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Gonzalo Pelegrín Coto


La memoria es frágil, recordar años duros, de penurias, de escaseces… es difícil. En Los Monegros fue una constante, la falta de agua y cosechas, se pasó sed y hambre; mucha gente emigró. Tocó sobrevivir, luchar, ayudarse, tener ingenio y sobre todo trabajar duramente. Gonzalo Pelegrín Coto es pura memoria de aquellos tiempos, de una forma de vida que nos cuesta entender, cuando cada día era una lucha para poder llevarse algo a la boca. Vidas que forjan.

Gonzalo y Victorina.

Gonzalo Pelegrín Coto nació en Lanaja, el 12 de enero de 1937. Era de casa muy humilde, sus padres no tenían tierras -ni un palmo de tierra-. De oficio esquiladores, era solamente un trabajo temporal, así que había que trabajar en todo lo que se podía. La casar era pequeña, dos habitaciones, cocina y corral. Los colchones eran de paja y en una cama dormían cuatro hermanos: -el primero que se levantaba tenía albarcas, el resto se tenían que conformar con ir descalzos-. Gonzalo ha sido el segundo de diez hermanos, tres chicos y siete chicas.

Su padre no paraba, esquilaba, cazaba y cualquier faena que pudiese realizar. Cazaba conejos, liebres, perdices, pájaros… entonces se comían todo lo que podían, incluso muy guisada la carne de rabosa, o los gustosos fardachos o serpientes, los gorriones fritos, huevos de los nidos, caracoles que cogían en el Matical, -aunque casi todo eran cabras-. Ponían cepos para coger pajarillos, que antes había muchos, apunta Gonzalo. -¡Y, si había suerte, liebre con arroz!-.

Gonzalo no fue a la escuela, solamente fue un día, el maestro le dio cuatro reglazos en la mano y ya nunca más volvió. Un hermano suyo incluso durmió en el calabozo por cantarle a Fernando el maestro -Tolón, tolón-.

-Cuando se aprendía a andar ya se valía para trabajar-. A pozales iban a buscar agua a la balsa de la Cruz, cuando se los dejaban, pues ni pozales tenían para ir a buscar agua. También acudían a la balsa Alta, en el parque, y a la de Tres Castillos. Luego estaba la balsa El Tejar, para las mulas o el resto de animales de trabajo. Cuando llovía, en el barranco de “Árboles de Campos” se formaban pozas que duraban algunos meses y allí se bañaban y aseaban mientras las mujeres lavaban la lana.

Gonzalo ha ido a respigar con las mujeres y otros niños, los campos recién cosechados, tanto trigo como cebada, olivas, almendras o maíz. Hacían fajos de sosa para leña y a veces la hacían para otros -si se hacían dos fascales, uno para ellos y el otro para quien tenía la concesión-.

De muy joven aprendió a esquilar, su padre esquilaba todo, además del ganado, esquilaba las mulas e incluso a algunos hombres, lo hacía hasta gratis, había gente muy pobre. Con las mulas era habitual marcar con las tijeras un dibujo a mitad de lomo o en las ancas para distinguir las mulas y saber a quién pertenecían, de qué casa eran.

Solía vigilar el muladar y si tiraban alguna mula iban a por la piel que luego vendían en Sariñena, a Modesto Giral el Peletero. Según cómo estaba la piel pagaban más o menos. Un año cayó un rayo matando un potro, a la media hora no quedaba ni herradura. Su padre se enteró enseguida, estaba cazando cerca de la aldea de Escanero.

Con tan solo 7 años, Gonzalo marchó a trabajar de rebadán, de ayudante de pastor. Comenzó con el ganau de Los Campetes, a los pies de la sierra de Alcubierre y recuerda que también pastaban por los alrededores del pueblo, corrían todos los yermos, incluso las tierras donde actualmente se encuentra su casa.

También trabajó como rebadán para los montañeses que bajaban en invierno en trashumancia. Se quedaba todo el invierno en la sierra, sólo bajaba al pueblo algún que otro día. Dormía en la misma paridera, una caseta con corral, dentro tenían un hogar donde se calentaban y cocinaban. Almorzaban y con un piazo de tozino aguantaban todo el día. Un año le bajaron los montañeses 5 o 6 yeguas para que las cuidase aquí abajo. En verano iba a segar a casa Sinpato, con Leandro y Paco. Eran tiempos de penurias, de mucho trabajo y hambre; de miserias.

Su padre iba a Alcubierre a llevar y traer el correo en un saco al hombro, le daban 12 ptas. y un pan. Una vez nevó tanto que tuvo que ir con una pala abriéndose paso. Aquel año fue bueno para los pobres, recuerda Gonzalo, pues alguna oveja o cordero se murió por el frío y la aprovecharon para comer; entonces estaba de rebadán por Balsasmedias.   

Con ocho o nueve años comenzó a hacer esparto, iba a Lalueza y a los campos cercanos a Lanaja, los campos hacia Sariñena o por donde luego se establecieron los pueblos de La Cartuja y San Juan. Se dedicaban a arrancarlo y a la una del mediodía, una camioneta de Basols de Sariñena se acercaba para comprarlo. También lo vendían a Salavert de Sariñena. Su primer esparto lo hizo en el cementerio de Poleñino.

Con 12 o 14 años, con su hermano Emiliano y su primo Lorenzo se compraron una bicicleta. Con ella bajaban a Sariñena los sábados a cobrar el esparto que habían recogido durante la semana. Las bicicletas las pagaron a plazos.

Con su hermano y primo iban a poner cepos por la sierra, también ponían lazos o cazaban con escopeta, hurón o el mismo Gonzalo hacía de perro yendo por los margüines haciendo salir las liebres y conejos. No se podía malmeter ni un cartucho, recuerda Gonzalo. Hacían mucho furtivismo y la guardia civil sabía que iban a cazar y trataban de pillarlos, más de una vez tuvieron que salir corriendo, -nos encorrieron muchas veces-. Si les pillaban les quitaban las escopetas. Había mucha liebre y cuando se cazaba un jabalí era toda una fiesta, se hacían chorizos y guisos y se repartía entre todos.

Una noche, por el barranco de Maza, un hurón cayó por un agujero, Gonzalo se pudo meter por el agujero y descubrió un hueco enorme, con literas, cartuchos y balas, quizá era un refugio de maquis, recuerda Gonzalo. Después, intentaron varias veces volver a localizar el agujero, pero nunca más lo volvieron a encontrar. 

Todos tuvieron que trabajar en casa, siempre intentando llevar algo, lo que fuese, unas almendras, algo de uva, unos huevos o pajarillos… Sus hermanas Concha y Josefa marcharon a trabajar a la fonda, hacían recados para casa Gazol o su madre lavaba la ropa de toda la semana de casa Campana, -les daban un poco de jabón-. Otra hermana Carmen tejía en “Nuestra casa” y las otras bordaban a máquina. Gonzalo ha estado en tres o cuatro casas y en todas le hacían dormir en las cuadras.

Gonzalo realizó el servicio militar en Melilla. Fue un gran tirador y le tuvieron gran aprecio los mandos. Al licenciarse, enviaron a casa de sus padres una carta de méritos y agradecimiento. La carta llegó antes que Gonzalo y contenía tantos elogios que la familia entendió que había fallecido. Comenzaron a llorar su muerte hasta que la carta la leyeron en el cuartel de la guardia civil y estos aclararon que Gonzalo estaba perfectamente y de regreso a casa.

Tras la mili, Gonzalo trabajó como peón de la construcción, trabajando en la construcción de los nuevos pueblos de colonización. Trabajó con tres amigos de Lanaja y trabajaban tanto que les tenían que hacer parar; iban a destajo y les decían que no les iban a pagar tanto. Llegaban incluso a reñir por la faena, cuando llegaba un camión de piedra reñían por quien se quedaba la piedra, para tener más faena. Todos lo querían, iban a tanto el metro. Mientras, si no había faena, ayudaba a algunas casas con las labores de la siembra.

La familia ha tenido gran tradición en esquilar. Gonzalo ha esquilado durante más de 50 años, esquilando ganados de Lanaja, Montesusín, Sariñena… En Sariñena esquilaba en las eras y corrales a la entrada de Zaragoza, donde estaba el bar el Cubano y donde aprovechaban para tomar algún café. Esquilaban para Pichirrín de Sariñena. Alguna oveja se quedaban cuando iban a esquilar.

Para esquilar tenían unas máquinas de peine, que cuando podían mandaban en el autobús para afilar en Huesca, si no lo hacían ellos. Con el tiempo iban los tres hermanos con los hijos a esquilar. No paraban de esquilar ni un momento, iban sin parar. -Antes la lana valía mucho-, comenta Gonzalo, -ahora no vale nada-. Estuvo toda una temporada trabajando para comprar un colchón de lana, con el centeno o la paja de caña, hacían un montón y cama hecha.

Por ello les han llamado casa El Esquilador. Dani, su nieto, siempre contesta que él es nieto de Gonzalo “El Esquilador”.

También ha cargado alfalfa trabajando para Montreal, cargando pacas de alfalfa en camiones. Llevaban unos zahones para no desgastar los pantalones y con unos ganchos se ayudaban para cargar y colocar las pacas de alfal. Luego pesaban el camión y pagaban al peso cargado. Si había mucho trabajo, Gonzalo buscaba gente para trabajar, iba al bar Navarro, pues a veces tenían hasta tres o cuatro camiones que cargar, y reclutaba una cuadrilla. Merendaban alguna sardina de cubo o pan con vino, siempre a destajo.

Montreal también comerciaba con mulas y toros. Iban a las ferias a comerciar con mulas, iban con unas y volvían con otras. Gonzalo cuidaba 30 o 40 mulas, de Valentín, las alimentaba, sacaba el fiemo… Una vez, un caballo le dio una coz que se le clavó en la pierna, aún lleva marca.

Gonzalo también trabajó en un almacén de vino cuya prensa de vino iba a mano, pues antes -había mucha viña-.

En 1961, Gonzalo se casó con Victorina Val Ezquerra y han tenido cuatro hijos, dos chicos y dos chicas. Victorina, a los 11 años ya la mandaron de niñera. Eran también de casa pobre y Victorina recuerda como, en una ocasión, le pidió a su madre un lapicero: -mama, mama, cómprame un lapicero– a lo que esta respondió –escribe con el dedo-.

Pero también hubo tiempo para las fiestas. -Las fiestas de antes eran otra cosa-, apuntan los dos sonrientes -Venía el turronero y cuando se descuidaba le quitábamos algún piazo de turrón-. Victorina se acuerda mucho de la Recañe, Juliana, de Sariñena, que subía a Lanaja a vender helados. También subía a Lanaja con un carro a vender verdura.

A las fiestas de Lanaja acudían orquestas muy buenas y bailaban mucho. Había carreras, se hacía la carrera del hombre contra el caballo, con los caballos de Escanero y corría el Simpato, Julián Salillas. -Aunque no tenían dinero eran muy buenas fiestas-. Se divertían mucho y las recuerdan con mucho cariño.

Se hacían rondas y se cantaban a las chicas, Victorina se acuerda de alguna de las estrofas:

Arriba la cachipurriana
que se te seca el tomate
Tíralo por la ventana
Y si se mata que se mate.

Tienes la casa muy alta
Y el granero muy vacío
Y este año has sembrado
Porque te han dejado el trigo.

Ambos, Gonzalo y Victorina apuntan lo dura que ha sido la vida, el trabajo y esfuerzo, pero también de la solidaridad entre la gente, aunque no tuviesen para comer siempre había un plato para algún amigo; muchos en casa tampoco tenían mucho o nada para comer. Ahora, a veces, no se sabe lo que hacer para comer, -abres la nevera y hay de todo, puedes elegir, pero antes el problema es que no había nada-, apunta Victorina. La abuela con poco hacía unos platos deliciosos -¡Aquellas farinetas!, y de nada hacían una sopera-.

Han pasado mucha hambre. Todo lo que pillaban era para casa, cogían hasta la última almendra, aunque estuviese arriba del todo de la almendrera. Gonzalo ha ido a regar por las noches para otros. ha sido muy setero, ha sido quien más cogía setas de cardo por el monte y también ha sido muy setero, ha sido quien más cogía setas de cardo por el monte. El Chutis, le vendió muchos caracoles y al caspolino y particulares. Era un ingreso económico muy bueno.

Gonzalo acabó trabajando de nuevo en la construcción, con Armando Borraz, jubilándose en una obra en Naval.

No han sabido lo que es guardar un día fiesta. Gonzalo recuerda como su madre nunca paró de trabajar y nunca protestó. No paraba ni un segundo, si el pantalón estaba roto o sucio, al día siguiente limpio y arreglado. Limpiaba las tripas de cordero, cuántas limpió su madre, con tanto trabajo y delicadeza. Limpiaba y trenzaba los chichorros, lo que llaman también “menudos”, los guisaba muy, muy buenos, incluso amigos de Gonzalo bajaban de Huesca para comerlos.

Su madre Donata Coto Martínez, mujer incansable, atenta con todos y muy feliz, cuando su pequeña casa estaba llena de gente para navidades, fiestas o cumpleaños. Siempre decía que había pasado necesidades pero que en su vejez no le había faltado de nada. Disfrutó en las bodas y comuniones de sus nietos. Murió muy mayor, rodeada de sus diez hijos, sus veinte nietos y sus diez biznietos.

Pilar Mari Pelegrín.

Gonzalo y Victorina guardan la sabiduría de esta tierra dura y salvaje, una vida que hemos dejado atrás pero que vivieron nuestros abuelos y abuelas. Saben del esfuerzo y del trabajo, pero también guardan esa sonrisa al pasado, de los recuerdos y de una vida de la que se sienten orgullosos, que se la ganaron cada día. Resistencia y fortaleza. Pura nobleza.

Carmelo Lorente Acín, mayoral del dance de Bujaraloz


Desde la recuperación del dance de Bujraraloz, Carmelo ejerce de mayoral. Es todo un apasionado del dance y de su pueblo, de su historia y tradiciones. A través de Carmelo, nos sumergimos en parte de la memoria reciente de Bujaraloz y su vivo dance, recuperado gracias al esfuerzo y empuje de los vecinos de la localidad monegrina; que volvieron a hacer rugir la gaita, las danzas, el teatro popular y los versos que configuran la gran manifestación artística que representa el dance aragonés.  

Ya con esa confianza
iré tomando materia
sin ponerme en trinidades
pues al Santo se reservan,
pero vamos discurriendo
y cada cual se prevenga
en el siguiente coloquio
a elogiarle como pueda.

Mayoral (Dance de Bujaraloz).

Carmelo Lorente Acín nació en Bujaraloz, en casa, en 1959. Su padre era barbero y tenía una peluquería en Bujaraloz. Son tres hermanos. Fue a la escuela hasta el graduado, cuando marcha a Zaragoza a realizar formación profesional de electrónica. La escuela, recuerda Carmelo, estaba donde actualmente se encuentra el ayuntamiento. Comenzó con cinco años y aún había clases de chicos separadas de las chicas, –aunque ya comenzaban a haber clases mixtas-.

Sus recuerdos nos llevan a aquella época que aún daban leche en polvo y en la escuela encendían la estufa con piñuelo, huesos de oliva. Jugaban a Cascabel Montapíe o al popular Churro, media manga, manga entera -Al final, pegado a la pared, se colocaba la madre, quién soportaba a todos apoyados y hacía de arbitro-. También jugaban al balón prisionero y se encorrían por la calle -Entonces la gente jugaba mucho en la calle-. Iban en pantalón corto hasta en invierno, era lo habitual hasta que comulgaban por primera vez -del frio se nos ponían cabrillas en las piernas-.

-En Bujaraloz no había agua, solamente agua de balsa-. Carmelo cuenta como en las ordenanzas, sobre la vida en Bujaraloz, aproximadamente de 1530, principalmente se basan en el uso y gestión del agua. Cada balsa tenía su finalidad, explica Carmelo. La balsa Buena dicen que es de época romana, del antiguo camino de los Fierros, aunque el Sistema de Información de Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA) le atribuye un origen bajo medieval. La balsa se encuentra carretera Caspe desvío a Sastago, donde actualmente está Guissona. Tiene unas escaleras para acceder a ella, entre muros, para el acceso humano. Además, presenta unos números romanos del I al XII, dividiendo la balsa por partes iguales para su limpieza, así, cada parte, debía ser limpiada según las tierras que cada propietario poseía. Los industriales traducían su parte en jornales que hacían los obreros o jornaleros. Eran trabajos comunales. La balsa fue remodelada en 1928.

Las balsas se hacían en barrancos y presentaban hueras (agüeras o güeras) que conducían el agua a las balsas. Estaba prohibido pastar en las hueras. En Bujaraloz, igualmente, se encuentran la balsa Pedrera, construida en 1944, la balsa Grande y balsa del Molino, con el pozo de la bomba entre ellas. A ellas hay que añadir las desaparecidas balseta de la Tejería o la balseta del Moro. Los pozos, que en cada casa había uno, eran salobres y tenían un cierto grado de salinidad. No servían para beber, si acaso, para las caballerías. El agua de balsa se almacenaba en las casas en tinajas y con el tiempo, más reciente, llegaron los aljibes. 

La escasez fue una constante en Bujaraloz y en varios pueblos de Los Monegros, -incluso en 1972 o 1973 tuvieron que traer agua para beber en Bujaraloz, la trajeron en camiones cisternas por medio de la base americana de Zaragoza-. Durante un mes, los abastecieron con agua que subieron desde Caspe, -agua para beber, asearse, cocinar, lavar o para dar a los animales-. No fue hasta el 23 de mayo de 1975 cuando el agua corriente llegó a Bujaraloz.

En las ordenanzas, anteriormente citadas, se prohibía subir por las noches a las cías, sería para evitar que se robase el grano, apunta Carmelo. Estas, estaban debajo del campo de fútbol y todavía existen dos cías.

Bujaraloz ha sido tierras de secano y pastos. Son características sus lagunas saladas que aprovechaban para la obtención de sal. Los campos daban escasas cosechas y en sus margüines se acumulan las piedras que los campesinos iban retirando de los campos. -Algunos, cuando iban al monte volvían con piedras y poco a poco fueron construyendo granjas de pollos. En unos cuatro años levantaban las paredes y, si conseguían buena cosecha, colocaban el tejado-.  El regadío llegó el 23 de mayo de 1995

La nacional II pasaba por el centro del pueblo. Es en torno a 1959-1960 cuando la sacan del pueblo y comienza a aparecer restaurantes, mesones, hostales y talleres. El poster de la gasolinera pasó de la plaza al lado de la nacional, donde el mesón Monegros. Fue un impulso para el pueblo -La carretera equivalía a un pueblo más-, hasta que en el 2021 se liberalizó la Autopista A 2 y la nacional II perdió su constante fluir de vehículos.  

En el mesón había un cine, -igual tenía hasta 500 butacas, y se hacían sesiones los sábados y dos sesiones los domingos-. Carmelo llegó a llevar el proyector mientras dos amigos se ocupaban de vender las entradas y cortarlas. Tenían 18 años, pero su afición al cine ha continuado, siendo miembro del certamen de cortometrajes de Bujaraloz.

En el salón del pueblo se hacían bailes. También estuvo la discoteca Sagitario “el Chato”, en el bar Avenida, –venía gente de todos los pueblos, fue durante 1970 a 1980-.

Cuando contaba con unos 14 años, un grupo de personas se unieron para hacer cosas por el pueblo. Consiguieron un local y compraron juegos y tableros de ajedrez. En el local se juntaban unas diez personas que decidieron hacer un periódico, el “Secarral”. Hubo dos épocas, una primera más inocente y sin medios y una segunda más política y con medios. Publicaban sobre asuntos del pueblo y el maestro les ayudaba a imprimirla; -aunque había cosas que censuraba y una vez se negó a imprimirla-. No se podía hablar aún de política y, a pesar que no tenían nada, hacían entrevistas con un magnetófono.

Ejemplar de Secarral, revista de Bujaraloz.

Con 16 años, Carmelo se marchó a estudiar a Zaragoza, aunque volvía todos los fines de semana. Fueron tiempos muy activos -Se reivindicó la piscina y se recaudó dinero con la carrera de la san Silvestre y una chocolatada en1981-.

Durante la primera etapa del Secarral, investigando la historia de Bujaraloz, se descubrió que había habido carnaval en la localidad y lo recuperaron. También descubrieron que había habido dance.

Efectivamente, el dance de Bujaraloz se había perdido sobre 1910. Al parecer, cuenta Carmelo, aquel año fueron a danzar a una exposición, quizá Barcelona, y alguien se les quedó el dinero. Tuvieron que volver como pudieron, de malas maneras, y al llegar al pueblo se les rieron. Se enfadaron tanto que dejaron de danzar.

Mercedes Pueyo Roy, en su libro “El dance en Aragón” (Zaragoza, 1973, p. 73) afirma que el dance de Bujaraloz se ejecutó por última vez en 1900 y que intervenían en el baile dieciséis hombres, -los más fuertes del pueblo, en la procesión y después en la plaza y que nadie recuerda nada del texto, si es que lo hubo-. “Ha desaparecido totalmente este Dance y con él el famoso baile de la «Gaita», de mucho renombre. La última vez que se hizo fue en 1900. No existe documento alguno de él, y estas escasas noticias han sido recogidas gracias a la feliz memoria de un anciano. Se hacía el día 5 y días 28 y 29 de agosto, con motivo de las fiestas patronales.   PERSONAJES. – Intervenían en el baile dieciséis hombres, los más fuertes del pueblo.   DESARROLLO. – Se hacía el baile en la procesión y después en la plaza.   En cuanto al texto, si es que lo hubo, nadie lo recuerda ni nada queda de él. En cuanto al aludido baile de la «Gaita» sabemos que era muy posterior al dance y que el pueblo lo consideraba de tipo más bien profano. Era una especie de jota aunque no con todas sus características escénicas ni su ritmo, aunque sus pasos y variaciones la recuerdan un poco. Su música se conserva en notas y hoy día se canta como «gozo» a la Virgen de las Nieves, y que nosotros hemos grabado en la fonoteca del profesor Beltrán. No existe texto.” Pueyo Roy, Mercedes.   Mercedes Pueyo Roy realizó algunas grabaciones junto a Antonio Beltrán Martínez y Pio Beltrán “Algunas de las melodías que acompañaban las mudanzas las recogimos y grabamos en cinta de Pío Beltrán” (Materiales para el estudio del folklore aragonés: I. el dance de Bujaraloz por Antonio Beltrán).   

Afortunadamente, en la labor investigadora del Secarral, descubrieron la existencia de un libro sobre el dance de Bujaraloz, datado, aproximadamente, en 1840, con textos y anotaciones que pasaron a texto mecanografiado en 1976. Constaba de 112 páginas, aunque faltaban las diez primeras y con la primera y última hoja en muy mal estado. Los textos ensalzaban al santo San Agustín, un converso al cristianismo -así que presenta y juega con ambas condiciones, a quién principio se le quiere hacer pasar por moro, desencadenando una batalla donde gana el bien-. Hay textos para dos días, comenta Carmelo, con loas al santo que no se reproducen, pues son muy extensas.

También el catedrático de prehistoria Antonio Beltrán Martínez se hizo eco del texto de mano de José Rozas Beltrán:

“El texto completo del dance citado en dos versiones manuscritas. Una sin fecha, pero de hacia mediados del siglo XIX y otra copiada en 1902, más correcta, con este gracioso título en verso. Las hojas perdidas contenían algunos gozos y las conservadas, parte de los dedicados a Santiago, los gozos y romances de la Virgen de las Nieves, las coplas de San Agustín y los dances de San Agustín del primero y segundo días de las fiestas. “

«En este libro se contiene / coplas para dispertar / todos los días festivos / que tiene la cristiandad. / Además también contiene / Dichos de San Agustín / que por ser patrón del pueblo / le celebran un festín. / Y este libro fue copiado por Vicente Used y Ros / en el tercer mes de marzo de mil novecientos dos».

En 1989, a iniciativa de Mariano Villagrasa, entonces concejal del ayuntamiento, se recuperó el dance de Bujaraloz. Mariano juntó a 23 personas en mayo y a finales de agosto, del mismo año, celebraron de nuevo el dance, -tanto hombres como mujeres-.  Así, el dance de Bujaraloz se volvió a celebrar para san Agustín el 28 de agosto, y santa Mónica, el 29 de agosto de 1989. En su ejecución, se retomó a representar la lucha de moros y cristianos con mudanzas intercaladas que los mismos textos presentaban en anotaciones, indicando las mudanzas concretas que se debía ejecutar en cada momento.

Dance de Bujaraloz, 1887.

Han investigado e indagado mucho sobre el dance de Bujaraloz, recuperando la mayoría de sus partes. En 1890, el dance de Bujaraloz estuvo danzando en el auspicio de Zaragoza, la crónica comentaba que era muy gracioso, ágil y vistoso. Sorprendentemente, apareció una foto del dance de 1895, apreciándose bien la indumentaria y corroborando el testimonio de una mujer del pueblo que ya había advertido que los danzantes llevaban faldas muy cortas. Muchas mudanzas las recuperaron gracias a que había gente que se acordaba de ellas y las cantaban y tatareaban. Un danzante, que se había casado en La Almolda, conservaba los palos y una espada del dance de Bujaraloz -los palos eran de carrasca, de los palos de las ruedas de los carros, eran muy resistentes-. Carmelo lamenta que lo que más se ha perdido es el baile, salvo uno, pues en pleno ensayo, una persona mayor se acercó y les transmitió un baile que recordaba.

“Ved si en cuatro palotadas/ desatáis el gran enredo”

Rabadán (Texto antiguo del dance de Bujaraloz).

Tienen constancia que estuvo el gaitero Aniceto Serrate “El Tintorero”, natural de Castejón de Monegros. La gaita la recuperaron gracias a Eduardo Plana Galindo de Sena, montaron un taller de fabricación y aprendizaje de gaita en 1993. El curso duró unos dos años y entre los muchos participantes, unos diez, salieron los gaiteros Chusé Rozas Auría y Javier Martínez Samper. Eduardo Plana Galindo colaboró con la recuperación del dance de Bujaraloz.

En el 2013 se incorporó como gaitera Mila Dolz, la fueron a buscar a Zaragoza el mismo día de san Agustín y durante el viaje y descansos del dance, se fue aprendiendo las melodías. Fue gracias a Mario Gross ya que ese año no pudo tocar Chusé Rozas Auría. Actualmente, se ha incorporado la joven bujaralocina Lidia Berdejo Escanilla con una gaita del taller de Pablo Morales de Caspe.

Suelen actuar para san Agustín y en la ofrenda de frutos para la fiesta del Pilar de Zaragoza. Han actuado en la exposición universal de Zaragoza, en el 2008, con los de Tauste, Graus, Sariñena y el de San Juan o Tenerías. También han estado en Italia.

Carmelo sostiene que para bailar y danzar en la iglesia debían llevar faldas, al igual que los infanticos en el Pilar, quizá esto sea una versión del dance más tradicional y más vinculada con la iglesia. Como curiosidad, el dance de Bujaraloz cuenta con rabadán moro.

Asimismo, se recitan las motadas, que también son dichos o motadas directas a los danzantes o gentes del pueblo. Al principio lo hacían los rebadanes, pero desde hace años las hace el gaitero Chusé Rozas Auría. Hubo algunas ocasiones que la misma gente del pueblo pasaban las motadas escritas en papel, pero hubo quién abusó de la situación

El romance a san Agustín se realiza con gaitas y bandurrias, en la madrugada del 28, realizándose una por las calles del pueblo, deteniéndose en las esquinas donde se encuentran las pequeñas capillas. A las puertas de la iglesia se canta una Salva.

Los días 4 y 5 de agosto en Bujaraloz se celebra la virgen de las Nieves, sin gaita se hace el romance a la Virgen. Luego se realiza el baile de la calle baja con gaita, salió del cancionero de Mingote (Introducción al Folklore Aragonés II. Canto, baile, dance, Zara- goza, 1980. Ángel Mingote: Cancionero Musical de la provincia de Zaragoza, 2. ed., 1967). El baile de la Gaita o Jota de la calle Baja, conmemora el final de una trágica epidemia de peste que asoló al pueblo.

En el 2014 cumplieron los 25 años de su recuperación, aunque lo celebraron un año después, con 16 cuadros interpretando de forma conjunta una mudanza, estaban todos los danzantes y antiguos danzantes, gaiteros y personas vinculadas al grupo.

Carmelo lleva trabajando como gestor en la comunidad de regantes Montesnegros, aunque también ha trabajado montando riegos. Ha sido concejal municipal y recuerda que durante su etapa Miguel Ángel Berna estuvo de profesor de jota en Bujaraloz –Ángel realizó una de sus representaciones de Danza viva en Bujaraloz tras su estreno-. Carmelo comenzó como mayoral y aún ejerce con pasión a su dance de Bujaraloz. Su callao, palo de mayoral, se lo hizo un pastor con una rama de sabina, la dobló y la dejó unos días en una femera para que se conserve mejor.

Hoy en día, el dance de Bujaraloz continúa con gran viveza y vitalidad, gracias a personas como Carmelo, cuya pasión nos ha acercado el dance y la vida pretérita del monegrino lugar de Bujaraloz.

Dance de Albalatillo


El dance de Albalatillo respondía a un dance completo de mudanzas de palos y espadas, pastoradas, dichos y motadas dentro del grupo de los dances monegrinos. Seguramente, el dance de Albalatillo se perdió tras la guerra entre 1940 y 1945 y ya no se ha vuelto a realizar. Pero gracias al trabajo de María Josefa y Yolanda Lavilla y Elena Casaña ha quedado recogida abundante información y varios testimonios sobre el dance perdido de Albalatillo, para mantenerlo vivo y promover su esperable recuperación.

Dance Albalatillo.jpg

Salve oh virgen ensalza heronía

que venciste del orco al dragón

cunese mi garganta diciendo

Margarita hermosa de mi protección.

Salve pura y fragante azucena

que engalana el humano vergel

salve invicta, Margarita triunfadora

por siempre de Luzbel.

 

En los aires resuenan los ecos

de la bella hermosa golondrina

que celebra tu gloria y proclama

por patrona nuestra santa Margarita,

a tus plantas el ángel se postra

las estrellas alumbran tu sien

y el eterno extasiado a tu vista.

 

Tu desgaje por su edén  

el piloto que cruza los mares

en velero y audaz bergantín

en el prado las flores y rosas y el bayo colorín

el humilde coloso en su campo y en su dulce

majada el pastor todos fiel homenaje tu riada

y ensalzan tu clamor que es el mundo una

lira viviente que es el mundo viviente laúd

que a la tierra y al cielo pregona tu original virtud.

El dance de Albalatillo se celebraba en honor a Santa Margarita el 20 de julio, durante las fiestas patronales de Albalatillo y para las fiestas menores de San Roque el 16 de agosto. Antiguamente, las fiestas mayores eran en honor a San Andrés, el 30 de noviembre, pero la fiesta fue trasladada para Santa Margarita. Así, era para Santa Margarita cuando se realizaba el tradicional dance, yendo en procesión por todo el pueblo danzando, primero con palos y luego, a mitad de la procesión, con palo y espada. Durante el trayecto se iban haciendo diferentes paradas hasta llegar a la iglesia parroquial de San Andrés.

Las hermanas María Josefa y Yolanda Lavillla, en diferentes momentos, realizaron un excelente trabajo de documentación, ya que en varias ocasiones se ha querido recordar y evocar el dance perdido. Por ello, en el verano del 2016 realizaron una serie de entrevistas que tuvieron lugar a personas mayores que habían vivido y visto danzar e incluso ser los danzantes jóvenes en el dance de Albalatillo: Jesús Lasierra, Amadeo y Pepe el Ruyao. Aquel 2016, la Comisión de Fiestas, como muchas otras anteriores, quisieron regalar al pueblo la recuperación del dance de Albalatillo “Empezar Santa Margarita con el dance, como antiguamente”.

Yolanda recuerda una muy valiosa y emotiva entrevista, la realizada a Jesús Lasierra, antiguo danzante de los jóvenes y que, con buena memoria, describió la estructura y ejecución del dance de Albalatillo. Jesús, recuerda Yolanda, “Nos hizo los pases y cantó acompañado de su esposa Conchita. Y recordó a algunos de sus compañeros del dance, con el tío Antonio Conté, y es que los dos tuvieron el orgullo y suerte de ser danzantes como otros tantos del pueblo. Ahora ya no presentes”.

Jesús Lasierra danzó con quince años y su testimonio recoge que sólo había una mudanza: “Hoy sale el Ángel, María y el rosario por el lugar, a visitar y todo este pueblo lo va a acompañar, viva el patrón, viva el patrón santa Margarita nuestro defensor”.  Por todo el pueblo se iba danzando y repitiendo la misma mudanza. Se formaban dos cuadros de mayores y uno de zagales, añade José Más, conocido como Pepe el Ruyao: “A ensayar se iba a la era con una garrafa de vino, había mucha ilusión por el dance”.

Hoy sale el Ángel

«Hoy sale el ángel, María el Rosario, la Magdalena y San Sebastián, por el lugar por el lugar, y todo este pueblo le va a acompañar, y todo este pueblo le va a acompañar. Viva el patrón San roque glorioso, nuestro defensor.»

Cuatro son las canciones de Albalatillo que aparecen recogidas en el Cancionero Popular del Alto Aragón de Gregorio Garces: Hoy sale el Ángel, Pajarcillo, Virgen Sagrada y ¿Dónde está?.

Pajarcillo

«¡Ay! Pajarcillo que va al viento y entonáis con el dulce acento y el fervor de mi cantar. ¡Ay, soledad de mi alegría! De margaritas el santo día con toda solemnidad, con toda solemnidad.»

Virgen Sagrada

«Virgen Sagrada y Madre de Dios, Virgen Sagrada y Madre de Dios, que no hay en el mundo otra como Vos, que no hay en el mundo otra como Vos.»

¿Dónde está?

«¿Dónde está nuestra patrona que le habremos de obsequiar? ¿Dónde está nuestra patrona que le habremos de obsequiar, con misa, dances y dichos los hijos de este lugar?.»

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Curiosamente, entre 1997-1998, ya se realizó un trabajo sobre el dance de Albalatillo en el desarrollo de un curso sobre lengua aragonesa impartido por Francho Rodés. De aquel acercamiento al dance de Albalatillo aparece un interesantísimo artículo en el programa de fiestas de Albalatillo de 1999: “Una aproximación al dance de Albalatillo”. En el referido artículo, Francho Rodés aporta diferentes apuntes, estableciendo, según la tradición oral consultada, el fin del dance en los primeros años de la postguerra. Rodés define al desaparecido dance como “Un dance típico monegrino que se ajusta a los esquemas generales con representación de moros y cristianos, dichos, bailes de palos y espadas, procesión y ofertorio (aunque esté último dejó de practicarse hace ya mucho por la prohibición dentro de danzar dentro del templo)”.

«El gaitero venía de Sariñena», recordaba Jesús Lasierra «y los danzantes vestían camisa, pantalón negro y faja». El trabajo de información impulsado por Francho Rodés recoge “La utilización de camisa blanca, calzones y cintas de colores en la última época, pero se tiene conocimiento de que con anterioridad se usaba chaleco y se portaban aditamentos típicos del dance, como los cascabeles y el cachirulo”. Se conserva una extraordinaria fotografía donde aparecen los danzantes de Albalatillo agrupados en la plaza, en la fotografía se observa la cruz de la fuente de la plaza de la iglesia y en un lateral, en una pared, aparece un mural pintado posiblemente en relación con el aeródromo de “Alas rojas”, pues, tal y como advierte Sergio Olona, se aprecia pintado un avión. Entre los danzantes aparece el gaitero sariñenense Vicente Capitan, luego el mayoral José Olona Pueyo, Juan Villellas Abenaza, Santiago Valentín Alcolea, Jeremías Huerva Olona, Lorenzo Valentín Alcolea, José Costa Más, Joaquín Sanz López, Antonio Más Satué, Emilio Villellas Dueso y Mariano Ripol Dueso.

También se entrevistó a Amadeo: “Se emocionaba al recordar que era un niño y que era algo precioso de ver, y que ilusión le haría ver el dance otra vez, su abuelo danzaba y les hacía demostraciones en casa con los palos y cintas de seda que llevaban en el pecho, ahora esas cintas no están, eran de seda natural”. María Josefa recopiló otra maravillosa aportación, ya que en casa de Olona y Casa El Gaitero, guardaban los “Relatos del Mayoral y del Rebadán. Albalatillo 1930-1940. Danzantes de Albalatillo”, un documento excepcional de diálogos entre el mayoral y el rebadán. El último mayoral fue el tío José Olona, y de rebadán José “el del gaitero”, que, aunque no tocaba la gaita, lo más seguro que descendía de familia de gaiteros albalatilleros. José Olona murió en 1969 y según Sergio Olona su bisabuelo lo recuerdan como muy espontaneo a la hora de decir los dichos. Además, el tío Olona “decía los dichos de memoria”, señala Sergio.

Mayoral: -Atención me presten todos los que presentes se hallan. ¿Dónde está mi rebadán, que le encuentro tanto a faltar?-

Rebadán: -Aquí estoy mi mayoral, qué se ofrece, qué me manda-

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En los “Relatos del Mayoral y del Rebadán. Albalatillo 1930-1940. Danzantes de Albalatillo” aparece un fluido dialogo entre el mayoral y el rebadán. Recurrentemente, el mayoral requiere la presencia del joven rebadán, estableciendo un duelo dialectico donde el mayoral refleja la madurez y el rebadán la juventud y la irresponsabilidad. Así, el rebadán, de “Ideas vagas”, manifiesta que quiere ser mayoral, lo que pone en duda el mayoral ejerciente a pesar que los amos le quieren entregar un rebaño de 50 cabras a modo de probanza. “Si no soy mayoral me marcho”, sentencia el rebadán, hasta que los mismos danzantes se han de manifestar para dilucidar quién de los dos debe ser mayoral “No, de ninguna manera, cada cual su puesto haga”. Este primer dialogo lleva la firma de José Casañola y consta de la siguiente referencia “Esos documentos han sido copiados de puño y letra por Miguel Barragán el 8 de marzo del 2012”. Un segundo dialogo continúa con el enfrentamiento entre el mayoral y el rebadán, quien este último ha encerrado el rebaño para acudir a la fiesta “Me han llamado esta mañana para obsequiar a Margarita, por sus muchos beneficios y ofrecerte mis servicios, en medio de la alegría los hijos de Albalatillo, tuvieron amor leal a Margarita sagrada”. Entre las loas a Santa margarita, el rebadán trata de ejercer de mayoral y así se dirige al gaitero “Apreta el codo, a comenzar a danzar”. Aparecen algunas palabras propias del aragonés, como “apreta” o “prieta” de apretar, “aquesta” como “esta” (“Cuando yo sea Mayoral de aquesta danza”), “ascape” como “rápidamente” o “en seguida” (“marchar ascape”), “tozuelo” que es cabeza, “tocino” como cerdo, “miaja” como poco y “pezolagas” que se traduce como malas o que realizan actos desordenados e irreflexivos. Los diálogos se van desarrollando mencionando a San Sebastián y sobre todo a Santa Margarita, rogándole por buenas cosechas, contra la sequía, por las patatas, la hierba para el ganado… hasta que el mayoral da la orden de danzar “Y ahora voy con mi gente a bailar otra mudanza, aprieta el codo gaitero que la salsa y se pasa”. El rabadán aún da mal, hablando de mujeres hasta que el mayoral por fin ya si da paso a la mudanza “Y date prisa gaitero, que la salsa ya se pasa, tengo ganas de marchar, a remojar la garganta”.

Y de estos documentos y testimonios verbales de albalatilleros  podemos saber que antes de misa se iba en procesión ejecutando el tradicional dance. Tras la celebración de la misa, en la plaza se realizaba el dialogo entre el mayoral y el rebadán, se enfrentaban llevándose la contraría dando luego paso a los esperados dichos y motadas. “Se decían machuchadas, el uno decía machuchadas de uno y el otro del otro” recordaba Jesús Lasierra sobre el dialogo entre mayoral y rebadán, “El tío José Olona era muy bueno, lo hacía bastante bien”. En casa Olona aún conservan el gallato, el palo de pastor y mayoral del tío José Olona.

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Gallato del tío Olona.

Elena Casaña, reconocida jotera albalatillera y gran apasionada de las tradiciones y folclore de su pueblo, también ha trabajado para recuperar el dance de Albalatilo y participó en las diferentes entrevistas: “María Josefa y Yolanda se empeñaron en recopilar todo sobre el dance, toda la información posible para que no se perdiese”, recuerda Elena, “Y la verdad, Albalatillo es un pueblo muy participativo”. “Así es”, añade Yolanda “Ya habían voluntarios en volver a saber danzar, y así y todo hasta llamaron a unos músicos que cantan una coplilla de Albalatillo para poder aportar la vuelta al Dance”. Estos músicos, Beatriz y Alejandro, del dance no sabían mucho, pero sí de música tradicional de Albalatillo. “Beatriz y Alejandro vivieron en su infancia en el pueblo y aprendieron una melodía popular que les enseñó Antonio El Trompeta (su maestro), y por eso estas partituras están en  flauta o trompeta. Mucha gente mayor del pueblo recuerda esta coplilla, entre ellos la madre de Yolanda y María Josefa. Curiosamente el hijo de Yolanda fue a Academia de música tradicional de Beatriz  en Barcelona  y le enseñaron a tocar esta coplilla”. Alejandro Sánchez guarda buenos recuerdos de Albalatillo, de la melodía que Antonio Laguna Casaña «El trompeta» les enseñó a él y a su hermana “El Trompeta les inició en la música, en el solfeo y en la trompeta, era un gran músico”.

Lahiez Albalatillo

“Santa Margarita del campo (del bosque) salió, llovía y tronaba y hacía buen sol.»

Coplilla a Santa Margarita

También el trabajo de investigación de Francho Rodés recuperó parte de la tradición musical del dance de Albalatillo. Gracias a la memoria de Carmen Usón, Conchita Asín y María Ripol, Francho grabó y transcribió, para interpretar en gaita de boto, cuatro mudanzas. No obstante, Francho matiza que, en algunos casos, la información ha resultado “Más dudosa y ha habido que recurrir a estrategias de reconstrucción a partir de patrones comarcales coincidentes”.

 Santa Margarita

«Santa Margarita del campo salió, Santa Margarita del campo salió, llovía y tronaba y hacía buen sol. Y quién pudiera, y quién pudiera ser pulido gavilán y con las uñitas poderlo enganchar.»

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Transcripción Francho Rodés.

¿Dónde está nuestra patrona?

«¿Dónde está nuestra patrona? Que venimos a danzar, con bailes, dances y dichos, los hijos de este lugar.»

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Transcripción Francho Rodés.

Hoy sale el Ángel

«Hoy sale el ángel, María, al Rosario,  por el lugar ¡a visitar, a todo este pueblo le va a acompañar. ¡Viva el patrón! ¡Viva el patrón!  Santa Margarita nuestro defensor.»

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Transcripción Francho Rodés.

El día 20 de julio

«El día veinte de julio es nuestra fiesta mayor, ya repican las campanas y sale la procesión, y sale la procesión. ¡Viva Santa margarita y San Andrés nuestro patrón y los mayores del pueblo que están danzando en su honor!.»

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Transcripción Francho Rodés.

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Además, en casa Olona han aparecido dos interesantísimos documentos junto a los “Relatos del Mayoral y del Rebadán. Albalatillo 1930-1940. Danzantes de Albalatillo”. Un primero responde a textos del dance de Juslibol, de la despedida del dance del barrio zaragozano. El texto, posiblemente de principios del siglo XX, contiene adaptaciones al dance de Albalatillo que incorporamos al artículo. El segundo documento son los “Dichos al glorioso san Roque” de 1911, que reproducimos al final, probablemente los documentos sean de fechas muy próximas. Gracias a Sergio Olona, biznieto del mayoral, se ha conservado la memoria del dance de Albalatillo, además de facilitar la antigua fotografía del dance, todo un testimonio de gran valor emocional e histórico para la pequeña localidad monegrina.

Además cuentan que, durante muchos años después del dance perdido, por el pueblo se iba con una espada recogiendo tortas  para recaudar dinero para las fiestas “Se pasaba para coger la torta con la espada de casa Amadeo”. La espada era del antiguo dance.

Sin duda, el dance de Albalatillo es una joya cultural del pueblo para retomar en algún momento. Así, que “Con tanto dance y coplilla vamos a volver a danzar y volver a nuestra tradicional Fiesta Mayor”. Yolanda con cariño y emoción, junto a su hermana María Josefa, han trabajado mucho en su recuperación, un gran esfuerzo digno de reconocer “Esperemos tener una nueva foto con nuevos danzantes albalatilleros, ilusión y ganas hay en recuperar este tesoro tradicional de nuestro pasado”.

Os doy las gracias amigos

lleno de amor y alegría

por lo bien que hacéis la danza

en honor de Margarita.

 

Como habitantes que somos

de la provincia de Huesca

quiero echar mi despedida

para terminar la fiesta.

 

Mil gracias al señor cura

por su bonito sermón

y también al señor alcalde

por su noble protección.

 

Viva EL PATRÓN, Viva EL PATRÓN, Santa Margarita nuestra devoción.

Gracias a la colaboración de Elena Casaña, Sergio Olona, Jesús Lasierra, Pepe el Ruyao, María Josefa Lavilla, Amadeo, familia «El Gaitero», Alejandro y Beatriz Sánchez y Mario Gros.

Este escrito ha sido realizado gracias a la imprescindible y total participación y colaboración de Yolanda Lavilla.

 

Dichos al Glorioso San Roque

 

-1-

De nobles y ricos padres

Y de Montpelier nacido

Y con grandes maravillas

Del cielo favorecido

La ciudad de Montpelier

Vuestros padres gobernaban

Y con sus grandes virtudes

A todos ejemplo daban.

No teniendo ningún lujo

Para heredar su riqueza

Os pidieron al Señor

Orando con gran fineza

Escuchó al rey de los cielos

Tan fervorosa oración

Y con vuestro nacimiento.

-2-

Premió Dios con su devoción

El señor para mostrar

Que sos vos su siervo amado

Con una cruz encarnada

Vuestro estomago ha marcado.

Son caritas vuestras virtudes

Tanta vuestra devoción

Que ya dese niño fuiste

De todos la admiración

Privado de vuestros padres

A la edad de veinte años.

Resolvéis dejar el mundo

Y todos sus desengaños

Repartiendo vuestras rentas

A los pobres con gran celo

Os hacéis pobre por Dios

Para conquistar el cielo.

Mendigando la limosna

Y ardiendo en amor divino

-3-

Abandonais vuestra tierra

En traje de peregrino

En _________ te hallaste 

La gente apestada (aprestada) y triste

Y servir a los enfermos

En el hospital pediste.

Conseguida la licencia

De estar con los apestados

Cruces sobre ellos hiciste

Y al punto fueron curados.

En roma también ________   

Hace _________ sin cuento

Y por vuestras oraciones

Cesa la peste al momento.

El mismo Papa os suplica

Que roguéis por la ciudad

Quedando también pasmado

Al ver vuestra santidad.

-4-

Oída la voz del cielo

a tu tierra

juzgar espía

y en una cárcel te encierra.

En un calabozo oscuro

Cinco años permaneciste

Y de virtud y de paciencia

Admirable ejemplo diste.

Sirviendo vas a morir

Pides ser confesado

Y con grande amor recibes

A Jesús va sacrementado

El señor que se complace

En ensabrar la humildad

Llena todo el calabozo

De celeste claridad.

-5-

Toda la ciudad esconde

Presurosa y con ___________

Al contemplar admirada

Aquel prodigio del cielo.

Encuentra tu santo cuerpo

De una lámpara alumbrado

Porque tu bendita alma

______ ha votado

Un letrero milagroso

Junto a tu cuerpo es hallado.

Y dicen que Roque es

Contra la peste abogado.

 

Año 1911

Domingo Lana Novellón, el rebadán del tremoncillo.


 

Domingo Lana

Domingo Lana Novellón.

             Cariñosamente, Antonio Susín, antiguo mayoral del dance de Sariñena, apodó a Domingo Lana Novellón como el “Rebadán del tremoncillo”. El mismo Susín lo cuenta en una entrevista a Rafael Ayerbe Santolaria:

     Domingo Lana. Ese también fue rebadán conmigo. Y cuando veníamos a danzar aquí a Huesca una vez, resulta que no llevaba ramo de albahaca ni cosas de esas, porque era pa distinto tiempo, no era San Lorenzo precisamente. Y como no llevaba ramo bajo, paró el coche de línea que veníamos todos, y baja y coge unos tremoncillos y una aliaga, y se hizo un ramo.

    Y llega aquí y digo:

 

“Tenemos un rebadán

que para mí es bastante pillo

y en Sariñena le llaman

el rebadán tremoncillo.”

 

Antonio Susín Palacio

Archivo de tradición oral Rafael Ayerbe. 

            A raíz de esta simpática y graciosa anécdota nos adentramos a conocer a Domingo Lana, persona muy conocida y querida en la villa de Sariñena.

            Domingo Lana Novellón nació en Sariñena, un 4 de agosto de 1933, en casa “Codaneta”, en la calle La Rosa. Su padre Manuel Lana Laín fue ferroviario en Sariñena, pero al final de la guerra tuvieron que marchar a Barcelona. Regresaron pronto y su padre se empleó en la llevanza de tierras. Domingo abandonó pronto la escuela, entre los diez y once años, incorporándose a las faenas del campo. Con la mayoría de edad obtuvo el carnet de conducir y por el 64 comenzó a trabajar en la autoescuela, oficio que ha ejercido hasta su jubilación. Mucha gente de Sariñena ha aprendido a conducir con Domingo Lana, un gran maestro. Es persona culta, poeta, ha escrito dichos, motadas y jotas, tocaba la guitarra y siempre ha colaborado en la vida cultural sariñenense. Recuerdo verlo en el almuerzo, cuando me saqué el carnet de conducir, afanoso con el crucigrama del periódico.

            Domingo cuenta que el mayoral Antonio Susín trabajó en un taller mecánico en Barcelona, donde se encargaba de engrasar. Susín tuvo un accidente, le explotó un compresor que le afectó a una mano y parte de la mandíbula. La lesión de la mano le impidió tocar la gaita, aunque algo se defendía con el clarín. Domingo también trató de iniciarse con la gaita, compró un clarín a plazos, pero su padre se lo hizo devolver.

            “Sena y Sariñena han conservado muy bien el dance”. Cuando Susín se puso malo se tuvo miedo “porque se podía perder el dance”. También cuando se perdió la gaita de boto aragonsea, se tuvo que recuperar, con Martín Blecua y Pedro Mir. Mientras reconstruían la gaita, Domingo y Manolo Berdun marcharon a Zaragoza y compraron tres gaitas gallegas. Fueron tiempos difíciles para el dance, incluso hubo un desprestigio del mismo y mucha gente pensaba que era hacer la risa.

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Domingo Lana con la revista «Monegros»

            “Susín era muy buena persona, tenía muy buen fondo”, recuerda Domingo. “La siña Teodora, la madre de Susín, les preparaba una cebolla a tiretas con olivas negras y aceite cuando volvían de trabajar.” Gozaban de una gran amistad, venía de familia y compartían muchas faenas del campo, además de su pasión por el dance.

            Domingo empezó en el dance en el 43 como rebadán y con Susín  como mayoral. Le ha tocado escribir dichos y motadas: “las motadas expresan muchas cosas en pocas palabras”. Recuerda con cariño a Susín  y del mayoral de Pallaruelo, el tío Juaner, del dice que “tenía una luz especial para los dichos y motadas”.

      Manuel Antonio Corvinos Portella recogió, gracias a Domingo Lana, diferentes curiosidades sobre el dance de Sariñena en «La casa del gasto y otros asuntos del dance».

            Domingo me ha recibido en su huerta, me ha hablado del dance con pasión, orgullo y emoción. El dance es una gran tradición y todo un arte: “El dance va con el instinto natural de la persona, es una expresión natural por instinto. Es una expresión oral que tiene su momento, efímera. Pero, cada paso que ha tenido importancia en la vida, se ha visto reflejado en el dance”. Domingo tiene muchas cosas por contar y que mejor que él para contarlas, le animo y espero que pronto las podamos disfrutar.

Zancarriana w