sierra es muy escarpada y de bastante elevación y toda ella poblada de pinos y arbustos, encontrándose por doquier enormes peñascos que forman profundas cuevas, que prestan gran servicio para cobijar en ciertos momentos a gran número de cabezas de ganado.
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Carboneo
El carboneo, el aprovechamiento de leñas, el aumento de tierras para uso agrícola y de pastos fue en decrimiento de la masa forestal de la sierra, además de su empleo para la construución.
Ángel Calvo Cortes, Monegrillo en sus raíces, apunta que la actividad del carboneo «Afectó gravemente a la calidad y cantidad del arbolado». Fue especialmente a partir de 1822 cuando tuvo su punto álgido durante veinte años cuando la sequia asoló a la miseria estas tierras. Por ello se facilitó el carboneo «La necesidad obligaba a todo. La solicitudes se apoyaban en la necesidad de clareo, limpia y entresaca de pinos viejos o de leña muerta. En 1873 se cortan mil pies de pino en la Gabardera. El Guaral y las Varellas también son afectados. En 1847 y 1849 se limpia la plana de Barzosa desde el barranco de Viullagarda hacia Lanaja. En 1851, el Vedado y las Pulliestras (sic). En 1852, el entorno del barranco de la Pileta (Pilota). En 1854 son 49 los jornaleros que solicitan carboneo junto a los barrancos de San Benito y las Tripas. La causa aducida en 1848 para el corte de árboles es la construcción y arreglo de viviendas y pajares».
En esta línea Jaime Cortés Lasheras, en su artículo Recordando a dos alcaldes de Monegrillo (Revista Montesnegros nº 55) recoge una subasta en la sesión municipal del 1 de julio de 1918, punto 2º, donde «La segunda subasta de 2000 pinos que da desierta». Jaime Cortés Lasheras cuenta que aquellos pinos eran para hacer carbón «El Distrito Forestal los cobraba como maderables, por ello se quedaban desiertas las subastas. Esto había sido otro intento de sacar al pueblo de la pobreza, que era mucha, como contaba mi abuelo Eusebio. Lo mismo que decía mi abuelo lo leí en las revistas que publicó Heraldo de Aragón hace unos años y que trataban la historia de los últimos dos siglos.»
Testimonios como los de Ángel y Jesús recuerdan oír hablar de antiguos carboneros por la sierra, pero no los llegaron a ver: “Entonces el monte estaba muy trillado. Se gastaba mucha leña, sobre todo bajera, coscojo y romeros. A Ángel le contaban que el carbón lo llevaban a Zaragoza, donde lo cambiaban por judías y otras cosas. También contamos con el testimonio de Ignacio Arroyos «El Damaso»: Las sabinas grandes las empleaban como maderos para las casas. Cortaban con hacha o tronzador a dos manos: “Era mejor el tronzador, pues no hacía ruido cuando cortaban alguna de forma ilegal, pues la Guardia Civil y los forestales andaban siempre vigilantes”. Su abuelo conoció que antiguamente se hacía carbón, en uno de sus campos llegó a haber una carbonera y, cuando labraban, salían restos de carbón.
- Viñedos en la sierra
Curiosa es la revelación que aporta José Jordana y Morera en «Noticias sobre la población, clima, agricultura y montes de la provincia de Zaragoza» escrito por el año 1875. En el mismo relata como «En los altos de la sierra de Alcubierre hubo viñas en otro tiempo que la creciente crudeza del clima ha obligado a abandonar. Todavía existen en La Almolda muchos lagares de piedra, que hoy permanecen ociosos. También se dice que hubo viñas en términos de Bujaraloz, debiéndose su desaparición, no solo al rigor del clima, sino al poco cuidado en elegir los sitios para la plantación, que allí necesita hacerse al abrigo de los vientos fríos del NO. y N. A los estímulos de la Sociedad económica aragonesa se debe el que en los tres o cuatro primeros años del presente siglo se plantasen en La Naja la enorme cantidad de 1.554.700 cepas».
- Figuras de protección

Mostajo (Sorbus Aria)
El enclave natural está declarado como zona ZEPA (ES0000295) y LIC (ES2410076) de la Red Natura 2000 por mantener una importante masa forestal de pino carrasco con sabina albar y matorral gipsófilo en el piedemonte, además de ser refugio y hábitat para diferentes poblaciones de aves. La fauna es abundante, lugar de paso de grandes rutas migratorias de aves, sin olvidarnos de la importante biodiversidad de insectos, arácnidos, reptiles y mamíferos que moran la sierra del secano aragonés.
Mantiene importantes poblaciones de aves, destacando el caso de las rapaces forestales mediterráneas, con Milvus migrans, pequeños núcleos meridionales de Milvus milvus, abundante presencia de Circaetus gallicus e Hieraaetus pennatus, y una alta densidad de Aquila chrysaetos, mayoritariamente nidificante en pinos. Población regresiva, años atrás muy importante, de Neophron percnopterus, y sin duda abundante Bubo bubo en las cárcavas y barrancos. Importantes comunidades meditarráneas, siendo abundantísimas Sylvia undata, Galerida theklae y en las zonaas arboladas Lullula arborea. Buena población de Oenanthe leucura.
«La originalidad florística y paisajística de esos quejigales y bosques mixtos de carrasca y quejigo merecen el esfuerzo de salvar bajo una figura legal, antes de que sea demasiado tarde.»
Ver: Sierra de Alcubierre, consideraciones.
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Climatología
En los Monegros el ambiente climático es seco y estepario, árido de carácter subdesértico. Es una de las zonas más cálidas de la península ibérica, alcanzando los 35º en verano, soliendo sufrir olas de calor con máximas de hasta 40º, favorecidas por la presencia del anticiclón de las Azores. En la sierra de Alcubierre se reduce el extremo régimen térmico, en relación a su aumento de altitud. La pluviometría es escasa, difícilmente llega a superar los 400 mm anuales, e irregular en su distribución anual. La fosa de hundimiento de la cuenca del Ebro aísla de los frentes nubosos, al mismo tiempo que el efecto «foehn» produce corrientes de aire cálidas. Son frecuentes las tormentas en periodo estival, algunas secas y con abundante aparato eléctrico. La escasez de lluvias y las altas temperaturas determinan el clima seco, con un fuerte déficit hídrico, la sierra de Alcubierre presenta un balance hídrico que oscila de los -700 a los -400 mm. El viento predominante es el cierzo, de dirección WNW, que alcanza altas velocidades y alta persistencia, que con el bochorno, viento de dirección ESE, son vientos muy secantes.

* Quejigo.
En invierno son frecuente las inversiones térmicas, presencia de nieblas, conocidas como «boiras», aportan humedad en los vales y zonas bajas de la sierra, convirtiendo estas zonas en más frías que las zonas elevadas de la sierra. Este fenómeno favorece la presencia de los característicos y singulares sabinares monegrinos. La temperatura media en diciembre y enero son de 5ºC, llegándose a registrar mínimas de -12ºC, siendo frecuentes las heladas desde finales de octubre a principios de abril .
«En la Sierra de Alcubierre además, existe una gran diversidad de topoclimas, que quedan reflejados en los diferentes tipos de vegetación y refugios de especies vegetales de gran interés (Molero et al., (1998). (Suelos y masas de Juniperus Thurifera L. en la Sierra de Alcubierre. Rodríguez-Ochoa, R.; Olarieta, J.R.; Martínez, S.; Alcarria, Z. & Lizano, J.)
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Geología
La cuenca del Ebro se formó por sedimentación desde finales del eoceno hasta el mioceno superior cuando comenzó su vaciado erosivo hacía el mar. Así, responde al oligoceno y mioceno: «materiales detríticos, carbonatados y evaporíticos depositados en sistemas de abanicos aluviales y sistemas lacustres». Apenas presenta deformación tectónica y los estratos aparecen horizontales «o con suaves buzamientos hacia el sur y suroeste» (Magnetocronología de la sucesión miocena de la sierra de Alcubierre . Sector central de la cuenca del Ebro. F.J. Pérez Rivarés, M. Garcés, C. Arenas y G. Pardo. Revista Sociedad Geológica de España, 15 (3-4), 2002).
La sierra se enmarca como un relieve residual de niveles carbonatados que protegen de la erosión a los yesos y margas infrayacentes. Presenta vertientes más escarpadas hacia las zonas meridionales. Un conjunto de vales y barrancos conforman la red de drenaje.
Ver: Geología de Los Monegros.
Estromatolitos
La geóloga Leticia Martín Bello realizó el primer estudio geológico detallado de los estromatolitos de la Sierra de Alcubierre. La Sierra de Alcubierre cuenta con muchos afloramientos de estromatolitos. “Los estromatolitos son rocas carbonatadas (un tipo de microbialita laminada) que se forman como consecuencia de la precipitación de carbonato, inducida por cianobacterias o microbios en sistemas acuáticos, en este caso, lacustres.” Es decir, se formaron cuando la depresión del Ebro era un lago, durante el Mioceno inferior y medio (entre 20 a 10 millones de años aproximadamente).
«Hemos podido establecer similitudes entre los estromatolitos de la Sierra de Alcubierre y los que pueden encontrarse actualmente en sistemas como el Gran Lago Salado (EE.UU) y su antecesor, el Lago Bonneville, los estromatolitos holocenos (11.000 años a la actualidad) del Lago Tanganica (Tanzania y Rep. Dem. del Congo) o los estromatolitos eocenos (entre 56 y 39 M.a. aprox.) de la Formación Green River (EE.UU). Presentan similitudes en cuanto a la morfología externa y en las formas de crecimiento interno de los estromatolitos influenciados también por factores ambientales como por ejemplo las variaciones del nivel del lago. También muestran similitudes en las variaciones de espesor que presentan en relación con la profundidad a la que se desarrollan y en cuanto a la textura, presentan características similares con alternancia de láminas claras y oscuras.» (Leticia Martín Bello: “La geología daba respuesta a todas mis preguntas”).
Ver: Geología de Los Monegros.
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Flora
La sierra presenta una vegetación principalmente mediterránea, aunque también contiene especies omnimediterráneas y mediterráneo occidentales e incluso eurosiberianas, en un 10% (Interés florístico y geobotánico de la sierra de Alcubierre. Julia Molero, Llorenç Sáez y Luis Villar. Barcelona, 1998). Su mayor característica es su gran disimetría entre sus vertientes N y S, lo que ofrece «gran diversidad de hábitats para taxones y comunidades vegetales de muy variada procedencia geográfica y condición ecológica». El estudio «Interés florístico y geobotánico de la sierra de Alcubierre» recoge la identificación de 578 taxones.
La baja precipitación favorece a las plantas xerófitas, vegetación adaptada a ambientes secos. En los taludes abundan los matorrales termófilos, que pueden soportar elevadas temperaturas, y mediterráneos, especialmente la coscoja (Quercus coccifera), el romero (Rusmarinus oficinales), tomillo (Thymus vulgaris), sisallo (Salsola verniculata), retama (Retama sphaerocarpa), osagra (Atriplex halimus), ontina (Artemisa herba-alba) aliaga (Genista scorpius), aladiermo (Rhamnus alaternus), escambrón (Rhamnus lycioides), bufalaga (Thymelea tinctoria), etc. En los fondos de barrancos y umbrías muy humedas encontramos formaciones mediterráneas con pistacias (Pistacia terebinthus), madroños (Arbutus unedo), endrinos (Prunus spinosa), gabardera (Rosal sp.), boj (Buxus sempervirens), madreselva (Lonicera implexa), rusco (Ruscus aculeatus), Bupleurum rigidum, Thalictrum tuberosum, etc. Algunos arces de montpellier (Acer monspessulanum), serbales (sorbus domestica), majuelos (Crataegus monogyna), olmos (Ulmus minor), temblón (Populus tremula)… van apareciendo tímidamente por la sierra. Como comunidades gipsícolas, ligadas a afloramientos yesíferos, encontramos Ononis tridentata, Gypsophila hispanica, Heliantemun squamatum, etc.
«Las mejores calidades de estación están relacionadas con la presencia de Juniperus phoenicea, Quercus ilex ssp. ballota, mientras que Dorycnium pentaphyllum y Helychrisum stoechas se relaciona con las peores calidades.»
Rafael Rodríguez-Ochoa
La base de la sierra, entre los 300-450 m de altitud, se encuentra ocupado por el dominio del Coscojar – Espinar con Sabina Albar (Juniperus thurifera) que aparece acompañado de la sabina negral (Juniperus phoenicea) y el enebro o “chinebro” (J. oxycedrus). Aproximadamente, entre los 800 m. de altitud, la sierra comprende el dominio del coscojar continental con pino carrasco (P. halepensis), excepto en algunas zonas de umbría. A partir de los 500 m, encontramos el dominio del Carrascal (Quercus ilex sp.) con algunos ejemplares de Cajicos (Quercus faginea).
«En la sierra de Alcubierre el quejigo indica un suelo profundo, margoso, que retiene agua para la transpiración estival.»
Pedro Monserrat Recoder
La Flora de Aragón.
El pinar ocupa una extensión de 9520,97 hectáreas, representando un 25,58% del total de la superficie. El bosque mixto de pinar con encinas y quejigos ocupa una superficie de 387,67 has, los sabinares 131,07 has y la xeroestepa subdesértica 577,2 hectáreas. La formación vegetal más amplia son los matorrales: grandes formaciones de matorral denso o medianamente denso (2888,27 has.), matorrales subarbustivos o arbustivos muy poco densos (1741,8 has.), matorral boscoso de frondosas (82,15 has.), matorral boscoso de coníferas (3708,22 has.) y matorral boscoso de bosque mixto (276,3 has.).
El suelo en las zonas húmedas el suelo aparece cubierto por pinaza (acículas), gayuba (Arctostaphylos uva-ursi), liquenes y musgos (briófitos). La asociación ANSAR (Asociación Naturalista de Aragón) identifico los siguientes musgos por la sierra: por la zona de Puy Ladrón Pleurochaete squarrosa (muy común), richostomum sp., Didymodon sp. y Homalothecium lutescens. Por el monumento: Bryum sp., Syntrichia sp., Hypnum cupresiforme, Bryum torquescens, Brachythecium sp., Radula complanata (hepática, encontrada en el pie de una carrasca), Frullania dilatata. ( hepática, fue vista en varios pies de sabina)y Aloina sp. Encalypta vulgaris cf. Más al sur encontraron Paeonia officinalis microcarpa y Rosa pimpinellifolia en flor. Por Farlete: Crossidium sp., Grimmia sp., Orthotrichum sp. y en una sabina Aloina sp. José Carlos alfranca Marcen de Leciñena tiene fotografiado el helecho Asplenium adiantum-nigrum.
Las zonas de umbría son denominadas «pacos» y las de sol «solanos».
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Repoblaciones
Pero peor y más ridículo y absurdo es todo esto, del mismo artículo también: «…hoy los representantes en Cortes de la provincia de Huesca reclaman la restauración arbórea (2) de aquella desolada sierra de Alcubierre, espina dorsal, digámoslo así, de la árida estepa de los Muegros, desierto páramo (dígalo usted así también) donde toda miseria y despoblación tienen su asiento.»
Palique. Clarín.
Madrid Cómico, 31 de octubre de 1897.
El medio rural de Los Monegros se ha caracterizado por una intensa actividad agrícola de secano y ganadera. El piedemonte de la sierra de Alcubierre ha sido ocupado por la agricultura y ha sido más intensamente afectado por el pastoreo, encontrando zonas sobrepastoreadas en un pasado que actualmente, tras el abandono de la actividad ganadera, es ocupado por romerales. Francis Chauvelier, en La Repoblación Forestal en la provincia de Huesca y sus impactos geográficos, señala que «El bosque, muy degradado desde hace tiempo, se componía en el mejor de los casos de algunos terrenos para pastos en la vertiente norte de la Sierra de Alcubierre o en sus prolongaciones orientales. La leña para el fuego, así como la madera, se importaban de la montaña». La sierra sufrió una serie de repoblaciones forestales a partir de 1940 con un objetivo protector y social, en 1952 aparece como comarca de Interés Forestal «Sierras de Alcubierre y Lanaja (Z y HU). Decreto de 11 de enero de 1952 por el que se declara de interés forestal la comarca que se establece en las sierras de Alcubierre, Lanaja y sus estribaciones de las provincias de Zaragoza y Huesca.» (La restauración forestal de España. 75 años de una ilusión).
En 1891 la diputación solicitó al Ministerio de Fomento la repoblación de los montes de la Sierra de Alcubierre y su entorno (http://esmemoriaus.blogspot.com):.
«Dicho ministerio puso el asunto en manos de la Dirección General de Agricultura quien a su vez lo remitió al ingeniero jefe del Distrito Forestal de Huesca (D. F. Huesca). Desde este distrito se redactó un Plan de Trabajos para la Repoblación de la Sierra de Alcubierre. La aprobación del mismo quedó demorado por tiempo indefinido. En 1926 se aprobó un nuevo Plan de Repoblaciones al cual se le dotó de nada menos que cien millones de pesetas del momento. En él quedaron incluidas, entre otras zonas, la repoblación de esta área oscense. El proyecto específico fue redactado por el D. F. de Huesca en 1928 y contempló la repoblación de 5.000 Ha en un plazo de diez años que incluyó otros montes de esa comarca. Así, dentro de esa superficie se incluyeron terrenos pertenecientes a montes públicos de Alcubierre (2.500 Ha), Lanaja (1.800 Ha) y Robres (700 Ha), todos ellos localizados en la Sierra de Alcubierre. La especie principal a emplear habría de ser el pino carrasco por ser la más adecuada, aunque también se contempló el empleo de roble y esparto.
La formula que se escogió para acometer las mismas fue la del consorcio entre la administración forestal y los tres ayuntamiento afectados: Alcubierre, Robres y Lanaja. El D. F. de Huesca se comprometía a llevar la dirección técnica de las mismas así como a proveer de las semillas y plantas necesarias. El ingeniero de montes encargado de dirigir las mismas fue Recardo Sáenz de Santamaría. La repoblación se debía efectuar mediante la apertura manual de hoyas aunque esta parte no fue ejecutada por la administración forestal. Esa fase se realizó mediante subastas públicas a las que se podía presentar todo el mundo que quisiera. En el tablón del ayuntamiento afectado se exponían las condiciones que debían cumplir los interesados y la forma de ejecutar los trabajos. El pliego en cuestión fijaba el número de hoyas a realizar, las zonas donde había que abrirlas o el coste individual de las mismas. A estas subastas se presentaron sobre todo vecinos de los tres pueblos afectados.
Los tres montes de utilidad pública afectados, tal cual se desprende del cuadro anterior, fueron el nº 330 de Alcubierre, el nº 332 de Lanaja y el nº 335 de Robres. Para 1930 en esos tres montes se habían repoblado por el procedimiento del ahoyado manual 690 Ha, cifra que quedó finalmente bastante por debajo de las 4.000 Ha previstas inicialmente.
Años más tarde aún se realizaron nuevas repoblaciones forestales al sur de la provincia de Huesca. Fue concretamente la Junta Administrativa del Monte La Sarda, perteneciente a Gurrea de Gállego, quien firmó un nuevo consorcio con el D. F. de Huesca. La firma tuvo lugar en abril de 1945 y contempló la plantación de 800 Ha. Las previsiones volvieron a fallar pues en 1948 sólo se habían podido repoblar 648 Ha.
http://esmemoriaus.blogspot.com
Diario El Sol, edición 17 de junio de 1927. Articulo atribuido a Ramón J. Sender en la obra «A lo largo de una escritura. Ramón J. Sender, guía bibliográfica», de Elisabeth Espadas (IEA, Huesca, 2002).
Los pueblos de Monegros piden el auxilio del Gobierno para repoblar la Sierra de Alcubierre. Esto, que a primer a vista parece que viene a aumentar el número de las peticiones de los municipios que lo esperan todo del Estado, es, por el contrario, una petición en la que se solicita sólo la atención oficial, para que el sacrificio que de todos modos piensan realizar en bien de los tres vecindarios no sea un sacrificio estéril. Par a facilitar el logro de esa justa aspiración, los municipios de Lanaja, Alcubierre y Robres han formado un consorcio y lo han sometido a la aprobación del Estado. Al lado de esa iniciativa, encaminada a ofrecer mayores garantías al Tesoro, se proponen contribuir con el 50 por 100 de los gastos, excluyendo los de dirección y suministro de semillas, y se ofrece al Estado satisfacer entre los tres Ayuntamientos diez mil pesetas anuales hasta que los montes entren en plena producción. Llegado esto caso, abonarían el resto en cinco anualidades. «Pueblos éstos—nos dice el Municipio de Alcubierre—enclavados en la zona monegrina, que con frecuencia sufre los efectos de la sequía, con la pérdida total o parcial de sus cosechas, no se hallan en condiciones de realizar mayores sacrificios.»
En la solicitud dirigida al Poder, después de una breve historia de las gestiones realizadas y a con la misma finalidad, y fracasados por diversos motivos que pueden reducirse a uno solo, a la falta de dinero, piden que sea aprobado «el referido consorcio y se disponga que por la jefatura del distrito forestal se redacte, la propuesta de trabajos que se han de realizar en el primer año, y una vez aprobada, se conceda el crédito necesario par a su ejecución, con lo que, además de iniciarse los trabajos de repoblación, que tanto anhela esta comarca, se resolvería la crisis obrera proporcionando trabajo a los vecinos dentro de los pueblos de su naturaleza».
Consideramos de todo punto justa esta solicitud. Puede afirmarse de antemano que el Estado accederá, convencido del noble deseo que la alienta y de que el dinero que haya de facilitar no será dinero perdido, sino, a la postre, multiplicado.
En 1940-1950 comenzaron las repoblaciones en masa en la provincia de Huesca: «720 has. repobladas y se localizan en los municipios de Castiello de Jaca, Gurrea de Gállego y Alcubierre (Chauvelier, Francis)». El pino carrasco (Pinus halepensis) es una especie espontánea de la vertiente norte de la Sierra de Alcubierre, señala Chauvelier, su distribución, en la sierra, va de los 200 a los 700 metros de altitud. Para autores como César Pedrocchi, la carrasca sería la especie potencial de la sierra de Alcubierre. Aunque la sabina ocupa grandes espacios desde el piedemonte hasta zonas elevadas de la sierra.
«Otra parte de las repoblaciones se han localizado en la Sierra de Alcubierre y en los Monegros, tratándose en este caso de tierras de seca no dedicadas a la cerealicultura y dominadas por cerros cubiertos a medias por esqueléticos bosques residuales de pinos de Alepo y de sabinas, y por un matorral más o menos espeso. Este último pertenecía a los ayuntamientos y recibía durante el invierno algunos rebaños de ovejas llegados desde los Pirineos hasta las partes más altas de la Sierra de Alcubierre. En este contexto, y al cabo de veinte años, se han desarrollado nuevos pinares, ocupando en ocasiones emplazamientos realmente inhóspitos.»
Francis Chauvelier
La Repoblación Forestal en la provincia de Huesca y sus impactos geográficos.
Ver: Repoblaciones en la sierra de Alcubierre.
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Fauna
Destacan las rapaces forestales mediterráneas, el milano negro Milvus migrans y pequeños núcleos meridionales de milanos reales Milvus milvus, abundante presencia del águila culebrera Circaetus gallicus y águila calzada Hieraaetus pennatus, hay una alta densidad de águilas reales Aquila chrysaetos (nidifica en pinos). Población regresiva, años atrás muy importante, del alimoche Neophron percnopterus, y sin duda abundante el búho real Bubo bubo en las cárcavas y barrancos. Por las derruidas aldeas es frecuente el mochuelo Athene noctua y es frecuente el paso de buitres y otras aves carroñeras que tienen por la zona de Monegrillo un muladar al que acuden en gran cantidad.
Habitan la sierra gran cantidad de insectos, arácnidos de los que cabe destacar la tarántula (Lycosa tarantula y Lycosa radiata) y escorpión amarillo o arraclán (Buthus occitanus), encontramos ranas, sapos, lagartos (Verdes y ocelados) y culebras por las balsas. Los mamíferos son más difíciles de observar: zorros (rabosas), jabalíes, conejos, liebres, jinetas, tejones y recientemente observados ciervos y corzos.
Un expediente habla sobre la amenaza que supone los conejos para el repoblado: «Extirpación del conejo en los montes de Lanaja y Alcubierre para facilitar repoblación».
Ver: Los mamíferos en Los Monegros.
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Patrimonio
Como hemos comentado antes, en la sierra existe un amplio y deteriorado conjunto de aldeas (casetas de monte), corrales y parideras, balsetes, balsetas y balsas y tapiales… un rico conjunto patrimonial, arquitectónico y cultural que va desapareciendo con su abandono.
Un caso particular de la sierra es su ermita de San Caprasio y el conjunto de cuevas y hemeritorios en su entorno. La orden realizaba el noviado e en una zona próxima al gran desierto del sur argelino El Abiodh. En 1956, con la guerra de independencia entre Argelia y Francia y la actividad del Frente de Liberación Nacional, acabó con la vida de un hermano.
En la sierra acabaron encontrando un parecido con el desierto argelino, estableciéndose, primeramente, en la ermita de la Sabina de Farlete. Descubrieron la sierra «San Caprasio, como un lugar de silencio y de retiro en cuevas, unas (en los barrancos), y en otra: la llamada de la Salud, que no era otra que la empleada por el bandido Cucaracha. Se hizo otra al lado, bastante grande, con estancía». En 1979 la comunidad dejó de realizar el noviciado en Farlete. (En Farlete, 50 años después… Quique y Ramón. Revista Montesnegros).
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Planes y Proyectos
Entre los años de 1928 a 1929 se aprobó El plan de aprovechamientos y mejoras del monte de la Sierra, número 330 del catálogo de montes. La propuesta no contemplaba ningún aprovechamiento más que los numerosos pinos «en gran número» que se secaban cada verano. «Arbolado de mal porte, inaprovechable para maderas y con escaso repoblado».
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Incendios forestales, su mayor peligro
Históricamente la frecuencia de incendios forestales es baja, al igual que su gravedad, por lo que su peligro estadístico es bajo. Pero según los datos del PROCINFO (Plan especial de protección civil de emergencias por incendios forestales de Aragón), la sierra presenta un peligro estructural extremo (ante situación desfavorable estival) de acuerdo a su facilidad de propagación y la dificultad que entraña su control, la peligrosidad media también es extrema en su amplio dominio forestal. El riesgo de incendios por causa natural de rayos es bajo y tan sólo el riesgo antrópico, por su interfase con el medio agrícola, es motivo de consideración. A pesar de los pocos incendios forestales, ninguno de consideración en las últimas décadas, o que exista constancia, existe una peligrosidad potencial de incendio forestal muy alta y extrema en la mayor parte de la superficie de la sierra monegrina. Reseño que Javier Blasco Zumeta ha observado en taludes de la sierra franjas oscuras de cenizas que evidencian incendios forestales en el pasado.
La potencialidad de regeneración del ecosistema forestal es baja, lo que se traduce en una alta vulnerabilidad y fragilidad, resultando un área de «alta importancia de protección contra incendios forestales», de acuerdo con el proceso de evaluación del PROCINFO. Además, existe una alta dificultad de acceso y de transitabilidad a determinadas zonas, con alta dificultad de acceso y de distancias de medios terrestres. Pero el mayor condicionante para la extinción, en caso de incendio forestal, es la alta dificultad de disponibilidad de agua, lo que conlleva, junto con la alta continuidad del combustible, su clasificación como zona de alta dificultad de extinción. Para la sierra de Alcubierre se establece el 2º nivel de defensa: zonas de Alta Peligrosidad y Alta Importancia de Protección.

Sierra de Alcubierre con localización incendio de 1945.
En 1945 hubo un gran incendio en la sierra de Alcubierre, lo relata Francisco Amador Mene: -El fuego comenzó en la zona del Peaje, cerca de San Caprasio, en la huega entre los montes de Alcubierre, Lanaja y Farlete. El fuego avanzó muchísimo hacia el noroeste, hasta cerca de Lomagorda, monte de Lanaja-. Ángel Lacruz Escanero y Jesús Perez Casamayor lo fechan en 1942 el incendio.
A mediados de la década de 1980 se dio un incendio en la zona de las Labaneras, subiendo desde Alcubierre a Lomagorda: “Subieron de alcubierre y de lanaja a apagarlo”, relatan Ángel y Jesús. Otro incendio fue por el galacho de Paco Ramón, que está por el camino de pozo Pablico.
En el incendio del que dimos cuenta hace unos días, de la Sierra de Alcubierre, se quemaron unos 500 árboles pequeños y leña baja. El incendio fue casual.
Diario de Huesca, del 5 de agosto de 1931 |
El 23 de julio del 2019 de produjo el incendio de Perdiguera y Leciñena, ardiendo cerca de 900 hectáreas. Un Gran Incendio Forestal que puso en riesgo gran parte de la sierra, evidenciando la falta de planes y medidas de protección para una sierra vulnerable. La causa fue un vehículo motorizado circulando temerariamente por la sierra.
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Vulnerabilidad
La presencia del muerdago, planta parásita del pino, va provocando mortandad en la cerrada y regular masa forestal. Los pinos muertos van abriendo huecos muy necesarios para facilitar la regeneración y el desarrollo de especies de sombra como las encinas, los quejigos y un optimo sotobosque. Aún así, es necesario un cierto control de la expansión del muerdago para evitar una mayor mortandad y la aparición de plagas. Los zorzales son aves que distribuyen las semillas del muerdago, el fomento de otras aves forestales contribuiría a limitar el dominio de los zorzales. Aves como el Carbonero (Parus majoro) y el Herrerillo (Cyanistes caeruleus) son especies que consumen bayas de muérdago, pero no lo propagan. Con la recuperación de los diferentes puntos de agua e instalando cajas nidos, se lograría establecer adecuadas poblaciones que frenarían la elevada propagación del muérdago.
El agua es el elemento limitante de la sierra. La recuperación de las distintas balsas, balsetas y balsetes, acondicionamiento y adaptación para su aprovechamiento por parte de la fauna, aumentaría la presencia de insectos, reptiles, aves y mamíferos, beneficiando la dinámica del ecosistema forestal. Las balsas de mayor dimensión, deberían contribuir a formar un conjunto de puntos de agua estratégicos e imprescindibles para la extinción de incendios forestales. La escasez de agua ha sido uno de los muchos factores del abandono del pastoreo por la sierra, tradicionalmente existían numerosos rebaños de cabras y una gran actividad antrópica ligada a la agricultura. El abandono de dichas actividades ha provocado un desarrollo desordenado en los últimos 50 años, su dinámica natural es frágil y muy vulnerable a incendios forestales y debería de contar con sus correspondientes planes de gestión. La elaboración del PORN de Monegros norte (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales) es urgente para establecer medidas de protección de la sierra y otros entornos naturales de la zona septentrional de la comarca de Los Monegros.
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Árboles para siempre, ilusión y amor por la naturaleza
Árboles para siempre responde a «una fundación conservacionista que se une a la gran red mundial de personas decididas a trabajar por la protección y la restauración del medio ambiente de nuestro planeta». Desde el año 2015 llevan en marcha la iniciativa de reforestar una finca en la sierra de Alcubierre, buscando la recuperación de la zona. No solamente buscan plantar árboles, sino hacer un seguimiento: implicación y sensibilización. Mediante la educación ambiental pretenden llegar a las generaciones más jóvenes, una gran labor en la árida estepa monegrina que van consiguiendo. Una gran iniciativa de esperanza, ilusión y amor por los árboles, en definitiva ¡amor por la vida!.
Esta propuesta se ubica en un entorno rural agrario de cultivos de secano englobado en un entorno natural estepario, en donde siglos atrás la transformación a la agricultura provocó la deforestación de estas zonas, reduciéndose la vegetación natural a pequeños lindes, taludes o laderas de pequeños relieves (sasos o cerros), en los que podemos observar la vegetación potencial de estas zonas áridas (especies adaptadas a un clima crítico, con escasas precipitaciones e inviernos fríos y veranos muy calurosos), formada principalmente por vegetación herbácea (romero, tomillo, aliaga, sisallo, ontina, albardín) junto con algún pie aislado de sabina, encina o pino carrasco.
En las últimas décadas estos ambientes están otra vez en peligro, dado que el hombre está buscando adaptar este entorno natural a las demandas económicas que supone aumentar la productividad de sus actividades mediante la transformación de este territorio agrícola de secano a regadío, lo que supone un cambio en las condiciones climáticas (aumento de humedad) y por lo tanto la colonización de otras especies (alóctonas) de los pequeños reductos de vegetación natural existentes, hábitat de la fauna asociada a este entorno estepario.
Las fincas propuestas son parcelas agrícola de secano o parcelas de monte público en condiciones de abandono lo que ha supuesto la colonización de especies nitrófilas que están absorbiendo los nitratos y fosfatos residuales de la antigua actividad agrícola. Encontramos especies características de este ambiente estepario y de gran valor natural como la ontina, el sisallo, el lastón y el espino negro.
Debido a lo anterior expuesto, nuestra propuesta es muy seductora, dado que se propone un ambiente forestal en parcelas al pie de las laderas naturales.
Esta masa forestal supondrá un importante papel biológico y medioambiental, dado que a parte de las funciones de los arboles (captan la energía solar, mejorar el paisaje visual, producen oxígeno puro y absorben CO2 purificando el aire y reduciendo la contaminación), sirven de hábitat a numerosas especies de avifauna y en este caso además será una pantalla de protección de la ladera natural existente.
Concha Castellor
Portavoz de la asociación Árboles para siempre

Trabajan para la eternidad. Colectividades en Aragón. Alejandro R. Díez Torre.
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Resineros de la sierra
Costán Escuer Murillo publicó, en la revista Montesnegros, un interesantísimo artículo sobre los resineros de la sierra. Al parecer, en 1927 una familia segoviana se instaló en el monte de Perdiguera y se dedicó a resinar cerca de 30.000 pinos carrasco hasta 1940. De marzo a noviembre resinaban los pinos monegrinos, con un rendimiento bajo de unos tres kilos de resina por árbol al año.
Aún hoy, paseando entre los pinos, podemos encontrar pedazos de esos 30.000 tiestos que quedaron desperdigados por el monte. Pero no sólo son un pedazo de cerámica, son también los restos de una cultura y una forma de vida que aquí ya ha desaparecido.
Costán Escuer Murillo
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Conclusión
La sierra es un ecosistema forestal frágil pero con una gran potencialidad. Presenta un buen estado evolutivo y buena biodiversidad, representada con la presencia especies mediterráneas y submediterráneas. La apertura del pinar va posibilitando su sustitución por especies de sombra marcando la tendencia de formación de masas mixtas, evolucionando a un estado optimo de vegetación climática. Una mayor protección y un mayor conocimiento ayudarían en su preservación, sobre todo incidir en la necesidad de crear puntos de agua para la extinción de incendios forestales. La sierra de Alcubierre es uno de los mayores relieves de la depresión del Ebro y constituye toda una reserva natural, un pulmón, un oasis en el territorio semidesertico de Los Monegros que tenemos la obligación de preservar.
Bibliografía:
- Árboles y arbustos de Los Monegros. Jorge Serrano Bolea.
- Datos sobre la flora y vegetación de la sierra de Alcubierre. UDL, 1997.
- Descubriendo el monte de Lanaja (Sierra de Alcubierre).
- Ecología de Los Monegros, César Pedrocchi Renault. Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1998.
- El aprovechamiento del agua en Los Monegros.
- Fauna de una sierra en Monegros, Jorge Serrano Bolea. Editorial Prames, 1999.
- Interés florístico y geobotánico de la sierra de Alcubierre (Monegros, Aragón). Universidad de Barcelona, 1998.
- La sierra de Alcubierre, Joaquín Ruiz Gaspar. Proyecto Monegros.
- Las sabinas de Los Monegros.
- Los mamíferos en Monegros, Joaquín Ruiz Gaspar, Costan Escuer, Fotografía de Luis Gimènez Albero. Proyecto Monegros.
- Memoria de síntesis del mapa forestal de Aragón. Consejo de la protección de la Naturaleza de Aragón, 2004.
- PROCINFO, Decreto 118/2011. Plan Especial de Protección Civil de Emergencias por Incendios Forestales.
- Repoblaciones en la sierra de Alcubierre.
- Resineros en la sierra. Costán Escuer Murillo, Revista Montesnegros.
- Suelos y masas de Pinus Halepensis en la sierra de Alcubierre. Rafael Rodríguez, UDL 2008.
- Vegetación en Monegros. Ignacio Bilbao Porta, Proyecto Monegros.
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