Amor por su pueblo, por su tierra. Orgullosa de sus Monegros, sus gentes, raíces, tradiciones y costumbres. Simoné ha sabido valorar y querer sus orígenes, de ello ha hecho gala, de la vida rural, del trabajo en el campo, con el ganado y los animales de siempre que no podían faltar en su casa. Una vida dedicada a los suyos, a salir adelante. Simoné, una chica sensible pero atrevida, valiente, luchadora, mujer coraje, con gran carácter y sobre todo querida por los suyos y querida por su pueblo. Sin duda, Simoné deja huella y sigue dejando la impronta de toda una sariñenense de los pies a la cabeza, de una guerrera que en Sariñena y en su amada laguna ha sabido encontrar su propio oasis a pesar de la dureza de la vida; con todos los suyos y los que faltan.
Simoné Andreu Serrador.
Simona Andreu Serrador nació en Sariñena el 30 de septiembre de 1946, en casa Tabolla/Taboya, actual calle Gasset, casa de su abuela Simona y su tía Pilar. Hija de Teodoro y Miguela, fueron tres hermanos: Teodoro, Teresa y Simoné. Su padre Teodoro se dedicaba principalmente al transporte, igual subía gente a la estación que llevaba un tocino al matadero, acarreaba mercancías a alguna casa o incluso Lanaja, o transportaba en su bulquete áridos y gravas para algún constructor. Mientras, su madre Miguela se dedicaba a hacer fainas varias por las casas.
Simoneta.
Era del barrio Alto de Sariñena, donde históricamente se encontraban las casas más humildes, los corrales, pajares y las llamadas Palancas; una de aquellas Palancas estaba donde estaba garaje Casabón, cerca de su casa. Por el barrio estaban muchos críos y solían enfrentarse con los del barrio Bajo, que eran de casas mejores. Los llamaban piojosos y se enfrentaban los unos con los otros encorriéndose a zaborrazos -pobres contra ricos-. A los del barrio Alto les defendía Joselín “El Moreno” -Joselín, que nos han dicho piojosos y que llevamos caparras- a lo que Joselín respondía -Esta noche a atacar- y por la noche bajaba toda la banda a enfrentarse con los del barrio Bajo. Cuando alguno recibía un zaborrazo en la cabeza, en la chichonera le ponían una perra gorda con un paño. Luego se gastaban la perra gorda en casa Blasito, donde iban a comprar regaliz. A la pastelería de Blasito solían ir a mirar el escaparate, a ver los dulces que tenía, -que bueno se veía todo, pero nada, solo mirábamos-.
Tenían un pajar camino Zaragoza, con vistas a la Laguna, donde desarrollaban parte de su día a día. Una vez le pusieron una vacuna y del efecto casi no llega al pajar, de la agonía que tenía. Cerca estaba el sifón donde se encontraba el lavadero y en un rincón, con leña, calentaban el agua para lavar en invierno. El lavadero tenía un tejadillo y aún queda algún resto de las losas.
Con cinco años contó con su primer oficio, su abuelo le dijo -tienes que ser la niñera de Antonio Huerva- pues las ratas suponían un peligro y no lo podían dejar solo. Así, que Simoné lo cuidó guardando guardia a la puerta de su habitación con un palo atenta para espantar a alguna rata atrevida que osase acercarse. A una que se atrevió, güen garrotazo le arreó.
Cartilla de escolaridad.
A Simoné le daba mucha vergüenza ir a la escuela con unas botas usadas que le dieron de un chico. Fue a la escuela de las monjas, de las que guarda muy buenos recuerdos. Aunque Simoné pronto se cansó de estudiar y se puso a trabajar de niñera en casa Torres. A los 12 años marchó a servir de niñera a Tarrasa. Su hermana Teresa, que tendría unos 17 años, ya había marchado antes de cocinera y prácticamente a hacer de todo. Simoné fue a parar a un chalet de lujo, Torre del Mer, a cuidar críos que casi eran de su edad, en una casa con jardín, piscina y huerto. Es en Tarrasa donde le cambian el nombre, dicen que Simona parece un nombre antiguo y que es más moderno Simoné, nombre que se le queda ya de por vida, aguda y con tilde en la «e» final.
Simone y Paca, mujer de Rafael Moreno.
Al año, una gran riada sacude Tarrasa por lo que Simoné coge miedo y decide volver a Sariñena. Aun así, vuelve a salir de Sariñena a los 14 años pasando algunos meses en Barcelona, igualmente trabajando como sirvienta. No tarda en regresar y una vez ya definitivamente en Sariñena, por un tiempo se dedica a limpiar el colegio de las monjas, el colegio de la Milagrosa. A Simoné le llama mucho su casa, su pueblo y comarca, le tira y le sigue tirando su tierra. Si le preguntan de dónde es ella, siempre responde sin dudar que ella es de Los Monegros, siempre orgullosa. Y cuando le dicen que aquí no hay nada siempre dice que aquí hay mucho, -¡mucho!-.
A los 19 años, Simoné contrae matrimonio con Miguel Bornao Millera, conocido como Migueler. Se casan en Sariñena y Simoné lo hace de negro pues hacía poco que se había muero Teodoro, su padre. Les casa José María, mosén copas y en el cine teatro Romea celebran un “pica – pica”. Luego, de viaje de novios marchan para Barcelona, en tren, a casa la tía Concha de Migueler, visitando algunas zonas de Barcelona, entre ellas el Tibidabo, pues perras había pocas. También visitan a la tía Teresa.
Boda entre Simoné y Miguel.
Migueler tenía algo de tierras y un par de vacas además de tener animales en casa y a parte iba a empresa, a las canaletas (al lado del cementerio) y otros trabajos. Con el bulquete iba a sacar enrona, sacar piedras, carreaba áridos, arenas y gravas para los albañiles con sus amigos Pedro “El Royo” y Mariano el de Potreta.
Por aquellos años viven en calle Los ángeles n.º 7. Simoné hacía lo que le salía, además de cuidar los abuelos que vivían con ellos en casa. Pili Bornau, hija de Simoné, recuerda como entre todos, abuelos y tíos, sumaban seis, y entre ellos Bernardo Millera y su esposa Vicenta Bornao de casa el Chiquilo y su hermana Julia, que estaba sorda como una tapia. Además, Simoné cose en casa de Soto, con Pilar Soto. En 1967 nace Miguel y en 1969 Sergio.
Simoné con Miguel y Sergio.
Simoné es una de las primeras mujeres en obtener el carnet de conducir, mucho antes que Migueler. Se lo sacó en 1969, ella fue la segunda tras Bienvenida Borruel, que fue la primera. Simoné llevaba el tractor hasta la finca y luego Migueler lo cogía para llevar a cabo los diferentes trabajos agrícolas. Migueler iba con el vespino que tenían.
Simoné conduciendo el tractor en la romería de san Isidro.
Luego fueron a vivir a la finca de Bancel, carretea Lalueza, de ganaderos y Migueler de tractorista. Se llevaron todos los animales, anqué solamente estuvieron 9 meses; regresando a su casa de la calle de Los Ángeles. Al tiempo Migueler obtiene el carnet de conducir.
Luego marchan a la finca de Balaguer, también llamada finca de los Pozos o Torres de Balaguer, que estaba al lado de las fincas de Cachicorba y Presiñena. Allí estuvieron tres años. La finca, fue de la familia de Antonio Torres, se la vendió a Balaguer, catalán, empresario que también construyó los pisos del Malibú y este llamó a la finca «Los Pozos», ya que se regaba bombeando agua de unos pozos, todo un adelanto hace 50 años.
Foto de familia Bornao Andreu.
Pili nace en 1973, el año que fallece Vicenta Bornao y en 1975 Gustavo, el pequeño de la casa. En 1976 regresan a Sariñena ya que se repartían los lotes, aunque estos fueron provisionales. Con el lote, el monte Saso Lasfitas (secano), la huerta y los animales de casa fueron tirando. La huerta la empleaban básicamente para los animales, alfal, panizo, panizo espeso, nabos, remolacha, cebada, trigo… Incluso aprovechaban las raíces de alfal, que la chafaban con la jada además de mallarlas en la calle para que se soltaran la tierra y las pudieran remusgar (rumiar) las vacas.
Igualmente, en casa tenían vacas de leche que ordeñaban todos los días y vendían. Tenían 14 vacas que cada día, a las 8 de la mañana, ordeñaban. A esa hora ya tenían a gente haciendo cola, pues la gente la iba a comprar con cantaros y botellas a casa. -Vendíamos leche, la puerta siempre estaba abierta para todo el mundo-, recuerda Pili aun sintiendo las voces de las mujeres que venían temprano a comprar y a charrar mientras se le servía la leche. Un día un abuelo le dijo a Simoné -No eches tanta agua- a lo que ella no se pudo contener en contestar -¡Eso es lo que hacía usted!-. La leche que no vendían en casa la subía en coche a la Rania. Junto a la de mariano Conte, fue una de las últimas vaquerías de Sariñena.
Migueler y Simoné.
Para Pili Bornao era una casa de mucho trabajo: “donde mi padre manejaba las tierras y las vacas, y mi madre vendía la leche y vendía lo que sacaba de la huerta. Cuidaba de nosotros, que somos cuatro. Aún veo volar la zapatilla por aquella calle, porque cada dos por tres hacíamos trastadas, que todavía hoy recordamos para reírnos” (Diario del Alto Aragón, domingo del 11 de noviembre del 2012).
En casa también tenían terneros, pollos, tocinos, vacas… y todo siempre bien limpio y desinfectado. Simoné llevaba la administración y organización de la casa. La casa la desinfectaban cada dos por tres con zotal, todo tenía que estar siempre bien limpio, restregaban con fuerza la ropa cuando la lavaban y los aluminios de las lecheras tenían que brillar -¡que no digan!-, recuerda Miguel Bornao. La casa la blanqueaban todos los años con cal hasta que en 1981 sacaron los animales de casa y los llevaron a la finca de la Laguna donde poco a poco se fueron haciendo vivienda.
A la cooperativa iban a moler y en el dyane 6 tenían que llevar pacas de alfal y paja y en el bulquete hacían viajes de fiemo. Sobre 1997 ayudó en la carnicería la catalana, limpiando patas de tocino y de corderas y tripas para hacer callos. Patas y tripas de cordero, las tripas las tenían que limpiar mucho, empleaban sosa; la sosa solo para las patas de cordero, las tripas y lo demás a mano. En 1997 se hace cargo del bar Luis, llamándole bar “A Lifara”, bar que regentan durante tres o cuatro años, Simoné con su hija Pili junto a Eli y Nicol. Hacían un montón de tapas y siempre estaba lleno.
En la calle los Ángeles siempre había tres corrillos, para las noches a la fresca, uno a la puerta de Liborio Cabellud y Dolorinas, otro en casa Simoné con los Morenos y Andrés Millera y otro más abajo, por donde telégrafos, con Olga Catalá. Rafaelito el Moreno le decía a Simoné que cuando fuese mayor se compraría caballos y así fue.
Siempre ha estado al lado de sus mayores, cuidándolos y aprendiendo de ellos, de sus anécdotas, historias, memorias y vivencias. Recuerda ver pasar mucho a Miguela la de la posada, con su viejo carretillo de la posada al huerto y otra vez de vuelta. A José el Gange, que iba mucho a visitar a su suegro y que contaban muchas historias de antes y Simoné los escuchaba mientras guisaba la comida. Le llegó a decir que comían hasta hierba. Unos vieron una mula muerta, estaba hasta hinchada, y del hambre se dieron la vuelta para cogerla y llevarse algo a la boca –hicieron fuego en una casucha y se la comieron-.
Su tía Manuela contaba historietas de la guerra, como cuando junto a 17 mujeres cruzaron la frontera por Figueras, Gerona, a Francia. Allí las llevaron con sus hijos a un castillo, donde las refugiaron. Mientras, a los hombres los internaron en el campo de Argeles. Manuela decía que una de ellas, de aquellas mujeres, era muy espabilada y que gracias a ella sabía cómo iba la guerra. Aquella mujer era María Moliner, a Manuela nunca se le olvidó. La cruz roja les llevaba comida hecha, hasta que un día ellas dijeron: –a partir de mañana no nos traigáis la comida hecha, traednos los alimentos que ya cocinaremos nosotras-, pues a los hijos no les gustaba como cocinaban las francesas. Una mañana, al abrir la puerta grande del castillo se encontraron abundante ropa y comida que la gente les había llevado, entre ello muchos juguetes que un hombre llevó para los críos.
Una noche, alguien llamó a la puerta del castillo, era el abuelo que había llevado los juguetes, pronto debían de huir, recoger algunas cosas y subirse a la camioneta, que los alemanes estaban cerca. Todas se subieron a la camioneta y el abuelo las condujo a la estación de tren donde las subieron a un vagón de madera. Un ferroviario las vio, pero el abuelo le dijo -Usted calle, estas personas van para España-. María Moliner se despidió del abuelo, mientras los críos lloraban por él, querían mucho al abuelo. Todas acabaron regresando a España. Se salvaron por los pelos, ya que por la mañana llegaron los alemanes. Del castillo de irás y no volverás, así lo llamaban.
Manuela, con 96 años con Paca y José Luis Ripoll tomándole la tensión.
Del marido de Manuela, Julián Cazán Morén nada se ha vuelto a saber de él, nunca lo encontraron, a pesar que con el tiempo Simoné gracias a la ayuda de Tere Lacerda, que hablaba francés, en vano trataron de averiguar qué fue de él. Su tío Manuel Serrador, de casa el Fraile, luchó en las Trincheras de Lanaja y Pili siempre recuerda que decía que lanzaba mandarinas en la guerra, –quizá por ser una niña, no quiso decirme que en realidad eran granadas-. Siempre decía que le silbaron muchos los oídos en la sierra, allí en las trincheras del lado de los Rojos, le silbaban por las balas. Nunca nos dijo si mató a alguien, se quedaba en silencio ante tal pregunta, que ahora no se nos ocurriría hacérsela.
A su tía Manuela le daban de comer lo que les sobraba en la casa que servía en Barcelona. Su marido trabajó haciendo el metro. Mosén Jorge le decía a Manuela que no se preocupase –no sufras Manuela, que estuvo muy bien cuidau-, aunque en verdad tras la guerra fue internado en un campo de concentración y nunca se supo nada de él. Manuela nunca supo la verdad.
Son muchas las historias que atesora Simoné, como las de aquellas mujeres que iban a buscar carbón a la vía: alguna hasta reñía por recoger el mejor carbón, recuerda Simoné. Su tía María iba junto a muchas mujeres del pueblo, luego algunas lo vendían -Si cogían alguna briqueta la compraban los ricos-. Entonces se iba a recoger muchas cosas, a respigar, o a escapotar panotas o escapotar el panizo. Recogían las panotas y en casa las limpiaban, les quitaban las cascarotas que se las quedaban para dar al ganado o incluso para hacer colchones.
Migueler y Simoné con el mondongo.
Por la calle de los Ángeles tenían un conejo que se les escapaba de casa, le cogieron mucho cariño y estaba muy gordo, se iba a otras casas donde siempre le daban algo de comer. -¡Manolo, Manolo!-, le gritaban para que volviese -déjalo, que ya volverá-. Manolo fue famoso por todo el pueblo hasta que un día ya no volvió. Estaban siempre tan rodeados de animales que incluso el médico don Nicolas decía: -Simoneta, si viene algún virus vendré contigo y tus animales, que los animales dan inmunidad-. A lo que respondía Simoné que ya estaban muchos en casa.
Simoné siempre ha luchado por Sariñena y Los Monegros, por la agricultura y los riegos, por el agua y contra el trasvase. Simoné ha luchado y continúa reivindicando un futuro para esta tierra que tanto quiere. Ha ido a todas las manifestaciones por el agua y siempre defendiendo a su gente. En una de aquellas manifestaciones en Madrid, por la problemática de las vacas locas, le dio su bolso a Migueler, lo cual dejó momentos muy divertidos. En aquella manifestación, Simoné sin querer se cayó al lado de las Cibeles, a lo que un hombre dijo -Señora no se queje, cualquiera no puede decir que se ha caído al lado de la Cibeles-.
«Simoné Andreu. 54 años. Sariñena. Huesca. Reclamo el agua que nos quieren quitar, porque en Monegros llevamos toda la vida esperando a que nos rieguen esas tierras tan hermosas. Este día servirá para algo, aunque el gobierno central no nos entienda, para que sepan que los de Aragón somos solidarios pero siempre que no tengamos tanta sed. Esperamos que haya pactos que nos deje contentos a todos. Y mira mi sombrero, estos son mis mensajes: Aragón, nobleza y bravura, hasta la sepultura; seré solidaria cuando Aragón no tenga sed; Ebro, las tierras de secano las tiene más a mano y Agua del Ebro para Los Monegros».
Cuando se comenzó a crear la cooperativa, Simonécon su marido Migueler apoyó a José María Paraled, aunque tenían pocas tierras, no lo dudaron. Igual apoyaron los primeros años de Femoga(Feria industrial, agrícola y ganadera de Los Monegros) y fueron los primeros en llevar animales, cuando era en las piscinas. Llevaron vacas para emprender la feria, siempre de la mano de Alfredo Cajal, el veterinario, quien llevó a cabo la feria. Luego, con el tiempo, fue Simoné quien promovió el concurso de fotos antiguas de Femoga, animando a que se recuperasen muchas fotos antiguas de Sariñena y de la comarca.
Simoné y el grupo de teatro «El Molino».
Ha participado en demostraciones y recreaciones tradicionales con el grupo Añoranza. Ha escrito diferentes artículos sobre costumbres y tradiciones que ha publicado en la revista sariñenense “Quio”; recuerdos y memorias que tenía miedo que se perdiesen. Ha hecho teatro con el grupo de teatro El Molino, haciendo de actriz y ha participado en numerosas obras como “Las Amargas lágrimas” de Petra Von Kant, “Yerma”, “la Zapatera Prodigiosa”, “Cianuro… ¿solo o con leche?”, y obras baturras con mucho humor que llenaban las plazas de los pueblos. Con el grupo de teatro realizaron el belén viviente movilizando a toda su casa.
Igualmente ha sido gran implicada en la romería de San Isidro y fiestas patronales. Aún recuerda lo que decía la Marrita -¡Ay chitetas, ay chitetas (Chiquetas)!, la ermita de Santiago llena de escorpiones y zancarrarrianas-.
Foto: Yegua Desancada, el Caballer y el mulo capado Carbonero: «Llegue desanclada, que tenía mal el anca (la cadera)».
Colaboró muchísimo con la creación del museo etnográfico de Sariñena y donó bastantes cosas. Tenía el número 5 de colaboradora, era muy atrevida yendo por las casas animando a que la gente donase objetos para el museo y cuando tiraban alguna casa, como la de Chin, acudían a ver que podían recuperar. Conserva unos ejemplares de la revista Crónica, de la época de la República, que durante la guerra permanecieron ocultos entre la paja de un pajar, en una caja de cartón recio, hasta que un albañil, al tiempo, las descubrió en unas reformas. Las tenía una mujer escondidas -El que descubrió el bulto al principio temió que fuese una bomba-.
También ayudó a Emma Cucalón con la recuperación del “Cabo d´año”, tradición que Simoné recordaba al ir por todas las casas pidiendo el cabo d´año, aunque algunas les mandaban de paseo otras les daban algo, una perra gorda. En casa de Calvete les daban mucho, recuerda Simoné.
En el 2012, Marga Bretos le dedica un precioso artículo en el Diario del Alto Aragón: “Simoné Andreu, una luchadora dotada de una energía envidiable”. En el artículo Marga Bretos no duda en definirla como “una mujer activa, muy cultivada tanto en experiencia como en el ámbito cultural; una mujer adelantada a su tiempo, amante de la familia, la lectura, el teatro, los animales, su pueblo y la cocina. Luchadora, constante y fuerte, todo un ejemplo a seguir.” (Diario del Alto Aragón, domingo del 11 de noviembre del 2012).
En el artículo se recoge el cariñoso testimonio de su hija Pili, resaltando que lo que de verdad la caracteriza es el humor que tiene: -Con mi madre, paso veladas de esas que te ‘mueres’ de la risa”-. También, matiza Pili -es “muy valiente, de esas mujeres que han sabido hacer ‘de un duro cinco’, y además poner todo su empeño en lo que se ha propuesto y conseguirlo-.
Simoné con niños y niñas del colegio de Sariñena.
Simoné ha acabado estableciendo su residencia en las inmediaciones de la Laguna de Sariñena, con su familia y animales, en su pequeño hogar y granja que es su propio paraíso. Cerca tenía el huerto su hermano Teodoro, que llegó a hacer una pequeña balsa donde puso una pequeña barca. La granja ha sido visitada en diversas ocasiones por los niños y niñas del colegio, conociendo los animales y el entorno de la laguna, con el afamado pony Peter Pan.
Un gallo de armas tomar
Hace un tiempo me acerqué a casa de Simoné y en tan bucólico lugar las gallinas campaban a sus anchas vigiladas por un gallo de lo más normal. Pero, al acercarme al pequeño jardín previo a la vivienda, vi como el gallo alzaba el corto vuelo propio de estos bichos y se posaba sobre la verja; no le di importancia hasta que me percaté que tenía aviesas intenciones. Inmediatamente se bajó de su observatorio y me impidió, claramente, la entrada a la casa. Cambié de táctica y me dispuse a entrar por otro lado para evitar la engorrosa situación, entonces la gallinácea hizo lo mismo y siguió con su plan defensivo.
De vez en cuando kikirikeaba amenazante, aleteaba y producía otros sonidos admonitorios. No creyendo lo que estaba viendo intente avanzar a pesar de todo y grande fue mi sorpresa cuando el animal me lanzó varios picotazos en mis zapatos advirtiéndome que no siguiera por ese camino. La cosa no fue a mayores porque Simoné oyó los kikirikis y salió a rescatarme, obtenido el salvoconducto de la dueña del volátil, este dejó de incordiarme y Simoné y Migueler me recibieron con la alegría que tienen las personas buenas y hospitalarias. ¡Qué cosas!
Manuel Antonio Corvinos Portella.
Siempre con las puertas abiertas en casa para todo el mundo, un carácter abierto, siempre había gente en casa. Pili Bornao se acuerda como algunos amigos de su padre iban a almorzar a casa: -porque a lo mejor ese día se habían ayudado en el campo, o llovía, y no se podía hacer nada, tan sólo cantar jotas-.
Decía Marga Bretos que Simoné es una mujer que brilla con luz propia, pero sobre todo una mujer muy querida por todo el pueblo: “Simoné es una persona muy querida, respetada y admirada en Sariñena, con muchas cualidades entre las que destacan la paciencia, afabilidad y hospitalaria como nadie”. Sin duda, Simoné es memoria de Sariñena, de la sabiduría popular transmitida generaciones tras generaciones, de técnicas, remedios tradicionales, refranes y un sinfín de historias. Pero ante todo Simoné es una persona muy querida en su Sariñena de su corazón.
Donde el sol despierta Sonríe la vida Y en Sariñena y su laguna Simoné es pura alegría.
En Sariñena, bajo el cielo azul, Simoné camina con paso sutil. Las calles susurran historias de antaño, De un pueblo que brilla con amor y cariño.
Las flores en los campos danzan al viento, Mientras ella sonríe, llena de aliento. En la plaza se oyen risas y cantos, Los ecos de amigos con los brazos abiertos.
Los atardeceres pintan de colores el horizonte, Y Simoné contempla, su corazón responde. Cada rincón guarda un trozo de vida, En Sariñena y su laguna, tierra querida.
Los aromas de la tierra son dulces y frescos, El pan recién horneado, los sabores honestos. Así es la vida en este hogar tan querido, Donde cada momento se siente vivido.
Así que, en Sariñena, con amor por bandera, Simoné florece como primavera. Un pueblo pequeño, pero grande en pasión, Donde Simoné aguarda en nuestro corazón.
Simoné Andreu Serrrador «Salamanquesa 2025», reconocimiento de «Os Monegros» por una vida de compromiso y amor a esta tierra.
Gracias a Marga Bretos, a Manuel Antonio Corvinos y muy especialmente a Miguel, Pili Bornao Andreu y a Simoné Andreu Serrador.
Simoné Andreu Serrador en el Diario del Alto Aragón, 25 de abril del 2025.
Por Jara Ballarín Cucalón. Tercero de la ESO. IES Gaspar Lax.
Cristina Andreu Lana nació el 24 de julio de 1940 en Sariñena, era hija única y sus padres se dedicaban a la agricultura.
Cuando ella tenía 6 años le dejaron empezar la escuela nacional hasta los 10 años, después de eso fue a la de las monjas, donde por la mañana hacía escuela normal y por la tarde les enseñaban a hacer labores, como coser o bordar, esto duró hasta sus 15 años. Después de esto, la llevaron a aprender a un taller de modistas, para conocer el oficio de la costura.
Los juguetes que solía utilizar eran los que le traían los Reyes Magos o en algunos casos los que le regalaban por su cumpleaños; los cuales solían ser muñecas de cartón o de trapo con pelo de verdad o de lana, cocinillas de aluminio o de cerámica, de vez en cuando le caía algún que otro costurero, y por supuesto juegos tradicionales (como ahora los llamamos).
A los 15, barría, hacía las camas, y los domingos con su abuela iban por las casas a dar leche con las lecheras (para las casas que no tenían vacas lecheras). Al ser hija de familia de agricultores, iba a hacer pequeños trabajos al campo, como recoger el producto o llevar comida a los campos o fincas donde se trabajaba. Y en la época de la siega se iba a la era a trillar.
En cuanto al agua no la tenían en las casas, la tenían que ir a coger a las fuentes que estaban en las plazas; por otra parte, la luz era escasa, solo una bombilla por habitación y de muy poco voltaje.
La vida en el pueblo era tranquila, salvo los días de fiesta, donde todos los habitantes salían a las calles a bailar, cantar jotas e ir al cine. La juventud de entonces se divertía a su manera, cada uno tenía su cuadrilla de amigos, con los que en San Isidro hacían más o menos lo mismo que ahora (montaban carroza y al mediodía iban a comer al campo), en verano como no había piscinas se iban todos al río. El 25 de julio Santiago se solían ir a refrescar y a merendar con unas gaseosas de pito.
Mi abuela empezó a salir con mi abuelo a los 15 años y él a los 18. Se casaron a los 23 y 26 años. Su viaje de novios fue a Barcelona y a Lérida, porque mi abuelo tenía un hermano allí, la boda fue muy amena ya que se casaron en la iglesia, y después lo celebraron en su casa, la cual es la misma que tienen ahora y fue una herencia de su padre. Mi abuela era modista, y hacía labores en casa. Tuvo solo un hijo, mi padre. La tradición que tenían por entonces era quedar todos los primos de mi abuelo que seguían en Sariñena, en su casa; algunos domingos.
Macario Andreu Torralba es un najino que conoce muy bien la sierra de Alcubierre, consciente de su gran valor natural y lo que ha significado a las generaciones pasadas. Con él la sierra se hace más grande, cada detalle, cada rincón o paraje que me descubre me sorprende y maravilla, se aprende mucho de las personas que sienten el territorio y lo transmiten.
En el mes de octubre dimos un paseo por la sierra, me hizo de guía para descubrir lugares que desconocía. Comenzamos la jornada hablando de las sabinas, de la Estiva, del paisaje, de cómo afecta la aplicación de fitosanitarios al hábitat… y de una senda oculta por la vegetación que encontré por casualidad. Hace días que me adentré por aquella senda, encontrando los buscados robellones, hasta que ya no pude avanzar más. Macario la conoce y me explica que es exactamente allí donde termina, que un poco más arriba, escondida, se encuentran los restos de una vieja aldea. Era la aldea “la Bruja” que fue habitada por un matrimonio de apariencia andrajosa y descuidada, cuya sola presencia asustaba a las gentes de Lanaja; abusaban del alcohol y pasaban los duros inviernos en la solitaria y recóndita aldea. Las aldeas son las casetas o masadas de piedra de la sierra, consistían en una pequeña zona habitable y un espacio para los animales de labor. Las aldeas las habitaban en las épocas de siembra y siega de los secanos, pasaban largas temporadas en verano. Las gentes segaban los campos, se hacía leña y alguna carbonera, por cada cerro se veían rebaños de cabras… la sierra, en estos montes monegrinos, estaba plena de vida
Pronto llegamos a Peñalbeta/Peñalveta, un conjunto de aldeas que se asemeja a un pueblo, pertenece al pueblo monegrino de Lanaja. Algunas aldeas sirvieron de posadas de arrieros y viajantes del antiguo camino Real de Zaragoza y en otras se intercambiaban los caballos de carruajes para que resistieran el largo trayecto antes de atravesar la sierra de Alcubierre. En lo alto de la sierra se encontraba “El peaje”, donde estaban los percherones, caballos que por su fuerza o temperamento servían para arrastrar grandes pesos y ayudaban a subir carruajes por Val Zaragoza.
En Peñalbeta resisten algunas aldeas, otras están caídas, la aldea de Macario, el Carlista, el Casero, de Juan Mariano, del Torralbes, de Hilario, de Quiterio, de los Pallarueleros, la posada de Lorda, el Borrachón y la iglesia a San Martín. No llegó a ser un pueblo, pues sus habitantes residían principalmente en Lanaja y aunque pasaban largos tiempos en Peñalbeta, los domingos iban a guardar fiesta a Lanaja.
Continuamos por Val de Lupo hasta encontrar el corral de l´Anica (La Nica), donde dieron muerte al celebre bandido Cucaracha. Se narra que fueron envenenados con vino y así les sorprendieron en la aldea, dicen que dispararon por una ventaneta, pero su forma tan cerrada hace poco probable aquella versión. Posiblemente, los civiles, se aseguraron que los somníferos actuasen profundamente para abatirlos una vez inconscientes.
El camino transcurre hablando de la toponimia, de palabras como “bitilaina” que es el Durillo (Viburnum tinus L) o la palabra “tollos”, forma de denominar la zona de los barrancos que discurre encajonado. Me descubre el “Buchal” (de boj: Buxus Sempervirens sp.) un barranco muy interesante por su belleza, su valor botánico, geológico y paisajístico. Cerca se encuentra el volador, un sitio para contemplar el amplio horizonte, lo maravilloso de la sierra es poder observar la provincia de Huesca, la sierra de Guara y los altos Pirineos. Cerca del Buchal está la aldea Lorda, cuya familia arregló la aldea después de la muerte de Mariano Gavín, el bandido Cucaracha. La rehabilitación fue muy ostentosa, superior a las posibilidades de la familia, dando pie a habladurías, pues la gente chismorreaba que quizá encontraron, en la vieja aldea, el último botín del Cucaracha y con el pagaron las obras.
Macario dinamizó, con otros najinos/as, la vida del lugar de Lanaja. Crearon la asociación F.A.L. (Fablans de Aragonés de Lanaja), elaboraron un diccionario de léxico aragonés en Lanaja (Escanero, Chesús Inazio, Lanaxa: a fabla n´o lugar nuestro, Fuellas d´informazión d´o Consello d´a Fabla Aragonesa, lum. 19, Uesca, 1980), realizaron inventarios de aldeas y han trabajado la etnografía local. Crearon un grupo senderista para recorrer, conocer y disfrutar la sierra e impulsaron un proyecto de actividades educativas en el monte para jóvenes. Es miembro del dance de Lanaja y gaitero. Un ejemplo de compromiso, con el respeto al medioambiente, con conocimiento e interés por su historia; de su gente, de su pueblo y de la sierra.
La sierra de Alcubierrre no deja de ser un lugar por descubrir y proteger, con una masa forestal impresionante, de gran biodiversidad y con unos paisajes espectaculares. Acabamos la mañana dejándonos mucho por ver, que hablar y por hacer, quedan días para disfrutar del privilegio de vivir en esta parte del mundo; un mundo tan grande donde querer lo más pequeño es hacer un mundo mejor: “pensando globalmente y actuando localmente”.
Publicau en Os Monegros el 11 de noviembre del 2014.
Da la impresión que simplemente es sólo una vieja tumba más, como otras muchas del cementerio de Sariñena, que parece permanecer indiferente, fría y abandonada, esperando que el tiempo termine de borrar su recuerdo. Pero pronto se descubre que no siempre ha sucedido así, sorprendentemente ha ido escapando del olvido y ha formado parte de la memoria colectiva del pueblo altoaragonés de Sariñena. “Estás muerta y no lo estás/ dentro de esta tumba fría/ descansa en paz hija mía/ que en tus padres vivirás”, hermosos versos escritos en su lápida han sido cantados en juegos infantiles y aún hoy en día, con cariño y añoranza, son recordados por las personas más mayores de la población. O como aquella madre que contaba a sus hijos historias de antes y entre ellas siempre la historia de «La Miliciana» cuyos versos les recitaba antes de dormir. Los mismos versos que aparecen en su lápida, compartiendo espacio con otras enigmáticas líneas: una leyenda brutalmente tallada que quiso borrar su memoria.
A golpe de martillo y cincel fue picada parte de la inscripción esculpida en la lápida de “La Miliciana” Elisa García Sáez. Según cuentan, sucedió a la entrada de las tropas sublevadas franquistas, suceso que dio paso al nuevo gobierno local. Las palabras de la memoria fueron desgarradas de la piedra, el odio destrozó el recuerdo y la rabia arrebató la dignidad y la libertad. El martillo, el cincel y también el tiempo nos situaron a distintas generaciones ante unos versos ocultos. Ignorábamos entonces que podían decir, nadie conseguía leerlos.
Es por el año 2010 cuando varias personas de Sariñena acudimos al cementerio de Sariñena en busca de la tumba de Elisa García Sáez: Eduardo Santamaría, Javier Roca, Miguel Salas y Joaquín Ruiz. Habíamos oído hablar del fascismo convertido en martillo, habíamos oído hablar de su leyenda borrada. Allí la encontramos. Destacaba su mármol blanco de versos picados. También su cruz, con la foto de la joven Elisa, fallecida el 24 de agosto de 1936 a los 20 años de edad. Era ella, «La Miliciana», tal y como en Sariñena la gente la había conocido.
Desde entonces, la necesidad de restaurar su memoria va creciendo. El intento por recuperar esos versos ocultos hace aflorar el deseo de conocer: ¿Qué fragmentos de historia nos iba a descubrir Elisa?, ¿Qué pedazos de historia se perdían tras los duros martillazos?, ¿Quién era Elisa García Sáez?… Nunca imaginamos que leer pudiese costar tanto, desoladora llega a ser la impotencia ante las ilegibles palabras que reiteradamente se habían tratado de leer. El fascismo quemó libros y ha picado palabras de piedra en un intento de borrar leyendas que al final las hemos hecho imborrables.
Elisa García Sáez por Cèlia Vallès Pi.
Investigando a Elisa
Iniciando nuestra pequeña investigación, de primeras nos ponemos en contacto Víctor Pardo Lancina, periodista e investigador de la memoria histórica de la provincia de Huesca, quien sin conocernos accede sin dudar a ayudarnos, asesorarnos y dirigirnos en la investigación. Así, pronto accedemos a su partida de defunción que Eduardo Santamaria solicita en el Registro Civil de Sariñena.
En dicha partida, podemos averiguar que Elisa García Sáez nace en el barrio barcelonés de Sant Andreu, el 22 de septiembre de 1916. Hija de Romualdo y Teresa. Su defunción había ocurrido el 24 de agosto de 1936, a diferencia de su lápida que apunta al día 25 en vez del 24 del mismo mes. La causa de su muerte responde a «Heridas sufridas en acción de guerra» siendo enterrada en el cementerio de esta Villa (Sariñena). La inscripción es realizada en el tomo 138(9), Folio 42. Como último domicilio conocido Barcelona, calle San Andrés núm. 411.
Curiosamente, su acta de defunción está registrada el 7 de marzo de 1981. Muy probablemente por el inicio de un acto administrativo o jurídico que motivase su correspondiente inscripción y registro en el Registro Civil de Sariñena de su acta de defunción y a tenor de lo anotado en el apartado de «Otros datos o títulos«: «Se practica esta inscripción en virtud de expediente gubernativo 61/80 seguido en este juzgado y aprobado por el Juzgado de 1ª Instancia del Partido por auto firme de 21.1.1981«.
Junto a su partida de defunción, se encontraba, adjunto, un escrito a la memoria de Elisa por parte del Sindicato Mercantil de Barcelona UGT. Así, supimos que Elisa había sido militante en el sindicato de la UGT en la fábrica Fabra i Coats y en 1936 parte al frente de Aragón como enfermera en una columna de la CNT. El documento se transcribe íntegramente más adelante.
A su vez, su registro en el cementerio municipal nos lleva a contactar con un sobrino de Elisa, José Puigdomenech, quien nos cuenta lo doloroso que fue su pérdida para la familia. Su muerte, especialmente se vuelve fuertemente dolorosa ya que días antes la familia había perdido a Josep García i Abad, tío de Elisa y carpintero de la CNT que, en palabras del historiador Pau Vinyes i Roig, fue una figura que muy probablemente debe de influir en Elisa en su decisión de marchar al frente. Pau Vinyes i Roig recoge sobre Josep que es herido el 27 de julio de 1936 e ingresado en el Hospital Provincial de Lérida: «Con una segunda expedición de heridos, procedente de Caspe, donde murió el 8 de agosto de 1936, después de una agonía debida a las heridas recibidas en combate. La Rambla de Sant Andreu de Palomar durante la República en guerra se llamó paseo de Josep García» (Vinyes i Roig, Pau. Elisa García Sáez. Editorial Llop Roig).
La historia de Elisa nos lleva a coincidir con el historiador de Sant Andreu Jordi Rabassa Massons, quien también se encontraba siguiendo la pista de Elisa García Sáez. A Jordi la existencia de Elisa le había llegado por medio de Iván Miró, activista y historiador del cooperativismo quien había encontrado una noticia sobre Elisa en la publicación «Acción Cooperativista» (núm. 696 del 4 de septiembre de 1936), noticia que más adelante se desarrolla.
Una historia que enseguida engancha a Jordi Rabassa y que pronto va ampliando la familia de investigadores en torno a la figura de Elisa, con Pau Vinyes i Roig y Xavier de la Cruz. Especialmente Pau Vinyes i Roig, quien acaba desarrollando la biografía completa de Elisa García Sáez en el 2025 bajo la editorial «Llop Roig. Libres i Cultura». Una obra que recoge un gran trabajo de investigación y búsqueda documental en archivos y hemerotecas reconstruyendo gran parte de la vida de nuestra miliciana: «Elisa García Sáez. Cooperativista y miliciana antifascista» .
Elisa es hija de Teresa Sáez Martínez (Lorca, Murcia) y Romualdo García Abad (provincia de València), precisa Jordi Rabassa, siendo la más grande de tres hermanos: Elisa, Josep y Francisca. La familia vive en Sant Andreu del Palomar, entonces denominado «Harmonía de Palomar«, concretamente en la calle de la Sagrera número 100, donde, en palabras de Jordi Rabassa «la familia se había trasladado hacía poco desde la antigua casa de la calle Gran de Sant Andreu (Número 411) tocante con la calle Campeny».
Elisa trabaja en los almacenes de La Sagrera de la Fabra i Coats. Pau Vinyes concreta que es en La Española: «fábrica filial de la gran empresa textil Fabra i Coats, situada a la barriada de la Sagrera». Mismamente, es miembro activa de la Cooperativa de Consumo L’ Andreuenca, fundada el 1879, siendo delegada de la Sección Femenina en el Grupo Infantil de la Cooperativa L’ Andreuenca (Acción Cooperativista. Núm. 696 del 4 de septiembre de 1936).
L’Andreuenca va ser fundada por miembros de la Societat d’Oficials Paletes de Sant Andreu de Palomar, entre 1879 i 1881. Estaba situada en sus inicios en la calle Gran de Sant Andreu, 263 i el 1896, definitivamente, a la calle de Sant Antoni, 58-60 ‒actualmente, número de socios, capital i actividades. A raíz de la proclamación de la República, la entidad fue un gran salto adelante a escala cultural y social, con la organización de excursiones, visitas guiadas, conferencias El 1934 la cooperativa tenia 25 trabajadores en nómina. Al perder la República la guerra, la cooperativa va iniciar un declive lento y progresivo. Al llegar la democracia, por creíble que pueda ser, l’Andreuenca va desaparecer definitivamente en 1984.
Pau Vinyes.
Alegre, sonriente, familiar… Elisa debía ser una chica normal de la época, fuerte y vital. De acuerdo con testimonios familiares, en sus ratos libres, después de salir de trabajar ayuda a cuidar a unos primos hermanos suyos. En la familia siempre la han recordado cariñosa, jovial… ¡alegre y sonriente!.
Elisa está muy implicada en el mundo obrero, sindical y cooperativista, conociéndose su afiliación a la Unión General de Trabajadores (UGT). Sant Andreu respondía a un barrio obrero, un barrio de movimientos sociales, sindicatos, partidos… de fuerte lucha obrera.
Con la sublevación militar, Elisa participa en las batallas de Barcelona en las jornadas del 19 y 20 de julio de 1936 (MVMC. Museo Virtual de la Mujer Combatiente), combates entre las fuerzas sublevadas y las leales a la república tras el fallido golpe de estado y la posterior sublevación militar que dio pie a la guerra civil española. Como dice el escrito del Sindicato Mercantil de Barcelona UGT «Al estallar el movimiento no duda en enrolarse fusil al brazo, primero de enfermera y más tarde, en una organización que no era la que en normalidad militaba» (Sindicato Mercantil de Barcelona UGT, Delegación de San Andreu. Barcelona, 31 de diciembre de 1936).
El testimonio familiar relata como un día Elisa se despide más efusiva de lo habitual al acabar de cuidar a sus primos hermanos: -Al rato, un vecino comenta que había visto a Elisa subida en un camión de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) partiendo al frente-.
«Cuando los tiros se apagaron en nuestra ciudad, cuando su presencia en ella ya no era necesaria, marcha allá donde podían necesitarla más».
Sindicato Mercantil de Barcelona UGT, Delegación de San Andreu, (Barcelona, 31 de diciembre de 1936)
Elisa parte al frente…
Frente de Aragón, Sector Tardienta
Elisa se alista a las Milicias Femeninas y, por su pertenencia al PSUC, es destinada a la Columna del Barrio, de acuerdo al Certificado de permanencia en el frente, de continuación del subsidio y retorno (Museo Virtual de la Mujer Combatiente MVMC). Y parte de Barcelona el 15 de agosto de 1936 siendo destinada al Frente de Huesca, Sector Tardienta.
«Subsidios del comité Central de Milicias Antifascistas». Archivos estatales Mecd.es. Cortesía Gonzalo Berger Mulattieri.
De hecho, desde Tardienta, Elisa escribe a su madre por medio de Solidaridad Obrera, carta publicada el 3 de septiembre de 1936, considerándose Elisa como miliciana: “Por fin se han visto colmadas mis esperanzas. Parto con buenos camaradas y con un estado de ánimo elevadísimo. Quiero luchar contra esta gentuza maldita. Quiero saber lo que es sufrir y quiero compartir el dolor de los camaradas que combaten en el frente. Tengo un corazón que no puede permanecer impasible ante la lucha que sostienen nuestros hermanos” .
Por su afiliación a la UGT y la información aportada por el Museo Virtual de la Mujer Combatiente, no resulta extraño ubicar a Elisa en la Columna Del Barrio «Columna Carlos Marx», donde además se señala su función: «Armada. Infantería». Pero, aún así resulta complicado concretar con rigurosidad la unidad o columna a la que pertenecía. Pues, además de haber podido partir en la columna de Del Barrio, tanto el testimonio familiar como varias fuentes aseguran que parte en una columna de la CNT, hecho igualmente referido en el escrito de su Sindicato Mercantil de Barcelona UGT, Delegación de San Andreu, (Barcelona, 31 de diciembre de 1936): «Parte al frente como enfermera en una columna de la CNT».
Por otra parte se puede de resaltar su posible pertenencia al Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), posibilidad que sostiene el investigador andreuense Pau Vinyes Roig en relación a un artículo publicado en el diario El Diluvio en su edición del 3 de enero de 1937 «Descubrimiento de la lápida que da el nombre de Elisa García, afiliada al POUM, a la antigua calle de las Monjas”. Otras fuentes, relativas a la inauguración de la denominada calle Elisa García Sáez, apuntan en sus artículos su afiliación al POUM.
Su atribución, a distintas fuerzas, nos lleva incluso a una referencia de su pertenencia al Partido Comunista, lo que da una idea de las diferentes afiliaciones que se le atribuye: «El Partido Comunista de San Andrés, al que pertenecía esta muchachita adorable de diecinueve años, instaló un Hospital de Sangre en la barriada» (El Día Gráfico del 4 de septiembre de 1936).
En definitiva, más allá de su pertenencia al sindicato de UGT, tal variedad de afirmaciones nos lleva a no poder concretar la milicia, columna, unidad menor o subunidad a la que llega a pertenecer nuestra miliciana.
Al igual que no se puede concretar, a ciencia cierta, el grado de implicación que mantiene durante su corto periodo en el frente, si vas más allá de su papel como enfermera o si toma parte activa como combatiente en la contienda. Diferentes fuentes apuntan que acude al frente como enfermera de la Cruz Roja, por lo que es difícil considerarla propiamente miliciana o mujer combatiente. Sin embargo, su propósito es el de luchar, lo que se desconoce si verdaderamente llega a suceder y si en el fondo se le permite por su condición de mujer.
Lo que si está claro, afirma Gonzalo Berger Mulattieri, Elisa García Sáez es miliciana y mujer combatiente, de acuerdo a toda su información, especialmente a la relativa a su su ficha de subsidio.
“Ella no aceptaba un papel no militar para las mujeres ya que entendía que tenían que combatir igual que los hombres y sólo correspondía a los cobardes rechazar la lucha armada”.
Solidaridad Obrera,3 de septiembre de 1936.
La mujer en el frente
Gonzalo Berger Mulattieri cifra en 7.000 las mujeres que combaten en la guerra civil española, una cifra que disminuye muy significativamente, hasta unas 360, tras la militarización de las milicias. Igualmente, se calcula que unas 73 mujeres combatientes fallecen en la contienda y 31 son dadas como desaparecidas (Berger, Gonzalo. Milicianas y mujeres soldado: retrato de las combatientes).
El perfil político de las mujeres es amplio, al igual que el estudio documenta la constancia de mujeres combatientes en numerosas columnas, «Documentando su presencia en 149 columnas y 15 unidades del Ejército Popular«, tal y como señalan «En diversos escenarios y frentes» (Berger Mulattieri, Gonzalo. La mujer combatiente en la Guerra de España: milicianas y mujeres soldado).
En dicho estudio Gonzalo Berger matiza: «Sabemos que mayoritariamente combatieron en primera línea, aunque también lo hicieron en los servicios auxiliares y sanitarios. El presente estudio confirma el hecho de que aproximadamente seis de cada diez voluntarias combatieron mediante el uso de armas». Finalmente «La miliciana permaneció en el frente mientras no fue expulsada por sus mandos políticos o militares, incluso después de la trasformación de las milicias en un ejército regular» pues en el estudio documentan hasta 360 mujeres «que combatieron encuadradas en el Ejército Popular de la República»(Berger Mulattieri, Gonzalo. La mujer combatiente en la Guerra de España: milicianas y mujeres soldado).
Elisa no es la primera miliciana muerta, pero sí de las primeras milicianas, enfermeras o mujer combatiente fallecida en el frente de Aragón por acciones de guerra. Para Jordi Rabassa “Muy probablemente Elisa (García) fue la primera miliciana barcelonesa asesinada durante la guerra civil, por lo que parece que la noticia de su fallecimiento trastornó la sociedad más implicada políticamente al lado de la revolución de la ciudad y de Sant Andreu de Palomar, donde probablemente nació y donde vivió y desarrolló su corta vida familiar, laboral, social y política” (Vinyes i Roig, Pau. Elisa García Sáez. Editorial Llop Roig).
Como es el caso de Elisa, las muertes de las primeras milicianas causan un mayor impacto y repercusión en el bando republicano y gracias a ello existe una gran cantidad de información sobre nuestra miliciana.
Las columnas y milicias en el frente de Tardienta
Con el inicio de la guerra, Aragón se divide en dos, de norte a sur, quedando dividido por la mitad. Su parte oeste queda en manos de los sublevados y la este de los republicanos. Pronto van llegando las distintas milicias estableciéndose un frente que llega a estabilizarse hasta su ruptura por parte de las fuerzas sublevadas en marzo de 1938 (El Frente de Los Monegros).
La ubicación de Tardienta en el tramo de la vía ferroviaria Barcelona-Zaragoza, con estación propia, hace que el transporte y movimiento de tropas se realice a través del ferrocarril, de convoyes de milicianos y milicianos que parten desde Barcelona a posiciones del frente de Aragón, como es el caso de Sariñena, Grañén y, en este caso, Tardienta.
Al frente de Huesca y Tardienta, Sangarrén y Vicién llegan las columnas cenetistas de la columna de Ascaso, comandadas por García Vivancos, y la columna de los Aguiluchos, al mando de Juan García Oliver. Las columnas llegan hasta Grañén por vía férrea (Les Milícies Antifeixistes de Catalunya. Berguer, Gonzalo), alcanzando Tardienta el día 27 de julio de 1936 (Situación de las diversas unidades y milicias republicanas en Los Monegros).
Las fuerzas antifascistas toman Tardienta
Caspe, 27. Las fuerzas antifascistas han entrado hoy por la tarde en Tardienta, ocupando la ciudad. La toma de Tardienta tiene una gran importancia, puesto que se trata de un punto de enlace para las comunicaciones entre Zaragoza, Huesca y Vizcaya.
El Día Grafico, 28 de julio de 1936.
A la hora en que telefoneamos nos comunican que las fuerzas del coronel Villalba y las milicias de la U.G.T-, del P-O.U.M. concentradas estas últimas en Tardienta, se disponen a caer sobre Huesca cuya caída se considera inminente.
El Día Grafico, 29 de julio de 1936.
A Tardienta, como hemos citado anteriormente, llega la columna ugetista y del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) «Del Barrio» o «Carlos Marx»:«En Tardienta está la columna de Del Barrio-Estivill» (El Diluvio, 7 de agosto de 1936). Esto mismo ya lo cuenta antes El Diluvio en su edición del 4 de agosto de 1936 por medio de su enviado especial a Tardienta Enrique Manobens: «La columna que mandan Del Barrio y Estivill, o sea la primera que salió de Cataluña, está apostada en dicho pueblo, que dista unos 20 kilómetros de Huesca. Tardienta es un pueblo que, dada su inmejorable situación estratégica, es asediado por el enemigo, ya que por las mañanas los aviones enemigos bombardean el citado pueblo sin eficacia».
«En Tardienta está la columna de Del Barrio y Estivill. Cuando llegamos vemos filas y filas de milicianos tumbados, sobre colchones, en el suelo. Se tapan con mantas y capotes de soldado… Duermen al aire libre. Bajo unos pórticos. Vemos, asimismo, a alguna muchacha».
El Diluvio, 7 de agosto de 1936.
En el Diluvio del 13 de agosto de 1936 hay una crónica de José Montero Álvarez, jefe de la 6.ª Decuria, 1.ª Centuria, 1.ª Columna UGT.
También El Diluvio del 13 de agosto de 1936 da cuenta de un acto político en Tardienta, citando la participación de miembros de la CNT y UGT: «Presidió el acto el camarada Trueba haciendo uso de la palabra los siguientes compañeros: Montagud, por la Juventud Socialista Unificada, Malsant por la CNT y Estivill y Del Barrio por la UGT».
La columna del Norte, formada por artillería, infantería y milicias del POUM, dirigida por el coronel Villalba se establece, durante los primeros días, en la línea de Tardienta a Grañén (Avant, organ del Partit Obrer d´Unificació Marxista, 30 de julio de 1936).
La Humanitat del 6 de agosto de 1936 cita: «En Tardienta está la columna número 1 con fuerzas del partido socialista obrero, POUM, Partido Comunista Español y una sección de la CNT, comandada por Del Barrio, Trueba y Estivill».
Documentada queda igualmente la presencia de la columna UHP de Vilafranca del Panedès. La noche del 18 de agosto de 1936, por el Passeig de Gràcia de Barcelona, desfila la columna de la UHP de Vilafranca del Panedès, que parte hacía el frente de Tardienta. La noticia queda recogida por el Diario de Barcelona y La Batalla «Son unos quinientos y entre ellos hay diversas mujeres -admirable valor el de las mujeres catalanas marchan al compás de UHP. Los rostros de cada uno de estos héroes anónimos de la revolución son una promesa, cada mirada una fe absoluta en el triunfo, cada paso, cada hito ganado al enemigo» (La batalla, 21 de agosto de 1936).
Tardienta en guerra
Con el inicio de la sublevación militar, la localidad de Tardienta se mantiene fiel a la Republica convirtiéndose en punto clave en el frente de Aragón y estratégico en el frente de Huesca. Además de su posición geográfica, la estación ferroviaria la convierten en un sector militar relevante. Cerca, su vecina localidad de Almudévar queda en manos de los sublevados, estableciéndose entre ellas la línea de frente siendo objetivo la carretera Zaragoza-Huesca; vital para que ambas ciudades se mantengan comunicadas. Desde el principio de la contienda se producen combates, incluso sufriendo bombardeos de la aviación sublevada con base en Zaragoza.
Aunque no podemos concretar ni determinar la presencia exacta de Elisa, el relato de aquellos días puede ayudar a contextualizar su historia.
«Debemos considerar que el pueblo de Almudévar en poder de los rebeldes, constituye la puerta abierta que pone en contacto las fuerzas de Huesca y Zaragoza».
Solidaridad Obrera, 28 de agosto de 1936.
El 20 de julio de 1936 se constituye el Comité Antifascista de Tardienta, organizando y dirigiendo la defensa de la población. El 25 de julio la población mantiene un combate contra fuerzas «fascistas» que pudieron hacer frente gracias a 20 fusiles procedentes de otros tantos soldados que se habían sublevado de la guarnición de Huesca.
Con la suerte, que después de sostener el día 25 de julio un ataque con una columna fascistas cuatro horas, salió victoriosa, cogiendo al enemigo gran cantidad de municiones algunas armas, que los facciosos abandonaron en su precipitada huida. Este ataque fue rechazado por una veintena de fusiles que procedían de otros tantos soldados que se habían sublevado, de la guarnición de Huesca, y de unos camaradas de Almudévar que huyeron de su pueblo al ser tomado por los fascistas.
Unos días más tarde hizo su entrada, entre aplausos y vítores de la población civil, la primera expedición de la columna del camarada Del Barrio. Desde aquella fecha han Intentado los fascistas varias veces acercarse a Tardienta; pero todas ellas sufrieron duros castigos y no lo consiguieron.
¡¡En Tardienta no ha entrado el fascismo!
Nota del Sindicato Único de Trabajadores de Tardienta El Noticiero Universal, 15 de septiembre de 1936.
Así, en agosto del 36, el sector republicano de Tardienta se encontraba en plena ofensiva sobre Almudévar. La intención en el sector era apoderarse de la localidad de Almudévar y cortar la carretera Zaragoza Huesca para así interrumpir las comunicaciones entre Huesca y Zaragoza y aislar Huesca y forzar su toma que ya se estaba intentando a través de Siétamo. En Almudévar, los sublevados se hacen fuertes con abundante material de artillería, sometiendo a Tardienta a fuertes ataques, pero que a su vez son respondidos por las milicias en repetidas incursiones e intentos de toma de Almudévar. La aviación republicana, alojada en el aeródromo sariñenense de Alas Rojas, resta ineficacia por su larga respuesta en tiempo de reacción cada vez que es requerida.
El Día Gráfico del 31 de julio de 1936 da cuenta de un ataque sobre Almudévar, que, aunque logra entrar en la población no la llega a tomar: «A medianoche, en camiones, doscientos milicianos, armados con fusiles y llevando cinco ametralladoras, salen a tomar el pueblo de Almudévar, más allá de Tardienta, a unos 22 kilómetros de Huesca. Presurosos y ordenados, los doscientos milicianos del POUM ocupan sus puestos en la caravana. Bajo la luna relucen sus cascos grises. Se ponen en marcha los motores. Arranca la pequeña columna y se alza una voz -¡Viva el partido comunista Ibérico!- Un clamor unánime responde: -¡Viva!-. Puños en alto, los camiones se aleja. Todavía suena, distante, la despedida de los milicianos que montan su guardia en la carretera. -¡Suerte, compañeros!- A las cinco de la mañana se reciben noticias de los expedicionarios. Repiquetea al timbre del teléfono. Desde el otro extremo del hilo, en Tardienta, comunican: -Se ha entrado en Almudévar-«.
El viernes 14 de agosto las fuerzas sublevadas tratan de romper la línea del frente siendo rechazadas por fuerzas de la columna Carlos Marx y del Batallón n.º 3 de Montaña bajo el mando del capitán Godenya (Diari de Barcelona, 16 de agosto de 1936).
El Día Gráfico del 15 de agosto de 1936 informan de un ataque de aviación sobre Tardienta: «Al romper el alba las fuerzas fascistas han empezado un nuevo y obstinado ataque para recuperar esta población. El ataque ha sido enérgico, con nutrido fuego de artillería. A media mañana la aviación rebelde ha colaborado en el ataque contra nuestras posiciones -Una escuadrilla de caza leal ha salido al encuentro de los aviadores enemigos con los que ha entablado un duro combate- consiguiendo derribar dos aparatos fascistas que han caído envueltos en llamas en las inmediaciones de Tardienta».
El domingo 16 de agosto de 1936, se inicia una fuerte ofensiva sobre Almudévar que no deja ningún miliciano en Tardienta «Desde Tardienta seguiase nuestra ofensiva con tranquilidad y entusiasmo. Todos nuestros milicianos se habían volcado sobre Almudevar. No quedaba en Tardienta ni un solo fusil». El relato responde al enviado especial Enrique Manobens, publicado en El Diluvio del 26 de agosto de 1936.
El 17 de agosto de 1936, las fuerzas de la Columna Del Barrio, Estivill y Trueba sostienen un duro enfrentamiento con las fuerzas sublevadas tratando de tomar Almudévar consiguiendo apoderarse de la estación ferroviaria de Almudévar y dinamitar un puente sobre la línea férrea y un convoy que conducía víveres y municiones a los «rebeldes» (El Día Gráfico, 18 de agosto de 1936).
Al comenzar el bombardeo, la población civil de Tardienta fue evacuada Foto P. Rozas.
«La republicanísima población de Tardienta sufrió el sábado un duro bombardeo de la aviación fascista, pero el coraje de las milicias y la artillería del capitán Medrano repelieron el ataque y conservaron la plaza, de donde partieron al día siguiente para atacar Almudévar».
El Día Grafico del 19 de agosto de 1936.
Enrique Manobens relata cómo la población civil de Tardienta se había congregado cerca del acueducto donde es atacada «De pronto se oyó un cañonazo seguido del terrible silbido y una granada explotó a unos metros del acueducto, donde, como he dicho, estaba congregada casi toda la población civil. Un minuto después, cuando la desesperación y el pánico entre la gente del pueblo era inenarrable, estalló otra granada en el mismo acueducto. Y luego otra… Y otra…». Luego bombardean Tardienta y entre sus objetivos está el hospital:
«No comprendí el bombardeo. Los fascistas sabían que en Tardienta no había un solo miliciano y, en vez de repeler la agresión de los nuestros, se complacieron en destruir Tardienta. En bombardear el hospital. En asesinar la población civil… Sobre Tardienta cayó una verdadera lluvia de metralla. En el hospital estallaron tres bombas».
El Diluvio del 26 de agosto de 1936.
La ofensiva contra Almudévar no tiene éxito:
«Ayer, una columna roja que merodea por Tardienta y sus alrededores, trató de atacar las avanzadas que guardan la villa de Almudévar, heroicamente reconquistada por nuestras tropas días pasados. Nuestras valientes avanzadas, estratégicamente parapetadas y fortalecidas, repelieron heroicamente dicha agresión y, tras un combate de poco tiempo, lograron batir a las fuerzas rojas que huyeron a la desbandada. En la huida abandonaron gran cantidad de muertos, ocho ametralladoras, ocho fusiles ametralladoras, treinta y cinco cajas dé municiones y demás material de guerra.»El Diario de Huesca, lunes 17 de agosto de 1936.
El Diluvio del 18 de agosto de 1936 informa del bombardeo sobre el hospital de sangre de Tardienta:
La Rambla, 18 de agosto de 1936. El infructuoso ataque de los fascistas a Tardienta.
El Día Grafico del 19 de agosto de 1936 muestra el momento exacto de la explosión de un obús incendiario sobre Tardienta.
El Noticiero Universal recoge su paso por Tardienta el 29 de agosto de 1936 tras sufrir el bombardeo dejando constancia de su alto nivel de destrucción: «Nos adentramos en Tardienta. Recorremos sus calles angostas destrozadas por la aviación fascista. Vemos las casas casi en ruinas por el bombardeo de los cañones de 15 y medio de las fuerzas rebeldes. ¿Habéis leído alguna vez aquellas descripciones de las ciudades francesas destruidas por la gran guerra? Pues bien, esto es Tardienta. Huidos los vecinos; a medio derrumbar buen número de casas; obstruidas las calles… Es la guerra; es la guerra civil que han desencadenado unos militares traidores. Recorremos Tardienta. En todas las paredes de las casas, inscripciones contra el fascismo y declaraciones de fe revolucionaria: C.N.T., F.A.I., U.G.T., P.O.U.M., Frente Popular, Viva la República… Es la plasmación de toda la España antifascista.»
Servicio de encargos para el frente de Tardienta:
«El Sindicato de Obreros Metalúrgicos (U. G. T.), ha organizado un servicio diario, con camioneta, para ir al frente de Tardienta y sus alrededores, para llevar toda clase de encargos de los familiares de los compañeros milicianos que están en el citado frente. Estos encargos se recibirán en el local social del Sindicato, Diputación, 277.»
El Noticiero Universal, 31 de agosto de 1936.
Muerte del periodista Mario Rietti
«Ha sido traído a nuestra ciudad el cadáver de un periodista francés muerto en Tardienta. Esta tarde ha sido trasladado a nuestra ciudad, procedente de Barbastro, el cadáver del periodista Mario Rietti, muerto el día 2 de los corrientes en el frente de Tardienta, donde se encontraba en cumplimiento de sus deberes profesionales. Mario Rietti fue mortalmente herido al producirse un combate contra los fascistas. Mario Rietti había nacido en Alejandría (Egipto) el día 17 de abril de 1907. Sus méritos se habían puesto de manifiesto, especialmente, como redactor parlamentario del diario parisién «L’Oeuvre», y de una manera más destacada como colaborador del diario «L’Humanité», por encargo del cual fue al frente de guerra aragonés como corresponsal informativo. Asimismo había sido corresponsal del «Daily Express» en París. Llegó a Barcelona el día 27 del pasado mes de julio, desde donde había remitido algunas crónicas referentes al aplastamiento de la sublevación fascista en Cataluña. Su cadáver será depositado en el local social del Partido Socialista Unificado de Cataluña, sito en el Paseo de Gracia, número 38, en el antiguo local del Círculo Ecuestre.»
El Noticiero Universa, 5 de septiembre de 1936.
El hospital de Sangre de Tardienta
Elisa García Sáez ejerce como enfermera en el Hospital de Sangre de Tardienta. La primera referencia que tenemos del hospital corresponde al 10 de agosto de 1936, en «El Noticiero Universal» donde se da cuenta de una visita de inspección de los servicios sanitarios al sector de Tardienta: «El sábado, los doctores Aguadé, Perramón y capitán de la Cruz, visitaron el frente de Aragón, sector de Tardienta, efectuando una inspección de la organización de los servicios sanitarios, los cuales son atendidos con la máxima perfección». La misma noticia se desarrolla en el mismo periódico en su edición del 14 de agosto:
Visita a las instalaciones sanitarias
«Los doctores Jaime Aguadé, Francisco de la Cruz y Severino Perramón, del Comité Sanitario, efectuaron una visita de inspección a los Hospitales, Trenes sanitarios y Ambulancias de Lérida, Barbastro, Sariñena y Tardienta, en las cuales encontraron al personal sanitario en perfecto estado de disciplina. La moral entre los heridos es elevadísima, hasta el punto de que al hablarles de convalecencia respondían que su deseo era reintegrarse cuanto antes al frente de batalla, con objeto de aniquilar al fascismo que se bate en retirada. Este Comité desearía que aquellos que sienten enfervorizarse su voluntad ante el peligro escuchasen las palabras de los héroes que permanecen en cama, algunos de los cuales no se levantarán jamás. Así verían el alma fortalecida que a todos precisa, si quieren librar a nuestro país del yugo que ha estado a punto de imponernos el militarismo monárquico, por fortuna abatido.»
El Noticiero Universal, 14 de agosto de 1936.
No obstante, pronto el hospital de sangre de Tardienta sufre el bombardeo anteriormente mencionado. El bombardeo se produce el 15 de agosto de 1936, hecho publicado en Solidaridad Obrera el 16 de agosto de 1936: «En el hospital de sangre cayeron varias granadas lanzadas por un avión. Los fascistas no respetaron las insignias de la Cruz Roja. Uno de los aviones, al ver que las mujeres y niños huían, descendió a poca altura ame-trallándolos, matando a seis mujeres y dos niños e hiriendo gravemente a otras diez mujeres.»
De la misma forma aparece en diferentes medios:
«En la otra, las hordas fascistas, bombardean Tardienta. El hospital de guerra exhibe, en primer término, las heridas causadas por el bombardeo. Por ellas se escapa el dolor de los que cayeron en la lucha; dolor hondo y callado de hombres conscientes que luchan por la libertad de los hombres; dolor que las balas de los cañones fascistas no supieron respetar porque son incapaces de comprender».
La Batalla, 20 de agosto de 1936.
«Los rebeldes tienen emplazadas sus baterías en grutas abiertas dentro de las rocas. Vislumbramos el fogonazo que delata la posición de sus cañones. Tiran a la estación de Tardienta, a la fábrica de harinas y a los lugares donde ellos creen que están situadas nuestras piezas. Y tiran también al hospital de sangre y a la población civil. Un obús del quince y medio abre brecha en el suelo a treinta metros de donde ondean las banderas de la cruz encarnada».
El Día Gráfico, 19 de agosto de 1936.
Ya, ajenos al bombardeo, a los pocos días, El Noticiero Universal de 19 de agosto de 1936 informa del reparto de libros a los hospitales del frente: «La Oficina de reparto mensual de libros, que, por encargo del Comité Central de Milicias. Servicios Sanitarios, regenta Javier Escoda, lleva efectuadas las siguientes remesas: … Hospital de sangre de Tardienta 20,..».
El hospital de sangre de Tardienta no sabemos que desarrolló tuvo. Los continuos bombardeos y la inestabilidad del frente hacen suponer que su desarrollo fue limitado, prevaleciendo como hospital de sangre de referencia el hospital de sangre de retaguardia de Sariñena. Así, los heridos del sector de Tardienta eran trasladados en ambulancias, muchas veces camionetas algo acondicionadas para ello, a Sariñena, por carreteras malas lo que motivo el transporte a través de trenes hospitalizados, aunque a veces eran bombardeados y el servicio se veían obligados a suspender. De esta manera se ponía de manifiesto en Solidaridad Obrera del 28 de agosto de 1936: «El traslado de nuestros heridos y enfermos se tiene que efectuar por carretera que, dada la mala situación en que se encuentra, ofrece graves peligros e incluso que cuando lleguen al hospital de sangre de Sariñena, hayan podido fallecer en el trayecto. Por cuanto funciona, casi con absoluta normalidad el ferrocarril de Tardienta a Sariñena, Lérida y Barcelona, ¿no se podría establecer un servicio de hospital sanitario, anulando las ambulancias por carretera?.»
El traslado de heridos por medio de trenes hospitalizados, se efectuaba a Sariñena pero también a Lérida:
Salvajismo pacifista
Para poner de manifiesto la carencia de sentimientos humanistas de los enemigos de la libertad, cumplimos el triste deber de dar a conocer la noticia de haber sido bombardeado por el enemigo el tren hospital número 2 de servicio entre Tardienta y Lérida. Esta feroz agresión ocurrió el domingo pasado, y, afortunadamente no produjo baja alguna entre los heridos ni entre el personal sanitario. Hay que resaltar la magnífica actitud de éste, no desamparando ni por un momento, a pesar del peligro, a los hospitalizados confiados a su custodia. Felicitamos cordialmente a los médicos, enfermeros, enfermeras, practicantes, etcétera del tren hospital agredido.
El Día Gráfico, 19 de agosto de 1936.
Un grupo interesante. De derecha a izquierda, el jefe de la ambulancia sanitaria inglesa, nuestro compañero Nogareda, Stivill, Del Barrio, Alexandrino y Trueba. En el frente de Tardienta. El Día Gráfico, 12 de septiembre de 1936.
Milicias antifascistas, aclaración necesaria
«Recibimos con ruego de publicación, la siguiente nota: «Solidaridad Obrera» en su edición de ayer, día 28, insertó una crónica de Tardienta, el autor de la cual evoca con gran celo por la creación de un tren hospital, que haga la línea Tardienta-Sariñena, al objeto de evitar el transporte por carreteras, por resultar enojosos y perjudiciales a los heridos. Este Consejo Sanitario de Guerra tiene interés en hacer constar que el tren hospital Tardienta-Sariñena, es ya un hecho, como lo es el de Barbastro – Lérida y el de Lérida-Barcelona. Ahora bien como la ferocidad fascista no respeta para nada los trenes hospitales, a la hora del bombardeo es imposible su circulación y eso obliga a emplear otros medios de locomoción que llamen menos la atención de los artilleros fascistas, los cuales diríamos que prestan una predilección sádica por hacer blancos a las ambulancias y hospitales.»
El Noticiero Universal, 29 de agosto de 1936.
Llegada de la ambulancia inglesa al frente de Tardienta. Un jefe de la ambulancia inglesa junto a nuestro compañero de prensa Estivill, que actúa como jefe de una columna. La Rambla, 10 de septiembre de 1936.
Enfermeras en el frente. Una foto de la señorita Hempel, enfermera suiza que se encuentra trabajando con todo el entusiasmo en Tardienta. La Rambla, 10 de septiembre de 1936.
Si que sabemos que el 30 de noviembre de 1936 se reunió la célula de sanidad de Tardienta del Estado Mayor de la División Carlos Marx. En la reunión se trata el hospital de Grañén y su normalización por parte de su responsable Bartrina, la designación de Pablo Feliu Cirera como Jefe de farmacia de la División, la expulsión de los anarquistas de la División que ya habían sido «Eliminados del hospital de Tardienta» y la organización del hospital de Tardienta.
La organización del hospital la describen como anómala «Eliminados los anarquistas del hospital, la labor será mucho más fácil». Se acuerda la creación de un Comité para la organización del hospital «Para que estudie a fondo la cuestión», comisión que estuvo formada por Manuel Lozano, médico, Pablo Feliu Cirera, farmacéutico, Pedro Romaní, médico, Ángel Bueno, practicante, y Isidro Tres Nicolau, camillero.
Herida en el frente
En Tardienta, Elisa es herida de gravedad en un bombardeo y posteriormente trasladada al hospital republicano de Sariñena, donde finalmente falleció por “heridas sufridas en acciones de guerra”, según su certificado de defunción.
Diferentes medios de la época coinciden en que es herida por cascos de una bomba de aviación tras un bombardeo de la aviación sublevada. En la relación de hechos realizada se puede establecer que probablemente pudo ser herida en el bombardeo al hospital de sangre de Tardienta el 15 de agosto de 1936, lo que no llega a encajar bien de acuerdo a la fecha de su salida al frente el mismo día 15 de agosto de 1936.
Queda claro que hay datos que pueden ser erróneos, aún más con la gran cantidad de información contradictoria que hay sobre Elisa.
La muerte de Elisa en los medios
La muerte de Elisa, como ya se ha comentado anteriormente, tiene cierta repercusión en los medios. Así, son abundantes las referencias a Elisa al igual que el desarrollo de una pequeña biografía sobre la figura de Elisa que se va repitiendo en los diferentes medios. Asimismo, es curioso como la carta de Elisa a su madre se va reproduciendo en las diferentes crónicas. Una carta que no sabemos si llega a recibir su madre. Otro factor a tener en cuenta, es que en los diferentes relatos se pueden ir observando algunos errores, algunos como la fecha sobre el día de su muerte y otras imprecisiones.
El periódico ABC del 3 de septiembre de 1936, es uno de los primeros en recoger y desarrollar la noticia del fallecimiento de Elisa, conteniendo las palabras que Elisa escribió en carta a su madre Teresa, “Elisa García ha muerto en el frente de Aragón”:
Muerte de una heroica enfermera
Barcelona 3, 2 tarde. En el sector de Tardienta ha muerto, a consecuencia de haberle alcanzado los cascos de unas bombas lanzadas por aviones facciosos la enfermera de la Cruz Roja, y días antes de su muerte su madre recibió una carta en la que Elisa le decía: No paséis pena por mí; procuraré que no me pase nada: pero por si casualidad me sucediera algo, pensad que otros como yo también habrán caído. Si yo supiera que dando mi vida se podría terminar con los asesinos de la clase trabajadora, gustosa la daría. Si os dijeran que la lucha no es propia de las mujeres, decid que el cumplimiento del deber revolucionario corresponde a toda persona que no sea cobarde”.
Prácticamente, el mismo texto del ABC aparece reproducido en el Diario El Cantábrico de Santander del 4 de septiembre de 1936.
También encontramos la noticia desarrollada en Solidaridad Obrera en su edición del mismo día 3 de septiembre de 1936:
Solidaridad Obrera, 3 de septiembre de 1936.
Ha caído en cumplimento de su deber
La compañera Elisa García, de veinte años de edad, ha muerto en el frente de Aragón -El casco de una bomba lanzada por los aviones fascistas segó, en el sector de Tardienta, la vida de nuestra joven camarada.
La dura lucha entablada con los fascistas está causando víctimas que afectan por un igual a los dos sexos y a todas las edades. En el cumplimiento del sacrosanto deber que nos impone la aurora revolucionaria, ha caído una muchacha de veinte años.
La compañera Elisa García es hija de la barriada de san Andrés. Nació en un barrio netamente obrero. Se educó en los suburbios de la Cataluña industrial. Y sazonada con el espíritu rebelde que se respira en las zonas proletarias, ha permanecido fiel hasta el último instante de su vida a la senda revolucionaria que se deslizó a través de la vida de nuestra compañerita en los lugares de trabajo.
Al estallar la sublevación militar se enroló en las falanges proletarias. Poseída de un entusiasmo que rayaba en la heroicidad, quiso compartir la suerte de los miles de camaradas que partieron hacia los campos de batalla. Se alistó en la Cruz Roja. Fue de las primeras muchachas que se dirigieron a tierras aragonesas. A pesar del sentimiento profundo de su madre, no se doblegó ni ante el amor de madre. Ella sabía que su Jugar se encontraba al lado de Jos camastros de Jos hospitales de sangre. En el momento supremo de la marcha, sus labios se entreabrían con prometedoras sonrisas de un mañana justo y humano.
Han transcurrido los días. Escribe a su madre. La pobre madre tiene a sus dos hijos en el frente de combate. Sus seres más queridos están peleando en las líneas de fuego. Pero no importa. El porvenir del proletariado exige que las madres también sepan renunciar, por unos instantes o por toda una eternidad, al cariño de Jos hijos. Y en este caso se encuentra la madre de Elisa García.
Tenemos en nuestras manos una carta que dirige la infortunada camarada a su doliente madre. Le dice: «Por fin se han visto colmadas mis esperanzas. Voy al frente. Parto con buenos camaradas y con un estado de ánimo elevadísimo. Quiero luchar contra esta gentuza maldita. Quiero saber lo que es sufrir y quiero compartir el dolor de los camaradas que combaten en el frente. Tengo un corazón que no puede permanecer impasiblemente la lucha que sostienen nuestros hermanos.»
Y sigue: «No paséis pena por mi. Procuraré que no me pase nada; pero si por una casualidad me sucediera algo, pensad que otros, como yo, también habrán caído. Si yo supiera que dando mi vida pudiera terminar con los asesinos de la clase trabajadora, daría gustosa mi vida. Y si alguien os dijera que la lucha no es propia de las mujeres, decidle que el cumplimiento del deber revolucionario corresponde a toda persona que no sea cobarde.»
Nuestra camarada Elisa García escribía en semejantes términos a su madre pocos días antes de su gloriosa muerte. Esta carta, que está empapada de un sentido elevado de heroísmo y de abnegación, constituye la última voluntad de una miliciana que ha ofrecido su juventud y su vida al servicio de la causa del proletariado español.
No es posible trazar el comentario que se merece el gesto de la muchacha que, desafiando el peligro y que, despreciando la tranquilidad del hogar, ha sabido reivindicar a la mujer obrera. En el fin heroico de nuestra camarada hallamos los destellos de valentía y de gloria que ha aureolado a las valerosas mujeres a través de las páginas más destacadas que el proletariado mundial ha escrito con trazos de sangre y de dolor.
Las mujeres catalanas, y por ende las españolas, han de imitar el ejemplar gesto de Elisa García. La vida de esta valiente muchacha y su espíritu de heroína, ha de ser un acicate para nuestras camaradas.
Murió en el sector de Tardienta. Los cascos de unas bombas lanzadas por los aviones fascistas destrozaron el cuerpo de la joven y demindaron por una eternidad el bello rostro de la solicita enfermera de la Cruz Roja. El fascismo será vencido. Tenemos la completa seguridad. Con el temple de las mujeres que, como Elisa García, no retroceden ni ante la muerte, es imposible que la mesnada de asesinos que están asolando los lares proletarios lleguen a sus objetivos criminales.
Saludemos fervorosamente el nuevo mundo que nace con la bravura y el heroísmo de nuestras mujeres. Recordemos a la camarada Elisa García y no la olvidemos en ninguno de los momentos que matizarán el devenir de la España proletaria.
Loas a las mujeres que cumplen con su deber.
Jaime.
El 4 de septiembre de 1936 «El Día Gráfico» recoge una reseña sobre Elisa de la que dice ser contada a través de un familiar. El artículo erra en la fecha de su muerte.
Las victimas femeninas de la Legión Blanca
Un familiar de Elisa García, la infortunada enfermera muerta en el frente de Tardienta nos cuenta su anónima odisea.
Caen los hombres. Caen los milicianos en el frente de combate. Otros, vencen. Los más. Avanzan hasta alcanzar sus objetivos, atrincherándose en ellos. Haciéndose cada vez más fuertes. Algunas veces hemos hablado también de que las mujeres han secundado esta lucha. Las milicias femeninas, que, desde el primer momento de la rebelión fascista degenerada en guerra, se levantaron. Elisa García, la enfermera muerta el día 26 en Tardienta, cuando las águilas negras de los aviones enemigos lanzaron su mortífera metralla, deseosa de vencer, segura de su triunfo.
Elisa era esa obrerilla alegre, bonita y buena de Barcelona -que yo glosaba días atrás desde estás columnas-, esa obrerilla que tiene una juventud y una belleza en flor. Vivía entre el suburbio de tonos aguafuerte. Nacida en la barriada de San Andrés, trabajaba en la fábrica de Fabra y Coats, y tenía ese optimismo fácil de las gentes sencillas. No ambicionaba nada, era feliz.
Pero llegó el día trágico, la terrible mañana del 19 y Elisa García dejo de ser para siempre la obrerilla alegre de la fábrica Fabra y Coats para convertirse en la mujer que tiene un deber que cumplir y un lugar que ocupar. El lugar de peligro. El Partido Comunista de San Andrés, al que pertenecía esta muchachita adorable de diecinueve años, instaló un Hospital de Sangre en la barriada.
No desmayó un solo momento el temple de acero de la jovencita. Día y noche permaneció en pie, socorriendo a los que llegaban.
Cuando la vida en la ciudad estuvo normalizada, Elisa García marchó simplemente a engrosar la legión blanca de las enfermeras sanitarias de guerra. En el frente de Aragón, la chiquita pasó horas difíciles, se mantuvo inquebrantable en su energía y no descansó. Era también feliz allí, entre la carne doliente de los heridos, sonriendo con su sonrisa luminosa de virgen humana.
El día 26 de agosto se encontraba escribiendo una carta a los suyos, a su pobre madre, mártir sacrificada, cuando tuvo que huir, refugiarse, parapetarse, bajo la aparición de tres trimotores enemigos que lanzaban una nube de bombas y proyectiles. Cayeron algunos heridos; otros, muertos, Entre ellos el cuerpo esbelto, sano y hermoso de la enfermerita joven de la barriada de San Andrés quedo destrozado por la metralla.
Muerta. Recogida de entre el espectáculo desolador del campo, quedó la carta sin terminar, legibles sus párrafos; la mano que había trazado los últimos pendía ya en el supremo desmayo de la muerte.
Sus compañeras, el otro ramillete de juventud de la barriada de san Andrés, sus hermanas las obrerillas, no quieren dejar para siempre el cuerpo de la hermosa enfermera entre el suelo devastado del frente aragonés.
Una a una depositan una parte de su jornal para poder conseguir el traslado de su hermana a la valerosa enfermera que ha dado su vida heroicamente por la causa. quieren que repose para siempre esa paloma blanca, pura, llena de juventud y vida, que destrozó una tarde el aguilucho negro del fascismo.
Que retorne de donde partió. Que vuelva para siempre al cementerio de su ciudad natal, para que los ramos de rosas blancas, para que los ramos de rosas rojas puedan renovarse siempre sobre esta muchachita anónima que nunca aspiró a gloria alguna, que luchó desde el primer momento y que sacrificó los mejores años de su vida en aras de la conquista libertaria.
Elisa García ha muerto. Creo que todas las mujeres deberíamos dedicarle un recuerdo, de la misma manera que sus compañeras se preparan para recibirla cuando ya la muerte selló sus hermosos labios, que ya no volverán a sonreír jamás, como lo hicieron siempre, hasta en aquella tarde trágica en la que quedó muerta en el frente de batalla de Tardienta.
Ese es el destino y la abnegación de las jóvenes enfermeras que forman la legión blanca.
C.A.M.
En L´Humanitat del 9 de septiembre de 1936, Lluís Capdevilla le dedica el articulo «Saber morir», artículo encontrado por Pau Vinyes (Elisa García Sáez, cooperativista i miliciana antifeixista). En el expone el trato que sufrieron muchas milicianas por parte de algunos hombres, con risas burlas por su presencia en la guerra por su condición de mujer.
“Más de una vez no he podido contener mi indignación en oír comentarios y ver el sonreír mofa con que, por parte de cierta manera de gente, era saludar el paso de estas chicas heroicas y plenas de buena voluntad que se han alistado a las milicias.
Más de una vez me he visto obligado a reprimir severamente las sonrisas o los comentarios innobles.
Más de una vez me tuve que aguantar la antipatía y el odio de estos pobres diablos que en la vida no tienen otra aspiración que la de «hacer el señor»; de estos cretinos disfrazados de señores que hasta ahora hablaban en castellano y leían prensa de derechas porque creían que eso hacía fin; de esta gente que no sabemos que muchas veces rico quiere decir burro; de estos chicos que llevan la cabeza brillante como una zapatilla y que solamente saben hablar de bailes, de golpes de puños y de marcas de automóvil: de estas chicas histéricas y cursis que no tienen otra cultura que la de cuatro filmes azucarados y cuatro novelas blancas.
Altamente eso ‒la antipatía de esta gente‒ no me desplaza, pobre de mi si me encuentran simpático, pues su simpatía significaría que soy tan cretino como ellos.
Ellos, que ahora ya vuelven a respirar, que ya vuelven a ser el señor ‒como hasta hace poco días atrás hacía el proletariado‒, que ya, en las playas o montañas donde veranean ‒los que no han huido, muertos de pánico, a la ciudad‒ vuelven a hacer el cursi en las horas que no lloran la mala suerte de los militares sin honor, no tienen derecho ni la sonrisa ni el comentario irónico.
Estas chicas heroicas, dignísimas, llenas de buena voluntad, que han hecho lo que no han sabido hacer muchos hombres, son merecedoras de más respeto.
Yo hoy, en homenaje a su memoria, quiero hablar de una de ellas. No la conocía, no la había visto nunca. Sé de ella únicamente lo que me ha dicho un diario: que había nacido a San Andreu ‒barriada glorificada por el estimado Ignasi Iglésias‒ y que se decía Elisa García.
Esta chica tenia veinte años y fue una de las primeras que se enrola para ir de enfermera al frente. Esta chica escribía a su madre: ‘Por fin he podido ver realizadas mis esperanzas. Me voy al frente. Me voy con buenos camaradas y en un estado de animo elevadísimo. Quiero luchar contra esta gentuza maldita. Quiero compartir el dolor de los camaradas que luchan en el frente. Tengo un corazón que no puede estar impasible delante la lucha que sostienen nuestros hermanos…No paséis pena por mi. Procuraré que no me pase nada; pero si por una casualidad me sucediera algo, pensad que otros, como yo, también habrán caído. Si yo supiera que dando mi vida pudiera terminar con los asesinos de la clase trabajadora, daría gustosa mi vida. Y si alguien os dijera que la lucha no es propia delas mujeres, decidle que el cumplimiento del deber revolucionario corresponde a toda persona que no sea cobarde.
Admirables palabras, las de esta chica; llenas de fe, de coraje, de dignidad. No sé si era socialista o comunista, si pertenecía a Esquerra Republicana o a les Juventudes Libertarias. Me es igual, pues todo el que lucha por la liberación del pueblo merece respeto.
Yo no la conocía, pero aunque las oraciones ya han pasado de moda, escribo este articulo como si fuese una oración a su memoria y a su gloria”
La Humanitat, 9 de septiembre de 1936.
También aparece en la revista Tremp, donde equivocan su nombre por el de “Felisa” García. En un primer artículo de 1936 hacen referencia a su muerte “Murió cuando luchaba por conquistar la emancipación que había deseado en vida”. El 1 de octubre la revista publica la muerte de Elisa, recorte que tiene constancia Jordi Rabassa gracias a Josep Edo. El artículo la nombra como Felissa.
«Hasta ahora había estado delegada de la Sección Femenina del Grupo Infantil de la Cooperativa ‘L’Andreuenca’. Nuestra querida compañera era un ejemple de mujer que respira deseos de emancipación.
Comienza la revolución y ella ocupa su lugar.
Primero con las armas al brazo. Después de enfermera en los hospitales de sangre, de ayudante de cocina a las casernas y lugar de concentración de trabajadores en lucha.
Más tarde lavando la ropa para los heridos. Últimamente en el frente de Aragón.
Su ejemplo es magnífico, brillante. Su fortitud, su espíritu, su gallardía y su temple son solo características propias de una gran mujer.
De una mujer como ella. En el momento de su traspaso no tenemos palabras para expresar nuestro dolor por la pérdida de nuestra camarada.
El más grande homenaje a nuestra Felissa será rendirle nuestra más alta admiración.
Su vida y muerte han estado brillantísimas y ejemplares. Vivió para liberarse o morir.
Murió cuando luchaba para conquistar la emancipación que había deseado en vida. Fellissa (sic) García es una joya que adornará los libros de los héroes caídos por la metralla del fascismo asesino.
Xusmi» Revista TREMP, 1 de octubre de 1936.
Homenaje del Grupo Infantil de la Cooperativa «L’ Andreuenca«
A su muerte llegan los reconocimientos a la miliciana muerta, una de las primeras en la guerra. Así, que Elisa es homenajeada por sus compañeros/as del Grupo Infantil de la Cooperativa «L’ Andreuenca«, del que había formado parte, a través del medio de Acción Cooperativista (núm. 696 del 4 de septiembre de 1936), una publicación del mundo cooperativista barcelonés:
“Las Juventudes Cooperativistas de Barcelona han debido de lamentar esta última semana una baja sensible en sus filas. Se trata de la simpática y valerosa compañera de la ex-sección de Juventud de «L’ Andreuenca» Elisa García, de diecinueve años de edad.
Al estallar la revuelta militar-fascista el mes pasado, García ocupó de inmediato un puesto en la lucha emprendida. La vimos [sic] con las armas en las manos, la vimos [sic] prestando servicio a los hospitales, la vimos [sic] trabajando en los comedores colectivos. Allí donde ella creía que podía ser útil, allí se enrolaba.
Más tarde, cuando en Barcelona el ambiente se iba normalizando, el espíritu inquieto de nuestra compañera se hallaba cohibido en el marco de nuestra ciudad, y optó por alistarse en las columnas que salían a combatir en el frente de Aragón y se enroló en el ejército de la Libertad como una simple miliciana, fusil al cuello y con el correspondiente correaje con municiones. Así ha encontrado la muerte nuestra compañera, luchando como una verdadera heroína, luchando por consolidar con las armas la nueva humanidad que se vislumbra, la nueva ordenación económica de las cosas en sentido colectivo, que ya no es una hipótesis sino una realidad efectiva, gracias a la sangre que como la de nuestra compañera, se ha derramado y se derrama.
Compañera Elissa García: tu nombre quedará grabado para siempre en nuestra memoria; tu ejemplo y tu heroísmo será el impulso que dará fuerza a los brazos armados de los jóvenes cooperativistas para vengarte, y a aquellos que trabajan en las secretarías, en el orden económico y de organización en los momentos de desfallecimiento y de cansancio [sic] producidos por el trabajo, tu recuerdo les dirá que deben continuar en su lugar para hacer triunfar, para ordenar la causa por la cual tú diste la vida.
Compañera Elissa García, descansa en paz, tu recuerdo estará siempre en nosotros.”
Perdida de un cajón de flores
Simpática anécdota y noticia sobre un cajón de flores perdidos que tenía como destino la tumba de Elisa, perdida publicada en Solidaridad Obrera el 7 de noviembre de 1936.
«Se ha perdido en la carretera de la estación a Sariñena un cajón de flores artificiales dedicadas a Elisa García, muerta en el cumplimiento de su deber en el hospital de sangre de Tardienta.
Quien las haya encontrado, remítelas a la policía de Sariñena.»
Hermes.
Calle Elisa García
En los primeros días de investigación, es asombroso tener constancia, gracias a Víctor Pardo Lancina, periodista y escritor altoaragonés especialista en la guerra civil española y autor de Tiempo destruido, que el nombre de Elisa García Sáez aparece escrito en una pared, dando nombre a una calle de un pueblo, no reconocido, de Los Monegros. Concretamente, la imagen aparece en el documental de la CNT Aragón trabaja y lucha, rodado en 1936 en distintos pueblos aragoneses.
Calle de Elisa García (Muerta por la Libertad).
La población responde a la localidad monegrina de Farlete, concretamente a la actual calle Horno. La averiguación viene en el 2025 por medio de una investigación sobre Valero Azara Azara a través de su sobrina Palmira Fustero Duarte. Gracias a la consulta de diferente documentación, sobre la familia Azara, se encuentra una relativa a su hermana, por parte de madre, Lola Fustero Azara. En tiempos de guerra, Lola se encontraba en paradero desconocido por lo que su padre andaba buscándola, lo que lleva a publicar anuncios en Solidaridad Obrera y a remitir peticiones a través del Comité de Farlete en la que refiere: «La niña se llama Lola Fustero Azara de ocho años de edad y es hija de Pedro Fustero y Eusebia Azara que vive en la calle Elisa García (antes Horno)».
Junto a Pau Vinyes Roig y Jaume León Andrés, el 14 de abril del 2025, desplazados a Farlete, identificamos la casa de la inscripción, en la calle Horno esquina con la Avenida de Zaragoza (A-1104).
De hecho, su muerte tuvo su eco en medios locales, del mismo frente y cercano a Farlete como es el caso de El Frente, boletín de guerra de la Columna Durruti.
«La dura lucha entablada con los fascistas está causando víctimas que afectan por un igual a los dos sexos y a todas las edades. En el cumplimiento del sacrosanto… que nos impone la aurora revolucionaria, ha caído una muchacha de veinte años.
La compañera Elisa García es hija de la barriada de San Andrés. Nació en un barrio netamente obrero. Se educó en los suburbios de la Cataluña industrial. Y sazonada con el espíritu rebelde que se respira en las zonas proletarias, ha permanecido fiel hasta el último instante de su vida a la senda revolucionaria que se deslizó a través de la vida de nuestra compañerita en los lugares de trabajo.
Al estallar la sublevación se enroló en las falanges proletarias. Poseída de un entusiasmo que rayaba en la heroicidad, quiso compartir la suerte de los miles de camaradas que partieron hacia los campos de batalla. Se alistó en la Cruz Roja. Fue de las primeras muchachas que se dirigieron a tierras aragonesas. A pesar del sentimiento profundo de su madre, no se doblegó ni ante el amor de su madre. Ella sabía que su lugar se encontraba al lado de los camastros de los hospitales de sangre. En el momento supremo de la marcha, sus labios se entreabrían con prometedoras sonrisas de un mañana justo y humano.
… hijos en el frente de combate. Sus seres más queridos están peleando en las líneas de fuego. Pero no importa. El porvenir del proletariado exige que las madres también sepan renunciar, por unos instantes o por toda una eternidad, al cariño de los hijos. Y en este caso se encuentra la madre de Elisa García.
Tenemos en nuestras manos una carta que dirige la infortunada camarada a su doliente madre. Le dice: Por fin se han visto colmadas mis esperanzas. Voy al frente. Parto con buenos camaradas y con un estado de ánimo elevadísimo. Quiero luchar contra esta gentuza maldita. Quiero saber lo que es sufrir y quiero compartir el dolor de los camaradas que combaten en el frente. Tengo un corazón que no puede permanecer impasible ante la lucha que sostienen nuestros hermanos.
Sigue: No paséis pena por mí. Procuraré que no me pase nada; pero so por una casualidad me sucediera algo, pensad que otros, como yo, también habrán caído. Si yo supiera que dando mi vida pudiera terminar con los asesinos de la clase trabajadora, daría gustosa mi vida. Y si alguien os dijera que la lucha no es propia de las mujeres, decidle que el cumplimiento del deber revolucionario corresponde a toda persona que no sea cobarde.
Nuestra camarada de Elisa García escribía en semejantes términos a su madre pocos días antes de su gloriosa muerte. Esta carta, que esta empapada de un sentido elevado de heroísmo y abnegación, constituye la última voluntad de una mujer que ha ofrecido su juventud y su vida al servicio de la causa del proletariado español.
No es posible trazar el comentario que se merece el gesto de la muchacha que, desafiando el peligro y despreciando la tranquilidad del hogar, ha sabido reivindicar a la mujer obrera. En el fin heroico de nuestra camarada, hallamos los destellos de valentía y de gloría que ha aureolado a las valerosas mujeres a través de las páginas más destacadas que el proletariado mundial ha escrito con trazos de sangre y de dolor.
Las mujeres catalanas y por ende las españolas, han de imitar el ejemplar gesto de Elisa García. La vida de esta valiente muchacha y su espíritu de heroína, ha de ser un acicate para nuestras camaradas.
Murió en el sector de Tardienta. Los cascos de unas bombas lanzadas por aviones fascistas destrozaron el cuerpo de la joven y demudaron por una eternidad el bello rostro de la solicita enfermera de la Cruz Roja. El fascismo será vencido. Tenemos la completa seguridad. Con el temple de las mujeres que, como Elisa García, no retroceden ni ante la muerte, es imposible que la mesnada de asesinos que están asolando los lares proletarios lleguen a conseguir sus objetivos criminales.
Saludemos fervorosamente el nuevo mundo que nace con la bravura y el heroísmo de nuestras mujeres. Recordemos a la camarada Elisa García y no la olvidemos en ninguno de los momentos que matizarán el devenir de la España proletaria.»
Pina de Ebro, 5 de septiembre de 1936.
Homenaje en la inauguración del «Casal Jove Cooperativista”
En un artículo en noviembre de 1936 de la revista Tremp, con motivo de la inauguración del “Casal Jove Cooperativista” se da cuenta en honor y homenaje a los estimados camaradas fallecidos Castells, Martí y Felisa García, errando otra vez el nombre de Elisa.
«Tal como había estado anunciado se celebra la inauguración del «Casal Jove Cooperativista» al honor y homenaje de nuestros estimadas camaradas Castells, Martí y Feliça (sic) García.
Abrió el acto J. Torres, que puso de relieve la significación de aquella inauguración y homenaje al mismo tiempo.
Después hicieron dos discursos muy sentidos los compañeros Cortines y Fernández Jurado.
Seguidamente la niña Joana Ribas recitó con gran sensibilidad unas poesías.
Capdevila -dijo- perfectamente el ‘Romancero Gitano’ , de García Lorca. Fue muy aplaudido.
Acto seguido la compañía Onèssima Ripoll nos obsequió con un recital de piano, ejecutando piezas clásicas, y una composición suya titulada «Hivern» que fueron aplaudidas entusiásticamente por el numeroso público que llenaba la sala.
Con la proyección de cintas rodadas por las Juventudes se dio por acabada la fiesta.
¡Un gran día para la Juventud! «
A todos los trabajadores de St. Andreu. A la memoria de Elissa García
La clase trabajadora de nuestro país escribe en estos momentos las páginas más gloriosas que se registran en la historia, camino de su liberación.
Se ha estado luchando y se lucha por conseguir una sociedad más humana y más justa que la actual.
Con esta finalidad pagamos el tributo de sangre fecundo y necesario por tal de consolidar la victoria; las organizaciones obreras tienen el mejor de sus cuadros activos en los frentes de combate.
Muchos son ya, por desgracias, los que han perdido la vida.
Nuestra barriada, barriada eminentemente obrera, no se podía quedar al margen de la lucha actual. Son muchos los hijos y habitantes de esta que luchan en las gloriosas columnas de los frentes de Aragón y de Madrid.
Forman ya cadena los compañeros caídos.
Entre estos destaca la silueta graciosa de una chica, de una heroína Elissa García.
Militante activa de nuestro sindicato a la fábrica Fabra i Coats (almacén de La Segrera), al estallar el movimiento no duda en enrolarse fusil al brazo, primero de enfermera y más tarde, en una organización que no era la que en normalidad militaba. Cuando los tiros se apagaron en nuestra ciudad, cuando su presencia en ella ya no era necesaria, marcha allá donde podían necesitarla más, parte al frente como enfermera en una columna de la CNT.
Por encima de las tendencias ideológicas había un enemigo a abatir, y para hacerlo no interesaba el color de la bandera bajo la cual se luchaba.
Elissa García comprendió bien el problema de la unidad.
Elissa García encuentra la muerte en el frente de Aragón luchando contra el fascismo asesino.
La gesta sublime de esta compañera, entendemos el Sindicato Mercantil de Barcelona UGT, que hay que inmortalizarlo como ejemplo para las generaciones futuras.
A tal fin ha decidido dar su nombre a una calle de nuestra barriada.
La antigua calle de las monjas, desde el día 3 de enero siguiente, se denominará calle de Elissa García.
El Sindicato Mercantil de Barcelona UGT, invita a todas las organizaciones antifascistas y a todos los trabajadores de St. Andreu, al acto de descubrir la placa que perpetuará el nombre de nuestra compañera, y que tendrá lugar en dicha calle, junto al Paseo de Josep García (Rambla), el día indicado, a las diez en punto de la mañana.
Con este acto, homenajearemos a nuestra compañera, recordaremos todos los compañeros caídos y a todos los que lucharon en el frente, y demostraremos al mismo tiempo el espíritu antifascista de nuestra barriada.
Que no falte ninguna organización.
Que no falte ningún obrero consciente.
Os esperamos a todos.
Barcelona (St. A.), 31 de diciembre de 1936. Sindicato Mercantil de Barcelona UGT. Delegación de San Andreu.
Carrer Elisa García
Como no podía ser de otra manera, en Barcelona también se le dedica una calle a Elisa García Sáez, al entonces y actual “carrer de les Monges” (calle de las monjas). La noticia del cambio de nombre de la calle aparece en la revista TREMP, en el número del 15 de enero de 1937. El acto, organizado por el Sindicato Mercantil de la UGT, se realiza el 3 de enero de 1937 y cuenta con numerosas adhesiones, destacando la participación de la banda del POUM, quienes ejecutan himnos revolucionarios.
«El día 3 del corriente mes la barriada de S. Andreu homenajea a nuestra compañera Eliça García dando su nombre a una calle del barrio.
En dicho acto que fue organizado por el Sindicato Mercantil U.G.T., entidad donde militaba también Eliça, habla nuestro compañero Cortines en representación de la Unió de Joventuts.
En dicho acto, que fue muy concurrido asistieron y se adhirieron todas las entidades antifascistas del barrio, con sus banderas. Acudió también la banda del P.O.U.M. que ejecutó himnos revolucionarios.
Con motivo de este acto el día anterior y por medio de las emisoras de la Generalitat habló, enalteciendo la figura de Eliça García, nuestro compañero presidente de la Unió de Joventuts.
Estamos orgullosos que el nombre de nuestra compañera figure en una calle de nuestra ciudad, su ejemplo vivo ha de ser el acicate que nos estimule a trabajar.»
Revista Trem, 15 de enero de 1937.
Pau Vinyes, en su investigación, ha encontrado abundante información sobre este acto de nombramiento de la calle a Elisa García, manifestando que el acto es promovido por el POUM de Sant Andreu a la que consideran compañera. Este es el caso de El Diluvio, del 3 de enero de 1937: “Hoy, a las diez de la mañana, en el cine Odeón, el Partido Obrero de Unificación Marxista, celebrará un gran mitin en el que tomarán parte los camaradas Pilar Santiago, Comabella, Arquer y Nin. Este acto irá precedido del descubrimiento de una lápida dando el nombre de nuestra querida compañera Elisa García a la antigua calle de las Monjas”. El Día Gráfico va más allá, considerándola afiliada al POUM:
«Descubrimiento de la lápida que da el nombre de Elisa García, afiliada al POUM, a la antigua calle de las Monjas”. Diario Gráfico, 5 de enero de 1937.
El acto queda también recogido en el órgano del POUM, en La Batalla en su edición del 5 de enero de 1937. Referencia encontrada por Pau Vinyes:
«El domingo tuvo efecto en la barriada de San Andrés el acto de descubrir la placa que da el nombre de nuestra camarada Elisa García, a una de las calles de esta barriada. En el acto del descubrimiento de la placa, hicieron uso de la palabra, haciendo remarcar la significación del acto y elogio de nuestra camarada Elisa García, que murió en el frente, los camaradas Vilella, del «Sindicato Mercantil», al que pertenecía la García; Conesa, de la CNT; Cortina y Arquer, secretario general del Sindicato Mercantil y miembro de nuestro partido. A continuación, en manifestación se dirigieron al cine Odeón, donde tenía efecto un mitin, en el que hicieron uso de la palabra los camaradas Conesa, que presidió Pilar Santiago, por la JCI, y los camaradas Arquer y Nin, por el CE del POUM.
Antes se descubrió una placa que da el nombre de la camarada Elisa García, a una de las calles de esta barriada.
Hablaron, en este acto, el camarada Conesa, de la CNT; Cortina, por la delegación del POUM de San Andrés; Vilella, por el Sindicato Mercantil, y Arquer, por el CE del POUM.
La Batalla, 5 de enero de 1937.
Plano del antiguo refugio de las cocheras de Sant Andreu de Palomar con la delimitación de las calles, entre ellas la calle Elisa García. Cortesía de Pau Vinyes.
Grupo Elisa García del Socorro Rojo de Cataluña
Elisa García da nombre a un grupo del Socorro Rojo de Cataluña, hecho descubierto por Pau Vinyes. Tal y como cuenta Pau Vinyes, el Socorro Rojo de Cataluña respondía a una organización de ayuda humanitaria que llega a contar con una sección propia denominada «Grupo Elisa García» en relación a la información publicada en La Humanidad el 24 de julio de 1937: “Son convocados todos los compañeros que pertenecen al Grupo ‘Elisa García’, de la sección primera del Socorro Rojo de Cataluña, a la reunión que tendrá lugar mañana, lunes, día 25, a las cinco de la tarde, en el domicilio social (Arcs, 7).”
Un poema a Elissa García
En el número de agosto de 1937 de la revista Ideas, Boletín de los trabajadores de Filatures Fabra i Coats, aparece un poema dedicado a Elisa y firmado por J. Salas. Un poema con gran carga emocional, profundo, desde el corazón. El poema es en catalán y al lado su traducción al castellano por Os Monegros:
A Elissa García:
En la contemplació del seu retrat
Quantes i quantes vegades passant de nit la secció m’he parat a contemplar-la extasiat d’admiració. La serenor de sos ulls el somriurer de sos llavis, i la gràcia de sos rulls, m’ha donat la sensació que vivia, sense agravis, prodigant sa abnegació. ¡ Que depressa passa’l temps ! Sembla ahir que falaguera sortia del seu treball joiosa, humil, com era. I ara parat davant d’ella quanta pena sento al cor. ¡ Guerra sempre maleïda que’n segues vides en flor ! ¡ Quanta sang arreu vessada sens pietat i sense amor ! ¡ Quanta amargura i tristesa per no viure en Germanor ! ¡ Quanta vilesa en els cors per egoisme insensàt , volguent més esclavitzar dels pobles la Llibertat ! I devant d’aquest retràt de la Elissa riallera, em pregunto cap-ficàt, si tota la massa obrera procedeix com es degut, i es digne dels seus caiguts.
J. Salas
En la contemplación de su retrato
Cuantas y cuantas veces paseando de noche su sección me he parado a contemplarla. extasiado de admiración. La serenidad de sus ojos el sonreír de sus libios y la gracia de sus rizos me ha dado la sensación que vivía sin agravios prodigando su abnegación. ¡Qué deprisa pasa el tiempo! Parece ayer que halagüeña salía de su trabajo gozosa, humilde, como era. Y ahora parado delante de ella cuanta pena siento en el corazón ¡Guerra siempre maldita que segas vidas en flor! ¡Cuánta sangre por todas partes derramada sin piedad y sin amor! ¡Cuánta amargura y tristeza por no vivir en fraternidad! ¡Cuánta vileza en el corazón por egoísmo insensato queriendo más esclavizados de los pueblos de la libertad! Y delante de este retrato de la Elissa risueña me pregunto pensativo si toda la masa obrera procediese como es debido y fuese digna de sus caídos.
J. Salas
El frente de Aragón se derrumba
En marzo de 1938, el bando sublevado realiza una fuerte ofensiva que derrumba todo el frente aragonés. La ofensiva está al mando del general José Moscardó Ituarte, quien rompe y avanza imparable en el frente de Aragón, manteniendo bajo sus ordenes a las divisiones 51, 53, 54 y 55 (Memoria. Os Monegros).
La ofensiva da comienzo el día 21 de marzo y el día 23 la 54 División gana y rebasa Tardienta: «Amanece el día como se ha pasado la noche, a media mañana aclara el tiempo y se continua la operación, después de un pequeño combate se toma el pueblo de Tardienta, haciendo muchos prisioneros.» (Sánchez Forcada, Manuel. Diario de campaña de un requeté pamplonés).
«El día 23 se tomó, después de vencer dura resistencia, el citado pueblo de Tardienta»
Pinto de la Rosa, J. María. El Grupo Mixto de Ingenieros Nº 4.
Prácticamente, todo Aragón cae bajo el dominio fascista, con la finalización de la guerra, el 1 de abril de 1939, dando comienzo a la dictadura franquista que dura cerca de 40 años.
Versos cincelados
Con la llegada de la dictadura, se establecen diferentes gobiernos afines al régimen franquista. Así, el ayuntamiento de Sariñena se constituye en alcaldía y concejales de ideología franquista (Sariñena, alcaldes de una dictadura).
La lápida de Elisa García Sáez es molesta para las fuerzas locales, hasta que un alcalde ordena que a golpe de martillo y cincel se piquen aquellas frases tan molestas, para que sean ilegibles y borrada su memoria.
Javier Casas, Elena y Sergio Salas y Esteban Grau somos insistentes, tardes y tardes intentando leer las cuatro frases borradas y, aunque nos lleva su tiempo, conseguimos leer las tres primeras frases mientras la cuarta duramente se nos resiste.
Tozudos, tercos en nuestro empeño, es a principios de abril del 2013 cuando se termina de leer la cuarta y última frase, gracias a Pepa Casas y su hija Carmen, que simplemente leen con un solo vistazo la cuarta y última frase. Así, la leyenda borrada amanece de la oscuridad del fascismo y su memoria ahora reside en los imparables aires de libertad que recorren el mundo y que nunca podrán ser atrapados ni dominados por el fascismo. Ahora Elisa está en muchos corazones:
“Muerta heroicamente
luchando contra el fascismo
en el frente de Aragón
sector Tardienta”.
Síntesis
Todo apunta a que Elisa tuvo su relevancia como miliciana, siendo su figura distinguida por ser mujer y formar parte activa en la lucha. Por ello fue reconocida en su momento, con crónicas sobre su heroica muerte, como referente y hasta con una cierta intencionalidad de denuncia y/o propagandista.
Y a su vez, en tiempos recientes, desde la perspectiva histórica, su figura ha merecido el interés, quedando recogida en diferentes publicaciones, principalmente en aquellas que tratan el tema de la mujer en la llamada guerra civil española. Este fue el caso, tal y como se ha señalado anteriormente, de las historiadoras Nuria Valls y Montserrat Carreras en su artículo «La mujer catalana en las milicias» (Historia 16: La Guerra Civil Número 10: Milicias y ejércitos, Edición 1986), artículo que Javier Roca localiza en aquellos primeros días de la investigación: “Elisa García Sáez representa la figura de la mujer miliciana en la guerra civil española. Mujeres que tomaron parte activa en la lucha reclamando unas libertades colectivas que veían peligrar”. Igualmente, como se ha ido viendo a lo largo del presente artículo, de numerosas publicaciones.
En definitiva, es destacable la recuperación de las frases destruidas, como un acto de reparación, dignificación, justicia y memoria. Pero, además, ha supuesto un lugar de encuentro, de conocer a personas excepcionales, de establecer lazos en torno a Elisa y compartir ideales y valores que nos hacen continuar por un mundo mejor. A la memoria de Eduardo Santamaría, Javier Roca y Miguel Sala y a la familia de Elisa, José Puigdomènech, Quima, Marisa y Dolors Gumbau i Sáez y a Lisandro Pardoa Puigdomènech. Gracias a Víctor Pardo, Jordi Rabassa, Paun Vinyes, Xavier de la Cruz, Gonzalo Berger y Cati Torres.
Publicau en “ Os Monegros el 23 de mayo del 2013 y actualizado en junio del 2025.
Estás muerta y no lo estás, tu memoria está viva ¡en nosotros/as vivirás!, por siempre “Elisa García Sáez”.
Elisa García Sáez, historia viva
Su historia sigue viva y han sido numerosos los actos y homenajes que se han ido dedicando a la figura de Elisa, entre los que podemos destacar:
Desde el 2012, cada 14 de abril, con motivo del día de la II república se rinde un sentido homenaje a Elisa García Sáez, la Miliciana. Homenaje a la miliciana.
El 10 de enero del 2013, el proyecto cultural «Os Monegros» crea la entrada Elisa García Sáez en Wikipedia y en Viquipèdia, traducción al catalán por Rosa Arqué.
El 3 de marzo del 2013, en el marco de las Jornadas de Acción Feminista Autónoma de Barcelona se lleva a cabo la acción «Ni monjas ni desmemoriadas, cambiemos de nombre las placas». Una acción que consistió en la colocación de un cartel tapando la placa. El acto fue reprimido por la guardia urbana interponiendo varias denuncias. Dos mujeres son detenidas por su negación a identificarse «Según su entorno, las dos mujeres se han negado a ser identificadas porque consideran que no han hecho nada malo, ya que su actuación se enmarca en la recuperación de la memoria histórica feminista» (La vanguardia, 3 de marzo del 2013).
Foto: Pedro Paramo @pedro_paramo_c
El mismo 3 de marzo del 2013, Jordi Rabbasa publica en su blog «Perquè vull»: «Una fotografía de l´Elissa García».
Imagen cedida por la familia de Elisa, retocada por Xavier Gómez. Perquè vull.
En mayo del 2013, en la revista Carrer núm. 128, Meritxell M. Pauné publica su artículo «El retorn d’Elisa García«.
El 22 de septiembre del 2013 se realiza un recital de poesía en Sant Andreu, Poesía en la plaza «Homenatge a n ´ ´Elissa García«. Pequeño acto en recuerdo de Elisa García en St. Andreo (CSO La Gordissíma).
El 14 de abril del 2014 se vuelve a rendir homenaje a La Miliciana, consolidando una jornada que se ha ido repitiendo con los años.
El 10 de diciembre del 2014 se coloca una placa en memoria de Elisa: «Dona treballadora andreuenca,miliciana revolucionària morta en combat al front d’Aragó el 25/8/36»: Mujer trabajadora andreuenca, miliciana revolucionaria muerta en combate en el frente de Aragón el 25/8/36.
En el 2016 se colocó de nuevo una placa en la antigua calle Elisa García.
Foto Chorche Paniello.
El sábado 27 de octubre del 2018 se inaugura una placa que da nombre a los jardines de «Elisa García Sáez en su Sant Andreu natal.
De acuerdo con Pau Vinyes: «El descubrimiento de la placa se llevó a cabo en el marco de la Feria de Economía Solidaria (Fira de l’Economia Solidària (FESC), del 27 de octubre de 2018. La propuesta de nombrar un espacio público con su nombre surgió conjuntamente de la Fundación Roca i Galès, la Red de Economía Solidaria (Xarxa d’Economia Solidària), la Coordinadora de Centres de Estudios de Habla Catalana (Coordinadora de Centres d’Estudis de Parla Catalana) y la Federación de Cooperativas Agrarias (Federació de Cooperatives Agràries), y con el apoyo de diversas entidades de Sant Andreu de Palomar, entre otras, la Asociación de Vecinos y Vecinas de Sant Andreu de Palomar (Associació de Veïns i Veïnes de Sant Andreu de Palomar) y el Centro de Estudios Ignasi Iglèsias (Centre d’Estudis Ignasi Iglésias).
A finales del 2018 el kolektivo de audiovisuales ”La KAja Te Ve” presenta la obra teatral «Elisa García, memoria y lucha», estrenada en Sant Andreu los días 30 de noviembre y 1 de diciembre en la Cinetika y el 7 de abril del 2019 en Sariñena en el cine teatro El Molino.
El 19 de mayo del 2020 Pau Vinyes publica en la web Opiniò Andreuenca «Elisa García,Cooperativista i miliciana antifaixista».
En el 2020, Pau Vinyes Roig publica el esbozo biográfico «Elisa García Sáez, Cooperativista y miliciana antifascista», editorial Llop Roig en formato de caudernilllo.
En el 2022 se realiza una pegatina en reconocimiento a Elisa.
El 29 de enero del 2024, la hinchada del club popular catalán Sant Andreu de la 4ta división extiende una lona con los rostros de Marina Ginestà y Elisa García Sáez con el lema «A la vanguardia de la Resistencia».
En la feria de coleccionismo «Replega» de Monzón, Elisa es reconocida en la edición del 2024 en la serie coleccionable de chapas de cava de aragonesas ilustres. Gracias a Chorche Paniello.
El 8 de marzo del 2025, día internacional de la mujer, la calle antiguamente denominada Elisa García de Sant Andreu es objeto de una acción de recuerdo y memoria de Elisa.
Fotografía Pau Vinyes.
Los días 17 y 18 de mayo del 2025 se realiza la Ruta Elisa García Sáez por el frente de Aragón participando cerca de cincuenta personas de Sant Andreu, organizada por Pau Vinyes Roig y Jaume León Andrés.
La ruta parte de Sant Andreu en autocar el sábado 17 de mayo alcanzando Sariñena al mediodía. Tras una recepción en la casa de la cultura, edificio Antonio Beltrán, se realiza una visita guiada por la localidad de Sariñena, conociendo algunos enclaves significativos para Elisa como fue la antigua casa solariega que albergó el Hospital Militar de Sariñena.
A continuación, se realiza un acto en el cementerio municipal en torno a la tumba de Elisa García Sáez, depositando un ramo de flores y recitando el poema de J. Salas. Entre los presentes, por sorpresa se encuentran las hermanas Quima, Marisa y Dolors Gumbau i Sáez, sobrinas de Elisa. Con sus presencias y testimonios el acto alcanza una emotividad especial, cordialidad, familiaridad, reconocimiento, memoria, dignificación, justicia y cariño por la Elisa que en tantos corazones está.
La comida se celebra en el restaurante sariñenense Saso Verde, quienes tienen el detalle de entregar un detalle tanto a los organizadores Pau y Jaume como a Quima, Marisa y Dolors, se trata de una impresión de fotografía en madera con la imagen de Elisa y las frases de su lapida, obra del artista artesano Antonio Puyal Pociello.
Por la tarde se procede a visitar vestigios del aeródromo republicano Alas Rojas de Sariñena y parte de las trincheras de la sierra de Alcubierre. La jornada continuó el día siguiente con la visita al viejo pueblo de Belchite.
Fue una jornada inolvidable, verdaderamente emotiva, después de 15 años investigando y difundiendo la figura de Elisa García Sáez, conocer a familiares de Elisa resulta especial. Entre las conversaciones surge un recuerdo, un familiar, creo que de Argentina, que hace años me escribió, les digo que ya lo miraré y después por whatsapp les digo.
Aquella misma tarde de domingo busco el viejo email, Lisandro Pardoa, un email de mayo del 2014. Le escribo a Dolors, nunca supe nada más de él. Vuelvo a revisar el correo y de repente, en mi bandeja de entrada, un correo nuevo de Lisandro, rápidamente le contesto, si ha sido una casualidad o ha visto que hemos hecho la ruta Elisa García Sáez. Para nada, simplemente una tarde de domingo, en casa, le ha vendido a la mente y ha escrito, es el momento de retomar aquel viejo proyecto que hace años me comentó.
El 11 de junio del 2025, Pau Vinyes Roig presenta en formato libro y en versión ampliada «Elisa García Sáez. Cooperativista y miliciana antifascista» Editorial Llop Roig.
La presentación se realiza en la sala de Societat Coral i Esportiva La Lira por medio del Centre d’Estudis Ignasi Iglésias. Conducida por Pau Vinyas, el autor estuvo acompañado por Jaume León Andrés, dinamizador cultural; Lisandro Pardoa Puigdomènech, documentalista y sobrino nieto de Elisa García Sáez; Joaquima Gumbau Sáez, familiar de Elisa García Sáez; Jordi Rabassa Massons, historiador y autor del prólogo; y Xavier de la Cruz i Sala, fotógrafo. (La Lira acull la presentació de la biografia de la miliciana audreuenca Elisa García Sáez).
Publicaciones que citan a Elisa
En el record: Històries d´anarquistes catalanes durant la guerra civil. Ser Histórico. Bengoechea Echaondo, Soledad. (2023).
La mujer catalana en las milicias. Valls, Nuria y Carreras, Montserrat. (Historia 16: La Guerra Civil Número 10: Milicias y ejércitos, Edición 1986).
Les combatents: La història oblidada de les milicianes antifeixistes. Berger, Gonzalo y Balló, Tània.
Milicianas: La historia olvidada de las combatientes antifascistas. Berger, Gonzalo.
Mujeres y violencia revolucionaria. Nuevas aportaciones sobre las milicianas en la guerra civil española. Rodríguez López, Sofía (2023), Universidad Complutense de Madrid.
Trencant barreres. Dones pioneres a Catalunya al segle XX, Barcelona: Llop Roig. Llibres i Cultura. Bengoechea Echaondo, Soledad. (2022).
Creación:
Hola Elisa
Vuelvo a pensar en ti, en tus veinte años que se pararon en el frente. He vuelto a encontrarme contigo, en periódicos viejos que hablan de guerras, de tiempos oscuros que segaron tantas vidas; de tiempos que parece nunca dejamos atrás. Quisieron borrarte y grabaron a fuego tu memoria en nuestros corazones.
Hoy he vuelto a sentirte, pensativa, contemplando el horizonte, meciendo al viento tu corta y rizada melena, al aire tus ojos brillantes y tu preciosa sonrisa, contemplando, contemplando la libertad. He vuelto a sentir las golondrinas revoloteando el cielo azul, con sus nubes blancas navegantes y los gorriones juguetones, dando saltitos y pequeños vuelos a nuestro alrededor.
He vuelto a sentir tu vida, a veces es como si te hubiese conocido. A veces lo creo, lo siento, me metí mucho en tu vida, en tus últimos momentos, tras aquel bombardeo en el frente de Huesca y tu muerte en Sariñena. Me involucré mucho ante tu leyenda ultrajada, aquella que martillaron y no podíamos leer. Tardes de invierno tratando de leer la última frase hasta aquella llamada de Pepa con su hija Carmen que al final habían conseguido leer la última cuarta frase que completaba tu leyenda.
Vuelvo a pensar en vosotros, en Eduardo Santamaría y Javier Roca, con quienes tan buenos ratos volvería a pasar ¡por siempre eternos compañeros! Vuelvo con mi gran amigo Víctor Pardo, con su incalculable e inestimable ayuda. Con mi hermano Javi, al que dicen “Diógenes”, con Esteban, Elena y Sergio. ¡Ay Elisa!, pasamos tardes inolvidables, sin darnos por vencidos. Y te hemos cantado y dedicado letras, te hemos homenajeado y hasta hemos hecho camisetas.
Volví a ti, a tus jardines de Sant Andreu, a La Hamonía, al teu carrer, a la teva fábrica y al teu barri, con Jordi y Pau i con tots. Volví con tu familia, llevé tierra de aquí y la esparcí por tus jardines de Sant Andreu.
Vuelvo a pensar en ti, Elisa, en ese nuevo mundo que llevabas en tu corazón, en esa juventud, en esa ilusión que la guerra segó. Elisa, miliciana.
Sí, sí, vuelvo a recoger flores para ti, rojos ababoles, amarillas margaritas y lilas violetas. Vuelvo a sentirme parte de ti sin ningún permiso, sin ningún derecho. Pues de alguna manera formas parte de mi y hasta me duele cuando te han utilizado.
Vuelvo Elisa a tu tumba, a ese silencio, a ese frio que la historia ha conservado en tu lapida. Vuelvo a sentirte viva, partiendo al frente por un mundo mejor, por la libertad, por ser mujer, por quizás sonreír y entender, al menos por un instante, que todo valía la pena, que no había más orgullo y dignidad que dar la vida por esa libertad que sin ganar conquistasteis.