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Yacimiento arqueológico “La Granja”


Yacimiento arqueológico “La Granja” de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes Sariñena.

Vista aérea de La Granja. Googlemaps.

Introducción

La «Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes» de Sariñena, como conjunto monástico, poseía diferentes bienes, tierras de labor y pastos, para su subsistencia y como medio económico, destacando su complejo agropecuario denominado “La Granja”. Su existencia aparece citada en el “Libro de actas del capítulo de la comunidad de Nuestra Señora de las Fuentes” (ES} {22125ADPHU} D-05912 Libro 1D) y en diferentes inventarios del monasterio durante el siglo XIX.

Así, el yacimiento arqueológico “La Granja”, perteneciente a la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuente. Este aparece distante de la misma unos 8´5 Km al este del monasterio, cercano al río Flumen, históricamente «La Isuela». Localización realizada en enero del 2023 por el arqueólogo José Luis Ona González: “Como si de una renovada “villa” romana se tratara, la cartuja de las Fuentes construyó a fines del s. XVII un complejo agropecuario sobre un cabezo plano que dominaba sus tierras de regadío en la orilla derecha del río Flumen.”

Después de todo, la misma partida lleva por nombre “La Granja”, entre el barranco de San Juan y el camino del Matical, contiguo al cauce del río Flumen, y responde a un conjunto de restos de varias edificaciones relacionadas con el monasterio y su actividad agropecuaria.

Visualmente se aprecian tres construcciones separadas entre ellas, correspondientes a un pozo de hielo restaurado a finales del siglo pasado y los restos de dos edificaciones completamente derruidas, pero claramente delimitadas en planta. Según la documentación, el complejo contenía un ranero (un criadero de ranas), galápagos (un criadero de tortugas) y un helero, constituyendo con el pozo de hielo y el resto de elementos un conjunto único y excepcional en Aragón. El conjunto, se complementa en su entorno cercano con la cantera donde se obtuvieron los diferentes sillares de arenisca que utilizaron para la construcción del complejo.

A todo ello hay que sumar la intención, recogida en el libro de actas, de construir un azud en el río Flumen.

Vuelo 1927, camino Real Monzón – Sariñena – Zaragoza. ICEA Aragón.

Al norte de la Granja, discurría el histórico camino Real Monzón – Sariñena – Zaragoza. Este camino conectaba el monasterio con Sariñena y hacia el oeste con Zaragoza, atravesando la sierra de Alcubierre hacia Farlete para luego descender a Zaragoza. En el viejo camino se encontraba el puente sobre el Isuela, único paso del que hay constancia y del que aún se conservan algunos de sus elementos (Coordenadas 41.78258336420746, -0.19986254404968912). La Granja debía de enlazar al camino Real, del que dista unos 2,5 kilómetros en línea recta, por medio del camino del Matical, con una dirección norte-sur, pues el camino Real debió ser importante para explotación agropecuaria, sobre todo para su comunicación con el monasterio y Sariñena, con la que, seguramente, compartía lazos económicos.

Restos del puente sobre el Isuela en el camino Real Monzón-Sariñena-Zaragoza.

Además, en el entorno de La Granja, al sur, se encuentran las partidas de los montes denominados de Moncalvo y Moncalver, con pastos y tierras de labor que pertenecieron a la comunidad cartujana entre otras muchas posesiones.

 

Fig. 1. Situación de la partida La Granja.

Dosier elaborado con la participación y colaboración de los arqueólogos José Luis Ona González, Héctor Arcusa Magallón y José Miguel Pesque Lecina y el Investigador y etnógrafo Eugenio Monesma Moliner.

Localización y situación legal

El yacimiento se localiza en la localidad de Sariñena, en el polígono 15 Parcela 129 denominada La Granja, Sariñena, y parcela agrícola anexa; monte conocido como La Plana. Concretamente se sitúa en un campo al este de la carretera de San Juan del Flumen CHE-1407, entre los kilómetros 6 y 7, a 0,750 kilómetros de su intersección con la A 230, cuyas coordenadas en torno al que se localiza son las siguientes:  

Fig. 2. Coordenadas del yacimiento.

Su titularidad responde a la Diputación General de Aragón Mat. Referencia catastral 22294a01500129.

Fig. 3. Ficha catastral y descriptiva de la parcela.

El pozo de hielo se encuentra bien identificado, presentando, además, un buen estado de conservación tras su rehabilitación en torno a la década de 1990. Queda incluido dentro del catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de Sariñena, con “protección integral”, como edificios y elementos histórico artísticos en San Juan del Flumen, con referencia SJF 002 para el Pozo de Hielo. Sin embargo, no queda recogido en el decreto 121/2021, de 29 de julio, del Gobierno de Aragón, por el que se declararon diferentes bienes denominados “Neveras y Pozos de Hielo en Aragón: La arquitectura del hielo en Aragón”, que se relacionan, como Bienes de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

El resto de elementos se encuentran referenciados como “Tejeria SJF 003” y “posible” “Ermita SLF 004”. Ambas construcciones requieren de una revisión y su encuadre como conjunto.

Coordenadas de las tres construcciones diferenciadas:

  • Pozo de hielo: 41.763516, -0.191753
  • Construcción en medio del campo de labor: 41.762133, -0.190981
  • Construcción al este del campo de labor: 41.762687, -0.190621

Fig. 4. Ficha SLF003 del catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de Sariñena.

La «Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes» de Sariñena fue declarada Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, por el Decreto 60/2002, del 19 de febrero, del Gobierno de Aragón.

Descripción

El conjunto responde a distintas edificaciones de la denominada «La Granja de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes”. A modo de síntesis, el conjunto parece ser se componía de un núcleo compuesto de un gran edificio central, de variados usos agrícolas (cuadras, pajar, caballerizas, almacenes y vivienda para los guardeses); un lagar y bodega de vino, a unos 60 m hacia el NE del edificio principal, y un pozo de hielo a 150 m al NW. Algunas fuentes apuntan a “Una casa llamada la Granja, con pajar, corral, era, bodega con cubas, lagar, pozo para tener hielo y balsa para hacerlo

El conjunto se completa con una cantera de piedra arenisca, que sirvió a la construcción de todo el conjunto, en la que se aprecia el sistema de extracción mediante cuñas, situada a unos 150 m al NW del pozo de hielo.

Fig. 5. Comparativo estado actual versus vuelo americano 1956. Visor IDEA Aragón.

Historia

Su datación es posible gracias al Libro de Actas de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, cuando el 11 de enero de 1685 la comunidad cartujana autoriza concluir la obra de La Granja. Igualmente, en la misma fecha, se aprueba la construcción de “un ranero para reservar ranas y galápagos en sus estancias” y la colocación de una cubierta de teja en el “pozo de ielo” (Libro de actas del capítulo de la comunidad de Nuestra Señora de las Fuentes, 1672–1834). José Luis Ona González matiza que es posible que la construcción del edificio y del pozo de hielo comenzase poco tiempo antes y que este fuera el último empujón para terminar las obras.

“El mismo día 11 de enero de 85 propuso el Prior a los Padres si les parecía se cometiese la obra de La Granja porque con las aguas se pisa mal la madera y se experimentaban otros daños y vinieron bien que se hiciese.

Así mismo propuso que en La Granja se necesitara de un pajar, caballerizas y corral para vacas y bueyes de labor y todos vieron bien que se hiciese.

También propuso si querían se hiciese un ranero para reserbar ranas y galapagos en las estancias i una cubierta de teja al pozo de ielo i todos dixeron que sí”.

 Fig. 6. Extracto del libro de Actas.

En 1787, Carlos Garcés, quien por aquellos años había arrendado los montes blancos del Realengo, realiza por ellos un pago de 530 libras, 13 sueldos y un dinero a cada una de las partes, villa y aldeas, en la denominada «la granja de la Cartuja»: «El reparto de estas rentas, así como el pago de la pecha de 12.000 sueldos, se hizo el uno de septiembre en la granja de la Cartuja, como era costumbre» (Elbaile Ollés, José. Lalueza, hechos del siglo XVIII, Absolutismo, ilustración y barroco).

Para José Elbaile Ollés era en La Granja donde se reunían el común de Sariñena y sus aldeas para el reparto de los beneficios de los pastos y pago de las pitas que correspondían a cada uno «Un lugar en la partida de Moscallón al lado del rio Flumen que conformaba un molino, corral, pajar, bodega, granero y vivienda. Donde se regaban 150 cahizadas de tierra. (Estaba en la partida del monte de la Granja en San Juan del Flumen, donde se conserva un pozo de hielo)».

Pedro Blecua y Paul en su Descripción Topográfica de la ciudad de Huesca y todo su partido en el Reyno de Aragón de 1792 en su aporte sobre de la Villa de Sariñena cita el monasterio recogiendo la existencia del complejo agropecuario de La Granja: «y en su territorio, como a dos leguas de distancia, un monasterio de cartujos, advocación de Nuestra Señora de las Fuentes, con ocho monjes, tres conversos y cuatro hermanos, los que subsisten de sus haciendas y ganados. Está situado en una grande llanura, al pie de la sierra de Monegros, vestida de muchos pinos bastos y varios arbustos. Son dueños del monte llamado la Plana, que compraron a esta villa, en el que se mantienen 4000 ovejas, 3000 carneros y buena porción de ganado mular, proprio del monasterio, con su buena granja junto al río Flumen, porción considerable de regadío, plantío de viñas y un molino harinero.»

Durante el Trienio Liberal (1820-1823), los monjes cartujanos abandonan el monasterio, quedando «extinguido» en 1821. Durante el trienio liberal se produce la desamortización y subasta del monasterio y sus bienes, en la denominada desamortización frustrada.

La subasta y su relación de bienes es publicada en el Diario Constitucional de Zaragoza del lunes 19 de marzo de 1821 (Anexo I), cuando algunos de sus bienes comienzan a ser subastados, entre ellos “Una casa llamada la Granja, con pajar, corral, era, bodega con cubas, lagar, pozo para tener hielo y balsa para hacerlo: en venta 50000 rs., i d. en renta 500”.

Fig. 7: Descripción de la Granja, 19 de marzo de 1821.

En esa misma relación aparece una interesante cita, la referencia a un molino harinero que confrontaba con La Granja: “Un molino arinero que confronta con la misma Granja, en venta 30000 rs,. id. en renta 500”.

Fig. 8: “Molino arinero”.

Igualmente, días más tarde aparece de nuevo publicado en el Diario Constitucional de la ciudad de Zaragoza del lunes 25 de junio de 1821 (Anexo II): “un campo junto a la granja, de tierra blanca, de 4 caíces, en venta 5120 rs., en renta 240 y un huerto junto a la casa de la Granja, en venta 800, en renta 30”.

En 1823, una Real Orden pone fin a la desamortización del trienio liberal devolviendo todos los bienes a la iglesia. Parece ser que se recupera parte de la vida monástica (Barlés Báguena, Elena y Calvo Ruata, José Ignacio. La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes) hasta la definitiva desamortización de Juan Álvarez de Mendizábal (1835-1836). La expulsión es decretada en 1835, desapareciendo su uso religioso completamente y siendo subastada la misma cartuja, así como todos sus bienes. El inventario de bienes, base de su subasta, es redactado el 30 de diciembre de 1835 (Barlés Báguena, Elena y Calvo Ruata, José Ignacio. La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes).

No obstante, resulta curioso como una sentencia publicada en la Gaceta del 27 de diciembre de 1877 (Parte Oficial. Sección Primera. Presidencia del Consejo de Ministros. Real Decreto) reconoce la propiedad de la familia Romeo de unos terrenos adquiridos con el monasterio en 1821: «Monte denominado Laplana, sito en el término de aquel pueblo, y que fue vendida por la Nación en 23 de Diciembre de 1821 á los causa-habientes del Romeo«»«.

Definitivamente, La Granja sale a subasta en 1839: “Parte oficial. Crónica Civil. Juzgados de primera instancia.  Para el remate de una casa o granja, sita en los términos de Sariñena, en la provincia de Huesca, que perteneció e la Cartuja de las Fuentes de Sariñena, se halla señalado el día 7 de julio próximo de doce a una de su tarde; y conforme a la real instrucción de 1.º de marzo de 1836, se verificará otro remate de dicha finca en esta corte, en el mismo día y hora, en las casas consistoriales de ella, ante el señor don Miguel María Duran, juez letrado de primera instancia de la misma”.

La misma noticia da una detallada descripción de la finca y su valor, por lo que nos podemos hacer una idea de su composición y envergadura:

“La referida finca se compone de cinco habitaciones, oratorio, granero, bodega con 9 cubas, cuadras, corral, pajar y heras, declarado indivisible por la comisión agricultora; su cabida 135 cahices de tierra, medida de Aragón, con 30.400 cepas nuevas y 477 árboles de varías clases: no tiene carga alguna. Está arrendado y vence el arriendo en 1. ® de noviembre del corriente año. Vale en renta según las bases establecidas 8 cahíces de trigo y mitad de vino. Esta casa o granja ha sido tasada en 36,874 rs. y capitalizada en 49,620 rs., que es la cantidad en que se saca a subasta”.

El Mercado (Madrid. 1838), del 19 de junio de 1839.

Pozo de hielo (Código SJF 002,Catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de Sariñena).

El pozo de hielo responde a una construcción de finales siglo XVII, como hemos apuntado anteriormente, la obra es iniciada entes de 1685. Para José Luis Ona González es extraña su presencia a 9 kilómetros de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. Seguramente existía un camino directo desde el monasterio hasta La Granja y que probablemente continuaría hasta la localidad de Sariñena. José Luis Ona González matiza que extraña no sólo por la distancia, sino porque la propia cartuja se ubica a casi 400 m de altitud frente a los solo 260 m de La Granja, por lo que presumiblemente gozaría de una mayor innivación, siempre dentro de los modestos parámetros de una zona que debió de ser escasa en nieve incluso en la Pequeña Edad del Hielo “Poderosas razones tendrían los cartujos para construir su nevera en La Granja”.

Según el libro de actas de la comunidad cartuja existía otra nevera pequeña que se desmanteló en 1767 para hacer la cisterna de los claustrillos. Apuntamos la hipótesis que intereses económicos y/o comerciales con la Villa de Sariñena, además de la presencia del río Flumen y fincas de labor, fuesen decisivos para su ubicación, tanto del helero como del conjunto de La Granja.

“En cualquier caso, el pozo se construyó en el reborde norte del cabezo con la probable intención de dotarlo de un desagüe para expeler las aguas del deshielo, tan perjudiciales para la buena conservación del hielo almacenado. Y así se ve en el terreno una vaguada por donde bien pudieron dirigirse las aguas hacia el exterior. Fue construido en sillares de piedra arenisca –hoy muy erosionados- de la cercana cantera, y con unas medidas muy holgadas para una pequeña comunidad religiosa (aunque sabemos de la devoción del estamento religioso por el hielo y sus múltiples usos). Mide el pozo unos 5 m de diámetro y unos 7,5 m desde el suelo hasta el hueco cenital de la cúpula. Se encuentra señalizado y adaptado para visitas. Incluso cuenta con paneles explicativos que se colocaron hace unos años con motivo de su adecuación y restauración. La cúpula se encuentra actualmente recubierta de tierra y no hay rastros de la cubierta de tejas señalada en la documentación, aunque se advierte algún resto de muro en las cercanías.”

Ona González, José Luis.

Fig. 9. Inventario de neveras en la provincia de Huesca. Ayuso, Pedro.

Igualmente, el pozo de hielo se encuentra recogido por el Sistema de Información de Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA):

“Se encuentra en un paraje en el que se concentran varios edificios. Además, hay una tejería, una construcción que pudo ser una ermita y restos de varios inmuebles.

Se encuentra en un paraje en el que se concentran varios edificios. Además del pozo hay una tejería, una construcción que pudo ser una ermita y restos de varios inmuebles.

El pozo está construido en grandes bloques de piedra caliza rejuntados con argamasa. De planta circular, tiene unos 8 metros de profundidad por unos 4 de diámetro. Se cubre con falsa cúpula por aproximación de hiladas. En el centro de la parte superior de la cúpula se abre un óculo configurado mediante piedras talladas, dispuestas oblicuamente a modo de embudo.

Tiene una puerta de acceso adintelada al norte y pudo disponer de otro acceso (hoy cegado) en una cota más baja.”

Fig. 10. Ficha del pozo de hielo SIPCA.

Lagar y bodega (Código SJF 003 El Tejar,Catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de Sariñena).

El lagar y bodega, para elaboración y almacenamiento de vino fue construido en 1693. De acuerdo con el libro de actas se construiría el “cubo para las ubas”, el lagar y bodega. Igualmente, contamos con la referencia de 1839 de “bodega con 9 cubas”. Se encuentra al este del campo agrícola, como hemos comentado anteriormente a unos 60 m hacia el NE del edificio principal. La construcción responde a una sección rectangular con sillares de arenisca y ladrillo, de apenas unos 300 m2, que corresponde a la bodega. Las columnas solo conservan su arranque inicial, pudiéndose apreciar su tendencia a formar arco dibujando una posible construcción abovedada. Héctor Arcusa apunta que la construcción quizá constaba de dos plantas: “Tal y como aparece da la sensación de dos alturas en aéreo, a dos plantas en planta bodega y planta baja. Tendría que tener una elevación suficiente como para que cubriera el laco, o sea que tendría que tener un buen alzado. Pero hasta que no se excave no se podrá saber”. Adosado se encuentra el lagar, se aprecia una construcción circular de unos 4 metros de diámetro. Igualmente, al sur aparecen los restos de dos construcciones anexas de dimensiones más reducidas.

Fig. 11. Extracto del libro de Actas.

“En el 6 días de julio del año 1693 el VP Prior D. Joseph Valero propuso a los conventuales se iciera en la Granja un cubo para ubas y quedo resuelto seiciera. F. Fernando Brozo.”

El lagar, identificado por Eugenio Monesma Moliner, responde a un diámetro aproximado de 2´5 metros y presenta restos de cerámica vidriada, característica propia de los lagares en su revestimiento interior. Incluso, en su parte superior, se aprecia como la línea superior retrocede unos centímetros formando una repisa, que en los lagares era utilizada para sostener los travesaños donde se pisaba la uva. Actualmente su interior se encuentra colmatado de enrona.

La zona del lagar y bodega presenta una abundancia de gran cantidad de cerámicas de los siglos XVIII y XIX que concuerdan con la documentación histórica.

Fig.12. Vista parcial bodega.

Fig. 13. Parte superior del lagar.

Fig. 14. Detalle cerámica vidriada del desaparecido revestimiento del lagar.

Fig. 15. Parte superior del lagar, detalle de la repisa.

“El espacio de la bodega es muy amplio y por el arranque de dos arcos laterales de ladrillo podemos suponer que la techumbre sería abovedada. Queda en pie un lienzo de pared de la bodega y el muro del trujal. Al pie del muro del trujal, que está colmatado de escombros, se tiene que encontrar el laco de salida del vino. Cerca del espacio de la bodega hemos encontrado un fragmento de cerámica con dibujos incisos correspondiente a un recipiente de gran tamaño propio de las bodegas, y varios restos de otros recipientes también de almacenamiento de líquidos.”

Monesma Moliner, Eugenio.

Fig. 16. Detalle cerámico, posiblemente de tinaja de dimensiones media.

Fig. 17. Detalle de diferentes cerámicas presentes en el yacimiento.

Además, Eugenio Monesma Moliner destaca entre las posesiones de los cartujos de “Una viña plantada a tiras, llamada la aguardentería, con 3700 cepas, de 5 caizadas, en venta 13400, renta 600.» Se trata de una finca de casi cinco has, grandísima, cuyo topónimo se relaciona con la fabricación de aguardiente. Lo que es muy lógico pues se produciría tanto vino que dejaría muchísimo residuo de brisa que se aprovecharía para hacer aguardiente.

Edificio principal de La Granja (Código SJF 004 La Ermita, Catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de Sariñena).

El edificio principal de La Granja se encuentra en mitad de la parcela de labor. Responde a una planta rectangular de unos 11x 60 metros, aproximadamente 630 m2. Se observan sillares de arenisca y formando el contorno de la antigua edificación, con columnas centrales y grandes contrafuertes en sus muros. También se aprecian restos anexos que también debieron ser edificaciones, ocupando una superficie cuadrangular de unos 800 m2. El edificio principal, con sus anexos, con algunos de los usos referidos anteriormente señalados en el diario El Mercado (Madrid. 1838), del 19 de junio de 1839: “La referida finca se compone de cinco habitaciones, oratorio, granero, bodega con 9 cubas, cuadras, corral, pajar y heras”.

Fig. 18. Sillares y restos de los elementos constructivos de la edificación inventariada como SIF0004.

Según el investigador Eugenio Monesma Moliner, se observa que quedan todavía algunos contrafuertes que indican el volumen de las paredes, y las bases de unos pilares en algún espacio del centro para sujetar toda la techumbre. La cantidad de restos de tejas nos dan referencia del voluminoso tejado. Se apunta a que pueda corresponder al edificio principal de La Granja. José Luis Ona González lo describe como un gran edificio central, posiblemente de variados usos agrícolas (cuadras, pajar, caballerizas, almacenes y vivienda para los guardeses).

Ranero

El libro de actas cita la existencia de un ranero del que actualmente no se puede precisar su ubicación. Se plantea que pueda responder a parte del gran espacio adosado al muro noreste del gran edificio central, delimitado por muros perimetrales de unos 25 x 30 m (750 m2, aproximadamente), excavado en el terreno y subdividido en varios recintos.

La construcción del ranero estaba destinado a la cría de ranas y galápagos (tortugas). Los monjes cartujanos criaban tortugas para alimentación, al no comer carne, la sopa de tortuga aportaba un gran valor nutricional, especialmente a los enfermos.

Para su cría se debía de utilizar cierta cantidad de agua, da idea de ello la cartuja jerezana de Santa María de la Defensión que incluso llegaron a desviar “hacia su cenobio el agua que llegaba a la fuente de la Alcubilla para llenar la piscina” en la que se remojaban las tortugas (Romero Bejarano, Manuel ‘Iglesias y conventos de Jerez).

Helero

El anterior espacio considerado ranero a su vez existe la hipótesis que, en parte, por su condición aparentemente compartimentada, hubiese correspondido a un helero. Aparece citado en la relación de bienes del Diario Constitucional de Zaragoza del lunes 19 de marzo de 1821: “pozo para tener hielo y balsa para hacerlo”. El helero respondería a una construcción complementaria al pozo de hielo, destinada a la producción de hielo. José Luis Ona González considera significativo como la comunidad cartujana, en su libro de actas, lo nombran “Pozo de hielo” y no “nevera” y quizá esa precisión nos indique que se llenaba directamente con hielo, bien procedente del cercano río Flumen o, lo que es bastante probable, de una balsa o “helera” cercana. Y está por comprobar arqueológicamente si el espacio rectangular ya descrito se correspondía a un estanque alimentado con agua de lluvia y acondicionado para obtener hielo. Igualmente se plantea la hipótesis que se recogiesen las aguas del tejado vertiéndose al helero y este, en su orientación este, estuviese protegida del viento dominante del noroeste, el cierzo.

Eugenio Monesma Moliner no identifica el helero adosado al edificio principal, por emplazamiento y orientación.

Fig. 19. Vuelo americano B de 1956. Con un poco de detalle se observa la compartimentación de las balsas.

Para Eugenio Monesma Moliner “El pozo lo citan como de hielo, no de nieve, pues es una zona de baja innivación, lo que quiere decir que la materia prima era el hielo. Como en otros pozos, lo más lógico es que el hielo se recogiera en el río Flumen (no del agua de los tejados), son 500 metros de distancia, pero no en el agua corriente que tarda más en helarse, sino en pequeñas balsas contiguas de muy poca profundidad. Además, hablan los documentos de un azud, lógicamente para desviar el agua a otros elementos como el ranero o algún molino, como se cita su existencia en la documentación, y me extraña que no se aprovechara el caudal de Flumen para ello. Yo creo que sí debió construirse el azud pues este tipo de construcciones era muy importante para diversas funciones de producción. Es un tema sobre el que habría que investigar.”

Cantera

A escasos metros al norte del nevero, tras pasar el camino, se encuentra un afloramiento rocoso de piedra de arenisca que corresponde a la cantera de La Granja donde obtenían los sillares de areniscas empleados en la construcción de las distintas edificaciones que componía el complejo. En la misma se aprecia el sistema de extracción mediante cuñas, los huecos dejados tras la obtención de sillares incluso algún sillar en proceso de extracción.

Azud

De acuerdo el libro de actas, en las inmediaciones de La Granja, en el río Flumen se planteó la construcción de un Azud.: “En 31 de agosto de 1700. El P.D. Francisco Vidal Prior de esta Cartuja de N.ª Sª de las Fuentes propuso al Sto Convento si les parecía bien que se hiciese la Zud de la Granja y resolvió la mayor parte que sí. Fr. Joseph Pérez”.

Fig. 20. Extracto del libro de Actas.

Consultados vecinos de la zona, pastores que han recorrido con el ganado los terrenos del entorno de La Granja y el río Flumen, apuntan que no hay constancia o evidencia de su existencia. En este sentido, recogemos el testimonio de Enrique Fantova, pastor y vecino de San Juan del Flumen y Sariñena: “En ese entorno del pozo y lo de alrededor, hasta abajo al Flumen, hasta el barranco de las negras por la derecha o hasta la finca de la rambla arriba no hay ninguna construcción o resto que yo haya advertido que pueda estar relacionado o parecido. Es una zona que nosotros particularmente la hemos recorrido muchos años con el ganado. Enfrente del pozo a 50 metros tenemos una parcela de 3ha nuestra y el lote de tolosana que hemos llevado muchos años nosotros y rastrojos de Miguel Pueyo, Cecilio Lanau, Pocino…. que hemos aprovechado nosotros en ese entorno muchas veces a parte de toda esa vega del Flumen, no hay nada. Lo que hay está alrededor del nevero en ese entorno.”

Probablemente el azud se encontraba aguas arriba, a la altura del Moscallón y por medio de una acequia el agua discurría hasta el molino, de acuerdo con la información recogida por Enrique Giménez López de la Universidad de Alicante en su trabajo “Fuero Alfonsino y Fuero de población de Sierra Morena en los proyectos de colonización de la Corona de Aragón en la segunda mitad del siglo XVIII”, a través de un documento el cual expresa «La Cartuja era poseedora de un azud en la partida de Moscalló, del que nacía una acequia utilizada para mover un molino y harinero y para el riego de 150 cahizadas de viñedos y frutales que quedarían sin agua en el caso que Comenge llevara a cabo su proyectada canalización» (A.H.N. Consejos Libro 1.968 ff. 89-91 v.). Todo esto debido a que en 1788, José Narciso Comenge presenta un proyecto de colonización de las tierras de Moscallón y las cinco aldeas despobladas de Sariñena (Los inicios de la colonización en Los Monegros).

José Elbaile Ollés en su obra «Lalueza, hechos del siglo XVIII, Absolutismo, ilustración y barroco» cita el azud, algo más arriba del Moscallón, ya en el término municipal de Lalueza: «En la solada de la huerta de Lalueza,»la Solata» donde todavía se puede ver la azud y la peña de la Almacera, o Almazara», » peña Macera»).

Efectivamente, tras años de búsqueda, en diciembre del 2025 se ha podido localizar el azud gracias a José Antonio Malo, vecino de Lalueza. Conocido como Azud de los Frailes, aún se conserva una pequeña parte del desaparecido azud. Sus coordenadas corresponden a 41.80939437929765, -0.21368208593624305. Dista, en línea recta, de unos 5,7 kilómetros del complejo de La Granja, de la que se plantea se beneficiaba de sus aguas, atendiendo el complejo y posiblemente a huertas, por medio de una acequia que presuponemos desaparecida.

Restos del azud de los Frailes.

El pinar

El entorno de actividad principal agrícola con campos de regadío, destaca el pequeño pinar de repoblación. El pinar proporciona un valor añadido, un espacio de recreo y disfrute entre campos agrícolas cerca de la ribera del río Flumen.   

Síntesis

Este notable conjunto arqueológico, milagrosamente conservado en lo esencial, ha sido recientemente identificado como “La Granja”, complejo agropecuario del monasterio de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, situada a 8,7 km al suroeste, aguas arriba del barranco de San Juan, con la que se comunicaba mediante un camino directo. Un complejo agropecuario único en Aragón.

La Granja en el Diario del Altoaragón del 11 de agosto del 2024.

  • Es necesario su catalogación y protección, con su consideración de yacimiento arqueológico para su investigación, estudio y en lo posible estabilización y recuperación.
  • Promover una excavación y consolidación de los restos, previa realización de sondeos arqueológicos.
  • Tanto sus diferentes construcciones como conjunto requieren de una revisión para su encuadre cronológica e históricamente y sobre todo para evaluar la posible mayor amplitud del conjunto.
  • Promover la declaración del pozo de hielo como Bien de Interés Cultural ante la Dirección de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. Tal y como hemos apuntado anteriormente el pozo no fue incluido en la relación de neveras en el Decreto 121/2021, de 29 de julio, del Gobierno de Aragón, por el que se declaran los bienes denominados Neveras y Pozos de Hielo en Aragón como Bienes de Interés Cultural en su categoría de Monumento, si bien se incluyó el pozo de la ermita de Santiago de Sariñena, con el que tiene tantas similitudes.
  • Estudiar la integración de los diferentes elementos en el Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, protección adoptada desde el año 2002.
  • Así mismo, su adecuación para uso turístico enmarcado en el conjunto de la Cartuja de nuestra Señora de las Fuentes, como complemento para su desarrollo patrimonial y turístico.

Anexo I

Diario Constitucional de la ciudad de Zaragoza del lunes 19 de marzo de 1821. Relación de fincas rusticas y urbanas, del monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes:

En virtud del decreto de las Cortes, de 3 de Setiembre último y posteriores, ha de procederse por el juzgado de primera instancia de esta ciudad de Huesca a cargo del Dr. D. Josef Moreno y Remirez, y por testimonio del infrascrito Escribano a las fincas rústicas y urbanas que pertenecieron al suprimido monasterio de la Cartuja de las Fuentes, consignadas al establecimiento del Crédito público para la extinción de la deuda nacional, y es a saber:

  • Una masada en el Mas llamado Moncalvo o Aldea alta, casa, corral, pajar y era: valor en venta 6000 rs. vn. idem en renta 160 rs.
  • Otra llamada aldea de Moncalvo bajo: en venta. 6200 rs. id. en renta 200.
  • Una paridera llamada de las Neguas: en venta 400 rs., id. en renta 40.
  • Un molino de aceite dentro de la misma Cartuja: en venta 1000 rs. id. en renta 200.
  • Una paridera llamada bal de Zaragoza: en venta 800 rs., id. en renta 30.
  • Otra paridera llamada del cuarto de S. Juan: en venta 800 rs., id. en renta 30.
  • Otra paridera llamada el Matical : en venta 800 rs., id. en venta 30.
  • Una casa llamada la Granja, con pajar, corral, era, bodega con cubas, lagar, pozo para tener hielo y balsa para hacerlo: en venta 50000 rs., i d. en renta 500.
  • Un molino arinero que confronta con la misma Granja: en venta 30000 rs., id. en renta 500.
  • Una casa en la villa de Sariñena llamada el hospicio: en venta 10000 rs., id. en renta 320.
  • Un balle llamada del Prior, de ocho cahizadas, confronta con la de Francisco Mirallas y Bolea, y José Laguna: en venta 1600 rs., id. en renta 60.
  • Otro que confronta con la aguardia de la balsa y carretera que va a La Masada, de ocho cahizadas: en venta 1600 rs., id. en renta 60.
  • Otro que confronta con pajar nuevo, con baile de Francisco Mirallas y Bolea, y de Joaquín Lana, de catorce cahizadas: en venta 2800 rs., id. renta 100.
  • Otro llamado baile del Cuerbo, confrontante con Joaquín Lana y Lasierra: en venta 600 rs., id. en renta 20.
  • Otro llamado del Arnal, confronta con el de Joaquín Lapíedra, y el de Antonio Gilaverte y Santolaría , de catorce cahizadas: en venta 2800 rs., id. en renta 100.
  • Una masada llamada el balle de Boira, confronta con tierras de Joaquín Bornau, de Bernardo Claveria, y de Bernardo Miranda, de veinte cahizadas: en venta 4000 rs., id. en renta 160.
  • Un balle en el Reguero, confronta con cubilares del Pinar, corral de Puíladrones, y tierras de Francisco Teíla, de cuarenta y ocho cahizadas: en venta 8000 rs., id. en renta 400.
  • Una filada llamada Cuerda negra, confronta con tierras de Antonio Bornau, y carretera de La Masadera, de cuatro cahizadas: en venta 800 rs., id en renta 30.
  • Un olivar llamado del Tejar, de siete cahizadas, cerca del monasterio con 300 olivos: en venta 3800 rs., id. en renta 180.
  • Un campo junto al monasterio y carretera, con 160 almendreras y 200 oliveras: en venta 3320 rs,. id. en renta 236.
  • Otro campo junto al monasterio hacia saliente, con 700 oliveras: en venta 5520 rs., id. en renta a 460.
  • Otro también junto al monasterio y carretera que va a Sariñena, de seis cahizadas: en venta 1000 rs, id, en renta 40.
  • Otro llamado de la Torre, que está dentro de la senda, de nueve cahizadas: en venta 1800 reales, id. en renta 80.
  • Un monte redondo llamado Laplana, de ocho horas de circunferencia, confronta con término de la Naja, con el de Sariñena y rio Isuela: en venta 10.200,000 rs., id. en renta 50.000.
  • Un huerto al lado del convento, de tres fanegas de sembradura: en venta 2000 rs., id. en renta 120.
  • Un campo llamado el Soto, confronta con rio Isuela y acequia, de un cahíz y dos fanegas: en venta 1200 rs , id. en renta 50.
  • Otro junto al de arriba, de tres cahizadas y cuatro fanegas, confronta con la Isuela y dado que pasan los monalistas y arboleda: en venta 4000 rs. , id. en renta 160.
  • Otro llamado el Sarrajonal, de cinco cahizadas confronta con viña de la Aguardescia, con la Isuela y brazal de los Frasnos: en venta 6000 reales id. en renta 240.
  • Otro, de cinco cahizadas, confrontante con un plantero de olmos y brazal de los Frasnos, con 3400 cepas: en venta 12800 rs., id. en renta 400.
  • Otro llama el Huerto, de cuatro cahizadas, confronta con una arboleda de olmos y brazal de los Frasnos: en venta 5120 rs.; id. en renta 140.
  • Otro campo denominado el de la viña, con 3700 cepas, confronta con brazal de los Frasnos y otro: en venta 13200 rs., id. en renta 600.
  • Un cuatrón llamado de las Almendreras, de una cahizada confronta con el huerto: en venta 800 rs., id. en renta 28.
  • Otro de cinco cahizadas, confronta con el de arriba y dicho huerto: en venta 300 rs., id. en renta 14.
  • Un campo llamado de la Sabina, con 250 cepas: en venta 4000 rs., id. en renta 160.
  • Una viña con 2350 cepas, y unos árboles, de cinco cahizadas, confronta con campo de la Sabina, la Isuela y arboleda: en venta 10700 reales, id. en renta 440.
  • Un campo junto al molino, de una cahizada, confronta con dicho molino y acequia: 800 rs., id. en renta 40.
  • Otro bajo el molino, de cinco cahizadas, confronta con acequia y la Isuela: en venta 500 reales, id. en renta 30.
  • Otro junto al molino y acequia, de una cahizada y seis fanegas: en venta 1120 rs., id. en renta 50.
  • Otro confrontante con Isuela y senda que va al molino, de dos cahizadas: en venta 2000 reales, id. en renta 100.

(Se concluirá).

Anexo II

Relación de fincas del monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes salidas a subasta y publicada por la Gaceta de Madrid y reproducida por el Diario Constitucional de la ciudad de Zaragoza del lunes 25 de junio de 1821.

Noticias particulares. Fincas rusticas y urbanas, pertenecientes al suprimido monasterio de la Cartuja de las Fuentes; cuyo primer remate se ha de celebrar en esta ciudad de Huesca y sus casas consistoriales, a las 11 de la mañana del día último de los 30 porque se anuncia la subasta contados desde el en que se haga saber por la gaceta de Madrid y cuyos 30 días corren sin intermisión de los festivos.

  • Primeramente, un cuarto de yervas con su paridera, en el coto o monte redondo, sito en la jurisdicción de la villa de Sariñena, llamado de la Plana, en venta 236080 rs, en renta 9441.
  • Otro ídem con su paridera, sito en dicho coto o monte redondo, en venta 303870 rs., en renta 12275.
  • Oto Ídem con so paridera, titulado de San Juan, en venta 291795 rs., en renta 11660.
  • Otro Ídem con su paridera, titulado de las Gorgas, en venta 236080 rs., en renta 9441.
  • Un campo de tierra blanca llamado el Palomar, dentro del cuarto de yervas de Val de Zaragoza, de 7 caizadas de sembradura, en venta 1400 rs., en renta 60.
  • Un huerto cercado junto al monasterio, de 2 fanegas y 8 almudes, en venta 18oo rs., en renta 100.
  • Un olivar al oriente del monasterio, de 7 calices, titulado del Tejar, con 300 olivos, en venta 3800 rs., en renta 180.
  • Otro Ídem al mediodía del monasterio, con un camino por medio de él, con 160 almendros y 200 olivos, de 10 caizadas, en venta 3300 rs., en renta 240.
  • Otro Ídem junto al monasterio, hacia saliente, con 700 olivos, de 7 caizadas, en venta 5520 rs., en renta 460.
  • Un campo junto a la Granja, de tierra blanca, de 4 caices, en venta 5120 rs., en renta 240.
  • Otro llamado el Soto, de 10 fanegas, en venta 1200 rs., e n renta 45.
  • Una faja de tierra inmediata al Soto, en venta 4200 rs., en renta 170.
  • Un campo llamado antiguamente el Moreral, en venta 6000 rs., en renta 240.
  • Cuatro fajas que confrontan con campo llamado el Molino, en venta 2400 rs., en renta 120.
  • Un campo llamado la Sabina en venta 4000 rs., en renta 160.
  • Un huerta junto a la casa de la Granja, en venta 800, en renta 30.
  • Un campo junto al Molino de12 fanegas, yermo en venta 800, en renta. 30.
  • Otro junto a la acequia Molinar, de una caizada de sembradura, en venta 800, en renta 30.
  • Otro junto a la viña alta, de 2 caíces de sembradura, en venta 2000, en renta 100.
  • Un campo llamado del Puente, de 18 caíces, en venta 18800, en renta 840.
  • Un campo llamado Sarrajonal, de 2 caíces de sembradura con 3400 cepas, en venta 8800, en renta 680.
  • Una viña plantada a tiras, llamada la Aguardentería, con 3700 cepas, de 5 caizadas, en venta 13400, renta 600.
  • Una viña llamada la Baja, de 5 calzadas de sembradura con 3300 cepas, en venta 10700, en renta 420.
  • Una villa llamada del Molino, de 3 caizadas de sembradura, con 1500 cepas, en venta 7000, en renta 300.
  • Un plantado de viña de 5 caizadas, en venta 1000, en renta 40.
  • Una viña llamada la Alta, con 7000 cepas, de 18 caizadas de sembradura, en venta 32000, en renta 1800.
  • Una porción de tierra en el monte de Moncalvo, yerma, llamada la masada baja, de 60 caizadas, en venta 9600, en renta 400.
  • Una filada de tierra en el monte de Moncalvo, sin cultivo, llamada de Gilaverte, de 12 caizadas, en venta 2000, en renta 80.
  • Un sitio llamado el Arnal en el monte de Moncalvo, de 14 caizadas, en venta 2800, en renta 160.
  • Una porción de terreno sin cultivo, que confronta con Isuela y Realengos, de 4 caizadas, en venta 400, en renta 20.
  • Un campo en el monte de Moscallon, de 3 caizadas de sembradura, en venta 320, renta 20.
  • Un olivar llamado Valderas en la huerta de Sariñena de 7 caizadas y con 230 olivos, en venta 15800, renta 840.
  • Un campo con algunos empeltres, en parte cercado, en la partida del Saso, término de Sariñena, de 12 fanegas de sembradura, en venta 720, en renta 30.
  • Un olivar llamado de S. Martin, partida los Quiñones en Sariñena, de 4 caizadas y 80 oliveras, en venta 16320, en renta 70.
  • Otro en la partida los Quiñones y término de Sariñena, de 1 caiz 4 fanegas, en venta 3100, en renta 200.
  • Un campo sito en el Saso, término de Sariñena, yermo, llamado viñas viejas; de 12 fanegas de cabida, en venta 600, en rente 24.
  • Un campo en la partida de las Leras, confronta con acequia de Albalatillo, de 4 caizadas de sembradura, e a venta 19800, en renta 640.

Los inicios de la colonización en Los Monegros


         En 1170 el  rey Alfonso II de Aragón concedió a la villa de Sariñena un privilegio de población para colonizar el término municipal. Así, en 1683, una concordia entre la villa de Sariñena y sus aldeas, facilitaba el aprovechamiento de la dehesa colonizada. Pero, atendiendo a uno de los capítulos de la concordia «siempre que se reúnan de cinco vecinos arriba o cinco por lo menos en cada Monte, se les haya de restituir su boalar», José Narciso Comenge entendió que dicha concesión no se cumplía y presentó su propio proyecto para repoblar el monte de Moscallón y cinco aldeas despobladas de la Villa de Sariñena. Fueron los inicios de la colonización de Los Monegros que acabó con la construcción, entre los años 1950 y 1970, durante el régimen dictatorial franquista, de diez nuevos pueblos monegrinos: Sodeto, Cantalobos, La Cartuja de Monegros, San Juan del Flumen, San Lorenzo del Flumen, Curbe, Frula, Montesusín, Valfonda de Santa Ana y Orillena. En este artículo nos adentramos en los inicios de la colonización de Los Monegros, un fascinante episodio de nuestra historia. 

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         “El 18 de noviembre de 1788, Narciso Comenge propuso repoblar el Monte de Moscallón y cinco despoblados donde en el pasado habían existido las aldeas denominadas Moncalvo, La Sardera, Salaver, Celadisa y Miranda que, en fecha indeterminada, habían sido abandonadas y de las que quedaban únicamente algunas ruinas. De los cinco despoblados, el de mayor extensión era el de Moncalvo, con una pequeña parte de sus Tierras propiedad de la Cartuja de las Fuentes, seguido por el de Miranda, La Sardera y Salavert, siendo el de Celadisa el más reducido y el único con tierras de mediana calidad, ya que gran parte de la superficie sólo era apta para pastos de ganado lanar y caprino.”

Enrique Giménez López

         José Narciso Comenge Gascón fue un rico terrateniente de Lalueza que residió en Madrid donde ejerció funciones de Tesorero de los Príncipes e Infantes durante la época de Carlos III. La familia de los Comenges fueron los principales benefactores en la construcción del monasterio de la Cartuja de las Fuentes (Los hermanos Comenge, benefactores de la Cartuja. por Alberto Lasheras).

            De primeras, la aparición documental del poblado de Moncalvo resulta de gran relevancia e importancia, debido a que nos encontrábamos ante un poblado olvidado, sin historia y sin ninguna referencia documental. El poblado de Moncalvo aparece junto a las aldeas Salaver, Miranda, La Cenadilla y La Sandena, pertenecientes a la villa de Sariñena, en un expediente de la casa Ducal de Híjar-Aranda, fechado el 30 de enero de 1799. Aquel desconocido y a la vez fascinante episodio de colonizaciones nos lleva inevitablemente a conocer el estudio de Enrique Giménez López de la Universidad de Alicante y su obra “Fuero Alfonsino y Fuero de población de Sierra Morena en los proyectos de colonización de la Corona de Aragón en la segunda mitad del siglo XVIII”, del que obtenemos la gran parte de información que comprende el presente artículo.

         Narciso Comenge decidió reclamar los terrenos concedidos por el rey Alfonso de Aragón para su colonización, un territorio muy extenso que abarcaba casi la totalidad de la comarca de Los Monegros, afectando a varios municipios de la comarca. Apoyado por el corregidor de Barbastro, Vicente Samper, a quien unía lazos familiares con Narciso Comenge, elaboró en 1790 un informe que hizo suyo el Intendencia de Aragón: «la Dehesa que se intenta repoblar tiene la proporción de lefias, pastos, aguas y demás correspondiente para ello, y finalmente que la repoblación es muy útil e importante al Reino, a la Real Hacienda, y a la causa pública».

         En junio de 1790, el Consejo de Castilla concedió la gracia a Narciso Comenge para la ejecución de su proyecto. “El proyecto de Narciso Comenge era de crear una nueva población en los Monegros, en las inmediaciones de Sariñena, distribuyendo a cada colono una parcela de tierra de 53 fanegas, de las que 50 estarían dedicadas a cereal, y las tres restantes estarían regadas para cultivar hortalizas, legumbres y alfalfa. Al igual que los colonos de Sierra Morena, los nuevos pobladores de Monte de Moscallón, lugar de ubicación del poblamiento, estarían exentos durante una década del pago de impuestos reales. Para su trabajo y subsistencia, cada poblador recibiría dos bueyes y utensilios de labranza, ocho gallinas, un gallo y una cerda, y se le asignarían 30 árboles de la margen del río para que pudiera utilizar la leña de la poda.” Pero para Enrique Giménez López estas disposiciones eran pura apariencia y Comenge tenía un objetivo puramente especulativo lejos del espíritu inspirador del Fuero Poblacional de Sierra Morena.

         Afortunadamente, el 24 de agosto de 1790, el Consejo de Castilla dictaminó que debía de dar audiencia a la villa de Sariñena, abriendo las puertas a la vía contenciosa, dando voz a los afectados y poniendo en peligro la viabilidad del proyecto. De hecho, el Consejo propuso modificar determinados capítulos de la propuesta, poniendo al descubierto los fines especulativos que perseguía José Narciso Comenge.

         “Pero a diferencia de otras iniciativas pobladoras, todo lo referido lo recibían los colonos no como donación, sino como préstamo. El importe de la casa, animales, aperos, grano y legumbres debían ser restituidos a partir del quinto año con un interés del 3 %, canon que dejarían de abonar caso de devolver el capital. El cáñamo, lino o lana debía ser abonado por el colono al contado para podérsele ser entregado. Los gastos de la administración de justicia, mantenimiento del edificio del ayuntamiento y cárcel, así como pago del médico y cirujano, debían correr a cargo de los colonos. Para ello Comenge les dotaba de 40 fanegas de propios, a la que añadía la pintoresca obligación de que «se cultivarán como carga concejil en los días festivos por la tarde con el debido permiso del párroco», otras 40 fanegas con las que dotar un establecimiento piadoso, además de una dehesa «en cantidad suficiente», pero indeterminada, para pasto de los 60 bueyes y 30 cerdas que constituían el grueso del ganado mayor en el origen del establecimiento. Además de la consabida obligación del colono a cultivar adecuadamente la tierra que le hubiera correspondido, con la posibilidad de perderla en el caso de abandono o cultivo descuidado, los capítulos de población se referían con minuciosidad a las limitaciones que el colono tenía sobre el dominio útil de la tierra asignada, con el fin de evitar la división de la parcela. La herencia siempre recaería en el primogénito o en el pariente que le correspondiera por línea directa. En el caso de carecer de hijos o parientes directos, el dominio útil podría traspasarse a otro familiar siempre que se avecindara en el pueblo, previo pago del vigésimo de su valor. En el caso de querer enajenarlo, le estaba permitido -a excepción de que fuera a manos muertas-, siempre que abonara la décima parte de ese mismo valor.”

Enrique Giménez López

         Pronto se ejerció una fuerte oposición al proyecto colonizador de Comenge: el cabildo eclesiástico de Sariñena, el convento de Nuestra Señora del Carmen de monjas carmelitas, los monasterios de la Cartuja de las Fuentes y de Nuestra Señora de Sijena y de las villas de Sariñena, Lanaja y de Castejón de Monegros, y de los lugares de Sena, Villanueva de Sijena, Tormillo, Castelflorite, Peralta de Alcolea y Cabdesaso, además de la duquesa viuda de Villahermosa, Martín del Castillo, titular del señorío de Villanas, el conde de Aranda y el obispo de Huesca muestran su firme oposición.

Lanaja, cuya única riqueza eran las más de 46.000 cabezas de ganado que poseían,por ser el terreno «seco, árido, áspero y en parte peñascoso», también recurrió el proyecto colonizador.

         En marzo de 1791 se interpuso un recurso al Consejo, que dio paso a la Audiencia de Aragón. El uso y aprovechamientos de aquellas tierras era vital para la supervivencia de aquellas gentes, que veían amenazados sus intereses y que duramente lo trasladaron en numerosos escritos y recursos, en esta línea resulta relevante el escrito de las poblaciones de Sena y Villanueva de Sijena que así se manifestaban:  «…que todo el aumento que se presentaba de población en el proyecto era de 30 miserables y un pueblo de 30 albergues para otros tantos infelices que serían el espectáculo de la miseria sin necesitarse de otra prueba que las condiciones con que habían de ser admitidos, insoportables por ellas mismas en un hombre libre».

         La fuerte oposición produjo que el Consejo, el 25 de junio de 1798, aconsejase suspender el proyecto colonizador «su ejecución acarrearía graves perjuicios al Estado y a terceros; que de ella se seguiría necesariamente la despoblación de Sariñena, y la ruina de tantos vasallos libres como en el día enriquecen su Real Erario, y que éstos son acreedores a que el Corregidor de Barbastro le satisfagan las costas que les han causado». La suspensión del expediente se trasladó a la Sala Segunda de Gobierno poniendo fin al proyecto especulativo de José Narciso Comenge.

         “La extrema escasez de agua en los Monegros, el coste desmesurado para poder canalizar agua hasta las tierras desde unos ríos de escaso caudal y sujetos a fuerte estiaje, y la reducida calidad de la tierra, hacían inviable la posibilidad de subsistencia de la nueva población: Qué aliciente pueden tener los 30 colonos para transferirse con sus familias y pertenecer en él sin más auxilios que los de una agricultura limitada y unos frutos inciertos dependientes de la casualidad de las lluvias».

Enrique Giménez López

         Los Monegros, tierra árida y dura, continúa luchando contra la despoblación, sobreviviendo en la historia junto a sus nuevos pueblos de colonización. La familiaridad y la convivencia, la unión y la conciencia de territorio son las grandes virtudes y valores de esta tierra y su gente. Seguro que la historia hubiese sido distinta si aquellos pueblos hubiesen vuelto a nacer, aquellos pueblos que volvemos a nombrar Moncalvo, La Sardera, Salaver, Celadisa y Miranda. Con la sensación que quedan muchos por nombrar y ante todo nunca olvidar.

Leer+: La leyenda de Moncalvo. 

  • Documentación:

“Fuero Alfonsino y Fuero de población de Sierra Morena en los proyectos de colonización de la Corona de Aragón en la segunda mitad del siglo XVIII” por Enrique Giménez López de la Universidad de Alicante y publicado por la Revista de Historia Moderna, Anales de la Universidad de Alicante.

La leyenda de Moncalvo


En mitad de Los Monegros, en medio de la nada, permanece férreamente erguida una solitaria pared. Una pared que estoicamente resiste y lucha por su propia existencia, en medio de la soledad, del silencio y el olvido. Es un lugar con un cierto misterio, donde el paso del tiempo ha borrado la historia, donde el olvido se ha apropiado de la memoria y solo su leyenda ha permanecido. Allí, allí queda oculto el recuerdo de un pueblo ya sin apenas ruinas y que se desvanece en la profundidad de la triste indiferencia. 

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Poblado de Moncalvo

El desaparecido poblado de Moncalvo se encuentra entre las localidades de Pallaruelo de Monegros y Lanaja, a unos tres kilómetros en línea recta de Pallaruelo de Monegros, pueblo hermano del que distan unos escasos tres kilómetros. Se accede a través de la carretera A-1221, cogiendo el camino de Moncalvo, hacia el sur, entre los kilómetros 10 y 11. Su vieja pared sirve de guía, apareciendo a los pies de una loma, cuya cota alcanza los 376 metros de altitud sobre el nivel del mar. En su lado sur se encuentra el barranco de Laforda.

Localización: Polígono 7 Parcela 56 Moncalvo, Sariñena (Huesca).
Referencia catastral: 22294A007000560000BF.
Titularidad: Ayuntamiento de Sariñena.
Coordenadas: Longitud 41°42’49.8″N y latitud 0°14’27.1″W y UTM Uso 30 X729536 Y4621684 (Google Maps).

Moncalvo fue pueblo medieval de cierta entidad, en relación con la envergadura de su iglesia de la Virgen Vieja dedicada a San Pedro. Sus restos están incluidos en el Catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de Sariñena bajo la referencia SA 024 «Iglesia de la Virgen Vieja». Desde el 2021, es de titularidad del Ayuntamiento de Sariñena. Por su importancia debería de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC). 

Plano altimétrico 1:25.000 de la Virgen Vieja elaborado entre 1900 y 1930. ICEAragón. 

La leyenda de Moncalvo

Moncalvo guarda una leyenda entre sus ruinas que se ha ido transmitiendo entre  generaciones. Una leyenda que narra como sus habitantes se revelaron contra los tributos que debían de pagar y que, por ello, hasta llegaron a asesinar a más de un recaudador. La respuesta fue despiadada y terrible, tan cruel que sirvió de escarnio para otras poblaciones y tan aterradora que su recuerdo se hizo casi imposible. Así, sucedió que tropas reales aparecieron mientras se encontraban celebrando misa en la iglesia de la Virgen Vieja, uno a uno les hicieron salir mientras los asesinaban a todos, hombres, mujeres, niños, niñas, bebes y ancianos. Luego, con palos de sabina, que habían clavado en el suelo, empalizaron sus cadáveres. Los expusieron como castigo ejemplarizante, empalizados para que otros pueblos contemplasen las consecuencias que conllevaba rebelarse contra el poder.

«Aquí en Pallaruelo siempre se nos ha contado la misma leyenda, siempre a los críos, siempre… No pagaban impuestos, iban a recaudar, venían de Huesca a recaudar impuestos y por lo que sea no querían someterse y entonces, a los recaudadores que venían  al pueblo, los mataban. Porque les debieron de meter en tan apuro, en tan aprieto que dijeron-pues mira, única solución, matar a los que vengan a la recaudación-. Con que si, si… recaudador que venía, recaudador que se jugaba el tipo. Hasta que vinieron con fuerza mayor, entonces, el día de la fiesta mayor del pueblo, cerraron las puertas, llegaron muchísima gente a caballo, cerraron las puertas de la iglesia y fueron matando uno a uno, indiscriminadamente a todo el pueblo que estaba allí. El pueblo debía ser bastante antiguo, un amigo, encontró en una caseta una lámpara romana.»

                                                                                   Lourdes y Marga Alcubierre Pueyo.

De aquella matanza solamente escaparon el párroco y un monaguillo que consiguieron huir hacía Pallaruelo de Monegros. Pero al final fueron capturados y ejecutados en un campo al borde del viejo camino a Zaragoza. En el campo, durante muchos años, los vecinos y vecinas de Pallaruelo depositaban piedras en su recuerdo, una cada vez que pasaban, llegando a formar un gran montón que luego tuvieron que deshacer -Pues se comía parte del campo-.

«El cura salió, saltó por la ventana o tenía una puerta secreta. Se escapó para resguardarse en Pallaruelo, él y un monaguillo. Salieron a por él y en un campo de casa  allí lo mataron, a él y al monaguillo. Y siempre nos lo han contado en casa, siempre. El campo estaba al lado del viejo camino a Zaragoza, era el camino que pasaba por Peñalbeta, el camino original que iba a Zaragoza, y entonces, como la ente transitaba mucho por el camino pues todo el mundo que pasaba ponía una piedra como… para  liberar el alma de esas personas -una piedra por su pena-. En un momento determinado tuvieron que deshacer el montón de piedras porque se apoderaba del campo.»

                                                                                  Lourdes y Marga Alcubierre Pueyo.

Algunas otras leyendas cuentan como una mujer sobrevivió y dio origen a Pallaruelo de Monegros. Pero es evidente que las dos antiguas iglesias son contemporáneas en su época, por lo que las poblaciones coexistieron y, por su cercanía, debieron de mantener fuertes lazos familiares. De hecho, de la  vieja iglesia de Pallaruelo de Monegros únicamente queda una única pared de su torre, estableciendo un cierto paralelismo en sus respectivas historias.

También narran como Pallaruelo de Monegros fue devastado, siendo pasto de las llamas, sufriendo un incendio que arrasó completamente el pueblo. Al incendio sobrevivió una mujer de la que descienden los actuales pallaruelenses. Al parecer, la mujer se había quedado en un pajar aislado y fue la única superviviente. También circula la versión que fueron ambos pueblos los que se opusieron a pagar los tributos y, en represalia, ambos pueblos fueron destruidos y su gente asesinada.

Solamente dejaron una pared de cada iglesia, testigo de aquellos hechos. 

«Les llevaron a las gentes de los pueblos de alrededor para ver el escarmiento que les habían hecho, después de pasarlos a todos por degüello en la iglesia, los sacaron y les colgaban en la cantera de al lado unos palos y los clavaban ahí. Les metían toda la madera atravesando todo el cuerpo, y allí todos, te imaginas que espectáculo tan horroroso, les llevaban a las gentes de los pueblos de alrededor como diciendo –si no hacéis, si no nos pagáis estos impuestos, os pasa como a estos-. El abuelo Paco decía –Críos, mujeres, ancianos… todos estaban allí-. Entonces siempre quedó ese miedo en Pallaruelo -¡Qué nos puede pasar como a los de Moncalvo!-. Eso claro, ese miedo se ha transmitido, cada vez que voy me da un escalofrío.»

                                                                                   Lourdes y Marga Alcubierre Pueyo.

Esta es su leyenda, de la Virgen Vieja, pero también existe su historia en la que nos adentramos y descubrimos. 

El yacimiento

La loma de la Virgen Vieja resulta muy interesante y revela la existencia de antiguos asentamientos. En su recorrido, a simple vista, aparecen diversas cerámicas superficiales. Entre ellas encontramos cerámica bruñida atribuible a la edad del bronce o del hierro, datando el yacimiento en la antigüedad, al menos en torno a los 500 años a.C. También aparecen cerámicas hispanomusulmanas, árabes, algunas vidriadas, esmaltadas, verde almohade o con colores. Además, cerámicas medievales, entre ellas con presencia de manganeso que nos lleva a situarla sobre el siglo XVI.

Entre otros muchos restos aparecen restos de arcilla sin hornear o presencia de una teja deformada, lo que lleva a plantear la presencia de un horno en el asentamiento, además evidencias como, posiblemente, algunas zonas debieron ser utilizadas para la extracción de arcillas.

Reseñable es la aparición de escoria o arrabio, un producto intermedio del proceso de fundición de las menas del hierro.

La realización de estudios arqueológicos futuros podrá desvelar muchos de los misterios que esconde el viejo poblado de Moncalvo.

Igualmente, en Pallaruelo de Monegros existió un asentamiento anterior al sur de su antigua iglesia del Salvador, dirección a la balsa buena. En su ubicación se aprecian abundantes restos de cerámicas.

La Virgen Vieja de Moncalvo

La heroica pared que permanece son dos paños de una cabecera poligonal de una antigua iglesia gótica de mediados del siglo XIII. Una antigua iglesia que se componía de una única nave, cubierta por una bóveda de crucería y cabecera poligonal: “La Virgen Vieja de Moncalvo». La Virgen Vieja respondía a las mismas características que la desaparecida iglesia de San Salvador de Pallaruelo de Monegros, construida por Arnaldo Vidal de Almenar en 1258; incluso aparecen idénticas marcas de cantería.

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Detalle de la Virgen Vieja de Moncalvo

La iglesia de Moncalvo, conocida popularmente como la Virgen Vieja, obedeció a San Pedro; según referencia recogida en un pleito sucedido en 1860, citando un documento de 1445. El pleito respondía al aprovechamiento de ganados entre vecinos de -Castejón de Monegros, Balfarta, Capdesaso, Albaruela de Tuvo y Lalueza-. En dicha cita se encuentra la referencia a «San Pedro de Montalbo» -vista la concordia celebrada por el Consejo de Sariñena y los jurados de Castejón, Balfarta, Pallaruelo, Lalueza, Albaruela, Capdesaso, Lasardera, Lastanosa y Celadilla, en la anteiglesia de San Pedro de Montalbo, a nueve días de marzo de 1445. En ella se acordaba que sus ganados podían pastar en los terrenos comunes que -en la misma se designan- , por la que se regularizó –el uso que había de hacer del aprovechamiento mancomún de pastos para sus ganados en los terrenos de las aldeas ahora despobladas, en los montes realengos y en los comunes- (Real Decreto del Consejo de Estado firmado por Isabel II, publicado en la Gaceta de Madrid del 31 de enero de 1860. Boletín Oficial de Segovia Número 24 – 1860 febrero 24). 

La festividad de san Pedro es el 29 de junio.

De hecho, al norte del desaparecido poblado aparece el paraje o monte denominado «Saso de San Pedro».  Mapa del Instituto Geográfico y Catastral de España, mapa militar 1953.

Moncalvo 1953 Saso de San Pedro

Las ruinas de Moncalvo han ido desapareciendo, hay quienes cuentan que las piedras fueron usadas para la construcción de carreteras y otras construcciones locales. «En la cima debió de existir un castillo», comentan Lourdes y Marga Alcubierre Pueyo, a quienes se ha de agradecer que se mantenga y transmita la memoria de Moncalvo.

Si que parece cierto que muchas de las masadas del entorno contienen piedra de Moncalvo, en algunas se pueden observar las mismas marcas de cantería, como la flor de Lys. Aunque todo apunta a que a mediados del siglo veinte aún se podían observar las calles y restos de los muros de las casas. El camino pasaba por la calle principal del pueblo, entre muros de poco más de medio metro de altura y, cerca de la iglesia, había una pequeña plaza con una fuente.

Quizá, sea reseñable que próximo a Moncalvo se encuentra la finca «Manantial de Castanera«, manantial que debió e abastecer el poblado. Incluso el barranco solía llevar agua. En este sentido, de vueltas a mediados del siglo XX, el poblado pertenecía a Castanera, rico hacendado de Sariñena y comerciante de mulas, y los montes principalmente también, que eran montes comunes cuyos principales propietarios eran el propio Castanera, Juan José Torres y casa Ruata de Pallaruelo de Monegros. Castanera legó su herencia a su sobrino, Ricafort, quien ordenó a un maquinista P.H. de Sariñena que, por medio de una oruga, arrasase las viejas ruinas y así lo hizo, aunque con la torre no se atrevió, le dio miedo que se le cayera encima. 

Foto aerea 1986Fotografía aérea de 1986, se deja entrever la planta de la antigua iglesia.
Cortesía Javier Navarro.

«El abuelo decía si vas, mírate bien que veras las calles, hasta la fuente, hasta un manantial que debía de haber por allí. Antes se veía, -yo, cuando iba de pequeña, me acuerdo que había trozos que hasta se veía el trazado parte de una calle-.»    

                                                                                                  Lourdes Alcubierre Pueyo

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Torre Virgen Vieja Moncalvo.

El blog Sansalvadorota establece similitud entre las marcas de cantería de Moncalvo con las marcas de la iglesia de Santa María de Orta de Lérida y las marcas de cantería de la iglesia templaría del convento de San Salvador de Orta. La desaparecida iglesia leridana fue destruida por Felipe IV en el siglo XVII. Santa María la Vieja o Santa María la antigua, y las antiguas iglesias de Moncalvo y Pallaruelo guardan una relación con el convento de Orta, según el blog Sansalvadorota«Todo indica una relación entre los tres centros religiosos y una historia que no la sabemos completamente».

Otras marcas dejadas en sus piedras responden a viejos pastores entre ellas la de pastores trashumantes. El etnógrafo Eugenio Monesma Moliner señala que es curioso que en algunos de los sillares se conservan grabados posiblemente de pastores de la montaña, probablemente del valle de Chistau por sus apellidos (Mur y Bruned). Los gravados representan cuchillos y sus nombres «una imagen, esta de los cuchillos, que encontramos en muchos abrigos y casetas pastoriles».

Además, en la vieja pared de la Virgen Vieja aún se pueden contemplar las marcas de la guerra civil, como el gravado de las siglas del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista).

Es una batalla desesperada contra el olvido, un testigo mudo de un pueblo arrasado y sin memoria, de un pueblo borrado que se desvanece, deshaciéndose en polvo en la aridez  monegrina.

De la antigua iglesia de Pallaruelo de Monegros desmontaron el retablo mayor y lo colocaron en la nueva iglesia, no lo pudieron colocar entero y lo acortaron, algunas partes las tuvieron que colocar por los laterales. En la guerra civil sacaron las tablas y construyeron unas garitas de vigilancia para las entradas del pueblo, luego las desmontaron y dejaron las tablas en una era. Aparecieron unos hombres y se las llevaron, tenían una orden firmada por el obispo y sabían perfectamente lo que se llevaban. Lo más probable es que el altar se encuentre desperdigado por colecciones privadas de EEUU.

Una aproximación a la historia de Moncalvo

Moncalvo, curiosamente no se encuentre registrado en Los pueblos y los despoblados, de Antonio Ubieto, y, en palabras de Juan José Genérelo, Director del Archivo Histórico Provincial de Huesca, «Resulta sospechoso que, tratándose de una obra tan completa, no aparezca ese topónimo por lo que habría que pensar que debe tener un segundo nombre con el que sí aparecería en la documentación medieval y moderna». Pues parece que Moncalvo haya sido esquivo en las principales obras y descripciones sobre Aragón, línea que ya manifestó Manuel Benito Moliner «Moncalvo también fue pueblo aunque lo olvidan todas las obras geográficas publicadas hasta hoy» (Tierras y Gentes, Diario del Altoaragón 24 de mayo de 1998).

Tampoco aparece recogido «Moncalvo» en la obra Toponimia Histórica Aragonesa de Miguel Ballestín, limitando muchísimo su búsqueda. Aunque su topónimo, consultando el Nomenclátor Geográfico de Aragón, no ofrece mayor diversificación, resaltando tan solo su etimología aportada por la fuente «Pueblos del Alto Aragón» que define a Moncalvo como «Monte pelado».  

Así, efectivamente, tal y como apuntaba Juan José Genérelo, la consulta de documentación histórica aporta gran diversidad del topónimo de Moncalvo siendo estas sus distintas formas: Moncalbo, Montcalvo, Montalvo, Montecalvo, Monsalvo y Monsalva.  Por ello, su documentación histórica ha sido ardua pero al final ha ido dando resultados.

Retrayéndonos a 1100, es cuando Pedro I alcanza Sariñena y su entorno, siendo fecha aproximada en la posible «reconquista» del poblado o aldea, habitada o despoblada, de Moncalvo. Por ello, en 1170 el Rey Alfonso II de Aragón concede a Sariñena su “Privilegio de Población” por el que podía poblar una vasta extensión que se extendía por el este y sur de dicha villa, desiertos y poblados:

«… en el año pasado de 1170, se dignó el señor Don Alonso el segundo de Aragón, conceder a todos los hombres de Sariñena, que entonces allí estaban, o que en adelante fueran a poblar, por el deseo de que allí poblasen, y habitasen todos los términos de Sariñena, desiertos y poblados con todos sus montes y pastos, aguas, selvas y sotos, con todas sus entradas y salidas y pertenencias, de modo que mejor lo hubiesen tenido en tiempo de los sarracenos, o de los cristianos, o de modo alguno debían tener, para que todo esto lo poseyesen enteramente, lo trabajasen y llenasen aquellos y su descendencia para propia herencia suya, y para que hiciesen de ello en todo el tiempo a su propia voluntad. Les concede así mismo aquellos fueros de Zaragoza buenos y no malos, y que no diesen ni hiciesen a hombre alguno causa alguna sino las Decimas y Primicias a Dios, ni diesen lezda ni peaje en toda su tierra…»

Casa de Ganaderos de Zaragoza – Pastos ES/FCG – Caja 25_Ligamen 4_39.

Así, Sariñena queda definida sin nombrar específicamente su totalidad de poblaciones y aldeas: «… dono vobis terminos in primis Alberola, cum ommibus suis terminis, sicut vadit ad illa pena tallata quae est super Sodeto, sicut vadit per directum ad illa Torre de Cabañas, cum tota valle putrida, deinde sicut vadit ad caput de ipsa serra de Sella Maestra, de ipsa serra intus sicut aquas corrum contra Sarannyenam, sicut vadit per directum ipsa serra de Sella Maestra, usque alas almolas, deinde sicut vadit ad almoella totum intus, sicut vadit per directum ad ipsum caminum, qui transit per Bojaraloz sicut aquas corrunt contra Sarañenan, sicut vadit ipsum caminum per directum, usque Borjalaroz, sicut vadit, exit ipsum caminum usque ad Peñalba, sicut vadit ad valle Trabian, exit ad ipsos Germanellos, qui sunt ante Xixena, sicut exit ad ipsan Torremia, vadit exit ad ipsam Foratata,sicut vadit ad ipsan Torre de ipsa Ventosa,sicut vadit ad Alpicon de Ballara, sicut vadit per directum usque ad flumen de Alcanadre, sicut vadit ad podio Meler,sicut vadit, exit ad illa Boltorera, sicut iste predictae afrontationis, terminos includunt, dividunt. Dono,concedo vobis, vestris totum integriter quantum ego ibi habeo, habere debeo, vel ad mea voce regale pertinet, vel pertinere debet,sicut superius scriptum est, ad vestram voluntates imperpetum, …» (Elbaile Ollés, José. Lalueza, hechos del siglo XVIII).

Desde entonces se comienza a hablar en la documentación de “las Aldeas dependientes de la Villa de Sariñena”. Dichas aldeas eran doce, entre ellas Motalbo: Alberuela, Lalueza, Capdeaso, Lastanosa, La Celadiella, Salavert, La Sardera, Miranda, Pallaruelo, Valfarte, Montalbo y Castejón de Monegros; varias de ellas quedarán deshabilitadas en el s. XVI. Aunque José Elbaile Ollés llega a documentar hasta diecisiete las aldeas que pertenecían a Sariñena. 

En 1284, una carta real de Pedro IV da cuentas sobre un embargo de bienes, entre ellos en la aldea de Moncalvo: «Mandato sobre el embargo de los bienes de Juan Garcés de Oriz, abad de Montearagón, fallecido el día de San Juan Bautista. De acuerdo con el mandamiento del rey, referente a la muerte de obispos y abades, por el cual se ordenaba embargar los bienes tras la muerte, entre otros embargos Ramón Pelegrín, «baile de Sariñena», se encargó de embargar los bienes que tenía en Sariñena y en las aldeas de Valfarta, Castejón (de Monegros), Pallaruelo, Moncalvo, Lastanosa, La Celadilla, Miranda, Salavert, Sardera, Capdesaso y de Tubo (Alberuela de Tubo).» (Cancillería, cartas reales de Pedro IV, caja 61, N.º 7364/).

Sariñena, a comienzos del siglo XIV, recoge José Elbaile Ollés, estaba conformada por las siguientes aldeas: «el territorio lo conformaba la villa de Sariñena, Castejón de Monegros, Valfarta, Lalueza, Lastanosa, Capdesaso, Alberuela de Tubo, Tubo, la pardina de Sodeto, Pallaruelo, Jubierre, San Juan, Vallsanta, Montebh, Moncalvo, La Sardera, Salavert, Castellones, la Celadilla y Miranda».

José Elbaile Ollés en «Lalueza, hechos del siglo XVIII» describe la organización de Sariñena y sus aldeas, recogiendo como la jurisdicción civil, criminal o administrativa correspondía a la Villa de Sariñena a través del Baile y Justicia: «Cada aldea tenía su Concejo, que presidía el jurado mayor. Podía haber dos jurados, un corredor (alguacil) y un secretario. Los jurados se elegían por sorteo. La villa y todas las aldeas tenían su propio diezmario (el terreno de cultivo que comprende cada lugar) y su boalar, una parte de monte cercano para el pasto del ganado. Con el resto de montes comunes y los boalares del territorio, se formó una dehesa común que llamaron Realengo, el Común o Comuna. La villa y aldeas arrendaban sus pastos y repartían los beneficios en dos partes, una para la villa y la otra para las aldeas. Lo administraban los jurados de la villa que representaban a Sariñena y los jurados de las aldeas a los que también llamaban jurados de comuna. Los representantes de la Comuna se reunían una vez al año en el mes de septiembre para el reparto de los beneficios. Hasta el siglo XV, gracias a los privilegios de población no se pagaban impuestos, salvo las decimas y primicias a la Iglesia: …non donetis, ne que faciatis ullo homini ullam causam nisi decimas, primitias, Deo, non detis lezdam ni pedage in totam meam terram…«.

En 1328, un documento trata de un vecino de «Montecalvo» (Moncalvo): «Comisión hecha al Justicia de Aragón, Jimeno Pérez de Salanova, de la salva de infanzonía de Martín de Fanlo, vecino de Montecalvo, aldea de Sariñena» (Cancillería, registros, nº429, fol.1v/ Salva de infanzonía del 28 de febrero de 1328).

Moncalvo 1

Igualmente aparece en una relación judicial de 4 de abril de 1328, esta vez bajola denominación de «Monsalva» : «Reunidos los consejos de la villa y aldeas de Sariñena en la Iglesia de San Salvador, nombran a Marco de Sena, jurado de Sariñena, Domingo Lo Pico, vecino de Monsalva y jurado de la comunidad de aldeas de Sariñena, como procuradores especiales para que les representen en las próximas Cortes que se van a celebrar en la ciudad de Zaragoza, en la que se coronará a Alfonso IV» (Cancillería, pergaminos, Alfonso IV, carp.218, nº170/ Nombramiento. (4-04-1328)).

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En el mismo 1328, aparece «Montalvo (Monsalva)» en una relación de administración de bienes: «Carta al justicia de Sariñena sobre Agnes, viuda pobre de Jaime Agrament, vecino de Barbastro, y la administración de los bienes en Montalvo (Monsalva), aldea de Sariñena, de su hija Martina, quien estaba bajo tutela de Pedro de Barba» (Cancillería, registros, nº430, fol.162-162v/ Mandato. (15-12-1328)).

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En 1336 se encuentra mismamente «Montalvo (Monsalva)» en una carta de Pedro IV al sobrejuntero de Huesca y Jaca en las zonas de Sariñena y Ontiñena «Para que obligaran a Pedro Jordán de la Corona, vecino de Sariñena, a pagar cierta cantidad que debía dar a Domingo Melero, rector de la iglesia de Fuendejalón, ya que había recibido de Bartolomé Fernández, vecino de Montalvo (Monsalva), aldea de Sariñena, unos dineros que eran de dicho rector» (Cancillería, cartas reales, Pedro IV, caja 1, nº88/ Mandato. 24-05-1336).

En 1337, el rey de Aragón Pedro IV (1319-1387) permite a los habitantes de «Montcalvo y Pallaruelo», para que saliesen de la pobreza y despoblación en la que se hallaban, pudiesen vender sus pastos anualmente a gentes de otros lugares. Un documento en latín traducido  gracias a Ánchel Conte Cazcarro. Cancillería, cartas reales, Pedro IV, caja 3, nº404/ Concesión. «Del Rey a los vecinos de Montealbo y de Pallaruelo de Monegros. Autorización a los mismos para vender sus tierras a personas extrañas»: «Carta de Pedro IV a los vecinos de Montalvo (Monsalva) y de Pallaruelo (de Monegros), aldeas de Sariñena, en la que concede ciertos privilegios de pastos y ganados para evitar la despoblación y pobreza de dichos lugares» (Fechada el13 de agosto de1337).

Moncalvo

Entre los años 1348-1350, la peste negra asola a Los Monegros «Con el paso de los años algunas aldeas se fueron despoblando. Muchas desaparecieron con la peste negra» (Elbaile Olés, José). Cuando esto ocurría, afirma José Elbaile Ollés, se acordó, que los diezmarios de las aldeas muertas fuesen para la villa y los boalares para las aldeas.

En 1363/1370 Bernat Miquel escribe a Ferrer de Magarola porque el rey quiere redimir Sariñena y sus aldeas, así que le ruega que envíe copia del contrato de alienación a favor de Pedro de Luna (Archivo de la Corona de Aragón. ES.08019.ACA// ACA,COLECCIONES, Historia del Archivo,1,123).  

El 19 de octubre de 1366 el rey Pedro IV,  trueca la villa de Sariñena, sus aldeas y todos sus términos a D. Pedro de Luna por el lugar de Pinseque (Elbaile Olés, José). 

El 9 de abril de 1372, representantes de Sariñena solicitan quitarse del señorío pagando las 13 mil libras jaquesas y 11 mil de Barcelona en que se había pactado la devolución y retornar a la corona (Elbaile Olés, José). 

El 17 de mayo de 1373, el rey acepta la petición de Sariñena y acuerda su venta con Dña. Elfa Exerica, heredera de los Luna (Elbaile Olés, José). 

En 1384, un pleito sobre los muros de la Villa de Sariñena cita Moncalvo: «Las aldeas y la villa tuvieron un pleito sobre la obligación o no de estas de contribuir en la reparación de los muros de la villa. Se sentenció en Tamarite de Litera siendo rey Pedro IV a favor de las aldeas. Entre ellas nombra a: Moncalvo, la Sardera, Moscallon, Miranda, Celadilla y Salavert» (Elbaile Ollés, José. Lalueza, hechos del siglo XVIII).

En el fogaje de 1405, censo del Reino de Aragón ordenado por el rey Fernando el Católico para recaudar el impuesto de las sisas, «Montalbo» contaba con unos seis fuegos. 

En 1417,el Rey Alfonso pide a las cortes 70 mil florines de oro para recuperar todos los bienes enajenados por sus antecesores, de los que 10 mil libras correspondían a la villa de Sariñena y sus aldeas (Elbaile Olés, José). 

En 1445 se produce la anteriormente citada concordia sobre los pastos comunes y su aprovechamiento y guardias, celebrado en la anteiglesia de San Pedro de Montalbo: «Vista la concordia celebrada por el Concejo de Sariñena y los Jurados de Castejon, Balfarta, Pallaruelo, Lalueza, Albaruela, Capdesaso, Lasardera, Lastanosa y Celadilla, en la ante-iglesia de San Pedro de Montalbo, á nueve dias del mes de Marzo de 1445, de la que consta haber acordado que sus ganados pudiesen pastar en los terrenos comunes que en la misma se designan, y que para custodia de esos terrenos se procediese al nombramiento de guardas, no por cada pueblo, sino por la universidad» (Real Decreto del Consejo de Estado firmado por Isabel II, publicado en la Gaceta de Madrid del 31 de enero de 1860. Boletín Oficial de Segovia Número 24 – 1860 febrero 24 y en el Diario de Burgos. Boletín oficial de la provincia de Burgos: Núm. 67 – 13/04/1860).

El 15 de julio de 1477, se establece una pecha ordinaria y anual de 12.000 sueldos jaqueses a Sariñena y sus aldeas «Esta transacción es importante porque se establece por primera vez un impuesto a los habitantes de estas tierras y también porque los montes de Tubo y Sodeto ya no volvieron y se quedaron en la casa de los Luna» (Elbaile Olés, José). 

En el fogaje de 1495 la población ya no aparece, por lo que probablemente, podamos establecer que poco antes de 1500 Moncalvo debía de estar ya prácticamente despoblado. Aspecto que se refuerza con la presencia de las cerámicas medievales, las más recientes y últimas datadas, en torno al siglo XVI.

En las cortes de 1498 tan sólo se habla de siete aldeas, relata José Elbaile Ollés: Alberuela, Lalueza, Capdesaso, Lastanosa, Pallaruelo, Casejón de Monegros y Valfarta. Lo que, de acuerdo a su relato, hace suponer que ya estaban despoblados: Jubierre, San Juan, Vallsanta, Moncalvo, La Sardera, Salaber, La Celadilla, Miranda, Montebh y los Castellones (Elbaile Olés, José. Lalueza en el siglo XVII, El origen de nuestras familias). 

«La Virgen Vieja de la soledad más absoluta» Belén Boloqui, presidenta de APUDEPA.

En 1620, Moncalvo no aparece en el mapa del Reino de Aragón de Juan Bautista Labaña.

En 1651 una gran epidemia de peste sacude la mayor parte de Aragón «El año 1651 en que la ciudad de Huesca, Alcubierre, y casi la mayor parte de los pueblos de Aragón padecieron una enfermedad pestilente, contagiosa y sumamente temible» (Epidemiologia española o Historia cronológica de las pestes, contagios, epidemias y epizootias que han acaecido en España : desde la venida de los cartagineses hasta el año 1801… / por Joaquín de Villalba).   

El siglo XVII hubo una profunda crisis en la comarca y en todo el Reino de Aragón. Esta comenzó con la expulsión de los moriscos en 1610, que redujo la población aragonesa entre un 15% Y 20% y destrozó la industria artesanal. Vino acompañada de unos años duros de sequia que provocaron el abandono de tierras y para colmo, la guerra en Cataluña y el continuo transito de tropas, trajo la peste en 1652.

Elbaile Olés, José.
Lalueza en el siglo XVII, El origen de nuestras familias

La Concordia de 1683, vigente en 1860, según el citado Real Decreto de 1860, hace referencia al que entonces, al lugar de Moncalvo, ya extinto:  –Asistía el derecho a sus poderantes a que sus ganados pasturen las yerbas que producen los montes comunes o diezmarios que eran de las aldeas extinguidas, resumidas en la de Moncalvo, Miranda y Lasardera-. No obstante, el pacto 13 de la concordia se encontraba extinto: «Respecto a que la Justicia y Juez ordinario de la Villa sean los competentes para los habitadores de la villa», lo que nos lleva a entender que en el momento de realizarse la concordia aún se encontraba Moncalvo poblado. El mismo Real Decreto refleja que en ese momento de 1860 ya se encontraba sin población, al igual que otras aldeas de Sariñena, «Ahora despoblados» (Real Decreto del Consejo de Estado firmado por Isabel II, publicado en la Gaceta de Madrid del 31 de enero de 1860. Boletín Oficial de Segovia Número 24 – 1860 febrero 24).

De 1701 a 1713 se lleva a cabo la guerra de Sucesión por la que, según Nicolas Malo «Fueron arruinados varios pueblos de Monegros, principalmente la villa de Lanaja, que quedó reducida a muy pocos vecinos» (Estudios sobre el proyecto europeo de la unión de los tres mares, Mediterráneo, Cantábrico y Atlántico por el Ebro y el Duero, el Canal Imperial y el de Castilla. Nicolás Malo. 1850). 

En el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, aparece un expediente de la casa Ducal de Híjar-Aranda, fechado el 30 de enero de 1799, con referencia ES/AHPZ – P/1-235-82. El documento trata la posible repoblación del lugar de Moscallón con sus cinco aldeas Salaver, Miranda, La Cenadilla, La Sandena y Moncalvo, pertenecientes a la villa de Sariñena.

En la década de 1770 se aprueba el «Fuero de Población» un instrumento colonizador y de repoblación en los territorios de la antigua corona de Aragón (Fuero Alfonsino y Fuero de población de Sierra Morena en los proyectos de colonización de la Corona de Aragón en la segunda mitad del siglo XVIII, de Enrique Giménez López de la Universidad de AlicanteLos inicios de la colonización en Lo Monegros.

El 18 de noviembre de 1788, Narciso Comenge propuso repoblar el Monte de Moscallón y cinco despoblados donde en el pasado habían existido las aldeas denominadas Moncalvo, La Sardera, Salaver, Celadisa y Miranda que, en fecha indeterminada, habían sido abandonadas y de las que quedaban únicamente algunas ruinas. De los cinco despoblados, el de mayor extensión era el de Moncalvo, con una pequeña parte de sus Tierras propiedad de la Cartuja de las Fuentes, seguido por el de Miranda, La Sardera y Salavert, siendo el de Celadisa el más reducido y el único con tierras de mediana calidad, ya que gran parte de la superficie sólo era apta para pastos de ganado lanar y caprino.”

Giménez López, Enrique.

En 1792 D. Pedro Blecua y Paul en su Descripción Topográfica de la ciudad de Huesca y todo su partido en el Reyno de Aragón cita Moncalvo refiriendo las guerras y pestes como causantes de su despoblación, de los núcleos de Moncalvo, Lasardea, Salabet, Miranda, La Zeradilia y la Almunia de la Regina:

El serenísimo y augusto rey Don Alonso I de este nombre, y IX de Aragón, dicho el Batallador, después de muchos días de cerco libertó esta villa del yugo africano, bajo cuya servidumbre estuvo oprimida muchos años y plantó en ella con singular celo la fe y religión en el día 7 de septiembre de la Era 1172, que corresponde al año 1134, según las noticias que han podido conservarse en sus archivos, y las que trae Blancas, con otros historiadores del reino, con privilegios muy particulares y en especial la cesión de algunos despoblados, que, con motivo de las guerras y pestes, quedaron en su territorio y se llaman Moncalvo, Lasardea, Salabet, Miranda, La Zeradilia y la Almunia de la Regina, reconociéndose todavía en ellos vestigios de poblaciones, y en algunos sus mismas iglesias y campanarios. En el día cultivan estos terrenos los mismos vecinos de villa y aldeas, a donde se cree haberse retirado los pocos que quedaron, y tienen allí sus masías y casas de campo.

Arriendo de pastos de Moncalvo, Diario de Huesca del 27 de septiembre de 1914:

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Diario de Huesca – 27 de septiembre de 1914.

Una descripción del Partido Judicial de Sariñena, en la Nueva España del 1 de septiembre de 1959 se refiere a la adversidad del clima como motivo de la despoblación y abandono de las aldeas de Sariñena: «Existiendo también los poblados, ya en franca, decadencia, de San Juan, Vallsanta, Monclavert, Moncalvó, La Sardera, Salavert, La Celadillá, y Miranda. Estos núcleos de población eran aldeas propiamente dichas, que entonces, como ahora,  la adversidad del clima obligó a sus habitantes a la emigración». (Nueva España – 1 de septiembre de 1959).

Gracias a Montse Vadillo y Pablo Ruata por descubrir algunos de estos documentos y compartirlos.

Moncalvo en el documental «Monegros»

En 1969, el director Antonio Artero rodó el documental «Monegros», con José Antonio Labordeta como protagonista. Entre las distintas escenas y localizaciones aparece Labordeta en la Virgen Vieja de Moncalvo interpretando «Montesnegros». Una peculiar escena donde se observa parte del equipo de rodaje y la curiosa pintada de  «1959» en la vieja pared. «1959» un año en el que muchos pueblos de colonización se estaban construyendo y para los cuales se utilizaron piedras de las desaparecidas casas del olvidado poblado de Moncalvo. José Francisco Pueyo, de Pallaruelo de Monegros, recuerda que hasta aquella fecha aún se distinguían partes de las antiguas casas y calles.

Moncalvo labordetaFotograma del documental «Monegros».

La Virgen Vieja de Moncalvo, toda una leyenda

Resulta inquietante que el tiempo se haya olvidado de su historia, que no exista mayor documentación o investigaciones sobre Moncalvo. Resulta incomprensible que una historia así no despierte mayor interés, especialmente en el académico y universitario.

Diversas hipótesis han atribuido su desaparición, a pesar de su leyenda por el impago de impuestos, a la dureza del territorio, a sequias y hambrunas, como . También, como ya hemos visto antes, a la peste negra que devastó Europa en el siglo XIV o en el XVII.  Igualmente a la guerra de sucesión española (1701-1713), entre borbónicos y austracistas o su no aceptación a los Decretos de Nueva Planta, lo que llevó a las tropas de Felipe V, en la década de 1710, a arrasar el viejo poblado de Moncalvo. Igualmente, volvemos a citar a Pedro Blecua y Paul quien  recoge como las guerras y pestes fueron las causantes de los poblados de Sariñena, entre ellos Moncalvo

Claramente la leyenda de la destrucción de Moncalvo por los Carlistas no fue posible, la primera guerra Carlista fue entre 1833 y 1839, muy posterior a la construcción de la nueva iglesia de Pallaruelo. La nueva iglesia de Pallaruelo de Monegros data de 1808.

Lo que si parece seguro que Moncalvo sufrió gran inestabilidad a lo largo de su existencia, incluso pudiendo quedar despoblado en determinados momentos, por lo que su momento exacto de su despoblamiento definitivo resulta difícil de concretar documentalmente. 

Lo cierto y relevante es el fogaje de 1495, cuando el poblado de Moncalvo, aparezca ya sin población, hecho, como se ha mencionado antes, coincidente con la datación de las últimas cerámicas de Moncalvo del siglo XVI, lo que nos lleva a considerar definitivo su despoblación. Apenas a los pocos años que se estableciese en 1477 una pecha ordinaria y anual de 12.000 sueldos jaqueses a Sariñena y sus aldeas y terminase con los privilegios de no pagar impuestos salvo «las decimas y primicias a la iglesia».  Estos hechos son los que más se ajustan a su leyenda.

Sariñena y sus aldeas habían gozado del privilegio real de pastar libremente sus terrenos que el Rey Alfonso II de Aragón, en 1170, había concede a Sariñena y su aldeas de acuerdo al “Privilegio de Población”. La pecha de 1477 comienza a agravar a Sariñena y sus aldeas al igual que los conflictos que se van manteniendo con la Casa de Ganaderos de Zaragoza. Según recoge José Elbaile Ollés «La Casa de Ganaderos de Zaragoza, es y era una cofradía de ganaderos de Aragón. Fue fundada por Jaime primero el 18 de mayo de 1218. Sus privilegios le permitían el pastar en los montes de todo el Reino y su Justicia tenía la jurisdicción civil y criminal sobre todos los hechos referentes a esta actividad sin poder ser recurridos a otro órgano superior. Durante los siglos XVII y XVIII tuvo muchos conflictos la villa de Sariñena y sus aldeas por la colisión de los privilegios que los reyes dieron a estos pobladores con los que luego darían a la Casa de Ganaderos.»

No obstante, hay una curiosa referencia sobre una disputa entre moradores de Moncalvo y los pastores como causa de su abandono. De acuerdo con la documentación encontrada por José Elbaile Ollés, los vecinos mantuvieron un «encuentro» con pastores al salir de la iglesia y «por lo que quedó despoblado»

«…en Moncalvo subsisten las paredes de su iglesia de San Pedro, y la de Nuestra Señora de Moncalvo y he adquirido por particulares noticias en conversaciones de que hace siglos por un encuentro que tuvieron los vecinos de Moncalvo con pastores al salir de la iglesia el día de la festividad de San Pedro que habían concurrido todos sus moradores y hasta el predicador que había ido a predicar por lo que quedó despoblado y como tal tubo el destino explicado…»

A.H.N. Consejos, Libro 1.968.

Fundación de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes

Personalmente, la fecha de finales del siglo XV, lleva a relacionar la despoblación de Moncalvo con la fundación en 1507 de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, cuya cercanía y posesión de tierras poseyó, en gran parte, tierras de Moncalvo (La cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, patrimonio olvidado y/o perdido). Incluso José Antonio Rausa, José Luis Villarroel y José Antonio Cuchí se refiere a la cartuja de Monegros como también llamada de Moncalvo «Un despoblado con restos de iglesia medieval que da nombre a la sierra local» (La fuente del Milagro, en la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes (Sariñena, Huesca)). 

En este sentido, como ejemplo, en el Archivo Histórico Nacional se encuentra el Registro de todos los documentos del archivo de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes y comprende desde los siglos XVI al XVIII. Lleva por título “Registro de todos los papeles y escrituras que se hallaron en el Archivo de la Cartuja de Ntra. Sra. De las Fuentes, en el año de 1713. Adaptado por un devoto de esta Señora”. (CODICES,L.38, de 1713, Unidad Documental Compuesta ES.28079.AHN/9//CODICES,L.38). El Título 5.º recoge las “Tierras Blancas, Campos, olivares y Monte de la Plana”. Bajo este título se hallan por ejemplo las masadas en Moncalvo, llamadas de Pedro Falcón, Francisco Terreu o Alberto Vitales o la de las casas bajas de Moncalvo de Pedro Fornies. Campos en Moncalvo que fueron de Antolín Ydiazabal y Cotella, a las Cipaldas del Pinar que fue de Alberto Lope o que se compró a Martín Jordan. Igualmente:

  • Otro campo de 2 H 4ffen Moncalvo.
  • Una Deposición de Testigos cerca de unas tierras blancas del monasterio en Moncalvo.

Definitivamente, el Fuero de Población de 1770, cita Moncalvo como despoblado. 

En 1821 tras la desamortización del monasterio de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. sus bienes y patrimonio es subastado, entre ello: 

  • Una masada en el Mas llamado Moncalvo o Aldea alta, casa, corral, pajar y era: valor en venta 6000 rs. vn. idem en renta 160 rs.
  • Otra llamada aldea de Moncalvo bajo: en venta. 6200 rs. id. en renta 200.
  • Una porción de tierra en el monte de Moncalvo, yerma, llamada la masada baja, de 60 caizadas, en venta 9600, en renta 400.
  • Una filada de tierra en el monte de Moncalvo, sin cultivo, llamada de Gilaverte, de 12 caizadas, en venta 2000, en renta 80.
  • Un sitio llamado el Arnal en el monte de Moncalvo, de 14 caizadas , en venta 2800, en renta 160.

El legado de Moncalvo, una constante reivindicación

Al recuperar su historia, la de le la Virgen Vieja de Moncalvo, la indiferencia se transforma en un tremendo escalofrío que rinde tributo a su memoria. Aún queda mucho por descubrir e investigar y quizá de soñar con que aquella pared perdure invencible contra la desmemoria. A todos y todas los moncalvenses y moncalvensas, ¡por siempre en nuestra memoria!

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La leyenda de Moncalvo en el diario del Alto Aragón, 30 de octubre del 2016.

Por ello se lleva realizando una constante reivindicación, principalmente a través de su estudio y divulgación, sucediéndose diversos artículos en prensa, especialmente en el Diario del Altoaragón. Igualmente se han promovido distintas iniciativas que han ido dando sus frutos.

  • En el 2021 se consigue su titularidad pública por parte del ayuntamiento de Sariñena gracias al trabajo de Valeriano Tella Arroyos.

     

  • En septiembre del 2025, desde este proyecto de Os Monegros y con la colaboración de la asociación de Apudepa se solicita la inclusión de la Virgen Vieja de Moncalvo en la lista Roja de Patrimonio en peligro de la asociación Hispania Nostra, inclusión que se hace efectiva el 11 de diciembre del 2025: «Le informamos de que, tras estudiar la ficha de la Iglesia de la Virgen Vieja, Sariñena (Huesca), el Comité Científico ha considerado oportuna su inclusión en la Lista Roja como forma de llamar la atención sobre su estado e impulsar su recuperación».

     

Iglesia Virgen Vieja. Lista Roja Hispania Nostra.

«Por su preservación ante su completa desaparición, por su singularidad unida al paisaje, por su yacimiento anexo, por su historia y también por su leyenda.»

 

Al pueblo viejo de Moncalvo

  A la piedra arranco tu historia

     Virgen Vieja

        A la tierra arranco tu recuerdo

             ¡Qué rabie tu lamento!

               ¡Qué llore tu ausencia!

                  ¡Y qué resista a la desmemoria!

                     Pues con el olvido, ¡no vencieron!.

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Diario del Alto Aragón, 21 de enero del 2021.

Con delicadísima fragilidad, los restos de la Virgen Vieja de Moncalvo desafían la gravedad y se resisten a desaparecer. Juegan a un equilibrio imposible, esquivando su fatal destino en un lugar perdido de Los Monegros.  Su única pared, de una antigua iglesia gótica de 1258, apenas se mantiene en pie. Con ella se irá el único testigo del viejo poblado de Moncalvo, un lugar olvidado cuya historia responde a viejas leyendas que hace tiempo se han dejado de sentir.

Una leyenda nunca se desmonta, una leyenda forma parte de la memoria colectiva, transmitida durante años, con esa magia, esa fantasía, esa ilusión in-arrebatarle al pueblo, porque pertenece al pueblo, a su gente, inherente al mismo, que ninguna prepotencia pueda con ella, para que la leyenda de Moncalvo sigua viva y su historia reconstruida  

Virgen Vieja de Moncalvo

Es como un grito, esas heridas. Un grito, un grito antes del colapso, antes del derrumbe. Llevas siglos, siglos aguantando para contar tu historia, la de un poblado que desapareció sin dejar rastro, la de tu gente. No cedas!.

Resiste, Virgen Vieja de Moncalvo, vieja pared de una antigua iglesia gótica de mediados del siglo XIII. Iglesia de una aldea, de un pueblo que rebosó vida.

Mantente en pie, para que sigamos contando tu leyenda, sigamos fascinados por tus secretos, por tu historia y magia. Para que no caiga en el olvido y se derrumbe con tu caída.

Resiste Virgen Vieja de Moncalvo!!!

Diario del Alto Aragón, 21 de septiembre del 2025.

Relato de raíz

El repique de campanas, intenso y enérgico, anunciaba fiesta. Su sonido repetido y continuado se extendía a lo largo y ancho del pueblo y la gente corría apresurada. Se sentía hasta en los campos más cercanos desde donde venían los campesinos. Los caminos y calles eran un ir y venir de gente, con sus gritos y alborotos, tal y como un día de fiesta.

Como un día de fiesta, de celebración, las campanas de la majestuosa iglesia gótica no cesaban de sonar una y otra vez, repicando sus campanas con su toque característico de fiesta. Todos corrían a la iglesia, familias enteras con sus hijos y mayores, todo el pueblo acudía presuroso al sagrado templo.

No podía ser otra cosa, el toque a fiesta no podía fallar, pero nunca antes había sido tan intenso y enérgico. Tenía que ser fiesta, no podía ser otra cosa, mientras algunos rezaban bajo el incesante repique de campanas o se agolpaban en los muros, abrazados y tranquilizando a los más pequeños. No, no podía ser otra cosa.

Ya nunca más volvieron a sonar las campanas en aquel lugar olvidado de Los Monegros. Nunca más sus casas volvieron a echar más humo que el que acabó consumiendo su historia, nadie volvió a pasear por sus calles, ya nunca más volvieron los días de fiesta.

Nadie os llorará y aquella consumida historia dará paso a leyendas del viejo y olvidado poblado de Moncalvo. Y nunca más nadie os recordará, Virgen Vieja de Moncalvo, ni de vuestras vidas ni de vuestras piedras, nunca más volverán a sonar las campanas, ni volverán los días de fiesta. Ya nunca más…

El viejo poblado de Moncalvo fue una población de Los Monegros, a escasos kilómetros de Pallaruelo de Monegros, cuya historia el tiempo borró. El pueblo quedó arrasado y sus gentes perecieron. Hoy en día solamente una pared de la vieja iglesia gótica de Moncalvo atestigua su pasado. Moncalvo, lugar de leyendas.

A la memoria de los habitantes del desaparecido poblado de Moncalvo.

Ya no cantan los gallos a cada amanecer, ni se tañen las campanas, ni las chimeneas humean vida. Solamente hay vértigo.

Ya no se oyen gritos y el alboroto de zagales y zagalas correteando por tus calles. Los lloriqueos y risas no resuenan por el viejo poblado olvidado.

Ya no se habla, ni se cuentan historias, ni hay saludos ni despedidas. Ya hace años y años, incluso siglos. Ya nadie te recuerda, ni te nombran.

Ni se oyen carros ni caballerías recorriendo sus sitios y rincones, ni se siente el ir y venir. Ni las sombras se dejan entrever en un vacío de rastros borrados.

¿Dónde se perdió tu historia? ¿Dónde se ausentó? Viejo pueblo olvidado, de memoria arrebatada y pasado callado. ¿Dónde fueron a parar tus misterios?.

Casi desaparecido, ni la huella de las casas y calles perdura. Solamente hay vértigo, solamente una pared de una remota iglesia que apenas resiste, viendo como somos cómplices del cruel silencio e injusto olvido.

Pervive como si nunca hubieses existido, viejo poblado de Moncalvo, donde solamente hay vértigo y miedo a dejar de caer.

Diario distópico de Los Monegros

Día 38 de aislamiento, 21 de abril del 2020.

Federico, el pastor, pasó pronto por la mañana, habían dado aguas y aprovechó la mañana para apacentar el rebaño. La cosa parecía que iba a mejor pero continuaba muriendo gente, todo va para largo y por ahora alargan el confinamiento hasta el once de mayo. –Lo peor- decía Federico –la que nos viene encima con la economía, va a ser la ruina-.

Por la tarde se quedaron al cobijo de la caseta mientras una fina y constante lluvia fue cayendo. La sierra fue recogiendo el agua, esta es buena, la va absorbiendo la tierra y el monte y los cultivos la agradece. La sierra se extiende desde Tardienta hasta La Almolda sin dejar de tener continuidad con la sierra de Sijena a través del monte de Pallaruelo. Una zona preciosa el monte de Pallaruelo, con su barranco de la Peña y el estupendo sabinar. Desde el alto de la Portellada se contempla en su esplendor el sabinar de Pallaruelo y la vista se puede extender a través de Los Monegros norte y la sierra de Guara hasta los altos Pirineos.

Por el monte de Pallaruelo, a mitad camino al monasterio de la Cartuja de las Fuentes permanecen los restos de una antigua iglesia gótica. -¿En mitad del monte?- preguntó Josete. –Sí- respondió yaya María – Resiste en pie una sola pared de la una antigua iglesia y ya nada más queda-. Los restos responden a un antiguo poblado que existió hace siglos y que desapareció sin que su historia llegue a nuestros días. -¿Nada?- se mostró extrañada Clara –Solamente la solitaria pared- respondió yaya María –resiste a la desmemoria-.

-Hay leyendas que cuentan que fueron asesinados por no pagar impuestos, quemados vivos dentro de la iglesia y su historia la borró el tiempo-. -¡Qué horror!- concluyeron todos a la misma vez. Del viejo y desaparecido poblado de Moncalvo ya no queda nada de su memoria, de sus calles, de sus gentes, resulta misterioso e incomprensible- ¿Cómo se ha olvidado la gente de todo un pueblo?- preguntó extrañada Elisa. -El tiempo borra muchas cosas-, explicó yaya María.

Elisa empezó a dudar si ya estuvieron antes los marcianitos y fueron los verdaderos culpables de la desaparición del viejo poblado de Moncalvo -¡Malditos marcianos!. A partir de ahora la memoria de Moncalvo permanecerá viva, Elisa la mantendrá viva con su recuerdo y no dudará en transmitir su historia. Será como una Labordeta, que entre sus ruinas hizo sonar su guitarra y voz.

Diario distópico.

Un lugar con misterio

Víctor es de Pallaruelo de Monegros. Tiene una perra muy movida, la saca por el monte y corre y corre sin parar, de un lado a otro sin cansarse, brincando por todas las partes, descubriendo cada detalle. Es una perra con nervio, fuerte, ágil y alegre que no se sabe estarse quieta. En una de sus salidas, Víctor, junto a un amigo, fueron a Moncalvo, abrieron la puerta para que saliera la perra corriendo pero esta, al salir, se quedó quieta al lado del coche y se sentó. Había algo extraño, algo notaba la perra, algo especial que enseguida inquieto a Víctor y su amigo. Decidieron marcharse.