Manuel Silgué Navarro lleva por nombre una tumba en el cementerio municipal de Sariñena. Su inscripción cuenta que murió a los 20 años de edad, el 1 de septiembre de 1936, en la batalla a la entrada de Huesca. Una tumba más que parece olvidada y que esconde una historia, a priori, difícil de averiguar, en cuyos entresijos nos introducimos en pro de recuperar su memoria.

Siguiendo su pista, en Sariñena no se ha encontrado su acta de defunción, pues su enterramiento debió deberse al encontrarse en esta villa el Hospital Militar de Sangre de Sariñena, entonces, quizá, aún del POUM. También se ha buscado en Tardienta, dónde se alojaban un ingente número de fuerzas de la Columna del Barrio y próxima al cerco de Huesca.
El periodista e investigador oscense Víctor Pardo Lancina detalla que si murió en Huesca es muy raro que lo enterrasen en Sariñena: “Quizá quedó herido y lo trasladaron hasta allí para ingresarlo en el hospital, donde murió. Pero esta posibilidad también es remota, ya que antes de hacer ese viaje podrían haberlo visto los médicos en Siétamo, Angüés o cualquier otro hospital de sangre en el camino. No obstante, sí hubo combates potentes en el entorno de la ciudad, ya el 31 de agosto.”
El parte de aquellos días refleja los combates de aquellos días, parte aportado por Víctor Pardo Lancina:
Diario de operaciones de la Circunscripción de Huesca durante el Glorioso Movimiento Nacional. Día 1 de septiembre de 1936. Desde bien de madrugada, la aviación y artillería roja preparan otro nuevo ataque general a la Plaza. Con el día se lucha sin cesar; los refuerzos llegados multiplicándose, al igual que la guarnición, luchan con denuedo y contienen al enemigo, al que se le originan muchas bajas. En las primeras horas de la tarde de este día vuelan, por primera vez, sin acompañamientos de cazas, tres grandes trimotores de bombardeo nacionales, cuya cooperación había sido solicitada el día anterior por la Comandancia Militar. La presencia de estos aparatos reanima a la población civil y a la guarnición. Bombardean con una potencia tal a las concentraciones enemigas que la Plaza de Huesca ve un respiro en dicha cooperación y el enemigo, sorprendido por dicha ayuda, se desalienta en parte, como luego se ha podido comprobar por diversos evadidos. El cerco de la ciudad va siendo cada vez más completo, quedando como única salida la carretera de Jaca, habiéndose guarnecido, aunque débilmente, las lomas N. y Sur de Cillas, en la parte más inmediata a dicha carretera. |
Es en el “Diari de Barcelona”, del 5 de septiembre de 1936, cuando sorprendentemente encontramos una amplia reseña a su fallecimiento. Así, averiguamos que Manuel residía en el Hospitalet de Llobregat, estaba afiliado a la UGT y fue destinado al aeródromo Alas Rojas de Sariñena. Al responder a unas de las primeras víctimas de la contienda, su fallecimiento causó gran conmoción y, aunque no pudo ser enterrado en su localidad de residencia, le enviaron un camión de flores a Sariñena:
Nuestra ciudad está revestida de duelo en estos momentos, por la muerte heroica de un miliciano, ciudadano de nuestra ciudad, el cual estaba en el aeródromo de Sariñena. Todos tenían la convicción que dicho ciudadano, Manuel Silgué Navarro, podría ser enterrado en nuestra ciudad, la cual cosa ha hecho una porción innombrable de ramos de flores y coronas fuesen depositadas en el lugar escogido para la capilla ardiente en el local de la UGT. En vista, que era imposible el transporte del cadáver del mencionado miliciano, esta misma tarde se ha requisado un camión con el cual serán transportadas las flores ofrecidas al compañero desaparecido para siempre.
Acompañan al mencionado camión una serie de afiliados a la UGT y al Partido republicano de Izquierda a la organización y partido a los cuales pertenecía. Con coche particular marchan sus familiares próximos. El despido del coche y de las ofrendas con los milicianos que le acompañaban, ha estado verdaderamente emocionante.
El rendido homenaje al compañero Manuel Silgué Navarro, piden a las autoridades no descuiden a su buena madre el cual era su único sustento. Nuestros ciudadanos encontrarán más noticias extensas de nuestro bravo miliciano a las páginas del periódico local de las Esquerres “Llibertat”, que probablemente saldrá dentro de pocos días.
Siguiendo la pista de Manuel por tierras catalanas, de la mano de Agustín Castellano, Can Riera Museu de l’Hospitalet Servei de Cultura Àrea d’Educació, Innovació i Cultura, descubrimos que Manuel Silgué Navarro en realidad respondía a Manuel Silué Navarro, una letra de más que muchas veces complica o impide la investigación. Así, sabemos que Manuel nació el 17 de agosto de 1916 en Nonaspe, provincia de Zaragoza, hijo de Doménec Silué Franc y Leoncia Navarro Suñé. Información que vamos ampliando gracias a Jordi Oliva, responsable de la base de datos del Cost Humà de la Guerra Civil a Catalunya: Soltero de 20 años, nacido en Nonaspe el 17-8-1916 e hijo de Domènec Silué Franc y Leoncia Navarro Suñé. Vecino de L’Hospitalet de Llobregat, calle Josep Prats Sanfeliu, 29, 2n 1ª. De profesión ebanista y afiliado a la UGT. Miliciano voluntario, ingresó en las milicias en Barcelona el 2 de agosto de 1936 y murió en Sariñena, probablemente en el Hospital de Sangre, el 1-9-1936 por heridas. Fuente: Centro Documental de la Memoria Histórica, PS-SERIE MILITAR, PSET, C. 196 Exp. 1275 (Subpagadoria de Barcelona). Nota: probablemente lo encontraríamos dentro «Subsidis de l’Arxiu Nacional de Catalunya», que es donde extrae la información Gonzalo Berger.
De esta manera aparece su ficha en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca: Ficha de Manuel Silue Navarro Signatura: DNSD-SECRETARIA,FICHERO,63,S0150857 Fecha creación: 1937 – 1977 Nivel de descripción: Unidad Documental Simple Código de referencia: ES.37274.CDMH/4//DNSD-SECRETARIA,FICHERO,63,S0150857.
Al final Manuel Silué Navarro queda menos olvidado en su tumba en el cementerio de Sariñena, abriendo una de esas ventanas a la historia, a la memoria en la que quizá podamos descubrir mucho más. Gracias al periodista e investigador Víctor Pardo Lancina, a Agustín Castellano, Can Riera Museu de l’Hospitalet Servei de Cultura Àrea d’Educació, Innovació i Cultura y a Jordi Oliva, responsable de la base de datos del Cost Humà de la Guerra Civil a Cataluny.
