Alfonso de los Reyes González

Alfonso de los Reyes González fue jefe de las fuerzas de Aragón, de octubre de 1936 a febrero de 1937, durante la guerra de España de 1936. Además, fue jefe de la base aérea de Sariñena “Alas Rojas”. Un personaje histórico y a la vez bastante desconocido, a pesar de su gran relevancia, en el que nos sumergimos y nos adentramos en su vida y figura, la del teniente coronel Alfonso de los Reyes González.

Alfonso de los Reyes González. Cortesía Dorian L. (Dusty) Nicol.

Alfonso de los Reyes González seguramente nació en Figueras, Gerona, en torno a 1897. Hijo de Idelfonso de los Reyes Vidal y Concepción González Cárdenas, fueron tres hermanos: Concepción, Alfonso y Julio. Su hermana Concepción nació en 1898, mientras que algunas fuentes citan su nacimiento en 1896 y falleció el 10 de mayo 1982 en Cuauhtémoc, Distrito Federal, México, a la edad de 86 años. Su hermano Julio, según afirma su acta de defunción nació en Matanzas, Cuba, sobre 1899. En cambio, en su ficha del Registro Nacional de Extranjeros en México, Julio figura que nació en 1898 en La Habana, Cuba. En algunos documentos o escritos, Alfonso aparece con los dos apellidos de su madre González-Cárdenas como segundo apellido compuesto.

Graduado en la prestigiosa Academia Militar de Toledo, Alfonso de los Reyes realizó una rápida carrera militar. Como joven oficial del ejército español, luchó en el norte de África durante las campañas en Marruecos y posteriormente sirvió en la Legión Extranjera Española, siendo galardonado con medallas al valor. Participó, teniendo un papel activo, en un complot para organizar un golpe de Estado y derrocar a los españoles monárquicos. Al parecer El complot fue descubierto y pasó algo en una prisión militar en las afueras de Madrid. El rey Alfonso XIII le concedió un indulto, por sus numerosas medallas-.

El testimonio responde a su sobrina Isa de los Reyes, nombre artístico de Concepción Balcells de los Reyes. Sus memorias quedan recogidas en el libro Miss España en el exilio bajo el subtítulo La huida de Isa Reyes de la guerra civil española, Flamenco y estrellato en la Europa de 1930. La publicación es obra de su hijo Dorian L. (Dusty) Nicol y únicamente se encuentra publicada en inglés. Libro publicado por la fundación cultural Anglo Española Canada Blanch, centro de estudios contemporáneos sobre España. Una serie dirigida por Paul Preston quien además prologa el libro.

En palabras de Isa su tío Alfonso de los Reyes y González Cárdenas fue un hombre extraordinario que llevó una vida aventurera, romántica y altamente peligrosa. – Había vivido notoriamente en muchas partes del mundo, entre ellas Washington, D.C., donde conoció y luego se casó, tras dejarla embarazada y no sin mucho escándalo y publicidad, a la hija del embajador de Irlanda en Estados Unidos. Ella había muerto trágicamente en un accidente automovilístico poco después de su matrimonio. Su actual esposa, Elvira, era una belleza española, rubia y de ojos verdes y de quien parecía estar muy enamorado-.

Su segunda mujer, Elvira López Domínguez, era natural de Fréscano, Campo de Borja, Zaragoza. Nació en 1908 y fue hija de Aniceto López y de Emilia Domínguez.

Digitalización desde una copia de microfilm del Archivo General de la Nación de México. Registro de Inmigrantes Españoles en México. Archivo General de la Administración

Alfonso de los Reyes alcanzó el grado de capitán, acabando retirándose del arma de aviación años antes del inicio de la guerra civil española. Retirado del ejército, el 17 de julio de 1936, Alfonso de los Reyes, al frente de unos milicianos, ocupó las instalaciones del aeródromo del Prat al temor del levantamiento militar contra el gobierno republicano: -En previsión de un posible alzamiento militar, y desarboló, en unión de Díaz Sandino, cualquier posibilidad de sublevación de los aviadores en contra de la República. El teniente coronel Felipe Díaz Sandino era el comandante de las fuerzas aéreas en Cataluña y jefe del aeródromo del Prat en Barcelona– (La guerra del 36. Morera Corull, Arturo).

La necesidad de establecer un aeródromo en el frente de Aragón les llevó a Sariñena, en plena retaguardia del recientemente establecido frente de Aragón: El Aeródromo de Alas Rojas.

-El 2 de agosto, el ya comandante Reyes envía su patrulla a un campo improvisado en Sariñena, y el día 2 de agosto se instalaron allí los dos primeros aparatos de caza Nieuport-52, pilotados por los suboficiales del arma de aviación Jesús García Herguido y Jaime Buyé Bernis-

Morera Corull, Arturo. La guerra del 36.

La historia del aeródromo de Alas Rojas quedó recogida a través de una serie de artículos por el investigador sariñenense Arturo Morera Corull. Artículos publicados en Quio, revista de Sariñena y Los Monegros, los números del 22 al 32, del 21 de marzo de 1992 a febrero de 1994. Además, Salvador Trallero publicó en el 2011 el libro “Alas Rojas” aportando abundante material fotográfico.

El campo de aviación de Sariñena se enmarcó en la tercera región aérea de la república, con cabecera Barcelona comprendiendo Cataluña y la zona republicana de Aragón. Felipe Díaz Sandino fue jefe de la tercera región hasta al ser designado consejero de Defensa de Cataluña, siendo sustituido por Alfonso de los Reyes. Así, Alfonso de los Reyes fue jefe de la tercera región aérea de la República. El aeródromo contó con un capitán médico, Manuel Conde López.

En agosto de 1936, el escritor soviético Illya Ehrenburg entrevistó al comandante Alfonso de los Reyes fue entrevistado por la entrevista quedó reflejada en su obra Corresponsal en España. En dicha entrevista, Alfonso de los Reyes manifestó claramente su ideología comunista:  -… A las seis de la mañana, empezó a hacer calor. La compañía tomó posición y en el campamento se izó la bandera de la República. El comandante Alfonso Reyes me dijo: -Soy comunista. Hace once años que estoy en el partido y sé lo que es disciplina-. Tenía una cara huesuda y dura, y su risa era triste…- Parece ser que Alfonso de los Reyes perteneció al PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña), de ideología comunista.

Alfonso de los Reyes y el aviador Jesús García Herguido. Agencia EFE.

En otoño de 1936, Alfonso invitó a su hermana Conchita y sus hijas al campo de aviación. Con anterioridad se habían establecido en París, con pocos recursos, por lo que vieron que el aeródromo podría ser un lugar seguro. Conchita estaba casada con Ricardo Balcells Pinto, abogado, natural de las Islas Canarias, afiliado a la Agrupación Socialista de Madrid y miembro de la UGT y del PSOE. Durante la guerra civil, Ricardo se quedó en Madrid y fue jefe de Sección en el Ministerio del Estado (Fundación Pablo Iglesias). Así, que Conchita junto a sus dos hijas, Isa y Nuria, llegaron a Sariñena dejando el valiosísimo testimonio de Isa que nos da idea del aeródromo, del día a día y del carácter de su tío Alfonso de los Reyes:

Sariñena era un pueblo antiguo y próspero, situado no muy lejos del río Ebro. Pertenecía a la provincia de Aragón, que junto con las provincias de Valencia y Cataluña todavía estaban controladas por los leales. Mi tío Alfonso nos esperaba en la estación de ferrocarril. Vestía el uniforme de la Fuerza Aérea Republicana, con las estrellas y la trenza dorada en las mangas que denotaban su rango como Oficial al Mando y se veía tan guapo. Era de estatura media, pero delgado a pesar de la proximidad de la mediana edad. Siempre se mantuvo derecho, pero con una sonrisa fácil en su rostro delgado. El cabello negro azabache asomaba por debajo de su gorra y sus ojos marrones siempre estaban alegres, como si sonrieran ante una broma que solo él sabía. –

De la estación de Sariñena se dirigieron al aeródromo, pasando por la población monegrina de Sariñena: – Sariñena, un pueblo antiguo y de aspecto noble, encorvado contra un muro de rocas parduscas, tomando el sol. Los campos cercanos estaban bordeados de piedras bajas formando empalizadas, y dentro de sus recintos, manadas de toros y algunas ovejas merinas dispersas pastaban tranquilamente. –

Llegaron al aeródromo, a escasos kilómetros de Sariñena, cerca de Albalatillo, Isa aporta su paso describiendo la personalidad de su tío y la vida diaria del aeródromo durante su corta estancia, en la que nos podemos hacer una idea clara del aeródromo, instalaciones y funcionamiento. Describe como Alfonso de los Reyes y su mujer Elvira vivían en una casa dentro del campo y que a la vez servía de cuartel general

Los voladores que estaban estacionados allí bajo su mando eran un grupo mixto e interesante de hombres. Los más jóvenes acababan de salir de la Academia del Aire. Los otros, mayores y más experimentados, habían completado su formación en Francia o en Gran Bretaña. En su conjunto, eran un colorido grupo de hombres despreocupados que se tomaban con calma sus peligrosas misiones aéreas diarias y que parecían disfrutar del difícil trabajo que les había sido asignado a pesar de los peligros involucrados. –

Las memorias de Isa relatan como cerca de los hangares los aviones estaban alineados uno al lado del otro en filas perfectas y ordenadas. Los aviones los describe antiguos, en mal estado y muchos de ellos con falta de repuestos para su mantenimiento –Muchos de ellos eran excedentes de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, esos aviadores volaron en estos aviones para realizar sus misiones asignadas, día tras día, sin importar el peligro o el margen de seguridad cada vez más reducido. –

Alfonso de los Reyes maldecía los aviones que tenían en el campo de aviación, según Isa, su tío solía decir que – solo servían para chatarra. – Cuando llegaron nuevos aviones desde Madrid, tuvo una tremenda decepción – se dio cuenta de que apenas eran mejores que los que ya tenía a mano. –

Isa da cuenta del gran respeto que el coronel tenía entre sus hombres – era tan querido y adorado por sus hombres –, él mismo probaba cada avión que llegaba nuevo al aeródromo y se aseguraba que estaba en condiciones para volar. Cada vez que volaba, cuenta Isa, su mujer Elvira y la madre de Isa acudían a rezar a una pequeña capilla que había en el campo de aviación – Allí permanecerían, rezando a la «Virgen del Pila por su regreso seguro, hasta que una vez más desafiara a los extraños y aterrizara a salvo en la base. –

Parece ser que Alfonso de los Reyes contaba con una avioneta personal, una avioneta Hornet Moth amarilla. Dicha información consta en la documentación de la avioneta que actualmente se encuentra en el museo del aire.

Isa y su madre y hermana Nuria hacían vida en el aeródromo, cuando sonaba la campana acudían al comedor – un espacioso salón rectangular que había sido convertido en comedor. – Se sentaban algo aparte de los aviadores, pero aún sentían como contaban sus hazañas – El compañerismo que reinaba en ese lugar, especialmente durante las comidas, era contagioso. Las historias que relataban los hechos y aventuras acontecidos durante el transcurso del día se contaban y comentaban de mesa en mesa y todos compartían las vivencias felices, o más a menudo tristes, de las misiones del día. –

Durante una comida, Isa y su familia vivieron y sufrieron el primer bombardeo de la base aérea de Sariñena, fue tan de repente que no llegaron ni a sonar las sirenas ni a actuar las defensas del campo – Todo fue tan repentino, y todo sucedió tan rápido, que se sintió como una pesadilla. – El ataque produjo muertos, heridos y daños en hangares y aviones, el edificio principal sufrió varios daños y gran parte de su techo voló por el impacto de las bombas – a través de la enorme brecha en el techo, se podía ver una parte del cielo azul brillante desde el interior. –

Lo peor fueron los muertos y heridos – Los aviadores heridos yacían en el suelo debajo de bancos y mesas, y los que estaban gravemente heridos gemían de dolor. – Pronto llegaron sanitarios, probablemente del Hospital Militar de Sariñena, todo el mundo de la base se implicó en atender a los heridos, improvisaron camas de hospital y asistían a los heridos, a Isa uno de los médicos le indicó que ayudase manteniendo las teteras constantemente llenas de agua hirviendo.

El miedo se apoderó de Isa, madre y hermana, el aeródromo había dejado de ser un lugar seguro y decidieron abandonarlo. Arreglaron los papeles con el Consulado francés en Barcelona y pronto consiguieron las visas para poder pasar a Francia.

Después de cenar aquella última noche en el Sariñena, nos sentamos todos junto a la chimenea como de costumbre, pero vaya el jolgorio y la alegría que reinaba tiempos, cuando la música de guitarra y el canto duraban toda la noche. Ahora, en cambio, simplemente nos quedamos mirando en silencio las llamas, incapaces de borrar de nuestras mentes la tragedia de los últimos días. Los lugares vacíos a nuestro alrededor eran una evidencia muda y un recordatorio constante de aquellos entre nuestros amigos que se habían ido para siempre. A mi tío Alfonso le costó especialmente la pérdida de alguno de sus hombres, pero le resultaba más fácil aceptar su pérdida en combate aéreo que en tierra por bombardeo. Sintió como si los hubiera defraudado al no poder protegerlos.

Recuerdo nuestra última noche en la base. Todavía puedo escuchar los ruidos suaves y nocturnos que perforaron la quietud de la tarde, el canto de los grillos y las cigarras escondidos en los campos de trigo. De repente, de la nada, como pájaros negros monstruosos y malvados, aparecieron en el cielo las sombras de aviones enemigos en una misión de bombardeo. El sonido sordo y traqueteo de sus motores llenó la boca de mi estómago con angustia y aprehensión mientras volaban sobre nosotros, en camino a su objetivo. –

Antes de coger el tren dirección Barcelona, Isa junto a su madre y hermana se despidieron de su tío Alfonso de los Reyes y su esposa Elvira, se abrazaron y, – metiendo la mano en uno de los bolsillos de su gastada chaqueta de cuero de vuelo –, Alfonso de los Reyes sacó unas pequeñas medallas que colocó en las palmas de Isa y su hermana Nuria – Estas medallas son por ser tan bravas y valientes”, dijo, con su habitual sonrisa iluminando todo su rostro. Él y sus oficiales nos saludaron formalmente. Me dio un beso de despedida y nos subimos al auto y salimos de la base hacia Barcelona. –

Alfonso de los Reyes en el campo de aviación Alas Rojas. Agencia EFE, agosto de 1936.

El aeródromo continuó con su gran actividad, incluso celebró un festival organizado por el mismo comandante Reyes a beneficio del Hospital de sangre de Sariñena, teniendo lugar el domingo 13 de septiembre de 1936.

Buenaventura Durruti fue uno de los visitantes asiduos al campo de Sariñena, le encantaba volar en avión y con frecuencia pedía al comandante Reyes que le enviase un aparato a Bujaraloz para trasladarse a Sariñena (La guerra del 36. Morera Corull, Arturo).

En octubre de 1936, con la reorganización del frente, se estableció una Dirección General del Frente delegada de la Consejería de Defensa de la Generalidad en Sariñena. El comandante Reyes fue el elegido como jefe único de todas las fuerzas, con su cuartel general en Sariñena (La guerra del 36. Morera Corull, Arturo). Con motivo de su nombramiento, como jefe general de operaciones del frente aragonés, Reyes envió un telegrama, el 17 de octubre de 1936, al gobierno en Cataluña ofreciendo su cooperación entusiasta con el gobierno en defensa de la república y Cataluña. (Arxiu Nacional de Catalunya. AAP1010-2-T-1629. Fondos President Tarradellas. Correspondència emesa i rebuda (Arxiu contestat Clos-Mosny).

El 20 de octubre de 1936, durante los actos protocolarios de un entierro, Alfonso de los Reyes ya es citado como jefe de las fuerzas de Aragón: “Presidieron los actos el jefe de las fuerzas de Aragón, comandante Reyes, el coronel Villalba y el comisario de aviación Franco. Además de los cuatro muertos, resultaron heridos en el combate aéreo el capitán Boyer y los alféreces Jaime Buyé y Mariano Foyé (La guerra del 36. Morera Corull, Arturo). En esta línea, Arturo Morera recoge uno de los primeros actos documentados tras su nombramiento como jefe de todas las fuerzas del frente de Aragón, fechado el 17 de octubre de 1936 en Sariñena, – Un bando excesivamente enérgico en el que amenazaba a las personas que propalaran bulos o noticias falsas. Les prevenía de su inmediata detención, y de su fusilamiento si se les considerara facciosos por los Comités locales del lugar en donde se encontrasen. Como en tantas otras de sus actuaciones, el bando no da ninguna referencia a su consideración de jefe subordinado a la Generalidad catalana, como se desprende de la lectura de su encabezamiento. –


Don Alfonso de los Reyes y González de Cárdenas, comandante de Aviación y jefe superior de todas las fuerzas y milicias que operan en el frente de Aragón. HAGO SABER: Que por decreto del ministerio de la Guerra de 28 de julio próximo pasado fue declarada zona de guerra el territorio de la región aragonesa ocupada por las fuerzas de la República. En su virtud… –

El comandante Reyes, por convicción o por diplomacia, no quería aparecer ante las gentes de Sariñena y de las otras tierras aragonesas, como un exclusivo delegado de las autoridades catalanas. Los hombres de Aragón habían dado excesivas pruebas de su adhesión y entusiasmo en la lucha contra los enemigos de la República y había que respetar sus resquemores y desconfianzas ante la aplastante omnipresencia de catalanes en su tierra –

Morera Corull, Arturo. La guerra del 36.

En diciembre de 1936, Alfonso de los Reyes es ascendido al grado de teniente coronel (La guerra del 36. Morera Corull, Arturo).

Sariñena (Huesca), Agosto de 1936. Agencia EFE. El comandante Alfonso Reyes González rodeado de milicianos.

Sariñena albergó el Cuartel General del alto mando del XI Cuerpo de Ejército Republicano (La guerra civil en Sariñena). El XI Cuerpo de Ejército respondió a una Unidad militar creada el 6 de junio de 1937 y perteneciente al Ejército Popular de la República, adscrito al Ejército del Este. El XI Cuerpo de Ejército estuvo compuesto por las divisiones 26ª (Columna Durruti), 27ª (Columna Carlos Marx) y 32ª (La guerra civil en Sariñena).

El XI Cuerpo de Ejército, cubría el frente desde el sur de la ciudad de Huesca hasta el Ebro; su cuartel general se estableció en Sariñena y estaba bajo el mando del teniente coronel Alfonso de los Reyes, siendo su jefe de E.M. el comandante Ricardo Claveria Iglesias.

Arturo Morera Corull recogió la noticia de un “Acto simpático” que contó con la participación de Elvira, la mujer del teniente coronel de los Reyes, una entrega de juguetes a los niños de Sariñena y Albalatillo. En el cuerpo de la misma noticia se hace mención a Alfonso de los Reyes, a su carácter y reflejando su gran esquiva con los periodistas.   

Un acto simpático tuvo lugar en nuestra villa, el domingo 10 de enero de 1937. Por iniciativa de la agrupación de mujeres «Donas a la reraguarda» de Barcelona, y con la colaboración de muchas personas de Cataluña, se pudo proporcionar un día de alegría a toda la chiquillería de Sariñena. Se repartieron juguetes a todos los niños del pueblo, con la actuación previa de la Banda de música de Aviación, dirigida por el maestro Francisco Llop, en la entonces llamada «Plaza Roja», es decir, la plaza del Ayuntamiento. La distribución de los juguetes, contó con la meritoria ayuda de las muchachas de las Juventudes Socialistas y de las Juventudes Libertarias, presididas por la mujer del teniente coronel Reyes. Un día después, también se repartieron juguetes en la escuela de Albalatillo. La organización de los festejos corrió a cargo de la Oficina de Censura y Propaganda del cuartel General del frente de Aragón.

Uno de los periodistas que intentaron entrevistar a Alfonso de los Reyes tuvo éxito, y así pudo escribir en El Diluvio de 12 de enero de 1937 el resultado de su trabajo sobre el aeródromo de Sariñena. Copio uno de los párrafos de la entrevista que refleja la personalidad del jefe de la base: … El teniente coronel, jefe superior de Aragón, Alfonso de los Reyes, persona de una actividad y energía extraordinarias, evita cuanto puede las entrevistas con los periodistas. No dispone de tiempo ni es hombre de palabreta. Trabaja, da órdenes para todos los sectores del frente y prefiere que los hechos, siempre más elocuentes que las palabras hablen por él.

Morera Corull, Arturo. La guerra del 36.

Federica Montseny, ministra de sanidad, visitó Sariñena y el campo de aviación, En Sariñena dio un discurso en el Teatro Romea el domingo 31 de enero de 1937. Quedó reflejado en varios diarios de la época, «La Vanguardia» dio cuenta que el discurso se desarrolló – ante una multitud enorme que llenaba todas las dependencias del Teatro y a las plazas de Sariñena, donde fue escuchada por medio de altavoces -. A Federica Montseny le acompañaba el nuevo consejero de Defensa, el cenetista Isgleas.

El periodista Pere Foix, como jefe de la Oficina de Propaganda del Cuartel General, estuvo en el estrado junto a la Montseny. Finalizado el acto, la acompañó hasta el campo de aviación, por deseo expreso de la ministra, quien dijo tener mucho interés en visitar las instalaciones del aeródromo, Federica Montseny, anarquista de toda la vida, fue recibida con honores militares, y la Banda de música interpretó el «Himno de Riego», es decir, el himno oficial del estado republicano. El teniente coronel Reyes, le presentó, a continuación, a su equipo de aviadores.

Una vez que la ministro salió del aeródromo en dirección a la primera línea del frente, el periodista Foix, consiguió una entrevista con el teniente coronel Reyes. De buenas a primeras, le dice que de lo que más se habla en Sariñena era de su dimisión como jefe de las fuerzas del Frente de Aragón, y de la extrañeza que tal cosa había causado entre los milicianos y soldados. Y esta fue la contestación de Reyes que traduzco del diario Treball» del 4 de febrero de 1937:

No ha de causar extrañeza mi dimisión. Fui nombra do jefe del Frente de Aragón por delegación del entonces consejero de Defensa, coronel Díaz Sandino, en unos momentos en que el frente pasaba por una situación difícil y que, además, era necesario servir de aglutinante entre los diferentes jefes de columnas, que hasta entonces habían operado por su cuenta, debido al dinamismo de los primeros días. He conseguido con la ayuda y el buen sentido de todos, el dar el primer paso en la unificación del mando del frente. Una vez conseguida la misión, para la cual fui nombrado, y entendiendo que mi nombramiento era una cuestión personalísima del ex-consejero Díaz Sandino hacía mi persona, y además deseando dedicarme intensa mente al servicio de la Aviación, he solicitado y he obtenido del nuevo consejero de Defensa, el ser relevado de mi cargo de jefe superior de las fuerzas del frente de Aragón. –

A continuación, el periodista interrogó a Reyes, sobre la virtualidad de mantener el Cuartel en Sariñena. La pregunta parece preparada para que el teniente coronel Reyes, respondiera en el sentido de desear que nuestra villa dejara de alojar a los mandos del Cuartel General, ahora que él iba a cesar en el cargo de jefe superior del frente.

«Hombre, dijo Reyes -los Cuarteles Generales no han de estar mucho tiempo seguido en el mismo lugar. Se habría de evitar la intimidad entre el personal del Cuartel General y la población civil, entre la cual el enemigo puede tener a sus agentes de espionaje. Se ha de tener en cuenta, que en las poblaciones que ocupamos, quedan muchos fascistas desconocidos. Nunca está de más tomar precauciones».

Por esta declaración, se puede pensar que Reyes estuviera deseando que los jefes del E.M., que hasta entonces habían estado bajo su mando, se alejaran de Sariñena, en el momento que él perdía protagonismo por su cese. De esa manera, al mantener su puesto de jefe de la Aviación, Reyes, quizá esperara seguir actuando como «virrey» efectivo de nuestra población, dando continuidad a su papel preponderante desde que se instaló en Sariñena en los primeros días de agosto de 1936. –

El 28 de febrero de 1937, el teniente coronel Reyes fue cesado como jefe de todo el frente de Aragón, siendo sustituido por el teniente coronel Vicente Guarner. No obstante, Alfonso de los Reyes siguió manteniendo su jefatura de la 3 Región aérea y del campo de Aviación de Sariñena.

El teniente coronel Reyes volvió otra vez a tener mando directo sobre las fuerzas de tierra, concretamente de las tres Divisiones que componían el XI Cuerpo de Ejército: la 26 División (antigua columna Durruti), la 27 División (antigua columna Del Barrio), y la nueva División 32. En palabras de Arturo Morera, contrariando sus declaraciones hechas el 31 de enero, Reyes mantuvo su Cuartel General en Sariñena, – aunque es verdad que no permaneció mucho tiempo en nuestro pueblo, seguramente a su propio pesar. –

A mediados del mes de julio de 1.937, Reyes fue destinado al frente de Madrid al mando de un nuevo cuerpo de Ejército. En el mando del XI Cuerpo fue sustituido por el teniente coronel Gil Otero -Desapareció, pues, de la vida cotidiana de nuestro pueblo, el jefe del campo de aviación, tan ligado a Sariñena desde los primeros días de agosto de 1.936. –

Como curiosidad, Alfonso de los Reyes aparece en la relación de informes sobre militantes y dirigentes de partidos políticos y sindicatos, militares y cargos públicos elaborados por la CNT-FAI durante la contienda. Dicho informe, encontrado por el historiador Pau Vinyes Roig, aparece entre los documentos de la Causa General de Barcelona ciudad y provincia (FC-CAUSA_GENERAL,1586,Exp.7).

Informe sobre ALFONSO DE LOS REYES

Teniente Coronel en activo en el Ejercito del Este. Elemento que en los primeros meses de la Revolución demostró ciertas simpatías por la C.N.T. Destacado en el aeródromo de Sariñena, empezó actuar contra los elementos de la C.N.T. desplazándolos de todos sus cargos y de todos los sitios, en beneficio exclusivo del P.S.U.C.

Hoy elemento de absoluta confianza del P.S.U.C. prosiguiendo su labor contra nuestra Organización.

Individuo que tendría que ser desplazado y anulado militarmente hablando.

Con la ruptura del frente de Aragón, en marzo de 1938, el teniente coronel Alfonso de los Reyes, apunta Arturo Morera, mandaba las Brigadas Internacionales de la Agrupación –Lucharon con denuedo y tenacidad en la defensa de Caspe. Finalmente hubieron de pasar al norte del Ebro, siguiendo las órdenes emanadas del Cuartel General del Ejército del Este. El día 15 de marzo, el teniente coronel Reyes fue llamado a comparecer en Sariñena y recibió la orden verbal del general Pozas de que procediera a la inmediata retirada de sus tropas de Caspe a la orilla norte del Ebro.

En febrero de 1938, el historiador Jordi Oliva i Llorens constata la presencia de Alfonso de los Reyes González, como jefe de la 3ª Región Aérea, junto a la Plana Mayor de la Aviación del Ejército del Este, en el cuartel General instalado en los Comptals de Cervera (Cataluña). En la comarca de la Segarra existió un aeropuerto republicano, el campo de aviación del Aranyó. Cervera i la Segarra sota les bombes. Els bombardejos aeris damunt la comarca durante la guerra civil (1938-1939)).

De los Reyes ejerció como teniente coronel del Arma de Aviación y así figura en un documento firmado por él mismo a favor de Celestí Boada i Salvador, figura investigada por el historiador Pau Vinyes Roig (Llop Roig).

Arxiu Municipal de Santa Coloma de Gramenet. Cortesía Pau Vinyes.

En noviembre de 1938, el teniente coronel Alfonso de los Reyes es ascendido a Coronel de Infantería, entonces «organizador de la Aviación activa en Cataluña», por el ministro de defensa Juan Negrín López. (Diario Oficial del Ministerio de Defensa Nacional. Número 309. Barcelona, 25 de noviembre de 1938.)

Núm. 23.761

Circular. Excmo. Sr. : Vista la propuesta de ascenso formulada por el General Jefe de Fuerzas Aéreas a favor del teniente coronel de Infantería D. Alfonso Reyes González Cárdenas, por los destacados méritos y servicios en la actual campaña, durante el período comprendido desde el 15 de julio de 1936 hasta la fecha, como organizador de la Aviación activa en Cataluña, mandando después un Cuerpo de Ejército y posteriormente al mando de la tercera Región Aérea, he resuelto concederle el empleo de coronel de Infantería, con antigüedad de 5 de octubre de 1938 y efectos administrativos a partir de la revista del Comisario de primero del actual. Lo comunico a V. E. para su conocimiento y cumplimiento. Barcelona, 21 de noviembre de 1938. NEGRIN.

Con la finalización de la guerra, Alfonso de los Reyes se exilió a México a bordo del vapor Nyassa, que partió de Casablanca el 30 de abril de 1942 alcanzando Veracruz el 22 de mayo de 1942.

Alfonso y su esposa Elvira aparecen en el listado del Nyassa donde además figuran dos hijas del matrimonio María Antonieta y Angelita, hijas que no he podido confirmar.

4 septiembre 1942. (Arxiu Nacional de Catalunya. AAP1010-2-T-1629. Fondos President Tarradellas. Correspondència emesa i rebuda (Arxiu contestat Clos-Mosny)

Su sobrino Dorian apunta que Alfonso estuvo en una plantación en el Yucatán, cuya plantación era encargado el padre de Dorian. A partir de entonces, la familia perdió el rastro de Alfonso de los Reyes. No obstante, Alfonso figura entre los testigos de la boda de Isa y Leónidas, el 14 de noviembre de 1942, además aparece avecindado en República del Salvador 31 Ciudad de México.

Acta de matrimonio de Isa de los Reyes

Gracias a Javier Eusebio Sanchiz Ruiz, Investigador Titular y Doctor en Historia de México, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) Área de investigación: Historia Colonial, sabemos que en 1945 seguía reportando el mismo domicilio de ciudad de México y figura como su ocupación especifica la de aviador. En dicho domicilio vivía con su esposa Elvira López, su suegra Emilia Domínguez y sus cuñados Antonio López y Angelina López.

Finalmente, Alfonso de los Reyes González Cárdenas falleció en Guadalajara, Jalisco, el 14 de junio de 1964 en la casa número 1776 de la calle de Colonias, sector Hidalgo. La causa de su fallecimiento fue cáncer pulmonar. Figura como originario de Figueras (Es dato de declarante). 

Acta de defunción de Alfonso de los Reyes

Su esposa, Elvira falleció el 17 de agosto de 1972 en Guadalajara, Jalisco. Vivía en calle Hidalgo, 1351, sector Hidalgo. Ambos fueron enterrados en Panteón Colinas de Zapopan de Jalisco. Como hemos dicho antes, la madre de Elvira, Emilia Domínguez Aridtzibal también acabó en México con el matrimonio. Emilia sobrevivió a su hija y falleció en Guadalajara Jalisco, el 13 de septiembre de 1972, era originaria de Alcalá de Moncayo, Zaragoza. Igualmente, vivió con ellos su cuñada Angelina López su cuñada, casa con otro español, Juan José Armario Álvarez, en Acapulco el 12 de junio de 1945, acta en la que Alfonso figura como testigo.

Digitalización desde una copia de microfilm del Archivo General de la Nación de México. Registro de Inmigrantes Españoles en México. Archivo General de la Administración

Su hermano, Julio de los Reyes González fue militar profesional en España y estuvo casado con María Merino, natural de Santander (Cantabria) en 1896, con quien tuvo dos hijos Ana María y Julio. Tras la guerra fue encausado por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Juzgado especial número 3 (Ficha de encausado. Centro documental de la memoria histórica). Le faltaba la pierna izquierda y usaba una artificial. Exiliado también en México, donde llegó en avión desde Nueva York, el 7 de febrero de 1944, en calidad de Asilado Político. Julio falleció por cáncer a los 59 años de edad en ciudad de México, el 6 de octubre de 1958. Está enterrado en el panteón español de ciudad de México.

Isa escribió que su tío Alfonso era un hombre único con una personalidad única, muy querido y muy admirado por sus subordinados. Sin duda, estamos ante una gran personalidad, olvidada y perdida tras el exilio, ese exilio cruel que tanto ha borrado. Sirva esta pequeña reseña biográfica para su reconocimiento, reparación y dignificación.

Gracias a Javier Sanchiz y a Dorian L. (Dusty) Nicol. A Javier por su siempre estimable ayuda y a Dorian por su incipiente gran amistad que seguro deparará un gran éxito a “Miss España en el exilio”.

Recuerdos. Por Alfonso de los Reyes

Amanece. Entre dos luces se siluetean cuerpos semidesdibujados que recorren el aeródromo en todas direcciones. Nada de nerviosismo, pero sí una tremenda impaciencia para salir de dudas. La tropa, como un solo hombre, acata ciegamente las órdenes que se le dan. La prestigiosa figura del teniente coronel Sandino se ve rodeada por todo el personal del aire y de tierra y por los paisanos que con su presencia nos confirman cuál es la única y firme voluntad de la población civil en estos momentos de emoción en que la incógnita de la lucha va aclarándose a la luz del diáfano amanecer histórico. Todos esperan sus órdenes: unos para escrutar desde lo alto de sus aparatos el ritmo bélico de las calles barcelonesas; otros para alejar, carretera adelante, el probable combate del aeródromo y cooperar en la defensa de la capital. Unos cuantos—pocos— jefes y oficiales se sabe que «fallarán». Tropas adictas les vigilan, multiplicando su precaución hasta convertirse literalmente en sus propias sombras. El teléfono rinrinea constantemente, fiel diapasón del ritmo de la calle, del dinamismo en la lucha por la libertad. El pueblo del Prat, en masa, se ofrece para cooperar en la defensa del aeródromo. Aparecen las primeras figuras de la Revolución. Bolado, incansable, todo nervio, va y viene, ofrece ayuda, anima a todos, profiere improperios y muchas veces, por su exceso de celo, hasta diríamos que estorba; pero, así, precisamente, en este elocuente estorbar, se agigantan en él sus enormes posibilidades de hombre del pueblo, que lo pone todo abnegadamente, generosamente, al servicio de la causa libertadora. Varios pilotos cuyos nombres son de todos conocidos van destacando su recia figura republicana. No hay descanso; no se abandonan los puestos de piloto ni observador. Toma tierra un aparato y mientras se recarga, otra tripulación se incorpora, sube al aparato, surgiendo a menudo fuertes discusiones con los recién llegados, los cuales pretenden continuar su labor a toda costa. Irrumpen en el campo nuevos grupos de paisanos solicitando armas para defender la causa y se organiza el primer convoy al Parque de Artillería. Bolado es el alma. Van llegando camiones repletos de la preciosa carga humana: las Milicias empiezan a nacer. La resistencia de Barcelona va dominándose de una manera rápida y segura. La alegría del triunfo se refleja en todos los rostros; es como la sonrisa de la calle que poco a poco va familiarizándose con el júbilo indescriptible de los vencedores. El Presidente de la Generalidad, Sr. D. Luis Companys. visita el campo y felicita a todo el personal. Aún resuenan por las calles de la ciudad los últimos paqueos de las terrazas».

Orden de salir para Lérida al frente de una escuadrilla. «Alas Rojas». Nombre evocador, mil veces glorioso. En Lérida impera el caos revolucionario. La escuadrilla «Alas Rojas» empieza a actuar en el «frente» aún no establecido. Traslado a Sariñena para poder actuar más eficazmente en el apoyo de las columnas Durruti, Del Barrio, Ascaso, Trueba, Ortiz…, figuras cumbres de los milicianos y de la Revolución. Profesionales cuya fe en el triunfo, a pesar del caos inevitable de los primeros momentos, les convertía en verdaderos héroes de leyenda.

Diversidad de criterios. Concepto de la propiedad de las armas de guerra traídas de Barcelona que hacía imposible toda tentativa de colaboración. Recelos entre las diferentes columnas, entre no profesionales y profesionales. Atasco de la marcha triunfal sobre Zaragoza y Huesca. «Mis cañones y mis fusiles», se oía. «Te cambio un coche Hispano y dos motos por un avión. ‘ «Si me prestas una avioneta te presto una batería del 15,5». Infantilidad. Corazones de oro, pechos heroicos: buena fe siempre. Controles y Comités. Luchas para demostrar cuál es el más antifascista. Principios de disciplina en las columnas. Aeródromo de Sariñena, base de este ejemplo que fue extendiéndose. Se unifican las consignas: Bandera republicana como único símbolo de nuestra guerra. Y pronto—mayo de 1937—lo que pudo ser una tragedia se convierte en evolución paulatina de las unidades del frente. Y luego la creación del Ejército Popular con toda la fuerza admirable de su disciplina y de su estructuración cada día más eficiente. Un Ejército nacido del corazón del pueblo, ante cuya heroicidad la democracia mundial digna reconoce y honora a sus más invictos paladines.

Mi revista. Barcelona. 1936. 15 de julio de 1938.

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