Aventurarse por estas tierras, en pleno verano, resulta de lo más inapropiado, por no decir del todo desaconsejable. Y me dirijo a vosotros, ávidos lectores, que ya sabéis de la dureza del estío aragonés, del calor sofocante del que uno no puede escapar, de esa sed insaciable que acaba mermando el mayor de los espíritus aventureros; por muy Campeador o Quijotesco gustes ser.
Aquí, en Los Monegros, arden las mismas piedras y el mismo suelo; para nada resulta extraño que puedan morar aquí los diablos. Malditos paramos bajo al azote de un sol implacable, donde encontrar una sombra es ardua tarea, solamente algún escaso árbol salpica el camino, entre los campos abiertos dorados de cebada y trigo. Parecían interminables, con ese horizonte claro y con la sierra callada de Alcubierre al fondo, oscura, inquietante, con su recortada silueta y misteriosa impronta donde historias de bandoleros se suceden mucho más allá de sus confines.
Ya me hubiese gustado no hablar del bochorno, de ese aire abrasador que golpea la débil faz y agrieta la tierra, pues, en estas tierras, hasta el aire arde. No puede ser de otra manera y el carruaje del correo aprovecha las horas de menor calor para proseguir su empresa hacía Zaragoza, recorriendo el viejo camino real desde que partimos de Monzón.
Sin mucho tardar alcanzamos Sariñena, villa inmortal donde las haya, y su rica vega a orillas del Alcanadre. Cuando el sol culminaba en el cielo, guardamos merecido descanso, no sin antes deleitarnos de una deliciosa y copiosa comida y regar nuestros ansiosos estómagos con vino recio de la zona. Un vino duro que por lo menos engañaba la sed. A la tarde dejamos atrás la inmortal villa, pasando por su salada laguna, con el hedor de un muladar donde se amontonaban los huesos apilados de aquel preciado bestia que con tanto esfuerzo ha sacado adelante a esta pobre gente. Toda una oda a la muerte y a la vida.
Habréis notado una desafección por parte de quién redacta estás atrevidas líneas, pues así fue parte de la idea que me acompañó durante gran parte del trayecto, hasta que descubrí lo que, sin duda alguna, debería de considerarse como un auténtico oasis en el corazón de Los Monegros y, por qué no decir, de todo Aragón.
Primero avisté su torre elevada en la planicie, destacando en el agreste paisaje, entre secarrales de espartos, albardín, ontinares y sisallares, romerales y tomillares, y secanos llenos de segadores resecos, con callos en las manos y la carga a cuestas de una cosecha que apresuraba llenar los graneros. Entenderéis, queridos lectores, que esta es tierra de sed y hambre, de cosechas perdidas, sequias, plagas de langostas y otros males que a veces hacen comprender a quienes se echan al monte, al mal oficio de bandolero, de malhechores y rufianes delincuentes.
Pero volviendo a lo que en verdad nos atañe, allí estaba una de las más desconocidas cartujas, mimetizada en el agreste paisaje, con su color a tierra, formando parte de ella. No obviare que sentí un recogimiento al acercarme, era como si hubiese estado aguardando mi llegada, esperando, y yo no hubiese tenido o deseado otro fin o destino en mi aventura de la vida que acabar acudiendo a su feliz encuentro.
Los hermanos se afanaban en los trabajos de la vida, llevaban una rica huerta y cuidaban el ganado, los pastos y secanos del predio, de un olivar y vid. Dentro, los padres llevaban su retiro y recogimiento, de silencio, y su espiritualidad emanaba de las paredes del monasterio, lo impregnaba todo. Indudablemente, la virgen protege este templo perdido en mitad de la nada, en un lugar de los olvidados Monegros.
En los aledaños del monasterio, como por arte de magia, brotanan unas aguas milagrosas de una fuente manantial. Aflora de las entrañas de la tierra un agua apreciada y deseada, con propiedades curativas y, con total certeza, bendecida por la venerable Virgen de Nuestra Señora de las Fuentes. Estas dichosas aguas aplacan la sed que tanto aflige esta tierra, la rabiosa sed que se apodera de todo y hace de la vida una lucha constante. No negaréis que no hay mayor milagro en la tierra que el agua que nos da la vida y bien podéis hacer gala de ello las gentes de Los Monegros.
A la entrada del recinto amurallado, si os acercáis a ella, hallaréis una pequeña hospedería donde, como no podía de ser de otra manera, acabamos recogidos. El trato fue cordial, los aposentos sencillos pero acogedores, suficiente para gentes de paso. Reinaba la paz y se guardaba escrupuloso silencio, había que respetar el trabajo de los hermanos y el silencio de los padres, no se podía perturbar la atmosfera divina que gobernaba el barroco cenobio.
Al caer la noche, en su profundo silencio, algo me hizo abandonar mis aposentos. No fue ningún ruido ni nada me molestó, fue algo interior, algo me estaba llamando. Salí al patio del monasterio, todo permanecía en rigurosa calma, solamente el aire se movía ligeramente refrescando la noche. El cielo rebosaba de estrellas mientras paseaba por su patio, no tardé en alcanzar la puerta de la iglesia, estaba entreabierta y sentí que alguien había en su interior.
La curiosidad pudo con mi alma y no puedo aún dejar de evitar mi sorpresa y jubilo cuando pude contemplar la iglesia y, aunque estaba completamente a oscuras, se apreciaba un conjunto de pinturas de extraordinaria belleza, de colorido y calidad. Quedé absorto, recorrí una a una cada pintura, por la iglesia, por su paredes, bóveda, cúpula, tribuna y claustrillo, allí entré a una de las capillas, completamente a oscuras, sentí una presencia. Advertí su larga túnica blanca con capucha, su rostro contemplativo mirando las pinturas, escudriñando cada pincelada, como quien admira su obra. Se atusaba su larga y espesa barba blanca, no dejaba de mirar cada detalle, sin alterarse de mi presencia, pues en verdad ni me advirtió, ni se percató que estaba allí. Solo más pude hacer que retirarme de nuevo a mis aposentos.
A la mañana siguiente, antes de remprender la marcha, pude volver a contemplar la iglesia, la luz se apoderaba maravillosamente del espacio y las pinturas lucían en todo su esplendor. En una de las pinturas vi el rostro de Fray Manuel Bayeu y para mí sorpresa correspondía al mismo monje de la noche anterior. Fray Manuel Bayeu era el autor de tal inconmensurable obra, pintor entre los grandes. -Tristemente nos dejó hace poco más de un año-, fueron las palabras que dijo un hermano que nos acompañaba en nuestra visita mientras yo me quedaba absolutamente perplejo. Involuntariamente, un escalofrío me invadió el cuerpo, un tremendo recogimiento se apoderó de mí, no dije palabra, quedé mudo y a nadie conté que me había sucedido la noche pasada. Quedé tan sumamente impresionado que hasta dudé de mi cordura, si fue el maldito vino de esta tierra o si había sido un sueño en mi profundo dormir.
Me despedí prosiguiendo mi camino, dejando atrás sus muros y su silueta que se iba perdiendo en el horizonte. ¡Ay mis gozos por esta cartuja, de mis entrañas, devoto de su virgen y de su fuente de vida que fluye como la sangre en el cuerpo! ¡Ay de mi, que veo presencias en la casa de dios! ¡Ay mi virgen, a ti me debo!
Sí, tuve la suerte de encontrar entre sus muros al más desconocido de los Bayeu, saga de pintores familiarmente unida al ilustre, entre los más ilustres, extraordinario pintor de corte Francisco de Goya. Parece que es obra del mismo Goya, los coloridos murales no dejan indiferente a quien tiene el privilegio de poder contemplarlos.
Me permitiré en no caer en el efecto de no volver a elogiar las pinturas que envuelven tan majestuoso templo, de anticipar al lector en sus maravillas para que las podáis contemplar en persona y sorprenderos por vosotros mismos. Pues es bien sabida su belleza y espectacularidad en su grandeza mural que no deja impasible hasta al menos formado en estas ilustradas artes.
En vano dije anteriormente que en estas tierras debía de morar el diablo, llevado por una desacertada y superficial impresión, pues he de ser digno de reconocer mi error y rendirme a los pies de esta tierra hermosa que resulta todo un milagro para la vida. Debéis de ser sabedores, que en mi ha dejado profunda impresión y huella, que desde entonces es dado en mí una imperiosa necesidad de transmitir tales misterios que me acontecieron, pues, si en alguna ocasión tenéis el privilegio de contemplar la gloria de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, recordar que entre sus paredes aún mora Fray Manuel Bayeu velando por sus pinturas, protegiéndolas al paso del tiempo para que sean eternas.
La cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes responde a un conjunto patrimonial extenso más allá de su propio conjunto arquitectónico y pictórico. De hecho, se componía de tierras entre las cuales se encontraba, anexa al monasterio, un olivar seguramente centenario que formaba parte de la idiosincrasia del monasterio. También de su paisaje. Lamentablemente, mucho de su patrimonio se ha ido perdiendo, por lo que el presente trabajo tratar de realizar una relación de parte de su patrimonio perdido y también del que se encuentra en diferentes archivos, museos y otras ubicaciones.
Aún perduran algunas construcciones auxiliares como la fuente del milagro y su sistema de canalización, que resultó básica para la instalación del monasterio. Cerca, en la loma contigua, se encuentran los restos del original monasterio y la antigua iglesia, restos casi desaparecidos. Un poco más lejos, al otro lado del canal, a unos escasos dos kilómetros del monasterio y mirando hacia el barranco de San Juan, se encuentra el horno tejar del monasterio, donde seguramente se fabricaron los ladrillos y tejas del monasterio. Un horno de considerables dimensiones que acompañaba una balsa recientemente desaparecida.
También, el nevero próximo a San Juan del Flumen cuentan que pertenecía al enclave monástico. Su inventariado y protección sería más que necesario, integrando todo en el Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes del que este 2022 se cumplen 20 años del decreto 60/2002, de 19 de febrero, del Gobierno de Aragón, por el que se declaraba Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, la denominada «Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes» de Sariñena (Huesca).
Dibujo que representa el estado en que se halla arruinada la Iglesia de la Cartuja de las Fuentes, de la cual se trasladó el sepulcro y cuerpo de Artal de Alagón a la fábrica nueva y Sala Capitular (1785). Archivo de la Corona de Aragón. ACA,DIVERSOS,Sástago,092 (LIG 009/028)
Patrimonio material, pero a la vez hay un patrimonio inmaterial, aquel que se conserva en la memoria de la gente, de historias que hemos oído hablar del monasterio. El mismo saber popular que siempre ha narrado como, tras el abandono del monasterio, los monjes cartujos depositaron por diferentes casas pudientes de la comarca varios de sus bienes. Fue una manera de protegerlo, de salvarlo, pero no fue del todo así, aquel patrimonio ha acabado despareciendo y no ha llegado a nuestros días. Por suerte la Diputación Provincial adquirió a casa Ruata, a principios del 2020, el “Libro de actas del capítulo de la comunidad de Nuestra Señora de las Fuentes 1672-1834”. Un libro que recoge los hechos, decisiones y acontecimientos, más importantes hasta su abandono. Igualmente, la Diputación Provincial adquirió en el 2021 un boceto en oleo de un lienzo perdido de Fray Manuel Bayeu. Quizá el futuro nos pueda regalar muchas más sorpresas. Algunos bocetos de las pinturas murales de Fray Manuel Bayeu, en la cartuja, fueron regalados por el mismo maestro y se pueden contemplar en el palacio de los Barones de Valdeolivos de Fonz.
Sin embrago, la historia de pérdidas del monasterio parece remontase a época de la expulsión morisca española entre 1609 y 1613, tras la cual desaparecieron bienes y alhajas del anterior monasterio monegrino de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, tal y como recoge un documento fechado en 1621: Letras apostólicas de Martín de Funes, arzobispo de Valencia, insertando una paulina de Alejandro de Sangro, Patriarca de Alejandría, como delegado del papa Gregorio XV, para que se le restituyan al convento de Nuestra Señora de las Fuentes los bienes y alhajas desaparecidos tras la expulsión de los moriscos. (1621-12-10, Valencia). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.13. Igualmente aparece un documento que incluye una copia de una carta puebla (Carta de Población/Privilegio de Población) , otorgada por el prior del monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes, Francisco de Almenar, en 1612, tras la expulsión de los moriscos. (Aproximada 1753-01-01 – Aproximada 1769-12-31) ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.5.
Poco duró el esplendor del monasterio, desde la construcción del actual conjunto monástico a lo largo del siglo XVIII hasta entrado el siglo XIX cuando se inició la decadencia del cenobio monegrino. A partir de entonces, la Cartuja de Monegros padeció el azote de la Guerra de la Independencia y después, durante el Trienio Liberal (1820-1823), cuando los monjes cartujanos abandonan el monasterio. Desapareciendo su uso religioso completamente con la desamortización de Juan Álvarez de Mendizábal (1835-1836), la cartuja dejó definitivamente atrás su vida monástica pasando a manos privadas.
Partes de sus dependencias sirvieron como material de construcción para las gentes de pueblos vecinos, maderos, tejas…
Retraernos a una detallada descripción de aquel monasterio, de mediados del siglo XIX, en parte lo podemos hacer a través del diario El Católico del martes 22 de septiembre de 1840: Lanaja (Provincia de Huesca) 9 de septiembre. A media hora de distancia de esta población se halla en el término municipal de Sariñena el monasterio de padres Cartujos con el título de nuestra Señora de las Fuentes, cuyo edificio después de expulsados estos han padecido mucho, especialmente en estos dos últimos años, porque lejos de celar por su conservación el encargado, permite, según se dice, que se lleven tejas, maderas; sobre lo cual, si es cierto, llamo la atención de los encargados principales. Mas no es este el edificio que ahora me llama la atención, y sí la Iglesia y claustrillo contiguo con la misma, que todo se halla unido al monasterio. Aquella es un crucero, cuya nave tendrá 30 o más varas de larga, y de 12 a 14 de ancha: tanto el claustrillo como la iglesia son edificios sólidos con buen gusto de arquitectura, especialmente la iglesia; esta es hermosa ya por lo dicho, por los muchos adornos de yeso dorados, y ya por los 30 o más cuadros grandes y otros pequeños, que pintados en las mismas bóvedas y paredes de toda la iglesia por D. Fr. Manuel Bayeu, representan otros tantos misterios de nuestro divino Redentor o de su Santísima Madre, cuyas pinturas son de mérito y gusto, así como también los referidos adornos. Al trente de la puerta y nave se ve un magnífico retablo de madera, y tanto su escultura como el dorado es de primor, teniendo por zócalo un jaspe morado, de cuya piedra es también el frontal del altar dedicado a nuestra Señora. También hay buenas sillerías para los presbíteros y para los legos con un santo pintado en el respaldo de cada silla. Y tras el retablo un tabernáculo de madera y dorado igual al retablo. Pudiéndose decir, que todo esto reunido en la iglesia, forma un conjunto de hermosura y grandeza digna, en lo posible, de la casa de la Virgen Madre.
Así mismo, El Católico, martes 22 de septiembre de 1840, detalla como los lienzos del monasterio fueron llevados a Huesca:
“El claustrillo también tiene muchas pinturas fijas en la misma pared, pues las que estaban en lienzos, todas se las llevaron a Huesca los comisionados de la hacienda pública, como también la corona de nuestra Señora, los vasos sagrados y ornamentos que hallaron en el acto de la expulsión; y posteriormente se concluyeron de llevar los demás ricos ornamentos, mantos y alhajas de la misma Señora, no habiéndola quedado sino un manto morado viejísimo e indecente, y una corona de hoja de lata que hace ya años iba a trozos.
De las paredes de la cartuja se desprendieron 34 lienzos que narraban la vida de san Bruno. Solamente 17 de aquellos 34 lienzos, que se encontraban en el claustrillo de capillas, hay constancia que han llegado a nuestros días. Tras la desamortización fueron recogidos por la Comisión de Monumentos de Huesca hasta su ubicación definitiva en el Museo de Huesca. Además, muchos otros objetos fueron sustraídos del monasterio, incluso, como cita el artículo, intentándose llevar el viejo retablo.
Relación de lienzos presentes en el Museo de Huesca. Todos procedentes de Claustrillo de Capillos de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.
San Bruno y sus compañeros en Chartreuse y construcción del primer monasterio. Lienzo. Barroco. 1779. Inventario 00138.
San Bruno y sus seis compañeros parten hacia el retiro solitario. Lienzo. Barroco. 1779. Inventario 00139.
Aparición de San Bruno al Conde Rogerio. Lienzo. Barroco. 1779. Inventario 00140
La parroquia de S. Lorenzo de Huesca ha tratado de llevarse el tabernáculo que se halla tras del retablo, no sé si lo habrá hecho así y temerosos los vecinos de Sariñena de que se lleven todo lo que hay en la iglesia, ya están arrancando las sillerías para llevárselas a Sariñena con todos los demás enseres arrancables, y tratan de llevarse la sagrada imagen de nuestra Señora de las Fuentes, titular de la iglesia y monasterio, y además y en seguida de esto el retablo que sufrirá muchísimo arrancándolo y conduciéndolo a Sariñena que hay tres horas: quedando la iglesia, por estos hechos, un esqueleto, por faltar los principales objetos de ella.”
Asiento Coral Cartuja Aula Dei de Zaragoza.
La imagen de Nuestra Señora de las Fuentes fue llevada a Sariñena y durante la guerra civil su cabeza fue salvada poco antes de arder en la hoguera durante la quema de imágenes religiosas (La historia de la Virgen de las Fuentes). También la sillería del coro fue llevada a Sariñena, de la cual quizá podamos hacernos una idea buscando similitud con la de la Cartuja del Aula Dei de Zaragoza.
Este desmantelamiento lo recogió J. Conte Oliveros en «La histórica villa de Sariñena y la Cartuja de las Fuentes» (Nueva España, 17 de enero de 1982): «Los cuadros móviles fueron llevados al Museo Provincial de Huesca, la imagen de la Virgen y la sillería coral destruida en 1936 a la parroquial de Sariñena, excepto ocho de los asientos que fueron colocados en la desaparecida iglesia sariñenense de Loreto, convertida a la a Sazón en cárcel. Lanaja extrajo retablos, crucifijos y otros objetos de valor, excepto un templete actualmente existente en la capilla de Santiago -ahora del Santísimo- del. Pilar de Zaragoza.»
El antiguo retablo, obra de Carlos Salas, acabó desapareciendo, cuentan que fue durante la guerra civil española. Afortunadamente, se puede contemplar en la fotografía “Altar Mayor de la iglesia» de Mariano Pano Ruata, Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes de Sariñena ES/AHPHU – F/00120/0208 -AHP Huesca.
Mariano Pano Ruata, Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes de Sariñena ES/AHPHU – F/00120/0208 -AHP Huesca
Puedo asegurar, que si se saca de su casa la imagen de nuestra Señora y se quita el retablo, desde luego será su templo un corral de ganado; se arrebatarán las maderas y tejas que cubren el templo, como sucede con lo demás del edificio, y las aguas e inclemencias humedecerán las bóvedas; se inutilizarán las pinturas y se destruirán, no solo las bóvedas, si es hasta el mismo templo. Solamente el pensar en esto me aflige y hace derramar lágrimas al ver que los vecinos de Sariñena tienen que sacar de su casa, de su templo, a la imagen de nuestra Señora, a su bienhechora, a su Madre; ¿y por qué? Por el temor de que no la roben y la ultrajen y aún la despedacen, privando de este modo a los de Sariñena del tiernísimo objeto de su más profunda veneración y respeto.
Pero ya que por esta razón se la quiere sacar de su casa, no se saque de la misma su retablo que la sirve de trono; y si aun de esto no se puede prescindir, al menos trátese seriamente de conservar su hermoso templo y claustrillo, pues aunque nos hallamos en época poco pacífica, tiempos de sosiego y paz vendrán, en que esta tierna Madre pueda regresar a su iglesia y quede un santuario digno del mayor respeto y veneración. Pídase al limo, obispo y gobierno de Huesca las llaves del templo con un documento, que dado por ambas autoridades, acredite la cesión del templo y claustrillo a Sariñena; ciérrese a cal y canto y con solidez el paso de este al claustro principal del monasterio, y póngase un ermitaño que cuide y cele exactamente por la conservación de ambos, templo y claustrillo, que indudablemente pertenece a Sariñena por la cesión que esta hizo a los cartujos de su antigua ermita de la Magdalena.
El Católico, martes 22 de septiembre de 1840.
En 1841, el monasterio fue adquirido por Francisco Romeo Martínez de Bengoa, familia Bernabé Romeo. Los nuevos propietarios establecieron un balneario en la cartuja, muchos de los agujeros en las pinturas murales se deben a aquella época, incluso la apertura de pequeños armarios en determinadas capillas. A pesar de algún artículo que citaba las bondades de sus aguas, lo cierto es que el balneario no debió de funcionar, acabando en fracaso. En 1892, con la rescisión del préstamo, la cartuja salió a subasta pública siendo adquirida por la familia Bastaras.
Caja de Agua de la Cartuja de las Fuentes
No obstante, aquel intento fallido de transformar la cartuja en un balneario, con sus luces y sombras, seguramente fue clave en su conservación, al igual que cuando estuvo en manos de la familia Bastaras. El continuo mantenimiento y la protección que suponía estar ocupado evitó su abandono y deterioro progresivo hasta una ruina segura. Quizá, otro escenario hubiese sido el final de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.
Diario de Huesca – 22/08/1884
La familia Bernabé Romeo, a través de algunos documentos, que compartieron con la escritora estadillana Elena Chazal Playán aparece la “Figura Inventario de Las Fuentes que principió en 1871”. De aquel inventario extraemos algunas partidas que reflejan su naturaleza agrícola y ganadera: Caballería: 3 Mulas grandes, 1 Mula joven de feria, 1 Mulo que fue del mayoral, 1 Caballo, 1 Yegua leona, 1 Yegua Gilda, 2 Bueyes grandes de feria, 2 Vacas de criar y 1Ternera. Pero otra parte del mismo inventario deja constancia de diferentes elementos religiosos relativos a la iglesia, desconociendo si eran propios de la familia o ya formaban parte del monasterio con anterioridad:
Cálices dos, uno hojalata
2
450
Campanillas
2
18
Crucifijos, bronce y madera
2
86
Imágenes, un juego
1
4
Atril de altar (nogal)
1
10
Atril de
1
10
Misal elegante
1
64
Candeleros metal
2
28
Atices candeleros
5
“
Casullas de seda, hilo y soga
2
440
Cingulos
2
“
……. Cáliz y
2
50
Conjurales
1
88
Sillas, siradas, encajes juego
1
73
Sillas, encaja
3
59
Sicario bordado
7
28
3
380
Humificadores
3
31
4
16
Con encaje y sin el
3
31
4
16
2
74
“Nada se conserva del mobiliario del templo como las sillerías del coro, el facistol, el altar mayor y el magnífico retablo, lamentablemente destruido en la guerra civil española, obra del escultor Carlos Salas, quien también se encargó de las labores de ornamentación escultórica de su interior. Sólo ha sobrevivido el tabernáculo, hoy en la basílica del Pilar de Zaragoza.”
Elena Barlés Báguena y José Ignacio Calvo Ruata. La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.
Seguramente, a la familia Bernabé Romeo le llegaron elementos del monasterio, pues el tabernáculo fue donado por parte de la familia a la basílica del Pilar de Zaragoza “En el centro de la capilla se levantaba un gran tabernáculo, obra del escultor Carlos Salas, que ha ido a parar a la capilla de Santiago del Pilar de Zaragoza” (Elena Barlés Báguena y José Ignacio Calvo Ruata. La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes).
Tabernáculo en la Basílica del Pilar de Zaragoza
El monasterio fue acuartelamiento militar durante la Guerra Civil (1936-1939), almacén y finca ganadera. En el 2002 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural y en el 2015 fue adquirida por la Diputación Provincial de Huesca.
Son muchos los objetos y documentos que han formado de la Cartuja de las Fuentes, formando parte indisociable de la historia y vida del monasterio de La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.
Relación de documentación en diferentes archivos:
Archivo Nacional
Registro de todos los documentos del archivo de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes (1713), ES.28079.AHN/10//CODICES,L.38.
Donación de Alfonso II (1190-06). Alfonso II dona al monasterio el lugar de Víu con todos sus términos. ES.28079.AHN/10//CLERO-SECULAR_REGULAR,Car.620,N.10.
Nombramiento de jueces conservadores (1530-05-18). Nombramiento del arzobispo de Zaragoza, del obispo de Huesca y de los abades de San Juan de la Peña y de Santa Fe como jueces conservadores del monasterio. ES.28079.AHN/10//CLERO-SECULAR_REGULAR,Car.620,N.11.
Treudo de unas heredades en Peñaflor (1563-07-23). Juan de Alagón da a treudo al monasterio unas casas, torre, campo, viñas, huerta y otros heredamientos situados en Peñaflor por el pago de 2.500 sueldos jaqueses anuales, concediéndoles como cláusula añadida poder liberar el treudo por 50.000 sueldos jaqueses. ES.28079.AHN/10//CLERO-SECULAR_REGULAR,Car.620,N.12.
A.H.N., Sección Diversos. Códices
Microfilmación: Archivo Histórico Nacional
Digitalización: Servicio de Reproducción de Documentos de la Subdirección de los Archivos Estatales
Ministerio de Cultura. EspañaA.H.N., Sección Diversos. Códices
Microfilmación: Archivo Histórico Nacional
Digitalización: Servicio de Reproducción de Documentos de la Subdirección de los Archivos Estatales
Ministerio de Cultura. EspañaA.H.N., Sección Diversos. Códices
Microfilmación: Archivo Histórico Nacional
Digitalización: Servicio de Reproducción de Documentos de la Subdirección de los Archivos Estatales
Ministerio de Cultura. España
Archivo Histórico de la Nobleza
Acta de recibo por Constantino y Francisco Cernesio de la documentación relativa a la Baronía de Parcent, entregada por el Monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes, tras la compra de dicha baronía (1636-06-18, Valencia). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.11.
Bula del papa Urbano VIII permitiendo la venta de la Baronía de Parcent al monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes. Acompañada por una copia de la licencia del nuncio Apostólico en virtud de dicha bula, para la realización de la venta. (1635-04-04) ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.7.
Diligencias de un pleito seguido por el conde de Parcent contra los vecinos de los lugares de Benigembla, Bernisa y Parcent, para que cumplan los capítulos de la carta de población otorgada en 1612 por Francisco de Almenar, prior de Nuestra Señora de las Fuentes, antiguo poseedor de estos lugares. Incluye un original y una copia de dicha carta de población. (Aproximada 1612-01-01 – Aproximada 1799-12-31). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.16.
Escritura de posesión de la baronía de Parcent y lugares de Bernisa y Benigembla a favor del convento de Nuestra Señora de las Fuentes, quien los recibió de los herederos de Pedro de Pere Andreu. Los anteriores señores de la baronía (familia Catalá) la tienen que dejar vacante.( 1611-08-03 , Valencia). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.47,D.3.
Escritura de venta de la villa y Baronía de Parcent, de los lugares de Benigembla y Bernisa y del Castillo del Pop, otorgada por el Monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes a favor de Constantino y Francisco Cernesio. Acompañada por los poderes otorgados al prior del monasterio para la realización de la venta, en 1634 y 1636. (1636-06-18, Valencia y Zaragoza) ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.1.
Letra despachada por Constantino y Francisco Cernesio ordenando a Pablo Francés de Urritigoiti para depositarla en la Tabla de Zaragoza para el pago al monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes por la compra de la Baronía de Parcent. Acompañada por un recibo del depósito y dos cartas de pago del convento (Aproximada 1639-01-01 – Aproximada 1641-12-31). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.9.
Letras apostólicas de Martín de Funes, arzobispo de Valencia, insertando una paulina de Alejandro de Sangro, Patriarca de Alejandría, como delegado del papa Gregorio XV, para que se le restituyan al convento de Nuestra Señora de las Fuentes los bienes y alhajas desaparecidos tras la expulsión de los moriscos. (1621-12-10, Valencia). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.13.
Pleito seguido por Joaquín de la Cerda, conde (consorte) de Parcent, para que los vecinos de la Baronía de Parcent cumplan los capítulos establecidos en su carta de población. Incluye una copia de dicha carta puebla, otorgada por el prior del monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes, Francisco de Almenar, en 1612, tras la expulsión de los moriscos (Aproximada 1753-01-01 – Aproximada 1769-12-31) ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.5.
Real Provisión de Felipe IV dando licencia al monasterio de Nuestra señora de las Fuentes para que se efectúe la venta de la baronía de Parcent a Constantino y Francisco Cernesio.( 1636-01-29 , Madrid). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.4.
Sentencia dada por la Audiencia y Consejo de Aragón en favor del convento de Nuestra Señora de las Fuentes, sobre la posesión de la baronía de Parcent, en contra de Serafín Catalá de Pere Andreu. (1610-06-08). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.47,D.4.
Sentencia del Consejo Supremo de Aragón a favor del monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes en el pleito que seguía contra el síndico del Colegio de la Compañía de Jesús de Calatayud e Isabel Ferrer y de Catalá, como madre y curadora de Serafín Pere Andreu de Catalá, por la posesión de la Baronía de Parcent. (1620-12-22, Madrid). ES.45168.AHNOB//PARCENT,C.46,D.12.
Archivo Provincial de Huesca
Se hallan dos fotografías de Pano Ruata, Mariano, anteriores a la guerra civil, entre 1930 y 1936. Una primera refleja las pinturas del coro y del techo de la iglesia y la segunda responde al altar mayor de la iglesia
Cartuja de las Fuentes de Sariñena. Pintura del coro y techa de la iglesia. ES/AHPHU – F/00120/0207.
Cartuja de las Fuentes de Sariñena. Alta Mayor de la iglesia. ES/AHPHU – F/00120/0208.
Archivo Municipal de Zaragoza
Censal sin luir. Censal de quinientos sueldos jaqueses de pensión con once mil sueldos jaqueses de propiedad otorgado por la ciudad de Zaragoza a favor del monasterio de la Cartuja Nuestra Señora de las Fuentes mediante carta de gracia de poderlo luir. (1661). ES. 50297. AM – Caja/000436.
El censal es una obligación perpetua, pero que incorpora la posibilidad de redención. Fue un instrumento financiero muy extendido en la Corona de Aragón desde la Baja Edad Media hasta la Edad Contemporánea; era usado como mecanismo de financiación tanto por los particulares, como por los organismos públicos.
Censal sin luir. Censal de mil sueldos jaqueses de pensión con veintidós mil sueldos de propiedad otorgados por la ciudad de Zaragoza a favor de los priores, monjes y convento de Nuestra Señora de las Fuentes del Santo Orden de la Cartuja, situado en los términos de la villa de Sariñena, mediante carta de gracia de poderlos luir. (1601) ES. 50297. AM – Caja/000437.
Archivo Histórico Provincial de Zaragoza
Cartel de compulsa a instancia del Prior, monjes y capítulo del monasterio de Sta. Mª de las Fuentes, en la villa de Sariñena, de la antipoca otorgada por José Tafalla, boticario, vecino de Zaragoza, a favor de dicho convento, en poder de Don Manuel de Leiza y Eraso, notario de número de Zaragoza. (1703). ES/AHPZ – J/000798/0014.
Cancelación de un censal de 6.000 libras jaquesas cargado en 1641 sobre la Cartuja de las Fuentes a favor de la Cartuja de Aula Dei (1666). ES/AHPZ – P/002762/005.
Acuerdo entre los monjes de Aula Dei sobre bienes de la Cartuja de las Fuentes (1591). ES/AHPZ – P/002760/012.
Tres documentos eclesiásticos, de Porta Ceoli y Montearagón, relativos al traslado de la Cartuja de las Fuentes, en Aquitania (Francia) a Aula Dei. (1553-1563). ES/AHPZ – P/002760/009.
Apelación del monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora, de las Fuentes, contra la Justicia y ayuntamiento de la villa de Sariñena, sobre apenamientos. (1817). ES/AHPZ – J/011576/000003.
Expedientes de subasta para el arriendo de fincas. Expedientes de subasta para el arriendo de fincas procedentes de la Cartuja de las Fuentes de Sariñena (1836-1838). ES/AHPHU – H-016173/000007.
Civil de Tadeo Solanas, vecino de Monegrillo, administrador del extinto Monasterio de Nuestra Sª de la Cartuja de Fuentes, con Francisco Miralla y Sánchez, vecino de Sariñena, sobre jure y declare. (1821). ES/AHPZ – J/010120/000013.
Firma del prior, monjes y Capítulo del real monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, contra Engracia Mirallas, vecina de Sariñena, sobre paso para una heredad. (1760). ES/AHPZ – J/011679/000011.
Inventario a instancia del prior y monjes del monasterio de Nuestra Señora de las Fuentes, de la orden de la Cartuja, sito en los términos de la villa de Sariñena. (1723). ES/AHPZ – J/011879/000009.
Firma del prior, monjes y caritulo de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, sita en la villa de Sariñena, contra los regidores de las aldeas de dicha villa y diputados de su comunidad, sobre diferentes derechos. (1738). ES/AHPZ – J/012217/000005.
Autos de recurso, a instancia del Monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, contra el alcalde primero de la villa de Sariñena, Joaquín Lapiedra, sobre entrega de granos ocupados. (1824). ES/AHPZ – J/014722/000009.
Informes y resoluciones a las solicitudes presentadas por los Ayuntamientos pidiendo los edificios de los conventos suprimidos de Maella, Monasterio de Huerta, Monasterio de Rueda, Monasterio de Piedra, Monasterio de Veruela, Monasterio de la Cartuja de las Fuentes, Fuentes de Ebro; y edificio de la Inquisición en Zaragoza, para fines de uso particular o público. (1842-1850). ES/AHPZ – A/002296/000003.
Cuenta que Juan Martínez, encargado del cobro de las rentas que percibe en Zaragoza del suprimido Monasterio de la Cartuja de las Fuentes, presenta al Administrador General de Bienes Nacionales de Aragón, Mariano Burillo. Incluye las solicitudes de condonación de los abonos a cambio de las reparaciones efectuadas en las casas habitadas de dicho monasterio por sus inquilinos. (1809-1810) ES/AHPZ – A/002225/000003.
Clero-Secular_Regular (Provincia de Huesca, Pergaminos). sección Clero. Archivo Histórico NacionalClero-Secular_Regular (Provincia de Huesca, Pergaminos). sección Clero. Archivo Histórico NacionalClero-Secular_Regular (Provincia de Huesca, Pergaminos). sección Clero. Archivo Histórico Nacional
Archivo de la Corona de Aragón
Indemnidad por dos censales de la Cartuja de las Fuentes otorgada a las villas de Pina, Alcubierre y Sástago por el procurador de los tutores de Blasco de Alagón (1513-07-29, Pina). ES.08019.ACA//ACA, DIVERSOS, Sástago, Pergaminos, CARPETA 06, PERGAMINO Nº 278 (LIG 011/004).
El procurador del convento de Nra. Sra. de las Fuentes de O. de la Cartuja pide que el pleito que su convento mantiene contra Pedro Vilacampa, sea trasladado de sala (1628). ES.08019.ACA//ACA, CONSEJO DE ARAGÓN, Legajos,0872,nº 085.
Ilustre cabildo eclesiástico, ilustre ayuntamiento, vecinos y habitantes católicos de Sariñena, a todos me dirijo diciéndoos, que recordéis los muchísimos y muy singulares favores y beneficios que en todos tiempos recibieron vuestros padres y habéis recibido vosotros de la Virgen Santísima de las Fuentes; recordad las veces que nos ha socorrido con los beneficios del agua en épocas de sequía; de salud en nuestras enfermedades espirituales y temporales, especialmente en flujos de sangre; nos ha librado de pedriscos y malas tronadas, y nos ha favorecido en todos tiempos de mil modos y maneras que no nos es posible comprender ni explicar y debemos confesar.
Después de esta reflexión tan justa cómo cristiana, fijemos la vista en la imagen de nuestra Señora de las Fuentes y veremos que ha sufrido el despojo, la desnudez, la soledad, desamparo de su culto, porque han sido muy pocas veces las que ha tenido al año luz en su templo, y ha sufrido también sacrilegios atropellos en sus cosas, y aun en su imagen del atrio. Todo esto ha sido público: ¡ó dolor! ¡ó ingratitud!.
Habitantes de Sariñena, procurad el culto y veneración de nuestra Señora de las Fuentes; procurad por la pronta reparación de su iglesia y su conservación; que no se diga nunca que laingratitud tiene cabida en vuestros corazones.
No espero que los habitantes de Sariñena echen en olvido estos avisos tan caritativos y justos como cristianos, y dignos de apreciarse: confío, sí, que los aceptarán, procurando desde luego el mayor culto y veneración de nuestra Señora y la reparación de su templo. ¿Quién sabe si el Señor en premio de nuestra devoción a la Virgen Santísima nos concederá días de verdadera paz y bienandanza, y entonces con cánticos de alegría y jubilo podáis trasladarla a su santo templo de las Fuentes y tributar allí todos juntos el homenaje de nuestra gratitud y respeto?
«Un devoto de nuestra Señora de las Fuentes. (ídem.)
En el monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes existe un lugar especial, un oasis en la árida estepa monegrina, una fuente donde prodigiosamente emana el agua. Para llegar a la fuente hay que dirigirse por fuera del recinto monástico, pasear hacia la parte posterior donde se localizan las ruinas del antiguo monasterio. Por el barranco descendemos a la vaguada donde encontramos la fuente del cartujo, también conocida como la fuente del milagro, un lugar de leyenda.
Hallamos una zona con abundante vegetación, la maleza y el abandono se van apoderando del espacio y a un lado se localiza un pequeño edificio donde se halla la fuente. El interior es cuadrangular, abovedado y las paredes son de piedra. Normalmente el espacio se encuentra inundado y por medio de unas piedras se puede llegar a los tres caños por donde surte el agua del manantial. Los caños aparecen por la figuras de cabezas humanas, enmarcadas en una placa metálica rectangular con las letras de aviso de “Agua Sulfatos Nitratada”. Posiblemente los sulfatos provienen por la salinidad de la tierra monegrina, por lo cual el agua contiene azufre explicando el saber popular de ser un agua no almacenable, pues con el tiempo adquiere un olor desagradable. La otra característica del agua es la presencia de nitratos que probablemente se debe a la agricultura, actividad económica principal en el territorio. Las aguas siempre han sido consideradas de excelente calidad y poder curativo, lo que motivo el fallido intento de convertir el monasterio en un balneario a finales del siglo XIX.
A la izquierda de la fuente hay una puerta hacia una galería subterránea excavada que se divide en dos ramales para captar el agua del subsuelo. Según cuenta Silvia Abardía Serrano en su artículo “Fábricas de agua en monegros” publicado en el diario del Altoaragón, la gruta derecha se dirige al exterior, hacia la cima de la montaña, donde se observa que aflora el agua de la roca. El ramal izquierdo es más largo y a su mitad tiene una compuerta para regular el caudal. Las galerías presentan goteros para la filtración del agua y por el suelo una canalización hacia la fuente.
La leyenda narra que la imagen de la Virgen fue hallada en el manantial y por ello el lugar fue elegido para erigir el monasterio de la orden de los cartujos, dedicado a la Virgen de las Fuentes. Gracias a la fuente se posibilitó el asentamiento y el desarrollo del monasterio, abasteciendo agua para el consumo humano, el ganado y el riego de huertos y campos. La replica de la imagen de la Virgen de las Fuentes, cuya historia ya narremos en el artículo “El Invierno del Cartujo”, fue salvada de arder en la hoguera y actualmente se conserva en la iglesia parroquial de San Salvador de Sariñena.
La fuente es un lugar para visitar, una obligada excursión al milagro del agua en Los Monegros, al origen del monasterio del Cartujo.
Publicau en “ Os Monegros el 26 de julio del 2012.