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Geología de Los Monegros


Los Monegros se caracterizan por su interesante geología, formaciones litológicas variadas que favorecen la creación de diferentes formas de relieve y que contienen un importante registro de la evolución sedimentológica y climática de la Cuenca del Ebro durante el Mioceno. Sus estratos contienen diversos yacimientos de micromamíferos fósiles y ofrecen un registro magnetoestratigráfico continuo que permite datar, con precisión, todos los acontecimientos geológicos acaecidos en la zona. Su geomorfología, asociada a unos suelos y una flora típica de estepa árida, producen, en conjunto, paisajes singulares que se asocian a zonas semi-desérticas.

A través de Concha Arenas Abad y Gonzalo Pardo Tirapu, geólogos de la Universidad de Zaragoza, y Manuel Pérez Pueyo, geólogo alcoberreño, descubrimos su formación y evolución y nos adentramos en aspectos de la geología de Los Monegros, incluidas algunas de sus peculiaridades geológicas. En definitiva, Los Monegros son un territorio donde la erosión, a pesar de la escasez hídrica, han desempeñado un papel fundamental y los estratos son como un libro abierto a nuestro pasado geológico.

Por Concha Arenas Abad, Gonzalo Pardo Tirapu, Manuel Pérez Pueyo y Joaquín Ruiz Gaspar.

Los geólogos Concha Arenas y Manuel Pérez interpretando los estratos.

Formación

Los Monegros se sitúan en la parte central de la Cuenca del Ebro, una cuenca sedimentaria formada durante el Cenozoico como consecuencia de la aproximación entre las placas Euroasiática y Africana que se inició hace unos 84 Ma. Esta aproximación afectó a la placa Ibérica, situada entre Europa y África, e hizo que se elevaran los sedimentos depositados en cuencas marinas anteriores, dando lugar a la cordillera de los Pirineos, el Sistema Ibérico y la cordillera Costera Catalana. En medio de estas tres cordilleras quedó una depresión, la Cuenca cenozoica del Ebro. Desde el final del Eoceno (aproximadamente hace 36 Ma; Costa et al., 2010) la Cuenca del Ebro dejó de tener conexión con el Océano Atlántico. Al quedar sin salida al mar (situación de endorreísmo), la cuenca fue ocupada por sistemas aluviales que depositaban gravas, arenas y arcillas procedentes de la erosión de los relieves limitantes. Estos sistemas sedimentarios alimentaban áreas lacustres localizadas en la parte central de la cuenca. Las fluctuaciones en los aportes hídricos de los sistemas aluviales produjeron cambios en las características de los lagos, depositando en ellos diferentes capas sedimentarias, básicamente calizas y margas durante épocas de más humedad, y yesos y halita en los momentos de más aridez.

Mapa geológico que muestra la distribución de las UTS en la cuenca del Ebro (T1 a T8; modificado de Muñoz et al., 2002) y la ubicación de los ríos Luna, Huesca y Los Fayos. (modificado de Arenas et al., 2001). Áreas y tramos de estudio: SA, Sierra de Alcubierre (tramos: 1, Ontiñena; 2, Albalatillo; 3, Lanaja; 4, San Caprasio); MC, Montes de Castejón (secciones 5: Esteban; 6: Castillo de Sora); SF, zona San Felices (tramo 7, San Felices-Agüero). BR: Bardenas Reales (tramos: 8, Sancho Abarca; 9, Pico del Fraile; 10, Cabezo de Marijuán); TA: Comarca de Tarazona (tramos: 11, Lugar-Melero; 12, Umbría Alta). Tomado de Pérez Rivarés et al. (2016).

La zona de Los Monegros se nutrió principalmente del “sistema fluvial de Huesca”, denominado así por Hirst y Nichols (1986), proveniente de la zona oeste de la Unidad surpirenaica central, que aportaba sedimentos finos, arenas y arcillas, sin cargas gruesas. Pero además, en el área de Los Monegros se encuentran depósitos de calizas, margas y yesos que se formaron en lagos extensos, cuyo registro más continuo se encuentra en la Sierra de Alcubierre. Esos lagos registraron tanto fases de alta salinidad, en correspondencia con etapas de aridez, con formación de yeso, como fases más húmedas, con formación de calizas y margas ricas en fauna y flora de agua dulce. Entre la fauna se encuentran gasterópodos, bivalvos y ostrácodos. En el entorno vivirían vertebrados, como roedores. La flora lacustre estaría formada por plantas subacuáticas, por ejemplo, algas calcáreas (charophyta) y otras hidrófilas.

Afloramientos de yesos entre margas y calizas.

Hacia la mitad del Mioceno medio (aproximadamente hace 14,4 Ma), se produjo un avance de los sistemas fluviales pirenaicos que causó el desplazamiento de los sistemas lacustres hacia el sur. Este fenómeno se registra en la parte más alta de la Sierra de Alcubierre. De ese momento se conservan en los antiguos depósitos fluviales fragmentos de troncos de sauce, testimonio de la existencia de bosques de ribera.

Modelo teórico de facies para un sistema asimétrico para el mioceno central de la cuenca del Ebro desde el Pirineo hasta los márgenes Ibéricos. Arenas and pardo (1999).

A partir del Mioceno superior, en un momento entre hace 11,5 y 8,5 Ma, la Cuenca del Ebro se empezó a abrir al Mar Mediterráneo, a partir de un proto-Ebro que drenaba la cordillera Costero Catalana (García Castellanos et al., 2003). La erosión remontante de este río comenzó por las zonas más próximas al mar y evolucionó hacia el oeste, alcanzando la Cuenca del Ebro, donde se produjo la eliminación parcial de los depósitos lacustres y aluviales, con la captura los ríos de los Pirineos y la Ibérica. Se fue modelando el relieve hasta la situación actual, con muelas y sierras en la parte central, separadas por el río Ebro y sus afluentes. Es decir, en esta fase exorreica se produjo el “vaciado erosivo” de la cuenca con eliminación parcial de los depósitos acumulados anteriormente, que fueron transportados hacia el Mar Mediterráneo en un volumen que se ha calculado en 30.000 km3 (García Castellanos et al., 2003). En resumen, se desarrolló el modelado del relieve actual que aún continúa, una erosión diferencial que ha dado forma a paisajes y parajes espectaculares como los barrancos de La Estiva y del Bujal en la Sierra de Alcubierre, o zonas como el monte de Cajal, Gabarda o Jubierre, e igualmente los característicos torrollones. Muchas de estas zonas están declaradas como LIG (Lugar de Interés Geológico).

Modelo de facies lacustres para las unidades T5, T6 y T7. Modificado por Arenas y pardo (1999)

La sierra de Alcubierre: un registro excepcional del clima pasado

La sierra de Alcubierre constituye un registro sedimentario muy importante, con afloramientos excepcionales, donde es posible estudiar una sucesión de fenómenos y procesos a lo largo de millones de años. La sierra de Alcubierre, junto con otros relieves, como los Montes de Castejón, la Muela de Zaragoza y la Muela de Borja, quedan como testigos de lo que fue la Cuenca del Ebro y su evolución hasta la actual Depresión del Ebro. A la vez, la interpretación de los procesos registrados en las sucesiones de rocas de la sierra permite conocer cómo era el clima del pasado, observando que ha tenido una gran variabilidad dentro de una tendencia general a lo largo del Mioceno.

Corte geológico Sierra Alcubierre. Arenas y Pardo (1999); Pérez-Rivarés (2016)

La sierra de Alcubierre presenta tres unidades de depósito (Arenas, 1993; Arenas et al., 2007):

  • La parte más baja y antigua contiene depósitos con predominio de yesos y margas en la zona más central, mientras que hacia el norte y el este hay mayor presencia de calizas, p. ej. hacia la zona de Lanaja, y de areniscas y arcillas hacia Albalatillo y Pallaruelo de Monegros. Se ha asignado a una unidad de depósito denominada T5.
  • En el nivel intermedio se encuentra gran abundancia de calizas y margas con pequeñas intercalaciones de yesos; especialmente peculiar es la intercalación conocida como Miembro Perdiguera. Todo este conjunto se asigna a la unidad de depósito T6.
  • En las partes más altas de la sierra, San Caprasio y Monte Oscuro, litológicamente, de más a menos abundantes se hallan lutitas (arcillas y limos), areniscas, calizas y margas. Se corresponde con la unidad de depósito T7. En esta unidad hay huesos de roedores que han ayudado a datar como Mioceno medio ese intervalo.
Mapas geológicos y cortes transversales de las zonas de la Sierra de Alcubierre y Montes de Castejón (A) y Tarazona (B). Las secciones magnetoestratigráficas donde los límites de TSU son reconocidos se indican (T4/T5, T5/T6 y T6/T7). Tomado de Pérez Rivarés et al. (2016).

Las edades de estas unidades, según los datos magnetoestratigráficos, calibrados con bioestratigrafía y un punto con datación absoluta son (Pérez Rivarés, 2016): la unidad T5 entre los 20,8±0,66 y los 16,2±0,14 Ma; la unidad T6 se prolonga hasta los 14,3±0,15 Ma, y la unidad T7 termina hacia los 13,4 Ma en San Caprasio. No se conoce con precisión la edad del límite superior de esta unidad; se sabe es más moderno de los 12 Ma en áreas de la parte oeste de la Cuenca del Ebro.

Los estudios sedimentológicos, mineralógicos y geoquímicos sugieren que, en el registro de la Sierra de Alcubierre, el clima evolucionó hacia condiciones más húmedas a lo largo del Mioceno. Sin embargo, se detectan variaciones del clima a menor escala, que quedan reflejadas por la alternancia de intervalos ricos en evaporitas (yeso), estromatolitos y/o calizas laminadas, e intervalos ricos en calizas con fósiles de agua dulce, bioturbación por raíces e insectos, y margas. Representan, respectivamente, etapas de más aridez, con condiciones salinas y menor lámina de agua, y etapas de más humedad, con agua dulce y expansión del área lacustre. Estas etapas alternan en el tiempo según ciclos astronómicos de la órbita terrestre de distinta duración que causan cambios en el clima. Así, a gran escala, la unidad T6 correspondería a una expansión del sistema lacustre respecto al de la unidad T5, mientras que la unidad T7 refleja un avance hacia el sur del sistema fluvial de Huesca.

Arenas and Pardo (1999)

También hay que señalar que los diferentes estratos están dispuestos prácticamente horizontales. No obstante, por la zona cercana a Villamayor se observan algunos plegamientos debidos a la plasticidad de las rocas evaporíticas ante cualquier deformación; se observan, por ejemplo, en los taludes de la carretera de Sariñena a Zaragoza. Tales pliegues suelen ser debidos a hundimientos por disolución del sustrato yesífero.

Unidades litográficas y tectosedimentarias en la sierra de Alcubierre.

Salinas, lagos salados

Así pues, las épocas secas se han traducido en el registro geológico de Los Monegros en los extensos afloramientos de yesos que vemos hoy. Un proceso similar actual es la dinámica de las saladas de Bujaraloz, donde en condiciones de aridez, debido a la evaporación, se concentran las sales. La escasez de precipitaciones y la gran evaporación favorecen el depósito de minerales solubles en general, en particular sales sulfatadas y cloruradas, tanto en las saladas como en los poros del sedimento cercano, creando un ecosistema muy específico y singular, con su propia biodiversidad.

Estromatolitos

Una de las curiosidades de la sierra observable en cualquiera de las tres unidades de depósito es la presencia de estromatolitos. Se trata de estructuras minerales, normalmente calcita y dolomita, que se caracterizan por su laminación fina. Pueden tener geometrías de pequeños domos. Los estromatolitos se originan en relación con tapices microbianos (habitualmente bacterias, y entre ellas cianobacterias) que viven sobre el fondo de zonas acuáticas, y que favorecen la precipitación mineral y la fijación de partículas carbonatadas produciendo finas películas que se acumulan a lo largo del tiempo. Los estromatolitos de la sierra de Alcubierre van asociados a periodos secos y suelen aparecer en calizas y dolomías. Son rocas sedimentarias y a la vez estructuras bio-sedimentarias formadas gracias a la acción de seres vivos. La actividad fotosintética de las cianobacterias en grandes concentraciones, (por ejemplo, el típico verdín que se forma en algunas zonas con agua) favorece la precipitación de carbonatos. El resultado es una sucesión laminada de tapices de cianobacterias fosilizadas.


Estromatolitos en los estratos de calizos
Corte de estromatolito.

Fotografías: Concha Arenas.

Capa de cenizas volcánicas

Otra de las curiosidades de Los Monegros es la presencia de una capa de cenizas volcánicas entre los estratos de margas, areniscas y calizas de la unidad T5; la capa presenta un color rosado, gris claro o verdoso, y un espesor en torno a los 4-8 cm. Se reconoce en diferentes lugares de Los Monegros y sirve como nivel de correlación, dado que, transportadas por el viento, su depósito se realizó instantáneamente a la escala del tiempo geológico. La capa fue encontrada por primera vez por doctorandos anglosajones (Hirst, 1983). Posteriormente, varios investigadores de la Universidad de Zaragoza y de otras instituciones realizaron el estudio sedimentológico, el mineralógico y su datación. Está formada por ceolitas (analcima), feldespatos, cuarzo y esmectitas (Bauluz et al., 1994). Una datación muy exacta y precisa mediante 40Ar-39Ar de 19,3±0,7 millones de años (Odin et al., 1997), que resulta muy útil para conocer la edad de los diferentes estratos, pues es un punto de anclaje con la escala de tiempo de polaridad geomagnética.

Estructuras de tormenta

En los sedimentos lacustres monegrinos se encuentran testimonios de que las masas de agua en que se depositaron estuvieron sometidas a episodios de fuerte oleaje de tormentas. Se trata de estratos de calizas (a veces dolomías) que contienen láminas formadas por granos de cuarzo o de caliza (de tamaño arena o limo). Los conjuntos de láminas forman pequeños montecillos y depresiones, de varios decímetros de altura y separados lateralmente unos decímetros. Esta estructura es un tipo de estratificación cruzada particular, denominada hummocky cross stratification por los anglosajones –o HCS en abreviatura–, cuya traducción sería estratificación cruzada en montículos. La formación de esta estructura tiene lugar a mayor profundidad que las rizaduras de oleaje de buen tiempo (“ripples”) y requiere, además de intensos flujos de oscilación, flujos unidireccionales dirigidos desde la orilla hacia aguas más profundas, condiciones que solo se dan con oleaje de tormenta.

Estructuras de tormenta.

Se da la circunstancia de que estas estructuras son más frecuentes en la Sierra de Alcubierre, que en sedimentos de la misma edad en otras áreas más al oeste en la Cuenca del Ebro, como los Montes de Castejón, cuando formaban parte del mismo sistema lacustre. Por ejemplo, se observan en la carretera de acceso al cerro San Simón o en el camino a San Caprasio desde Farlete. Todo ello sugiere que esta estructura (HCS) se generó en una orilla lacustre afectada por vientos fuertes y persistentes que soplaban hacia dicha orilla tras un largo recorrido sobre un extenso lago central en la Cuenca del Ebro. ¿Evidencia de que el cierzo ya desempeñaba su función en el clima mioceno de la cuenca? Muy posible, al menos las condiciones orográficas (Pirineos y cordillera Ibérica capaces de orientar el régimen de vientos) ya se habían establecido.

Las especies relictas y fósiles de Los Monegros

Los Monegros presentan hoy, sobre los sustratos yesíferos, unas asociaciones vegetales y entomológicas singulares en la Península Ibérica, con elementos que se encuentran en áreas tan separadas de ellos como las estepas del Mediterráneo oriental y del Asia central (Braun-Blanquet y Bolós, 1957; Ribera y Blasco-Zumeta, 1988; Ribera, 1999). Mucho queda por estudiar acerca de este tema, pero todo apunta a que esas áreas contienen los relictos de unas biocenosis que tuvieron mayor extensión y continuidad anteriormente. Se puede especular sobre si tal continuidad estuvo relacionada con un periodo de clima árido, y por tanto con una mayor extensión de los ambientes esteparios alrededor del Mar Mediterráneo. A este respecto, la denominada Crisis de salinidad del Messiniense, que ocurrió al final del Mioceno, podría ser un buen candidato: en esa época, entre 5,97 y 5,33 Ma atrás, el Mar Mediterráneo sufrió varios episodios de desecación, al menos parcial, a consecuencia del cierre de la comunicación con el Océano Atlántico. Esa situación endorreica favoreció la formación de importantes depósitos de yesos y sal en sus fondos (Krijgsman et al., 1999). Para entonces la Cuenca del Ebro ya se estaba vaciando (desde unos millones de años antes, entre 11,5 y 8,5 Ma). En este contexto extensas áreas alrededor del Mediterráneo pudieron estar bajo condiciones de intensa aridez. Pero cuando después se abrió el Estrecho de Gibraltar al inicio del Plioceno (hace 5,33 Ma), el área perimediterránea tendría un clima menos árido, lo que determinaría que las asociaciones de estepa quedaran reducidas y fragmentadas en áreas disjuntas, como ahora las encontramos, siendo Los Monegros una de esas áreas relictas.

Fósil de hoja de palmera. Sierra de Alcubierre.

Pero vayamos atrás en el tiempo. A lo largo de toda la sucesión estratigráfica del Mioceno se han encontrado diversos yacimientos de pequeños roedores fósiles (Agustí et al., 2011). No son sino fragmentos de ellos, de los que tiene especial interés la dentición, mediante la cual se definen los diferentes géneros y especies. Estos micromamíferos experimentaban una rápida evolución, lo que permite establecer toda una secuencia bioestratigráfica, definir pisos continentales miocenos como el Aragoniense; además, ayudan a reconocer los ambientes en que se encontraban y seguir las migraciones que efectuaban. Pues bien, entre otros interesantes aspectos de esta fauna fósil monegrina, en el Mioceno medio, hacia la mitad de la unidad T6, se encuentran elementos de un glírido fósil, es decir, un lirón, del género Vasseuromis. Los estratos en que aparece ese fósil se han datado mediante magnetoestratigrafía en 15,3 Ma. Este género se encontraba en Europa central a lo largo de todo el Mioceno, pero en España se creía desaparecido durante unos millones de años, desde el Mioceno inferior hasta el Mioceno superior. Hete aquí que no había desaparecido de España, sino que había encontrado su refugio en Los Monegros durante el Mioceno medio.

Huecos de raíces en la roca.

Los Monegros, espacio geológico

En resumen, los Monegros a nivel científico son muy interesantes, pero también a nivel paisajístico. Hay mucha variación de unidades geológicas, modelados, torrollones, saladas y barrancos. Un lugar interesantísimo para adentrarse en el mundo de la geología, para conocer cómo se formó nuestra tierra, la misma que pisamos, contemplamos y sentimos cada día. En definitiva, un geoparque a nuestros pies. ¡No te lo pierdas!

Manuel y Concha buscando estromatolitos.

Bibliografía

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Costa, E., Garcés, M., López-Blanco, M., Beamud, E., Gómez-Paccard, M. y Larrasoaña, J.C. (2010). Closing and continentalization of the South Pyrenean foreland basin (NE): magnetochronological constraints. Basin Research, 22: 904-917.

García-Castellanos, D., Vergés, J., Gaspar-Escribano, J. y Cloetingh, S. (2003). Interplay between tectonics, climate and fluvial transport during the Cenozoic evolution of the Ebro Basin (NE Iberia). Journal of Geophysical Research, 108, 2347, doi: 10.1029/2002JB002073. B7.

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Pérez Rivarés, F.J. (2016). Estudio magnetoestratigráfico del Mioceno del sector central de la Cuenca del Ebro: Cronología, correlación y análisis de la ciclicidad. Tesis Doctoral, Universidad de Zaragoza, 281 p. https://zaguan.unizar.es/record/79504.

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María Pueyo Romerales


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Por India Pano Rodés. Tercero de la ESO. IES Gaspar Lax.

María nació en Sariñena el 19 de Noviembre de 1927, ahora tiene 91 años, la familia por parte de su madre era de Sena y la familia por parte de su padre era de Sariñena. Su madre se llamaba Blasa Romerales Ramón y su padre Mariano Pueyo Ullod. Su madre trabajaba criando a las hijas y a sus hijos, también trabajaba en el huerto, iba a vender a los pueblos, era ama de casa… Su padre trabajaba la tierra, era agricultor. María tenía dos hermanos y cuatro hermanas más, en total eran siete.

María cuando era pequeña jugaba con carbón, escribía en las paredes y también escribía con palos en el suelo. Su infancia fue buena, cuando tenía ocho años vivió la Guerra Civil. Ella trabajaba de ama de casa, como todas las mujeres… Iban a buscar el agua a una fuente con cubos, utilizaban como si fuese luz, un candil. Criaban tocino para la matacía y así podían hacer chorizo, morcilla… también tenían gallinas para recoger huevos y  mulos para la agricultura.

La escuela, a María le gustaba mucho aprender, María empezó a ir a la escuela, pero la tuvo que dejar. A María le enseñó a leer su tío, él era muy listo, le enseñó a leer a base de periódicos, también le enseñó a escribir y dibujar. Ella tiene un buen recuerdo de cuando era pequeña, iba a coger almendras con sus amigos, sus hermanos y sus hermanas.

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María iba al campo a ayudar a sus padres a trabajar.

Trabajó en Barcelona a partir de los 13 años de niñera, le gustaba mucho coser y se hacía vestidos, más adelante tuvo un bar con sus hermanas se llamaba Maryland. Y estaba en la actual Plaza Constitución. En las fiestas iban orquestas, toros y también había fuegos artificiales.

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Se casó con Marcos Rodés cuando ella tenía 29 años, la boda fue un poco triste porque no hubo boda en sí, solo fue comida familiar. Se casó de negro con un abrigo de color mostaza, no tuvieron viaje de novios, vivió en casa de sus suegros durante un tiempo en la Calle del Enado, la casa tenía 3 plantas, patio, cocina, habitación y terrao. Tuvo tres hijas y un hijo. Marisa, Marcos, Silvia y Marian.

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Ella solía ir al cine. Una de las tradiciones que seguía cada año era en Navidad, hacía los platos típicos de su madre, eran los cardos, hoy en día se sigue haciendo y otra de las tradiciones era el día de reyes tomar chocolate.

India Pano Rodés.

Tercero de la ESO B

Carmen Pueyo Dueso


Tiene 90 años en la actualidad y es viuda del que fuera su consorte D. Fausto Gonzalvo Mainar, Director del Grupo Escolar de Sariñena, en las décadas 50 y 60 del pasado siglo. Por Juan Antonio Casamayor Anoro.

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Carmen Pueyo de maestra con el grupo escolar de Sariñena, año 1959. 

      A pesar de su largo trayecto de enseñante en Sariñena, hasta la edad de su jubilación, la maestra reconoce que su vocación de seguir impartiendo clase y formando a los jóvenes no ha disminuido y aún afirma que le gustaría seguir en las aulas formando chicas y chicos como en sus buenos tiempos. Yo me he sentido muy gratificada a lo largo de aquellos ( casi 50 años ), en que estuve ejerciendo, hasta que me tocó optar por la jubilación.

        Su madre de hecho le inculcó el amor por el Magisterio al que se dedicó y más tarde sería ella, la protagonista de este reportaje, quien recogiera la vocación de ésta. Con ella, su progenitora, vivió en la casa de la Travesía del Enado nº 1, y la cuidó hasta su fallecimiento y es en la misma casa familiar donde reside hoy la maestra.

     Cuenta Carmen Pueyo, que tras de cursar Magisterio en las Teresianas de Zaragoza, ejerció en las escuelas rurales de Bubal, en el valle de Tena, en la villa de Tardienta, de Pertusa y después en la localidad próxima al nudo ferroviario de Selgua, Monesma de San Juan, localidad a la que se desplazaba cada lunes en el tren, desde Sariñena y enlazaba después con su bicicleta, la cual guardaba en la estación del ferrocarril. De allí por caminos inhóspitos pedaleaba durante casi una hora hasta la escuela del pueblo, en el que residía durante la semana. El esfuerzo era importante y las condiciones de vida duras, debido a las escasas comodidades existentes en las casas del pueblo en que nuestra maestra impartió la enseñanza durante casi 40 años. Mi vocación por el magisterio me compensaba sin embargo y en ningún momento pensé en abandonar, – cuenta Carmen –  aunque la compensación económica de los maestros era bastante exigua por aquel entonces. Unas 600 ptas. al mes, era lo que percibía y debo admitir que me podía permitir muy pocos ratos de ocio y mucho menos practicar algunas aficiones que estaban entre mis preferencias, desde mis tiempos de enseñante en el Pirineo oscense. Este es el caso del esquí, que siempre  había deseado el practicarlo.

     Y algo que me fue muy difícil de realizar, viajar a las Fiestas del Pilar de Zaragoza, que más tarde realizaría con mi esposo, aunque Fausto no era un hombre de “muchas fiestas”.

      De los años vividos en Momesma de San Juan – resalta la maestra-  lo complicado que era mantener una higiene aceptable dadas las carencias de instalaciones adecuadas en las casas. Los orinales en las habitaciones y los vertidos en el corral de nuestros excrementos eran lo cotidiano y las camas habían de calentarse con elementos muy rudimentarios.

     ¿Quizá hubiera de calentar un ladrillo, o una botella, con los que elevar la temperatura de la ropa de la cama – le preguntamos?

     – Y duda,…. pero nos sonríe al responder,….”El frío en invierno era penoso de soportar y las estufas y los braseros eran elementos casi de lujo”. Todo ello, -refiere- lo viví en primera persona.

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Juan Antonio Casamayor y Carmen Dueso.

     Pero mi deseo más importante era venir a Sariñena, bastante difícil por lo que representaba el acceso a una localidad de importancia, Cabeza de Partido en la Organización Territorial de entonces y la suerte se me acercó, al conocer a quien sería mi esposo, Fausto el Director del Grupo Escolar, en unas jornadas de teatro que se organizarían en la villa de Sariñena. Solicitar la plaza de hecho, lo pude hacer, “por concurso de consorte”, al desposarme con el Director D. Fausto Gonzalvo Mainar, un hombre de recia personalidad, que pesó bastante en mi ánimo de hacerlo mi esposo, en octubre de 1957.

     Dña. Carmen que es una mujer de gran entereza y carácter, con algo de ironía en sus apreciaciones, -no duda en afirmar– como tomó su decisión de desposarse, para poder venir a ejercer la enseñanza en Sariñena. De hecho, tras de su solicitud y aceptación de la misma, obtuvo la plaza en propiedad ( como ella había deseado siempre ) y dedicó el resto de sus años de ejercicio a la docencia, en la Escuela en que había enseñado también su madre, María Dueso.

    Dña. Carmen no tuvo descendencia y ello le permitió una gran dedicación a la profesión que tanto amaba, introduciendo algunas disciplinas deportivas en las clases habituales como la gimnasia, -que reconoce– era muy apreciada por las chicas del Grupo Escolar de Sariñena.

     Muchos son los alumnos y alumnas que esta buena maestra tuvo bajo la batuta de su disciplina y varias las anécdotas que de algunos recuerda, así que,… concluir esta historia para nuestro Blog de Mujeres Monegrinas, con algún recuerdo acerca de anécdotas que vivió a través de sus alumnos, nos gustaría mucho referirlas, si bien deseamos respetar su memoria, y sólo rememorar la entereza de esta maestra singular de Sariñena, Dña. Carmen Pueyo Dueso.

     Los desvelos de esta gran mujer y cuanto hizo conjuntamente con su consorte D. Fausto Gonzalvo, por nuestra formación. La nuestra  y la de muchos otros sariñenenses, quedan implícitos en la personalidad y formación de los autores de esta historia.

Juan Antonio Casamayor Anoro

 

     Esta mirada se enmarca dentro de la serie “Rostros”, que va relatando diferentes visiones de mujeres monegrinas y su trabajo en el medio rural de Los Monegros. Muchas gracias a Juan Antonio Casamayor por participar aportando una entrañable y magnifica entrevista, gracias Juan Antonio!.

 

Mercedes Pueyo Roy


        Para afrontar el dance aragonés es imprescindible abordar “Origen y problemas estructurales del dance en Aragón”, un completo estudio científico fruto de una tesis doctoral de una pionera de la etnografía aragonesa: Mercedes Pueyo Roy.

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            Pero la figura de Mercedes Pueyo Roy, además de desconocida, ha estado envuelta en un halo misterioso. A raíz de mi interés por el antiguo mayoral de Pallaruelo de Monegros, el tío Juaner, su hija Leonor me habló de una tal Mercedes que hace años realizó un trabajo sobre su padre. Al parecer, Mercedes tenía relación con Pallaruelo de Monegros y había sido secretaria de Antonio Beltrán Martínez, aunque ahora nadie la recordaba en Pallaruelo. Tras peguntar a Miguel Beltrán Llopis, hijo de Antonio Beltrán Martínez y antiguo director del Museo de Historia de Zaragoza, parecía que a Mercedes Pueyo Roy se la había tragado la tierra. En esa línea también se manifestó el músico y experto musical Mario Gros Herrero: -Las referencias sobre Mercedes Pueyo eran a través de sus publicaciones: el libro sobre el dance y algunos artículos. Era como si, después, se la hubiera tragado la tierra. Además, su libro era prácticamente inencontrable, salvo en algunas bibliotecas-. Mario consiguió contactar con Mercedes en el 2014, descubriendo una gran mujer que, aunque muy desconocida y para nada reconocida, contribuyó enormemente en los inicios de la etnografía aragonesa, –Por diversas razones la figura de Pueyo me parecía fundamental-.

            Descendiente de Pallaruelo de Monegros, Mercedes Pueyo Roy estudió filosofía y letras en la Universidad de Zaragoza. Fue la primera mujer en doctorarse, el 21 de junio de 1961, día de San Luis. De la mano del profesor de arqueología y etnología e ilustre monegrino Antonio Beltrán Martinez estudió el dance aragonés, dando fruto a su tesis doctoral “Origen y problemas estructurales del dance en Aragón”, publicada por Heraldo de Aragón en 1973. Gracias a los encuentros de Dance aragonés entrevistó a danzantes, mayorales y gaiteros; llevaba un magnetófono muy pesado de unos 15 kilos y tomó numerosas notas que llegaron a pesar cerca de 20 kilos. Todo su material lo ha donado al Instituto Aragonés de Antropología, haciendo gala de una gran generosidad y amor por su tierra. En 1962 marchó a Paris donde enseñó, durante un año, lengua y literatura española en el Institut Lamartine. Luego pasó a Suecia, becada por un instituto sueco, y ejerció 35 años en la Universidad de Lund, como profesora titular de lengua y literatura española e impartiendo conferencias en la universidad sobre cultura española. Ha estado 50 años fuera de España y actualmente reside en Puerto de la Cruz, Tenerife. Se casó en Suecia, de donde guarda muy buenos recuerdos, además trabajó mucho con la embajada Española en Estocolmo, disfrutando de una intensa actividad cultural. En suecia fue conocida como Mercedes Pueyo Carlén.

Mercedes Pueyo

            En su infancia, Mercedes acudía cada verano a Pallaruelo de Monegros por vacaciones, la conocían cariñosamente por “Merceditas”. Su padre Francisco Pueyo Samper nació en Pallaruelo de Monegros y pronto el cura vio en él grandes dotes e inteligencia para los estudios. Por aquel entonces, la abuela de Mercedes regentaba una pequeña tienda de ultramarinos local, la tienda de los Pueyo. Se había quedado viuda y decidió  vender todo para que su hijo Francisco, con tan sólo siete años de edad, pudiese marchar a estudiar a Zaragoza. Francisco trabajó en Zaragoza como maestro y años más tarde pasó a trabajar como inspector para la agencia general de seguros. Francisco tocaba el violín y era amigo de Capitán, además de un enamorado del dance, apunta Mario Gros (Vicente Capitán era un antiguo gaitero sariñenense). Mercedes recuerda ir a Pallaruelo y sorprenderse al ver los caballos pasar por la cocina para acceder al corral, allí aprendió a montar a caballo y vivía el día a día del pueblo monegrino, iba a ayudar con las labores agrícolas, todavía recuerda ir a trillar a la era.

            Del mayoral Juaner recuerda su simpatía y gracia, tenía  gran facilidad  para los pareados, hasta había compuesto la historia de España en pareados. Para Mercedes, -si Juaner hubiese nacido hoy en día, sería rapero-, pues contaba la realidad con magistrales pareados. Su padre Francisco Pueyo Samper recogió muchos dichos y versos de Juaner, mantenían una buena amistad, se conservan dos documentos que recogen los dichos de Pallaruelo de Monegros de 1940 y la Historia de España contada en versos. Todo lo recogido fue escrito, al menos en parte, por el tío Juaner, y se lo dio en mano a su padre Francisco Pueyo.

            Mercedes recogió música aragonesa, realizó grabaciones y transcribió muchas melodías. Mercedes estudió piano en el conservatorio de Zaragoza y tiene una gran voz que aún ejercita en un grupo coral. Cantó muchas músicas antiguas como albadas y canciones populares recogidas por todo Aragón. El material quedó recogido en el archivo de Antonio Beltrán. En el 2013, Mario Gros Herrero accedió a unas cintas del legado de Antonio Beltrán Martínez donde aparece  «Rondalla que interpreta jotas, jotas de ronda, bolero de Caspe y seguidillas de Leciñena. Donde se intercalan interpretaciones de gaita de Vicente Capitán de Sariñena, cantos de Mercedes Pueyo, cantos de María Martínez, cantos de Pío Beltrán y grabaciones de gaita hasta el final de la cara”.

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            Mercedes formó parte de la creación del Museo Etnológico de Aragón en 1955, que llevó a cabo Antonio Beltrán. La Diputación  Provincial de Zaragoza se hizo cargo de los gastos y se construyó la sede de la Casa Pirenaica- Parque Grande José Antonio Labordeta. Mercedes fue su secretaria, estuvo como becaria, catalogando y realizando estudios, cobrando unas escasas 500 pts al mes. Donó al museo el chaleco de seda de su abuelo Pascual Pueyo, ganadero y pastor, y materiales de casa de su padre. Estuvo hasta 1962 trabajando como becaria y publicando artículos para la Institución Fernando el Católico. Fabricaron un cuestionario etnográfico y lo mandaron a todos los pueblos que pudieron, normalmente a los principales personajes de cada pueblo, como al maestro o al cura. Mario Gros señala que Antonio Beltrán tuvo la idea de montar los Concursos de Dance en Zaragoza para poder estudiarlos sin necesidad de ir a las distintas localidades.

“El dance es una composición poética”, poesía lírica, diálogos. La sátira en la poesía, dichos y matracadas. De la música no se pueden precisar sus antecedentes.

Mercedes Pueyo Roy

            Su trabajo “Origen y problemas estructurales del dance en Aragón” es una de las primeras obras sobre el Dance aragonés y constituye una valiosísima aportación que abarca diferentes ramas de las letras, tales como historia de la literatura, poesía lírica, dialectología e historia de la cultura. Para Mario Gros -Su libro sobre el dance se publicó en el 73 como “mérito” para su acceso a la Universidad. De ahí la rareza de la edición. Está impreso en la imprenta de Heraldo de Aragón, pero la edición es de la propia autora. El libro del 73 no corresponde con exactitud a la tesis: se han reordenado las materias, faltan los anexos y se ha dado más importancia a los asuntos poéticos-literarios-. Antonio Beltrán Martínez dirigió su tesis, apunta Mario Gross, y entre ellos eran frecuentes largas discusiones sobre el dance. Mercedes recuerda a Beltrán como “un gran recopilador, capaz de montar un libro en cinco minutos”.

            Para Mercedes el “dance” es una palabra propiamente aragonesa y corresponde a un conjunto escénico, una representación dramática donde intervienen diferentes bailes, la primera vez que aparece la palabra dance es en 1720, el dance corresponde al siglo XVII. Para elaborar su tesis, Mercedes estudió durante cinco años 74 representaciones distintas del dance aragonés: -El dance es una pequeña pieza de teatro popular y al mismo tiempo una revista oral que sólo se imprimió una vez y que se renueva, corrige y aumenta cada año. Así pues, como obra dramática hay que considerarlo-.

            Gracias al Instituto Aragonés de Antropología y a su presidente Vicente Miguel Chueca he podido acceder a parte del legado de Mercedes, gracias también a Mario Gros Herrero por sus apuntes y ayuda, a Miguel Beltrán Llopis y a Mª Ángeles Hernández Prieto por sus aclaraciones y a Mercedes Pueyo Roy, por su agradable y familiar trato, un placer conocer a tan excelente persona y todo mi reconocimiento por su trabajo, esfuerzo y dedicación por la cultura aragonesa.

Algunas publicaciones de Mercedes Pueyo Roy:

– “El dance en Aragón”, Zaragoza V, Publicación de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, 1957.

– “Origen y problemas estructurales del dance en Aragón”, Caesaraugusta, 17-18. Institución “Fernando el Católico”, Zaragoza, 1961.

– “Kurs i spansk fonetik och spanskt uttal” (Curso de fonética española y pronunciaciones españolas) Pueyo-Carlén, Mercedes, 1934- (författare) Lund : Studentlitteratur, 1969 Svenska 151 s.

– Fiesta / Mercedes Pueyo-Carlén, 1934- (författare) Malmö : LiberLäromedel, 1973-

– “Nya spanska stilar” (Nuevos estilos del español) Pueyo-Carlén, Mercedes, 1934- (författare)Pärletun, Margareta, 1943- (författare) ISBN 91-44-08181-2 Lund : Studentlitt., 1972 Spanska 47 s.