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Los hermanos Lana Torres


Paco

Francisco Lana Torres

Francisco Lana Torres nació en 1915 en Sariñena. Hijo de Pablo Lana Marías y María Torres Allué, fueron tres hermanos: Francisco, Marina y Emilia. Su padre, Pablo Lana Marías ejerció como funcionario de telégrafos.

Francisco, conocido como Paco, vivió poco en Sariñena, donde «Los pijáitos iban al casino y los obreros al café» (Plaza de los republicanos españoles: testimonios de exiliado. García, Gabrielle). Pronto comenzó sus estudios en Zaragoza, primero en los maristas y luego con los jesuitas para acabar estudiando ingeniería de telecomunicaciones. Durante su época de estudiante estuvo afiliado a la organización estudiantil y de izquierdas FUE (Federación Universitaria Escolar). Con el inicio de la guerra tuvo que abandonar sus estudios, alcanzando el grado de Teniente de Ingenieros Zapadores. Por sus conocimientos en explosivos, contribuyó a la detonación y voladuras de infraestructuras, tales como puentes, con el objetivo de impedir el avance de las tropas sublevadas.

«Mi padre era funcionario de telégrafos. Un tío, primo de mi padre, era diputado radical socialista en Huesca. De muy joven, ingresé en la FUE. Estaba cursando estudios de ingeniero de telecomunicaciones. Cuando se produjo el levantamiento militar, tenía veintiún años, me uní sobre la marcha a la columna anarquista de Durruti, procedente de Barcelona se dirigía a Barcelona. Empecé la guerra con los anarquistas, pero sin serlo. Durante la guerra, el Gobierno de la República había abierto escuelas militares. Así que acabe ingresando en una escuela popular de guerra. Era el comandante de la Centuria quien designaba quien podía acceder a una escuela popular de guerra» (Plaza de los republicanos españoles: testimonios de exiliado. García, Gabrielle). El tío, primo de su padre, al que hace referencia, responde a Casimiro Lana Sarrate.

Luchó en Teruel, al parecer un invierno durísimo: «Tomamos Teruel por primera vez en diciembre. De allí, marché a Cuenca. Quince días más tarde, las tropas franquistas atacaban de nuevo Teruel, por lo que regresé. La diferencia de fuerzas era evidente. No todos los aviones eran de la Primera Guerra Mundial, tampoco hay que exagerar. Había aviones de caza rusos que no estaban mal, pero las fuerzas franquistas eran mucho más importantes. Sobre todo la aviación. Evidentemente, yo estaba en contra de la no intervención, nos faltaba armamento. Éramos idealistas, pero al cabo de dos años, comenzamos a dudar si alcanzaríamos la victoria» (Plaza de los republicanos españoles: testimonios de exiliado. García, Gabrielle).

Tras la batalla del Ebro se exilió a Francia «De un lado del río, los fascistas; del otro, los republicanos. Me encontraba en Valencia y debía de llegar a Barcelona, el trayecto lo hice por el mediterráneo» (Plaza de los republicanos españoles: testimonios de exiliado. García, Gabrielle). Paco acabó en el campo de concentración francés de Argelès-sur-Mer del que terminó escapando para unirse a las guerrillas de maquis.

Para escapar de los Alemanes, Paco se escondió en la ciudad ocupada de Burdeos, dedicándose a la construcción de una base de submarinos de guerra del ejército nazi. Allí muchos españoles fueron usados como esclavos en la construcción de aquella instalación militar. Más de 2.000 españoles presos fueron empleados a trabajos forzados por los alemanes sufriendo penosas condiciones que acabaron con la vida de más de medio centenar de ellos. La base de submarinos nazis que construyeron 2.080 esclavos españoles, El Mundo.

Paco logró escapar y refugiarse en la Bretaña francesa. En una terraza de un bar en la ciudad de Rennes, conoció a Carmen Renault y enseguida se enamoraron. Como no tenía documentación, se escondió durante seis meses en el desván o buhardilla del colegio, donde Carmen daba clases. Carmen era maestra y el desván estaba justo encima de su clase. Cuando obtuvo una documentación falsa, Paco pudo salir de su escondite y trabajar como electricista instalando campanarios eléctricos en todas las iglesias de la zona. Paco y Carmen acabaron contrayendo matrimonio residiendo en la localidad de Rennes. Como muchos españoles exiliados, Paco soñó con volver a una España libre, pero no pudo ser. Francisco Lana Torres falleció en septiembre del 2004.

Paco Carmen Dinard 1951

Francisco y Carmen en Dinard, 1951.

En Francia, Paco trabajó y perteneció a la sección sindical de UGT y fue secretario del PSOE de la localidad de Rennes (Ille et Vilaine), también fue secretario del Grupo Departamental del PSOE de Ille et Vilaine. Además, la Fundación Pablo Iglesias recoge que participó activamente en congresos como representante de ambas organizaciones, así es el caso de los VII, el VIII, el X, el XI y el XIII Congresos del PSOE en el exilio celebrados en 1958, 1961, 1967, 1970 y 1974. En el VIII Congreso de 1961 lo hizo como delegado suplente. En la UGT fue delegado de la Sección de Rennes al VIII, IX, X y XI Congresos de la UGT en el exilio celebrados en 1962, 1965, 1968 y 1971 respectivamente. En los dos últimos como delegado suplente. En abril de 1976 representó a Rennes en el XXX Congreso de la UGT celebrado en Madrid. En 1981 continuaba residiendo en Rennes suscrito a El Socialista (Fuente: Fundación Pablo Iglesias).

Marina Lana Torres nació en 1920 en Sariñena, aunque su verdadero nombre era María Pilar. La vivienda familiar se ubicaba en la calle Goya de la localidad monegrina. A los dieciséis años, con el estallido de la guerra, Marina fue enfermera voluntaria en el Hospital Militar de Sariñena y miliciana, perteneciendo a las Juventudes Socialistas Unificadas. En el hospital conoció al teniente de intendencia catalán Tomás García-Ciaño Napal, nacido en 1911.

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Marina, segunda por la derecha con otras enfermeras.

Tomás no participó activamente en la guerra y se dedicó a realizar labores de intendencia en Sariñena. Gracias a su intervención, evitó que delatasen a dos monjas que se encontraban clandestinamente realizando una celebración religiosa, hecho por el que siempre le estuvieron muy agradecidas. Tomás no las delató y ocultó lo visto para proteger las vidas de las religiosas.

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Marina abanderada en un desfile en Barbastro.

Marina quedó retratada por el fotógrafo Agustí Centelles desfilando con la bandera de la JSU (Juventudes Socialistas Unificadas) junto a las milicianas sariñenenses Isabel Millera, Amparo Casañola, Dolores Laín, Rosario Orquín y Emilia Huerva. El desfile transcurrió en 1937 en Barbastro, calle General Ricardos (Sariñena Antigua, Salvador Trallero).

Durante la guerra, en casa de la abuela de Marina estuvieron once mujeres solas y tuvieron que vender algunas propiedades para poder ir sobreviviendo. Con el avance del bando nacional, Marina y Tomás marcharon a Barcelona y tras la guerra no pudieron regresar a Sariñena. Además, Marina contrajo tuberculosis y tuvo que retirarse al Pirineo aragonés para sanarse, a Aísa, en la Jacetania.

Hasta 1941 Marina no pudo regresar a Sariñena y aun así no pudo volver a su casa de la calle Goya, que por entonces alojaba a un militar a modo de fonda. Así, primero se fue a vivir con una tía y luego a una casa en la plaza del ayuntamiento, en casa Manin. Allí vivió con Tomas, con quien pronto contrajo matrimonio. Al final, pudieron vivir en la casa natal de calle Goya, aunque tan solo por poco tiempo.

Marina y Tomás abandonaron Sariñena marchando a San Sebastián donde Tomás trabajó en la Mutua General de Seguros. Después lo nombraron Director de la sucursal de Mahón, en la isla balear de Menorca. Allí estuvo durante 5 años. Finalmente lo trasladaron a Zaragoza donde Marina adquirió cierta notoriedad gracias a su profesión de modista y sus diseños exclusivos y reputados. Se especializó en ropa infantil siendo una dura competencia al afamado comercio Ríos de Zaragoza. Marina tuvo una gran personalidad, con un carácter fuerte y alegre.

Pablo Lana Marías fue denunciado a pesar de sus pocas vinculaciones políticas y trasladado a una cárcel de Madrid. Allí estuvo encerrado en el corredor de la muerte durante 5 años esperando todos los días que lo fusilaran. Al final, fue el párroco de Sariñena quién logró sacarlo de la cárcel y volvió a su trabajo habitual montando postes de telégrafos. Al cabo de un tiempo, estando trabajando y subido a un poste, llegó la Guardia Civil y su denunciante y Pablo cayó al suelo perdiendo la vida. ¿Qué pasó?, nadie lo sabe, la versión oficial es que cayó del poste al suelo y perdió la vida.

En la relación de vecinos de Sariñena, con responsabilidades políticas, aparecen tanto Paco como su padre Pablo. Francisco como teniente del ejército rojo que tras la guerra se halló ausente, exiliado, mientras que Pablo fue considerado izquierdista de U.G.T. figurando en situación de detenido.

Mi agradecimiento a Yöel Lana Renault por compartir la historia, su gran disposición y amabilidad, gracias.

Mariano López López, la historia de un exiliado sariñenense


* Mariano López López en una terraza de Sariñena.

La memoria histórica es una dignificación de vidas que fueron arrastradas al olvido, de personas que bajo el fascismo encontraron la muerte, el exilio, la represión, el sufrimiento… y la terrible dominación que aún, en nuestros días, es tan latente. Pretenden que miremos hacia otro lado, que miremos adelante y no levantemos viejas heridas. Pero las heridas aún siguen abiertas y hay que cerrarlas para cicatrizar, ser una sociedad progresista y avanzada y desterrar definitivamente la amenaza del fascismo de nuestras sociedades.

He tenido el gran placer de conversar y escuchar a Mariano López López, quien vivió de muy joven la guerra civil española en la localidad de Sariñena. Su padre Mariano López Javierre, natural de Peralta, antes de la guerra fue capataz de telefónica en Barcelona. Al estallar el levantamiento militar, contra el gobierno de la Republica, se trasladó a Sariñena con su mujer Dominica López Castellar, natural de la localidad de Huerto, y sus tres hijos. Mariano López Javierre estuvo afiliado al sindicato de la CNT y tomó parte activa en el comité del gobierno local de Sariñena, ejerciendo el cargo de alcalde de la villa.

Mariano López López contaba con tan sólo cinco años de edad cuando estalló la guerra, pero aún mantiene vivos muchos recuerdos y no olvida todo lo que le contó su padre años más tarde de la contienda. Memoria viva de cuando su padre intervino en mítines, en mediación de conflictos, visitas al campo de aviación y cuando se refugiaban de los bombardeos. En el campo de “Alas Rojas”, el campo de aviación republicano de Sariñena, su padre se reunía con el general Montenegro.

“Los pilotos Rusos tenían una disciplina formidable, estaban siempre preparados e incluso dormían en el avión. Los cigarrillos rusos eran muy apreciados y a su padre siempre le obsequiaban con alguno.”

Mariano López López recuerda cuando miembros del POUM fueron expulsados por cometer maldades, se les dio 24 horas para abandonar el pueblo. Recuerda cuando un grupo intentó quemar la cárcel, suceso que al final se evitó; y cuando el cuartel de la Guardia Civil se tomó con horcas y escopetas ante la inmediata rendición del cuartel, “fue lo mejor, pues tenían preparado un duro ataque”. También recuerda cuando un grupo de la FAI quemó en la plaza los retablos de la iglesia. Su padre, Mariano Lopez Javierre, pasó los primeros días del levantamiento escuchando las comunicaciones, pudiéndose anticipar a las diferentes maniobras y evitar males mayores, fue un hombre integro y de paz.

Fueron momentos difíciles y duros, su padre tenía un Ford de ocho cilindros con el que pudieron huir a Barcelona. Cuando marchaban de Sariñena, el joven Mariano López López, recuerda observar como colocaban las cargas sobre el puente del río Alcanadre, el avance de los nacionales estaba cerca, muy cerca. En Barcelona tuvieron un serio percance en una gasolinera, al repostar de combustible se incendió el vehículo, hecho que Mariano hijo, hoy en día, no considera que fuese fortuito. Aún así, la familia consiguió escapar a Francia, el padre retornó a España durante los últimos seis meses de la guerra huyendo, de nuevo a Francia, al finalizar la guerra. La acogida en Francia sólo trajo más desgracias, su padre fue internado en el campo de concentración de Argelès, mientras el resto de la familia sobrevivió en una torre de caballos. El campo de concentración de Argelès, al principio, solamente consistía en una explanada de tierra y con el tiempo se fueron construyendo barracones de madera, los mismos prisioneros los construyeron. Había guardianes del campo que disparaban a quien trataba de salir del campo. Mientras la familia vivía en la torre de caballos, su hermano Florial, de catorce meses de edad y nacido en Francia, enfermo, por lo que fue ingresado en un hospital de monjas. Mariano recuerda acudir a visitarlo y ver como lo mimaban las monjas, como lo trataban de una forma muy especial. Pero en una de las visitas se les comunicó su muerte, vieron tan sólo su ataúd de madera y aunque les dijeron donde lo enterraban, nunca encontraron el lugar de su tumba. “Quizá no murió en ese hospital y fue adoptado por alguna pudiente familia francesa…”

Tuvieron la oportunidad de abandonar Francia para dirigirse en barco hacía Latinoamérica, pero la necesidad de mano de obra en Francia les dejo en el continente europeo.

El fascismo que se levantó contra el gobierno legítimo del pueblo, destruyó vidas, tantas vidas anónimas y algunas como la de Mariano López López han vuelto a su lugar encontrando silencio, incluso desprecio, en una España con una historia reciente escrita y dominada por los vencedores fascistas. Mariano López López vivió en Francia la segunda guerra mundial, de nuevo su vida se encontró con el fascismo, ha vivido su vida en Paris, pero siempre ha regresado a sus orígenes. La emoción es incontenible al recordar la infancia, los amigos que nunca se olvidan y que una vez más se han visto por las calles, conversando en la terraza de cualquier bar de la Sariñena actual.

Un privilegio encontrarme con Mariano, de escuchar y aprender, de sentir que las personas esconden historias que nos implican a todos y todas para dignificar y respetar nuestro pasado. En esta línea continuaremos, desde la web “Os Monegros” abrimos los ojos al pasado, a la recuperación de nuestra memoria histórica y en diferentes artículos, próximamente, espero poder sumergirme en la delicada historia reciente de Sariñena.

Mirando al futuro, caminando el presente y construyendo el futuro.

Publicau en Os Monegros el 15 septiembre del 2013.

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