La historia de los puentes sobre el Alcanadre, a su paso por Sariñena, es una mirada a la lucha contra el tiempo, contra la naturaleza y las guerras, una mala relación que nos ha ido dejando un montón de hechos y sucesos que repasamos acercándonos a nuestro río Alcanadre. Sobre todo, los últimos puentes desaparecidos, destruidos por las fuerzas republicanas en su huida ante la avanzada militar del bando nacional. Puentes que han sido grandes obras de ingeniería y que respondían a construcciones de gran belleza que, lamentablemente, no han llegado a nuestros días.
Artículo enmarcado en la serie sobre la guerra civil en Sariñena
- Sariñena, años convulsos.
- La guerra civil en Sariñena.
- Sariñena, gobiernos en guerra.
- Actas del Consejo municipal de Sariñena.
- Sariñena, la retirada.
- Alas Rojas, el aeródromo.
- Puentes de guerra, Sariñena.
- El hospital militar de Sariñena.
- Hospital de Sariñena, fallecidos de guerra.
- La estación de ferrocarril de Sariñena.
- La educación es un arma revolucionaria.
- Correos y telégrafos.
- La colectividad de Sariñena.
- Nombres de una guerra en la villa de Sariñena.

A su paso del río Alcanadre por Sariñena todavía quedan restos de viejos puentes medievales a los pies de la ermita románica de Santiago, en el antiguo camino que iba de Sariñena a la ermita, viejo ramal del camino de Santiago.
Los puentes de cantería
La ermita románica está considerada del siglo XIII pero existen indicios que se encuentra asentada sobre restos anteriores. Para Antonio Naval Mas la ermita sugiere «la existencia de algún puente en ese lugar, al menos en los siglos XII y XIII en que ya existía esta» citando a A. Ubieto Arteta en Los pueblos despoblados II (Naval Mas, Antonio. Construcciones para la Historia del Somontano en el Alto Aragón Huesca, Cremallo Edición,1996, ISBN: 84-87131-01-8, 375pp., fotogrs, dibujos, plegable.). Por ello, asociada a la ermita se construye el puente o quizá pudo haber sido anterior a la misma, a su primogénita construcción. Hay quien data un primer puente en el siglo XI.
Aquel puente respondía al puente de San Jayme/San Jaime, que unía la ermita de Sariñena por el camino o carrera San Jaime, actualmente camino de Santiago, con Sariñena. Su primera referencia responde a un documento de 1313, relativo a la «Relación de los bienes de la iglesia de San Jaime de Sariñena» (Archivo Histórico Nacional, CLERO-SECULAR_REGULAR,Car.659,N.13).
Existen otros documentos que se refieren a la carrera de San Jaime, como un del 7 de enero de 1451 por el cual: «Antón Bonet, vecino de Sariñena, se obliga a pagar al monasterio de Sigena un tributo perpetuo anual de doce dineros jaqueses por la fiesta de Todos Santos, por una faja en la huerta de dicha villa, en la carrera de San Jaime» (Monasterio de Santa María de Sigena. ES/AHPHU – S/000030/000005) o del 8 de enero de 1451 «Pedro Ferrer, vecino de Sariñena, se obliga a pagar al monasterio de Sigena un tributo perpetuo anual de dos sueldos, dos dineros jaqueses por la fiesta de Todos Santos, por un huerto en la huerta de dicha villa, en la carrera de San Jaime» (Monasterio de Santa María de Sigena. ES/AHPHU – S/000030/000013).
En 1442 se debe de construir de nuevo un puente en la misma zona y quizá aprovechando el existente. Hay un documento de aquel mismo año que autoriza a la construcción de un puente sobre el río Alcanadre: «Doña María, a 17 de agosto de 1422, autoriza a los de Sariñena la construcción de un puente sobre el río Alcanadre; para ello concede el cobro de un óbolo sobre cada bestia gruesa que transite, y dos sueldos y seis dineros por cada cien cabezas de ganado menor, un óbolo por peatón y un dinero por jinete.» (Cfr. Ricardo DEL ARCO, Cuaderno de Privilegios reales de la villa de Sariñena. Zaragoza, 1948).
Por concesión de la misma Reina que permitió su construcción a principios del siglo XV, los de Sariñena podían cobrar un impuesto a cuantas personas y animales pasaran por el puente.»
Naval Mas, Antonio.
Sariñena, villa histórica de ferias y regadíos.
Antonio Naval Mas lo describe como uno de los más largos del Alcanadre, con un tablero de más de 75 metros y una altura en torno a los 15 metros: «Al menos tuvo 6 arcos, a los que habría que añadir otro, quizá más pequeño, en la orilla derecha».

Alzado puente medieval Sariñena. Antonio Naval Mas.
Antonio Naval Mas a través de los restos de tres de las pilas y sus estribos reconstruye lo que debió ser el puente. Es por medio de la anchura del estribo izquierdo, de 3,7 metros, por lo que deduce la longitud del tablero. La pila derecha presenta tajamar y el estribo de la izquierda presenta el arranque de un arco «y en la base ha desaparecido la aleta que permitía el encuentro del tablero con el alto del acantilado donde debió ensancharse bastante». Además «las pilas tenían tajamar y espolón, o proa y popa, que no estaban incorporadas al tablero al no ser rasantes sus cimas».
Planta puente medieval Sariñena. Antonio Naval Mas.
Restos visibles en la imagen del vuelo de 1927.
«Solamente restos es lo que queda de un monumental puente de los dos que ha tenido. Dada su altura la anchura de cauce y la inconsistencia del terreno sufriría en diversas ocasiones los embites del río que res quebrajó su estructura. Parece que ya hubo uno coetáneo de la construcción de la ermita de Santiago, y se puede afirmar con toda probabilidad que en este punto o en otro del entorno habría algún sistema para atravesar el río en épocas anteriores.» (Naval Mas, Antonio).
De aquellos restos, Antonio Naval Mas señala que «Lo conservado, que son los estratos bajos, parece obra homogénea de sillares en hiladas de 40 centímetros , aunque las hay de menor altura. Los largos de los sillares oscilan en torno a la mediodía de una vara, siendo como siempre más largos en los bajos y no faltando los que tienen dimensiones como si estuviesen puestos a soga. Los hay almohadillados, y, a veces, se asentaron con pequeños cantos . Cajeaban conglomerados duros de cal y cantos».
Restos del viejo puente de cantería. Fotografía Antonio Olivan Millera.
Por otra parte, estos restos también son descritos por el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés, quedan reducidos a las pilas correspondientes a los 5 ojos que tuvo la construcción, pilas «construidas en sillería y mampuesto grosero (este último puede corresponder a reparaciones posteriores). Las arcadas originales debieron de ser de medio punto. En el estribo de la orilla derecha se abrieron dos hornos de cal de forma circular, construidos en adobe, con una abertura en la parte baja para el combustible. Estas boqueras y el frente donde se abren son de sillarejo lavado.” Tristemente, los restos van deteriorándose ante la desidia y el abandono.
Este puente «Sería el que en todo o en parte vio Labaña y cuyos restos están junto a la ermita«, apunta Antonio Naval Mas (Sariñena, villa histórica de ferias y regadíos.). Pues, en 1611, el geógrafo portugués Labaña recoge algunas impresiones a su paso por Sariñena describiendo que: «Está asentada en llano a lo largo del río Alcanadre, a mano derecha, sobre el cual tiene un puente muy bueno y encima de él un azud muy bien hecho». Naval Mas, Antonio.
Igualmente lo debe contemplar Pedro Blecua y Paul, en su Descripción Topográfica en 1792, en la cual recoge la presencia de dos puentes de cantería y ladrillo en la villa de Sariñena: «situada en una gran llanura entre los ríos Alcanadre y Flumen (que tienen dos puentes de cantería y ladrillo». Por lo que, gracias a este testimonio, en aquella época Sariñena llegó a contar con dos puentes de obra mayor.
En un croquis topográfico de Sariñena y algunas localidades colindantes de 1824 se puede apreciar la localización en aquella época del puente.
Croquis topográfico de varios montes en términos de la villa de Sariñena, Castelflorite y otros lugares, para conocimiento de su posición y deslindes. Plano (31 x 60,5 cm) de la Chancillería de Aragón (año 1824) depositado en el Museo Histórico Provincial de Zaragoza.
En 1827 el «hermoso puente de cantería» sufre gravísimos daños por una fuerte riada, que, atendiendo a noticias posteriores, lo deja destruido. La riada afecta principalmente el cimiento de una de sus pilastras y su falta de reparación lo debe de terminar destruyendo. Por ello, su reconstrucción en 1833 se encontraba complicada por falta de recursos, en una Sariñena que también presentaba problemas económicos en la construcción de su iglesia colegiata, circunstancia recogida por José Torner: «En 50 años no ha podido concluir su iglesia colegial, principada a últimos del siglo pasado, bajo las trazas del arquitecto D. Agustín Sanz, ni en 6 poner una sola piedra en el hermoso puente de cantería que les destruyo el río, por no haber atendido a reparar el cimiento de una de sus pilastras. Este puente que estaba a ¼ de hora de Sariñena sobre el río Alcanadre, es de necesidad absoluta no solo para la villa, sino para todo el país. (Torner, José (1833), Diccionario geográfico universal, t. 8, Barcelona).
De aquella necesidad, en 1834 hace reivindicación el secretario del Gobierno Civil de la provincia de Huesca Félix Sánchez Fano «De resultas de las abundantes lluvias que han sobrevenido de pocos días a esta parte» a que, entre medidas y distintas reivindicaciones, “no se descuide la hijuela del correo de Ayerbe ni la construcción del puente de Sariñena sobre el río Alcanadre, para facilitar el paso a la ermita de Santiago, en donde se podía establecer un cementerio mayor que el actual” (Extracto del parte que remitió Félix Sánchez Fano, secretario del Gobierno Civil de la provincia de Huesca, por ausencia del gobernador, con fecha 11 de mayo. Gaceta de Madrid, 2 de junio de 1834).





En 1845 Madoz apunta a un puente de madera «en el Alcanadre había un puente de madera de 4 arcos y 24 palmos de elevación«. Antonio Naval Mas plantea que debió de construir un puente de madera para sustituir el anterior de cantería. Lo ubica en la misma zona donde se encuentra el actual puente de Sariñena «Allí donde existe una pequeña edificación de reciente construcción con antelación había restos de algo que recordaba la desaparecida pila de un puente. Sería el de madera al que se refería Madoz».
Pero poco duró aquel puente de madera, a tenor de la información publicada en El Heraldo en su edición del 6 de octubre de 1852: “Que el rio Alcanadre arrebató también el puente de madera de Sariñena”.
Igualmente se sufrieron avenidas del Alcanadre en diciembre de 1879, circunstancia recordada por el Diario de Huesca del 10 de diciembre de 1912 “Los daños hechos por los temporales en la parte baja de nuestra provincia, decía que en Sariñena se llevó el río el puente de hierro, valorado en 10.000 duros, y en las huertas hizo bastante daño”. Quedando afectado el puente de Sariñena, tal vez uno provisional de hierro.
“El señor conde de Toreno dio cuenta también de haber destinado una cantidad para la reconstrucción del puente de Sariñena.”
El Imparcial, 31 de octubre de 1879.
“El gobernador civil de aquella provincia, ha dado las gracias al ministro á nombre de los desgraciados que han sufrido por las inundaciones de Sariñena, Fraga y pueblos de la ribera del Cinca.”
El Pabellón Nacional, 31 de octubre de 1879.
Restos de la pilona del puente del siglo XIX. Naval Mas, Antonio.
Otros restos
No son los únicos restos, pues aguas arriba, justo por encima de la ermita, hay restos del antiguo azud de Sariñena y aguas abajo de Sariñena, poco antes de llegar a la zona de la desembocadura del barranco de Malfaras, hay restos de pilastras de sillerías de un viejo puente.
El puente metálico parabólico de 1880
El antiguo puente de Sariñena es obra de Joaquín Pano y Ruata y respondía a un puente metálico de arcos parabólicos, como los desaparecidos puentes de Ontiñena, Graus y Monzón. Construido en torno a 1880, en una comunicación del ingeniero Joaquín Pano a Magin Cornet, la Maquinista Terrestre y Marítima, se manifiesta su intención de introducir innovaciones “Disponer las juntas como en el puente de Sariñena” (Los puentes parabólicos de hierro y el ingeniero D. Joaquín Pano y Ruata (1849-1919) Pilar Biel Ibáñez y José Luis Pano Gracia).

En el Diario de Avisos de Zaragoza, del 13 de octubre de 1873, encontramos como ese mismo año es señalado con la colocación de aquel puente de hierro sobre el Alcanadre: «Realizándose esta delicada operación sin contratiempo alguno bajo la dirección de D. Juan Escala, dependiente de la Maquinista terrestre y marítima de Barcelona, constructora del viaducto. El tramo único de que consta, del género de celosía, sistema americano, y que mide 28 metros de longitud, avanzó majestuoso a impulsos tan solo de seis hombres, en medio del gentío que desde ambas riberas admiraba la hermosa perspectiva del puente, adornado de las obligadas banderas, y no menos los prodigios de la mecánica aplicada para poner en movimiento seguro y ordenado tan enorme peso. Satisfechos deben hallarse los Sres. D. Francisco Mirallas Paño y D. Alejandro Torres, Alcalde y concejal que fueron del Ayuntamiento que en mayo último acordó la construcción de una obra de tan grande interés local, y es bien seguro que al ver realizado aquel pensamiento habrán olvidado los disgustos que como comisionados del municipio han tenido que arrostrar, venciendo los muchos obstáculos que la indo le especial de esta clase de obras y la fuerza de las circunstancias por que el país atraviesa han levantado. El vecindario a su vez puede hallar se satisfecho de la acertada inversión dada a los fondos municipales.»
Gracias a el Diario de Huesca del 31 de julio de 1916, sabemos que en 1883 aún estaba en plena construcción. En su sección hemeroteca “Hace 33 años” recoge como el 31 julio de 1883 “Trabajaban en la colocación del puente de hierro sobre el Alcanadre en las inmediaciones de Sariñena, según proyecto del ingeniero don Joaquín Pano”.
Sin embargo, el puente de Joaquín Pano Ruata no es el primer puente de hierro sobre el Alcanadre a su paso por Sariñena. El 28 de octubre de 1879 una gran avenida destruye el anterior puente de hierro de Sariñena, tal y como queda recogido en el Diario de Huesca 30 de octubre de 1879: “El Alcanadre experimentó una importante crecida, arrastrando el puente de hierro de Sariñena”.
“Terrible avenida del Alcanadre. Arrancado y arrastrado el puente de hierro de esta villa. Tememos hayan acontecido desgracias en los pueblos ribereños La corriente ha subido en el cauce del rio 7 metros sobre su nivel ordinario.”
El corresponsal. Diario de Huesca – 30 de octubre de 1879.
De la misma manera lo comunica el Correo de Madrid del día 30 de octubre de 1879: “El río Alcanadre ha destruido y arrasado el puente de hierro de Sariñena, cuyo coste era de 10.000 duros. Es seguro que han ocurrido desgracias personales en los pueblos de la ribera, y que los destrozos en la huerta han sido inmensos. El tren correo que salió a las diez de la mañana de Barcelona se halla detenido entre Selgua y Sariñena, por estar interrumpida la vía por las aguas. Estas han tenido una subida de siete metros sobre su nivel ordinario”.
La avenida causa grandes daños en diferentes localidades sumándose a un año malo de cosechas: “Vacíos los graneros por la total pérdida de la cosecha del pasado año; sin esperanzas sobre el presente, pues en los yermos campos la lluvia no abrió blando lecho a la semilla; agotados los recursos de la caridad privada; en forzada holganza los hombres útiles al trabajo; apurados hasta los más rudimentarios medios de alimentación, el hambre arroja de sus hogares a los habitantes de algunos pueblos del Bajo Aragón, de Los Monegros, Sariñena y Tamarite” (Diario de Avisos, 23 de noviembre de 1879).
| SARIÑENA 29 DE OCTUBRE. Escríbole a V., señor Director, bajo la triste impresión que me produce la terrible avenida del rio Alcanadre. Temíamosle ayer cuando el deshecho temporal duraba horas y más horas y las tormentas se sucedían unas a otras sin interrupción, arrojando gran cantidad de agua sobre esta ribera y a lo que ahora se ve sobre toda la cuenca hidrográfica del rio que riega nuestra huerta. Más de siete metros ha subido el agua sobre el nivel ordinario de la corriente, y ante esta devastadora avalancha de agua, ni puentes, ni árboles, ni diques, ni murallas han resistido su destructor ímpetu. Corresponsal de Sariñena. Diario de Huesca – 30 de octubre de 1879. |
Aquello lleva a la necesidad de construir un puente provisional, esta vez de madera, aunque lamentablemente poco dura. El “Diario de Avisos” de Zaragoza del 2 de noviembre de 1879 da cuenta de su destrucción: “Las avenidas de los ríos Cinca, Gállego y Alcanadre, por efecto de los últimos temporales, han ocasionado perjuicios de consideración de aquella provincia y han arrastrado el puente provisional de madera construido en Sariñena (que sustituía al puente de hierro arrasado en la inundación del mes de octubre)”. Mismamente el Diario de Huesca, del 2 de diciembre de 1879 comentaba “La corriente de las aguas destruyó y arrastró el puente provisional de madera construido con no pucos sacrificios en sustitución del que desapareció en la desgraciada noche del 28 de octubre”. El recuerdo de aquel suceso volvió a aparecer en la sección “Hace 33 años” del Diario de Huesca del 7 de diciembre de 1912 “En Sariñena destruyó y arrastró el puente provisional de madera, sustituto del que desapareció el día 28 de octubre último”. Igualmente, la sección “Hace 33 años” Diario de Huesca del 10 de diciembre de 1912, recuerda: “En Sariñena se llevó el río el puente de hierro, valorado en 10.000 duros, y en las huertas hizo bastante daño”.
El 5 de noviembre de 1879 se produce un hito en la historia sariñenense, tras seis años de reivindicaciones, el ministro de fomento remite un telegrama a José Paraled Domingo, presidente del ayuntamiento de la villa de Sariñena. El puente sobre el río Alcanadre destruido por las aguas, va a ser inmediatamente reconstruido por cuenta del gobierno: «Madrid 2 a las 2 y 51 minutos de la tarde. -Don José Paraled.- Ofrecido ministro Fomento reconstruir puente de esa villa seguidamente. Franco.)».
Ver a un pueblo como el nuestro que hace seis años, seis años solo, señor director, se impuso tan enorme sacrificio por construir un puente, tan necesario al cultivo de la gran extensión de, tierras del otro lado de nuestra ribera y tan absolutamente preciso para la única comunicación con los pueblos del Tormillo, Lamasadera, Lastanosa, Castelflorite, Sena, Villanueva, Ontiñena, Ballobar y toda la ribera del Cinca; ver a un pueblo, digo, sin nuevos recursos, con tan imperiosísima necesidad y sin esperanzas de aliviarla, porque entre nosotros no había medios suficientes, aunque estábamos llenos de buenos deseos, para reconstruir nuestro destruido puente, era cosa digna de compadecerse y digna de tenerse en cuanta; y el Gobierno en su alta previsión vio todo esto, y acordó en su vista atender a nuestra muy perentoria necesidad.
Y no solo nos hace favor a nosotros con dicha determinación, sino que lo hace y muy grande a todos los pueblos nombrados y comarca mencionada, porque sin el puente de esta villa se encontraban con el país de este lado del río completamente incomunicados. Por esto las noticias de los periódicos y el referido telegrama, no solo nos alegran y consuelan a nosotros sino que alegran y consuelan también y lo han de agradecer mucho los pueblos interesados. Porque debe V. saber, señor director, que estos pueblos no solo lamentaban sus propias desgracias, sino que lamentaban con nosotros la desaparición de nuestro puente.
Diario de Huesca – 5 de noviembre de 1879.
Pero no debe ser construido y de nuevo una nueva riada se sucede en 1882 llevándose por delante el puente provisional, atendiendo a la reseña aparecida en La Unión, Madrid, 9 de septiembre de 1882: “Una grande avenida arrasó el puente provisional que tenía esta villa en el Alcanadre. Las aguas del río subieron cuatro metros 86 centímetros sobre su ordinario nivel”.
| Carta 5 de septiembre. El Corresponsal Una grande avenida arrastró en la pasada noche el puente provisional que tenía esta villa en el Alcanadre. Las aguas del rio subieron cuatro metros ochenta y seis centímetros sobre su ordinario nivel, causando también perjuicios de mucha consideración al contratista que levanta el nuevo puente sobre dicho rio. Cinco hiladas de piedra que tenía ya labradas al pie del estribo de la derecha, que es el que falta que levantar, han sido envueltas entre piedras y arenas, arrastradas por las aguas o rotas e inutilizadas para la construcción de dicho estribo. Este imprevisto contratiempo retardará, sin duda alguna, la terminación del puente, legítima aspiración de esta villa, por espacio de cuatro o más meses, causando graves trastornos a los machos propietarios que tienen sus tierras al otro lado del rio. Aunque hasta ahora no se ha podido averiguar, también han debido sufrir mucho los azudes que toman el agua para el riego de nuestra vega, y mucho más los campos situados en la parte superior de la ribera de Alcanadre donde el aluvión ha debido ser excesivamente grande. Esta es una nueva calamidad que tenemos que añadirá las muchas que pesan sobre este poco afortunado país. La sequía continúa, y solé ayer un pequeño chaparrón de agua refrescó algo el polvo de los caminos. Un herido que hubo anteayer en esta villa, donde se celebraba la fiesta de su patrono San Antonino, ha fallecido en la mañana de hoy. Son estos los recuerdos que quedan después de celebradas las festividades de muchos pueblos de nuestras provincias. Diario de Huesca – 06 de septiembre de 1882. |
Las diferentes noticias dan cuenta de la importancia que han tenido históricamente las avenidas y crecidas en el Alcanadre y su capacidad de afección a las distintas localidades y terrenos anexos a su recorrido. Así, el Estudio de la calidad ecológica integral de los tramos fluviales más importantes del río Cinca: río Alcanadre (Confederación Hidrográfica del Ebro) define al Alcanadre por su paso por Sariñena como carácter estacional muy marcado en este tramo: “En Sariñena, en julio de 2001 era de 1,6 m/s, mientras que según datos históricos llega a haber máximos primaverales de más de 50 m/s (EA033)”.
Llegada la guerra de 1936, el puente, como infraestructura básica, es objeto de investigación por parte de los servicios secretos de las fuerzas sublevadas. Estas investigaciones son llevadas a cabo por el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) y el Servicio de Información del Nordeste de España (SIFNE), documentación depositada en el Archivo general Militar de Ávila. En ella aparece una detallada descripción de los puentes sobre el Alcanadre en Sariñena. Curiosamente se apuntan dos puentes, respondiendo el segundo, el número 11, al puente metálico de arcos parabólicos de Joaquín Pano y Ruata:
Número 10. Puentes sobre el Alcanadre en Sariñena
Material ……………………… Metálico
Número de tramos …….. Tres (3)
Luces …………………………. Cuarenta y dos metros, cincuenta y dos centímetros (42,52) cada uno de los tramos.
Anchura …………………………. Cinco metros cincuenta centímetros (5´50).
Altura sobre el cauce ……… Siete metros (7).
Observaciones: El puente está compuesto por tres tramos de vigas en celosía, sin riestras superiores y con tablero inferior.
Número 11. Puentes sobre el Alcanadre en Sariñena
Material ……………………… Metálico
Número de tramos …….. Uno (1)
Luces …………………………. Cuarenta y un metros (41).
Altura del cauce ……… Siete metros (7).
Anchura …………………………. Seis metros (6).
Observaciones: El puente está formado por un solo tramo de viga parabólica con arriostramientos superiores en su parte central y tablero inferior.

Sin embargo, el puente metálico de arcos parabólicos de Joaquín Pano y Ruata, construido en 1883, dura hasta su destrucción en marzo de 1938 por las tropas de la República en su retirada. Para ello colocan cargas explosivas volando el puente por completo. Quizá, tuvo su implicación el grupo de dinamiteros establecido en Sariñena (La guerra civil en Sariñena).
S.I.F.N.E. 9-9.1937 Sete. Información de un agente destacado en la zona roja.
Funciona actualmente en la zona roja, un cuerpo de dinamiteros que obra con absoluta independencia del ejército y están a las órdenes directas del Consulado de Rusia. Funcionan dos academias para instruir a los individuos del mismo, que son escogidos entre los que forman el Ejercito Popular.
Estas academias están instaladas, una en Valencia -ignorándose su emplazamiento-, y otra en Barcelona, señalándose su emplazamiento por nota de hoy, para ser trasladado al plano general de Barcelona. Los grupos que actúan ya, por haber recibido la oportuna instrucción, se hallan destacados en Alcañiz, Barbastro y Sariñena, y constan de unos 50 individuos cada uno.


Con el avance de las fuerzas nacionales, los pontoneros preparan un puente provisional para más tarde construir una pasarela de madera, “Quedando durante más de un año los restos rotos y retorcidos del puente en el lecho del río” Salvador Trallero “Sariñena Antigua”.
Puente actual
Jefatura de Obras Públicas. Provincia de Huesca. Anuncio: “Ateniéndose a lo dispuesto en el decreto de 16 de Febrero de 1932 (Gaceta del ocho de Marzo) y a la Instrucción para su aplicación de 27 del mismo mes y año, (Gaceta del 5 de Marzo), esta Jefatura ha resuelto celebrar un concurso para la ejecución por destajo de las obras de reconstrucción del puente sobre el río Alcanadre en el kilómetro 73’640 de la carretera de tercer orden de Mequinenza a Sariñena (Camino Comarcal C-129), las cuales deberán ajustarse al proyecto redactado en 15 de Junio de 1939 por el ingeniero de Caminos don Gregorio Chóliz Andériz, y cuya ejecución por administración ha sido autorizada por la Dirección General de Caminos en 29 de septiembre de 1939 por su presupuesto de pesetas 225.588’89 (doscientas veinticinco mil quinientas ochenta y ocho pesetas, ochenta y nueve céntimos), y después de ser este crédito favorablemente informado el 24 de Octubre de 1939 por la Intervención General de la Administración del Estado y previa la autorización del correspondiente gasto por el excelentísimo señor ministro. Las obras deberán estar terminadas en 30 de septiembre de 1940.”
Nueva España – 12 de noviembre de 1939.
Así, el actual puente es obra del ingeniero de Caminos don Gregorio Chóliz Andériz y llega a contar con un presupuesto de 225.588’89 pesetas. Después de varios años de construcción, las obras finalizan dos años más tarde de lo previsto, entrando en servicio en 1942.
“Tocan a su fin las obras de la construcción del magnífico y airoso puente de tres tramos que sobre el río Alcanadre, en la carretera de Huesca a Fraga y Lérida, a diez minutos de la villa, Obras Públicas de la provincia, por el contratista señor Cuota, está llevando a cabo en substitución del que elegante arcada volaron los rojos en su huida. Dicho puente, buena mejora de comunicación, con el llevado a ejecución por la Compañía del Norte en las cercanías de la estación, considerado como uno de los más grandes y solidos de la línea, marcan firmes jalones en el plan de reconstrucción de nuestra provincia y de España.”
Nueva España – 19 de marzo de 1942.
“El puente sobre el río Alcanadre (Sariñena) en la carretera comarcal de Mequinenza a Sariñena, Km. 71, de tres tramos de 19,20 metros de luz, ancho siete metros.”
Datos Jefatura de Obras Públicas Nueva España – 18 de julio de 1954.
El 27 de julio del 2012 se resquebrajan y desprenden al suelo trozos de hormigón de uno de los estribos del puente sobre el que se apoya una de las jácenas. Aquello restringe el tráfico y ocasiona graves perjuicios, pues el único paso alternativo dista a unos 50 kilómetros. (Diario del Altoaragón 23 septiembre del 2021 Marga Bretos). El puente está 138 días inoperativo afectando el tráfico a su paso por el puente, hasta que el 11 de diciembre del 2012 se vuelve a restablecer (Diario del Altoaragón 12 de diciembre del 2021 Marga Bretos).



Puente ferroviario sobre el Alcanadre
El antiguo puente metálico ferroviario sobre el Alcanadre de Sariñena pertenecía a la línea ferroviaria entre Madrid y Barcelona, línea que comenzó a funcionar el 18 de septiembre de 1861. Una línea construida por la Compañía de Ferrocarril de Barcelona a Zaragoza, por lo que podemos estimar su construcción en los años anteriores a la puesta en funcionamiento de dicha línea. Obra importante relacionada con la Estación ferroviaria de Sariñena.
Respondía a un puente metálico rectangular con tramos metálicos dispuestos de manera independe, estaban formados por vigas largueros en forma de cruces de San Andrés los extremos, y por una celosía de segundo orden el central. Los vanos salvaban unas luces de 22,8+67,8+22,8 m. (La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015).
Descarrilamiento de tren en el puente sobre el río Alcanadre, en Sariñena – [1875] ES/AHPHU – F/00122/0065.
El 8 de Julio de 1875, una partida del ejercito carlista, dirigida por Dorregaray, destruye el puente de hierro sobre el río Alcanadre. Al parecer, el ejército levanta la vía en el último tramo del viaducto y desde Sariñena lanza un convoy con 25 unidades, entre coches y vagones, y con tres locomotoras por cabeza y una por cola: “Una vez los reguladores de las tres máquinas estuvieron abiertos a todo vapor, los maquinistas y fogoneros abandonaron el tren, dejando inutilizado el viaducto y la línea férrea” (Antoni Nebot).
“Las obras de reconstrucción del magnífico puente de la vía férrea de Zaragoza Barcelona, inmediato a la estación de Sariñena, sobre el rio Alcanadre, están muy próximas a su terminación, debiendo recibirse por los ingenieros del Estado dentro de breves días.”
Diario de Huesca – 20 de febrero de 1877.

“Iban a ser recibidas por los ingenieros del Estado las obras de reconstrucción del magnífico puente tendido sobre el río Alcanadre, en la vía férrea de Zaragoza a Barcelona, inmediato a la estación de Sariñena”.
Extractado de El Diario, Sección “Hace 33 años”, correspondiente al 20 de febrero de 1877. Diario de Huesca – 21 de febrero de 1910.
En el tramo del puente, las locomotoras vaciaban sus calderas tirando el carbón en los taludes del puente sobre el río Alcanadre. Aquel carbón a medio quemar era recogido y aprovechado por las Carboneras de Sariñena.
Con la llegada de la Guerra Española de 1936, el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) y el Servicio de Información del Nordeste de España (SIFNE), durante la guerra, realizara la siguiente información sobre el puente ferroviario:
Número 18.
Puente del ferrocarril sobre el río Alcanadre en Sariñena.
Por referencias del personal efecto a la Jefatura de Obras Públicas de la Provincia de Huesca, se tiene idea que este puente está formado por un tramo principal de vigas metálicas en celosía de unos 50 o 55 metros de luz con tablero superior y una altura de rasante sobre el cauce del río de unos 25 metros, siendo su ancho para vía sencilla, creyendo puedan encontrarse los dibujos exactos del mismo en la División de Ferrocarriles de esta plaza.
Desafortunadamente, el puente ferroviario de Sariñena sobre el río Alcanadre es completamente destruido durante la retirada del bando republicano, el 26 de marzo de 1938, a través de la voladura de la pila de apoyo de los tramos metálicos: “Fue destruido por completo con la caída de su tramo central, que arrastró a los dos extremos que cayeron con grandes destrozos. El Ejército republicano, en su retirada, había volado la pila del lado de Zaragoza a la altura de la cimentación, aproximadamente de unos 20 metros. La otra pila, al salir lanzados los tramos metálicos por efecto de la explosión, fue cortada en bisel, quedando destruida por el frente de aguas arriba en una altura de 10 metros.” (La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015).
El informe S.I.F.N.E. 9-9.1937 Sete, en el que queda recogido la existencia de un grupo de dinamiteros en Sariñena, se señala sus intenciones de dinamitar el puente del ferrocarril (La guerra civil en Sariñena).
Como ejemplo del trabajo que dichos grupos tienen encomendado, se indica en anexo número uno, un método para la destrucción del ferrocarril compuesto de varias unidades; las dos interrupciones del circuito tienden a que una maquina exploradora pase sin que explote la bomba, pues la separación de 25 metros de las dos interrupciones del circuito, hacen necesarias varias unidades para la explosión. La parte marcada en rojo, es para el caso de ser descubierta la instalación, que explotaría al ser removida la bomba del lugar en que se encuentra
En xxx anexo n° 2, combinación a base de tres o más bombas con el fin de que explotando una de ellas al pasar un convoy, explotan las siguientes o anteriores, al ir socorrer al vehículo siniestrado.
Biarritz 7 de septiembre de 1937. II 4.7.

La reconstrucción es rápida, de alguna manera prioritaria para el avance nacional hacía Cataluña, como puente enmarcado en la línea de ferrocarril de Zaragoza a Barcelona perteneciente a la Compañía del Norte: “Fundamental para mantener la circulación y el abastecimiento al frente”.
Con la 54 División
“Atrás quedó el ferrocarril, imposibilitado para seguir la forzada marcha de nuestras tropas por la voladora de un puente en Sariñena –uno de los mayores de España- que se está reconstruyendo a toda la velocidad y que, por su envergadura, aún tardará cerca de un mes en quedar utilizable.”
La prensa: diario republicano: Año XXVIII Número 10447 – 1938 mayo 13.
Sin embargo, lo primero era restablecer la comunicación ferroviaria a Sariñena:
Se restablece la comunicación ferroviaria
Santander. El ministro de Obras Públicas ha manifestado a los periodistas que han sido restablecidas las comunicaciones ferroviarias entre Tardienta y Sariñena. Este servicio se dedica, de momento, solamente a transporte militares.
El Diario Palentino: defensor de los intereses de la capital y la provincia. El más antiguo y de mayor circulación: Año LVII Número 16332 – 1938 marzo 30.
Las comunicaciones ferroviarias de Aragón se restablecen
«También se ha restablecido el tráfico entre Zaragoza y Sariñena.»
El Adelanto: Diario político de Salamanca: Año 54 Número 16548 – 1938 marzo 31.
En la reconstrucción del puente participa Didac Ortiz Pérez de Tudela, dejando constancia de su testimonio en Diario de un Biberón, de Manuel Fernández Sosa, La Patumaire Edicions SL, pág. 191. Didac, prisionero de guerra, al cumplir los 18 años es destinado al Batallón de trabajadores nº 151, destinado por un tiempo en la reconstrucción del puente ferroviario de Sariñena:
¨Llegamos de noche a la estación de Sariñena y nos instalan en una casa sin luz, a tientas nos acomodamos como podemos para pasar la noche. De madrugada, todavía de noche, nos levantan y, tras un café aguado, nos dirigimos vía abajo hasta llegar a un puente.
La riada se ha llevado un pilar del centro y nuestro trabajo va a consistir en poner travesaños en forma de columna -los travesaños son las piezas de madera que sostienen los raíles de las vías del tren-. Es un trabajo muy penoso por el peso de las maderas, sobre la tierra y el agua vamos subiendo la plataforma, entrecruzando entre si y reforzándolas con unas falcas hasta llegar arriba. Con gatos se consolida el puente y los trenes pueden circular lentamente mientras en el río se empieza a cavar los cimientos de un nuevo pilar. Esto lo hemos hecho sólo en tres días. Maltratados, mal alimentados, con un frío terrible proveniente del fuerte viento del Moncayo, que es peor que la tramontana de mi país. Si tenemos que cruzar el puente por arriba, debemos hacerlo a rastras y agarrados a los raíles para no salir despedidos al vacío debido al viento, que tiene 30 o 40 metros de altura.
Hoy, domingo, parece que vamos a descansar, pero no es así. Otra vez al puente. A media mañana llega una máquina con un solo vagón, encima montan un altar y allí un cura nos dice misa. Personalmente no hago ni caso de lo que está diciendo aquel buen hombre, me encuentro en un agujero con agua hasta media pierna y helado por el frío. ¡Esto es bestial! También recibimos <<obsequios>> de los trenes sanitarios, ya que al pasar lentamente por el puente, tienen tiempo de lanzarnos lo que quieren, tenemos que protegernos con las palas. Por fin podemos ver el lugar donde hemos estado viviendo estas terribles jornadas de hambre, frío y mucha mala leche de los mandos. Salimos de noche y entramos de noche. Es un caserío en ruinas al lado de la estación, y al fondo, a unos tres kilómetros, se ve el pueblo de Sariñena.
Le decimos adiós muy contentos de dejar este infierno, si hubieran tardado más en sacarnos de aquí, dejamos la piel”.
Para su reconstrucción se utilizan los tramos metálicos del puente Adaja, que pertenecía a la línea Villalba a Medina (por Segovia), una información muy detallada recogida en La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015:
“Con los dos tramos laterales (Del puente de Adaja) se salvó el vano central del puente de Sariñena, tras la construcción de un castillete central de madera en el que se apoyaron. Con el tramo central del puente Adaja que se dividió en dos, y un trozo nuevo de 5m, se salvaron los laterales del mismo viaducto.
Como particularidad en este viaducto no se reconstruyó la pila de lado Zaragoza sino que se situó un castillete en su lugar donde situarían los tramos con pescante de 15 m. Como había que adaptar los tramos del río Adaja, se desmontó el terraplén de acceso del lado de Zaragoza hasta conseguir una caja de 40 m de larga por 7 m de ancha y 6 de profundidad para efectuar el montaje al nivel definitivo. Se ejecutó el castillete central de madera sobre una losa de cimentación de hormigón armado para la que hubo que hincar pilotes debido a la gran cantidad de agua que apareció, mientras se reparaban el resto de los elementos dañados (pilas y estribos). Se realizó el montaje de los tramos metálicos y se corrieron hasta su posición definitiva, dando paso tras rellenar de tierras la caja del terraplén abierto.” (La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015).
“De este modo, desde Altos Hornos de Vizcaya, se transportaron los materiales y medios auxiliares hasta Sariñena y desde allí hasta el puente sobre el río Cinca en el PK 125,725 de la línea de Zaragoza a Barcelona de la Compañía del Norte.” Reparación y construcción de puentes durante el Glorioso Movimiento Nacional. Compañía de los Caminos de Hierro del Norte. Revista de Obras Públicas, número especial 1936-1939, número 07.
“Los materiales que se emplearon en los castilletes dependían de los existentes en la zona. En la reconstrucción provisional del puente de Sariñena se emplearon dos tipos de castilletes, metálicos y de madera, debido a la facilidad de disponer de estos elementos en dicha zona de manera inmediata.” En Reparación y construcción de puentes durante el Glorioso Movimiento Nacional. Compañía de los Caminos de Hierro del Norte. Revista de Obras Públicas, número especial 1936-1939, número 07.

En cuanto al puente de Sariñena, el problema era más arduo. Ese puente, de viga continua, con dos tramos extremos de treinta metros y uno central de sesenta y cinco metros, se desplomó totalmente. Ha sido necesario construir castilletes provisionales, arreglar pilas, traer a Sariñena el puente que había sobre el río Adaja, en la línea de Segovia a Madrid, desmontarlo en las orillas del Alcanadre, reconstruirlo y montarlo de nuevo e irlo corriendo por encima del río hacia los castilletes y las pilas. Obra espléndida que yo no pude menos de contemplar con admiración y con orgullosa emoción española.
Sariñena, 12 de mayo de 1938 Manuel Aznar,
Heraldo de Aragón 14 de mayo de 1938.
Finalmente, el nuevo puente ferroviario entra en funcionamiento en mayo de 1938, apenas un mes después de su voladura. Tanto el ministro de obras públicas en Zaragoza como el mismo Francisco Franco acuden a visitar el puente ferroviario sobre el Alcanadre a su paso por Sariñena:
El ministro de obras Públicas en Zaragoza
«Mañana visitará la línea del Cinca inaugurando los puentes de Monzón y Sariñena, volados por los rojos.«
La prensa: diario republicano: Año XXVIII Número 10448 – 1938 mayo 14.

El restablecimiento de los servicios ferroviarios
Los ministros de defensa nacional y de obras públicas, General Davila y Don Alfonso Peña, asistieron ayer a la bendición e inauguración oficial de los nuevos puentes de Sariñena sobre el río Alcanadre y de Monzón sobre el Cinca.
En el puente sobre el Alcanadre
A kilómetro y medio de la estación de Sariñena se hizo alto, ante el puente sobre el río Alcanadre. El trabajo, que se ha realizado en cuatro semanas escasas, es magnífico. El nuevo puente, para el servicio definitivo en esta línea, mereció de los concurrentes los elogios más sinceros.
Para este acto de su inauguración oficial se había adornado con arcos de ramaje, inscripciones de Saludo a Franco y Arriba España, la bandera nacional y las de los países amigos.
El doctor Rodrigo, revestido, procedió a bendecir la obra. Después, el virtuoso prelado dedicó una plática alusiva a esta solemnidad, poniendo de relieve el con-tenido de fe en la vuelta a la tradición cristiana y gloriosa de España, que se reflejaba en hechos como este.
El ministro de Obras Públicas exaltó el significado de este esfuerzo, representado por la obra que se inauguraba, como de perfecta concordancia entre el trabajo de los técnicos en la identidad de un ideal: el del servicio a España, que necesitaba de todos.
El general Dávila cerró los discursos, abundando en las consideraciones optimistas que se deducían de esta obra. Diéronse vivas a España y al Caudillo y, finalmente, el ministro de Defensa procedió a cortar la cinta de los colores nacionales que cerraba el paso al puente reconstruido. Con esta ceremonia quedaba inaugurado. El tren lentamente se puso en marcha, pasando sobre la formidable obra de ingeniería.
Heraldo de Aragón del 15 de mayo de 1938.



Inauguración del puente ferroviario sobre el Alcanadre a su paso por Sariñena,
mayo de 1938.
El Caudillo visita el Frente (Visita realizada el 20 de mayo)
«Desde este punto se trasladó Franco al puente de Sariñena, la famosa obra de 23 metros de altura que ha sido reconstruida en menos de un mes, a pesar de sus sesenta metros de largo.»
Imperio: Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S.: Año III Número 476 – 1938 mayo 21.
Esta es parte de la historia de los puentes sariñenenses sobre el Alcanadre, parte porque seguro que quedan muchas cosas por descubrir y contar y que forman parte esencial de nuestras vidas, de nuestras comunicaciones y relaciones y sobre todo de un gran curso fluvial, un río que ha permitido asentarnos como población y al que debemos nuestra propia existencia: el río Alcanadre.


































