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Luis Buil Espada


Luis Buil Espada tuvo una vida intensa, viviendo en su juventud, con veinte años, la guerra civil española, lo que le llevó al exilio, la segunda guerra mundial y el antifranquismo. Todas aquellas vivencias quedaron recogidas en su libro “Toda la vida en guerra de un pacifista» (Autor Luis Buil Espada Editor Josep Maria Borés, 1991 N.º de páginas). Un libro muy desconocido y muy complicado de encontrar y que, gracias a su hija Elisa Buil Torres, ya está disponible en la biblioteca del Instituto de Estudios Altoaragoneses. Así, el presente artículo se basa, principalmente, en su obra autobiográfica, aportando breves notas de documentos, bibliografía consultada y testimonios familiares.

Sariñenense, Luis Buil Espada nació el 8 de octubre de 1916. Su padre era ferroviario, encendedor de máquinas y trabajaba en la estación ferroviaria de Sariñena. Estudió en las Carmelitas y en la escuela nacional hasta los 14 años. Debió de ser buen estudiante, pues, tal y como relata, el cura nunca le pegó “Un día a la semana nos hacían ir a la iglesia para enseñarnos la doctrina. El cura tenía una caña muy larga con la que pegaba muy fuerte en la cabeza”.

Luis vivía una vida normal, la de un chico de su edad, jugando en la calle o aprendiendo solo a nadar en el río. Aunque no pudo continuar estudiando, su familia no se lo pudo permitir y, tras acabar la escuela, trabajó de botones para el Banco de Aragón. Allí comenzó a coger conciencia, sintiéndose explotado “y sin posibilidad de defensa”. Así, a los dos años, abandonó el Banco Aragón y junto a su familia abrieron una tienda de ultramarinos, con su madre, “También vendíamos carbón y patatas de siembra”.     

Cuando se fundó la UGT, Luis se afilió con numero de carnet nº 7, la sede se encontraba en el café Romea. Luego ingresó en las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas).

Con la sublevación militar del 36, (La guerra civil en Sariñena), Luis recuerda cómo se formó el comité de Sariñena al día siguiente: “El 19-7-36 se formó el Comité del pueblo formado por socialistas, comunistas, izquierda republicana, unión republicana (de derechas) y anarquistas. Cortaron las carreteras con árboles y guardia armada. Por las noches los veía patrullar, pero la guardia civil también patrullaba.” En su relato va narrando el desarme de la guardia civil de Sariñena (La Guerra civil en Sariñena), como salió voluntario a los primeros enfrentamientos en Lanaja y Alcubierre, como fueron protegidas las hermanas carmelitas de Sariñena y el párroco Don Pedro y la defensa de los encarcelados para que no fuesen fusilados.  

Luis Buil en en centro con la camisa abierta durante la guerra.

Al final, Luis acabó en el ejército popular como militar y para ello ingresó en la escuela militar de Sarriá. Después fue destinado a la 26 División de Durruti y recorrió diferentes escenarios del frente de Aragón. Más tarde acabó en la escuela de guerra de Porta Coeli, de donde salió con el grado de teniente para ser destinado al ejército del Ebro, participando en la batalla del Ebro, la posterior batalla de Cataluña y su exilio a Francia.

Cinco años y medio permaneció en Francia, estuvo internado en San Cyprien, donde coincidió con el también sariñenense Juan Basols. También estuvo en Barcarés, Argeles sur Mer, en una compañía de trabajadores, en el campo disciplinario de Egletons, trabajó en una fábrica de carburos… Numerosas odiseas salvándose constantemente de los alemanes.

Don Luis Buil Espada, teniente republicano y resistente antifranquista, evocaba así a los brigadistas internacionales que conoció en el campo de concentración de Argelers (PO): «Su solidez de carácter, las barracas más ordenadas y curiosas de todo el campo, aquel espíritu de resistencia antifascista, de solidaridad en la miseria, de abnegación en la adversidad, de dedicación sin condiciones a un ideal de libertad y democracia, los brigadistas eran un ejemplo a seguir, a imitar para nosotros, republicanos también y comunistas, porque haciendo honor a nuestra condición de es-pañoles, en ocasiones teníamos cosas anarquistas».

Las Brigadas Internacionales: Nuevas perspectivas en la historia de la Guerra Civil y el Exilio editado por Josep Sánchez Cervelló, Sebastián Agudo.

En junio 1944 regresó a España, con pasaporte legal, aunque tan solo cruzar la frontera fue encarcelado en el castillo de Figueras, trasladado, al poco, a la Modelo de Barcelona y a la cárcel de Huesca

Pronto consiguió ser liberado y regresó a Sariñena, donde creó el PCE junto a unos 11 o 12 militantes y después la Unión Nacional Española (UNE). Fue, por aquellos tiempos, cuando se produjo la ocupación de Capdesaso por parte de los maquis:

“Los «maquis» seguían viniendo. Un día ocuparon el pueblo de Capdesaso (el del buzón) hablando con el alcalde Sr. Paul. No pasó nada aparte de comprar comida que pagaron. Mas adelante les informaré de ese asunto y como se realizaba posteriormente el suministro. Entre tanto realicé un viaje a Huesca acompañado de Juan Basols el maestro del campo de concentración de Francia, que había sido responsable de las JSU antes de la guerra. Su familia era de derechas, como la mía, pero más. Conocía algunos socialistas de la capital, pero no quisieron saber nada. Nos volvimos con la propagan da.”

Con 28 años realizó el servicio militar, en 1944, y en un permiso fue detenido junto con 11 personas en Sariñena “Junto con otros 140 de Huesca estuvo encarcelado muchos meses” (http://www.memoriadelasmigracionesdearagon.com/). Trasladado a la cárcel de Huesca coincidió con el médico Pedro Cascales.

“Me llevaron a una sala (del ayuntamiento) donde había unos 11 o 12 amigos, entre ellos el primo muy joven de un amigo mío de la CNT al que habían pegado unas bofetadas porque no habían encontrado a su primo y les taha dicho que no sabía dónde estaba. Tampoco encontraron al que vivía enfrente de mi casa ni al que estaba en la esquina (o sea los tres de la CNT) después supe que habían tenido un chivatazo de un miembro de las fuerzas que nos detuvieron.”

Al final salieron en libertad y Luis regresó a continuar el servicio militar a Pontoneros. A partir de 1945 fue corresponsal de «radio Pirenaica» bajo los seudónimos de «Julio Romero» y «Alcanadre» y en 1963 se traslada a Cataluña estableciéndose en la Seo de Urgell, en 1965 en Guisona y en 1967 en Solsona donde acabó viviendo definitivamente. Nunca abandonó su conciencia y compromiso, manteniendo su actividad política.

«A Luis Buil lo conocí por casualidad y en poco tiempo nos convertimos en buenos amigos disfrutado de paseos y café juntos. Su experiencia vital me entusiasma y el haber vivido un momento único y tan importante para nuestro país lo hacía doblemente interesante.»

Paloma Hernández Sánchez.

«Toda la vida en guerra de un pacifista» Autor Luis Buil Espada Editor  Josep Maria Borés, 1991.

Luis recogió sus memorias en su libro biográfico, fue algo para familiares y amigos, sin registrar y los iba regalando. Solía venir de vez en cuando a Sariñena sin olvidar visitar a sus amigos. Falleció en Solsona en el 2009. Su memoria es parte de la historia de Sariñena, que vuelve a resurgir gracias al gran trabajo de las bibliotecarias del IEA, de Ana oliva Mora y Ester Puyol, y a su digitalización por parte del Instituto de Estudios Altoaragoneses. Una obra disponible online en la biblioteca del IEA para todo el que quiera adentrase en las memorias de Toda la vida en guerra de un pacifista. Gracias también a la biblioteca publica de Sariñena y a su bibliotecaria Luisa Casañola Andrés por conseguir el libro físico, para su consulta, de la biblioteca Carles Morató de Solsona a través de la red de préstamo interbibliotecario.

Luis Buil y su esposa Elisa Torres del Valle.

Gracias a su hija Elisa Buil Torres y a su nieta Carmen Buil.

Puentes de guerra, Sariñena


La historia de los puentes sobre el Alcanadre, a su paso por Sariñena, es una mirada a la lucha contra el tiempo, contra la naturaleza y las guerras, una mala relación que nos ha ido dejando un montón de hechos y sucesos que repasamos acercándonos a nuestro río Alcanadre. Sobre todo, los últimos puentes desaparecidos, destruidos por las fuerzas republicanas en su huida ante la avanzada militar del bando nacional. Puentes que han sido grandes obras de ingeniería y que respondían a construcciones de gran belleza que, lamentablemente, no han llegado a nuestros días.

Artículo enmarcado en la serie sobre la guerra civil en Sariñena

Carros y caballerías, 1920. Puente sobre el Alcanadre, Sariñena.

A su paso del río Alcanadre por Sariñena todavía quedan restos del viejo puente medieval a los pies de la ermita románica de Santiago, datado en el siglo XII, en el antiguo camino que iba de Sariñena a la ermita, viejo ramal del camino de Santiago. De acuerdo con el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés “Quedan escasos restos del puente, reducidos a las pilas correspondientes a los 5 ojos que tuvo la construcción, construidas en sillería y mampuesto grosero (este último puede corresponder a reparaciones posteriores). Las arcadas originales debieron de ser de medio punto. En el estribo de la orilla derecha se abrieron dos hornos de cal de forma circular, construidos en adobe, con una abertura en la parte baja para el combustible. Estas boqueras y el frente donde se abren son de sillarejo lavado.” Tristemente, los restos van deteriorándose ante la desidia y el abandono.

«Doña María, a 17 de agosto de 1422, autoriza a los de Sariñena la construcción de un
puente sobre el río Alcanadre; para ello concede el cobro de un óbolo sobre cada bestia gruesa que transite, y dos sueldos y seis dineros por cada cien cabezas de ganado menor, un óbolo por peatón y un dinero por jinete.»

Cfr. Ricardo DEL ARCO, Cuaderno de Privilegios reales de la villa de Sariñena.
Zaragoza, 1948.

No son los únicos restos, pues aguas arriba, justo por encima de la ermita, hay restos del antiguo azud de Sariñena y aguas abajo de Sariñena, poco antes de llegar a la zona de la desembocadura del barranco de Malfaras, hay restos de pilastras de sillerías de un viejo puente.

El antiguo puente de Sariñena fue obra de Joaquín Pano y Ruata y respondió a un puente metálico de arcos parabólicos, como los desaparecidos puentes de Ontiñena, Graus y Monzón. Construido en torno a 1880, en una comunicación del ingeniero Joaquín Pano a Magin Cornet, la Maquinista Terrestre y Marítima, manifiesta su intención de introducir innovaciones “Disponer las juntas como en el puente de Sariñena” (Los puentes parabólicos de hierro y el ingeniero D. Joaquín Pano y Ruata (1849-1919) Pilar Biel Ibáñez y José Luis Pano Gracia).

En el Diario de Huesca del 31 de julio de 1916, sabemos que en 1883 estaba en plena construcción. En su sección de hemeroteca “Hace 33 años” recoge como el 31 julio de 1883 “Trabajaban en la colocación del puente de hierro sobre el Alcanadre en las inmediaciones de Sariñena, según proyecto del ingeniero don Joaquín Pano”.

Sin embargo, el puente de Joaquín Pano Ruata no fue el primer puente de hierro sobre el Alcanadre a su paso por Sariñena. El 28 de octubre de 1879 una gran avenida destruyó el puente de hierro de Sariñena, tal y como queda recogido en el Diario de Huesca 30 de octubre de 1879: “El Alcanadre experimentó una importante crecida, arrastrando el puente de hierro de Sariñena”.

“Terrible avenida del Alcanadre. Arrancado y arrastrado el puente de hierro de esta villa. Tememos hayan acontecido desgracias en los pueblos ribereños La corriente ha subido en el cauce del rio 7 metros sobre su nivel ordinario.”

El corresponsal. Diario de Huesca – 30 de octubre de 1879.

De la misma manera lo comunicaba el Correo de Madrid del día 30 de octubre de 1879: “El río Alcanadre ha destruido y arrasado el puente de hierro de Sariñena, cuyo coste era de 10.000 duros. Es seguro que han ocurrido desgracias personales en los pueblos de la ribera, y que los destrozos en la huerta han sido inmensos. El tren correo que salió a las diez de la mañana de Barcelona se halla detenido entre Selgua y Sariñena, por estar interrumpida la vía por las aguas. Estas han tenido una subida de siete metros sobre su nivel ordinario”.

La avenida causó grandes daños en diferentes localidades sumándose a un año malo de cosechas: “Vacíos los graneros por la total pérdida de la cosecha del pasado año; sin esperanzas sobre el presente, pues en los yermos campos la lluvia no abrió blando lecho a la semilla; agotados los recursos de la caridad privada; en forzada holganza los hombres útiles al trabajo; apurados hasta los más rudimentarios medios de alimentación, el hambre arroja de sus hogares a los habitantes de algunos pueblos del Bajo Aragón, de Los Monegros, Sariñena y Tamarite” (Diario de Avisos, 23 de noviembre de 1879).

SARIÑENA 29 DE OCTUBRE.  

Escríbole a V., señor Director, bajo la triste impresión que me produce la terrible avenida del rio Alcanadre. Temíamosle ayer cuando el deshecho temporal duraba horas y más horas y las tormentas se sucedían unas a otras sin interrupción, arrojando gran cantidad de agua sobre esta ribera y a lo que ahora se ve sobre toda la cuenca hidrográfica del rio que riega nuestra huerta. Más de siete metros ha subido el agua sobre el nivel ordinario de la corriente, y ante esta devastadora avalancha de agua, ni puentes, ni árboles, ni diques, ni murallas han resistido su destructor ímpetu.  

Corresponsal de Sariñena. Diario de Huesca – 30 de octubre de 1879.  

Aquello llevó a la necesidad de construir un puente provisional, esta vez de madera, aunque lamentablemente poco duró. El “Diario de Avisos” de Zaragoza del 2 de noviembre de 1879 daba cuenta de su destrucción: “Las avenidas de los ríos Cinca, Gállego y Alcanadre, por efecto de los últimos temporales, han ocasionado perjuicios de consideración de aquella provincia y han arrastrado el puente provisional de madera construido en Sariñena (que sustituía al puente de hierro arrasado en la inundación del mes de octubre)”. Mismamente el Diario de Huesca, del 2 de diciembre de 1879 comentaba “La corriente de las aguas destruyó y arrastró el puente provisional de madera construido con no pucos sacrificios en sustitución del que desapareció en la desgraciada noche del 28 de octubre”. El recuerdo de aquel suceso volvió a aparecer en la sección “Hace 33 años” del Diario de Huesca del 7 de diciembre de 1912 “En Sariñena destruyó y arrastró el puente provisional de madera, sustituto del que desapareció el día 28 de octubre último”. Igualmente, la sección “Hace 33 años” Diario de Huesca del 10 de diciembre de 1912, recordaba: “En Sariñena se llevó el río el puente de hierro, valorado en 10.000 duros, y en las huertas hizo bastante daño”.

Es en el Diario de Avisos de Zaragoza, del 13 de octubre de 1873, cuando encontramos como ese mismo año fue señalado con la colocación de aquel puente de hierro sobre el Alcanadre destruido en 1879: «Realizándose esta delicada operación sin contratiempo alguno bajo la dirección de D. Juan Escala, dependiente de la Maquinista terrestre y marítima de Barcelona, constructora del viaducto. El tramo único de que consta, del género de celosía, sistema americano, y que mide 28 metros de longitud, avanzó majestuoso a impulsos tan solo de seis hombres, en medio del gentío que desde ambas riberas admiraba la hermosa perspectiva del puente, adornado de las obligadas banderas, y no menos los prodigios de la mecánica aplicada para poner en movimiento seguro y ordenado tan enorme peso. Satisfechos deben hallarse los Sres. D. Francisco Mirallas Paño y D. Alejandro Torres, Alcalde y concejal que fueron del Ayuntamiento que en mayo último acordó la construcción de una obra de tan grande interés local, y es bien seguro que al ver realizado aquel pensamiento habrán olvidado los disgustos que como comisionados del municipio han tenido que arrostrar, venciendo los muchos obstáculos que la indo le especial de esta clase de obras y la fuerza de las circunstancias por que el país atraviesa han levantado. El vecindario a su vez puede hallar se satisfecho de la acertada inversión dada a los fondos municipales.»

De nuevo una nueva riada sucedió en 1882, atendiendo a la reseña aparecida en La Unión, Madrid, 9 de septiembre de 1882: “Una grande avenida arrasó el puente provisional que tenía esta villa en el Alcanadre. Las aguas del río subieron cuatro metros 86 centímetros sobre su ordinario nivel”.

Carta 5 de septiembre. El Corresponsal  

Una grande avenida arrastró en la pasada noche el puente provisional que tenía esta villa en el Alcanadre. Las aguas del rio subieron cuatro metros ochenta y seis centímetros sobre su ordinario nivel, causando también perjuicios de mucha consideración al contratista que levanta el nuevo puente sobre dicho rio. Cinco hiladas de piedra que tenía ya labradas al pie del estribo de la derecha, que es el que falta que levantar, han sido envueltas entre piedras y arenas, arrastradas por las aguas o rotas e inutilizadas para la construcción de dicho estribo. Este imprevisto contratiempo retardará, sin duda alguna, la terminación del puente, legítima aspiración de esta villa, por espacio de cuatro o más meses, causando graves trastornos a los machos propietarios que tienen sus tierras al otro lado del rio. Aunque hasta ahora no se ha podido averiguar, también han debido sufrir mucho los azudes que toman el agua para el riego de nuestra vega, y mucho más los campos situados en la parte superior de la ribera de Alcanadre donde el aluvión ha debido ser excesivamente grande. Esta es una nueva calamidad que tenemos que añadirá las muchas que pesan sobre este poco afortunado país. La sequía continúa, y solé ayer un pequeño chaparrón de agua refrescó algo el polvo de los caminos.  

Un herido que hubo anteayer en esta villa, donde se celebraba la fiesta de su patrono San Antonino, ha fallecido en la mañana de hoy. Son estos los recuerdos que quedan después de celebradas las festividades de muchos pueblos de nuestras provincias.  

Diario de Huesca – 06 de septiembre de 1882.  

Las diferentes noticias dan cuenta de la importancia que han tenido históricamente las avenidas en el Alcanadre y su capacidad de afección a las distintas localidades y terrenos anexos a su recorrido. Así, el Estudio de la calidad ecológica integral de los tramos fluviales más importantes del río Cinca: río Alcanadre (Confederación Hidrográfica del Ebro) define al Alcanadre por su paso por Sariñena como carácter estacional muy marcado en este tramo: “En Sariñena, en julio de 2001 era de 1,6 m/s, mientras que según datos históricos llega a haber máximos primaverales de más de 50 m/s (EA033)”.

Durante la guerra el puente, como infra estructura básica, el puente fue objeto de investigación por parte de los servicios secretos de las fuerzas sublevadas. Estas investigaciones fueron llevadas a cabo por el Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) y el Servicio de Información del Nordeste de España (SIFNE), documentación depositada en el Archivo general Militar de Ávila. En ella aparece una detallada descripción de los puentes sobre el Alcanadre en Sariñena. Curiosamente se apuntan dos puentes, respondiendo el segundo, el número 11, al puente metálico de arcos parabólicos de Joaquín Pano y Ruata:

Número 10. Puentes sobre el Alcanadre en Sariñena

Material ………………………      Metálico

Número de tramos ……..      Tres (3)

Luces ………………………….     Cuarenta y dos metros, cincuenta y dos centímetros (42,52) cada uno de los tramos.

Anchura …………………………. Cinco metros cincuenta centímetros (5´50).

Altura sobre el cauce ……… Siete metros (7).

Observaciones: El puente está compuesto por tres tramos de vigas en celosía, sin riestras superiores y con tablero inferior.

Número 11. Puentes sobre el Alcanadre en Sariñena

Material ………………………      Metálico

Número de tramos ……..      Uno (1)

Luces ………………………….       Cuarenta y un metros (41).

Altura del cauce ………          Siete metros (7).

Anchura ………………………….  Seis metros (6).

Observaciones: El puente está formado por un solo tramo de viga parabólica con arriostramientos superiores en su parte central y tablero inferior.

AGMAV,C.1310,16 / 9 Puente sobre el Alcanadre, Sariñena.

El puente metálico de arcos parabólicos de Joaquín Pano y Ruata, construido en 1883, duró hasta su destrucción en marzo de 1938 por las tropas de la República en su retirada. Para ello colocaron cargas explosivas volando el puente por completo. Quizá, tuvo su implicación el grupo de dinamiteros establecido en Sariñena (La guerra civil en Sariñena).

S.I.F.N.E. 9-9.1937 Sete. Información de un agente destacado en la zona roja.

Funciona actualmente en la zona roja, un cuerpo de dinamiteros que obra con absoluta independencia del ejército y están a las órdenes directas del Consulado de Rusia. Funcionan dos academias para instruir a los individuos del mismo, que son escogidos entre los que forman el Ejercito Popular.

Estas academias están instaladas, una en Valencia -ignorándose su emplazamiento-, y otra en Barcelona, señalándose su emplazamiento por nota de hoy, para ser trasladado al plano general de Barcelona. Los grupos que actúan ya, por haber recibido la oportuna instrucción, se hallan destacados en Alcañiz, Barbastro y Sariñena, y constan de unos 50 individuos cada uno.

Con el avance de las fuerzas nacionales, los pontoneros prepararon un puente provisional para más tarde construir una pasarela de madera, “Quedando durante más de un año los restos rotos y retorcidos del puente en el lecho del río” Salvador Trallero “Sariñena Antigua”.

Jefatura de Obras Públicas. Provincia de Huesca. Anuncio:  “Ateniéndose a lo dispuesto en el decreto de 16 de Febrero de 1932 (Gaceta del ocho de Marzo) y a la Instrucción para su aplicación de 27 del mismo mes y año, (Gaceta del 5 de Marzo), esta Jefatura ha resuelto celebrar un concurso para la ejecución por destajo de las obras de reconstrucción del puente sobre el río Alcanadre en el kilómetro 73’640 de la carretera de tercer orden de Mequinenza a Sariñena (Camino Comarcal C-129), las cuales deberán ajustarse al proyecto redactado en 15 de Junio de 1939 por el ingeniero de Caminos don Gregorio Chóliz Andériz, y cuya ejecución por administración ha sido autorizada por la Dirección General de Caminos en 29 de septiembre de 1939 por su presupuesto de pesetas 225.588’89 (doscientas veinticinco mil quinientas ochenta y ocho pesetas, ochenta y nueve céntimos), y después de ser este crédito favorablemente informado el 24 de Octubre de 1939 por la Intervención General de la Administración del Estado y previa la autorización del correspondiente gasto por el excelentísimo señor ministro. Las obras deberán estar terminadas en 30 de septiembre de 1940.”

Nueva España – 12 de noviembre de 1939.

Así, el actual puente fue obra del ingeniero de Caminos don Gregorio Chóliz Andériz y contó con un presupuesto de pesetas 225.588’89. Después de varios años de construcción, las obras finalizaron dos años más tarde de lo previsto, entrando en servicio en servicio en 1942.

“Tocan a su fin las obras de la construcción del magnífico y airoso puente de tres tramos que sobre el río Alcanadre, en la carretera de Huesca a Fraga y Lérida, a diez minutos de la villa, Obras Públicas de la provincia, por el contratista señor Cuota, está llevando a cabo en substitución del que elegante arcada volaron los rojos en su huida. Dicho puente, buena mejora de comunicación, con el llevado a ejecución por la Compañía del Norte en las cercanías de la estación, considerado como uno de los más grandes y solidos de la línea, marcan firmes jalones en el plan de reconstrucción de nuestra provincia y de España.”

  Nueva España – 19 de marzo de 1942.

“El puente sobre el río Alcanadre (Sariñena) en la carretera comarcal de Mequinenza a Sariñena, Km. 71, de tres tramos de 19,20 metros de luz, ancho siete metros.”

 Datos Jefatura de Obras Públicas Nueva España – 18 de julio de 1954.

El 27 de julio del 2012 se resquebrajaron y desprendieron al suelo trozos de hormigón de uno de los estribos del puente sobre el que se apoya una de las jácenas. Aquello restringió el tráfico y ocasionó graves perjuicios, pues el único paso alternativo dista a unos 50 kilómetros. (Diario del Altoaragón 23 septiembre del 2021 Marga Bretos). El puente estuvo 138 días afectado el tráfico a su paso por el puente, hasta que el 11 de diciembre del 2012 se volvió a restablecer (Diario del Altoaragón 12 de diciembre del 2021 Marga Bretos).

Puente ferroviario sobre el Alcanadre

El antiguo puente metálico ferroviario sobre el Alcanadre de Sariñena pertenecía a la línea ferroviaria entre Madrid y Barcelona, línea que comenzó a funcionar el 18 de septiembre de 1861. Una línea construida por la Compañía de Ferrocarril de Barcelona a Zaragoza, por lo que podemos estimar su construcción en los años anteriores a la puesta en funcionamiento de dicha línea.

Respondía a un puente metálico rectangular con tramos metálicos dispuestos de manera independe, estaban formados por vigas largueros en forma de cruces de San Andrés los extremos, y por una celosía de segundo orden el central. Los vanos salvaban unas luces de 22,8+67,8+22,8 m. (La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015).

Descarrilamiento de tren en el puente sobre el río Alcanadre, en Sariñena – [1875] ES/AHPHU – F/00122/0065.

El 8 de Julio de 1875, una partida del ejercito carlista, dirigida por Dorregaray, destruyó el puente de hierro sobre el río Alcanadre. Al parecer, el ejército levantó la vía en el último tramo del viaducto y desde Sariñena lanzó un convoy con 25 unidades, entre coches y vagones, y con tres locomotoras por cabeza y una por cola: “Una vez los reguladores de las tres máquinas estuvieron abiertos a todo vapor, los maquinistas y fogoneros abandonaron el tren, dejando inutilizado el viaducto y la línea férrea” (Antoni Nebot).

“Las obras de reconstrucción del magnífico puente de la vía férrea de Zaragoza Barcelona, inmediato a la estación de Sariñena, sobre el rio Alcanadre, están muy próximas a su terminación, debiendo recibirse por los ingenieros del Estado dentro de breves días.”

Diario de Huesca – 20 de febrero de 1877.

La Estación de Ferrocarril de Sariñena | os monegros

“Iban a ser recibidas por los ingenieros del Estado las obras de reconstrucción del magnífico puente tendido sobre el río Alcanadre, en la vía férrea de Zaragoza a Barcelona, inmediato a la estación de Sariñena”.

 Extractado de El Diario, Sección “Hace 33 años”, correspondiente al 20 de febrero de 1877. Diario de Huesca – 21 de febrero de 1910.

El Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) y el Servicio de Información del Nordeste de España (SIFNE), durante la guerra, realizaron la siguiente información sobre el puente ferroviario:

Número 18.

Puente del ferrocarril sobre el río Alcanadre en Sariñena.

Por referencias del personal efecto a la Jefatura de Obras Públicas de la Provincia de Huesca, se tiene idea que este puente está formado por un tramo principal de vigas metálicas en celosía de unos 50 o 55 metros de luz con tablero superior y una altura de rasante sobre el cauce del río de unos 25 metros, siendo su ancho para vía sencilla, creyendo puedan encontrarse los dibujos exactos del mismo en la División de Ferrocarriles de esta plaza.

Desafortunadamente, el puente ferroviario de Sariñena sobre el río Alcanadre fue completamente destruido durante la retirada del bando republicano, el 26 de marzo de 1938, a través de la voladura de la pila de apoyo de los tramos metálicos: “Fue destruido por completo con la caída de su tramo central, que arrastró a los dos extremos que cayeron con grandes destrozos. El Ejército republicano, en su retirada, había volado la pila del lado de Zaragoza a la altura de la cimentación, aproximadamente de unos 20 metros. La otra pila, al salir lanzados los tramos metálicos por efecto de la explosión, fue cortada en bisel, quedando destruida por el frente de aguas arriba en una altura de 10 metros.” (La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015).

El informe S.I.F.N.E. 9-9.1937 Sete, en el que queda recogido la existencia de un grupo de dinamiteros en Sariñena, se señala sus intenciones de dinamitar el puente del ferrocarril (La guerra civil en Sariñena).

Como ejemplo del trabajo que dichos grupos tienen encomendado, se indica en anexo número uno, un método para la destrucción del ferrocarril compuesto de varias unidades; las dos interrupciones del circuito tienden a que una maquina exploradora pase sin que explote la bomba, pues la separación de 25 metros de las dos interrupciones del circuito, hacen necesarias varias unidades para la explosión. La parte marcada en rojo, es para el caso de ser descubierta la instalación, que explotaría al ser removida la bomba del lugar en que se encuentra

En xxx anexo n° 2, combinación a base de tres o más bombas con el fin de que explotando una de ellas al pasar un convoy, explotan las siguientes o anteriores, al ir socorrer al vehículo siniestrado.

Biarritz 7/9/937. II 4.7.

Explosivos

La reconstrucción fue rápida, de alguna manera prioritaria para el avance nacional hacía Cataluña, como puente enmarcado en la línea de ferrocarril de Zaragoza a Barcelona perteneciente a la Compañía del Norte: “Fundamental para mantener la circulación y el abastecimiento al frente”.

Con la 54 División

“Atrás quedó el ferrocarril, imposibilitado para seguir la forzada marcha de nuestras tropas por la voladora de un puente en Sariñena –uno de los mayores de España- que se está reconstruyendo a toda la velocidad y que, por su envergadura, aún tardará cerca de un mes en quedar utilizable.” 

La prensa: diario republicano: Año XXVIII Número 10447 – 1938 mayo 13.

Sin embargo, lo primero fue restablecer la comunicación ferroviaria a Sariñena:

Se restablece la comunicación ferroviaria

Santander. El ministro de Obras Públicas ha manifestado a los periodistas que han sido restablecidas las comunicaciones ferroviarias entre Tardienta y Sariñena. Este servicio se dedica, de momento, solamente a transporte militares.

El Diario Palentino: defensor de los intereses de la capital y la provincia. El más antiguo y de mayor circulación: Año LVII Número 16332 – 1938 marzo 30.

Las comunicaciones ferroviarias de Aragón se restablecen

«También se ha restablecido el tráfico entre Zaragoza y Sariñena.»

El Adelanto: Diario político de Salamanca: Año 54 Número 16548 – 1938 marzo 31.

En la reconstrucción del puente participó Didac Ortiz Pérez de Tudela, dejando constancia de su testimonio en Diario de un Biberón, de Manuel Fernández Sosa, La Patumaire Edicions SL, pág. 191. Didac, prisionero de guerra, al cumplir los 18 años fue destinado al Batallón de trabajadores nº 151, destinado por un tiempo en la reconstrucción del puente ferroviario de Sariñena:

¨Llegamos de noche a la estación de Sariñena y nos instalan en una casa sin luz, a tientas nos acomodamos como podemos para pasar la noche. De madrugada, todavía de noche, nos levantan y, tras un café aguado, nos dirigimos vía abajo hasta llegar a un puente.


La riada se ha llevado un pilar del centro y nuestro trabajo va a consistir en poner travesaños en forma de columna -los travesaños son las piezas de madera que sostienen los raíles de las vías del tren-. Es un trabajo muy penoso por el peso de las maderas, sobre la tierra y el agua vamos subiendo la plataforma, entrecruzando entre si y reforzándolas con unas falcas hasta llegar arriba. Con gatos se consolida el puente y los trenes pueden circular lentamente mientras en el río se empieza a cavar los cimientos de un nuevo pilar. Esto lo hemos hecho sólo en tres días. Maltratados, mal alimentados, con un frío terrible proveniente del fuerte viento del Moncayo, que es peor que la tramontana de mi país. Si tenemos que cruzar el puente por arriba, debemos hacerlo a rastras y agarrados a los raíles para no salir despedidos al vacío debido al viento, que tiene 30 o 40 metros de altura.

Hoy, domingo, parece que vamos a descansar, pero no es así. Otra vez al puente. A media mañana llega una máquina con un solo vagón, encima montan un altar y allí un cura nos dice misa. Personalmente no hago ni caso de lo que está diciendo aquel buen hombre, me encuentro en un agujero con agua hasta media pierna y helado por el frío. ¡Esto es bestial! También recibimos <<obsequios>> de los trenes sanitarios, ya que al pasar lentamente por el puente, tienen tiempo de lanzarnos lo que quieren, tenemos que protegernos con las palas. Por fin podemos ver el lugar donde hemos estado viviendo estas terribles jornadas de hambre, frío y mucha mala leche de los mandos. Salimos de noche y entramos de noche. Es un caserío en ruinas al lado de la estación, y al fondo, a unos tres kilómetros, se ve el pueblo de Sariñena.

Le decimos adiós muy contentos de dejar este infierno, si hubieran tardado más en sacarnos de aquí, dejamos la piel”.

Para su reconstrucción se utilizaron los tramos metálicos del puente Adaja, que pertenecía a la línea Villalba a Medina (por Segovia), una información muy detallada recogida en La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015:

“Con los dos tramos laterales (Del puente de Adaja) se salvó el vano central del puente de Sariñena, tras la construcción de un castillete central de madera en el que se apoyaron. Con el tramo central del puente Adaja que se dividió en dos, y un trozo nuevo de 5m, se salvaron los laterales del mismo viaducto.

Como particularidad en este viaducto no se reconstruyó la pila de lado Zaragoza sino que se situó un castillete en su lugar donde situarían los tramos con pescante de 15 m. Como había que adaptar los tramos del río Adaja, se desmontó el terraplén de acceso del lado de Zaragoza hasta conseguir una caja de 40 m de larga por 7 m de ancha y 6 de profundidad para efectuar el montaje al nivel definitivo. Se ejecutó el castillete central de madera sobre una losa de cimentación de hormigón armado para la que hubo que hincar pilotes debido a la gran cantidad de agua que apareció, mientras se reparaban el resto de los elementos dañados (pilas y estribos). Se realizó el montaje de los tramos metálicos y se corrieron hasta su posición definitiva, dando paso tras rellenar de tierras la caja del terraplén abierto.” (La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015).

“De este modo, desde Altos Hornos de Vizcaya, se transportaron los materiales y medios auxiliares hasta Sariñena y desde allí hasta el puente sobre el río Cinca en el PK 125,725 de la línea de Zaragoza a Barcelona de la Compañía del Norte.” Reparación y construcción de puentes durante el Glorioso Movimiento Nacional. Compañía de los Caminos de Hierro del Norte. Revista de Obras Públicas, número especial 1936-1939, número 07.

“Los materiales que se emplearon en los castilletes dependían de los existentes en la zona. En la reconstrucción provisional del puente de Sariñena se emplearon dos tipos de castilletes, metálicos y de madera, debido a la facilidad de disponer de estos elementos en dicha zona de manera inmediata.” En Reparación y construcción de puentes durante el Glorioso Movimiento Nacional. Compañía de los Caminos de Hierro del Norte. Revista de Obras Públicas, número especial 1936-1939, número 07.

Sariñena, la retirada. | os monegros

Finalmente, el nuevo puente ferroviario entró en funcionamiento en mayo de 1938, apenas un mes después de su voladura. Tanto el ministro de obras públicas en Zaragoza como el mismo Francisco Franco acudieron a visitar el puente ferroviario sobre el Alcanadre a su paso por Sariñena:

El ministro de obras Públicas en Zaragoza

«Mañana visitará la línea del Cinca inaugurando los puentes de Monzón y Sariñena, volados por los rojos.«

La prensa: diario republicano: Año XXVIII Número 10448 – 1938 mayo 14.

El Caudillo visita el Frente (Visita realizada el 20 de mayo)

«Desde este punto se trasladó Franco al puente de Sariñena, la famosa obra de 23 metros de altura que ha sido reconstruida en menos de un mes, a pesar de sus sesenta metros de largo.» 

Imperio: Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S.: Año III Número 476 – 1938 mayo 21.

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Esta es parte de la historia de los puentes sariñenenses sobre el Alcanadre, parte porque seguro que quedan muchas cosas por descubrir y contar pero que forman parte esencial de nuestras vidas, de nuestras comunicaciones y relaciones y sobre todo de un gran curso fluvial, un río que permitió asentarnos como población y al que debemos nuestra propia existencia: el río Alcanadre.

Historia de los puentes sobre el río Alcanadre a su paso por Sariñena

El puente de hierro


Jesús Cancer Campo
Publicado en la revista El Tarirán en febrero del 2020.
Fotografías Pilar Laín.

Fotografía Pilar Laín.

Todos conocemos nuestro “Puente de Hierro”, no muy lejos del Real Monasterio de Sijena. Por él cruzamos el río Alcanadre camino de la sierra y el monte alto. Hasta él llevamos más de cien años paseando los de Sena y Villanueva para hacernos alguna fotografía con sus vigas herrumbrosas de fondo. Novios, cuadrillas de amigos y amigas, familias… todos, una u otra vez, hemos ido hasta allí para disfrutarlo de cerca y ver correr las aguas de nuestro río desde el vértigo de sus pasarelas laterales.

Personalmente, es uno de los recuerdos indelebles de mi niñez. La excitante experiencia de apearme del carro, camino de la siega estival (y a la vuelta), para cruzarlo caminando de la mano de Cristina, mi hermana mayor, bajo la atenta mirada de nuestra madre. Pisar aquella plataforma metálica bajo nuestros pies y ver correr las imparables aguas del río, que se iban al mar, es una vivencia que se ha grabado en nuestro ADN.

Después de algunos meses buscando información en distintos estamentos oficiales (CHE, DGA, DPH, Fomento…), finalmente conseguí encontrar información sobre nuestro puente. Fue en la ciudad de Huesca, Departamento provincial de Carreteras de la DGA. Allí me encontré con Paco Tomás, un hombre paciente y amable que desempolvó viejos legajos que guardaban datos, planos y referencias sobre nuestro objeto de estudio: El puente sobre el río Alcanadre en el término municipal de Villanueva de Sijena, dentro de “una carretera de tercer orden que discurre entre la Estación Férrea de El Tormillo y Bujaraloz, km 19´677 de dicha vía”. Se hace necesario explicar ese recorrido, pues en la actualidad se nos hace algo incomprensible, ya que esa “carretera de tercer orden” venía desde la estación de Ferrocarril de El Tormillo ( a unos 17 km. de Sena) y llegando a nuestra almazara bajaba por la actual carretera A-131 y tomaba el desvío a la derecha, antes de Villanueva, hasta el puente sobre el río Alcanadre y continuaba por el actual camino del monte recorriendo nuestro alargado término municipal hasta llegar a Valfarta y desde allí a Bujaraloz.

El proyecto de su construcción data de 1909, efectuado por el ingeniero D. Blas Sorribas. Dos años después, en 1911, se realiza una detallada memoria. Pero no es hasta el 22 de diciembre de 1913 cuando se adjudican las obras para la definitiva construcción del puente.

Su construcción conllevó algunos problemas que dilataron su definitiva ejecución. Hemos de tener en cuenta la precariedad de los medios técnicos, incluso mecánicos de aquella época. Así el 17 de febrero de 1919 se efectuaron las pruebas de resistencia con resultado favorable, aunque un año más tarde, en 1920 y en plazo de garantía, una gran avenida del Alcanadre produjo importantes daños que requirieron su reparación. Por fin, el ingeniero jefe D. Juan Serrano y Piñana realizó su definitiva liquidación en 1922.

La obra se adjudicó a la Sociedad Anónima Astilleros del Nervión en 1913, como hemos apuntado ya; debiendo comenzar su construcción el 19 de febrero de 1914, con un plazo de finalización de las obras que vencía el 18 de junio de 1917. Su coste total fue de 186.543,63 pesetas, ¡algo más de mil euros!

Sobre algunos datos técnicos podemos señalar:

Su longitud es de 127,700 metros, dividido en tres tramos iguales.

Se realizó un sondeo de 3 metros de profundidad en el cauce del río para las pilastras de soporte de la estructura.

Su peso es de 303.783 kg. (más de 300 toneladas). Solo sus 72 cuerpos visibles (36 a cada lado) y las barandillas –grosso modo y por lo que he calculado– suman unos 40.000 remaches, además de la tornillería. No tiene tantos como la Torre Eiffel, pero ya son…

Nos ha llegado alguna noticia de que el Ministro de Justicia de entonces, procedió a su inauguración, aunque, por ahora, no he hallado documento fehaciente acerca de este dado. Seguiremos investigando.

Fotografía Pilar Laín.

En cien años de vida solamente ha recibido “un lavado de cara”, fue por año 1945 cuando se convocó una primera subasta pública para obras de pintura. Una vez adjudicados los trabajos en 1946 (las personas más mayores quizás lo recordaréis) al contratista Marino Sanz Carijo, la empresa de José Tello Espinosa se encargó de la pintura del puente, que debió comenzar el 9 de septiembre de 1946 y finalizar dos meses después. Según parece, un problema con el suministro de aceite de linaza retrasó algo el comienzo de los trabajos.

En la liquidación final se contabilizaron 2.650 metros cuadrados de superficie pintada y un gasto total presupuestado de 80.212,80 pesetas.

Actualmente, y a la vista de su estado, nos animamos a instar a las autoridades competentes a que presten nuevamente atención a nuestro Puente de Hierro, para que se reparen sus numerosas herrumbres, se efectúe un pulido de su estructura total y se pinte de nuevo a la máxima urgencia. Ah, y algo muy importante: a quien corresponda también, se debería evaluar seriamente el estado del hormigón de sus pilastras, a buen seguro desgastadas por la erosión permanente del agua, y reforzarlas tanto como sea necesario. Es una cuestión de JUSTICIA y SEGURIDAD PÚBLICA.

Faustino Blanco Gari


Albañil, pintor, escritor, estudioso de Sariñena y gran conocedor de su historia, todo un polifacético. Faustino resulta una enciclopedia abierta, con ganas de conversar y que amistosamente acoge en su estudio repleto de cuadros, libros, revistas y antigüedades. Profesa un gran amor por su pueblo y lo transmite cuando repasamos su vida y, en ella, parte de la memoria reciente de Sariñena, de la que desvela algunos de sus secretos y curiosidades.

Faustino nació en Sariñena el 3 de septiembre de 1941, hijo de Antonio y Auxilio, naturales de Sariñena y Estiche de Cinca respectivamente. Antonio fue albañil y Auxilio se dedicó a los trabajos propios de la casa. Su abuelo materno fue sastre y también un tío que ejerció de sastre en Sena. La familia Blanco – Gari vivió frente la capilla Loreto, entonces plaza Alvarado, actual Constitución, junto a la calle Meca.

Faustino recuerda perfectamente la desaparecida capilla de Loreto “En su cúpula había pintado un sol enorme”. Maltrecha, fue utilizada como almacén para Regiones Devastadas, durante la reconstrucción de Sariñena tras la guerra: “En la desaparecida capilla guardaban carretillos, regletes, tableros, andamios… En Sariñena había muchas casas caídas, destrozadas por la guerra, “Además no había faena continua, ni había dineros, se hacía lo que se podía”.

Fue a las viejas escuelas de la calle del Muro, Ronda San Francisco, donde les hacían cantar las canciones franquistas. Siempre llegaban tarde, no llevaban reloj y el maestro don Mariano Sampietro les esperaba con la vara. Ellos, que lo sabían, miraban antes por el amplio ojo de la cerradura y así, si veían que todo estaba muy tranquilo y en silencio, sabían que les estaba esperando tras la puerta. Por miedo se escapaban y tardaban varios días en volver a la escuela.

Todos los sábados tenían que ir a misa, por la mañana, sobre todo en verano, cuando tenían fiesta. Mosén Vicente siempre hablaba de la mano negra, la mano que ahogaba para que uno no confesase antes de morir. En último grado de la escuela, se escondían en el casino para no entrar en la iglesia, hacían fauneta y se iban a jugar.  Jugaban a fútbol en la plaza de la iglesia, a encondelicas o a tú lo llevas…También jugaban en las eras de Torres, Chin, Mora o Bolera.

De críos iban a coger cobre por los emparrados de los huertos para después venderlo, para ganarse algunas “perricas” y poder ir a ver alguna película de Tarzán al cine. Iban a buscar trozos de guerra, por el monte, a Miranda. También, en el brazal de la acequia del pesquero buscaban, cuando no bajaba agua por la acequia, peines de balas que habían tirado los milicianos.

Frecuentaban todas las badinas del río Alcanadre a su paso por Sariñena, los tres Chorretes, el Cantero y la ripa el Cuervo río abajo y de Santiago y el Hospital río arriba. La del Hospital era la más frecuentada “Pues había zonas que cubría y otras no”. Las chicas se ponían aparte, separadas.

En Sariñena llegaron a haber hasta dos boleras, una en la calle Dato, la de Luis El Tambor y otra en la pista de Antonio Porra. Faustino jugó a fútbol con el equipo de Nivelcampo, sin ficha y solamente algunos partidos. Les daban de merendar y se quedaban a bailar, iban a Binefar, Almudevar, Caspe, Lalueza, Villanueva de Sijena, Ontiñena… eran partidos amistosos, no había liguilla. Sobre 1965 se pasaron muchos al Sariñena que comenzaba a existir. Faustino jugó principalmente de portero y fuera de puerta.

A la escuela fue poco, hasta los 13 años, en septiembre hizo los años y en noviembre comenzó a trabajar, asegurado con tan sólo 13 años. Comenzó a trabajar cuando se comenzó a construir el primer silo del barrio de la Estación de Sariñena. Luego trabajó en Montesusín, San Lorenzo del Flumen, San Juan del Flumen, la Cartuja de Monegros y Artasona del Llano, entre Tardienta y San Jorge. Todo en albañilería, también en Huesca y en Zaragoza, en el Picarral. Solía ir con su padre y hermano Ángel, que le llamaban Antonio, como a su padre y también Pedrín, “Pues era muy reñidor y calentaba a todos, como uno de los protagonistas de las historietas de Roberto Alcazar y Pedrín”.

Nunca paró de trabajar, hasta los 29 años a jornal, hicieron varias casas del pueblo. Luego fue autónomo y llevó a gente hasta que enganchó con Borruel. También realizó trabajos en el cementerio municipal de Sariñena “Una faena que no quería hacer nadie”. En sus últimos años estuvo de maestro en la escuela taller de Sariñena, en el módulo de albañilería. Participó en tres escuelas talleres y cada escuela duró unos dos años.

Faustino se casó con Josefina Laín y de viaje de novios estuvieron por Zaragoza, Pamplona y San Sebastián. Dos días antes de casarse, el 24 de agosto de 1967, Faustino colocó, con una escalera de tijera, el escudo de Sariñena en la fachada del ayuntamiento. Era un escudo de cinc pintado en azul, un escudo que donó el Banco Hispano, pues habían tenido las oficinas en los bajos de ayuntamiento, donde estuvo el Inaem.

Faustino y Josefina han tenido dos hijas: María José y Gema. A raíz que su hija Mª José pintaba, Faustino se animó también al arte de la pintura. En 1980 comenzó a pintar pero no comenzó a pintar en serio hasta que se jubiló. Desde entonces han hecho varias exposiciones conjuntas en Huesca, Fraga, Monzón… Siempre ha sido autodidacta y ha tratado todos los estilos.

También le apasiona la historia y ha investigado sobre Sariñena, escribiendo varios artículos en la revista Quio, de Sariñena y Los Monegros. Es conocedor de misterios de Sariñena, del polvorín de la guerra en la loma cercana a la ermita de Santiago, “Letosa lo destapó, puso una puerta y cultivó champiñones”. Con Faustino darían horas y horas de conversación, del antiguo poblado que había a orillas del Alcanadre a la sala del casino que servía para el diezmo, guardando aceite y trigo. Faustino habla de las marcas de cantero de los arcos, del escudo de Sariñena, de las casas de Sariñena, de cómo se vivía antes, de la Miguela y la posada, de la moneda…

“La vida ha cambiado para bien, no podemos comparar con los años 40 o 50, todo era miseria.” Faustino iba andando a trabajar a San Juan del Flumen, “No había dinero ni pa una bicicleta”. Cruzaba la Isuela (Flumen) en invierno, además había riadas y heladas, se quitaban las zapatillas y remangaban para cruzar el río. Se comenzó a vivir bien cuando los americanos soltaron la pasta, cuando se comenzaron a hacer pantanos y llegó el regadío. “A quien pillaban trabajando en domingo le ponían 25 pesetas de multa y luego debían de besar la mano al cura. Muchos simplemente iban al huerto, había que comer”.

Había mucha unión y se valoraban más las casas, ahora parece que se va a destacar sobre los demás. No se pagaba ni seguridad social, ni había casi leña, si cogían algunos romeros o aliagas para cocinar y calentarse y les pillaban les denunciaban. Y si de críos les pillaba el guardia, los días grandes, del Corpus o la Ascensión, les encerraban bajo llave en clase. De ocho de la mañana hasta entrada la noche, hasta las ocho, incluso les llevaban la comida. 

Cuando tenían vacaciones se pasaban todo el día en la badina, aunque no les dejaban ir. Se reían de Casimiro el tonto, por divertimiento, más que por maldad. Para las fiestas había dos o tres orquestas: en el Casino, en la pista de Porra y en el garaje de Remigio Alonso, frente al restaurante Los Monegros. El año que Faustino se casó, recuerda que actuaron en Sariñena Rocío Jurado y Camilo Sesto. Enfrente de Blecua, por la plaza de las Monjas, colocaban un entoldado completamente tapado por sus laterales y servía para la orquesta y pista de baile. Además, pegado al entoldado colocaban una pista de autos de choque.

Llegó a ver la cripta del Hospital, antiguo convento, aunque no bajó “Había mucha tierra”, sí que vio que era abovedado, con un pequeño pasillo central y cuatro nichos a cada lado. Después hicieron el pozo, como para señalar por donde está la cripta.

En casa Paraled estuvo el sindicato vertical, en el primer piso, y todos los archivos. También pusieron mesas de ping pong y biblioteca del frente de juventudes, si no eras del frente no dejaban entrar, ni daban camiseta ni dejaban jugar a fútbol.

Raquel vendía caramelos, abugos, cerezas… colocaba una mesa con cuatro tarros frente a la barbería del Chespín, en los Porches, y si le daba el sol cambiaba de lado. El cine les costaba tres pesetas, iban a las toleradas, aptas para todos los públicos. Iban por la tarde, al Victoria, también había en el casino, por la noche. Los domingos había baile en el Casino, con la orquesta Cobalto. Para nocheviejas y fiestas, cuando había dineros por medio, traían orquestas de fuera.

Faustino estuvo en la inauguración de los juegos olímpicos de Barcelona de 1992. Culturalmente activo e inquieto son muchas cosas las que tiene por contar, anécdotas e historias que seguiremos disfrutando al igual que sus pinturas  y compañía por nuestras calles. Faustino, un gran y buen hombre.

Faustino Blanco Gari, un pintor con Sariñena en el corazón.

Josephine Monter Ardanuy


Artista de vocación, de niña pintaba en una pizarra que tenía su padre en la carpintería, dibujos efímeros y pobres en colores. Por ello siempre buscó los colores, despertando verdadera pasión por ellos. A Josephine siempre le ha gustado la pintura, dedicándose al mundo de las bellas artes, la pintura y escultura. Actualmente, junto a su hermana Pili son unas revolucionarias del ambiente cultural de Sena y por ende de Los Monegros y desde hace años se ha aventurado con su propia «Galería  de Arte Josephine Monter”.

Una historia de Sena a Nueva York y de Nueva York a Sena.  

Josephine Monter Ardanuy nació en Sena en 1944 en la casa familiar, su padre era carpintero y constructor de carros. Ha sido muy mala estudiante y siempre estaba jugando y bailando, quería ser bailarina de valet “Siempre cogía el ritmo, sobre todo con la jota”. Era una típica niña de pueblo, traviesa, que no paraba de jugar y correr. Aprendió, como todos, a nadar en la badina del río Alcanadre “Por la glera del río había muchos sapos, los conciertos de ranas y los cuquetes de luz, las luciérnagas”. Eran tiempos más familiares, las casas con las puertas abiertas, de tomar juntos la fresca en la calle por las noches, cenar en los patios, hacer hogueras y saltarlas para san Antón… Su padre solía sacar la televisión a la ventana y, en la calle, se juntaban para verla, algún partido de fútbol o cosa importante.

Eran otros tiempos, “Antes todo el mundo tenía huerto y en medio un andador con frutales, pereras, manzaneras, minglaneras… fruta natural”. Han desaparecido pero antes se tenían que abastecer gracias a ellos, que decir de los famosos melones de Sena. “Antes se iba a los mercados a vender y ahora se va a comprar”,  se hacía trueque, les traían leche y su padre les decía “Pues yo te haré una silla”.  

Una vez, el  pintor senense José María Palacin acudió al taller del padre de Josephiene, quería que le hiciese un marco de madera para uno de sus cuadros. Su padre avisó a Josephine y le presentó a José María. Josephine enseguida le inundó de preguntas y José María le dejó un maletín lleno completamente de pinturas de colores. Ahí comenzó todo.

Se hacía amiga de todas las personas que llegaban al pueblo. Nunca se acordaba de los nombres de las casas y para llamar pegaba un grito en vez de gritar el nombre, pues las puertas estaban abiertas –¡tía María!-. Querían mucho a la tía Tonina, era la abuela de todos, era pequeña y regordeta, siempre con un capazo del huerto con sus verduras, hortalizas o remolacha. Si veía a Josephine con los mocos fuera se los limpiaba, se remangaba la falda y le mocaba con el refajo -¡Siempre estás igual!-. Se quedó viuda muy joven, la pobre tía Tonina, además un hijo murió en la guerra y otro tuberculosos. La gente la quería muchísimo y la trataban muy bien, en una ocasión Josephine le regaló un helado y tía Tonina lloró de la emoción que le hizo. 

Les hacían ir al campo a buscar olivas, en enero y febrero y hacía mucho frío: “Quien coge las olivas antes de navidad se deja el aceite en el olivar”. Además, los sábados iban a coger panizo, olivas, almendras, uva (Vendimiar)… se ayudaba como en todas las casas. Por el vedado, camino a Castelflorite estaban los almendrares, olivares y viñas.

Para las fiestas ponían un entablado para las orquestas y los críos se ponían debajo y, si la cantante llevaba falda, le veían las bragas. Los perros y gatos andaban sueltos por la calle, Josephine y su hermana Pili recuerdan que una perra que tenían les acompañaba a la escuela y hasta que no entraban no se iba, luego les iba a buscar a la salida.

En la escuela quería dibujar pero no le dejaban, si dibujaba le obligaban a hacer calcos en vez de dejar libre la creación y aquello frustró bastante a Josephine. Una vez les dijeron de dibujar un carro y Josephine comenzó a dibujar su carro hasta que la maestra le paró la mano –no, no, tienes que dibujar exactamente el carro de la foto- fue como cortarle las alas de la creatividad, ella quería dibujar su carro y su burro.  

A los 17 años, Josephine se presentó a un concurso de pintura de la Diputación de Huesca que acabó ganando. Aquel premio le concedió la posibilidad de tener una beca. Así, Josephine acudió a Zaragoza, a una escuela particular en El Tubo, para preparar, durante un año, el ingreso a la escuela de Bellas Artes de Barcelona. Ingresó justamente el año que inauguraban el nuevo edificio.

En la escuela de bellas artes ya comenzó a desarrollarse. Allí escogió pintura en vez de escultura, aunque le resultaba más natural la escultura, más innata.  Luego le concedieron una beca a Granada, para dos meses, para paisajes, y otra para Siena (Italia), también para dos meses pero acabó quedándose para dos años. Pintando y cuidando un niño se fue ganando la vida, además le dejaron una casa a las afueras de Siena que resultaba una preciosidad. Allí conoció un americano que estudiaba medicina y le invitó a ir a Nueva York, donde debía de conocer a una tía suya que era pintora.

En principio, Josephine no fue a Nueva York, pero si su amigo vino a Sena y le maravilló el paisaje, le encantó la tierra, el olor a tomillo y romero y la tortilla de patata. Al final fue a Nueva York, para tres meses y se acabó quedando 36 años. Allí, profesionalmente se ha dedicado al mundo del teatro, en escenografía y vestuario, especializándose en el mundo de las máscaras. Ha trabajado diferentes materiales y tipos de máscaras, de todo tipo y clase, especialmente de las máscaras del caribe que llevaron los españoles y que hacían con vejigas hinchadas. Aprendió de un maestro puertorriqueño y luego fue ella quien dio clases en el Museo de Historia Natural de Nueva York, donde estuvo unos 10 años.

Después dio clases, durante 12 años, en la escuela de cine “Visual art” de Nueva York, había alumnos de todas las partes del mundo y aprendía más que enseñaba. También participó en un teatro puertorriqueño “La Mama”, un teatro experimental

Ha vivido en el mismo Manhatan y a las afueras, a una hora y media de Nueva York, en una zona en pleno contacto con la naturaleza donde nevaba mucho. Una finca de cinco acres por la zona de Manitou, que significa dios, el creador, antiguo territorio sagrado de los nativos norteamericanos. 

Siempre ha estado pintando y ha pasado por muchas etapas y estilos. La escultura le ha resultado siempre más innata y palpable, se puede tocar. En la sierra tiene una escultura dedicada a la mora, una mujer expulsada de Sena y que se retiró a una loma cercana desde la que observaba Sena y la rivera del Alcanadre. Su leyenda cuenta que, en noches de luna llena, bajaba hasta el Alcanadre para bañarse desnuda. También, en el monte de Sena, se encuentra la escultura a la tía Tonina a la que pronto se unirá una escultura que rendirá homenaje a la figura del pastor.

Josephine y Pili

Ha realizado diversas exposiciones, de Nueva York a Sena, donde tiene su propia galería desde hace tres años y expone parte de su obra. Ahora, junto a su hermana mantienen su parcela de libertad en Sena y en su monte, en plena sierra. También en el soto del Alcanadre, donde están recuperando la vieja arboleda donde de pequeñas iban a merendar. Participan activamente en la vida social y cultural de Sena, en actividades especialmente ligadas al folclore y a las tradiciones locales. Personas excepcionales, con un enorme corazón y cariño a su gente. Sin duda colorean la vida con intensidad y luminosidad, con tonos que alegran el espíritu, con la magia del gran abanico de colores que acaban dando luz y color a la vida.

René Noguera Noguero


René es una imprescindible, una mujer que, desde su ventana, observa satisfecha la vieja ermita románica-gótica de Sariñena. Una ermita que se salvó gracias al ímpetu de muchas personas,  logrando que el río Alcanadre no la despeñase de la frágil ripa sobre la que se sustenta. Aquel peligro se difuminó al levantarse un muro de contención que fue una dura batalla por la conservación y protección de nuestro patrimonio. Sin duda, René fue un gran motor de arranque y de recorrido en un capítulo vital en la historia de la villa de Sariñena: La preservación de la ermita románica de Santiago.

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René Noguera Noguero

René es natural de Graus, donde vivió parte de su vida. En Graus se casó con Emilio Pallas, que trabajaba, junto a su hermano, en el taller familiar Neumáticos Pallas. Pronto bajaron a vivir a Sariñena, estableciendo su propio taller “Sería la década de 1950, cuando se estaban haciéndose las nivelaciones con Nivelcampo y no había ningún taller de ruedas, así que fue muy bien”. Al principio tuvieron el taller en la avenida Huesca, donde está el bar Ricks, Emilio comenzó trabajando sólo, pero con el tiempo fue cogiendo gente. En aquel taller pasaron mucho frío, recuerda René, luego ya construyeron un gran taller y casa, al lado del antiguo. René trabajó llevando la contabilidad del taller, con las cuentas y facturas “entonces todo era más manual, con la calculadora y la máquina de escribir”.

“Muchos críos iban al taller a arreglar los pinchazos de las bicicletas”.

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Emilio Pallas en el antiguo taller.

Los camiones los tenían que atender por las aceras y por detrás entraban los tractores “Que muchos venían con los aperos”. Ahora, en esa parte de atrás es donde René tiene su huerto. A René le gusta mucho el patrimonio y la fotografía, además del huerto que le da vida. Actualmente René hace jabones y colonias “Aromas del pirineo y de Monegros”, se le daba bien y decidió hacerlo como afición.

Al principio, a René le desoló un poco llegar a Sariñena, era un pueblo en transformación, había mucha necesidad, “Había mucha gente y poca vivienda”. Emilio fue muy trabajador, muy tratable y buena persona; tuvieron dos hijos que continúan con el taller familiar, ahora en el polígono industrial Saso Verde de Sariñena.

A René el patrimonio siempre le ha interesado y pronto planteó a la asociación de Amas de Casa realizar un museo etnológico en Sariñena. Al final, entre doce mujeres, emprendieron aquella ilusión que poco a poco y con trabajo y esfuerzo se fue haciendo realidad. En un principio el ayuntamiento cedió el local donde había estado la caja de ahorros, en la plaza de la iglesia. Luego se trasladó al edificio del Hospital, en el barrio del Carmen, allí estuvieron varios años “El alcalde Ángel Mirallas colaboró y nos ayudó mucho”. Al tiempo, Mirallas les llevó a visitar una casa para ver que les parecía, era la casa de La Miguela, antigua fonda que actualmente alberga el museo. La casa les encantó y gracias a una escuela taller se rehabilitó y se instaló el museo: El museo de La Laguna de Sariñena.

“Muchas cosas se fueron recogiendo casa por casa y por corrales, íbamos como traperas convenciendo a la gente”, por suerte contaron con gran ayuda, entre ella los hijos de René, que con el camión transportaron varías cosas “y también gracias a José del ayuntamiento”. En la etapa del hospital estuvieron durante unos 12 años y desde el grupo de mujeres se encargaron de enseñar el museo al público cada vez que lo solicitaban, sin duda fue una encomiable labor. En la revista “Quio, de Sariñena y Los Monegros” ponían un listado de las visitas de cada periodo.

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Desde su ventana, René siempre ha contemplado la vieja ermita de Sariñena, una ermita románica del siglo XIII de la que peligraba su integridad, ante un inminente riesgo de desaparición. René decidió que tenía que hacer algo y, aunque los primeros movimientos se iniciaron en 1980, es en 1995 cuando se constituyó la Asociación Amigos de la Ermita “Me dijeron que podía hacer una asociación, así que recurrí a la cofradía de la virgen de las Fuentes”. La gente fue animándose y la asociación fue creciendo, peligraba la base de la ermita que empezaba a quedar colgada sobre la ripa del río Alcanadre. La Confederación Hidrográfica del Ebro costeó en 1997 la primera fase con la construcción del primer muro que consolidaba la base y luego la segunda, en 1999, que completaba el muro hasta el nivel de la ermita, unos 22 millones.

“Al final fue una obra de urgencia, el encargado dijo que antes de un año se habría caído”, así fue, el arquitecto del gobierno del Gobierno de Aragón, Carlos Aranda, había realizado un informe en el que aseguraba “la cantería era extraordinaria, pero el edificio corría verdadero peligro de caer por fallo del terreno”. Con aquella obra la asociación logró su gran objetivo, preservar la ermita de Santiago de Sariñena, todo un símbolo de la villa monegrina, donde cada 15 de mayo se acude en procesión.

Pero la asociación no se quedó allí y continuó y continúa trabajando por su amor por la ermita y son muchas las acciones, obras y reparaciones que se han ido realizando. En 1999 la escuela taller de Sariñena reconstruyó el nevero, en el 2000 la familia Gascón-Villacampa donó la campana Virgen de las Fuentes e Ilda Gómez confeccionó un mantel artesanal.

Se recuperó la antigua cruz de término gracias al excepcional trabajo del maestro cantero Carlos Goñi “se pagó todo desde la asociación” y fue terminada e instalada en el 2001. “La cruz de término, sufragada por los asociados, se encargó al cantero Carlos Goñi. Consta de basa, fuste, faldón y cruz. La base es lo único que queda de la antigua cruz. En el fuste hay cuatro caras o quimeras grabadas, que según antiguas creencias protegían a la cruz de daños externos. En el faldón se representa a Santiago Apóstol, San Eufrasio, Santa Águeda, San Antolín, San Isidro Labrador, San Jorge, Santa Ana con la Virgen y San Pedro. En la parte anterior de la cruz, se representa a Jesucristo, la Virgen, San Juan y María Magdalena, con tres figuras que ayudan. En la parte posterior, están la Virgen de las Fuentes y el niño. Todo ello creación original de Goñi” (Marga Bretos. Diario del Altoaragón).

En el 2005 se restauró el tejado de la ermita gracias al gobierno de Aragón, obras con las que la asociación además arregló la espadaña, bancada y puerta lateral.  En el 2006 se llevó la luz instalándose la iluminación interior y exterior. En el 2007 se encargó la escultura de Santiago a Carlos Goñi. Se arregló el óculo con alabastro que puso Carlos Goñi y se arreglaron las puertas “se abrió la puerta lateral que estaba tabicada”.

Para Santiago se hace misa y la asociación obsequia con magdalenas y refrescos. También hubo la idea de hacer una pasarela peatonal para conectar, por las antiguas pilastras del desaparecido puente, con Sariñena.

Actualmente la ermita románica-gótica de Santiago de Sariñena del siglo XIII, fundada por san Eufrasio y lugar de paso de uno de los muchos ramales del Camino de Santiago, goza de gran salud. El trabajo y esfuerzo de la asociación han hecho posible su dignificación constituyendo un extraordinario espacio patrimonial, histórico y de ocio. Peo la obra no estuvo exenta de cierta polémica, pues hubo quienes veían inevitable su caída o un gasto inútil. Pero el trabajo, el tesón y el cariño por lo nuestro han apuntalado firmemente todo un emblema de Sariñena para las futuras generaciones.

Cuando René observa desde su casa la ermita, sin decir nada, la siente y ahora la ve blanca y protegida, la satisfacción es enorme. “Hay que terminar de adecentarla y continuar cuidándola. Una persona sola no hace nada, el valor ha sido el grupo, todos los socios, la gente que ha donado, el curso de restauración de muebles, las personas que han ido a limpiar… la gente ha colaborado mucho ¡todos a una!”.

Crónica de un domingo en los años 60/70


Durante muchos calurosos domingos de julio y agosto en los años 60 y principio de los 70, unas cuantas familias del Barrio de la Estación y de Sariñena nos juntábamos en una arboleda a la orilla del río Alcanadre para pasar el día. Crónica de un domingo en los años 60/70, por Asun Porta Murlanch. Fotografías Asun Porta y Araceli Pueyo.

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La aventura de “ir al río” empezaba en la puerta de casa porque el juego y la diversión estaban garantizadas desde el minuto uno.  Mis padres, mis hermanos y yo bajábamos andando sobre las nueve o las diez de la mañana, a esas horas que, aunque nos diéramos un buen paseo al sol y cargados con toda la comida y la bebida, el aire todavía era fresco y se podía respirar.

Había varios caminos, pero solíamos ir por el más corto, que además era el más emocionante. Dejábamos a la derecha la iglesia del barrio y cogíamos un camino paralelo a la vía del tren por la parte de arriba del terraplén, después nos encontrábamos lo que llamábamos “la fija”(*). Cerca había un puente sobre la vía, era una parada obligatoria, allí nos entreteníamos un buen rato, buscábamos unos surcos que alguien había marcado en el borde de las dos barandas, colocábamos una piedra pequeña y la empujábamos suavemente al vacío, esperábamos en silencio unos segundos hasta que oíamos el sonido metálico y agudo que hacía la piedra al darle al raíl de la vía del tren.

Un poco más adelante bajábamos a la vía por el terraplén con mucho cuidado, el sendero era muy estrecho y resbaladizo por las piedras.  A veces, mientras caminábamos al lado de la vía pasaba algún tren y nos separábamos un par de escasos metros, allí se mezclaban los gritos, el miedo, el atrevimiento, las risas, esas emociones que hacen que esos momento no se olviden.

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Por fin llegábamos a un camino más ancho que enlazaba hacia el pueblo con el de los Olivares de Sariñena y pasábamos la vía por debajo, por un túnel que nos inspiraba a jugar: a pasar el túnel sin respirar, a pasarlo gritando sin parar, a pasarlo a la pata coja sin caernos, sin reírnos, callados, a oír el eco…, lo que daba de sí aquel estrecho y oscuro túnel.  Un poco más abajo estaba el camino que discurría entre la acequia del Molino y las huertas y más adelante cogíamos otro más estrecho hasta la arboleda de Chabarriga.

Al llegar dejábamos las cestas y capazos encima de la hierba, todos llevábamos algún bulto y nos tirábamos largos, entre risas, rodando por la hierba, a veces nos quedábamos descansando tumbados a la sombra respirando el aire más fresco y mirando los rayos de sol, que vistos desde allí debajo eran como destellos, pequeños rayos que pretendían pasar entre las hojas de aquellos enormes chopos, álamos y sauces. Era una sensación muy agradable poder disfrutar aquel descanso después de una hora caminando bajo el sol.

Mi madre colocaba la manta o el mantel en el suelo para coger sitio, al lado dejábamos las cosas y llevábamos el melón, los tomates, cebollas y bebidas a la fuente, lo depositábamos todo entre las piedras debajo del chorro de aquella agua fresca y cristalina, las botellas un poco más abajo atadas con una cuerda para que la corriente no se las llevara, así asegurábamos que se refrescara todo para la hora de comer. En el lecho de la fuente y hasta que salieron las típicas neveras azules de hielo, cabíamos todos, allí reposaban todos los tomates, melones, sandías, melocotones, botellas, de todas las familias que allí pasábamos el día. Algunos llevaban una gaseosa de brida así una vez que nos bebíamos el contenido, la llenábamos del aquel agua tan buena de la fuente y la poníamos otra vez a refrescar.

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Al poco rato llegaba Luis Pueyo con su Vespa y su familia, todo perfectamente colocado para que en el viaje desde Sariñena no se perdiera nada ni nadie. De conductor iba Luis, entre él y el manillar de la moto la más pequeña, Ana de pie, sentada detrás de su padre  Mariceli y  después Rosario, su mujer,  que se agarraba a Luis con una mano sujetando a la vez a Mariceli  y con la otra la cesta de la comida, porque a pesar de que iba bien atada al portamantas que llevaba la moto en la parte trasera, Rosario no se fiaba de que en algún bache saltase alguna fiambrera. Venían por la carretera hasta que ya no les quedaba otro remedio que recorrer los caminos y entonces debían evitar los agujeros, pedruscos y charcos del riego manteniendo el equilibrio por la seguridad de la comida y los pasajeros.

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Otra familia que solía venir eran Emilio Pallás, René y sus dos hijos Jos y Emilio, lo que era un lujo para los críos que estábamos por allí pues nos abastecían de flotadores hechos con las cámaras de las ruedas de motos, coches y alguna enorme de camión. Pallás les quitaba las válvula para que no nos hiciéramos daño y sellaba el agujero con el buen hacer de un gran profesional de las ruedas.

Nos juntábamos también con Paco el relojero y su familia, Teresa, su hija Tere y sus dos hermanos pequeños, Jesús Maza, Nati su mujer y sus hijas Mª Rosa y Nati y otras familias de Sariñena y la Estación.

Quizás recuerde mejor a las familias que nombro porque la amistad, la complicidad y el cariño que surgió en aquella arboleda entre las chicas y chicos que nos reíamos y jugábamos juntos muchos domingos, se ha mantenido en todas las etapas de nuestra vida. Recuerdo, con el mismo cariño y la ternura que ella repartía siempre, a Tere, que se fue demasiado joven.

Acudían también otras familias de la Estación. Cuando venían los Sanclemente no hacía falta que lleváramos tomates, cebollas o pepinos para la ensalada y algún melón o sandía para el postre porque, al pasar por delante de su huerta, cogíamos para todos. Eso nos encantaba, primero porque no teníamos que llevar peso desde la Estación y luego porque todo estaba buenísimo por recién cogido, por natural y por el hambre que un día de baño al aire libre nos levantaba.

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Una vez colocado todo, era la hora de bañarse en la “badina de la piedra”, debíamos cruzar el río delante de la arboleda, en esa parte  llevaba poca agua pero había muchas piedras, muchos cantos rodados de todos los tamaños, así que íbamos muy despacio y con mucho cuidado para no caernos, y así acercarnos a la badina que estaba a unos doscientos metros del puente de la vía, el sitio era además de bonito muy singular porque saludábamos con entrega a todos los trenes que pasaban por el puente y porque en esa badina aprendimos todos a nadar y a tirarnos de todas las formas posibles al agua.

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El hambre que teníamos al acabar la sesión de baño era tremenda, en la arboleda nos esperaba una buena ensalada, carne rebozada, tortilla de patata y una buena tajada de melón.  Otras veces hacían fuego, la leña no faltaba por los alrededores, y allí se cocía poco a poco una buena caldereta de cordero o conejo que nos encantaba. A algunos les gustaba comer a rancho directamente de la cazuela y a los críos nos la repartían en plato para controlar lo que comíamos. Ni que decir tiene que los platos quedaban limpios. Así era mejor, porque aquellos platos de metal había que fregarlos junto a la cazuela con la arena del río.

Recuerdo la arboleda siempre limpia, era la época que todo se aprovechaba y todo se recogía, la comida venía en fiambreras, la bebida en botellas retornables y lo metíamos todo en cestas o capazos, el uso de los plásticos aún no era muy habitual y si había restos orgánicos los tirábamos lejos, seguro que algún conejo, ratón o jabalí acabaría con ellos.  Encendíamos fuego entre los árboles en plenos meses de verano y no recuerdo que nunca hubiera ningún incendio porque se tenía mucho cuidado. Nos gustaba mucho ese rincón que año tras año la naturaleza nos regalaba y que su dueño, Chabarriga, nunca puso objeción alguna para que lo utilizáramos.

Después los mayores se echaban la siesta con unas mantas o trozos de telas, o se quedaban charlando o jugando a las cartas a la sombra de los árboles y nosotros nos dedicábamos a buscar culebras, ranas, renacuajos en las charcas que hacía el río entre las piedras, nidos entre los arbustos, también nos gustaba jugar al escondite y escondernos entre los cañaverales, carrizos y tamarices.

Siempre se oía a alguna madre gritar: -¡¡ Ven!!  ¡qué te voy a dar crema! ¡¡qué te vas a poner malo con tanto sol!!- Daba igual embadurnarnos de Nivea para que no nos “quemáramos con el sol”, ese remedio según se ha demostrado en el futuro no era eficaz y siempre regresábamos rojos como tomates.

La vuelta a casa también era una odisea porque al atardecer y al lado de la acequia había verdaderas nubes de mosquitos, entonces arrancábamos cañas con sus hojas largas y verdes y con las uñas las rasgábamos a lo largo para hacernos espantamoscas, y con las últimas hojas de la caña nos hacíamos un chuflete.  Así que entre los improvisados antimosquitos, el ruido de los chufletes acompañados de las risas y el bullicio, no sé si espantábamos algún mosquito, pero no había gorrión que se acercara por muy atrevido que fuera.

Como volvíamos sin peso, nos gustaba mucho, si era la época, coger moras en las abundantes zarzas que había al lado de la vía del tren o caracoles al lado de los brazales y la acequia.

Esperábamos a nuestro regreso coincidir con algún tren que nos pasaba al lado lleno de pasajeros, les decíamos adiós saltando, gritando y braceando y con ese gesto despedíamos también el día porque al llegar a casa caíamos rendidos.

“La fija”

En el Barrio de la Estación llamábamos así a un lugar dónde estaban los depósitos que recogían agua de la acequia Valdera. Había una casa con una chimenea que albergaba un motor que bombeaba el agua hasta un tanque en el Barrio de la Estación. Este motor funcionaba con el mismo sistema que las máquinas de vapor del tren de aquella época, había que echar carbón y mantenerlo en marcha para que el agua llegara a su destino. Vicente Sanclemente me contaba que con solo diez años se pasaba allí muchos días echando carbón ayudando a su padre, Teodoro, que era mecánico de RENFE. Años después colocarían un motor más moderno que era eléctrico, pero cuando se estropeaba se volvía a usar el de carbón. Con esos motores, el primero era muy antiguo,  se llevaba el agua tan necesaria para el Cuarto Agentes, las máquinas de tren, los lavabos, y al final para todo el barrio. El carbón que se utilizaba se quemaba a medias y se acababa de quemar en las casas porque los vecinos del barrio iban allí a recogerlo. En esos tiempos se aprovechaba todo.

Vicente Sanclemente (hermano de Teodoro) era el guarda de “la fija”. Allí había una cama, más bien camastro, y a Vicente más de una noche le tocaba quedarse a dormir.  En una ocasión, cuando ya estaba durmiendo, oyó un tremendo ruido que lo despertó, salió con su lámpara de carburo a averiguar qué había pasado, entonces encontró una gran roca que se había desprendido de un lateral del terraplén y había caído en la vía, al tiempo oyó el pitido de un tren que se acercaba, corrió hacia el tren haciendo señales de stop con sus candilejas. El tren consiguió parar a pocos metros de la roca, el maquinista bajó y le dio un gran abrazo a Vicente. Mi padre nos contaba muchas veces este hecho con verdadero orgullo de amigo.

Asun Porta Murlanch

 

 

La Estación de Ferrocarril de Sariñena


 La Estación de Ferrocarril de Sariñena se encuentra en el punto kilométrico 90,9 entre la línea ferroviaria Madrid y Barcelona, a 308 metros de altitud entre las estaciones de Marcén-Poleñino y Tornillo-Lastanosa. Comenzó a funcionar el 18 de septiembre de 1861, tras su construcción por parte de la Compañía de Ferrocarril de Barcelona a Zaragoza.  Fue una estación de dimensiones considerables, con un potente muelle de carga en relación a la población. Distante de unos tres kilómetros de Sariñena, en su entorno se desarrolló un prospero barrio que gradualmente ha ido cayendo en decadencia con el paulatino abandono de la estación que le dio origen.   

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Artículo enmarcado en la serie sobre la guerra civil en Sariñena

La llegada del ferrocarril a Sariñena, a principios de la segunda mitad del siglo XIX, conllevó la presencia y trasiego de numerosos trabajadores y viajeros. El floreciente barrio de La Estación rebosaba vida y actividad, un barrio que nació entorno a la estación,  a una vía férrea de comunicación que implicó una nueva vía de desarrollo y el flujo de ideas políticas y sindicales. En este mismo sentido, la construcción del canal de Monegros también significó un movimiento de trabajadores que despertó conciencia de clase y la necesidad de la revolución social en el medio rural monegrino.

Antigua estación ferroviaria Sariñena

Antigua estación de Sariñena.

El trazado se diseñó a principios de la década de 1850, donde se plantearon diferentes alternativas entre el tramo Monzón-Zaragoza. Principalmente con el objetivo de salvar el accidente geográfico de la sierra de Alcubierre, pero también con el interés de acercar la línea a Huesca capital, lo que generó alguna que otra desavenencia. Este fue el caso de Manuel Foncillas, diputado por Sariñena que impugnó, en el pleno de la Diputación de Huesca, la propuesta de elevar una exposición a la reina solicitando su paso por Huesca. Manuel Foncillas aludió lo siguiente:

«Además de las dificultades naturales con que tendría que luchar la empresa, y por consiguiente el mayor coste de la construcción de la línea, no vendría a reportar mayor utilidad a estas dos ciudades, por cuanto ya tienen abierta una fácil comunicación, al mismo tiempo que se lastimaban considerablemente los intereses del partido que represento al carecer de todo camino o conducto por donde extraer la abundancia de cereales que produce.»

Estos hechos los recoge Julio Alvira Banzo en “A 22 kilómetros del futuro: El ramal ferroviario Huesca-Tardienta” en la revista Argensola nº 124. Julio Alvira relata que “hubo un debate en torno a la intervención de Foncillas y se rechazaron sus planteamientos. En la votación, la propuesta recibió el visto bueno de todos los diputados provinciales, excepto del de Sariñena, que salvó su voto”.

El sariñenense Antonio Torres-Solanot fue representante en la Junta del Ferrocarril en Madrid.

En la memoria de su construcción así aparecía en la Gaceta de los caminos de hierro del 1 de agosto de 1858:

En esta estación se constituirá un movimiento de mucha consideración, que hoy no existe en la localidad, pero que se verifica esparcido en una gran comarca; a ella afluirán los productos agrícolas de 40 pueblos, que en la actualidad los conducen por medio de camines vecinales hacia Cataluña; son una porción de pequeños arroyos, que reuniéndose todos en Sariñena, formarán un gran canal.

Esta villa, conocida por sus dos importantes ferias anuales de ganado mular y caballar, es una población de algo mas do 3,000 almas, capital del partido judicial de su nombre, y está muy ventajosamente situada para que a ella acudan todos los pueblos de su partido, y muchos de los del de Fraga con una población de 35,000 almas; allí han de ir para dirigirse á Cataluña, para ir á Huesca, capital de su provincia, y para ir á Zaragoza de cuya capitanía general y audiencia dependen. Esta estación será un centro, repetimos, de 40 pueblos de los cuales hemos adquirido una estadística detallada de los frutos que hoy esperan para Cataluña, de los cuales puede considerarse que la mitad viene a Barcelona y la otra mitad va al campo de Tarragona. Contando pues el trasporte de estos frutos, considerando que parte de ellos, como los cereales, por ser en gran cantidad, habrán de ser trasportados con rebaja o a un precio excepcional, y teniendo presente el movimiento de personas que al comercio de todas aquellas poblaciones proporciona, y su localidad central para dirigirse á todos los puntos de la línea, se le asignan los productos siguientes:

Estación ferroviaria Sariñena

«Según despacho telegráfico de Lérida, hoy se ha recibido por el ingeniero del gobierno
el camino de Hierro de Barcelona á Zaragoza, hasta el punto de Sariñena, con los puentes de El Tormílio y Alcanadre. El ingeniero seguía recibiendo el camino hasta Zaragoza.»

El Municipio (Madrid). 25 de julio de 1861.

La línea Barcelona Zaragoza fue inaugurada por el rey Alfonso XIII el 16 de septiembre de 1861, pasando por todas las estaciones del trayecto, tal y como podemos leer en la crónica de La España (Madrid. 1848), del 25 de septiembre de 1861:

«Todas las noticias están contestes en que en medio del grande entusiasmo qui ha producido la presencia de S. M. el Rey en lodos los pueblos por donde pasa la línea férrea de Cataluña a Aragón, que acaba de inaugurar, los de la provincia de Huesca se han distinguido una manera especial. En las estaciones de Binefar, Monzón, Selgua, Sariñena, Granen, Tardienla y Almudevar, que son las situadas en la provincia, se apiñaban las poblaciones de hasta 8 y 10 leguas de distancia, victoreando incesantemente a S. M., y ofreciéndole sencillos pero muy sinceros obsequias y testimonios de su lealtad y adhesión. S. M. está vivamente impresionado con el espíritu que ha demostrado la provincia de Huesca: así lo ha manifestado a las autoridades y corporaciones de la misma, colmándolas por esa causa de bondadosas distinciones; y así lo hace conocer a cuantos le hablan de su satisfactorio viaje.»

El edificio principal responde a 1863,  edad contemporánea S. XIX, igual que el almacén (desaparecido) y el muelle. También han desaparecido varios de sus elementos, como el deposito de agua. El conjunto se complementaba con el antiguo edificio de agentes, donde se alojaban los trabajadores y maquinistas. De acuerdo con José Porta Martín  los maquinistas y los fogoneros descansaban y se quedaban a dormir en el “Cuarto de Agentes” donde además había una cocinera, cocina y comedor.

También muchos guardafrenos hacían noche en la casa de Agentes del barrio de la estación de Sariñena, recuerda José Paul de Capdesaso. Los vagones llevaba una garita para el guardafrenos y según José Porta Martín cada dos o tres vagones había un guardafrenos, que era el personal encargado de accionar los frenos según los pitidos que daba el maquinista.

Guardias a jornal, maquinistas, mozos de aguja, mozos de tren, montadores, guarda-frenos, peones de tracción de ferrocarriles, encendedores o fogoneros del deposito de maquinas, lamperos, electricistas, visitadores del material móvil de la estación, mecánicos, obreros de vías y obras… un numeroso y variado conjunto de trabajadores que conformaron el grueso de la gran compañía de los Caminos de Hierro del Norte en la estación de Sariñena.

“En la estación de ferrocarril de Sariñena había varias secciones de material y tracción, de material móvil, el jefe de estación y obreros…. Estaban las brigadas de mantenimiento y arreglo de vías. Entonces no había maquinaria y se hacía todo manual.  Había guarda frenos cada pocos vagones para frenar el convoy ferroviario, hasta que llegaron los frenos automáticos y desaparecieron la figura de los guarda frenos.”

Villellas Arasanz, Paco
Ferroviario de Sariñena.

A la estación llegaban los trenes procedentes de Zaragoza o Lérida, tanto de pasajeros, como de correos o mercancías. Realizaban paradas y repostaban agua como carbón. El agua llegaba desde una balsa que cogía el agua en la acequia Valdera y que se bombeaba hasta la estación a través de la fija, una maquina de vapor que bombeaba el agua por medio de una tubería a la estación.

El carbón lo traían de Asturias, era del bueno, apunta José Paul, hacían pilastras de carbón y lo custodiaban tres guardias a turnos de ocho horas cada uno. El deposito de carbón solía ser objeto de robos, aunque a veces hacían la vista gorda y otras lo robaban directamente. Además mucha gente del pueblo subía a recoger el carbón a medio quemar, para utilizarlo en casa o venderlo. Igualmente el estraperlo fue de gran actividad y vital para muchas personas en épocas de escaseces y miserias (Las Carboneras de Sariñena).

La fija también respondía a unas locomotoras que, repartidas a lo largo del recorrido, por medio de sogas arrastraban o por contacto empujaban los convoyes que no podían superar determinados trazados por su elevada pendiente. En el entorno de Sariñena se daba en la cuesta de la ermita de Santa Cruz, Capdesaso y por el Ramio, partida de Sariñena, donde había una fuerte subida. Según la carga tenían que empujar con una máquina, recuerda José Paul, quien explica como se colocaba la maquina por la parte de atrás y empujaba el convoy. Entonces se decía –Ya han puesto un doble por cola en el Ramio que no puede subir-. José Paul añade que había 6 o 7 máquinas de retén en marcha con agua caliente por si tenían que actuar.

En la estación cambiaban de maquinista y a veces daban la vuelta a las maquinas, a las locomotoras, había una plataforma giratoria «rotonda» y entre cuatro o cinco hombres, a base de pedal, le daban la vuelta a las maquinas. También revisaban y reparaban las máquinas, golpeaban las ruedas de los vagones una a una con una barra de hierro, José Porta Martín recordaba como con el sonido sabían si podían estar rotas.  

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Maquina de vapor La FijaEste edificio, de finales del siglo XIX (Edad Contemporánea-S. XIX-1880), cobijaba una máquina de vapor que, presumiblemente, servía como apoyo a la tracción del ferrocarril durante el tramo de vía inmediato.Asimismo, junto al edificio se construyó una gran balsa de agua para la alimentación de la máquina. Esta balsa se alimenta del caudal de la acequia Valdera, que a su vez proviene de la central de Huerto y de los llamados puentes del Rey.Este tipo de ingenios de vapor, llamados popularmente «La Fija» en muy diversos puntos de España, debieron ser usuales durante los primeros decenios de existencia del ferrocarril. Servían para contribuir a la tracción de los trenes, ofreciendo una fuerza adicional a la de las locomotoras, en los tramos de vía empinadas. Funcionaban mediante la sujeción a la locomotora de unas sirgas que arrastraba la máquina fija, permitiendo así al convoy superar adecuadamente el tramo problemático.Fue expropiado en el año 1880 por la compañía Ferrocarriles del Norte, antecesora de RENFE.Se desconoce con seguridad cuándo dejó de utilizarse.

Texto y fotos: Sistema de Información de Patrimonio Cultural de Aragón (SIPCA).

Las locomotoras de vapor funcionaron hasta mediados del siglo xx, cuando fueron reemplazadas por las locomotoras diésel y eléctricas.

A mitad del siglo XX, paraban dos trenes por la mañana, recuerda José Paul, uno que venía de Zaragoza y otro de Lérida. El de Lérida llegaba a las 9:00 horas de la mañana, le decían el rapidillo. A las 10:00 se cruzaba en Tardienta con el que venía de Zaragoza, que llegaba a Sariñena sobre las 11:00 horas y que luego continuaba hasta Lérida. Por la tarde, a las 18:00 horas llegaba otro de Lérida mientras que otro salía de Zaragoza para igualmente cruzarse en Tardienta y llegaba a Sariñena, el de Zaragoza, a las 21.00 horas.

A las 11 de la mañana llegaba un tren de Zaragoza y dos coches subían del Hotel Anoro y del Hotel Comercio conocido como casa Ispa a buscar a los viajeros

Coche Ispa Sariñena

Coche de casa Ispa, Hotel Comercio. 

Hotel Comercio Ispa Sariñena

Hotel del Comercio. Heraldo de Aragón, 2 de septiembre de 1933.

Hotel Anoro Sariñena

Hotel Anoro. Heraldo de Aragón, 2 de septiembre de 1933.

Existió un Centro Ferroviario denominado «El Fraternal» cuya inauguración se llevó a cabo durante las fiestas patronales de Sariñena de septiembre de 1928. Para su inauguración se celebró un baile popular amenizado por la banda militar del regimiento de Valladolid que «había cedido galantemente el alcalde movido de las muchas simpatías que le merece el popular barrio de la estación» (La Voz de Aragón, 5 de septiembre de 1928).  

En la estación había 4 o 5 bares y la cantina se ponía a tope, recuerda Paul: «La cantinera era muy viva, si alguno estaba para marchar se hacia la remolona para devolver los cambios o decía que no tenía cambio, para perder el tiempo a lo que muchos se tenían que marchas para no perder el tren. También pasaban trenes con militares.»

Casa Gil Estación Sariñena

La Voz de Aragón, 5 de septiembre de 1929.

Restaurant económico de Casimiro Ferraz

Se encuentra situado junto a la estación de Sariñena. y a pesar de estar denominado como económico, su dueño ha procurado dotarlo de toda clase de comodidades para el viajero, encontrando una estancia agradable, por el buen trato, servicio, esmerada higiene y todo cuanto se relaciona a esta clase de industria, sin que tenga que envidiar a los llamados de primer orden.

Restaurante Casimiro ferraz Sariñena

Ello lo demuestra de que el señor Ferraz no puede atender cuantos compromisos y demandas se le presentan por cuanto sería preciso fuera el doble la capacidad del referido Restaurante.

A pesar de ello atiende con esmero su clientela y se esfuerza continuamente, procurando al mismo tiempo introducir alguna mejora con beneficio del viajero.

Por ese buen deseo hay que felicitar al señor Ferraz.

José Sanz Rubio. La Voz de Aragón, 5 de septiembre de 1929.

La familia de José Porta Martín tuvieron una fabrica de gaseosas en la estación. Pepe, como era conocido, recordaba como en la estación había una cantina que estaba al lado del edificio principal, allí paraban muchos trenes y las paradas duraban bastante tiempo, la Lamparera Sra. Paula, vendía gaseosas que las llevaba en un pozal con hielo por los vagones de pasajeros del tren correo y le daba tiempo de vender las botellas y recogerlas una vez vacías, por si acaso cobraba los cascos y algunos viajeros los tiraban por las ventanillas al marchar y ella los recogía en los andenes.» La Lamparera era la mujer del Lamparero, éste se encargaba de mantener el farolillo rojo del último vagón del tren, que indicaba el final del convoy y tenía una oficina- taller donde todos los trabajadores de ferrocarriles arreglaban o llenaban su farol, por las noches siempre lo llevaban encendido.

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Higinio Porta, con camisa blanca. Bar El Gorrión.

Estaba el bar, comedor y tienda El Gorrión, lo inició la familia Porta y con el tiempo lo gestiono Lorenzo Abadías López y su mujer Leandra Peña, durante 1960 y 1990 aproximadamente,  “Había días que repartíamos hasta 40 comidas y algunas pocas cenas, unas cuatro o cinco, pues muchos trabajadores bajaban a dormir a Sariñena, sólo algunos dormían en el Cuarto de Agentes”. 

Había tres basculas para pesar remolacha que se cargaba en trenes para la azucarera de Monzón. Igualmente se cargaban sacos de 100 kg de la Harinera de Monegros. También pusieron una báscula para pesar lino que se cultivaba para tejidos. Luego a mitad del siglo XX se construyeron dos silos para almacenaje por parte del ministerio de agricultura. Se almacenaba el trigo en los silos y hubo mucho movimiento de mercancías y además se produjo mucho estraperlo con el trigo. Para los silos, la Cross, construyó dos vías que iban para ellos y otras a los muelles de carga y descarga. En los cargaderos se cargaba cereal y mucha cantidad de remolacha, recordaba José Porta Martín.

A Sariñena llegaban los estraperlistas desde Barcelona con maletas vacías que  llenaban de trigo o de otros productos para luego regresar a la Ciudad Condal. Unos centenares de metros antes de entrar en la estación barcelonesa, los contrabandistas arrojaban a las vías los paquetes con comida, donde eran recogidos por familiares; así evitaban las requisas, multas o incluso la cárcel por realizar un comercio ilegal de artículos intervenidos por el Estado. Dicen que muchos se hicieron ricos con este tipo de comercio.

En Capdesaso los trenes llegaban a parar en el paraje llamado de Santa Cruz para realizar operaciones de estraperlo. Allí los ganchines vendían sacos de trigo  a los maquinistas y estos los escondían debajo de las briquetas de carbón.  Para dejar espacio suficiente, los ferroviarios arrojaban el carbón sobrante junto a las vías, que inmediatamente era recogido por otros avispados personajes.

El Auxilio Social y otros asuntos de aquella época
Portella Corvinos, Manuel Antonio. 

En Tardienta se enlaza con Huesca y en Selgua, el tren hacía enlace con Barbastro.

En aquella época había muchos oficios relacionados con los trenes, desde el jefe de la estación (el de la gorra roja), jefe del depósito de máquinas, jefe del cuarto agentes, factores, los brigadas, guarda agujas, mecánicos, guarda railes, la encargada del paso a nivel para subir y bajar las barreras, guardafrenos, etc. «Cuando pasó Franco por la estación justamente se habían bajado las barreras y la mujer que se encargaba del paso, toda preocupada exclamó: ¡Ay! hijo mío, ¿quieres que paremos el tren para que pases? Y dicen que le preguntó por su familia, o eso se contó y fue muy nombrado.»

Porta Martín, José.

Puente ferroviario sobre el Alcanadre

El antiguo puente metálico ferroviario sobre el Alcanadre de Sariñena pertenecía a la línea ferroviaria entre Madrid y Barcelona, línea que comenzó a funcionar el 18 de septiembre de 1861. Una línea construida por la Compañía de Ferrocarril de Barcelona a Zaragoza, por lo que podemos estimar su construcción en los años anteriores a la puesta en funcionamiento de dicha línea.

Respondía a un puente metálico rectangular con tramos metálicos dispuestos de manera independe, estaban formados por vigas largueros en forma de cruces de San Andrés los extremos, y por una celosía de segundo orden el central. Los vanos salvaban unas luces de 22,8+67,8+22,8 m. (La ingeniería de caminos durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción de puentes. Autor/a: Vanesa M García-Lozano Tesis doctoral / 2015).

Hechos, sucesos y noticias sobre la Estación ferroviaria de Sariñena

Atropello

El día 5 del actual fue atropellado por un tren en la estación de Sariñena, el guarda de la casilla núm. 6, sufriendo la rotura de un brazo y causándole algunas contusiones.

La Discusión (Madrid. 1856). 9 de marzo de 1865, n.º 2.825.

Transporte de ganado por vagón

Transporte tren ganado Sariñena

El Lloyd español. 6 de abril de 1865.

Precios

Relación de precios trayecto Barcelona Zaragoza con sus respectivas paradas, entre ellas Sariñena.

Preciso Barcelona Zaragoza Sariñena tren 1865

El Gobierno (Madrid. 1864). 12 de abril de 1865.

Un primer sabotaje Carlista

Ayer quedaron suspendidos los trenes de la línea de Barcelona y ramal de Tardienta Huesca, á causa sin duda de los diferentes y grandes desperfectos causados en la vía por partidas carlistas. Se aseguraba perla tarde que había sido destruido el puente de Sariñena. Estamos, pues, sin correo de Cataluña.

La Esperanza (Madrid. 1844). 13 de diciembre de 1872.

El sabotaje Carlista

El  8 de Julio de 1875,  una partida del ejercito carlista, dirigida por Dorregaray, destruyó el puente de hierro sobre el río Alcanadre. Al parecer, el ejercito levantó la vía en el último tramo del viaducto y desde Sariñena lanzó un convoy con 25 unidades, entre coches y vagones, y con tres locomotoras por cabeza y una por cola. «Una vez los reguladores de las tres máquinas estuvieron abiertos a todo vapor, los maquinistas y fogoneros abandonaron el tren, dejando inutilizado el viaducto y la línea férrea» (Antoni Nebot).

Sariñena 8-7-1875

«De Lérida escriben al Diario de Barcelona, lo que sigue, que confirma algunas de las noticias que tenemos adelantadas nuestros lectores:

Han llegado a esta ciudad algunas de las personas que los carlistas se llevaron de Sariñena, entre las cuales se hallaba el jefe de la estación del ferrocarril. Por ellas se sabe que las facciones cometieron muchos atropellos. Incendiaron dos trenes y tres estaciones destrozando igual número de locomotoras inutilizando la vía férrea en una extensión de 14 kilómetros. En las poblaciones se entregaron al saqueo. Al jefe de la estación de Sariñena no le ha quedado más que la ropa que lleva puesta. A los tres o cuatro maquinistas que cayeron en poder de los carlistas les quitaron el reloj y todo el dinero que los encontraron.

Las personas que se llevaron los carlistas de Sariñena eran en número de cuarenta entre ellas el jefe de la estación telegráfica, un celador a quien apalearon en el camino, Los pusieron todos en libertad en Berbegal casado se dirigían a Barbastro y desde cuyo punto algunos vinieron refugiarse a esta ciudad.»

Crónica de Cataluña (Ed. de la tarde). 9 de julio de 1875.

«Las facciones al mando de Dorregaray han aprovechado su breve estancia en Sariñena para ejercitar sus instintos vandálicos sobre la vía férrea de Zaragoza á Barcelona., destruyéndolo todo sin objeto ni necesidad. Han incendiado la estación de Sariñena con todo el mobiliario y el telégrafo, el tinglado de mercancías con una partida de vino, otra de esparto y 30 toneladas de carbón, destrozando 20 vagones, haciendo descarrilar dos máquinas y lanzando tres al rio Alcanadre, cuyo puente de hierro han roto en uno de sus tramos. Hay noticias de que han sido puestos en libertad los empleados que se llevaron presos, en número de veinte.»

La Correspondencia de España. 10 de julio de 1875, n.º 6.430.

«El domingo pernoctaron en Sariñena, cuya estación del ferrocarril quemaron, así como la de Poleñino, destrozando el telégrafo entre ambas, y según parece, lanzaron al rio tres locomotoras y algún otro material. De Sariñena, donde no se sabe a punto fijo las exacciones que cometieron, Llevaronse algunos vecinos, entre ellos los conocidos propietarios D. Joaquín Penen y D. Mariano Torres. Al primero, a quien soltaron después en Casbas con la promesa de que volverla a llevar los 6.000 duros exigidos por la libertad de los rehenes, llegó el miércoles a Huesca. El lunes abandonaron los facciosos á Sariñena, tomando el camino de Berbegal, donde pernoctaron en su mayor parte y el resto en Peralta. Después se dirigieron á Barbastro.»

El Imparcial (Madrid. 1867). 10 de julio de 1875.

También fue detenido y liberado en Casbas el juez municipal de Sariñena Julio Monreal (El Siglo futuro. 12 de julio de 1875, n.º 94) .

«De real orden se ha propuesto para la cruz blanca de primera clase del Mérito Militar al jefe de estación del cuerpo de Telégrafos D. Simón López y al oficial D, Marcelino Callíco, por los eminentes servicios que prestaron en Sariñena cuando la entrada de los carlistas en aquella población.»

La Correspondencia de España. 9 de septiembre de 1875, n.º 6.491.

«Se encuentra en bastante mal estado el puente de Sariñena en la línea de Zaragoza a Barcelona, por lo que parece se va á llamar la atención del señor ministro de Fomento, a fin de que se proceda á repararlo.»

El Español (Madrid. 1876). 10 de julio de 1876.

Tren mixto

«La empresa del ferrocarril de Zaragoza á Barcelona ha establecido, desde el sábado, a petición del vecindario de Sariñena, un tren mixto que salo de la estación de esta villa á las 6 y 10 de la mañana, tomando viajeros de tercera ciase, tanto en ella como en Poleñino y Granén.»

El Imparcial (Madrid. 1867). 14 de febrero de 1877.

Reconstrucción del puente

«Calaluña y Araron.—El 18 escriben de Zaragoza que las obras de reconstrucción del puente de la vía férrea de Zaragoza á Barcelona, inmediato a Sariñena, sobre el rio Alcanadre, terminarán muy en breve.»

La Fe (Madrid. 1876). 20 de febrero de 1877.

Tren mixto

«La empresa del ferro-carril de Zaragoza á Barcelona ha establecido, desde el día 10, a petición del vecindario de Sariñena, un tren mixto que sale de la estación de esta villa á las 6 y 40 de la mañana, tomando viajeros de tercera clase, tanto en ella como en Poleñino y Grañén.»

Gaceta de los caminos de hierro. 25 de febrero de 1877.

Carretera a la estación

«Han comenzado los trabajos para la construcción de una carretera que ponga en comunicación la importante villa de Saríñena con la estación del ferrocarril, en la línea de Zaragoza á Barcelona.»

La Iberia (Madrid. 1868). 27 de febrero de 1877.

Comparecencia

«Por la capitanía general de Zaragoza se cita y emplaza al general carlista Dorregaray y los individuos que componían las fuerzas de su mando, para que comparezcan a prestar sus descargos en las sumarias que se les sigue con motivo de los destrozos causados el día 5 de Julio de 1875 en la vía férrea y estación de Sariñena.»

El Constitucional (Madrid. 1876). 26 de abril de 1877.

Horario

Horario Ferrocarril Barcelona - Zaragoza Sariñena 1877

Diario de Barcelona: Año 1877, no. 121 (1 mayo 1877) Ed. mañana.

Accidente

«De una lamentable desgracia tenemos que dar cuenta a nuestros lectores. En Ia estación de Saríñena el tren cogió anteayer  entre los topes a un joven conductor, dejándole cadáver instantáneamente. Ayer debió llegar a esta capital el cadáver, en el tren-correo, la víctima ha resaltado ser el Sr. Sugrañes, hijo del comandante de voluntarios catalanes que murió heroicamente.»

El Siglo futuro. 3 de mayo de 1877, n.º 383.

Horario tren

Gaceta de los caminos de hierro, 21 de octubre de 1877.

Gaceta de los caminos de hierro, 21 de octubre de 1877.

Transporte a la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes

En la década de 1870 existió transporte entre la Estación de Sariñena y el balneario creado en el extinto monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. Imagen del Diario de Avisos de Zaragoza del 28 de julio de 1878.

Estación Sariñena Cartuja Monegros

Inundaciones

«Huesca 29 (9 n).—El rio Alcanadre y el Isuela han destruido y echado en tierra el puente de hierro de Sariñena; cuyo valor asciende a diez mil duros. Se temen desgracias personales en los pueblos ribereños y grandes destrozos en las huertas. El tren núm. 45 sigue detenido en Terreu por estar interrumpida la vía por las aguas; éstas han llegado hasta cerca de los estribos de los coches, pero sin novedad en los viajeros.

El agua entró en las oficinas de la estación y gabinete telegráfico de Terreu hasta la altura de metro y medio, quedando inutilizado todo el aparato. Los railes da la línea están cubiertos de lodo, cuyo espesor es de media vara de altura. El inspector ingeniero y varias brigadas han salido llevando auxilios para los viajeros.»

El Constitucional español. 30 de octubre de 1879.

Reconstrucción del puente

«Por el Ministerio de Fomento se ha destinado una importante cantidad para la reconstrucción del puente de Sariñena.»

El Mundo político. 2 de noviembre de 1879.

«A 3.000 pesetas asciende la cantidad reunida por el gobernador civil de Huesca con destino á la construcción del puente de Sariñena.»

El Fénix (Madrid. 1879). 15 de diciembre de 1879.

«Trabajase activamente en Sariñena en la reconstrucción del puente provisional sobre el rio Alcanadre, en cuya obra, tan necesaria á los intereses agrícolas de aquella localidad, se invierten las 3.000 pesetas que del fondo de calamidades públicas se destinaron con dicho objeto.»

El Fénix (Madrid. 1879). 10 de enero de 1880.

Tren correo

«El tren correo que sale para Sariñena y Huesca a las 8 en punto de la tarde, lo efectuará desde aquella fecha á las 8 1/2 de la misma».

El Viajero ilustrado hispano-americano. 30 de enero de 1880.

Horario

estación ferroviaria sariñena 1880

La Publicidad. 21 de julio de 1880.

Tren mixto

«El tren mixto de Zaragoza núm. 662 que muere en Sariñena, se hallaba detenido en la estación de Villanueva y el de Barcelona en Tardienta.»

El Tiempo (Madrid. 1870). 5 de enero de 1881.

«El tren mixto que sale por la mañana de la estación de Sariñena para Zaragoza, no enlaza generalmente con el tren de Huesca, y los viajeros que vienen á esta capital, se ven obligados á esperar en Tardienta hasta el tren de la tarde. Hemos oído que el retraso del tren-mixto se debe al expreso. Si así es, ¿por qué no se combinan las horas de salida de aquel, ó se establece un cruce á fin do evitar perjuicios á los viajeros?».

El Movimiento (Huesca). 13 de septiembre de 1881.

La prensa aragonesa

Dice un colega zaragozano, que la villa de Sariñena y los pueblos próximos a la vía férrea de Zaragoza á Barcelona, en el trozo comprendido entre la citada villa y Tardienta, han elevado exposiciones a la Dirección general de los ferrocarriles del Norte, reclamando contra el acuerdo de dicha dirección que mandó que los trenes 609 y 603 no conduzcan viajeros desde Sariñena á Zaragoza o viceversa, pidiendo que se agregue un coche al tren 603 que sale de Sariñena á las 6 y 21 de la mañana, y que continúe hasta esa estación el tren número 51 que descansa en la de Tardienta.

Esperamos que aquella dirección acceda á lo que piden los pueblos recurrentes, ya que al favorecer los intereses de éstos, en nada se perjudica la empresa de los ferrocarriles del Norte.

Diario de Huesca, 9 de agosto de 1882.

Jotas a Alfonso XIII

Años más tarde, el rey Alfonso XIII volvió a recorrer la línea y e el ciego de Sariñena le dedicó al rey algunas jotas: “El conocido ciego de Sariñena improvisó algunas rondallas alusivas a S. M.”. La vanguardia, 25 de agosto de 1883.

«En Sariñena esperaban el paso del tren el obispo de Huesca, el gobernador de la provincia, el presidente de la Diputación, el gobernador militar y el delegado de Hacienda.»

Diario oficial de avisos de Madrid. 25 de agosto de 1883.

«El reverendo obispo de Huesca se ha incorporado á la comitiva regía en Sariñena. El ilustre prelado ha manifestado á S. M. sus sentimientos de adhesión, haciendo fervientes votos por la consolidación de la dinastía y por la paz de España».

El Siglo (Madrid. 1878). 25 de agosto de 1883.

Tormenta

«A consecuencia de la tormenta del domingo por la tarde, se produjo una manga de agua tan fuerte entre la estación de Sariñena ÿ el apeadero de Capdesaso, en el kilómetro 86 de la línea de Barcelona, que destruyó un trozo de terraplén arrojándolo sobre la vía. Como consecuencia del accidente, los trenes mixto y correo de Barcelona, que debieron llegar á esta ciudad à las 8,5 y 7,40 respectivamente, sufrieron un retraso de cuatro horas próximamente, llegando á Zaragoza á las doce y las diez de la noche.»

La Fe (Madrid. 1876). 20  de septiembre de 1883.

Sentencia a muerte en garrote

El lunes, 10 del actual, se publicó solemnemente en la Audiencia de lo criminal de la provincia de Huesca la sentencia dictada por la misma en la causa seguida contra José y Nicolás Allué, por robo con homicidio de un casillero o guarda vía del ferrocarril de Zaragoza a Barcelona, que prestaba servicio en las inmediaciones de la estación de Poleñino.

Por dicha sentencia se absuelve libremente a José Allué y se condena a Nicolás Allué a sufrir la pena de muerte en garrote, que deberá ejecutarse en Sariñena.

Esta es la primera sentencia de muerte pronunciada por aquella Audiencia desde su creación.

Quiera Dios que el Tribunal Supremo, en el recurso de casación necesario en que ha de entender, o la regia prerrogativa, en su caso, encuentren méritos para conmutar tan terrible pena libren y libren a aquel país del tristísimo espectáculo que, de otra manera, habría de presenciar.

13 de enero de 1887.

El puente de Sariñena

Ha salido para Sariñena y Barcelona el ingeniero de la inspección facultativa, D. Cirilo Muñoz, encargado por la compañía del Norte de practicar una visita de inspección al puente de la vía férrea sobre el Alcanadre, recién construido en dicha villa de Sariñena.

Si el resultado de la inspección hubiese sido satisfactorio, se autorizará en breve el paso provisional del tren por los tramos nuevos, en la posición que hoy ocupan, sin perjuicio de colocar el tablero metálico de dicho puente, en su lugar definitivo, después que se haga desaparecer, sin entorpecimiento en el tráfico, el tablero del puente viejo.

Diario de Huesca, 12 de junio de 1896.

Movimiento social

La estación de Sariñena no fue ajena a los tiempos convulsos de la sociedad española. Durante la primera década de 1900, el jefe de la estación Agripino Fernández Sisniega, fue expulsado de la compañía a raíz de una denuncia colectiva de varios trabajadores. Eran tiempos de confrontaciones, en que la clase obrera luchaba por sus derechos ante una patronal que no dudaba en mantener su poder y privilegios. De hecho, en la huelga de 1917 fueron expulsados algunos trabajadores, tal es el caso del agente del ferrocarril Aurelio Ruiz Álvarez, quien además: “fue detenido por sospechar pudiera ser uno de los firmantes de la denuncia contra el jefe de la estación”.

Accidente

«El correo que hace el servicio á la estación de Sariñena arrolló ayer á un viajero que pretendió subir al coche cuando los caballos iban al galope. Pasáronle las ruedas por encima del cuerpo, produciéndole lesiones tan graves, que se espera de un momento a otro el fallecimiento.»

El Imparcial (Madrid. 1867). 23 de septiembre de 1905.

Robo

Entre las estaciones de Zuera y la de Almudébar, se verificó un robo en el tren que procedente de Sariñena iba a terminar en la estación del Arrabal en Zaragoza.

Iban en un coche de tercera unas doce mujeres y tres hombres de aspecto poco simpático y mal vestidos, cuando en el trayecto entre las dos estaciones citadas, éstos comenzaron a cerrar las ventanillas, lo cual llamó la atención de sus compañeras de viaje que habiendo preguntado por qué cerraban haciendo tanto calor, los individuos de referencia respondieron que para evitar que penetraran los rayos del sol.

Hecha esta operación, los criminales intimaron a las viajeras que les entregaran los dineros que llevaban, amenazando con asesinarlas en caso contrario, y uno de ellos dio un golpe en la boca a una de las mujeres, produciéndole bastante sangre. Registradas, arrebataron a una procedente de Poleñino, cinco mil reales a otra de Almudébar, dos mil ciento sesenta; sobre mil doscientos, a una tercera, y de cincuenta a sesenta a otra, no habiendo robado a las demás porque nada llevaban en metálico.

Perpetrado el robo, los delincuentes siguieron en el tren, hasta que próximo éste a la estación de Zuera, fue disminuyendo su velocidad y entonces descendieron y escaparon por los campos.

Diario de Huesca 23 de agosto de 1916.

Robo en una estación

El factor de la estación ferroviaria de Sariñena don Fernando Gracis, sorprendió al vecino Miguel Novellón en el momento de apoderarse en el muelle de mercancías de tres talegas de trigo.

Este sujeto huyó y la benemérita se hizo cargo de dos caballerías menores donde iba a cargar el fugitivo los sacos que se proponía robar.

Diario de Huesca 6 de septiembre de 1916.

En la estación de Sariñena. Un niño destrozado por el tren

En el ascendente número 232, regresabas a Sariñena la vecina Benita Vidal Campos, acompañada de su hijo Sixto Coto Vidal, de seis años. Al llegar el tren a la estación, la mujer abrió la portezuela, cayendo el niño con tan mala suerte, que quedó con la Cabeza aprisionada entre el andén y los estribos. El pobre niño recibió tan graves heridas, que falleció a los pocos momentos.

Diario de Huesca 7 de noviembre de 1926.

Obrero herido

SARIÑENA 9 (11 n.).—Cuando regresaba del trabajo una brigada ferroviaria en una vagoneta de servicio, fue lanzado a la vía el obrero Joaquín Olivan, de veinticuatro años, soltero, vecino de Sariñena, que resultó con heridas de pronóstico reservado. El accidente ocurrió al frenar violentamente el vehículo.

El Sol, Jueves 10 de febrero de 1927.

Bendición del nuevo pueblo ferroviario

En la estación ferroviaria de Sariñena, donde se forma un nuevo pueblo ferroviario con gran solemnidad ha sido bendecida por el obispo de Huesca la primera piedra de la iglesia que se ha de construir.

La Vanguardia, 24 de octubre de 1928.

Incendio

«En Sariñena se declaró un incendio en la fábrica de Juan Basol, situada en el barrio de la Estación de ésta villa. El fuego empezó en el cuarto donde está situado el motor que acciona la fábrica y pronto pudo ser sofocado. Las perdidas son de bastante consideración

La Época (Madrid. 1849). 31 de agosto de 1929, n.º 27.978.

En una fábrica de harinas

«SARIÑENA 30 (1 t.). —Anoche se declaró un incendio en la fábrica de harinas de Juan Basol, situada en el barrio de la Estación de esta villa. El fuego empezó en el cuarto donde está situado el motor que acciona la fábrica y pronto pudo ser sofocado. Las pérdidas son de bastante consideración. No se conoce el origen del fuego. (Febus.)».

El Sol (Madrid. 1917). 31 de agosto de 1929.

Cuando desinfectaban una estación

Los gases penetran en la habitación del guarda agujas y perecen asfixiados dos niños,

«Huesca,23 (2 t.) —En el muelle de gran velocidad de la estación férrea de Sariñena una brigada de obreros se dedicaba a la fumigación y desinfección de los pabellones. Los gases se extendieron y por unas hendiduras, se filtraron en la habitación del guardaagujas, donde descansaban dos hijos de éste, de diez y cuatro años, que murieron a los pocos momentos. El suceso ha producido honda impresión.»

El Heraldo de Madrid. 23 de octubre de 1929.

Precio de los trigos

«Los trigos para harinas fuerza siguen firmes. Se han hecho ajustes en procedencias Aragón – Villanueva de Sigena, a 55,55,50 pesetas los 100 kilos, estación Sariñena.»

Crisol (Madrid. 1931). 13 de noviembre de 1931.

La Guardia Civil mata a un contrabandista. 

«Comunican del pueblo de Sariñena que las autoridades descubrieron a tres Individuos sospechosos que llevaban un gran saco, al parecer de tabaco de contrabando. Al acudir la fuerza, procedió a cachear a dos de los sospechosos, dándose a la fuga el tercero. Como a las voces de los guardias no se detuviera ni hiciera caso a los disparos al aire que se le hicieron, aquéllos volvieron a disparar, causándole heridas a consecuencia de las cuales falleció al ser trasladado a Sariñena, El muerto se llamaba José López López, de treinta años, natural de Grallas, provincia de Lugo. La Guardia civil se Incautó de más de 1.000 pesetas de tabaco.»

El Siglo futuro. 24 de enero de 1934, n.º 8.150.

Ciclón

«Sariñena.—En esta población se desencadenó un horrible ciclón, que causó grandes daños. En la carretera un autobús fue derribado, hiriendo gravísimamente a tres muchachos. La garita del guardaagujas rodó unos 300 metros por la vía férrea, llevando dentro al empleado, que por fortuna sólo se produjo pequeñas contusiones. También volcó el ciclón carros y galeras de trigo.»

El Heraldo de Madrid, 6 de agosto de 1934.

En la estación de Sariñena. Un factor alcanzado por un tren en maniobras

«A la víctima se le amputaron un brazo y una pierna. En la mañana de ayer, un tren en maniobras alcanzó cuando pasaba de una vía a otra, en la estación de Sariñena, al factor Pablo Sierra Hecho, de 28 años, casado, natural de Cabezas de Ebro (Zaragoza). El desventurado factor fue trasladado al hospital de Huesca, donde le fueron amputados el  brazo y pierna derechos. Su estado es gravísimo.»

El Diario de Huesca, 12 de enero de 1935.

Tres víctimas de accidentes en Saríñena

«En los almacenes que en la estación de la línea férrea de esta población construye una empresa de abonos ha tenido la desgracia de caerse de un andamio, a tres metros de altura, el joven Epifanio Fernández, hijo del jefe de la estación férrea, resultando con heridas de consideración.

El propietario de esta localidad don Domingo Pardo fue arrollado por un carro, produciéndole lesiones graves.

En la carretera de Sariñena a Bujaraloz, al saltar del camión que transporta grava para el asfaltado do la carretera de Huesca a Mequinenza, fue arrollado el joven Ángel Santolaria por el vehículo, quedando en gravísimo estado por las lesiones sufridas.»

Ahora (Madrid), 10 de mayo de 1935.

Huelga de brazos caídos

«En la madrugada de ayer se declararon en huelga de brazos caídos cincuenta y siete obreros de la contrata del deposito de máquinas de la Compañía del Norte de esta ciudad, y pocas horas después, y por solidaridad, se planteó la huelga por los equipos de la contrata de Cervera y Sariñena.

Estos obreros, que pertenecen a la Unión General de Trabajadores, tenían anunciada la huelga desde hace veintisiete días y habían llevado a término varias gestiones en la consejería de Trabajo de la Generalidad, y sin poderlo resolver por varias circunstancias, no por culpa de los obreros, puesto que éstos no plantearon la huelga hasta el último momento.»

La Vanguardia, 11 de julio de 1936.

La estación en la Guerra Civil

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Edificio con la inscripción: Hospital de Evacuación.

Durante la Guerra de España de 1936 a 1939, la estación de Sariñena sirvió de punto estratégico de enlace entre el frente de Aragón y Barcelona. De la estación llegaban y marchaban las tropas republicanas. Además fue un lugar de evacuación de heridos y aún se puede observar, casi desaparecida, una inscripción en el edificio de agentes de la estación «Hospital de Evacuación». Así, desde el hospital evacuaban a los heridos, en trenes medicalizados, de 1ª línea, frente, a los hospitales de 2ª línea, retaguardia, y a los de Barcelona. Sin embargo, antes de ser «Hospital de Evacuación» fue «Hospital de Sangre del POUM».

Hospital Estacion Sariñena POUM

Almacén de Alas Rojas

A medio kilómetro de la estación de la población de Sariñena hay unos barracones donde se almacenan camiones y material de guerra.

3.000 =15= 28-10-37.
Servicio de Información y Policía Militar (SIPM) C2896, 8.

José Porta Martín, vecino del barrio de la estación, relató como uno de los almacenes de su casa lo utilizaron para guardar bombas destinadas al aeródromo “Alas rojas”. José las veía desde una ventaneta: “Estaban sin la espoleta, para que no explotasen”. Es de suponer que llegarían a bordo de trenes y se almacenarían en algunos almacenes hasta su posterior traslado al aeródromo.

Una anécdota

Nos la cuenta Salvador Coll empleado de la compañía de vagones camas.

El vagón quirófano -se dice- tiene un valor histórico. Antes era un vagón-salón en el cual viajaba Francesc Macià cuando iba a Madrid a llevar el Estatuto de Cataluña. Precisamente va a seguir la misma ruta: Lérida, Sariñena… Es el vagón número 4.168.

La Humanitat: Any 5, núm. 1426 (20 set. 1936).

Conocidos fueron los hechos de la expulsión de mujeres del frente aragonés a Barcelona. Todo a partir de una orden dada por Durruti que culpaba a las mujeres del aumento de enfermedades venéreas entre sus filas: «que causaba más bajas que las balas enemigas». Un hecho recogido en la película Libertarias de Vicente Aranda. También aparece recogido por Jesús Arnal Pena (Por qué fui secretario de Durruti: Memorias del cura que ayudó al líder anarquista en la guerra civil (1936-1939)): «Habla con la gente de Transportes y manda todos los vehículos disponibles a las centurias. Que recojan a las milicianas, sin dejar ni una; que las lleven a la estación de Sariñena y que las facturen a Barcelona en vagones precintados. ¿Lo oyes bien? ¡Precintados!.» 

«Hay un capítulo sobre la columna que me gustaría aclarar: es totalmente falso que Durruti hiciera fusilar prostitutas. Efectivamente, llegaron algunas prostitutas por su cuenta y se les hizo regresar a Barcelona ante los temores de contagio de enfermedades venéreas, eso es todo. Esa imbecilidad del fusilamiento la inventó una escritora comunista.» El amor y la lucha de un anarquista, entrevista a Emilienne Morin compañera de Durruti, realizada el 12 de febrero de 1977 en Francia, por Pedro Cuesta y Luis Artime, revista «Interviú».

Durante la guerra, en la Estación de Sariñena existió una tienda de comestibles llamada “El miliciano”, gestionada por Miguel Masferrer. También existió un Pub del que no he podido conocer su nombre, tan sólo una referencia incompleta “Pub ..esnite”.

 Ayer, a la noche, llegaron (A Lérida) procedentes de Tardienta, algunos milicianos heridos. Antes de ser hospitalizados tuvieron el infortunio de dejar de existir los dos héroes combatientes del frente aragonés llamados Josep Saavedra, caporal de la guardia de asalto y Nicolás St. Miquel Martínez, factor de la estación de Sariñena. 

La Humanitat: Any 5, núm. 1397 (18 ag. 1936).

En la edición del viernes 11 de junio de 1937, La voz del combatiente, diario de los comisarios de guerra del ejército del pueblo, recogía un bombardeo sobre la estación ferroviaria de Sariñena. A la vez, daba cuenta de la existencia del cercano aeródromo de alas Rojas.

Bombardeo estación sariñena

Tras la guerra, muchos trabajadores fueron depurados y en los archivos de Sariñena se encuentran abundantes solicitudes de Informes Políticos-Sociales a personal de la estación. A Julián Sierra Hecho se le atribuyó haber formado parte del comité férreo de CNT y UGT. A José Mora Gómez se le consideró de “Ideas extrema izquierda, afiliado a la C.N.T., activo propagandista del marxismo, voluntario en las milicias rojas y al que se le desconocen actos delictivos”. Antonio Lombarte Val, obrero de vías y obras del ferrocarril se le anotó como “C.N.T. antes del 18 de julio del 36, comunista. Peligroso, perteneció al comité de la estación como miembro, se ignora interviniera en hechos delictivos, elemento peligroso”. A Alejo Sierra Bernad, maquinista del ferrocarril y subjefe del departamento de Sariñena, le avaló el maestro de la estación de esa localidad, Don José Castanesa Escamed. José Clemente Félix, mozo guarda aguja de la estación fue descrito como “de la C.N.T., abandonó su servicio 15 días durante los cuales hizo salidas a los pueblos, después se incorporó a la estación. Estuvo siempre en contacto con los dirigentes de los comités de la estación, fue miembro de la junta de abastos. 12 días antes de la liberación escapó a Barcelona”. Ramón Pérez Larrea, ferroviario: “Afiliado a la C.N.T., miembro del comité del poblado de Sariñena, persiguió a miembros de derechas. Se presentó a mi y a mi hijo una detención falsa y por lo tanto no es digno… con la… de que pague todo el mal que nos ha hecho”… Un largo repertorio de solicitudes de expedientes que evidencian el gran número de trabajadores y su gran actividad sindical y durante la guerra.

ferroviario 1.jpg Circular del Consejo Obrero de Sariñena del Sindicato Nacional Ferroviario. Pieza séptima de Huesca. Actuación de las autoridades gubernativas locales FC-CAUSA_GENERAL,1414,Exp.6. PARES.

Estación Ferroviaria de Sariñena

Plano de la estación ferroviaria de Sariñena. Servicio de Información y Policía Militar (SIPM). AGMAV,M.2207,2 / 2.

El 25 de marzo de 1938 la Legión Cóndor bombardeó Sariñena y el barrio de la Estación (Sariñena Antigua, Salvador Trallero 2005), «cuatro escuadrillas de tres aviones Heinkel-111». La imagén del bombardeo al barrio de la Estación de Sariñena está extraída de la web www.borgato.be. 

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Bombardeo barrio La Estación

El lunes, 10 del actual, se publicó solemnemente en la Audiencia de lo criminal de la provincia de Huesca la sentencia dictada por la misma en la causa seguida contra José y Nicolás Allué, por robo con homicidio de un casillero o guarda vía del ferrocarril de Zaragoza a Barcelona, que prestaba servicio en las inmediaciones de la estación de Poliñino.

Por dicha sentencia se absuelve libremente a José Allué y se condena a Nicolás Allué a sufrir la pena de muerte en garrote, que deberá ejecutarse en Sariñena. 

Esta es la primera sentencia de muerte pronunciada por aquella Audiencia desde su creación.

Quiera Dios que el Tribunal Supremo, en el recurso de casación necesario en que ha de entender, o la regia prerrogativa, en su caso, encuentren méritos para conmutar tan terrible pena libren y libren a aquel país del tristísimo espectáculo que, de otra manera, habría de presenciar.

La Vanguardia, 13 de enero de 1887.

Muelle.jpg

«Este edificio se destinaba como muelle de carga y descarga de los trenes, siendo un edificio presente en todas las estaciones de ferrocarril de mayores o menores medidas. Generalmente (como en este caso), los muelles siempre solían contar con un gran almacén o nave en uno de sus lados para almacenar el producto y guardarlo.»

SIPCA

La posguerra

A mitad del siglo XX se construyeron dos silos para almacenaje por parte del ministerio de agricultura. La función de estos grandes edificios fue el almacenaje del grano previo a su transporte ferroviario, mucho de aquel grano fue destinado para siembra. Dos edificios de gran envergadura, robustez y hermetismo que configuran el paisaje del peculiar barrio de la Estación, junto a su singular Harinera de Monegros. Construida en 1949, la Harinera de Monegros resulta una esplendida edificación industrial racionalista de posguerra. La estación aún conserva parte de su historia que poco a poco va desapareciendo y olvidando, que tristemente continuaremos perdiendo sino sabemos valorar. ¿Y qué decir de aquel almacén de madera?

«Generalmente (como en este caso), los muelles siempre solían contar con un gran almacén o nave en uno de sus lados para almacenar el producto y guardarlo. El almacén junto al muelle es de grandes dimensiones de planta rectangular y con una pronunciada cubierta a dos aguas con una estructura totalmente metálica, de cerchas y tirantes en la cubierta, estando  construido en su totalidad con madera. Debido al abandono y la erosión, este edificio de madera se encuentra prácticamente en ruinas.»

SIPCA

Tristemente el almacén ha desaparecido.

Grua estación ferroviaria Sariñena

Grúa en la estación de Sariñena.

Barrio de la Estación ferroviaria de Sariñena

El barrio de la estación fue un barrio vivo. Berta Castanera Lascorz recuerda como el barrio se nutría de numerosas viviendas y negocios: «vivían muchos ferroviarios y había mucha amistad y familiaridad con todo el barrio». Estaban las fondas de Casa Gil y El Gorrión eran fondas y había muy buenas fiestas y el baile era en el frontón, en casa Gil, por el paso a nivel.

José Porta Martín  y sus amigos jugaban por la estación, se metían por los vagones y cuando transportaban gallinas metían una cuchara y cogían los huevos de las jaulas. A las maquinas pequeñas las llamaban chocolateras. José nombra al cura don Pedro: «Iba siempre con una sotana y una vara y cuando alguno le decía – ¡Mosén!, que parece un pastor- él contestaba -¡sí! De cabritos-«. Como la iglesia no se encontraba en condiciones hacían la misa en el Cuarto de Agentes.

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

Almacenes de Joaquín Blasco.

La Escuela de la Estación de Sariñena

En 1932 la república española realizó el proyecto de la escuela del Barrio de la Estación de Sariñena, a cargo del arquitecto Antonio Uceda García. En 1933 se aprobó la subvención de 18.000 pesetas para llevar a cabo su construcción (El esfuerzo de la República en la construcción de nuevas escuelas en Aragón (1931-1937), a través de la Gazeta. Cazabaret).

Don José Castanera Escaned, natural de Binaced, ejerció de maestro en la escuela del Barrio de la Estación de Sariñena. Llegó antes de la guerra y tras la contienda fue reingresado como docente en 1940 en la escuela del Barrio de la Estación. Un año después fue destinado a las Escuelas Nacionales de Sariñena. Manuel Antonio Corvinos Portella recogió su memoria “En homenaje al maestro Don José Castanera Escaned” de quien cuenta: “Aún recuerdo su enjuta figura, su bien hacer, su carácter bondadoso y su célebre boina que utilizaba alguna que otra vez a modo de elemento admonitorio contra los que tenían dificultades  en mantener cierta disciplina. Tenía fama de buena persona y de buen maestro, con gran habilidad para enseñar  matemáticas, contabilidad y gramática. Incluso dicen que se sabía el Quijote de memoria”.

José Castanera en la escuela de la Estación.

José Castanera en la escuela de la estación. 

El sariñenense Don Rafael Mendiburo Allue también estuvo en la estación de maestro y luego en la Graduada de Sariñena. Gloria Mendiburo, hija de Rafael, recuerda como su padre estuvo con don Blas, doña Emilia, don Fausto… “Rafael era muy recto y le gustaba enseñar. Subía en bicicleta a la escuela estación, que estaba donde la cruz roja y llevaba la escuela con doña Adela”. Primero estuvo en Castelserás, en Lérida, pero se vinieron a Sariñena porque tenían casa, huerto y una horquilla grande. En la estación estuvo unos diez años y unos siete años, hasta jubilarse en la escuela de Sariñena.

Asún Porta Murlanch estudió hasta los diez años “Estudié con Dña. Tere Guillén en la escuela del Barrio de la Estación”. Allí le prepararon D. Francisco Pons y Dña. Urbana para el Bachiller Elemental para examinarse de forma libre en el Instituto Ramón y Cajal.

En 1969 se suprime la escuela de niños de acuerdo a la orden de 26 de julio («Boletín Oficial del Estado» de 4 de agosto). Convirtiendo la escuela de niñas de La Estación en mixta (Nueva España – 14/08/1969). Las escuelas del Barrio de la Estación de Sariñena se debieron de cerrar en aquel año de 1969, cuando los maestros Don Ramon Sambia Alos y Doña Urbana pasaron a las escuelas viejas.

Iglesia del Barrio de la Estación de Sariñena

La iglesia de la estación se inauguro en 1929 siendo dedicada a San Jorge. Aparece citada en la sección de inauguraciones de la publicación «La Construcción moderna» n.º 9 del 15 de mayo de 1929: «Sariñena (Huesca}.—Iglesia parroquial en el barrio de la Estación.»

Tras la guerra y la gran destrucción que sufrió Sariñena y el barrio de la Estación la nueva iglesia se inaugura el 1 de junio de 1950, cuyo proyecto databa de 1940. Asistió al acto inaugural el vicario general de la diócesis Ramón Abizanda, acompañado de los funcionarios de Regiones Devastadas los arquitectos Miguel Aranda y Luis Lagunilla y el aparejador Luis Felipe Monzón. Además el reverendo arcipreste Jorge Lecha y miembros del ayuntamiento encabezado por el alcalde Valentín Medina, entre otras personalidades (Nueva España, 2 de junio de 1950). (Sariñena devastada).

Esteban Trigo Estúa. Por Victoria Trigo Bello.

Dionisio y Rosalía Sariñena

Rosalía y Dionisio y sus hijos Lourdes y Esteban en el Barrio de la Estación de Sariñena.

ESTEBAN TRIGO ESTÚA (Sariñena 3 de agosto de 1930, Zaragoza, 18 de junio de 2019)Esteban Trigo.jpg

Nacido en el barrio de la estación de Sariñena, su padre Dioniso estuvo destinado unos dos o tres años en un puesto humilde de la estación de sariñena, se alojaron en casa Porta. Criado a pie de ferrocarril en el zaragozano barrio del Arrabal, pasó buena parte de su infancia en Jaca, Bergosa, Villanúa y Canfranc. Hijo de una humilde familia ferroviaria, su formación académica apenas rebasó lo aprendido en la escuela de Matilde Sangüesa, donde lector devoto del Quijote manifestó su inclinación hacia las letras. Autor desde joven de artículos y relatos, fue colaborador en diversos periódicos, especialmente Heraldo de Aragón, en El Pirineo Aragonés y en El Periódico de Aragón, y también en los antiguos estudios de Radio Zaragoza en la calle Almagro. Persona inquieta y observadora, se introdujo de modo autodidacta en el mundo de la cinematografía, donde estuvo delante y detrás de la cámara. Miembro de la Escuela de Cine de Aragón, como actor encarnó papeles secundarios hasta protagonizar Últimas Cartas de Amor (2002), con guión propio y bajo la dirección de Octavio Lasheras.

Su trayectoria profesional se desarrolló en la banca en puestos de discreto nivel pero de proximidad al público, cuando sólo existían los cajeros humanos. Fue ahí, en la cercanía, donde Trigo destacó como excelente comunicador capaz de encontrar el aspecto divertido de situaciones complejas.

Lo más relevante de su legado cultural son dos libros de memorias publicados con Ediciones 94 (Mi pequeña Historia de Aquel Viejo Arrabal, 1998 y La Zaragoza que yo conocí, de 2015, ambos utilizados para estimulación cognitiva en personas mayores), video documentales dedicados a Belchite y a la línea del Canfranc, cortometrajes, contribuciones a movilizaciones en defensa de la naturaleza y muchas grabaciones de eventos familiares, escolares y sociales.

A los ochenta y ocho años se ha ido un hombre sociable, generoso y carismático hasta sus últimos días. Deja mucha tristeza en el barrio de San José del que fue vecino desde 1956. Las calles Doce de Octubre y García Lorca tardarán a olvidar a ese voluntario conseguidor de monedas de cambio para las cajeras del supermercado, al cliente de prensa, al improvisado camarero llevando cafés a sus compañeros de banca en activo y al conversador siempre con la frase oportuna.

Enamorado del ferrocarril, en mayo de 2017 subió a despedirse de su Canfranero. Hoy sus restos han regresado a su niñez de higos y moras en una humilde casilla. Allí le saludan y le lloran todos los trenes del mundo.

Victoria Trigo Bello

Barrio de la estación.

Ver:

Ríos de Monegros


Ríos de Monegros

* Foto: Pequeña presa en el río Alcanadre en el lugar de Huerto (Güerto)

Madoz

Diccionario Geográfico – Estadístico – Histórico 

1845-1850

Alcanadre

R. de la provincia de Huesca; tiene su nacimiento en el término de Mathinero (Matidero) del partido  judicial de Boltaña, al pié del S. de la sierra de Guara, en un manantial que brota  en las concavidades interiores de la sierra, al cual se le da el nombre de  Mascun. En su origen el Vivera por donde sale, arroja generalmente una  columna de agua igual al grueso de tres hombres, y su curso es perenne y muy caudaloso, bien en verano escasea algún tanto. En su dirección al S., describiendo varias curvas, fertiliza por la der. la huerta del Rodellar donde  se le agregan mas aguas de las muchas fuentes que nacen en el monte de este  pueblo, y los término de Almunia de Pedruel, San Saturnino, Bierje, en cuyo  punto se le juntan dos r. por der. é izquierda, llamados el primero Formiga, y el  segundo Isuela, el de Alberuela de la Liena, Ador, Abiego, Lascellas,  Paneano, donde se le reúne el r. Rigo, el de Pertusa; Torres de Alcanadre,  Peralta de Alcoféa próximo, á cuya jurisd. recibe en su seno las aguas del r.  Guatizalema, el de Sena, el de Sigena, el de Alcoléa, Chalaméa, y Vallovar, en  cuyo punto desagua en el Cinca, después de un descenso de 22 leg. (legua), dándole  mucha mayor importancia de la que hasta allí tenia. Fecundiza también por  su márg. izq. las heredades de los pueblos de Pedruet, Almunia de Sipan, de  Morrano, de Casbas, de Junzano, Angues, Antillon, Cap de Saso, Sariñena, Albalatillo y el de Hontiñena. Tiene varios puentes, aunque comunmente de  un solo arco ú ojo, pero elevados y buenos, siendo los principales los de  Rodellar, Bierje, Lascellas, Pertusa, Sijena y Sariñena, y son, muchos los  molinos y batanes que pone en movimiento con las aguas que lleva y las  acequias que de él se sacan para facilitar el riego á los término de otros pueblos  dist, de su álbeo. Cría abundante pesca de truchas, anguilas y barbos,  ofreciendo en la primera especie la particularidad de que salgan ya de un  grandor admirable del mismo manantial en que el r. tiene su origen. Esta  circunstancia ha dado lugar á creer que tan copioso depósito de agua es  debido á una infiltración subterránea del r. Ara, que nace en la cumbre del  Pirineo y desciende costeando la sierra de Guara por el lado del N.; dan visos  de probabilidad á esta opinión las muchas concavidades que sé observan en  los cerros mas elevados de dicha sierra, y el ruido sordo y .profundo que se  deja oir al, penetrar en alguna de las espresadas concavidades.

Flumen

R. que tiene su origen en el terr. de Belsué y á su parte N., en la provincia  y partido  judicial  de Huesca; lleva su curso por la garganta llamada el Salto de Roldan y penetra en el término de Apies, dirigiéndose al de Fornillos, en cuyo término se encuentra un puente de piedra de un solo arco, bastante deteriorado: continúa su marcha corriendo al pie de las colinas la que se halla construido el edificio denominado Monte Aragon, donde hay otro puente de piedra muy sólido y de 3 ojos; sigue por el término de Quicena y variando de dirección hacia el O. baña los de Huesca al E., en que está el puente llamado de Lagranja, sólido y de dos ojos, y sigue por los de Molinos, Lascasas, Alvero Alto y Bajo y Tabernas, uniéndose á él en este término  el r. Isuela(V.) : conservando sin embargo el nombre de Flumen ; corre después los términos de Buñales, Sangarren , Barbues y Torre Barbues, entrando en el partido  dé Sariñena por el término de Almuniente y continúa bañando los de Granen, Sariñena y Alvalatillo, donde desagua á l/2  leg. de dist.  en el r. Alcanadre.  Fertiliza con sus aguas los térm. de los puntos que atraviesa, y con particularidad la huerta de Huesca, conocida con el nombre de Flumen: sus aguas son dé curso perenne y producen pesca de barbos y anguilas de esquisita sabrosidad.

Guatizalema

R. que nace en la provincia y partido judicial de Huesca en las inmediaciones del pueblo de Nocito de donde sigue su curso por los término de los de Almunia del Romeral, Sipan, Arbanies, Castejon , Sietamo, Fañanas , Pueyo , Argavieso y Novales, penetrando por el término de Sesa en el partido de Sariñena, primer pueblo al N. de este p a r t . ; continúa fertilizando en su tránsito el término de Salillas y Huerto, y á dist. de 1/2 hora de este último punto le cruza un puente de piedra llamado del Rey sobre la carretera de Barbastro á Zaragoza mediante una azud que tiene construida la v. de Sariñena, toma su agua en unión de una acequia que en el mismo parage desagua procedente del r. Alcanadre, conducida por unas famosas minas, y ambas aguas dan riego á una gran parte de su huerta llamada del riego de Valdero, depositando las en el mencionado Alcanadre entre los térm. del espresado pueblo de Huerto y Peralta de Alcofea. En su origen á muy corta dist. se le une el r . Usez que de la parle NE. se dirige al SO. hasta penetrar en este r. por la izquierda. Ademas del puente que se dijo antes, le cruzan otros en los pueblos de Sipan , Arbanies, Castejon y Siétamo , y da movimiento á distintos molinos harineros, fertilizando gran porción de terreno.

Su curso es perenne, y lleva abundante caudal de aguas con una dirección constante NS. hasta llegar á las inmediaciones de Sesa, donde empieza á marchar al SE-; cria barbos y anguilas de la mejor calidad.

 Publicau en “ Os Monegros el 11 de agosto del 2011.

– Enlaces relacionaus:

Río Alcanadre

Diccionario Madoz

Zancarriana w

Río Alcanadre


Río Alcanadre

El río Alcanadre nace a los 1700 metros de altitud en la sierra del Galardón y, tras recorrer 160 kilómetros, muere ante las imponentes ripas de Ballobar al desembocar en el río Cinca.  Manteniendo una clara dirección norte sur atraviesa en una profunda foz las calizas de la sierra de Guara y contina por el Semontano encajado entre sus areniscas y margas hasta llegar a Pertusa ande s´abre paso a la tierra plana. Aguas abajo de Sariñena, ande es conocido l´Alcanadre como “mata panizos”, el río experimenta un cambio de orientación d´unos noventa grados hacia el este, esbarrandose de la sierra d´Alcubierre y en vergencia con el valle del Cinca.  El Alcanadre recoge las aguas de los ríos Mascún, Isuala o Balces, Formiga, Calcón, Guatizalema y la Isuela (Flumen).

S´encuentran las diferentes primeras referencias escritas sobre el topónimo Alcanadre como: Flumen de Alcanatre, Alcanatro, Alkanatis y Alquanadre (año 1087).  S´ha aceptau durante tiempo l´origen del topónimo d´acuerdo con la propuesta del gran etnógrafo altoaragonés Manuel Benito, según quien el significau correspondía a un arabismo AL-KANDARAD: “los puentes”. Tamién explicó los significaus de los otros ríos monegrinos, el Guatizalema que corresponde a una descripción ibera que se descompone en Guaiti: río y Zalema: de la paz, en honor al carauter de río tranquilo, río de la paz. El Guatizalema se junta al Alcanadre abajo del lugar de Huerto (Güerto), ande s´encuentran los puentes del rey.

Al río Isuela tamién se le atribuye un origen árabe de  Isuelar: rebasar, río que rebasa. Aceptamos la denominación de Isuela frente a l´actual de río Flumen. Por su uso actual e histórico y como recientemente ha señalau Arturo Morera, en su artículo publicau en la revista Quio “el nomenclator toponímico de Sariñena”, Isuela es de uso común en el primer tercio del siglo XX”. Existe un documento, fechado en octubre de 1.170 y otorgado en Fraga por el rey AlfonsoII de Aragón, que concede carta de población a la villa de Sariñena a la que da el Fuero de Zaragoza, uno de cuyos párrafos dice así: Similiter dono et concedo vobisquod laciatis acequias quantasplus potueritis in Alcanatre et in Isola. Pero Bienvenido MASCARAY  discrepa del origen árabe y nos aporta un origen etimológico ibero, Isola es la forma primitiva iberovasca que indica la presencia, antiguamente, de zonas de baños termales ibéricos “el lugardonde se toman las aguas”.Para que después digan que s´ha mejorau la calidad de las aguas de nuestros ríos.

            Es otra vez Bienvenido MASCARAY quien nos profundiza a la verdadera raíz de la palabra. El primer término al- de Alcanadre que ha propiciado la interpretación Árabe del topónimo, corresponde a la voz Ibérica alka- de significado desviarse, separarse, en relación al esbarre de noventa grados que p´al este realiza el río en relación a la sierra d´Alcubierre.  Junto al pronombre –n forma la voz  alka-n “el que se aleja, o desvía”, completando el topónimo dos formas iberas ater que es cesar, acabar y el sufijo –ere “cuando está próximo a acabar”, pues l´Alcanadre s´esbarra por Albalatillo, próximo al acabar o terminar muriendo en el río Cinca. Asinas que la traducción, tal y como concluye Bienvenido MASCARAY, es Alkanadre:“el que se desvíapróximo a acabar”.

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Publicau en “ Os Monegros el 26 de mayo del 2011.

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