
– Prendieron en Ginebra una fría hoguera:
cumplió condena el “impío” de Serveto
y Calvino dio el debate por muerto;
la ignorancia es ante la luz ceguera.
– Ardieron las ideas, Serveto es libre,
cesó el latido de su corazón;
aunque sin calcinarse su razón,
en sus valores está no olvidarle.
– Un penúltimo suspiro a Sijena
lugar monegrino, su monasterio,
su Alcanadre, ¡la belleza es eterna!.
– Un último suspiro a su familia
¡quema tanto la lejana distancia!,
abrasa más que la ya hecha injusticia.
Publicau en “ Os Monegros el 30 de junio del 2011.
Enlace relacionau: Miguel Serveto.
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