El Pimendón, periódico de Robres, lleva 35 años publicándose con 179 publicaciones. Su director, Pedro Oliván nos acerca la historia del periódico, un referente cultural en Los Monegros y ejemplo del esfuerzo y el trabajo en pro de la cultura desde el medio rural.
Pedro Oliván. Director.
Queda muy lejano en el tiempo y muy desdibujado en nuestra memoria aquel día 13 de agosto de 1988 en el que se presentaba al público en Robres el n.º 0 de una revista-periódico escrito a máquina sobre ciclostil oliendo todavía a tinta fresca.
Su cabecera recibió el nombre de nuestra loma (lometa) el Pimendón, situada al sur de nuestro casco urbano, en cuyas laderas, en sus cuevas, o sobre su cima hemos jugado y peleado con palos, cañas y tiradores tantas pandillas de críos en aquellos tiempos de posguerra y previos a la televisión y los juguetes sofisticados.
Las inquietudes de dos o tres grupos de jóvenes, con estudios, sensibilidad y afán de compromisos socioculturales, a la vez que un clima de nuevo estilo de gestión democrática en Robres, propiciaron ese caldo de cultivo necesario para que pudiera nacer este proyecto sociocultural de EL PIMENDÓN.
Con una gran ilusión y entusiasmo se fueron llenando de contenido los primeros números a un ritmo bimestral sin temor al cansancio o al agotamiento de los posibles temas informativos a abordar, haciendo caso omiso a algunas opiniones socarronas de una minoría de escépticos o incrédulos que auguraban un recorrido breve a nuestro experimento. Hoy resulta evidente, afortunadamente, que se equivocaron en sus pronósticos.
Pero me parece muy importante reflexionar sobre por qué se equivocaron esa minoría de vecinos incrédulos o escépticos, pues la trayectoria de EL PIMENDÓN desde aquel n.º 0 hasta este n.º 179 en 35 años de actividad ininterrumpida no se explica tan fácilmente ni por el azar, ni porque sí. No es un fenómeno único, pero sí que tiene bastante de especial o excepcional, si tenemos en cuenta el contexto del periodo social y el ámbito rural en el que se ha desarrollado.
No es un fenómeno único, pues desde la transición democrática a finales de los 70 y en la década de los 80 comienzan a publicarse en nuestra zona de Monegros y en la provincia de Huesca revistas y periódicos similares a nuestro Pimendón, bien desde organismos y entidades oficiales y políticas, bien bajo una iniciativa mixta sociopolítica, socio religiosa u otras.
En Sariñena aparece la revista mensual Monegros (1975), que duró 5 años; un poco más tarde aparece la revista QUIÓ (1986) con carácter bimestral, que sigue activa en la actualidad; en Lanaja surge la revista DESPERTAD (1978) con periodicidad cuatrimestral y que se mantiene viva; en Robres nace nuestro PIMENDÓN (1988) con periodicidad bimestral y en la actualidad trimestral; en Leciñena surge la revista MONTESNEGROS (1992), financiada por varios ayuntamientos de la Mancomunidad de Monegros-sur; también en Leciñena comienza a publicarse SANTUARIO DE MONEGROS (1992), promovida por la Asociación de N.ª S.ª de Magallón de Leciñena, Perdiguera y Robres; en Lalueza surge la revista EL RECAUTILLO (1996), ahora desaparecida; en Grañén aparece FLUMEN XXI (2000), que se mantuvo activa solo 2 años y medio; en Almudévar se ha editado VIA LATA desde el año 1982, ahora también desaparecida; en Labuerda se publica EL GURRIÓN desde 1980 con periodicidad trimestral.
En la actualidad intercambiamos nuestro periódico con las siguientes publicaciones en la provincia de Huesca: La Ronda de Boltaña, Amigos del Serrablo (Sabiñánigo), Despertad (Lanaja), Via Lata (Almudévar), Asoc. Cult. Senense (Sena), Gaiteros de Aragón (Zaragoza), Guaraguás (Aguas), Guayente (Eriste), 4 Esquinas (Huesca), Asoc Cult. Subordán (Hecho), El Gurrión (Labuerda).
Queda pues bien claro que no constituimos un fenómeno único. Lo que sí tiene nuestro PIMENDÓN es algo muy genuino y especial porque nace de la ilusión y el compromiso de un grupo de jóvenes con sensibilidades y posicionamientos distintos que se plantearon un objetivo común; porque apostó y sigue apostando por ser autónomo en su funcionamiento en base a sus socios suscriptores; por la neutralidad y la objetividad máxima posible en el tratamiento de la información, en la libertad de expresión correcta y respetuosa y en la pluralidad de los temas y tendencias abordados; porque ha contado con el compromiso firme, altruista y generoso de sus tres directores y sus respectivos equipos de redactores y colaboradores; porque ha mantenido el apoyo económico y constante de sus suscriptores y su respaldo a la línea de trabajo; porque ha logrado ocupar un espacio respetable y reconocido en el ámbito social, tanto por las instituciones y organismos públicos como por los medios de comunicación provincial y autonómico; porque a cualquiera que lo conoce le resulta increíble que EL PIMENDÓN surja y siga adelante desde un pueblo tan pequeño como Robres tan solo con un equipo de voluntarios y un presupuesto tan ajustado y austero.
Por eso nos parece increíble y admirable también a quienes estamos tan metidos en esta aventura sociocultural, cual robresinos quijotescos en nuestra estepa monegrina. Y es que abruma coger en las manos cualquiera de los 15 tomos encuadernados de los 178 números de nuestro PIMENDÓN e ir hojeando sus páginas dejándolas deslizarse entre nuestros dedos.
Impacta bastante pensar en la cantidad de información recogida sobre la vida e historias de nuestro pueblo que hemos conseguido plasmar y dejar disponible para las generaciones futuras: una enciclopedia sustancial de Robres.
Hemos publicado distintos monográficos sobre el Dance, la Gaita, el vino, los oficios artesanos, los juegos tradicionales, la iglesia parroquial, el agua, la música, el teatro… Damos a conocer nuestra microhistoria, nuestras tradiciones y modos de vida, nuestro patrimonio arqueológico e histórico, velamos por el mantenimiento del Museo Etnológico Municipal, vamos reflejando la crónica de nuestro presente, promovemos jornadas y eventos como las Navidades Culturales y las Trabadas de Gaiteros.
Estoy convencido de que nuestro periódico EL PIMENDÓN no habría podido desarrollar sus objetivos iniciales y llegado hasta hoy sin la sólida estructura en la que se asienta: la de EL PIMENDÓN como ASOCIACIÓN CULTURAL y su multitud de colaboradores.
Las inquietudes socioculturales del periódico necesitaron muy pronto una estructura organizativa estable y autónoma en forma de asociación y así se fundó la Asociación Cultural EL PIMENDÓN en septiembre de 1994. Desde esa nueva estructura organizativa fuimos asumiendo nuevos objetivos, como el de hacernos cargo del Museo Etnológico instalado en una de las viviendas de maestros, promover las Navidades Culturales, organizar las Trobadas de Gaiteros, así como colaborar con el Ayuntamiento y las demás asociaciones de Robres en otras actividades colectivas. La Asociación Cultural nació desde la vivencia de unas convicciones y las nuevas necesidades del equipo de redacción de EL PIMENDÓN. Cada una de esas actividades que hemos venido desarrollando no se habrían podido llevar a cabo sin el apoyo y entrega personal de muchos y muchas vecin@s y la generosidad de tantos amigos y amigas de fuera de Robres que han aceptado nuestras invitaciones a participar en nuestros proyectos. A través de estos proyectos hemos ido también creando vínculos de estas personas con nuestro pueblo que siguen perdurando en el tiempo.
Este edificio de EL PIMENDÓN se ha venido construyendo piedra a piedra, pieza a pieza o escrito a escrito, con la aportación voluntaria y entusiasta de tod@s es@s miembros que han venido integrando los sucesivos equipos de redacción en el periódico y en las juntas de la Asociación, y todos nuestros colaboradores .Con una tirada impresa de 320 ejemplares con un promedio de 40 páginas mantenemos un contacto asiduo de residentes en el pueblo con los robresinos y robresinas afincados por la geografía nacional, así como un número significativo de suscriptores interesados en seguir el desarrollo y la vida de nuestro pueblo.
Desde 2005 nos damos también a conocer en las redes sociales a través de nuestro Blog: http::/www.robreselpimendon.blogspot.com donde dejamos a disposición de los internautas los artículos más destacados de nuestra publicación.
Pedro Felipe Sanz Mazuque, hijo de Juan y María, nació en Sariñena el 1 de agosto de 1905 y falleció en la Seu de Urgell (Lérida) el 23 de noviembre de 1938. Labrador de profesión, estaba casado con Carmen Grustán Abadía y tenía 2 hijos, Pilarín y Mariano. Lo conocían como “El Negus” pues su piel morena evocaba al famoso emperador etíope Haile Helasi.
Pedro perteneció al sindicato UGT y formó parte del Consejo Municipal de Sariñena, del 2 de abril de 1937 hasta la caída de Sariñena en marzo de 1938 (Actas del Consejo Municipal de Sariñena), además fue nombrado juez efectivo de Sariñena (Acta 10 de junio de 1937). Formó parte de la colectividad de Sariñena, donde Carmen trabajaba como panadera. Según testimonio de Carmen en aquel momento la relación con las milicias del POUM, “los del PUM”, no era buena. Relataba Carmen una noche en la que varios miembros del POUM fueron a buscarlo a su casa y salió ella por la ventana y les dijo “ya pueden irse de aquí que no está”, como medida para evitar un posible conflicto. Tal vez era el mantenimiento del frente y el de la retaguardia lo que generaba los conflictos. Su cuñado José Grustán Abadía siempre destacó la honradez y generosidad de Pedro. Así como su espíritu colectivista que recordaba rememorando una vez en la que se encontraban trabajando la tierra cerca de la estación y al ver pasar el ferrocarril Pedro le dijo “algún día ese tren será nuestro”. Carmen lo quiso durante toda su vida. Murió el 25 de noviembre de 1996.
CDMH_PS_SERIE_MILITAR_C1173_0001
En el Centro de la Documentación de la Memoria Histórica de Salamanca aparece la ficha de Pedro como miliciano en el cuerpo de milicias sección rural. La ficha es producida por la Delegación Nacional de los Servicios Documentales (España), creada en 1944, con la función de clasificar e informar de antecedentes sobre las personas físicas y jurídicas, especialmente a la Dirección General de Seguridad.
Tras la caída de Sariñena, de acuerdo con el testimonio familiar, Pedro marchó a Barcelona donde acabó como guardia de Asalto. Finalmente fue destinado a Martinet, a 5 km de la Seu de Urgell, donde realizó, principalmente, controles. Allí fue herido y conducido al hospital de la Seu de Urgell, donde falleció. Su hija Pilarín nació en la Calle Castillejos de Barcelona el 17 de septiembre de 1938, dos meses antes de que muriera su padre. Él la vio una vez, cuando nació que le dieron permiso. Su hijo Mariano tenía entonces 9 años.
A su entierro asistió su cuñado José Grustán Abadía, que trabajaba como cocinero en Barcelona. Siempre, a la familia, les quedó la extraña sensación que algo raro había sucedido “Murió en extrañas circunstancias” y siempre han quedado dudas sobre las circunstancias de su muerte “Incluso se llegó a decir que si se tiró por la ventana del hospital o lo tiraron. Cuentan que salió por la ventana volando”. José llegó a decir que quizá “Lo tiraron los mismos compañeros”. Parece que sufrió grandes dolores, sobre todo en la cabeza, insoportables, y gritaba constantemente de dolor. Tras acabar la guerra Carmen y sus hijos Mariano y Pilarín pudieron regresar a Sariñena, hecho que no hubiera sido posible de vivir Pedro.
Su acta de defunción nº 67 (Tomo 24, página 34 de la Sección 3ª del Registro Civil de la Seu d´Urgell) está fechada el 30 de noviembre de 1938 en la Seu de Urgell ante Ramón Camps Garriga, suplente juez popular, y Josefa Masgran Guitar, secretaria habilitada. Figura como profesión Guardia de Asalto y falleció “En el hospital de campaña el 23 de noviembre de 1938, a las catorce horas, a consecuencia de neumonía traumática bilateral, según certificado facultativo y reconocimiento practicado y su cadáver habrá de recibir sepultura en el cementerio de esta ciudad. Esta inscripción se practica en virtud de un compañero del difunto consignándose además se ignora si ha otorgado testamento, habiéndola presenciado como testigos D. Luis Guillermo y D. Simeón. Son mayores de edad y vecinos de la presente.”
Gracias a Queralt Solé Barjau, Departament d’Història i Arqueologia Secció d’Història Contemporània i Món Actual Universitat de Barcelona, sabemos que por la zona de la Seu de Urgell «Se ubicó un Hospital en la población, del X Cuerpo de Ejército, donde murieron 70 soldados que fueron inscritos en el Registro Civil. Estaba instalado en el convento de Lestonnac, pero poco más se conoce de su funcionamiento. Tampoco se conoce dónde fueron inhumados estos soldados, siendo lo más probable que lo fuesen en el cementerio de la ciudad, que no está lejos y es y era grande. Años después, se instaló en la Seu d’Urgell un destacamento militar, en el castillo existente, y se hicieron suya una parcela del cementerio para enterrar a los soldados que morían. No es improbable que esta parcela fuese la que previamente se había utilizado durante la guerra y enterrado a los 70 soldados muertos en el convento. Esto mismo, de hecho, sucedió en el cementerio de Manresa. El año 2008 visité el cementerio y documenté que en la fosa de los militares hay una inscripción: “El CZM [Cuerpo de Zapadores de Montaña] Arapiles a sus compañeros fallecidos”.
Para el historiador Pau Chica Fernández «Siendo Guardia de Asalto y de fuera, si se le entierra en la Seu es posible que se hiciera en fosa común. En el cementerio de la Seu había una fosa común donde aún hoy habrían los restos de los soldados que morían por la zona. Desgraciadamente, el lugar de la fosa común está sin señalizar y pasa aún hoy totalmente desapercibido, al lado de los nichos nuevos realizados en los últimos años.»
A pesar de todo, su familia desconoce el lugar donde reposan sus restos. Para su nieta Pepa Casas Sanz, siempre ha habido dudas sobre lo que verdaderamente sucedió “Si murió porque estaba en la lucha y lo hirieron o qué pasó. Es contradictorio, lo de neumonía traumática bilateral, tiene que ver con una herida de guerra o con una enfermedad.”
Encontrar sus restos es aún una cuestión pendiente 84 años después.
Gracias a Queralt Solé Barjau, Jordi Oliva i Llorens (El cost humà de la Guerra Civil de 1936-1939), Pau Chica Fernández y a Climent Miró Tuset.
Alfonso I el Batallador, tomó Zaragoza a los musulmanes en el año 1118, con él combatieron nobles como Gastón de Bearn y Céntulo de Bigorra. Pero ¿qué es el Bearn? ¿y la Bigorra?. La provincia de Huesca limita al norte con el Bearn (al oeste) y la Bigorra (al este), son pues nuestros vecinos del norte, hoy franceses. La capital del Bearn es Pau y la capital de la Bigorra es Tarbes. Tanto el Bearn como la Bigorra forman parte de la región llamada Gascuña. Gastón de Bearn era primo político de Alfonso I el Batallador, fue el gobernador de Zaragoza y tenente de Barbastro y Uncastillo. Muchas de sus tropas se establecieron definitivamente entre nosotros y por lo tanto nos dejaron sus apellidos.
Por Pedro Mir Tierz
He aquí una relación de apellidos gascones que nos pueden hacer reflexionar:
En el verano de 1973, en un viaje por tierras de Normandía, Pedro Mir Tierz descubrió la música bretona, con bombardas y gaitas escocesas, bailes An Dro que tanto le evocaron al dance de Sariñena y al dance aragonés en general, dejando profunda huella para toda su vida. Esa misma noche, Pedro soñó con aquellas melodías tan semejantes a las mudanzas del dance y en aquella atmósfera mágica, de deleite ensoñación, los danzantes de Sariñena aparecieron bailando, fusionándose, quizá, con sus propias raíces europeas.
Martín Blecua, Marcel Gastellu y Pedro Mir.
Pedro, aunque es de Sariñena, nació en Huesca el 5 de abril de 1953, de casa Soto por parte de madre y de casa “El Francés” de Lalueza por parte de padre. En Sariñena vivió hasta los diez años, después marchó a vivir a Zaragoza donde se licenció en químicas. Pedro se ha dedicado a la docencia, ejerciendo en Sevilla, Soria y en Alcañiz donde actualmente reside.
Folclorista e investigador es un enamorado de la gaita de boto aragonesa, instrumento del cual ha sido pieza clave y fundamental en su recuperación. Tras el sueño de Normandía, Pedro comenzó a investigar la gaita de Sariñena, tratando de conocer sus particularidades y su distribución, “poco a poco fue inevitable hacer algo para evitar su desaparición”. Juan Mir Susín, tío de Pedro, dejó de tocar la gaita en 1975, dejando huérfanos de gaitero y gaita al dance de Sariñena.
“El dance puede ser una de las raíces más antiguas de Europa, nos conecta con otros pueblos.”
Su magnetismo con aquellas melodías bretonas llevó a Pedro a conocer la música de Alan Stivels, un cantautor y arpista francés de Bretaña muy conocido por fusionar la música tradicional bretona con sonidos contemporáneos como el rock, así como con las músicas de otros países célticos (An Dro Nevez). Al entonces mayoral de Sariñena Antonio Susín le puso la música de Stivels: “No le extrañó, vio normal que otros pueblos de Europa tuviesen una música parecida al dance de Sariñena”. Alan Stivels reconstruyó con su padre el arpa bretona y además toca la bombarda y la gaita.
En 1974 Pedro conoció a Ánchel Conte, en una charla sobre el aragonés en el Pignatelli, Conte le contó que había dejado la gaita de Bestue a Juan Antonio Urbeltz, de San Sebastián, para su estudio. Juan Antonio Urbeltz intentó “tímidamente” usarla en el País Vasco, a partir de entonces hubo intentos de apropiarse la gaita de boto aragonesa, la querían llamar “gaita de los pirineos centrales” y así fue bautizada en los trabajos del Conservatorio Occitano de Toulouse. Pero Pedro no dudó en reivindicarla, aportando información y destapando mentiras: “Incluso habían negado la existencia de la gaita en Sariñena e inventaron la historia del vestido de la niña para la gaita”. Además, Juan Antonio Urbeltz compró a Juan Mir un clarín y una bordoneta.
Pedro Mir y Martín Blecua
Es en 1976 cuando Pedro, con su gran amigo y gaitero sariñenense Martín Blecua Vitales, comienzan a trabajar en la recuperación de la gaita de boto aragonesa. En 1980 consiguieron que el pastor de Sangarrén, Clemente Brun, realizase una copia a mano de la gaita de Juan Mir: “La Famosa”. “Fue hecha con mucho amor pero tenía dificultades técnicas al ser copia de una gaita hecha a mano, salvo el clarín. No es que estuviese desafinada, para tocar el dance valía. Con ella el musicólogo belga Herman Vuylsteke, acompañado de Arcadio Larrea Palacín, grabó varías mudanzas con Martín Blecua en el casino de Sariñena, de allí salió un disco en una colección etnológica europea”.
“La gaita era un instrumento que utilizaban los romanos, sus tropas desfilaban con gaitas y así se va extendiendo a lo largo y ancho del imperio romano.”
Al poco tiempo, en agosto de 1980, Pedro conoció al artesano francés Marcel Gastellu Etchegorry, que estaba construyendo 6 copias de la gaita de Bestue, del antiguo gaitero Juan Cazcarra de Bestué (Huesca), para Juan Antonio Urbetz. El 2 de septiembre de 1980, el día de san Antolín, apareció en las fiestas de Sariñena Ángel Vergara, después de la actuación del dance habló con Martín y Pedro y vio La Famosa: “como él tocaba la gaita gallega tenía mucho interés en tener una gaita aragonesa”. A partir de entonces quedaron con verse en Zaragoza y Pedro conoció al grupo del que formaba Ángel Vergara “Ticotán”. Al final, las seis gaitas de boto aragonesas no fueron vendidas y en un acto de justicia, Marcell Gastellu regaló tres de las seis gaitas a Martín, Pedro y Vergara.
“Con Ticotán, el dance de Sariñena, Josefina Loste y Os corros des Bailes de san Chuán de Plan nos fuimos a Tarbes, Martín con La Famosa y Ángel con una copia de la gaita de Bestué con escala rectificada. Lo organizaron allí jóvenes de Tarbes como Pierre Loubère y Alain Founeau. Por eso años después, Antonio Pereira me presentó a Mario Gros y Luismi Bajén.”
En 1983 Mariano Pascual, jefe del dance de Graus, hacía de transportista en los viajes a Francia “Pues no teníamos ni coche ni dinero. Nos alojaba Pierre Loubère en su casa en Orleix, cerca de Tarbes”.
“Es un sonido antiguo, hipnótico con el sonido continuo de los bordones, la escala de Do es una de las más antiguas que se conocen”.
Con el clarín viejo de Bestue también se encontraron con problemas de afinación, estaba en Do sostenido y no daba para muchas de las mudanzas. El músico francés Yan Cozian resolvió el problema de la afinación rectificando la escala del clarín a Do.
«Los clarines viejos tienen una escala musical del siglo XVII y hoy pueden tocar sólo con instrumentos en los que el intérprete pueda buacar las notas alteradas. No tienen ningún problema para tocar los dances. Pero no pueden tocar con instrumentos de afinación actual como el acordeón, guitarras etc. Por eso Yan Cozian modificó la escala, variando el diámetro de los agujeros y las distancias para hacerlos en una escala en Do centrada y poder tocar con todos los instrumentos, incluídos dances.
No se puede recuperar un fósil y limitarlo. Es importante que los dances conserven la afinación antigua como referencia para los estudiosos y generaciones venideras. Hoy sólo Sariñena suena con copias de clarines viejos y algún amigo de Zaragoza.»
En 1993 Pedro participó en el simposium sobre la gaita europea de Lugo, donde se encontró con Jean-Luc Matte, autor de un libro único sobre la iconografía de la gaita en Francia y excelente intérprete de chabretta lemosina. Jean-Luc, vista la manipulación obvia de pruebas para denominar nuestra gaita como de los Pirineos Centrales, por parte francesa, se comprometió a luchar por nuestra causa y defendió la gaita de boto aragonesa frente a la manipulación de Urbetz. Definitivamente, con trabajo y reivindicación, actualmente la gaita de boto es un instrumento propio aragonés y reconocido internacionalmente.
“Cuando la gente escucha la gaita hay un 50% de personas a quienes le gusta y el otro 50% a quienes no”, Pedro sencillamente es de la mitad del sí, es todo un enamorado de la gaita de boto aragonesa.
Quedaba mucho trabajo aún “No se podían perder todos los conocimientos”, así que con Martín Blecua se esforzaron en reforzar el repertorio de Sariñena y recuperar todas las mudanzas. Fue fundamental el trabajo de Julia Valdovinos, profesora de música de Castejón de Monegros que transcribió las diferentes melodías del dance de sariñena, melodías que luego Mario Gros actualizó. Fruto de aquel trabajo dio como resultado en 1998 el libro “La Gaita de Boto Aragonesa” que Pedro Mir realizó junto a Martín Blecua. Gracias a la Asociación Gaiteros de Aragón (AGA), que aportó la mitad del dinero, y el Rolde de Estudios Aragoneses pudo publicarse el libro.
Actualmente Pedro lleva muchos años dedicado a la construcción de cañas, buscando la caña perfecta. Espera en un futuro escribir el manual de construcción de cañas para gaitas. Toca poco la gaita, no muy bien, al principio le enseñó algo Martín con un cifrado de números que le escribió, “Llevo varios años yendo a clases de gaita y leo con partitura, pero apenas practico, porque en casa los vecinos me matarían.” Pedro profesa una gran amistad con Martín, “A partir de 1976 Martín dignificó, junto a su hermano Luis, el dance de Sariñena. Martín es el único referente de gaitero aragonés heredero directo de los grandes gaiteros monegrinos”.
Pedro ha formado parte de esa gran familia entorno a la gaita de boto aragonesa, imprescindible en su recuperación y dignificación. Formó parte como investigador de Biella Nuei, un proyecto que contó con dos vertientes: la investigación y la difusión de la musical tradicional. Además, Pedro fue homenajeado en la VI Trobada de la Gaita de La Almozara “por su labor divulgativa de la música tradicional” y en este 2018, junto a Martín Blecua, será pregonero de las fiestas de san Antolín de Sariñena.
Sin duda alguna, la recuperación de la gaita de boto aragonesa ha contado con grandes personas, apasionados de la música y las tradiciones, formando un gran equipo. “Compartir estas pequeñas pasiones, tan minoritarias hace conocer a gente muy especial”. Personas excepcionales, una gran familia con un gran capital humano digno de reconocer.
El hipnótico Morfeo, en contra de Zeus, encendió la llama de la gaita de boto aragonesa y reveló el secreto de la vida, aquellas pequeñas cosas que son enormes, que nos unen y nos forjan como pueblo, que vuelven a vibrar cada vez que un gaitero o gaitera, entre el brazo y el costado, acomoda su gaita y comienza a soplar, descubriendo el característico rugido de la gaita de boto aragonesa que despertó tras el maravilloso sueño de Normandía.
En mitad de Los Monegros, en medio de la nada, permanece férreamente erguida una solitaria pared. Una pared que estoicamente resiste y lucha por su propia existencia, en medio de la soledad, del silencio y el olvido. Es un lugar con un cierto misterio, donde el paso del tiempo ha borrado la historia, donde el olvido se ha apropiado de la memoria y solo su leyenda ha permanecido. Allí, allí queda oculto el recuerdo de un pueblo ya sin apenas ruinas y que se desvanece en la profundidad de la triste indiferencia.
Poblado de Moncalvo
El desaparecido poblado de Moncalvo se encuentra entre las localidades de Pallaruelo de Monegros y Lanaja, a unos tres kilómetros en línea recta de Pallaruelo de Monegros, pueblo hermano del que distan unos escasos tres kilómetros. Se accede a través de la carretera A-1221, cogiendo el camino de Moncalvo, hacia el sur, entre los kilómetros 10 y 11. Su vieja pared sirve de guía, apareciendo a los pies de una loma, cuya cota alcanza los 376 metros de altitud sobre el nivel del mar. En su lado sur se encuentra el barranco de Laforda.
Localización: Polígono 7 Parcela 56 Moncalvo, Sariñena (Huesca). Referencia catastral: 22294A007000560000BF. Titularidad: Ayuntamiento de Sariñena. Coordenadas: Longitud 41°42’49.8″N y latitud 0°14’27.1″W y UTM Uso 30 X729536 Y4621684 (Google Maps).
Moncalvo fue pueblo medieval de cierta entidad, en relación con la envergadura de su iglesia de la Virgen Vieja dedicada a San Pedro. Sus restos están incluidos en el Catálogo del Plan General de Ordenación Urbana de Sariñena bajo la referencia SA 024 «Iglesia de la Virgen Vieja». Desde el 2021, es de titularidad del Ayuntamiento de Sariñena. Por su importancia debería de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Plano altimétrico 1:25.000 de la Virgen Vieja elaborado entre 1900 y 1930. ICEAragón.
La leyenda de Moncalvo
Moncalvo guarda una leyenda entre sus ruinas que se ha ido transmitiendo entre generaciones. Una leyenda que narra como sus habitantes se revelaron contra los tributos que debían de pagar y que, por ello, hasta llegaron a asesinar a más de un recaudador. La respuesta fue despiadada y terrible, tan cruel que sirvió de escarnio para otras poblaciones y tan aterradora que su recuerdo se hizo casi imposible. Así, sucedió que tropas reales aparecieron mientras se encontraban celebrando misa en la iglesia de la Virgen Vieja, uno a uno les hicieron salir mientras los asesinaban a todos, hombres, mujeres, niños, niñas, bebes y ancianos. Luego, con palos de sabina, que habían clavado en el suelo, empalizaron sus cadáveres. Los expusieron como castigo ejemplarizante, empalizados para que otros pueblos contemplasen las consecuencias que conllevaba rebelarse contra el poder.
«Aquí en Pallaruelo siempre se nos ha contado la misma leyenda, siempre a los críos, siempre… No pagaban impuestos, iban a recaudar, venían de Huesca a recaudar impuestos y por lo que sea no querían someterse y entonces, a los recaudadores que venían al pueblo, los mataban. Porque les debieron de meter en tan apuro, en tan aprieto que dijeron-pues mira, única solución, matar a los que vengan a la recaudación-. Con que si, si… recaudador que venía, recaudador que se jugaba el tipo. Hasta que vinieron con fuerza mayor, entonces, el día de la fiesta mayor del pueblo, cerraron las puertas, llegaron muchísima gente a caballo, cerraron las puertas de la iglesia y fueron matando uno a uno, indiscriminadamente a todo el pueblo que estaba allí. El pueblo debía ser bastante antiguo, un amigo, encontró en una caseta una lámpara romana.»
Lourdes y Marga Alcubierre Pueyo.
De aquella matanza solamente escaparon el párroco y un monaguillo que consiguieron huir hacía Pallaruelo de Monegros. Pero al final fueron capturados y ejecutados en un campo al borde del viejo camino a Zaragoza. En el campo, durante muchos años, los vecinos y vecinas de Pallaruelo depositaban piedras en su recuerdo, una cada vez que pasaban, llegando a formar un gran montón que luego tuvieron que deshacer -Pues se comía parte del campo-.
«El cura salió, saltó por la ventana o tenía una puerta secreta. Se escapó para resguardarse en Pallaruelo, él y un monaguillo. Salieron a por él y en un campo de casa allí lo mataron, a él y al monaguillo. Y siempre nos lo han contado en casa, siempre. El campo estaba al lado del viejo camino a Zaragoza, era el camino que pasaba por Peñalbeta, el camino original que iba a Zaragoza, y entonces, como la ente transitaba mucho por el camino pues todo el mundo que pasaba ponía una piedra como… para liberar el alma de esas personas -una piedra por su pena-. En un momento determinado tuvieron que deshacer el montón de piedras porque se apoderaba del campo.»
Lourdes y Marga Alcubierre Pueyo.
Algunas otras leyendas cuentan como una mujer sobrevivió y dio origen a Pallaruelo de Monegros. Pero es evidente que las dos antiguas iglesias son contemporáneas en su época, por lo que las poblaciones coexistieron y, por su cercanía, debieron de mantener fuertes lazos familiares. De hecho, de la vieja iglesia de Pallaruelo de Monegros únicamente queda una única pared de su torre, estableciendo un cierto paralelismo en sus respectivas historias.
También narran como Pallaruelo de Monegros fue devastado, siendo pasto de las llamas, sufriendo un incendio que arrasó completamente el pueblo. Al incendio sobrevivió una mujer de la que descienden los actuales pallaruelenses. Al parecer, la mujer se había quedado en un pajar aislado y fue la única superviviente. También circula la versión que fueron ambos pueblos los que se opusieron a pagar los tributos y, en represalia, ambos pueblos fueron destruidos y su gente asesinada.
Solamente dejaron una pared de cada iglesia, testigo de aquellos hechos.
«Les llevaron a las gentes de los pueblos de alrededor para ver el escarmiento que les habían hecho, después de pasarlos a todos por degüello en la iglesia, los sacaron y les colgaban en la cantera de al lado unos palos y los clavaban ahí. Les metían toda la madera atravesando todo el cuerpo, y allí todos, te imaginas que espectáculo tan horroroso, les llevaban a las gentes de los pueblos de alrededor como diciendo –si no hacéis, si no nos pagáis estos impuestos, os pasa como a estos-. El abuelo Paco decía –Críos, mujeres, ancianos… todos estaban allí-. Entonces siempre quedó ese miedo en Pallaruelo -¡Qué nos puede pasar como a los de Moncalvo!-. Eso claro, ese miedo se ha transmitido, cada vez que voy me da un escalofrío.»
Lourdes y Marga Alcubierre Pueyo.
Esta es su leyenda, de la Virgen Vieja, pero también existe su historia en la que nos adentramos y descubrimos.
El yacimiento
La loma de la Virgen Vieja resulta muy interesante y revela la existencia de antiguos asentamientos. En su recorrido, a simple vista, aparecen diversas cerámicas superficiales. Entre ellas encontramos cerámica bruñida atribuible a la edad del bronce o del hierro, datando el yacimiento en la antigüedad, al menos en torno a los 500 años a.C. También aparecen cerámicas hispanomusulmanas, árabes, algunas vidriadas, esmaltadas, verde almohade o con colores. Además, cerámicas medievales, entre ellas con presencia de manganeso que nos lleva a situarla sobre el siglo XVI.
Entre otros muchos restos aparecen restos de arcilla sin hornear o presencia de una teja deformada, lo que lleva a plantear la presencia de un horno en el asentamiento, además evidencias como, posiblemente, algunas zonas debieron ser utilizadas para la extracción de arcillas.
Reseñable es la aparición de escoria o arrabio, un producto intermedio del proceso de fundición de las menas del hierro.
La realización de estudios arqueológicos futuros podrá desvelar muchos de los misterios que esconde el viejo poblado de Moncalvo.
Igualmente, en Pallaruelo de Monegros existió un asentamiento anterior al sur de su antigua iglesia del Salvador, dirección a la balsa buena. En su ubicación se aprecian abundantes restos de cerámicas.
La Virgen Vieja de Moncalvo
La heroica pared que permanece son dos paños de una cabecera poligonal de una antigua iglesia gótica de mediados del siglo XIII. Una antigua iglesia que se componía de una única nave, cubierta por una bóveda de crucería y cabecera poligonal: “La Virgen Vieja de Moncalvo». La Virgen Vieja respondía a las mismas características que la desaparecida iglesia de San Salvador de Pallaruelo de Monegros, construida por Arnaldo Vidal de Almenar en 1258; incluso aparecen idénticas marcas de cantería.
Detalle de la Virgen Vieja de Moncalvo
La iglesia de Moncalvo, conocida popularmente como la Virgen Vieja, obedeció a San Pedro; según referencia recogida en un pleito sucedido en 1860, citando un documento de 1445. El pleito respondía al aprovechamiento de ganados entre vecinos de -Castejón de Monegros, Balfarta, Capdesaso, Albaruela de Tuvo y Lalueza-. En dicha cita se encuentra la referencia a «San Pedro de Montalbo»-vista la concordia celebrada por el Consejo de Sariñena y los jurados de Castejón, Balfarta, Pallaruelo, Lalueza, Albaruela, Capdesaso, Lasardera, Lastanosa y Celadilla, en la anteiglesia de San Pedro de Montalbo, a nueve días de marzo de 1445. En ella se acordaba que sus ganados podían pastar en los terrenos comunes que -en la misma se designan- , por la que se regularizó –el uso que había de hacer del aprovechamiento mancomún de pastos para sus ganados en los terrenos de las aldeas ahora despobladas, en los montes realengos y en los comunes- (Real Decreto del Consejo de Estado firmado por Isabel II, publicado en la Gaceta de Madrid del 31 de enero de 1860. Boletín Oficial de Segovia Número 24 – 1860 febrero 24).
La festividad de san Pedro es el 29 de junio.
De hecho, al norte del desaparecido poblado aparece el paraje o monte denominado «Saso de San Pedro». Mapa del Instituto Geográfico y Catastral de España, mapa militar 1953.
Las ruinas de Moncalvo han ido desapareciendo, hay quienes cuentan que las piedras fueron usadas para la construcción de carreteras y otras construcciones locales. «En la cima debió de existir un castillo», comentan Lourdes y Marga Alcubierre Pueyo, a quienes se ha de agradecer que se mantenga y transmita la memoria de Moncalvo.
Si que parece cierto que muchas de las masadas del entorno contienen piedra de Moncalvo, en algunas se pueden observar las mismas marcas de cantería, como la flor de Lys. Aunque todo apunta a que a mediados del siglo veinte aún se podían observar las calles y restos de los muros de las casas. El camino pasaba por la calle principal del pueblo, entre muros de poco más de medio metro de altura y, cerca de la iglesia, había una pequeña plaza con una fuente.
Quizá, sea reseñable que próximo a Moncalvo se encuentra la finca «Manantial de Castanera«, manantial que debió e abastecer el poblado. Incluso el barranco solía llevar agua. En este sentido, de vueltas a mediados del siglo XX, el poblado pertenecía a Castanera, rico hacendado de Sariñena y comerciante de mulas, y los montes principalmente también, que eran montes comunes cuyos principales propietarios eran el propio Castanera, Juan José Torres y casa Ruata de Pallaruelo de Monegros. Castanera legó su herencia a su sobrino, Ricafort, quien ordenó a un maquinista P.H. de Sariñena que, por medio de una oruga, arrasase las viejas ruinas y así lo hizo, aunque con la torre no se atrevió, le dio miedo que se le cayera encima.
Fotografía aérea de 1986, se deja entrever la planta de la antigua iglesia. Cortesía Javier Navarro.
«El abuelo decía si vas, mírate bien que veras las calles, hasta la fuente, hasta un manantial que debía de haber por allí. Antes se veía, -yo, cuando iba de pequeña, me acuerdo que había trozos que hasta se veía el trazado parte de una calle-.»
Lourdes Alcubierre Pueyo
Torre Virgen Vieja Moncalvo.
El blog Sansalvadorota establece similitud entre las marcas de cantería de Moncalvo con las marcas de la iglesia de Santa María de Orta de Lérida y las marcas de cantería de la iglesia templaría del convento de San Salvador de Orta. La desaparecida iglesia leridana fue destruida por Felipe IV en el siglo XVII. Santa María la Vieja o Santa María la antigua, y las antiguas iglesias de Moncalvo y Pallaruelo guardan una relación con el convento de Orta, según el blog Sansalvadorota: «Todo indica una relación entre los tres centros religiosos y una historia que no la sabemos completamente».
Otras marcas dejadas en sus piedras responden a viejos pastores entre ellas la de pastores trashumantes. El etnógrafo Eugenio Monesma Moliner señala que es curioso que en algunos de los sillares se conservan grabados posiblemente de pastores de la montaña, probablemente del valle de Chistau por sus apellidos (Mur y Bruned). Los gravados representan cuchillos y sus nombres «una imagen, esta de los cuchillos, que encontramos en muchos abrigos y casetas pastoriles».
Además, en la vieja pared de la Virgen Vieja aún se pueden contemplar las marcas de la guerra civil, como el gravado de las siglas del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista).
Es una batalla desesperada contra el olvido, un testigo mudo de un pueblo arrasado y sin memoria, de un pueblo borrado que se desvanece, deshaciéndose en polvo en la aridez monegrina.
De la antigua iglesia de Pallaruelo de Monegros desmontaron el retablo mayor y lo colocaron en la nueva iglesia, no lo pudieron colocar entero y lo acortaron, algunas partes las tuvieron que colocar por los laterales. En la guerra civil sacaron las tablas y construyeron unas garitas de vigilancia para las entradas del pueblo, luego las desmontaron y dejaron las tablas en una era. Aparecieron unos hombres y se las llevaron, tenían una orden firmada por el obispo y sabían perfectamente lo que se llevaban. Lo más probable es que el altar se encuentre desperdigado por colecciones privadas de EEUU.
Moncalvo, curiosamente no se encuentre registrado en Los pueblos y los despoblados, de Antonio Ubieto, y, en palabras de Juan José Genérelo, Director del Archivo Histórico Provincial de Huesca, «Resulta sospechoso que, tratándose de una obra tan completa, no aparezca ese topónimo por lo que habría que pensar que debe tener un segundo nombre con el que sí aparecería en la documentación medieval y moderna». Pues parece que Moncalvo haya sido esquivo en las principales obras y descripciones sobre Aragón, línea que ya manifestó Manuel Benito Moliner «Moncalvo también fue pueblo aunque lo olvidan todas las obras geográficas publicadas hasta hoy» (Tierras y Gentes, Diario del Altoaragón 24 de mayo de 1998).
Tampoco aparece recogido «Moncalvo» en la obra Toponimia Histórica Aragonesa de Miguel Ballestín, limitando muchísimo su búsqueda. Aunque su topónimo, consultando el Nomenclátor Geográfico de Aragón, no ofrece mayor diversificación, resaltando tan solo su etimología aportada por la fuente «Pueblos del Alto Aragón» que define a Moncalvo como «Monte pelado».
Así, efectivamente, tal y como apuntaba Juan José Genérelo, la consulta de documentación histórica aporta gran diversidad del topónimo de Moncalvo siendo estas sus distintas formas: Moncalbo, Montcalvo, Montalvo, Montecalvo, Monsalvo y Monsalva. Por ello, su documentación histórica ha sido ardua pero al final ha ido dando resultados.
Retrayéndonos a 1100, es cuando Pedro I alcanza Sariñena y su entorno, siendo fecha aproximada en la posible «reconquista» del poblado o aldea, habitada o despoblada, de Moncalvo. Por ello, en 1170 el Rey Alfonso II de Aragón concede a Sariñena su “Privilegio de Población” por el que podía poblar una vasta extensión que se extendía por el este y sur de dicha villa, desiertos y poblados:
«… en el año pasado de 1170, se dignó el señor Don Alonso el segundo de Aragón, conceder a todos los hombres de Sariñena, que entonces allí estaban, o que en adelante fueran a poblar, por el deseo de que allí poblasen, y habitasen todos los términos de Sariñena, desiertos y poblados con todos sus montes y pastos, aguas, selvas y sotos, con todas sus entradas y salidas y pertenencias, de modo que mejor lo hubiesen tenido en tiempo de los sarracenos, o de los cristianos, o de modo alguno debían tener, para que todo esto lo poseyesen enteramente, lo trabajasen y llenasen aquellos y su descendencia para propia herencia suya, y para que hiciesen de ello en todo el tiempo a su propia voluntad. Les concede así mismo aquellos fueros de Zaragoza buenos y no malos, y que no diesen ni hiciesen a hombre alguno causa alguna sino las Decimas y Primicias a Dios, ni diesen lezda ni peaje en toda su tierra…»
Casa de Ganaderos de Zaragoza – Pastos ES/FCG – Caja 25_Ligamen 4_39.
Así, Sariñena queda definida sin nombrar específicamente su totalidad de poblaciones y aldeas: «… dono vobis terminos in primis Alberola, cum ommibus suis terminis, sicut vadit ad illa pena tallata quae est super Sodeto, sicut vadit per directum ad illa Torre de Cabañas, cum tota valle putrida, deinde sicut vadit ad caput de ipsa serra de Sella Maestra, de ipsa serra intus sicut aquas corrum contra Sarannyenam, sicut vadit per directum ipsa serra de Sella Maestra, usque alas almolas, deinde sicut vadit ad almoella totum intus, sicut vadit per directum ad ipsum caminum, qui transit per Bojaraloz sicut aquas corrunt contra Sarañenan, sicut vadit ipsum caminum per directum, usque Borjalaroz, sicut vadit, exit ipsum caminum usque ad Peñalba, sicut vadit ad valle Trabian, exit ad ipsos Germanellos, qui sunt ante Xixena, sicut exit ad ipsan Torremia, vadit exit ad ipsam Foratata,sicut vadit ad ipsan Torre de ipsa Ventosa,sicut vadit ad Alpicon de Ballara, sicut vadit per directum usque ad flumen de Alcanadre, sicut vadit ad podio Meler,sicut vadit, exit ad illa Boltorera, sicut iste predictae afrontationis, terminos includunt, dividunt. Dono,concedo vobis, vestris totum integriter quantum ego ibi habeo, habere debeo, vel ad mea voce regale pertinet, vel pertinere debet,sicut superius scriptum est, ad vestram voluntates imperpetum, …» (Elbaile Ollés, José. Lalueza, hechos del siglo XVIII).
Desde entonces se comienza a hablar en la documentación de “las Aldeas dependientes de la Villa de Sariñena”. Dichas aldeas eran doce, entre ellas Motalbo: Alberuela, Lalueza, Capdeaso, Lastanosa, La Celadiella, Salavert, La Sardera, Miranda, Pallaruelo, Valfarte, Montalbo y Castejón de Monegros; varias de ellas quedarán deshabilitadas en el s. XVI. Aunque José Elbaile Ollés llega a documentar hasta diecisiete las aldeas que pertenecían a Sariñena.
En 1284, una carta real de Pedro IV da cuentas sobre un embargo de bienes, entre ellos en la aldea de Moncalvo: «Mandato sobre el embargo de los bienes de Juan Garcés de Oriz, abad de Montearagón, fallecido el día de San Juan Bautista. De acuerdo con el mandamiento del rey, referente a la muerte de obispos y abades, por el cual se ordenaba embargar los bienes tras la muerte, entre otros embargos Ramón Pelegrín, «baile de Sariñena», se encargó de embargar los bienes que tenía en Sariñena y en las aldeas de Valfarta, Castejón (de Monegros), Pallaruelo, Moncalvo, Lastanosa, La Celadilla, Miranda, Salavert, Sardera, Capdesaso y de Tubo (Alberuela de Tubo).» (Cancillería, cartas reales de Pedro IV, caja 61, N.º 7364/).
Sariñena, a comienzos del siglo XIV, recoge José Elbaile Ollés, estaba conformada por las siguientes aldeas: «el territorio lo conformaba la villa de Sariñena, Castejón de Monegros, Valfarta, Lalueza, Lastanosa, Capdesaso, Alberuela de Tubo, Tubo, la pardina de Sodeto, Pallaruelo, Jubierre, San Juan, Vallsanta, Montebh, Moncalvo, La Sardera, Salavert, Castellones, la Celadilla y Miranda».
José Elbaile Ollés en «Lalueza, hechos del siglo XVIII» describe la organización de Sariñena y sus aldeas, recogiendo como la jurisdicción civil, criminal o administrativa correspondía a la Villa de Sariñena a través del Baile y Justicia: «Cada aldea tenía su Concejo, que presidía el jurado mayor. Podía haber dos jurados, un corredor (alguacil) y un secretario. Los jurados se elegían por sorteo. La villa y todas las aldeas tenían su propio diezmario (el terreno de cultivo que comprende cada lugar) y su boalar, una parte de monte cercano para el pasto del ganado. Con el resto de montes comunes y los boalares del territorio, se formó una dehesa común que llamaron Realengo, el Común o Comuna. La villa y aldeas arrendaban sus pastos y repartían los beneficios en dos partes, una para la villa y la otra para las aldeas. Lo administraban los jurados de la villa que representaban a Sariñena y los jurados de las aldeas a los que también llamaban jurados de comuna. Los representantes de la Comuna se reunían una vez al año en el mes de septiembre para el reparto de los beneficios. Hasta el siglo XV, gracias a los privilegios de población no se pagaban impuestos, salvo las decimas y primicias a la Iglesia: …non donetis, ne que faciatis ullo homini ullam causam nisi decimas, primitias, Deo, non detis lezdam ni pedage in totam meam terram…«.
En 1328, un documento trata de un vecino de «Montecalvo» (Moncalvo): «Comisión hecha al Justicia de Aragón, Jimeno Pérez de Salanova, de la salva de infanzonía de Martín de Fanlo, vecino de Montecalvo, aldea de Sariñena» (Cancillería, registros, nº429, fol.1v/ Salva de infanzonía del 28 de febrero de 1328).
Igualmente aparece en una relación judicial de 4 de abril de 1328, esta vez bajola denominación de «Monsalva» : «Reunidos los consejos de la villa y aldeas de Sariñena en la Iglesia de San Salvador, nombran a Marco de Sena, jurado de Sariñena, Domingo Lo Pico, vecino de Monsalva y jurado de la comunidad de aldeas de Sariñena, como procuradores especiales para que les representen en las próximas Cortes que se van a celebrar en la ciudad de Zaragoza, en la que se coronará a Alfonso IV» (Cancillería, pergaminos, Alfonso IV, carp.218, nº170/ Nombramiento. (4-04-1328)).
En el mismo 1328, aparece «Montalvo (Monsalva)» en una relación de administración de bienes: «Carta al justicia de Sariñena sobre Agnes, viuda pobre de Jaime Agrament, vecino de Barbastro, y la administración de los bienes en Montalvo (Monsalva), aldea de Sariñena, de su hija Martina, quien estaba bajo tutela de Pedro de Barba» (Cancillería, registros, nº430, fol.162-162v/ Mandato. (15-12-1328)).
En 1336 se encuentra mismamente «Montalvo (Monsalva)» en una carta de Pedro IV al sobrejuntero de Huesca y Jaca en las zonas de Sariñena y Ontiñena «Para que obligaran a Pedro Jordán de la Corona, vecino de Sariñena, a pagar cierta cantidad que debía dar a Domingo Melero, rector de la iglesia de Fuendejalón, ya que había recibido de Bartolomé Fernández, vecino de Montalvo (Monsalva), aldea de Sariñena, unos dineros que eran de dicho rector» (Cancillería, cartas reales, Pedro IV, caja 1, nº88/ Mandato. 24-05-1336).
En 1337, el rey de Aragón Pedro IV (1319-1387) permite a los habitantes de «Montcalvo y Pallaruelo», para que saliesen de la pobreza y despoblación en la que se hallaban, pudiesen vender sus pastos anualmente a gentes de otros lugares. Un documento en latín traducido gracias a Ánchel Conte Cazcarro. Cancillería, cartas reales, Pedro IV, caja 3, nº404/ Concesión. «Del Rey a los vecinos de Montealbo y de Pallaruelo de Monegros. Autorización a los mismos para vender sus tierras a personas extrañas»: «Carta de Pedro IV a los vecinos de Montalvo (Monsalva) y de Pallaruelo (de Monegros), aldeas de Sariñena, en la que concede ciertos privilegios de pastos y ganados para evitar la despoblación y pobreza de dichos lugares» (Fechada el13 de agosto de1337).
Entre los años 1348-1350, la peste negra asola a Los Monegros «Con el paso de los años algunas aldeas se fueron despoblando. Muchas desaparecieron con la peste negra» (Elbaile Olés, José). Cuando esto ocurría, afirma José Elbaile Ollés, se acordó, que los diezmarios de las aldeas muertas fuesen para la villa y los boalares para las aldeas.
En 1363/1370 Bernat Miquel escribe a Ferrer de Magarola porque el rey quiere redimir Sariñena y sus aldeas, así que le ruega que envíe copia del contrato de alienación a favor de Pedro de Luna (Archivo de la Corona de Aragón. ES.08019.ACA// ACA,COLECCIONES, Historia del Archivo,1,123).
El 19 de octubre de 1366 el rey Pedro IV, trueca la villa de Sariñena, sus aldeas y todos sus términos a D. Pedro de Luna por el lugar de Pinseque (Elbaile Olés, José).
El 9 de abril de 1372, representantes de Sariñena solicitan quitarse del señorío pagando las 13 mil libras jaquesas y 11 mil de Barcelona en que se había pactado la devolución y retornar a la corona (Elbaile Olés, José).
El 17 de mayo de 1373, el rey acepta la petición de Sariñena y acuerda su venta con Dña. Elfa Exerica, heredera de los Luna (Elbaile Olés, José).
En 1384, un pleito sobre los muros de la Villa de Sariñena cita Moncalvo: «Las aldeas y la villa tuvieron un pleito sobre la obligación o no de estas de contribuir en la reparación de los muros de la villa. Se sentenció en Tamarite de Litera siendo rey Pedro IV a favor de las aldeas. Entre ellas nombra a: Moncalvo, la Sardera, Moscallon, Miranda, Celadilla y Salavert» (Elbaile Ollés, José. Lalueza, hechos del siglo XVIII).
En el fogaje de 1405, censo del Reino de Aragón ordenado por el rey Fernando el Católico para recaudar el impuesto de las sisas, «Montalbo» contaba con unos seis fuegos.
En 1417,el Rey Alfonso pide a las cortes 70 mil florines de oro para recuperar todos los bienes enajenados por sus antecesores, de los que 10 mil libras correspondían a la villa de Sariñena y sus aldeas (Elbaile Olés, José).
En 1445 se produce la anteriormente citada concordia sobre los pastos comunes y su aprovechamiento y guardias, celebrado en la anteiglesia de San Pedro de Montalbo: «Vista la concordia celebrada por el Concejo de Sariñena y los Jurados de Castejon, Balfarta, Pallaruelo, Lalueza, Albaruela, Capdesaso, Lasardera, Lastanosa y Celadilla, en la ante-iglesia de San Pedro de Montalbo, á nueve dias del mes de Marzo de 1445, de la que consta haber acordado que sus ganados pudiesen pastar en los terrenos comunes que en la misma se designan, y que para custodia de esos terrenos se procediese al nombramiento de guardas, no por cada pueblo, sino por la universidad» (Real Decreto del Consejo de Estado firmado por Isabel II, publicado en la Gaceta de Madrid del 31 de enero de 1860. Boletín Oficial de Segovia Número 24 – 1860 febrero 24 y en elDiario de Burgos. Boletín oficial de la provincia de Burgos: Núm. 67 – 13/04/1860).
El 15 de julio de 1477, se establece una pecha ordinaria y anual de 12.000 sueldos jaqueses a Sariñena y sus aldeas «Esta transacción es importante porque se establece por primera vez un impuesto a los habitantes de estas tierras y también porque los montes de Tubo y Sodeto ya no volvieron y se quedaron en la casa de los Luna» (Elbaile Olés, José).
En el fogaje de 1495 la población ya no aparece, por lo que probablemente, podamos establecer que poco antes de 1500 Moncalvo debía de estar ya prácticamente despoblado. Aspecto que se refuerza con la presencia de las cerámicas medievales, las más recientes y últimas datadas, en torno al siglo XVI.
En las cortes de 1498 tan sólo se habla de siete aldeas, relata José Elbaile Ollés: Alberuela, Lalueza, Capdesaso, Lastanosa, Pallaruelo, Casejón de Monegros y Valfarta. Lo que, de acuerdo a su relato, hace suponer que ya estaban despoblados: Jubierre, San Juan, Vallsanta, Moncalvo, La Sardera, Salaber, La Celadilla, Miranda, Montebh y los Castellones (Elbaile Olés, José. Lalueza en el siglo XVII, El origen de nuestras familias).
«La Virgen Vieja de la soledad más absoluta» Belén Boloqui, presidenta de APUDEPA.
En 1620, Moncalvo no aparece en el mapa del Reino de Aragón de Juan Bautista Labaña.
En 1651 una gran epidemia de peste sacude la mayor parte de Aragón «El año 1651 en que la ciudad de Huesca, Alcubierre, y casi la mayor parte de los pueblos de Aragón padecieron una enfermedad pestilente, contagiosa y sumamente temible» (Epidemiologia española o Historia cronológica de las pestes, contagios, epidemias y epizootias que han acaecido en España : desde la venida de los cartagineses hasta el año 1801… / por Joaquín de Villalba).
El siglo XVII hubo una profunda crisis en la comarca y en todo el Reino de Aragón. Esta comenzó con la expulsión de los moriscos en 1610, que redujo la población aragonesa entre un 15% Y 20% y destrozó la industria artesanal. Vino acompañada de unos años duros de sequia que provocaron el abandono de tierras y para colmo, la guerra en Cataluña y el continuo transito de tropas, trajo la peste en 1652.
Elbaile Olés, José. Lalueza en el siglo XVII, El origen de nuestras familias
La Concordia de 1683, vigente en 1860, según el citado Real Decreto de 1860, hace referencia al que entonces, al lugar de Moncalvo, ya extinto: –Asistía el derecho a sus poderantes a que sus ganados pasturen las yerbas que producen los montes comunes o diezmarios que eran de las aldeas extinguidas, resumidas en la de Moncalvo, Miranda y Lasardera-. No obstante, el pacto 13 de la concordia se encontraba extinto: «Respecto a que la Justicia y Juez ordinario de la Villa sean los competentes para los habitadores de la villa», lo que nos lleva a entender que en el momento de realizarse la concordia aún se encontraba Moncalvo poblado. El mismo Real Decreto refleja que en ese momento de 1860 ya se encontraba sin población, al igual que otras aldeas de Sariñena, «Ahora despoblados»(Real Decreto del Consejo de Estado firmado por Isabel II, publicado en la Gaceta de Madrid del 31 de enero de 1860. Boletín Oficial de Segovia Número 24 – 1860 febrero 24).
De 1701 a 1713 se lleva a cabo la guerra de Sucesión por la que, según Nicolas Malo «Fueron arruinados varios pueblos de Monegros, principalmente la villa de Lanaja, que quedó reducida a muy pocos vecinos» (Estudios sobre el proyecto europeo de la unión de los tres mares, Mediterráneo, Cantábrico y Atlántico por el Ebro y el Duero, el Canal Imperial y el de Castilla. Nicolás Malo. 1850).
En el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, aparece un expediente de la casa Ducal de Híjar-Aranda, fechado el 30 de enero de 1799, con referencia ES/AHPZ – P/1-235-82. El documento trata la posible repoblación del lugar de Moscallón con sus cinco aldeas Salaver, Miranda, La Cenadilla, La Sandena y Moncalvo, pertenecientes a la villa de Sariñena.
En la década de 1770 se aprueba el «Fuero de Población» un instrumento colonizador y de repoblación en los territorios de la antigua corona de Aragón (Fuero Alfonsino y Fuero de población de Sierra Morena en los proyectos de colonización de la Corona de Aragón en la segunda mitad del siglo XVIII, de Enrique Giménez López de la Universidad de Alicante) Los inicios de la colonización en Lo Monegros.
El 18 de noviembre de 1788, Narciso Comenge propuso repoblar el Monte de Moscallón y cinco despoblados donde en el pasado habían existido las aldeas denominadas Moncalvo, La Sardera, Salaver, Celadisa y Miranda que, en fecha indeterminada, habían sido abandonadas y de las que quedaban únicamente algunas ruinas. De los cinco despoblados, el de mayor extensión era el de Moncalvo, con una pequeña parte de sus Tierras propiedad de la Cartuja de las Fuentes, seguido por el de Miranda, La Sardera y Salavert, siendo el de Celadisa el más reducido y el único con tierras de mediana calidad, ya que gran parte de la superficie sólo era apta para pastos de ganado lanar y caprino.”
Giménez López, Enrique.
En 1792 D. Pedro Blecua y Paul en su Descripción Topográfica de la ciudad de Huesca y todo su partido en el Reyno de Aragón cita Moncalvo refiriendo las guerras y pestes como causantes de su despoblación, de los núcleos de Moncalvo, Lasardea, Salabet, Miranda, La Zeradilia y la Almunia de la Regina:
El serenísimo y augusto rey Don Alonso I de este nombre, y IX de Aragón, dicho el Batallador, después de muchos días de cerco libertó esta villa del yugo africano, bajo cuya servidumbre estuvo oprimida muchos años y plantó en ella con singular celo la fe y religión en el día 7 de septiembre de la Era 1172, que corresponde al año 1134, según las noticias que han podido conservarse en sus archivos, y las que trae Blancas, con otros historiadores del reino, con privilegios muy particulares y en especial la cesión de algunos despoblados, que, con motivo de las guerras y pestes, quedaron en su territorio y se llaman Moncalvo, Lasardea, Salabet, Miranda, La Zeradilia y la Almunia de la Regina, reconociéndose todavía en ellos vestigios de poblaciones, y en algunos sus mismas iglesias y campanarios. En el día cultivan estos terrenos los mismos vecinos de villa y aldeas, a donde se cree haberse retirado los pocos que quedaron, y tienen allí sus masías y casas de campo.
Arriendo de pastos de Moncalvo, Diario de Huesca del 27 de septiembre de 1914:
Diario de Huesca – 27 de septiembre de 1914.
Una descripción del Partido Judicial de Sariñena, en la Nueva España del 1 de septiembre de 1959 se refiere a la adversidad del clima como motivo de la despoblación y abandono de las aldeas de Sariñena: «Existiendo también los poblados, ya en franca, decadencia, de San Juan, Vallsanta, Monclavert, Moncalvó, La Sardera, Salavert, La Celadillá, y Miranda. Estos núcleos de población eran aldeas propiamente dichas, que entonces, como ahora, la adversidad del clima obligó a sus habitantes a la emigración». (Nueva España – 1 de septiembre de 1959).
Gracias a Montse Vadillo y Pablo Ruata por descubrir algunos de estos documentos y compartirlos.
Moncalvo en el documental «Monegros»
En 1969, el director Antonio Artero rodó el documental «Monegros», con José Antonio Labordeta como protagonista. Entre las distintas escenas y localizaciones aparece Labordeta en la Virgen Vieja de Moncalvo interpretando «Montesnegros». Una peculiar escena donde se observa parte del equipo de rodaje y la curiosa pintada de «1959» en la vieja pared. «1959» un año en el que muchos pueblos de colonización se estaban construyendo y para los cuales se utilizaron piedras de las desaparecidas casas del olvidado poblado de Moncalvo. José Francisco Pueyo, de Pallaruelo de Monegros, recuerda que hasta aquella fecha aún se distinguían partes de las antiguas casas y calles.
Fotograma del documental «Monegros».
La Virgen Vieja de Moncalvo, toda una leyenda
Resulta inquietante que el tiempo se haya olvidado de su historia, que no exista mayor documentación o investigaciones sobre Moncalvo. Resulta incomprensible que una historia así no despierte mayor interés, especialmente en el académico y universitario.
Diversas hipótesis han atribuido su desaparición, a pesar de su leyenda por el impago de impuestos, a la dureza del territorio, a sequias y hambrunas, como . También, como ya hemos visto antes, a la peste negra que devastó Europa en el siglo XIV o en el XVII. Igualmente a la guerra de sucesión española (1701-1713), entre borbónicos y austracistas o su no aceptación a los Decretos de Nueva Planta, lo que llevó a las tropas de Felipe V, en la década de 1710, a arrasar el viejo poblado de Moncalvo. Igualmente, volvemos a citar a Pedro Blecua y Paul quien recoge como las guerras y pestes fueron las causantes de los poblados de Sariñena, entre ellos Moncalvo
Claramente la leyenda de la destrucción de Moncalvo por los Carlistas no fue posible, la primera guerra Carlista fue entre 1833 y 1839, muy posterior a la construcción de la nueva iglesia de Pallaruelo. La nueva iglesia de Pallaruelo de Monegros data de 1808.
Lo que si parece seguro que Moncalvo sufrió gran inestabilidad a lo largo de su existencia, incluso pudiendo quedar despoblado en determinados momentos, por lo que su momento exacto de su despoblamiento definitivo resulta difícil de concretar documentalmente.
Lo cierto y relevante es el fogaje de 1495, cuando el poblado de Moncalvo, aparezca ya sin población, hecho, como se ha mencionado antes, coincidente con la datación de las últimas cerámicas de Moncalvo del siglo XVI, lo que nos lleva a considerar definitivo su despoblación. Apenas a los pocos años que se estableciese en 1477 una pecha ordinaria y anual de 12.000 sueldos jaqueses a Sariñena y sus aldeas y terminase con los privilegios de no pagar impuestos salvo «las decimas y primicias a la iglesia». Estos hechos son los que más se ajustan a su leyenda.
Sariñena y sus aldeas habían gozado del privilegio real de pastar libremente sus terrenos que el Rey Alfonso II de Aragón, en 1170, había concede a Sariñena y su aldeas de acuerdo al “Privilegio de Población”. La pecha de 1477 comienza a agravar a Sariñena y sus aldeas al igual que los conflictos que se van manteniendo con la Casa de Ganaderos de Zaragoza. Según recoge José Elbaile Ollés «La Casa de Ganaderos de Zaragoza, es y era una cofradía de ganaderos de Aragón. Fue fundada por Jaime primero el 18 de mayo de 1218. Sus privilegios le permitían el pastar en los montes de todo el Reino y su Justicia tenía la jurisdicción civil y criminal sobre todos los hechos referentes a esta actividad sin poder ser recurridos a otro órgano superior. Durante los siglos XVII y XVIII tuvo muchos conflictos la villa de Sariñena y sus aldeas por la colisión de los privilegios que los reyes dieron a estos pobladores con los que luego darían a la Casa de Ganaderos.»
No obstante, hay una curiosa referencia sobre una disputa entre moradores de Moncalvo y los pastores como causa de su abandono. De acuerdo con la documentación encontrada por José Elbaile Ollés, los vecinos mantuvieron un «encuentro» con pastores al salir de la iglesia y «por lo que quedó despoblado»:
«…en Moncalvo subsisten las paredes de su iglesia de San Pedro, y la de Nuestra Señora de Moncalvo y he adquirido por particulares noticias en conversaciones de que hace siglos por un encuentro que tuvieron los vecinos de Moncalvo con pastores al salir de la iglesia el día de la festividad de San Pedro que habían concurrido todos sus moradores y hasta el predicador que había ido a predicar por lo que quedó despoblado y como tal tubo el destino explicado…»
A.H.N. Consejos, Libro 1.968.
Fundación de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes
Personalmente, la fecha de finales del siglo XV, lleva a relacionar la despoblación de Moncalvo con la fundación en 1507 de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, cuya cercanía y posesión de tierras poseyó, en gran parte, tierras de Moncalvo (La cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, patrimonio olvidado y/o perdido). Incluso José Antonio Rausa, José Luis Villarroel y José Antonio Cuchí se refiere a la cartuja de Monegros como también llamada de Moncalvo «Un despoblado con restos de iglesia medieval que da nombre a la sierra local» (La fuente del Milagro, en la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes (Sariñena, Huesca)).
En este sentido, como ejemplo, en el Archivo Histórico Nacional se encuentra el Registro de todos los documentos del archivo de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes y comprende desde los siglos XVI al XVIII. Lleva por título “Registro de todos los papeles y escrituras que se hallaron en el Archivo de la Cartuja de Ntra. Sra. De las Fuentes, en el año de 1713. Adaptado por un devoto de esta Señora”. (CODICES,L.38, de 1713, Unidad Documental Compuesta ES.28079.AHN/9//CODICES,L.38). El Título 5.º recoge las “Tierras Blancas, Campos, olivares y Monte de la Plana”. Bajo este título se hallan por ejemplo las masadas en Moncalvo, llamadas de Pedro Falcón, Francisco Terreu o Alberto Vitales o la de las casas bajas de Moncalvo de Pedro Fornies. Campos en Moncalvo que fueron de Antolín Ydiazabal y Cotella, a las Cipaldas del Pinar que fue de Alberto Lope o que se compró a Martín Jordan. Igualmente:
Otro campo de 2 H 4ffen Moncalvo.
Una Deposición de Testigos cerca de unas tierras blancas del monasterio en Moncalvo.
Definitivamente, el Fuero de Población de 1770, cita Moncalvo como despoblado.
En 1821 tras la desamortización del monasterio de la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. sus bienes y patrimonio es subastado, entre ello:
Una masada en el Mas llamado Moncalvo o Aldea alta, casa, corral, pajar y era: valor en venta 6000 rs. vn. idem en renta 160 rs.
Otra llamada aldea de Moncalvo bajo: en venta. 6200 rs. id. en renta 200.
Una porción de tierra en el monte de Moncalvo, yerma, llamada la masada baja, de 60 caizadas, en venta 9600, en renta 400.
Una filada de tierra en el monte de Moncalvo, sin cultivo, llamada de Gilaverte, de 12 caizadas, en venta 2000, en renta 80.
Un sitio llamado el Arnal en el monte de Moncalvo, de 14 caizadas , en venta 2800, en renta 160.
El legado de Moncalvo, una constante reivindicación
Al recuperar su historia, la de le la Virgen Vieja de Moncalvo, la indiferencia se transforma en un tremendo escalofrío que rinde tributo a su memoria. Aún queda mucho por descubrir e investigar y quizá de soñar con que aquella pared perdure invencible contra la desmemoria. A todos y todas los moncalvenses y moncalvensas, ¡por siempre en nuestra memoria!
La leyenda de Moncalvo en el diario del Alto Aragón, 30 de octubre del 2016.
Por ello se lleva realizando una constante reivindicación, principalmente a través de su estudio y divulgación, sucediéndose diversos artículos en prensa, especialmente en el Diario del Altoaragón. Igualmente se han promovido distintas iniciativas que han ido dando sus frutos.
En el 2021 se consigue su titularidad pública por parte del ayuntamiento de Sariñena gracias al trabajo de Valeriano Tella Arroyos.
En septiembre del 2025, desde este proyecto de Os Monegros y con la colaboración de la asociación de Apudepa se solicita la inclusión de la Virgen Vieja de Moncalvo en la lista Roja de Patrimonio en peligro de la asociación Hispania Nostra, inclusión que se hace efectiva el 11 de diciembre del 2025: «Le informamos de que, tras estudiar la ficha de la Iglesia de la Virgen Vieja, Sariñena (Huesca), el Comité Científico ha considerado oportuna su inclusión en la Lista Roja como forma de llamar la atención sobre su estado e impulsar su recuperación».
Iglesia Virgen Vieja. Lista Roja Hispania Nostra.
«Por su preservación ante su completa desaparición, por su singularidad unida al paisaje, por su yacimiento anexo, por su historia y también por su leyenda.»
Al pueblo viejo de Moncalvo
A la piedra arranco tu historia
Virgen Vieja
A la tierra arranco tu recuerdo
¡Qué rabie tu lamento!
¡Qué llore tu ausencia!
¡Y qué resista a la desmemoria!
Pues con el olvido, ¡no vencieron!.
Diario del Alto Aragón, 21 de enero del 2021.
Con delicadísima fragilidad, los restos de la Virgen Vieja de Moncalvo desafían la gravedad y se resisten a desaparecer. Juegan a un equilibrio imposible, esquivando su fatal destino en un lugar perdido de Los Monegros. Su única pared, de una antigua iglesia gótica de 1258, apenas se mantiene en pie. Con ella se irá el único testigo del viejo poblado de Moncalvo, un lugar olvidado cuya historia responde a viejas leyendas que hace tiempo se han dejado de sentir.
Una leyenda nunca se desmonta, una leyenda forma parte de la memoria colectiva, transmitida durante años, con esa magia, esa fantasía, esa ilusión in-arrebatarle al pueblo, porque pertenece al pueblo, a su gente, inherente al mismo, que ninguna prepotencia pueda con ella, para que la leyenda de Moncalvo sigua viva y su historia reconstruida
Virgen Vieja de Moncalvo
Es como un grito, esas heridas. Un grito, un grito antes del colapso, antes del derrumbe. Llevas siglos, siglos aguantando para contar tu historia, la de un poblado que desapareció sin dejar rastro, la de tu gente. No cedas!.
Resiste, Virgen Vieja de Moncalvo, vieja pared de una antigua iglesia gótica de mediados del siglo XIII. Iglesia de una aldea, de un pueblo que rebosó vida.
Mantente en pie, para que sigamos contando tu leyenda, sigamos fascinados por tus secretos, por tu historia y magia. Para que no caiga en el olvido y se derrumbe con tu caída.
Resiste Virgen Vieja de Moncalvo!!!
Diario del Alto Aragón, 21 de septiembre del 2025.
El repique de campanas, intenso y enérgico, anunciaba fiesta. Su sonido repetido y continuado se extendía a lo largo y ancho del pueblo y la gente corría apresurada. Se sentía hasta en los campos más cercanos desde donde venían los campesinos. Los caminos y calles eran un ir y venir de gente, con sus gritos y alborotos, tal y como un día de fiesta.
Como un día de fiesta, de celebración, las campanas de la majestuosa iglesia gótica no cesaban de sonar una y otra vez, repicando sus campanas con su toque característico de fiesta. Todos corrían a la iglesia, familias enteras con sus hijos y mayores, todo el pueblo acudía presuroso al sagrado templo.
No podía ser otra cosa, el toque a fiesta no podía fallar, pero nunca antes había sido tan intenso y enérgico. Tenía que ser fiesta, no podía ser otra cosa, mientras algunos rezaban bajo el incesante repique de campanas o se agolpaban en los muros, abrazados y tranquilizando a los más pequeños. No, no podía ser otra cosa.
Ya nunca más volvieron a sonar las campanas en aquel lugar olvidado de Los Monegros. Nunca más sus casas volvieron a echar más humo que el que acabó consumiendo su historia, nadie volvió a pasear por sus calles, ya nunca más volvieron los días de fiesta.
Nadie os llorará y aquella consumida historia dará paso a leyendas del viejo y olvidado poblado de Moncalvo. Y nunca más nadie os recordará, Virgen Vieja de Moncalvo, ni de vuestras vidas ni de vuestras piedras, nunca más volverán a sonar las campanas, ni volverán los días de fiesta. Ya nunca más…
El viejo poblado de Moncalvo fue una población de Los Monegros, a escasos kilómetros de Pallaruelo de Monegros, cuya historia el tiempo borró. El pueblo quedó arrasado y sus gentes perecieron. Hoy en día solamente una pared de la vieja iglesia gótica de Moncalvo atestigua su pasado. Moncalvo, lugar de leyendas.
A la memoria de los habitantes del desaparecido poblado de Moncalvo.
Ya no cantan los gallos a cada amanecer, ni se tañen las campanas, ni las chimeneas humean vida. Solamente hay vértigo.
Ya no se oyen gritos y el alboroto de zagales y zagalas correteando por tus calles. Los lloriqueos y risas no resuenan por el viejo poblado olvidado.
Ya no se habla, ni se cuentan historias, ni hay saludos ni despedidas. Ya hace años y años, incluso siglos. Ya nadie te recuerda, ni te nombran.
Ni se oyen carros ni caballerías recorriendo sus sitios y rincones, ni se siente el ir y venir. Ni las sombras se dejan entrever en un vacío de rastros borrados.
¿Dónde se perdió tu historia? ¿Dónde se ausentó? Viejo pueblo olvidado, de memoria arrebatada y pasado callado. ¿Dónde fueron a parar tus misterios?.
Casi desaparecido, ni la huella de las casas y calles perdura. Solamente hay vértigo, solamente una pared de una remota iglesia que apenas resiste, viendo como somos cómplices del cruel silencio e injusto olvido.
Pervive como si nunca hubieses existido, viejo poblado de Moncalvo, donde solamente hay vértigo y miedo a dejar de caer.
Diario distópico de Los Monegros
Día 38 de aislamiento, 21 de abril del 2020.
Federico, el pastor, pasó pronto por la mañana, habían dado aguas y aprovechó la mañana para apacentar el rebaño. La cosa parecía que iba a mejor pero continuaba muriendo gente, todo va para largo y por ahora alargan el confinamiento hasta el once de mayo. –Lo peor- decía Federico –la que nos viene encima con la economía, va a ser la ruina-.
Por la tarde se quedaron al cobijo de la caseta mientras una fina y constante lluvia fue cayendo. La sierra fue recogiendo el agua, esta es buena, la va absorbiendo la tierra y el monte y los cultivos la agradece. La sierra se extiende desde Tardienta hasta La Almolda sin dejar de tener continuidad con la sierra de Sijena a través del monte de Pallaruelo. Una zona preciosa el monte de Pallaruelo, con su barranco de la Peña y el estupendo sabinar. Desde el alto de la Portellada se contempla en su esplendor el sabinar de Pallaruelo y la vista se puede extender a través de Los Monegros norte y la sierra de Guara hasta los altos Pirineos.
Por el monte de Pallaruelo, a mitad camino al monasterio de la Cartuja de las Fuentes permanecen los restos de una antigua iglesia gótica. -¿En mitad del monte?- preguntó Josete. –Sí- respondió yaya María – Resiste en pie una sola pared de la una antigua iglesia y ya nada más queda-. Los restos responden a un antiguo poblado que existió hace siglos y que desapareció sin que su historia llegue a nuestros días. -¿Nada?- se mostró extrañada Clara –Solamente la solitaria pared- respondió yaya María –resiste a la desmemoria-.
-Hay leyendas que cuentan que fueron asesinados por no pagar impuestos, quemados vivos dentro de la iglesia y su historia la borró el tiempo-. -¡Qué horror!- concluyeron todos a la misma vez. Del viejo y desaparecido poblado de Moncalvo ya no queda nada de su memoria, de sus calles, de sus gentes, resulta misterioso e incomprensible- ¿Cómo se ha olvidado la gente de todo un pueblo?- preguntó extrañada Elisa. -El tiempo borra muchas cosas-, explicó yaya María.
Elisa empezó a dudar si ya estuvieron antes los marcianitos y fueron los verdaderos culpables de la desaparición del viejo poblado de Moncalvo -¡Malditos marcianos!. A partir de ahora la memoria de Moncalvo permanecerá viva, Elisa la mantendrá viva con su recuerdo y no dudará en transmitir su historia. Será como una Labordeta, que entre sus ruinas hizo sonar su guitarra y voz.
Víctor es de Pallaruelo de Monegros. Tiene una perra muy movida, la saca por el monte y corre y corre sin parar, de un lado a otro sin cansarse, brincando por todas las partes, descubriendo cada detalle. Es una perra con nervio, fuerte, ágil y alegre que no se sabe estarse quieta. En una de sus salidas, Víctor, junto a un amigo, fueron a Moncalvo, abrieron la puerta para que saliera la perra corriendo pero esta, al salir, se quedó quieta al lado del coche y se sentó. Había algo extraño, algo notaba la perra, algo especial que enseguida inquieto a Víctor y su amigo. Decidieron marcharse.
Mientras los monjes cartujos se encontraban cantando, se levantó una gran cierzera el 26 de febrero de 1701. El fuerte viento huracanado derribó el campanario de la iglesia del anterior monasterio de la Cartuja de Nuestra señora de las Fuentes. El derrumbe provocó “graves destrozos en el tejado, bóveda y coro”, afortunadamente no causó daños personales, lo que fue inmediatamente atribuido a un milagro de la virgen.
Los daños causados fueron tan importantes que fue imposible la restauración, sucediéndose la construcción del actual monasterio. Se constata la intención de realizar el nuevo monasterio en 1700, un nuevo proyecto en una ubicación distinta en el “…llano de arriba, puesto más sano y agradable…”
El 14 de diciembre de 1714 se comenzó a replantear el actual monasterio en el paraje del Almendrar “.. se comenzaron a echar las líneas y plantear el claustro las celdas del poniente y medio día y la iglesia en el almendrar asistiendo Juan de Liarza y Domingo de Liarza Maestros de Obras de Çaragoza y Pedro Arles Arbañil de la Villa de Sariñena”. (Miguel Supervía Lostalé)
Sucedidos tres años, el 27 de abril de 1717 fue colocada la primera piedra: “… se bendixo la primera piedra de la nueva iglesia por el P.D. Fernando BrotoHijo y prior de esta Sta. Cartuxa de N.ª Sra de las Fuentes; la cual se coloco en el lugar donde ha de estar el santsmo. Sacramento reservado baxo el Altar maior; el oficial que la colocó fue Pedro Arles Arbañil de la Villa de Sariñena.” (Miguel Supervía Lostalé)
La Cartuja de Monegros comparte una planta simétrica al igual que las cartujas zaragozanas. El monasterio se concluyó en 1979 y es una construcción en ladrillo perteneciendo a un estilo barroco tardío, de tendencia moderada o clasista. La iglesia la dependencia más artística y espectacular del monasterio es “de planta de cruz latina con una sola nave, cubierta con bóvedas de cañón con lunetos y con cúpula hemisférica en el crucero” (Calvo y Barlés).
“La sobria arquitectura cartuja se ve enriquecida por la presencia de elementos clasicistas del barroco tardío.”
Muchas dependencias tales como las celdas de los padres, el refectorio, la cocina y parte de galerías del gran claustro se encuentran en ruinas. Un estado ruinoso que unido al peligro de hundimientos y gran deterioro de muchas partes del monasterio han conducido a la inclusión de “La Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes” en la “Lista Roja del patrimonio” por parte de la asociación de defensa, salvaguarda y puesta en valor del Patrimonio Cultural español Hispania Nostra. Según la asociación, la “Lista Roja” aspira a recoger aquellos elementos del patrimonio histórico español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
En nuestros días es un aire suave y ligero, a veces casi imperceptible, el que va derrumbando la torre del monasterio. El chapitel se va hundiendo tan lentamente que hace inapreciable su progresiva desaparición. El monasterio avanza hacia un estado ruinoso al encontrarse casi en abandono, sin un mínimo de mantenimiento y de conservación. Las humedades, las grietas y la vegetación se van apoderando de él, ¡con los sudores que le costó su construcción a Pedro Arles!, Arbañil de la Villa de Sariñena.
Publicau en “ Os Monegros el 23 de abril del 2013.
En ista istorieta Antolín se ha enterau d´as dijiendas sobre Pedro Saputo. Quiere brincar dende as altísimas ripas d´Alcolea o diya de San Miguel. Istas ripas no s´en pueden comparar con as canteras d´o rio Alcanadre en Sariñena y o periglo face d´ista azaña un verdadero milagro.
Muita fue a chen de Sariñena que marchóta Alcolea a beyer al atrebiu saputaz, tamien d´aredolada y d´atros lugars d´a probinzia. Siguindo biellos camins llegemos a Alcolea por a tardi, en a bíspra de San Miguel y o lugar yera pleno de forasteros que quereban beyer o salto, influenciaus por as dijiendas que habian esparziau por tos os lugars. Dormimos en a posada pa estar frescos pal diya sigüien a pesar d´a juerga y d´os muitos pifaus que alborotaron toda a nuei. Yo sonie que yera Pedro Saputo brincando por os cielos y que por ixa azaña yera conoziu como Antolín el super zagalín.
O diya amanexio soleau y ascape marchemos t´as ripas. Allí yera o mosen preparau pa fer misa y bendecir a proeza que se iba a producir. As botas correban plenas de bino, yera como un diya de fiesta gran. Bi eba puestos ambulantes y la chen danzaba al soniu de una colla de dulzainers.
Cuando o Sol marcaba la hora nos pusimos a mirar en t´alto d´a ripa, allí s´en trobaba preparau Pedro Saputo quien dixéndose a la chen l´es ne dixo -¿Con qué saltaré de esta ripa?- a lo que respondimos todos que ¡Sí!. Chitamos tos tan entusiasmaus que resonó por todas as ripas.. Y dijo él –Pues allá boy… ¡allá boy!…¡que boy!….que salto….. y en esto alguno grito que ya lo beia saltando y bolando por as nubes; tos dijimos que había saltau, por no quedar como unos fatos, aún dudando si lo habíamos bisto.
Publicau en Os Monegros el 16 de febrero del 2007.