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El Casino viejo de Sariñena


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Casino Sariñena

Memoria descriptiva del bien patrimonial “Casino de Sariñena” 

Denominación:

Casino de Sariñena. Centro Cultural.

Localización:

El Casino de Sariñena se encuentra en la localidad monegrina de Sariñena, provincia de Huesca, plaza El salvador nº 14, popularmente conocida como plaza de la Iglesia. El edificio aparece junto a la iglesia de El salvador, a la que se encuentra adosado. Junto a la casa solariega Paraled-Penen forman el conjunto arquitectónico de gran interés de la plaza El salvador.

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Cronología y evolución histórica:

El Casino de Sariñena corresponde a principios del siglo XX y se sitúa donde antiguamente se encontraba la abadía de la iglesia, una antigua bodega de vinos y un granero. Consta de dos fases constructivas, una principal que se inició en 1929 y una segunda en 1966. Tras la guerra civil, el Casino de Sariñena se vuelve a reabrir en 1938, realizando obras en el teatro y arreglando diferentes desperfectos ocasionados durante la contienda. En 1950 se realizaron diferentes reformas y en 1966 se amplió el edificio, integrándose la antigua escuela en el antiguo edificio del Casino de Sariñena.

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Descripción general del conjunto:

El Casino de Sariñena responde a una arquitectura regionalista de principios del siglo XX que se contrapone, en España, a las corrientes modernas que se extendían por otros países y que intentaban revolucionar la arquitectura. En este tipo de arquitectura regionalista lo que se intenta es reproducir, de alguna manera, la arquitectura clásica y siempre con referencias a lo que cada autor entiende por «tradicional».

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Detalle del Alero

Es un edificio de tres plantas en la que destaca la tercera planta, fabrica realizada en ladrillo macizo visto y mampostería revestida en el resto de plantas. Destaca el alero de madera, la entrada y sobre la fachada el escudo de Sariñena realizado en piedra caliza. En la segunda planta sobresale una terraza y un balcón en la tercera planta.

La entrada es muy de casa palaciega con los arcos rebajados y la escalera. Los arcos, góticos o de similitud gótica, podrían responder a la antigua bodega o incluso se podría plantear la hipótesis que provengan de una primitiva iglesia de Sariñena. Según José María Plaza, investigador local de Sariñena, en los arcos aparecen signos de cantería similares a los signos presentes en la iglesia de Lastanosa, pedanía del municipio de Sariñena. La iglesia de Lastanosa, de El salvador, es del siglo XVI, pero en su exterior “La iglesia muestra una buena fábrica de sillería, con abundantes marcas de cantero que corresponderían al templo medieval” (SIPCA).

En la planta baja se encuentra la Sala de Arcos, con cuatro arcos apuntados también góticos o de apariencia gótica con una columna central y una sala anexa donde José María Plaza describe la existencia de un aljibe de grandes dimensiones, recubierto de losas de cerámica negra (abacial), posiblemente para guardar aceite. También aparece una ventana gótica o de apariencia gótica abierta hacia la pared de la actual iglesia con restos de un hipotético ábside de una posible primitiva iglesia y varios accesos a túneles de ignorado final.

En la segunda planta destaca un amplio salón con un techo de vigas de madera y unas columnas de un estilo aparentemente modernista que posiblemente se encuadre en el Regionalismo. En la tercera planta se encuentra un amplio salón donde se celebraban bailes, conciertos, actuaciones, teatro, cine… Las diferentes reformas y modificaciones han podido incorporar diferentes elementos de diferentes estilos y épocas que exigirían una investigación a fondo del conjunto, entendiendo que diferentes elementos descritos no concuerden estilo con época de construcción.

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Situación jurídica:

El casino de Sariñena es un Centro Cultural propiedad de la Asociación Cultural y Recreativa “El Casino de Sariñena”, entidad que ya existía en 1900. El inmueble aparece incluido en el Catálogo de Bienes del plan General del Ayuntamiento de Sariñena, donde se establece un nivel de protección estructural, sin valorar el interior. Las categorías de los bienes que integran el Patrimonio Cultural Aragonés se clasifican en bienes de interés cultural, bienes catalogados y bienes inventariados. De las tres categorías de protección, quizá la de Bien Catalogado sea la que más se ajusta al bien Casino de Sariñena. Sin duda, el casino viejo de Sariñena es uno de los edificios con más raigambre de todo el pueblo.

El 31 de agosto de 1976 se celebró un concierto a cargo de Labordeta y La Bullonera. En la autorización, por parte del gobernador civil, se prohibió expresamente que las canciones «Vaya por ti mi canto, compañero», «Canción de la rueda hidráulica», «Es bueno saber» y «Los enemigos» fuesen interpretadas. No se les concedió el visado ni el sello, así que «En consecuencia queda terminantemente prohibido bajo su responsabilidad la interpretación de cualquier otra canción no incluida en el programa presentado en este Gobierno Civil».

 

Información consultada:

  • Catálogo de bienes del plan General del ayuntamiento de Sariñena.
  • El Casino de Sariñena.
  • SIPCA, Sistema de Información del Patrimonio Aragonés.
  • Trallero, Salvador. Sariñena Antigua, 2005

 

 

La Orquesta Cobalto


      La Orquesta Cobalto nació en 1945 y desapareció  en 1978. Fueron treinta y tres años de amor a la música, de acompañar y dar sentido a las tardes dominicales de muchísimos jóvenes, de pretexto para el acercamiento entre chicos y chicas, de alegrar la vida a varias generaciones, de miradas tímidas o atrevidas, de noviazgos y  decepciones y también, por supuesto, de cubalibres.

     La historia de la Sariñena de esos años no se hubiera escrito de la misma manera si no hubiese existido nuestra orquesta.                                

     Las relaciones entre el Casino y la Orquesta fueron, en general, aceptables e incluso buenas, a pesar de la cicatería y estrechez de miras que tuvo algún  presidente.  

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La orquesta Cobalto.  Por Manuel Antonio Corvinos Portella

Preludio

   Los orígenes de nuestra orquesta deben buscarse en las enseñanzas musicales que el inefable maestro José Guioni impartía a numerosos jóvenes de Sariñena y  comarca, pues la mayoría de sus componentes así como todas las bandas, grupos, orquestas o solistas que en Sariñena han sido han tenido relación directa o indirecta  con el “Italiano”.

   Auspiciado por el Alcalde Medina formó y dirigió una Banda Municipal compuesta por 16 músicos, además fundó una orquesta de baile a la que denominó Mozart y que actuaba en el primer piso del café Romea. Los alumnos más aventajados no pagaban por las enseñanzas del maestro, pero estaban obligados a tocar gratuitamente en la orquesta durante cuatro años.

    También deberíamos incluir en este preludio a Ana Corvinos Ferraz “Anita” (única alumna femenina de Guioni)  que con su piano animaba, antes de la guerra, el baile que se hacía en el citado Romea. También solía actuar al piano el Ciego de Albalatillo.

    El primer grupo musical moderno que se conoce en nuestro pueblo se llamó ORQUESTA MERRIMENT JAZZ y fue creado en 1934. Sus componentes fueron los siguientes: F. Salillas al trombón, F. Bareche a la trompeta, batería J. Novellón, Antonio Mir al violín, saxo M. Vitales, saxo alto  J. Orquín y saxo tenor Jorge Casasnovas. De esta orquesta no se  sabe nada más.

Los primeros músicos

escanear0017.jpg      En 1940 y a unos pocos meses de finalizada la Guerra Civil, PEDRO GOBERNA funcionario de correos es trasladado a Sariñena desde Barcelona por motivos políticos (el siempre se declaró inocente y alegó que algún envidioso le había denunciado). Pedro Goberna Vilabrú, su esposa Matilde Aliana Gasulla y  su hija María vivieron durante 12 años en un piso de la calle del Mercado. En 1952 es trasladado de nuevo a Barcelona y 6 años después muere a la edad de 43 años. Goberna tenía la carrera de piano y era un consumado músico, incluso llegó a ser  profesional en Barcelona. También poseía el título de operador de cine  que le sirvió para proyectar películas en el desaparecido cine Victoria, además de enseñar el oficio a Antonio Villacampa  y a Rosendo López  ejerció de fotógrafo profesional. Actualmente su esposa  de 93 años y su hija viven en Hospitalet de Llobregat.

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   En la primavera del 38, en plena contienda civil JORGE CASASNOVAS permanece en las inmediaciones de Lérida. Durante uno de los permisos que disfruta en Sariñena tiene la feliz idea de llevarse al frente leridano su saxo para alegrar los bailes del pueblo donde están acuartelados. Poco dura la música en el pueblo leridano porque en julio de 1938  Jorge es trasladado al frente del Ebro para tomar parte en la batalla más grande de la Guerra Civil donde es herido.Varios años después de terminada la guerra regresa al pueblo ilerdense donde había dejado el saxofón y le devuelven el instrumento que le habían guardado. Jorge tocaba con maestría el saxo tenor, la flauta, el clarinete e incluso el acordeón y ejerció de director del grupo durante 33 años. En sus ratos libres y sobre todo después de su jubilación lo podíamos ver por cualquier rincón de Sariñena en otra de sus aficiones, la pintura. Jorge aprendió música con el maestro Guioni.

    En ese año de 1938 la familia LOBATERAS se instala en Sariñena por motivos de trabajo. Se trasladan desde el pueblo de Campo donde el padre de Pepe y Antonio ejercía de telegrafista.

   Finalizada la guerra PEPE LOBATERAS comienza a trabajar en la oficina de telégrafos de la calle del Mercado y, como gran amante de la música, pregunta en el pueblo si habría alguien interesado en formar una orquesta. Le hablan de Jorge, pero le informan que permanece en Madrid realizando el servicio militar obligatorio al que se ven forzados a cumplir los soldados republicanos después de terminada la guerra. Durante este tiempo Pepe, que domina el violín, la guitarra eléctrica, el trombón de varas y el contrabajo, entra a formar parte de la orquesta Ramos.

    ANTONIO LOBATERAS comienza trabajando en el Silo del trigo, más tarde pasó al esparto de Basols y después, siguiendo los pasos de su familia, ingresó como celador de telégrafos en la zona de Sariñena . En la década de los 80 y a causa de la caída del uso del telégrafo se suprime la plaza de celador y pasa a formar parte de la plantilla de correos. Es en ese momento cuando aparece el amable cartero que muchos recordarán. Durante muchos años trabajó con Pablo Llamas como encargado de dar color y barnizar los muebles que éste hacía. Su hermano mayor José fue para Antonio siempre una gran referencia, por ello cuando le propone entrar en la orquesta Cobalto acepta encantado. Antonio conocía magníficamente el contrabajo, pero también podía tocar la guitarra eléctrica e incluso el jazz (batería). Permaneció en la orquesta hasta su disolución. Su familia lo recuerda como una gran persona, llena de amor y cariño para su esposa Mari y sus hijos Antonio José, Blanca y Arantxa. Tuvieron la gran pena de su repentina muerte, pero también la gran alegría de haber compartido con él unos maravillosos años. Este sentimiento es el que su familia ha transmitido a sus nietos y, aunque no lo llegaron a conocer (sólo Miguel), hablan de su abuelo Antonio con gran  afecto.

     ROSENDO LÓPEZ  había nacido en Barcelona, aunque de padres sariñenenses. Estudia en una Escuela de Artes y Oficios de la ciudad condal y entra  a formar parte de la Banda de Cornetas y Tambores de dicha institución educativa. Terminada la contienda, Rosendo, se viene a trabajar a Sariñena  como carpintero de Regiones Devastadas y empieza a tocar en algunos grupos de la comarca. También trabajo como delineante en Nivelcampo y destacó como dibujante, caricaturista y fotógrafo. Todavía se recuerdan  sus excelentes carteles que anunciaban las películas del cine Victoria. Su herencia artística la pudimos ver en el concierto del día 29 de diciembre al comprobar como tres de sus hijos, José Luis, Valero y Gerardo, tocaban en distintos grupos musicales y como el cuarto, Rosendo, grababa y fotografiaba el concierto.

     Muchos domingos se desplazaba con su seiscientos a Barcelona a ver a sus padres y la vuelta debía hacerla a toda velocidad  y con mucho riesgo para poder llegar a tiempo a la sesión de baile.

     JOSÉ ORQUÍN CASAÑOLA, nació en Sariñena el 20 de diciembre de 1917 y murió en Logroño el 14 de febrero de 2001.

     Queremos resaltar la fecha de su muerte, el día de los enamorados, ya que como componente de la Orquesta Cobalto y posteriormente de una banda francesa hizo que muchos enamorados disfrutasen con las melodías que interpretaba.

 Aprendió en Sariñena con la insustituible ayuda de D. José Guioni. Tocaba el saxo alto y el clarinete. Siendo muy joven perteneció a una banda de Huesca y cuando regresó a Sariñena ingresó en la Orquesta Cobalto, prácticamente desde sus inicios hasta el año 1955 que emigró a Francia, concretamente a Normandía. En Sanit Lô donde residió durante 30 años formó parte de su Banda de Música. Fue galardonado con la medalla de oro al Mérito Musical. Grabó un disco con la citada banda en el que interpreta un solo magnífico. Siempre fue un gran melómano que disfrutó enormemente de la música y que fue capaz de crear con sus interpretaciones.

     Estamos seguros que este homenaje le proporcionaría una gran emoción ya que siempre sintió un gran cariño por la música en general y por la Orquesta Cobalto en particular. La familia agradece profundamente la realización de este acto y vota para que la Orquesta Cobalto sea el nombre de una de las calles de nuestro queridísimo Sariñena.

    ÁNGEL SERRA PALACIO nació en 1925 en Casbas, era el pequeño de siete hermanos siendo Miguel el mayor de todos ellos. En 1942, con 17 años se vino a vivir a Sariñena a casa de su hermano Miguel donde aprendió el oficio de carpintero. Muy aficionado a la música decidió asistir a las clases que impartía Guioni. Debió ser un buen alumno porque pasó a formar parte de la Orquesta Mozart que dirigía el Italiano y que actuaba los domingos en el salón de baile del Romea  En 1950 entró a formar parte de la Cobalto a la que perteneció durante cinco años, tocaba la guitarra e incluso la batería (el jazz como se llamaba en aquellos tiempos). En 1955 deja la orquesta, se casa y se va a vivir a Lanaja donde trabaja de carpintero. Allí tuvo la mala suerte de cortarse los dedos de una mano por lo que debió abandonar su trabajo y su gran afición, la música. Marchó a trabajar a la empresa Monsanto de Monzón hasta su jubilación. Murió en el año 2005. Su esposa Laura y sus tres hijos siguen viviendo en la actualidad en la ciudad montisonense.

   ANTONIO LOPE (apodado el “Maromo”) era un trompeta zaragozano que tocaba en la Banda Pignatelli, muy conocida por aquel entonces por su calidad y porque era muy solicitada para animar las fiestas de bastantes pueblos de Aragón (para San Antolín, “ir a esperar la música”, era ir a esperar a la Banda Pignatelli). Antonio Lope fue el autor del pasodoble titulado “Viva Sariñena,” que nuestra banda municipal lleva en su repertorio.

…Y un trompetista leridano, natural del pueblo de AITONA, del que me ha sido imposible averiguar su nombre y que como el anterior venía en tren desde su localidad para cada actuación.

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  La merecida fama local del maestro Guioni como dinamizador docente de las enseñanzas musicales no debe oscurecer la labor que otros músicos hicieron en el pueblo. Algunos de los que integraron la Cobalto también ejercieron como maestros de solfeo y ejecución de instrumentos. Francisco Rodés dio sus primeros pasos en la música de forma autodidacta, con las inestimables orientaciones de Pepe Lobateras, en principio, y de Jorge Casasnovas después. Pepe enseñó las destrezas musicales a sariñenenses de varias generaciones, careciendo de recursos dignos pero con mucha ilusión y fuerza de ánimo. Contaba con un teclado dibujado en papel que desplegaba sobre una mesa, sobre el que los noveles debían imaginar el sonido que correspondía a sus dedos sobre las teclas… e incluso corregía la posición de las manos y muñecas. Paco Rodés, que había nacido en 1927, comenzó sus estudios musicales siendo un adolescente, más bien niño, y debía compatibilizar sus estudios musicales con las tareas cotidianas que ocupaban todo su tiempo; en aquella época se trabajaba desde niño en las tareas del campo y en los negocios familiares. No sé si podemos imaginar con realismo los fríos y húmedos inviernos de antes, con un jovencísimo Paco que se subía por las noches al granero, robándole horas al merecido descanso, pertrechado con ropas de abrigo, guantes y una triste vela. La incomprensión de familiares y vecinos era total: no cesaban las quejas por algo que mentalidades antiguas cosideraban frívolo y sin sentido práctico.  Allí aprendió a manejar el saxofón. Más tarde se atrevió con el violín, la flauta travesera y el clarinete, inspirado por sus profesores, después grandes amigos, Pepe y Jorge.

Sus primeros pasos en el mundillo musical los dio con el Quinteto Juventud, una de las primeras formaciones de Sariñena. En 1950 entró a formar parte de la orquesta Cobalto, con una hija de dos años (Mercedes, quien tuvo, más tarde, el honor de tocar el teclado mudo de Lobateras) y compatibilizando en lo posible los ensayos y actuaciones con el servicio militar que cumplió en Zaragoza y en las minas de Ballobar. Durante años puso su saxo, su clarinete y su voz en las veladas musicales que ofrecía la orquesta Cobalto, asumiendo su dirección en los últimos años. Tras desaparecer la Cobalto, Paco participó, con músicos de la comarca, en otras formaciones musicales. Pero eso ya es otra historia.

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El encuentro

     La llegada de Pedro Goberna a Sariñena supuso un revulsivo para la vida cultural del pueblo. Él, Pepe Lobateras y Jorge Casasnovas se buscan, se necesitan y terminan por formar la  Orquesta Cobalto. Inmediatamente se les unen Rosendo López, Antonio Lobateras y José Orquín. En estos primeros años también intervienen el trompetista de Aitona (Lérida) y Antonio Lope.

    En distintas etapas de la historia de nuestro grupo también han pertenecido a él grandes músicos como Ángel Serra (guitarra y jazz), Paco Rodés (saxo y clarinete) Alfonso Millera (cantante), Vicente Sanclemente (saxo), Aurelio Casasnovas (trompeta), Eli Périz (de Lalueza), Roberto López (trompeta) y seguramente alguno más.

Los otros protagonistas

     PACO RODÉS GRAÑÓN. Francisco Rodés dio sus primeros pasos en la música de forma autodidacta, con las inestimables orientaciones de Pepe Lobateras, en principio, y de Jorge Casasnovas después. Pepe enseñó las destrezas musicales a sariñenenses de varias generaciones, careciendo de recursos dignos pero con mucha ilusión y fuerza de ánimo. Contaba con un teclado dibujado en papel que desplegaba sobre una mesa, sobre el que los noveles debían imaginar el sonido que correspondía a sus dedos sobre las teclas… e incluso corregía la posición de las manos y muñecas. Paco Rodés, que había nacido en 1927, comenzó sus estudios musicales siendo un adolescente, más bien niño, y debía compatibilizar sus estudios musicales con las tareas cotidianas que ocupaban todo su tiempo; en aquella época se trabajaba desde niño en las tareas del campo y en los negocios familiares. No sé si podemos imaginar con realismo los fríos y húmedos inviernos de antes, con un jovencísimo Paco que se subía por las noches al granero, robándole horas al merecido descanso, pertrechado con ropas de abrigo, guantes y una triste vela. La incomprensión de familiares y vecinos era total: no cesaban las quejas por algo que mentalidades antiguas consideraban frívolo y sin sentido práctico.  Allí aprendió a manejar el saxofón. Más tarde se atrevió con el violín, la flauta travesera y el clarinete, inspirado por sus profesores, después grandes amigos, Pepe y Jorge.

Sus primeros pasos en el mundillo musical los dio con el Quinteto Juventud, una de las primeras formaciones de Sariñena. En 1950 entró a formar parte de la Orquesta Cobalto, con una hija de dos años (Mercedes, quien tuvo, más tarde, el honor de tocar el teclado mudo de Lobateras) y compatibilizando en lo posible los ensayos y actuaciones con el servicio militar que cumplió en Zaragoza y en las minas de Ballobar. Durante años puso su saxo, su clarinete y su voz en las veladas musicales que ofrecía la Orquesta Cobalto, asumiendo su dirección en los últimos años. Tras desaparecer la Cobalto, Paco participó, con músicos de la comarca, en otras formaciones musicales. Pero eso ya es otra historia.

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   ALFONSO MILLERA CASAÑOLA: “Yo pertenecí a la Orquesta Cobalto en sus inicios como primer cantante junto a Pedro Goberna, Jorge Casasnovas, José Orquín, José y Antonio Lobateras, Rosendo López y Antonio Lope. Actuábamos todos los domingos y festivos en Sariñena. También tocábamos en otros lugares cuando requerían nuestros servicios, pero siempre que no coincidiera con nuestro compromiso con el Casino . Recorrimos bastantes lugares como Sena, Lalueza, Valfarta, Castillazuelo, Castelserás, Robres, Bujaraloz, etc. Para las fiestas de San Antolín tocábamos solamente en el baile vermut. Recuerdo que venían orquestas magníficas como la de Jaime Planas, Plantación, Seissón, José Puertas,  Maniáticos de Lérida, Gran Casino, Estrellas Negras, Ríos, Busquets… y cantantes como Katia Morlans, Diana España, Pilarín Andrés, José Guardiola, Luis Aguilé y muchos más que no recuerdo. Mi sueldo en la Cobalto ascendía a 40 pesetas por actuación. Después pasé a cantar varios años con la Orquesta Coronas de Huesca alternando, en las fiestas de muchas poblaciones, con cantantes de la talla de Jorge Sepúlveda, Antonio Machín, Robiralta, Hermanas Fleta,, Juanito Segarra, Lorenzo González y un largo etcétera.

   En estos momentos tengo fijada mi residencia en Alcañiz.

  ANTONIO LAGUNA CASAÑA (el trompeta de Albalatillo) nació en 1923 en Albalatillo. Era tal su afición por la música que en su juventud se vendió una mula para comprar su primera trompeta. Estudió música con Isidoro Marcial, el  pianista ciego de su mismo pueblo. En 1955 se desplaza a Barcelona y toca en la sala de baile La Paloma y en Rialto. No puede vivir lejos de su pueblo natal por lo que  en 1960 regresa a  Albalatillo para dedicarse a la agricultura y a la ganadería. Tocó varios años en las orquestas Cobalto, Ríos y Ramos, esporádicamente en el conjunto Los Santos y en varias charangas de la provincia. Se le podía ver  acudir a las fiestas de los pueblos con su vespa y su trompeta. Se casó con Fredesvinda con la que tuvo tres hijos Dolores (vive en  Sariñena), Antonio y Juan Carlos. En sus últimos momentos pidió ser enterrado con la trompeta que tanto amaba.

 Antonio Laguna murió en noviembre de 2007 y su esposa en enero de 2008.

   VICENTE SANCLEMENTE GATNAU aprendió a los seis años las primeras notas de solfeo en el Barrio de la Estación de la mano de Daniel Millera, era el año 1947. Dos años más tarde se compra su primer clarinete y pasa a estudiar con Jorge Casasnovas. Este le puso como condición que se matriculase en el Conservatorio de Música de Barcelona. También realizó estudios musicales durante cinco años con Isidoro Marcial, que a la muerte de Guioni ejerció como profesor de música en Sariñena, para lo cual se desplazaba todos los días desde Albalatillo en el correo de Valfarta. En 1951, con 10 años, se matricula en solfeo y clarinete como alumno libre en el Conservatorio de Música Moderna de la capital catalana y los ensayos los realiza con la Orquesta Cobalto. A los 11 años tiene su primera actuación como músico en Castejón de Monegros con motivo de la inauguración de la Avenida del Doctor Vilardell de dicha localidad. Recuerda que hubo Misa Mayor cantada a cuatro voces con música del compositor italiano de música religiosa Lorenzo Perossi  y café concierto amenizado por la Orquesta Cobalto. Aquel día tocaron Pepe y Antonio Lobateras, Jorge Casasnovas, Rosendo López, Paco Rodés, José Orquín, Eli Périz y Vicente Sanclemente y  cobraron 100 pesetas cada uno.

       En el año 1958 pasó a formar parte de la Orquesta Ríos que simultanea con la Cobalto. A final de los años 80 forma con sus amigos la Charanga Grañén con la que sigue tocando y también pertenece a la Banda Municipal de Sariñena.

    AURELIO CASASNOVAS GÓMEZ adquirió los primeros conocimientos musicales gracias a su tío Jorge Casasnovas. Al igual que Vicente Sanclemente se vio en la obligación de matricularse en el Conservatorio de Música Moderna de Barcelona por orden de su tío, decisión que siempre ha agradecido por la base que adquirió. En 1961 Jorge lo introduce en la Orquesta Cobalto en calidad de meritorio (o sea de aprendiz sin sueldo) tocando la trompeta al lado de Antonio Laguna. Cuando el de Albalatillo pasa a la Orquesta Ríos se queda como solista, permanece en la Cobalto hasta 1968, año en el que se va a la “mili”. Recuerda que venía a cobrar unas trescientas pesetas por actuación y que su canción preferida era “El Silencio” de Roy Etzel. Estos últimos años ha pertenecido a la Banda Municipal.

 *También actuaron con mayor o menor asiduidad  los hermanos Jesús, David y Rubén Périz de Lalueza, Cándido Campo, Manolo Casabón, S. Barón de Lanaja, Antonio López (actual director de la Banda Municipal) y muchos otros.

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El nombre

      Decidieron llamarla Orquesta Cobalto. La verdadera razón nunca la sabremos, pero posiblemente les llamó la atención el descubrimiento, por aquel entonces, del metal radioactivo cobalto-60. O quizá por las repercusiones mediáticas de la invención de la bomba de cobalto. Porque se puso de moda la utilización de este duro metal en la formación de superaleaciones industriales  para la fabricación de aceros, turbinas de avión y herramientas de todo tipo. O simplemente les gustara el color azul cobalto.

     Debo decir que las dos primeras argumentaciones tiene valedores importantes.

Los honorarios

      Desde su creación  actuaron ininterrumpidamente domingos y demás festivos, de 20 a 22 horas, en el antiguo Salón de Baile. Su primera remuneración ascendió a  la módica cantidad de 2,50 pesetas por músico y actuación. Más adelante pasaron a cobrar 40 pesetas y hacia los años 60 subió su caché a 300 pesetas por sesión y músico. En  los años 70 el salario ascendió a 600 pesetas.

     Recibieron varias ofertas para tocar asiduamente en otras localidades, como la de Monzón que mejoraba ostensiblemente lo que ganaban en casa, pero no aceptaron.

La dedicación

       Desde 1945 a 1978  no faltaron a su cita con los jóvenes de Sariñena y de otras localidades vecinas.  El esfuerzo y la fidelidad durante tantos años no siempre fueron valorados por algún presidente del Casino que no supo apreciar la ventaja de disponer de una orquesta cada domingo.

   Cabe destacar el buen hacer de unos excelentes músicos, su dedicación  y su renuncia a la vida familiar a lo largo de esos años.. También es de justicia recordar a las resignadas esposas ya que no pudieron disfrutar de un solo día festivo con sus maridos.

Los ensayos

      Los primeros años fueron de gran éxito en las tardes festivas de nuestra villa. En todo momento compaginan sus trabajos con las sesiones de ensayo en el Casino los miércoles de 10 a 12 h de la noche. Siempre acompañados de un buen número de simpatizantes que iban a disfrutar de la música como Victor Acín, Florentín Nogués o Antolín Lana entre otros.

     También solían ensayar la primera media hora del baile mientras la gente se animaba a salir.

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     -Durante las fiestas de San Antolín eran los encargados de amenizar el baile vermú y en el año 1963 negociaron con la directiva del Casino un aumento en la remuneración por esas actuaciones. El presidente no sólo se negó a ello sino que contrató a la orquesta de Jaime Miralles de Barcelona para sustituirlos. El grupo se sintió muy dolido,  tanto que Jorge decidió montar un entoldado en la plaza de la Iglesia para  hacer con la Orquesta Cobalto sesiones de baile al margen del Casino. La cosa no le salió nada bien en el plano económico.

     -Hubo un  tiempo en las tardes de los domingos que se puso de moda dedicar canciones a las chicas que acudían al  baile. En una ocasión, nuestra orquesta, tuvo la mala fortuna de leer una dedicatoria poco apropiada para ciertas chicas que se sentaban en un palco importante, el asunto tuvo consecuencias desfavorables para uno de los componentes del grupo.

    -A raíz de las notables actuaciones en el Casino de los Juniors y de los Rebeldes de Amposta con unos modernos aparatos de sonido, nuestros músicos decidieron pedir a la junta la mejora de la megafonía. Como ésta se negase a invertir en dichos mejoras Jorge y Rosendo tuvieron que fabricarse artesanalmente varios altavoces que colocaron estratégicamente por el salón.

    -Durante unas fiestas de San Antolín, Rafael Ispa tuvo la idea de alquilar el salón de baile del  Romea para que actuara la Orquesta  Cobalto reforzada con un excelente trompeta y una vocalista de Zaragoza, bastante picante, llamada Hortensia Nelda. Esta explosiva combinación consiguió arrastrar al público de Sariñena de tal manera que, incluso los componentes de la Orquesta Internacional Grashopers de Ámsterdam que actuaban por la noche en el Casino se acercaban casi todas las tardes a ver a la Cobalto.

     -El grupo recibía las partituras de la Sociedad General de Autores y las canciones que no les gustaban o se habían pasado de moda las arrojaban por una rendija al interior del escenario. Años después, cuando se reformó el Salón de Baile, aparecieron cientos de ellas

    -En las grandes ocasiones solían llevar una americana roja con solapas negras y  en el bolsillo superior un escudo con las iniciales O.C.

El final

     Poco puede decirse de la tristeza de ese momento, salvo que las nuevas modas terminaron con nuestra querida orquesta, en este caso la firma tenía el sello de una discoteca llamada Dragón de Oro.

M.A.C.P.

  Todas estas fotografías, notas biográficas y datos relevantes e incluso opiniones que ustedes han podido leer se deben  a la pluma o a la memoria de familiares, amigos o músicos de la propia orquesta Cobalto. Por lo tanto muchas gracias a las familias Goberna, Orquín, Lobateras, López, Casasnovas, Millera, Serra, Laguna, Rodés, y Sanclemente

    Quiero agradecer a los familiares, amigos y compañeros de nuestros protagonistas su colaboración, gracias a la cual ha sido posible llevar a cabo este reportaje sobre la Orquesta Cobalto.   

 

Carmen Mir Loscertales


Vital y dinámica, familiar y amiga de sus amigas y vecinas, una mujer fuerte que ha sacado adelante su familia. Una campeona del guiñote, gran aficionada y jugadora. Así es Carmen, siempre muy alegre que nos acerca la vida de antes con ese cariño de siempre, de sus tortas de cuchara, magdalenas y farinosos que nos daba para merendar de críos, cuando con su nieto Luis, parábamos para verla. Con su nieta Carolina descubrimos a Carmen, con muchas historias y otras muchas que quedan por contar. 

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Carolina y Carmen.

De casa  “La Droguera”, Carmen nació en Sariñena el 3 de septiembre de 1927, en la calle de los Ángeles. Su padre trabajó en la estación “siempre iba y venía”, recuerda Carmen. Su madre Rosa Loscertales Tierz natural de Lalueza, de casa Guallart, fue de buena casa aunque fue la pequeña y tuvo que buscarse la vida. Una vez en Sariñena, Rosa iba mucho a casa Moreno, allí jugaba a las cartas mientras Carmen saltaba a la comba y jugaba a las tabas con otras chicas. Rosa lavó para otras mujeres en Sariñena, «fue muy querida y trabajadora». Ademas, Rosa vivía junto a su hermano Manuel que era padre de Santiago, Josefa “la del Romea” y Mª Carmen, que se criaron junto a ella, siendo primas hermanas de Carmen: “nos une un gran vinculo familiar”.

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Carmen Mir y Eugenia Palacio.

Fueron cinco hermanos en casa: Carmen, Fina, Manuel “El Cubano”, Antonio y Jesús. Carmen fue muy amiga de Carmen Santolaria, hermana del que después fue su marido, iban a jugar al solar donde luego hicieron la casa, por la calle Ronda san Francisco: “Éramos como hermanas, íbamos a bailar, a saltar a la comba…”. Carmen aprendió a coser en casa de Dolores “La Hermosa”, la mujer del barbero: «la barbería la tenía por la calle del Mercado».

Carmen fue a la escuela muy poco, la guerra le pilló justo entonces y esta se interrumpió. Carmen recuerda la sirena y las campanas que avisaban de los bombardeos y tener que ir corriendo al refugio de Torres, donde se juntaban muchísima gente. A Carmen se le murió un hermano «Jugando con una pelota que resultó ser una bomba».

Su abuelos Antonio Loscertales, “El Zumarro” y su mujer Carmen Tierz Marías celebraron antes de hora la entrada de los nacionales y rezagados republicanos los asesinaron cuando se retiraban. La casa familiar la escachó la aviación durante los bombardeos, así que después de la guerra se mudaron a casa de los abuelos a la calle Larosa. Allí se reunían mucho la familia y tiempos después en la casa de la calle del Horno, casa de su hermana Fina. Tras la guerra, el racionamiento fue vital: “Tanto tocaba por uno”.

“Esa casa siempre estaba con gente y todos recuerdan a mi tía Fina y a mi bisabuela Rosa  con mucho cariño por su cercanía y su generosidad de tener siempre la casa abierta»

 Carolina Santolaria Lafita

Carmen se casó muy joven, a los dieciocho años. A su marido lo conoció en el cine del teatro Romea, él se acercaba al gallinero para verla y estar cerca de ella. Su marido fue Francisco Santolaria Cazacarra, conocido por el apodo de “El Calistro”. Paco tenía campos y fue labrador, además de ir con los albañiles: “Iba con todos”. Francisco tuvo mulas y carro y con el tiempo fue encargado en “Pretensados Alcanadre”, haciendo vigas. Su hermana Luisa tuvo una pescadería por el callejón del Saco, donde actualmente se encuentra el bar La Lifara.

En casa tenían conejos, pollos, pavos y mucha huerta, hacían conserva, mermeladas, peras cocidas al vapor, tomate embotado… “Para todo el año, sobre todo para pasar el invierno”. Paco le hacía ir de joven al huerto para ayudar con las faenas, pero a Carmen no le gustaba mucho. Tuvieron tres hijos: Luis, Paco y Rosa. Cuando estaba embarazada del primero le mataron al suegro en la conservera: “Escondía la caza y debieron pensar que era un maqui, le dispararon».

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Carmen y Abelina

Los domingos por la mañana iban al casino a tomar vermut. Iban al Casino con el Riau (que tuvo un bar), con Abelina, Marianeta, Carmen y Florentín (El Cartujano). Iban al cine y a bailar los domingos por la tarde, había orquestas y casi siempre la orquesta sariñenense Cobalto.

Se juntaban en las casas a merendar, tortas de casa y a jugar a las cartas. En verano por las noches a la fresca, en la calle se juntaban las vecinas y hablaban. Carmen ha sido una gran jugadora de cartas y con su compañera Abelina han ganado numerosos campeonatos de guiñote, tanto en la residencia como en el Casino. ¡¡Todas unas campeonas!!.

También Carmen ha tenido una grandísima amistad con su cuñada María Jesús, mujer de su hermano Manuel “El Cubano”, a quien recuerda con ternura porque eran los dos mayores: «Se supo buscar la vida». Manuel regentó la tasca de “El Cubano”  siendo muy popular sus meriendas y él mismo. Allí han pasado alguna navidad todos juntos, al lado del hogar que estaba al final del local.

«La taberna de El Cubano venia  ya de su abuela Manuela por parte de su padre, que provenía de Alcolea, así  que tiene más de 100 años el bar”.

Carolina Santolaria Lafita

Carmen es muy familiar y muy querida por los suyos, amigas y vecinas. Su vida está llena de recuerdos y vivencias que con gran afecto nos ha transmitido, gracias Carmen. Y gracias a Carolina Santolaria Lafita, nieta de Carmen, que con su gran cariño y admiración a su abuela ha hecho posible esta entrevista.

Soy un sariñenense de los ochenta


Siempre cambian los tiempos, las modas, y cuando te das cuenta ha cambiado tu pueblo y tu gente. No tenía pensado hacer una retrospectiva, pero he caído en la trampa y descubro que no deja de ser un ejercicio de etnografía. La edad no perdona y la memoria es un juego caprichoso que nos traslada a tiempos llenos de magia, tan distintos, que la distancia comienza a ser vertiginosa.

 

Sariñenense hasta la médula y a mi manera, sin dudar en significarme si pienso que es lo mejor para el pueblo, aunque me equivoque, aunque me critiquen, que le voy a hacer, mi pueblo es, y lo digo bien alto y con orgullo: Sariñena y sariñenense soy. Apostando vivir aquí, en el medio rural, por sus montes y sierras, ¡en Los Monegros! aprendiendo de su historia y sus gentes.

Así que me libero de mis recuerdos de niñez y juventud, animando a quien quiera compartir los suyos no dude en compartirlos. Soy sariñenense de jugar en las montañetas, por las eras, calles y plazas; de tardes del fin de semana en el patio de entrada del casino, del parque de las monjas y su fuente redonda que había en el centro. Del quiosco del parque y del cine Victoria donde veíamos alguna película de estreno y a veces circo. De ir a comprar el pan al vidriero, entrar adentro del obrador y ver como amasaba la masa, donde hacía los enfarinosos y empanadicos y lo que daría por volver a comerlos, de Virgili, de Cabezarota… Me acuerdo débilmente del Peti, del bar de la plaza de la iglesia y del estanco de Regaño, cuando me regalaba sugus. Y de casa Ancho, donde comprábamos por la parte de atrás y los domingos, tras salir de misa, a Trallero íbamos en tropel a comprar lamines; menudas colas se formaban.

Nos tocó ir a las monjas, cuantos recuerdos de sor Felisa y cuanto la queríamos. Después unos íbamos a las escuelas, a parvulitos, y otros aún se quedaban dos años hasta llegar al colegio, a la EGB. Vimos construir el nuevo pabellón y llegamos a disfrutarlo. Comprábamos a través de las vallas a la tienda en frente de la escuela y los viernes teníamos el mercadillo pegado a la escuela, un puesto de ganchitos, gusanitos… se colocaba bien pegado a la valla donde podíamos comprar. A veces, después de la escuela, pasábamos por el tonelero y allí nos quedábamos un rato viendo como hacía los toneles. Y el señor Coto, que se encargaba del colegio, iba con un carro de mano y se traía sobras del comedor para su perra Linda, a veces nos llevaba montados en el carro, cuanto cariño le teníamos.

A la una del mediodía sonaba la sirena y la clase la dábamos por acabada por mucho que los maestros/as aún no diesen por terminada la lección. ¡Habría que recuperar aquella enigmática sirena!.  Algunos nos quedábamos en el comedor, de Sariñena éramos muy pocos y la mayoría eran de los pueblos de la redolada. El comedor y el patio tenía su lado muy divertido a pesar de los garbanzos y el pescado del viernes, casi ni comíamos menos mal que de postre teníamos donuts. Jugábamos en los fosos de arena del colegio, pasábamos el agua de un foso a otro y construíamos presas y canales. Por las tardes muchos iban a mecanografía a las monjas, otros a música, a atletismo, fulbito, fútbol o música entre muchas otras actividades; algunos iban a catequesis y luego a Conques de campamento en verano. Y ya pasamos al instituto, al nuevo, aún me acuerdo cuando iban del uno al otro, del Hospital al de los pisos.

Crecimos con dos canales en la televisión, con Espinete, Un dos tres, la Bruja Avería..,  aún me acuerdo cuando aparecieron Antena Tres y Telecinco, fue toda una novedad. Llegó el vídeo, las películas vhs, los casetes de música, dejando atrás los vinilos, grabando la música de la radio y rebobinando con el boli. Vimos aparecer los primeros ordenadores, los disquetes y el «indestructible» cd… La biblioteca estaba en el piso de abajo del ayuntamiento.

En las Antonas comprábamos lacasitos y toneletes a peseta que contaban uno a uno y Ferraz que repasaba las cuentas producto a producto. En la plaza estaba la farmacia, las zapaterías y las loterías, la calle del medio era el centro de Sariñena, el casco tenía vida, con la joyería, las zapaterías, las carnicerías, las barberías, la pescadería de Gloria, la tienda de Emilieta, los porches, con la frutería de Cambra, que siempre me daba algunas cerezas o peretas.  Comprábamos clavos en la ferretería de Ballarín, una treintena para construir un matagatos. Las camisetas de la caja rural, la piscina, con los trampolines que quitaron o el tobogán en la mediana y los cuatro metros de profundidad de la piscina grande. Jugar a zaborrazos y dar vueltas por las acequias y los campos. Preparábamos las carrozas de san Isidro con una semana de antelación. Siempre con las bicis de un lado para otro, no parábamos, con las bicis de calle, las motoretas, las de cross y  cuando aparecieron las de montaña todos queríamos una, ¡eso sí que fue un gran avance!. El taller de López siempre estaba lleno de bicicletas y de motos, y todos pasábamos por el taller.

Hacíamos  más trastadas, a veces más inocentes. Camanduleando por el pesquero, por la parte de atrás de las monjas, los campos y huertos; arramblar fruta y ser emprendidos y perseguidos, caer en acequias y brazales, con rotos y llevar parches. Ir al río, bañarse por las badinas de Santiago y del Hospital, ir en bicicleta a la estación y poner alguna moneda para que la chafase el tren. Llenos de parches y rodilleras, con camiseta de propaganda y en la feria, en la Femoga, recogíamos gorras y propaganda como salvajes. Soy sariñenense de los ochenta, de la feria en las piscinas, las peñas en el antiguo cine y de las dos salas de maquinetas que abrieron a la vez.

Aquellas fiestas de calles llenas de gente, de Gorgorito dando estacazos al lobo, el dance en la plaza del ayuntamiento y el toro de fuego en la plaza de Villanueva. Rosendo y Vitales haciendo fotos, las peñas con pancartas en la cabalgata y el famoso bombo. Las vedetes de las peñas, la huevo fritada y la calzoncillada; y la despedida del baile de las peñas: todos agachándonos para levantarnos y bailar al son de Nellie the Elephant de Toy Dolls.

Quedábamos en el cruce de Sobella o nos buscábamos por el pueblo, no había móviles, pasábamos por casa o por el teléfono fijo. Las noches de verano íbamos al parque de las monjas, la gente aún tomaba la fresca y algunos días se sentía el afilador avisando con su chuflador su llegada. Luego llegó el instituto, las verbenas en la discoteca de los viernes, las noches de verano en el parque, los trabajos yendo a coger melocotones o tomates… Lo dicho, que uno ya puede ir recordando que ya hay muchos recuerdos que se van olvidando y que no cuesta tanto y es divertido compartirlos. Estos son algunos recuerdos y hay muchos más, también están los tuyos ¡no los pierdas!.

Así, que no queda otra que continuar, consciente de mis raíces, de esta Sariñena tan hermosa de la que tan orgulloso me siento: ¡Viva Sariñena!, ¡Viva san Antolín! y ¡Felices Fiestas!

 

El casino de Sariñena


* Sala de arcos del casino

La Asociación Cultural y Recreativa “El Casino de Sariñena” es un lugar d´encuentro social y cultural, una sociedad dinamizadora de actividades de ocio, festivas, tradicionales y deportivas con un gran arraigo en la Villa de Sariñena. El Casino es historia, tradición y compromiso, que s´ha consolidau en un pilar imprescindible en la sociedad sariñenense.

Fundadores Casino Sariñena

Fundadores Casino Sariñena.

El Casino de Sariñena prencipió su andadura, aproximadamente, en la segunda mitad del siglo XIX, en referencia a la primera cita conocida que aparece en el Diario de Avisos de Zaragoza. Lamentablemente los archivos de la sociedad fueron quemados en la guerra civil. En el libro de “Sariñena Antigua”, de Salvador Trallero, se cita que el “Casino de Sariñena” en 1900 s´alcontraba situau en la calle del Sol, hoy en día la calle Ugarte, la calle del medio en el tramo que va desde la plaza del Ayuntamiento a la plaza de la Iglesia. Tamién, en el libro de Salvador Trallero “Sariñena y el diario de Huesca”, se replega una noticia sobre el casino del 22 de febrero de 1906:En el “Nuevo Casino de Sariñena” el carnaval será saludado con animados bailes, amenizados con escogida música de cuerda. Una sociedad cultural cuya cultura, organización y estado financiero pueden competir con los mejores de su clase.

El edificio del “Casino de Sariñena” está ande s´alcontraba el granero y l´abadía de la iglesia de San Salvador. En 1928 adquieren, a un particular, el antiguo granero de la iglesia, ande tamién s´alcontraba una bodega de vinos. En 1929 es inagurau el actual casino en la plaza del Salvador u plaza de la Iglesia, un edificio de estilo aragonés actualmente llamau de forma popular “casino viejo”. Más tarde s´amplía con el solar dejau por l´antigua abadía. Tras la guerra civil, en 1938 se reabre el Casino que contina hasta nuestros días y que continará.

Lo impresionante del “Casino Viejo” es la maravillosa “Sala de Arcos” de estilo gótico, ¡sorprendente!. A un lau, de la sala d´arcos, alcontramos una sala en la que, en palabras del presidente de la asociación José María Plaza, se puede observar “un aljibe de grandes proporciones, recubierto de losas de cerámica negra (abacial), una ventana gótica abierta hacia la pared de la actual iglesia con restos del ábside de  la primitiva iglesia y varios accesos a túneles de ignorado paradero”. Un gran conjunto histórico, un tesoro patrimonial desconocido que deberíamos de conocer, valorar y preservar.

             

* Casino de Sariñena

En la Asociación Cultural y Recreativa “El Casino de Sariñena” los socios cuentan con un servicio de bar-restaurante, con diferentes zonas ande s´alcuentra el centro social y se desarrollan los cafés, las tertulias, la zona de televisión, los juegos y concursos de guiñote y butifarra, las partidas al ajedrez, al domino… En la parte alta del casino s´alcontraba el antiguo baile, pero tanto brincar hacía tremolar el suelo del baile, que tuvo que ser trasladau a los entoldaus que se colocaron junto a la plaza.

Pa el baile y otros actos se construyó el “Casino Nuevo”, ande s´alcontraban las escuelas graduadas. El edificio de las escuelas presentaba graves deficiencias, con peligro d´espaldar-se, por lo que fue escachau en 1973 y es ande aura se levanta el edificio de pisos y el casino nuevo. En el casino nuevo se realizan los cafés-conciertos, bingos, bailes, cenas y homenaje a los matrimonios que cumplen 25 o 50 años de casaus y muchas más actividades pa las fiestas, fechas señaladas y pa lo que haga falta.

Con la fogueta bien escoscada

y con el traje bien mudau

to apañau y arreglau,

a un lau queda l´azada.

Preparau pa la fiesta

imos de espabilar

y p´al casino a bailar

que ante la flojera no hay ni siesta.

P´al almuerzo y el vermut

comidas y cenas

lifaras varias

con las mejores amistades.

P´al baile del casino de Sariñena

dicen que las orquestas son mui güenas

iguales que las verbenas

pues la noche desenfrena.

Con el vaso caramullau

¡güen lamparazo!

y cuidau con rujiar

asinas tos a bailar

menos alguno entiparrau

que va de lau a lau.

¡Viva El Casino de Sariñena!

Publicau en “ Os Monegros el 9 de diciembre del 2012.

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