Hubo un tiempo en que se planificó convertir el monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes en un penal. Una propuesta más que curiosa, en un lugar solitario, en medio de la comarca de Los Monegros y en un recinto completamente amurallado. Era cambiar radicalmente su idiosincrasia religiosa por la penitenciaria, aunque conservando principios de aislamiento llevados a la completa reclusión forzosa. Sin duda, uno de los muchos capítulos de los diferentes avatares que sufrió la cartuja monegrina en su trepidante historia y que nunca deja de sorprendernos.
La primera noticia, sobre el penal de la cartuja, apunta a la incipiente salida de una comisión, del Ayuntamiento de Zaragoza y acompañada del arquitecto municipal, “A fin de inspeccionar el edificio de la Cartuja de las Fuentes y estudiar si puede instalarse en él el penal de San José” (La Crónica de Huesca: periódico independiente de avisos, noticias e intereses morales y materiales: Año II Número 320 – 1893 marzo 2). Se refiere al penal zaragozano de San José, ubicado en el desaparecido Convento de San José de los Carmelitas Descalzos y que se encontraba en el margen derecha del río Huerva. El penal fue instalado en el convento de San José tras la desamortización española de 1835, en el cual fue nacionalizado.

El monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes también había sufrido la desamortización, en este caso la desamortización de Juan Álvarez de Mendizábal de 1836. Circunstancia que aprovechó Francisco Romeo Martínez de Bengoa, natural de Estadilla, para adquirirlo en 1841. Su hijo, el poeta Bernabé Romeo Belloc, heredó el monasterio con el propósito de transformarlo en balneario en 1877, inauguración que se realizó el 24 de junio del mismo año. Una aventura que acabó con la recisión de un préstamo al Banco Hipotecario de España en 1891, perdiendo la familia Romeo el monasterio que quedó vació y sin uso.
En ese limbo, en el que el monasterio pertenecía al estado, se ideó la propuesta de convertirlo en penal. Incluso se anunciaron el comienzo de las obras “Han comenzado las obras necesarias en la Cartuja de las Fuentes (Sariñena) para trasladar allí el penal de San José de Zaragoza” (La Correspondencia de España: diario universal de noticias: Año XLIV Número 12772 – 1893 marzo 25). Sin embargo, aquella información tuvo que ser desmentida pocos días después por el Diario Mercantil de Zaragoza “Un periódico Madrileño, La Correspondencia de España, publicó ayer un suelto asegurando que en Sariñena habían comenzado las obras necesarias para trasladar allí el penal de San José de Zaragoza. No existen tales obras ni mucho menos.” (La Crónica de Huesca: periódico independiente de avisos, noticias e intereses morales y materiales: Año II Número 342 – 1893 marzo 29).
Finalmente, la propuesta de establecer el Penal de San José en la Cartuja de las Fuentes nunca llegó a realizarse, pues “Los datos que la comisión trae pudo adquirirlos el Ayuntamiento mediante un sencillo oficio al alcalde de Sariñena. De ellos resulta que es imposible trasladar a dicha villa el penal de Zaragoza por los cuantiosos gastos que la traslación había de ocasionarnos.” (La Crónica de Huesca: periódico independiente de avisos, noticias e intereses morales y materiales: Año II Número 342 – 1893 marzo 29). No obstante, el cuerpo de la noticia, reseña algo interesante ya que encontraron una pequeña iglesia “Aquella comisión ha encontrado en Sariñena una pequeña iglesia que perteneció a la antigua Cartuja de las Fuentes y una gran explanada donde puede construirse de planta un soberbio edificio.” (La Crónica de Huesca: periódico independiente de avisos, noticias e intereses morales y materiales: Año II Número 342 – 1893 marzo 29).
Así, el cenobio monegrino fue adquirido por Mariano Bastaras Cavero en 1896, hasta su paso a manos públicas en el 2015. Sin embargo, la cárcel zaragozana del penal de San José fue trasladada en 1908 a la calle Predicadores, mientras el antiguo convento fue convertido en cuartel de intendencia (Cuartel de Operación) hasta que en 1971, incluido en la «Operación Cuarteles», fue vendido al ayuntamiento de Zaragoza. Lamentablemente fue derribado años más tarde (Martínez Molina, Javier (2009). Institución Fernando el Católico, ed. Aproximación histórica a la «Operación Cuarteles» de Zaragoza).
Sorprendentemente, esta no fue la única ocasión en que se valoró la posibilidad de convertir la Cartuja de las Fuentes en un recinto carcelario. Fue tras la Guerra de España cuando se planteó, sobre el monasterio, la propuesta de creación de un campo de concentración franquista. El documento de la Comandancia Militar de Huesca, Relación de los edificios que existen en esta localidad (Gemma Grau Gallardo. Recorrido Histórico por Sariñena. IES Monegros Gaspar Lax) dice así: “La Cartuja. Distante de esta villa 15 kilómetros, y del pueblo de Lanaja 5 idem, antiguo convento, aislado en pleno campo, que se halla cercado con una pared de más de 4 metros de altura y unos 120 de ancho por unos 200 de largo. En el interior existen varios edificios capaces para alojar de unos 700 a 800 hombres, con manantial y balsa de agua en su interior, propio para campo de concentración. Sariñena, 13 de noviembre de 1938.”
Afortunadamente, ambas propuestas no pasaron de meras intenciones, formando ya parte de la historia apasionada del monasterio monegrino que, tras tantos derroteros y vaivenes, luce esplendida en el corazón de Los Monegros con un futuro muy prometedor.
