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Ángel Calvo Cortes


Ángel ha forjado su vida muy ligada a su tierra, a esa aridez y falta de agua que tanto caracteriza y ha forjado Los Monegros. Tanto, que Ángel fue bautizado con agua de balsa del barracón, pues la iglesia estaba bastante destruida tras la guerra. Así, Ángel lo lleva en su impronta y es un enamorado de su pueblo Monegrillo, gente e historia que lleva en su corazón y ha sabido captar y transmitir en varias publicaciones.

Ángel nació en Monegrillo el 10 de febrero 1941, en casa Campi, en el nº 6 de la calle de Santa Cruz. Vivió algunos años en el nº 24 de la calle Mayor, cerca de las escuelas. Entonces acudía a las escuelas de párvulos que había en los bajos del ayuntamiento. A los cuatro años, en 1945, su familia se traslada a vivir a Zaragoza, a la portería de casa de los Peralta (el nº 3 de la Plaza de Aragón). Su padre era guarda de plantío, una especie de guardia rural que consistía especialmente en cuidar que los ganados no entrasen en los sembrados. Decía -si os quedáis aquí, todos pastores-.

A pesar de todo, Ángel nunca dejó de volver a Monegrillo a pasar largas temporadas junto a sus abuelos y primos, en calle del Rosario. Aquella casa la lleva grabada, hace poco realizó un plano de la casa y comprobó si coincidía, para ver si los recuerdos eran reales. Y así fue, todo coincidía.

De crio le gustaba escuchar a los mayores, aprendía de ellos, le decían que los chicos hablan cuando la gallina mea. Pero sobre todo atendía a lo que decía su padre -que fuese bueno-. Para Ángel, su padre fue todo un referente, siempre dispuesto a ayudar a los demás.

En aquellos tiempos la vida era dura, aunque no lo sabían, era la única que conocían. Jugaban con aros de tonel, iba al ganado, a labrar (Le gustaba mucho), cazaba conejos, se hacía la comida… y eso que solo era un crio. Al monte se llevaba patatas y tenían localizados los cados de conejos. Si los pillaban vivos, les rompían las patas para que no escaparan y se conservasen hasta la hora de comer. Una vez se dejaron las cerillas y tuvieron que comerse las patatas crudas, los conejos se los dieron a los perros. A la escuela, entonces, iba poco.

Las tardes de agosto caían como fuego del cielo. Se escapaban con las bicicletas para coger uva de las viñas o higos a las higueras. En verano el calor abrasaba a cualquiera. Bebían agua de balsa, había renacuajos, gusarapos…

En 1946, el 25 diciembre, fallece su padre, Andrés, a los 44 años de edad -Los tiempos son duros y toca espabilarse-. Con ocho años marcha definitivamente a vivir y estudiar a Zaragoza. Estudió en Alcorisa, en el año del frío de 1952, en casa llegó a estar a menos cuatro grados. Aquel año fue cuando quitaron la cartilla de racionamiento, aunque la comida seguía siendo escasa y monótona: garbanzos, sardinas, manzanas… Estaba en un colegio interno.

Después pasó al Seminario de Casablanca de Zaragoza y en 1964 se licenció en Teología por la Universidad de Salamanca. Fue ordenado sacerdote y prestó sus servicios en Fuentes de Ebro, Bardenas de Ejea; Santa Isabel y San Agustín. Ha impartido clases en las Concepcionistas y en Santa Ana y a partir de 1972 en el Instituto de Enseñanza Media Mixto 1, actualmente «El Portillo». En 1978, es nombrado Capellán del Colegio Mayor Universitario femenino «La Azaila» y ejerce como párroco en Pastoral Universitaria, San Rafael, en vía Hispanidad.

Ha publicado varios libros de teología, de cristología y eclesiología, para conocer la sociedad del hombre moderno “Dos minutos para ti” (2003) “En otras palabras” (2008) y ha participado en el libro didáctico, junto otros autores, “Religión Católica” (2003).

Escribe durante 18 años la hoja internacional «Eucaristía», es coautor de varios libros: una Cristología, una Eclesiología, con muchas ediciones en español y portugués; un tomo titulado «Para conocer la sociedad del hombre moderno», además de un libro de Pastoral rural en el que aparece una ilustración del oratorio del Rosario de Monegrillo. Igualmente, escribe los libros de texto de la editorial Edelvives para la ESO y Bachiller.  Colabora varios años en «Iglesia Zaragoza» y escribe también tres libros de bolsillo por encargo de la CAI titulados «En otras palabras». Ya en 2008, ve la luz su último libro «En otras palabras. Evangelio y vida abrazándose».

Es autor de varios artículos teológicos o históricos en la Revista Aragonesa de Teología y en varias otras.

Trayectoria personal Ángel Calvo cortes

Ayuntamiento Monegrillo

Con el comienzo de las autonomías, en una reunión en la Diputación Provincial de Zaragoza hablando de pedagogía y Ángel sugirió tratar la historia de cada pueblo. Aquello le animó a investigar y recopilar la historia de Monegrillo. Al poco, la Diputación creo un premio de historiografía local “Dormer”. La primera convocatoria fue declarada desierta, pero en la segunda se presentó y le dieron un accésit, era 50.000 pesetas que era bastante dinero para aquella época.

En el año 2000, publica “Monegrillo y su entorno: apuntes para una historia”, una obra de referencia para conocer la historia de la localidad Monegrina. En el 2003 colabora con el libro «Monegrillo y sus recuerdos y en el 2018 da a luz “Monegrillo en sus raíces”.

Ha tratado diversos temas, incluso el antiguo dance de Monegrilllo “Hay textos del antiguo dance, diálogos de moros y cristianos y dichos. El dance de Monegrillo, en el boto de Sutana ya dice que solo se podrá hacer baile sXVI. Su trabajo posibilitó recrear las piezas musicales y los textos del antiguo Dance de Monegrillo.

Imagen de Alejandro Laguna @alagunaZGZ

Recientemente, viendo que había muchas palabras que los chicos de ahora no conocían, ha publicado “El habla de Monegrillo. Vocabulario, frases hechas y literatura oral”: – Muchas palabras quedaron en desuso a partir de 1960, con el cambio del modo de cultivo, también cambió la casa, se dejaron atrás las cuadras y los corrales y muchas palabras se fueron dejando también atrás. Es una pena porque muchas palabras ya no se heredan De algunas me acuerdo a quien se las escuché decir. –

Querido y reconocido, en el 2000 fue pregonero de las fiestas de Santa Ana de Monegrillo y en el 2011 nombrado “Hijo Predilecto de Monegrillo”.

Siempre se ha manifestado dispuesto ante cualquier requerimiento que se le hiciese desde Monegrillo, ya fuesen misas de Santa Ana, del Rosario, en San Benito, Bodas, Bautizos, Comuniones, presentaciones, conferencias, mesas redondas…

Fue él quien, a petición del Ayuntamiento y tras el correspondiente trabajo de investigación, diseñó e impulsó la creación del actual Escudo y bandera de Monegrillo, con lo que se ha ganado para siempre un lugar privilegiado en las páginas de la Historia de Monegrillo.

Trayectoria personal Ángel Calvo cortes

Ayuntamiento Monegrillo

Para Ángel, Los Monegros, como territorio, es un entorno que ha condicionado su forma de ser, capacidad de trabajo, de sacrificio, de saber aguantar la dureza de la vida. El silencio, de oír un buitre, algún conejo que arranca a correr, la serenidad, una filosofía propia “p´al campo, idea”. Sin duda, estamos ante una gran persona que ha dedicado su vida a los demás, todo un ejemplo.

“Tu discurre, que la solución la tienes tú”.

El habla de Los Monegros según la lingüista Jeanine Fribourg


El habla de Los Monegros según la lingüista Jeanine Fribourg

 “El lenguaje de Los Monegros comporta diferencias fonéticas, morfológicas y sobre todo léxicas, frente al castellano”. Es una de las conclusiones que obtuvo la etnolingüista francesa Jeanine Fribourg en su libro “Literatura oral en Aragón (El dance de Sariñena y sus relaciones con los de Sena, Lanaja y Leciñena)”. A la autora, recientemente fallecida, honramos modestamente desde estas líneas por su gran compromiso con la cultura, la literatura y tradición oral y la etnografía de nuestra querida tierra monegrina. En este escrito se transcribe la parte del libro que caracteriza el lenguaje de Los Monegros, una forma de hablar que corresponde a unos “rasgos aragoneses”. En palabras de la autora el hablar el mal denominado “baturro” o “pueblerino”, a pesar de ser un “marcador de identidad”, ha sido históricamente “infravalorado”, solamente “revalorizado” en la expresión oral festiva. En los textos del dance monegrino se hallan características fonéticas, morfológicas y léxicas propios del aragonés, hecho que probaría que “en Los Monegros se conocía y comprendía el aragonés a principios del siglo XX” (Conte, 1977). Entre paréntesis aparece el año de los dichos, motadas o pastorada a que corresponde cada cita.

– Particularidades fonéticas:

Las vocales semicerradas “o” y “e”, tienden a cerrarse más; así, en palabras que acaban en –ado, la –d-, que en castellano se “fricatiza” entre vocales, cae, y la “o” final se cierra en “u”.

 “Terminado” se pronuncia “terminau” (1964)

“Enfadado” se pronuncia “Enfadau” (1964)

“Estofados” se pronuncia “Estofau”, “Alambraus”, “sulfatiaus” (1962), etc.

Cuando en una palabra de dos sílabas las vocales son idénticas, cae la consonante intervocálica (generalmente la “d” y la “r”), y las dos vocales se convierten en una sola acentuada.

“Para” o “nada” se transforman en “pa” y “na”, y en consecuencia “para él” dará “pal” (hay un agrupamiento de la preposición y el artículo).

“Todo” o “Todos” quedará “to” o “tos”.

“Todos los” quedará “tolos”.

“Pueden” quedará “puén”. (1983)

“Quiere” quedará “quié”. (1983)

“Tienes” quedará “tiés”. (1980)

La vocal “e”, sobre todo si se sigue de otro sonido /e/, ya sea en la cadena hablada, o en la misma palabra, tiende a cerrarse en -i-. Las dos -e- se contraen y dan -i-,  por ejemplo: “le he faltado” se transforma en “li faltau”(1981), “le he hecho”, “li hecho” (1983). “Me decía” queda “m´icía”(1983). (En este último ejemplo hay, además, caída de la -d-).

Cuando dos vocales idénticas se siguen en la cadena hablada una de ellas no se pronuncia; así “la acera” da “l´acera” (1981, 1983).

A veces, la caída de la -r- o de la -d- acarrea un cierre de la vocal -e-:

“Parece” se transforma en “paice” (1982)

“Parecen” se transforma en “paicen” (1981)

“Parecía” se transforma en “paicía” (1982)

“Parecían” se transforma en “paicían” (1982)

Y la –r- desaparece en el infinitivo de un verbo, cuando éste se sigue de un complemento directo, o cuando está en forma reflexiva:

 “Tenerlo” se transforma en “tenelo” (1982)

“Cornearlo” se transforma en “cornealo” (1981)

“Sentarles” se transforma en “sentales” (1982)

“Meterse” se transforma en “metese” (1981)

“Ganarse” se transforma en “ganase” (1982)

– La morfología

 La determinación de un sustantivo por otro sustantivo se hará sin monema funcional, el determinante sigue al determinado; la relación viene dada por la semántica de las palabras, por ejemplo:

No se dirá “En la puerta del relojero” sino “En la puerta el relojero” (1961) Del mismo modo:

Carretera la estación (1977).

A la altura Cachicorba(1977).

Por culpa los ensayos (Motadas, 1979).

En la terraza el casino (1980).

Cuando el verbo tiene un complemento de objeto,  sobre todo directo, está a menudo precedido de “en”. Según L. Barrios Chela (1981) “esta construcción la utilizan hasta los jóvenes” (El habla de los pueblos del Bajo Alcanadre).

Milagro en hará con un crío. (Pastorada, 1982)

Que se en deben de respetar. (1983)

Y en hablando de deportes. (1983)

Las palabras que empiezan por “des” pierden a veces la “d” inicial:“espellejadas”, en lugar de “despellejarlas” (1962).

Cuando dos – e- se siguen, hay elisión:

“Que el” queda “quel”.

“Que estos” queda “questos”.

“De esta” queda “desta”, etc.

En tiempos verbales encontramos “supiendo” en lugar de “sabiendo”, gerundio del verbo saber. En un texto de Sena se encuentra “tuviendo” que es “teniendo”, gerundio del verbo tener.  En un texto de 1939 aparece “las calzas se me caeban” donde “caeban”, imperfecto terminado en -ebancorresponde a “caían”, del verbo “caer”.

En “Moros y Cristianos” de Sena (1939) aparece “que va un hombredeván” donde “deván” corresponde a “delante”. En un verso de 1939 aparece “¿cómo le ha ido asti por casa?”, “asti” corresponde a “aquí”.

Se encuentra -ís, en lugar de -éis, en el presente de la segunda persona del plural: “tendréis” se transforma en “tendrís” (1979).

En el léxico se encuentran términos aragoneses como “zorrea”, “peluca”, “zarria”, “pifotera”, etc. Y es frecuente oír “un poquer” (1978,1981), para decir “un poco”.

Se conserva la forma antigua del artículo + adjetivo posesivo, “y les dije a los mis canes” (1939).

– Conclusión

Como conclusión matizo que a pesar del desprecio por la cultura propia, la constante asociación de “lenguaje mal hablado”, de inculto y “pueblerino” a nuestra amplia singularidad lingüística propia de la lengua aragonesa, es reseñable que a partir de unos relativamente recientes y escasos textos aparezca tal diversidad de características fonéticas, morfológicas y léxicas. Lejos de una errónea y despectiva denominación de “baturro” o “pueblerino”, nuestro pasado se escribe en la lengua aragonesa que, transmitida tras generaciones, hoy en día se encuentra en proceso de desaparición en nuestro territorio monegrino. Gracias a diferentes trabajos podemos comprender mejor nuestro pasado y la etnolingüista Jeanine Fribourg es un gran ejemplo de estudio, conocimiento y profesionalidad. El mejor reconocimiento que podemos rendir a Jeanine Fribourg es aprender y disfrutar de su obra, ¡hasta siempre Jeanine!.

Publicau en “ Os Monegros el 29 de enero del 2013.

– Documento relacionau:

Vocabulario de los dances de Los Monegros