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Parroquia de El Salvador de Sariñena


La iglesia parroquial de El Salvador de Sariñena, denominación oficial, responde a un soberbio edificio neoclásico, de cierta sencillez y claridad, pero con gran expresividad, evocando el clasicismo con sus magnas columnas toscanas. No es un edificio sin más, posee un gran valor arquitectónico y una gran historia, cuyo conocimiento, sin ningún tipo de duda, es una aventura apasionante.

Sus origines resultan difíciles de profundizar y, por qué no, de aventurar. Inocencio Cadiñanos Bardeci cita asentarse en una mezquita y en los materiales de una vieja atalaya mora. Realmente Sariñena se remonta a tiempos inmemoriales, pero lo cierto es que la actual iglesia se asienta en el solar de una vieja colegiata, descrita medieval por Javier Martínez Molina, en su tesis doctoral Arquitectura religiosa de la época de la Ilustración en Aragón: estudio histórico-artístico de la arquitectura religiosa de Agustín Sanz Alós (1724-1801) (tesis doctoral), Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2023, pp. 1399-1513. Tesis en la que describe la iglesia de Sariñena de dos naves, similar a la parroquia de Lanaja, más grande, pero que se hallaba en mal estado.

Remontándonos un poco antes de que Pedro I tomase Sariñena en 1101, antes de finalizar el siglo XI, en 1096, se cita una curiosa donación: La Almunia de la Reina “junto a Sariñena” con la torre que había allí y sus términos. Igualmente se recoge que el monasterio de Montearagón, tenía ciento cuatro iglesias bajo su jurisdicción, entre ellas La Almunia de la Reina “cerca de Sariñena” (Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón). Almunia originalmente designaba a un huerto o granja y por extensión a una finca campestre o casa de campo, no obstante, en Sariñena existen las partidas de Las Almunias, Almunias Altas y Almunias Bajas, dirección Castelflorite. Queda por precisar e investigar la denominada y desconocida «La Almunia de la Reina».

El 5 de mayo de 1093, un documento del rey Sancho Ramírez recoge las donaciones que se han incorporado a la abadía de Montearagón, entre ellas figura la “Iglesia de Sariñena con sus mezquitas” (Mur Sangrá, Lorenzo. Montearagón desde su creación al ocaso). Todo apunta que Sariñena dependía del monasterio de Montearagón.

«El monasterio de Montearagón contaba con abad, cuatro canónigos dignidades (enfermero, limosnero, sacristán y chantre) y seis priores, uno de ellos con el título de Sariñena.»

Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón.

Apuntamos también la cita de un siglo después, cuando en 1206 Martín de Lérida da al monasterio y a su hijo P. de Vinera y a S. Salvador de Sariñena una viña en Albar, término de Sariñena. (Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón).

No es hasta 1310 cuando aparece, propiamente citada, por primera vez la iglesia de Sariñena, en un documento de Ramón de Fontona, prior de la iglesia de San Salvador de Sariñena. Dicho documento da a treudo a Artal de Hunera, a Bartolomé de Cartaser y a Pedro Cebrián un huerto situado en el término de Reguano en Sariñena por el pago anual de 14 sueldos jaqueses. Se nombra tanto la avocación a San salvador como a la figura de prior, título eclesiástico para un superior, pero por debajo de un abad, en este caso del abad de Montearagón. Sariñena debía de responder a un priorato, como veremos más adelante, a un territorio con jurisdicción propia del prior.

El 4 de abril de 1328, un nombramiento del rey aragonés Alfonso IV, pergamino de 138, cita la iglesia: “Reunidos los consejos de la villa y aldeas de Sariñena en la Iglesia de San Salvador, nombran a Marco de Sena, jurado de Sariñena, Domingo Lo Pico, vecino de Monsalva y jurado de la comunidad de aldeas de Sariñena, como procuradores especiales para que les representen en las próximas Cortes que se van a celebrar en la ciudad de Zaragoza, en la que se coronará a Alfonso IV” (Cancillería, pergaminos, Alfonso IV, carp.218, nº170/ Nombramiento).

En 1330 es citado prior de Sariñena Pedro Jiménez de Sarasa.

En 1364 se celebra un acuerdo con relación a las ventas del priorato de la iglesia de San Salvador de Sariñena entre Juan de Fortges, prior de la villa de Sariñena, y los racioneros, capellanes y siervos de dicha iglesia.

En 1385 Raimundo, abad del monasterio de Montearagón, comunica al vicario de la iglesia de San Salvador de Sariñena y a su lugarteniente que ha concedido a Guillermo Gastón y a su mujer Marta la licencia para construir en dicha iglesia una capilla bajo la advocación del beato Nicolás, confesor, que estará situada entre la capilla de San Laurencio y la puerta de Santa María, dotándola con 1.300 sueldos jaqueses anuales para pagar al capellán, otros 14 sueldos jaqueses anuales para gastos diversos y 1.100 sueldos jaqueses más para su ornamentación.

El 2 de noviembre de 1390, Juan de la Raga, prior de Sariñena, administrador y vicario General del monasterio de Montearagón y todo el cabildo, donan a treudo perpetuo a Martín de Ipiés, vecino de dicho lugar, un palacio con su heredad que tiene la casa de San Andrés de Fanlo en Ipiés mas una viña, debiendo pagar para San Miguel de septiembre dos cahíces de trigo y uno de ordio, medida de Jaca, dando la cuarta parte a Sancha López de Bananguás o a sus hermanos. (Signatura: F/055. Fondo de pergaminos del Archivo de San Pedro el Viejo de Huesca. Lectura, estudio y regesta de María Dolores Barrios Martínez (2013)).

En 1400, el monasterio (Montearagón) da a treudo a Eximino Loarre, clérigo racionero de la iglesia de San Salvador de Sariñena, el molino del Rey, sito en el lugar llamado Huerto de Suso en el término de Sariñena, molino antes estaba atreudado a Ramón de Castro, el cual no pagaba el treudo (1390-07-12). El racionero era el prebendado que tenía ración en una iglesia catedral o colegial.

En 1402 Juan de la Raga, prior de Sariñena, vende a [—] de Lomperuello, clérigo y racionero de la iglesia de San Salvador de Sariñena, un bancal de tierra blanca llamado el Bimaral por 5 sueldos jaqueses anuales.

El cinco de enero de 1413, Martín Deza, como procurador de su madre y hermanos, vende a don Juan de la Raga, prior de Sariñena y administrador de la prepositura de Montearagón, dos palacios y una torre con su señoría y la cuarta parte del treudo de tres palacios con su señoría en Ipiés por 2000 sueldos jaqueses (Signatura: F/065 . Fondo de pergaminos del Archivo de San Pedro el Viejo de Huesca. Lectura, estudio y regesta de María Dolores Barrios Martínez (2013)).

En 1416 se da la colación de una porción vitalicia en la iglesia de San Salvador de Sariñena a favor de Pedro Bonet de Guderizdel hecha por el cardenal Juan, administrador perpetuo del monasterio,

En el mismo año, se produce la colación de una porción vitalicia en la iglesia de San Salvador de Sariñena a favor de Pedro Bonet de Guderizdel hecha por el cardenal Juan, administrador perpetuo del monasterio. Monasterio de Jesús Nazareno de Montearagón de Quicena (Huesca, España).

En 1423 Juan de la Raga, prior de la iglesia de San Salvador de Sariñena, da a treudo a Martín de Calvera y a su mujer María Jaima un huerto sito en el término de Sariñena por el pago de 8 sueldos jaqueses durante los cuatro primeros años y a partir de entonces por 12 sueldos jaqueses anuales.

En 1423 el canónigo y Prior de Sariñena Juan de Larraga dona varias heredades a Montearagón, siendo abad de este Sancho de Murillo. Sello de García Martínez Prior de Sariñena y canónigo Montearagonense (Revista Hidalguía número 253. Año 1995). También lo recoge Ricardo Del Arco de la siguiente manera: “Juan de Larraga, canónigo de Montearagón y prior de Sariñena, da a los canónigos del cenobio varias heredades en la villa de Montearagón, en Huesca y en Quicena, con la carga de celebrarle anualmente un aniversario en el mes de octubre. Año 1423.”

En 1454, una bula (Documento Pontificio) de Pablo III suprime el priorato de Sariñena “que se valuó en 500 ducados de oro (Archivo Histórico Nacional. Ciprés Sisín, Antonio. El castillo de Montearagón). Esto dejó la presentación de las raciones al prior y Capítulo de Sariñena y la institución al abad de Montearagón” (Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón).

En 1522 se realiza el Testamento de Francisco Gómez, clérigo racionero de la iglesia de San Salvador de la villa de Sariñena, otorgado ante Nadal de Farlet, notario real y apostólico, vecino de Sariñena. (– 1522-02-21. Sariñena ES/AHPZ – C_PERGAMINOS/000007/000009).

En 1525, el rejero y relojero Pedro Tecedor, fabrica las rejas de la capilla de San Antolín en Sariñena

En 1630 la iglesia de Sariñena es nombrada Iglesia colegial o colegiata, de acuerdo a la propia definición de la Real Academia de la lengua Española responde a la iglesia que, no siendo sede propia del arzobispo u obispo, se compone de abad y canónigos seculares, y en ella se celebran los oficios divinos como en las catedrales. De alguna manera, parece ser un tipo de templo que sin ser catedral poseía un cabildo.

En 1689, en los pleitos civiles antiguos del archivo histórico provincial de Zaragoza, aparece la “Ejecución a instancia del Licenciado Jaime Ferraz, como capellán de una de las capellanías fundadas en la iglesia colegial de San Salvador de la villa de Sariñena por los ejecutores de Domingo Varón y Costa, y de Alberto Vitales, infanzón domiciliado en dicha villa, como tutor de Juan Vitales, menor, y capellán de la otra capellanía contra los jurados, concejo y vecinos de la villa de Pertusa y lugares de Laluenga, Perdiguera y la Cuadrada, por impago de las pensiones de un censo” (ES/AHPZ – J/000763/0008).

En 1737, en el archivo provincial de Zaragoza se encuentra un documento que trata sobre «Firma a instancia del capítulo eclesiástico de la iglesia colegial del Salvador, de la villa de Sariñena, contra el venerable obispo de la ciudad de Huesca, sobre derecho de décima» (ES/AHPZ – J/014769/000002 -, sección Pleitos civiles modernos, por la Real Audiencia de Aragón).

En documentación en torno a 1790 de Juan Comenge, con la villa de Sariñena, se refiere al cabildo eclesiástico de su Colegial, igualmente al prior de la parroquia y el cabildo, además de citar el convento Nuestra Señora del Carmen de monjas carmelitas (Fuero alfonsino y fuero de población de Sierra Morena en los proyectos de colonización de la corona de Aragón en la segunda mitad del siglo XVIII. Enrique Giménez López).

Una pequeña descripción la aporta Pedro Bleca y Paul en su Descripción Topográfica de la ciudad de Huesca y todo su partido de 1792 «iglesia colegial, antiquísima, es de dos naves, que las dividen una columna y dos arcos grandes, y se cree fue, la una, sinagoga, y la otra, iglesia de cristianos. Su advocación es la Transfiguración del Señor, y el clero se compone de un cabildo de prior, vicario y trece racioneros patrimoniales, que se presentan a hijos naturales de la villa con el orden de primer misacantano por bula de Paulo In, en Roma, año 1543, y la renta de cada uno, que consiste en los diezmos de la villa y sus aldeas, que son Alberuela de Tubo, Capdesaso, Lastanosa, Pallaruelo, Castejón de Monegros y Valfarta, que dividen con el reverendo obispo de Huesca y rector de esta última, asciende a 4000 reales de vellón, teniendo a más el prior presidente del cabildo 500 reales de vellón. A más de las dichas hay cuatro raciones naturales para segundo vicario, organista, maestro de gramática, cantor y predicador, con algunas capellanías colativas y laicales, que se han reducido según el último plan del obispo, por ser tenues sus rentas. El cabildo usa sus armas, y en ellas ballesta, cordero, dos llaves y cuatro barras de Aragón.«

Volvemos a aquella colegiata que a finales del siglo XVIII, en 1787, no se hallaba en buen estado: “estrecha, poco ventilada, en sitio hondo y con fea figura. Estaba integrada por dos naves «de aspecto ridículo». La torre se hallaba en ruinas, los retablos podridos y las bóvedas agrietadas. No era posible ensancharla por lo que debía ser reconstruida de nuevo.”

Ante aquel deterioro, en 1790 el concejo sariñenense solicita la construcción de una iglesia de nueva planta, “tanto las autoridades locales como los clérigos, apunta Inocencio Cadiñanos Bardeci, solicitaron licencia para levantar una nueva colegiata en la que cupieran los numerosos vecinos del pueblo. Para esto había que aplicar diezmos, primicias y ciertos propios del pueblo. Los vecinos prometieron aportar los materiales y trabajar los días festivos.

El proyecto de reforma es encargado a Manuel Inchauste, el cual es rechazado por la Academia de San Fernando. En 1792, el prestigioso arquitecto zaragozano Agustín Sanz, discípulo de Julián Yarza Ceballos y Ventura Rodríguez, recoge la empresa y traza los planos del nuevo edificio de la futura colegiata de Sariñena. Casualmente, el proyecto también es rechazado por la Academia de San Fernando.

Pedro Bleca y Paul en el momento de realizar su «Descripción Topográfica de la ciudad de Huesca y todo su partido» recoge como en 1792 en Sariñena «Actualmente se está haciendo de nueva planta la iglesia colegiata por orden del Supremo Consejo, que ha mandado destinar a este objeto el sobrante de Proprios de la villa, contribuyendo también los partícipes de los diezmos, y será uno de los mejores templos de la diócesis».

Mientras, Agustín Sanz se enfrenta de forma directa a la Comisión de la Academia señalando como las rectificaciones que ha recibido de Sariñena carecen, en su opinión, de sentido. Así, en 1793 somete de nuevo el proyecto rectificado a la comisión de Arquitectura y es definitivamente aprobado. Los planos muestran un ancho templo de tres naves notablemente simétrico tanto en sentido longitudinal como transversal, con un breve crucero en el centro rematado en cúpula con linterna. La torre, queda adosada al presbiterio. Mientras, el retablo mayor es de claras líneas y gustos neoclásicos. Finalmente, el proyecto es aprobado con algunas modificaciones por la academia de San Fernando.

El Consejo da orden de inicio de las obras en 1795 y los trabajos se llevan a cabo bajo la dirección de Vicente Gracián, uno de los arquitectos de los más acreditados de Zaragoza. Primeramente, la vieja colegiata fue completamente demolida. En sus aleñados, persisten los arcos del viejo Casino de Sariñena, góticos o similitud gótica y que probablemente respondieron a dependencias anexas a la vieja colegiata y que tal vez podamos aventurar que fuesen las bodegas También aparece una ventana gótica o de apariencia gótica abierta hacia la pared de la actual iglesia con restos de un hipotético ábside de una posible primitiva iglesia y varios accesos a túneles de ignorado recorrido. Hay incluso quién señala que un originario convento de San Francisco se ubicó en dicho lugar.

Los cimientos se tuvieron que ahondar más de lo previsto y en 1800, para abaratar costes, la cara piedra es sustituida por ladrillo, pues la sillería estaba resultando demasiado costosa y la piedra de las canteras cercanas resultaba de mala calidad

Por ello, en 1801 Agustín Sanz se queja de la mala calidad de los materiales y la malversación de caudales. La obra es suspendida y ese mismo año muere Agustín Sanz. En 1808 se producen las mismas quejas y en 1808 la guerra de la Independencia (1808 -1814) acaba paralizando las obras.

La obra se reanuda en 1818 y se hace cargo el arquitecto Antonio Vicente. En 1829 se decía estar ya muy adelantada: “parece ser suntuosa y de mui buen gusto” y mientras duran las obras, como parroquia se hace servir la iglesia conventual de San Francisco. En esta línea se manifiesta Pascual Madoz 1845-1850 en su descripción histórico geográfica de la Villa de Sariñena: Para igl. parr. se ha habilitada la del extinguido conv. de San Francisco bajo el título de San Salvador. A esto añade: “es independiente, perteneciendo el curato á la clase de vicariato, y lo presenta la colegiata en el racionero más moderno, quе es á quien le corresponde por derecho. Su comunidad eclesiástica secular es de la clase colegial, componiéndose de 15 individuos, á saber: 11 racioneros presbíteros, otro presbítero beneficiado y 2 de menores. Hay además un conv. de monjas de la clase de priorato; un cementerio cutre N. y E. de la población en; paraje ventilado”.

Una obra que fue compleja, sobre todo por la falta de recursos, al igual que la reconstrucción del puente sobre el Alcanadre, pues así lo recogía José Torner en 1833 en el Diccionario Geográfico Universal: «En 50 años no ha podido concluir su iglesia colegial, principada a últimos del siglo pasado, bajo las trazas del arquitecto D. Agustín Sanz, ni en 6 poner una sola piedra en el hermoso puente de cantería que les destruyo el río, por no haber atendido a reparar el cimiento de una de sus pilastras. Este puente que estaba a ¼ de hora de Sariñena sobre el río Alcanadre, es de necesidad absoluta no solo para la villa, sino para todo el país.» (Torner, José (1833), Diccionario geográfico universal, t. 8, Barcelona).

En la primera mitad del siglo XIX se finalizan las obras y se produce la ceremonia de consagración de la colegiata secular de San Salvador de Sariñena. El Diccionario de Historia Eclesiástica de España apunta como a inicios del siglo XIX, Sariñena es una de las dieciocho colegiatas existentes en Aragón (Eran El Grado, Puebla de Castro, Aínsa y Boltaña en la diócesis de Barbastro; San Pedro el Viejo, Alquézar y Sariñena en la diócesis de Huesca y en esta provincia también Monzón, Albelda, Tamarite y Roda que pertenecían a la diócesis de Lérida). Sin embargo, en aquel primer tercio del siglo XIX la disminución de rentas que recibían las colegiatas las disminuye significativamente hasta nueve y entre ellas la de Sariñena. Javier Martínez Molina señala que el rango de colegiata lo perdió el templo a raíz del célebre Concordato de 1851 entre España y la Santa Sede, que supuso la reducción de la mayoría de colegiatas a simples parroquiales.

En ese primer tercio del siglo XIX las rentas que recibían las colegiatas se habían reducido enormemente en muchas de ellas. Canga Arguelles publicó 9 los avalúos de la Cámara de Castilla y ya omite los cabildos colegiales que en 1802 no llegaban a cubrir los puestos que quedaban sin proveer. En Aragón solo quedaban verdaderamente activos 9 cabildos colegiales: Sariñena, Roda, Monzón, Tamarite y Albelda en Huesca; Santa María la Mayor y Santo Sepulcro de Calatayud en la diócesis de Tarazona y Daroca y Alcañiz en la de Zaragoza.

Ricardo Del Arco fotografío en 1920 dos cálices en la iglesia de Sariñena (Cálices. Ricardo del Arco y Garay. Sariñena. Monegros – 1920. ES/FDPH – ARCO/1017). Son citados al describir a Juan de Quintana, abad de Montearagón entre los años de 1532- 1534: “del que por cierto hemos visto un hermoso cáliz de plata sobre dorada de estilo plateresco, con sus armas, en la parroquia de Sariñena. (ES/FDPH – ARCO/1017. Del Arco, Ricardo. El monasterio de Montearagón).

Ricardo del Arco los describe “La pieza que correspondería a la parte baja de un cáliz, presenta perfil lobulado con ocho cartuchos elevados decorados en su campo interior con guirnaldas y decoración vegetal «a candelieri» repujada y cincelada. Tipología muy similar a otras piezas conservadas de este periodo y en concreto a un cáliz de la iglesia parroquial de Loarre, que se completa con un nudo esférico achatado y copa lisa acampanada con crestería gótica”. En el almacén del Museo Diocesano de Huesca se conserva una basa de cáliz de plata sobredorada de estilo plateresco que presenta un pequeño escudete con inscripción que los identifica como donación del abad Juan Quintana. Del Arco vio y describió este cáliz completo en la iglesia parroquial de Sariñena, desde donde tras la Guerra Civil y la destrucción de parte del patrimonio de dicha iglesia pasó a los almacenes del Obispado de Huesca y de allí al Museo Diocesano. (Mur Sangrá, Lorenzo. Montearagón desde su creación al ocaso).  

Iglesia parroquial. Cálices. Ricardo del Arco y Garay. Sariñena. Monegros – 1920 ES/FDPH – ARCO/1017.  

«Ha sido nombrado beneficiado ecónomo de la colegiata de Sariñena, D. Delfín Soldevilla.«

El Resumen (Madrid), 14 de febrero de 1887.

La colegiata o iglesia colegial de Sariñena, de acuerdo con la documentación consultada, contó con la dignidad rectora de un Prior. Igualmente, repasando documentación antigua encontramos la advocación a San Salvador. Sin embargo, también encontramos que la plaza se denomina plaza del Salvador o que la actual iglesia es nombrada como parroquia de El Salvador o del Salvador. Javier Martínez Molina, autor del documental “Agustín Sanz, el arquitecto fiel” comenta que la plaza debería llamarse también de San Salvador, aunque también se puede decir El Salvador. Las demás variantes, tales como Plaza de El Salvador, del Salvador o Del Salvador Jesucristo, no proceden. Actualmente, la denominación oficial es “Parroquia El Salvador” mientras que la plaza consta como “Plaza Del Salvador”. Como curiosidad, durante la guerra de 1936 la plaza tomó el nombre de Fransico Ascaso.

Parte de sus archivos se destruyeron durante la guerra, al igual que el antiguo retablo, imágenes, figuras o la sillería del coro y otras pertenencias de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes (La guerra civil en Sariñena). Sacaron de las dos iglesias y capillas privadas sariñenenses las imágenes y ornamentos a la calle y en carros fueron llevadas a la orilla del río Alcanadre donde les prendieron fuego. José Zamorano Cabellud, en su declaración, señala: «Después de haber sacado las imágenes y ornamentos sagrados a la calle ordenaron a los vecinos que con carro las llevasen al puente del río Alcanadre y en la orilla de dicho río les prendieron fuego y seguidamente se incautaron de los negocios del pueblo.» Los hechos los podemos enmarcar el 24 de julio de 1936 según el relato, mencionado anteriormente, de Manuel Brosed Brosed (Víctor Pardo Lancina y Raúl Mateo Otal. Todos los nombres).

La cabeza de la talla de la Virgen de las Fuentes se salvó de la quema gracias a la Pomara, vecina de Sariñena que arriesgó su vida para conservarla (La talla de la Virgen de las Fuentes).

Una vez saqueada, se estableció un Garaje y Taller de reparación de vehículos y automóviles, Taller casa Ford. En su puerta principal existió un letrero colosal con la inscripción: UHP (Unión de Hermanos Proletarios). Tras la toma de Sariñena, por las fuerzas nacionales, el redactor Flecha relató «Hay restos de vehículos, grasas, herramientas. Sobre la fachada un gran parapeto de sacos terreros donde se escondían armas antiaéreas».

Efectivamente, en la torre de la iglesia se instaló un puesto de vigilancia, con armas antiaéreas y una alarma para avisar a la población ante los ataques aéreos. La señal de alarma se instala el 16 de julio de 1937: “Se acuerda publicar un bando avisando al vecindario la señal de alarma caso de un posible ataque aéreo contra esta población civil cuyo puesto de guardia se instalaba en la torre de la iglesia. También, a través de las actas municipales sabemos que el puesto debió de ser muy precario, quedando así recogido en el acta del Consejo Municipal de Sariñena del 4 de octubre de 1937. Da cuenta (presidencia) de que la vigilancia de la torre le es muy difícil prestar los servicios sino se instala una especie de cuarto que permita hacer la guardia evitando en lo posible el frío”

El de 1 diciembre 1937 se  acuerda la venta de las campanas: “Se da lectura a un escrito de la Junta de Defensa Pasiva sobre la venta de las campanas por su cuenta para atender a las diferentes necesidades urgentes que tiene  encomendadas a lo que el camarada Aznar propone que dicha venta sea por cuenta del Consejo y se facilite a la Junta de Defensa lo que se crea por conveniente en ayuda para los refugios una vez se cobre su importe y el resto repartirlo en los pobres de la localidad, siendo aprobada esta proposición”. Actas del Consejo de Sariñena.

Estando en la iglesia, llegó un hombre preguntando si tenían “matafuegos”, antiguos extintores: «En tanto que si tenemos, que si no tenemos, explotó el polvorín. Me contó muchas veces como había pedazos de carne pegados hasta en las paredes de las casas donde está ahora el portillo. Detrás del altar, contaba que se bajaba por una escalera a la cripta de la iglesia, que no llegaron a verla, ya que las linternas eran muy pobres de luz. Allí se oían ruidos, golpes y trajinar que siempre relaciono con la actividad del polvorín. La casualidad hizo que una hija suya se casase con un aragonés que trabajaba en Barcelona y volviera a tener relación con Sariñena.»   Testimonio de Francisco Martínez recogido por su nieto Javier López Martínez.  

En 1949 se presupuestaron los arreglos de la Iglesia Parroquial El Salvador y construcción de la Casa Rectoral. Regiones devastadas aborda el arreglo y reforma de la iglesia parroquial del Salvador de Sariñena, así lo denomina el expediente de reformas de Regiones Devastadas elaborado en 1954. Las obras tardan cinco años y contaron con un gasto de cerca de dos millones de pesetas «Totalmente reconstruida y restaurada», añadiendo una segunda torre que da más luz al interior del templo. Se puso una torre tras la guerra. El retablo fue realizado por los hermanos Albareda. Se construye se cierra el pórtico y se recrece el muro de los pies. La consagración e inauguración de la iglesia se llevó a término el sábado 18 y domingo 19 de abril de 1959 respectivamente. En 1964 son colocadas tres campanas, quitadas durante la contienda, y en 1969 se instala el órgano.

El retablo fue sustituido por ocho retablos realizados por los hermanos Albareda, como hemos comentado anteriormente: “Son piezas que imitan los estilos gótico, renacentista y barroco, destacando por su riqueza iconográfica y material el Retablo Mayor, un bello trabajo neogótico formado por predela, tres cuerpos de tres calles y guardapolvo, a la manera de los retablos afiligranados del siglo XV. Una talla de bulto redondo de Cristo Salvador preside la mazonería; a su alrededor, diez pinturas con escenas evangélicas”.

Como curiosidad, Eduardo Lagunilla en la Oficina de Proyectos de Zaragoza en abril de 1943 plan de ordenación interior pretendió unir las plazas. La iglesia de Sariñena había formado parte del conjunto urbano de Sariñena, con su pórtico abierto, con enormes verjas de hierro y una plaza y calle de mercado de edificaciones con porches abiertos a la plaza y la calle.

En el 2001 se realiza el proyecto de restauración cubierta: proyecto, expediente administrativo de la Iglesia parroquial de San Salvador y en el 2014 se remodela la cubierta y realizan actuaciones complementarias para evitar la filtración de aguas. El proyecto es de Joaquín Naval Más (Proyecto básico y de ejecución de la restauración y conservación de la Iglesia Parroquial del Salvador de Sariñena. Intervención de urgencia en cubierta (1ª fase): proyecto y expediente administrativo. Sariñena. Iglesia del Salvador 2012-2015).

Con la colegiata de San Salvador de Sariñena, Agustín Sanz abrazó, en su madurez, la nueva estética neoclásica, de la que fue uno de sus principales difusores en Aragón, siendo considerado el mejor arquitecto aragonés de la ilustración. En esta fase acometió proyectos tan relevantes como la Colegiata de Sariñena o el Cuartel de Convalecientes de Zaragoza. Actualmente la iglesia parroquial de Sariñena, ex colegiata, responde a un extraordinario templo neoclásico, a pesar de su inconclusa fachada.

De acuerdo con Javier Martínez, empleó un lenguaje inequívocamente neoclásico, hasta tal punto que su fachada principal, que fue parcialmente construida, se convirtió, con sus monumentales pórticos laterales de columnas toscanas exentas, en una de las más avanzadas de la arquitectura religiosa española de su tiempo, pudiéndose contemplar en ella la génesis del neoclasicismo aragonés en el ámbito de la arquitectura religiosa.

“Su llamativa e imponente fachada sorprende por portada adintelada precedida por un pórtico tetrástilo de orden dórico gigante, considerado por diferentes autores de una gran potencia visual y difícil de encontrar en la arquitectura española, a pesar de quedar cortado a la altura del entablamento y encontrarse cerrado mediante muros en la actualidad. La planta es longitudinal en forma de cruz, con 3 naves divididas en 3 tramos. La cruz se difumina relativamente en planta al haber sendas sacristías, de igual tamaño que los tramos de la nave, a cada lado de la cabecera, y un pórtico, a los pies, que ocupa todo el largo de la fachada. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos, lo mismo que los lados del crucero, ocupando el centro del mismo una gran cúpula con linterna sobre pechinas. Los tramos de las naves laterales, a modo de capillas, se cierran con cúpulas sobre pechinas. Las tres naves están separadas por grandes pilares achaflanados a los que se adosan pilastras de orden compuesto, jónico con guirnaldas, típico de la arquitectura clasicista aragonesa del siglo XVIII. Sobre ellas discurre un entablamento de gran desarrollo, pero de escasa molturación. Los vanos son en arco rebajado con vidrieras modernas, en las capillas del primer tramo, y ventanas en los lados del crucero. Éstos y los elementos estructurales constituyen la única decoración del interior.”

Descripción del SIPCA
Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés.

El orden toscano (en lengua latina, Ordo Etruscus, Ordo Tuscanus u Ordo Tuscanicus; en idioma griego, Τοσκανικός ρυθμός) no pertenece al grupo de los órdenes arquitectónicos griegos (dórico, jónico y corintio), sino que es la aportación etrusca a los órdenes clásicos. Deriva del dórico, del que es una simplificación, y fue utilizado en Etruria , Italia, en época anterior a la conquista de Grecia. Posteriormente fue adoptada y difundida por los romanos. Con el paso del tiempo, dado que los arquitectos renacentistas conocían mucho mejor el arte romano que el griego, el orden toscano también fue muy habitual desde el siglo XV (mucho más que el orden dórico que, prácticamente era desconocido y no fue recuperado hasta el Neoclasicismo).

Mi agradecimiento a Javier Martínez Molina por su ayuda en la elaboración de este reportaje, esperando que sus tesis nos descubra la gran obra de la iglesia colegial de San Salvador, poco valorada, por el desconocimiento, pero que espero, al menos un poco, ayude a dar luz este humilde artículo.

Francisco Javier Beltrán Calavera


Peñalbino hasta la medula, Francisco Javier Beltrán Calavera nació en Lérida, ciudad donde se atendían las necesidades sanitarias de la localidad altoaragonesa de Peñalba. Su padre, Francisco Beltrán era labrador y matachín, lo que llevó a Paco a escribir el libro “La matacía del tocino en Peñalba, Huesca”. Un libro que, a través de fotografías y de recuerdos de su padre, recoge la memoria del trabajo de matachín. Sin duda, Paco es un peñalbino de pura cepa orgulloso y gran conocedor de parte de su historia.

Paco en Gestiona Radio.

Su madre, Rosa Calavera tenía la tienda local “Casa la Rubia”, por la calle principal del pueblo dedicada al nobel aragonés Ramón y Cajal. Paco se ha criado en Peñalba, corriendo por sus calles, con la bicicleta y jugando al futbol por sus eras: -Después de salir de la escuela íbamos corriendo a jugar a las eras-. Entre los chico del pueblo y los vecinos entusiastas, sacaron adelante un equipo de futbol que años después subiría a la categoría  de regional  preferente “El CD.  Peñalba ”. Su afición al futbol marcó a Paco, como es conocido, en lo que ha sido y es parte de su vida profesional.  Paco escribió el libro “Peñalba, más de 50 años de fútbol” que se presentó conjuntamente con una exposición fotográfica de la historia de este deporte en el pueblo, dentro de una fiesta de todos los aficionados peñalbinos el 1 de Noviembre de 2013.

Del libro “Peñalba, más de 50 años de fútbol”.

-Se jugaba mucho por el pueblo-, con la bici llegaban hasta Valcabrera y la Valcuerna, donde se bañaban, iban por el monte y las balsas. En Peñalba existían varias balsas. Estaba la “Balsa Lugar”, apunta Paco, donde actualmente están las piscinas y al lado, donde está la pista de tenis, se encontraba la “Balsa Fraguada”. Existía la figura del aguador, este era el tío Julián, quien, con una cubeta tirada por un macho, una mula, iba repartiendo agua por las casas. Otras balsas respondían a la “Balsa Loren”, por donde tiene la granja  Carlos Reblet, la “Balsa Nueva”, cerca de donde actualmente existe un taller, y la “Balseta Hoguera”, donde se encuentran  los depósitos de agua potable del pueblo -El agua corriente comenzó a llegar a través de una tubería desde la salida de un  túnel por la zona de Alcubierre del canal de Monegros. Sería en torno a 1968-.

Dibujo de Peñalba, por Paco Beltrán.

El Barranco de La Valcuerna era un manantial, de críos lo cruzaban por una pasarela de piedras y cemento, un poco más abajo de las escuelas, y cuando bajaba agua se mojaban los pies. A la escuela iban a clases diferenciadas por sexo y agrupados por edades, Paco iba hasta con niños de cinco años mayores que él. Recuerda a los profesores y profesoras  Don José Til y Don Gabriel, la señorita Pilarín, etc….

La carretera nacional II, que en un principio pasaba por dentro del pueblo, era un continuo paso de vehículos, costaba mucho incorporarse y mucho más cruzarla, existía el dicho “Va a pasar hoy hasta el coche de Valfarta”, que era el coche que iba desde Valfarta  a Sariñera . La Nacional II atravesaba la localidad hasta que se realizó la variante de Peñalba, aproximadamente, en 1964. La Nacional II ha marcado mucho a estos pueblos, desarrollando actividad, tanto en hostelería, talleres y transporte. Celebre es el toro de Osborne ubicado en la localidad, de recuerdo en la Película de Bigas Luna “Jamón Jamón”, comenta Paco.

Peñalba desde la cueva Sabeta. Por Paco Beltrán.

Paco indica que: -ha habido muchos transportistas en Peñalba de forma autónoma, ha sido un pueblo muy dedicado al transporte, sin embargo ahora prácticamente se ha quedado con la referencia de algunas agencias como   Blascotrans , Carreras, Tisaire… que han dejado algunas de sus sedes de una forma u otra en el pueblo-.  

-Si a la  restauración nos referimos, también ha sido un pueblo con bastantes bares a los largo del tiempo ,  Bar la Mallena, donde paraba el coche de línea Zaragoza- Lérida, el Motel Aragón (al que siempre se le llamaba Hostal Aragón,  o simplemente el Hotel), La Ruta, el Trigal y el restaurante de Tomás Cacho al lado del silo. También estaba el bar de las Mañas, que era una fonda y además funcionó como pub. Actualmente, con la liberación de la autopista, la nacional II tiene bastante menos  circulación. Ahora, los bares del pueblo son La Posada y el Hogar del Jubilado con el salón social, y en verano también la piscina. Hubo un tiempo que el baile se hacía en la Cantonada, y cuando se tiró el ayuntamiento viejo, en el hueco que quedó en la plaza, hasta la construcción del nuevo, se hacía un envelado para el baile. Aparte de estos,  ha habido diferentes lugares en los que tocaron las orquestas para las fiestas-.

Mítico fue el Patxy, primero el Patxy I, en el antiguo cine Avenida, que a la vez servía como pista de baile -Acababa el cine y se quitaban las butacas transformándose en una discoteca-. Patxy responde a Jesús Ezquerra, quien con su mujer, Marisa Frauca,  llevaron primero el Patxy I, en el Avenida, y luego el Patxy II en la calle Horno, bocacalle con María Auxiliadora.

aco en la Romareda con la cadena Ser.

Paco marchó a estudiar a Zaragoza, donde realizó el bachillerato en los Escolapios, de la denominada entonces calle del General Franco y ahora llamada Conde Aranda. Estudió en la actual Facultad de Educación en la Especialidad de Ciencias Humanas y postgrado en Educación Física. Ha ejercido como profesor de educación física, siendo Técnico Deportivo Superior y director del colegio público de Garrapinillos “Gustavo Adolfo Bécquer”. Entrenador nacional de fútbol sala de 1ª División ha entrenado al Racing Delicias femenino y al Sala 10 masculino en  la división de Honor del futbol sala nacional.

Además, ha hecho algunos pasos en el periodismo deportivo, ha sido director de deportes en Onda Aragonesa Radio, Gestiona Radio y  comentarista de fútbol en Cadena Ser Radio Zaragoza, comentando retransmisiones radiofónicas del Real Zaragoza, y tertuliano deportivo en Aragón Televisión.

Igualmente ha sido presidente de la Asociación Nacional de Entrenadores de Fútbol Sala, seleccionador de la selección aragonesa de fútbol sala, con la que ganaron el campeonato de España (2001). También ha dado clases, conferencias – En muchas partes del mundo- sobre todo de futbol sala.

Desastre aéreo, por Paco Beltrán.

A Paco le gusta la pintura – Dicen que soy expresionista-. Ha hecho algunas exposiciones, una conjunta con la joven artista local Judith Lerín y otros artistas del pueblo. Paco es una persona activa, comprometido con su pueblo, gran forofo del Real Zaragoza y muy querido en su pueblo, Peñalba de su corazón.

Javier Murillo Bometón


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Niños jugando a las canicas

Por Najwa El Khalqi. Tercero de la ESO. IES Gaspar Lax.

Javier Murillo es mi vecino,  nació  en Sariñena el 29 de julio de 1955. Su padre Mariano Murillo y madre Julia Bometón, Mariano era agricultor y Julia ama de casa que murió hace pocos años con casi 100 años

Javier tuvo  una infancia muy divertida,  jugaba a lanzar las canicas, al futbito y también hacia natación. A él  le encantaba cazar y jugaba mucho al tiro de plato

En su época le obligaban ir a la iglesia entre semana. La luz y el agua iban bien pero de vez en cuando se cortaba y usaban velas hasta que volviese la luz. El agua siempre la tenían guardada o la iban a buscar a fuentes cercanas. Él fue a la escuela  hasta los 13 años, que luego fue particular, y salió a trabajar de albañil en Sariñena.

Se casó con su mujer Ester en Albalatillo  pero hicieron la boda en Sariñena, de viaje de novio se fueron a Córdoba y Ceuta. Tuvieron dos hijos Javier y José. Javier es deportista y participa en grandes competiciones de ciclismo. Y las tradiciones del pueblo era lo típico, menos lo de la peñas, pero lo pasaban muy bien

Los refranes que ellos utilizaban en esa época: «la creatividad es la inteligencia de divertirse».

Najwa El Khalqi .

Tercero de la ESO.

Javier Blasco Zumeta, el gran amigo de Los Monegros


Javier Blasco Zumeta es vecino de la localidad ribereña de Pina de Ebro, donde ejerce de maestro de primaria. Su gran afición es descubrir la extraordinaria riqueza natural de la estepa aragonesa, lo que ha propiciado el hallazgo de nuevas especies naturales. A finales de los noventa creo la “Asociación de amigos de Los Monegros”: con el objetivo de divulgar no un espacio degradado, sino un ecosistema maduro con una fauna y flora propias y originales, que son, simplemente diferentes.

Javier Blasco Zumeta, el gran amigo de Los Monegros

     En este artículo nos adentramos en la gran persona y figura de Javier Blasco Zumeta: conocimiento, sabiduría y la pasión de amar, comprender y divulgar la tierra que uno pisa.

     Javier me recibe gustosamente en su casa, lo cual agradezco profundamente, y pronto entablamos una agradable conversación sobre las sabinas, tema que a ambos nos apasiona. Me comienza comentando que sobre 1800 ya se protegía la sabina albar, los permisos que daban en Farlete dejaban cortar enteras la sabina negral, mientras que la sabina albar no se dejaba ni tocar; los pinos solamente se podían podar y se permitía recoger el romero como leña. Hablamos de tiempos en que las leñas era un recurso muy demandado, a la vez que escaso.

      En los taludes de la sierra de Alcubierre se visualizan estratos que indican carbón, restos de antiguos incendios forestales sucedidos en la sierra monegrina. El fuego es y ha sido un factor clave en la dinámica evolutiva mediterránea, favoreciendo procesos de regeneración. La naturaleza es un libro abierto y nos enseña su historia, hay que aprender a leer en sus páginas y así amar lo que aún desconocemos: estos secarrales llenos de vida conocidos como Los Monegros.

      Javier realizó el “Manifiesto científico por Los Monegros”, con una gran repercusión y respaldo en la comunidad científica. Javier ha realizado numerosos estudios e inventarios sobre flora y fauna: «se ha conseguido cambiar la percepción de la estepa, una comunidad ecológica de gran biodiversidad». El desconocimiento ha despreciado la estepa, aquellos eriales y rabiosos secanos de paso. El objetivo lo considera cumplido: se ha estudiado y se ha puesto en valor, pero aún queda mucho por hacer: ninguna especie endémica, ni hábitat, se encuentra protegido. Existen espacios protegidos, las saladas de Bujaraloz son ZEPA, por la protección ornitológica de especies como la avutarda y el sisón, no por los endemismos, la entomofauna, los líquenes, las especies gipsícolas, salinas…

“Es por ello necesaria una importante tarea de divulgación y es en ese contexto en el que se enclava esta página, que pretende ser sólo herramienta útil que acerque esta tierra a los interesados para, conociéndola, llegar a quererla.”

Amigos de Los Monegros

      El gusto por la naturaleza, por los paisajes agrestes y la soledad, Javier es un enamorado de la estepa. Ha tenido la virtud de mirar donde nadie miraba, de preguntarse que especie encontraba ante sus ojos y cuando no encontraba respuesta la trasladaba a diversos expertos especializados en cada materia, lo que ha dado píe al descubrimiento de nuevas especies a la humanidad. Una labor ingente digna de reconocer.

      La Retuerta de Pina es un paraje estepario que enseña el monegros de hace cien años, es su paisaje de referencia. En 1912 se subastaron 2.000 hectáreas forestales en lotes de unas 200 ha, lo que favoreció la conservación de una zona muy especial, donde se mantienen muchas aves esteparias. En la sierra, al ser una masa cerrada, solamente hay aves forestales, pero la proximidad de hábitats contribuye a la gran biodiversidad que esconde Los Monegros.

      Acabamos volviendo a hablar sobre las sabinas, que por Pina se empleaban para hacer estacas (emplaizados) para sujetar las ribas de las acequias o del río. En el Ebro aún permanecen postes de sabina, los colocaban antiguamente para la pesca de anguilas, hace ya más de 40 años. Con la madera de sabina se construían piezas para los pozos, iba muy bien la sabina, pues es muy resistente a la pudrición. Hablamos del falso mito de la armada invencible, un carpintero viejo le comentó que la sabina no servía de mucho, pues la pequeña tiene muchos nudos y las grandes están podridas por dentro.

     Javier ha recogido más de doscientas especies que los expertos han  clasificado, dando a conocer la gran biodiversidad monegrina en el mundo científico. Diversas publicaciones y trabajos atestiguan su gran capacidad de trabajo y difusión, ampliamente reconocido y distinguido, sin duda es el mejor amigo de Los Monegros. ¡Muchas gracias Javier!.

Enlaces de interés:

Javier Blasco Zumeta.

Atlas de aves y flora de la rivera. 

Zancarriana w