Amor por su pueblo, por su tierra. Orgullosa de sus Monegros, sus gentes, raíces, tradiciones y costumbres. Simoné ha sabido valorar y querer sus orígenes, de ello ha hecho gala, de la vida rural, del trabajo en el campo, con el ganado y los animales de siempre que no podían faltar en su casa. Una vida dedicada a los suyos, a salir adelante. Simoné, una chica sensible pero atrevida, valiente, luchadora, mujer coraje, con gran carácter y sobre todo querida por los suyos y querida por su pueblo. Sin duda, Simoné deja huella y sigue dejando la impronta de toda una sariñenense de los pies a la cabeza, de una guerrera que en Sariñena y en su amada laguna ha sabido encontrar su propio oasis a pesar de la dureza de la vida; con todos los suyos y los que faltan.
Simoné Andreu Serrador.
Simona Andreu Serrador nació en Sariñena el 30 de septiembre de 1946, en casa Tabolla/Taboya, actual calle Gasset, casa de su abuela Simona y su tía Pilar. Hija de Teodoro y Miguela, fueron tres hermanos: Teodoro, Teresa y Simoné. Su padre Teodoro se dedicaba principalmente al transporte, igual subía gente a la estación que llevaba un tocino al matadero, acarreaba mercancías a alguna casa o incluso Lanaja, o transportaba en su bulquete áridos y gravas para algún constructor. Mientras, su madre Miguela se dedicaba a hacer fainas varias por las casas.
Simoneta.
Era del barrio Alto de Sariñena, donde históricamente se encontraban las casas más humildes, los corrales, pajares y las llamadas Palancas; una de aquellas Palancas estaba donde estaba garaje Casabón, cerca de su casa. Por el barrio estaban muchos críos y solían enfrentarse con los del barrio Bajo, que eran de casas mejores. Los llamaban piojosos y se enfrentaban los unos con los otros encorriéndose a zaborrazos -pobres contra ricos-. A los del barrio Alto les defendía Joselín “El Moreno” -Joselín, que nos han dicho piojosos y que llevamos caparras- a lo que Joselín respondía -Esta noche a atacar- y por la noche bajaba toda la banda a enfrentarse con los del barrio Bajo. Cuando alguno recibía un zaborrazo en la cabeza, en la chichonera le ponían una perra gorda con un paño. Luego se gastaban la perra gorda en casa Blasito, donde iban a comprar regaliz. A la pastelería de Blasito solían ir a mirar el escaparate, a ver los dulces que tenía, -que bueno se veía todo, pero nada, solo mirábamos-.
Tenían un pajar camino Zaragoza, con vistas a la Laguna, donde desarrollaban parte de su día a día. Una vez le pusieron una vacuna y del efecto casi no llega al pajar, de la agonía que tenía. Cerca estaba el sifón donde se encontraba el lavadero y en un rincón, con leña, calentaban el agua para lavar en invierno. El lavadero tenía un tejadillo y aún queda algún resto de las losas.
Con cinco años contó con su primer oficio, su abuelo le dijo -tienes que ser la niñera de Antonio Huerva- pues las ratas suponían un peligro y no lo podían dejar solo. Así, que Simoné lo cuidó guardando guardia a la puerta de su habitación con un palo atenta para espantar a alguna rata atrevida que osase acercarse. A una que se atrevió, güen garrotazo le arreó.
Cartilla de escolaridad.
A Simoné le daba mucha vergüenza ir a la escuela con unas botas usadas que le dieron de un chico. Fue a la escuela de las monjas, de las que guarda muy buenos recuerdos. Aunque Simoné pronto se cansó de estudiar y se puso a trabajar de niñera en casa Torres. A los 12 años marchó a servir de niñera a Tarrasa. Su hermana Teresa, que tendría unos 17 años, ya había marchado antes de cocinera y prácticamente a hacer de todo. Simoné fue a parar a un chalet de lujo, Torre del Mer, a cuidar críos que casi eran de su edad, en una casa con jardín, piscina y huerto. Es en Tarrasa donde le cambian el nombre, dicen que Simona parece un nombre antiguo y que es más moderno Simoné, nombre que se le queda ya de por vida, aguda y con tilde en la «e» final.
Simone y Paca, mujer de Rafael Moreno.
Al año, una gran riada sacude Tarrasa por lo que Simoné coge miedo y decide volver a Sariñena. Aun así, vuelve a salir de Sariñena a los 14 años pasando algunos meses en Barcelona, igualmente trabajando como sirvienta. No tarda en regresar y una vez ya definitivamente en Sariñena, por un tiempo se dedica a limpiar el colegio de las monjas, el colegio de la Milagrosa. A Simoné le llama mucho su casa, su pueblo y comarca, le tira y le sigue tirando su tierra. Si le preguntan de dónde es ella, siempre responde sin dudar que ella es de Los Monegros, siempre orgullosa. Y cuando le dicen que aquí no hay nada siempre dice que aquí hay mucho, -¡mucho!-.
A los 19 años, Simoné contrae matrimonio con Miguel Bornao Millera, conocido como Migueler. Se casan en Sariñena y Simoné lo hace de negro pues hacía poco que se había muero Teodoro, su padre. Les casa José María, mosén copas y en el cine teatro Romea celebran un “pica – pica”. Luego, de viaje de novios marchan para Barcelona, en tren, a casa la tía Concha de Migueler, visitando algunas zonas de Barcelona, entre ellas el Tibidabo, pues perras había pocas. También visitan a la tía Teresa.
Boda entre Simoné y Miguel.
Migueler tenía algo de tierras y un par de vacas además de tener animales en casa y a parte iba a empresa, a las canaletas (al lado del cementerio) y otros trabajos. Con el bulquete iba a sacar enrona, sacar piedras, carreaba áridos, arenas y gravas para los albañiles con sus amigos Pedro “El Royo” y Mariano el de Potreta.
Por aquellos años viven en calle Los ángeles n.º 7. Simoné hacía lo que le salía, además de cuidar los abuelos que vivían con ellos en casa. Pili Bornau, hija de Simoné, recuerda como entre todos, abuelos y tíos, sumaban seis, y entre ellos Bernardo Millera y su esposa Vicenta Bornao de casa el Chiquilo y su hermana Julia, que estaba sorda como una tapia. Además, Simoné cose en casa de Soto, con Pilar Soto. En 1967 nace Miguel y en 1969 Sergio.
Simoné con Miguel y Sergio.
Simoné es una de las primeras mujeres en obtener el carnet de conducir, mucho antes que Migueler. Se lo sacó en 1969, ella fue la segunda tras Bienvenida Borruel, que fue la primera. Simoné llevaba el tractor hasta la finca y luego Migueler lo cogía para llevar a cabo los diferentes trabajos agrícolas. Migueler iba con el vespino que tenían.
Simoné conduciendo el tractor en la romería de san Isidro.
Luego fueron a vivir a la finca de Bancel, carretea Lalueza, de ganaderos y Migueler de tractorista. Se llevaron todos los animales, anqué solamente estuvieron 9 meses; regresando a su casa de la calle de Los Ángeles. Al tiempo Migueler obtiene el carnet de conducir.
Luego marchan a la finca de Balaguer, también llamada finca de los Pozos o Torres de Balaguer, que estaba al lado de las fincas de Cachicorba y Presiñena. Allí estuvieron tres años. La finca, fue de la familia de Antonio Torres, se la vendió a Balaguer, catalán, empresario que también construyó los pisos del Malibú y este llamó a la finca «Los Pozos», ya que se regaba bombeando agua de unos pozos, todo un adelanto hace 50 años.
Foto de familia Bornao Andreu.
Pili nace en 1973, el año que fallece Vicenta Bornao y en 1975 Gustavo, el pequeño de la casa. En 1976 regresan a Sariñena ya que se repartían los lotes, aunque estos fueron provisionales. Con el lote, el monte Saso Lasfitas (secano), la huerta y los animales de casa fueron tirando. La huerta la empleaban básicamente para los animales, alfal, panizo, panizo espeso, nabos, remolacha, cebada, trigo… Incluso aprovechaban las raíces de alfal, que la chafaban con la jada además de mallarlas en la calle para que se soltaran la tierra y las pudieran remusgar (rumiar) las vacas.
Igualmente, en casa tenían vacas de leche que ordeñaban todos los días y vendían. Tenían 14 vacas que cada día, a las 8 de la mañana, ordeñaban. A esa hora ya tenían a gente haciendo cola, pues la gente la iba a comprar con cantaros y botellas a casa. -Vendíamos leche, la puerta siempre estaba abierta para todo el mundo-, recuerda Pili aun sintiendo las voces de las mujeres que venían temprano a comprar y a charrar mientras se le servía la leche. Un día un abuelo le dijo a Simoné -No eches tanta agua- a lo que ella no se pudo contener en contestar -¡Eso es lo que hacía usted!-. La leche que no vendían en casa la subía en coche a la Rania. Junto a la de mariano Conte, fue una de las últimas vaquerías de Sariñena.
Migueler y Simoné.
Para Pili Bornao era una casa de mucho trabajo: “donde mi padre manejaba las tierras y las vacas, y mi madre vendía la leche y vendía lo que sacaba de la huerta. Cuidaba de nosotros, que somos cuatro. Aún veo volar la zapatilla por aquella calle, porque cada dos por tres hacíamos trastadas, que todavía hoy recordamos para reírnos” (Diario del Alto Aragón, domingo del 11 de noviembre del 2012).
En casa también tenían terneros, pollos, tocinos, vacas… y todo siempre bien limpio y desinfectado. Simoné llevaba la administración y organización de la casa. La casa la desinfectaban cada dos por tres con zotal, todo tenía que estar siempre bien limpio, restregaban con fuerza la ropa cuando la lavaban y los aluminios de las lecheras tenían que brillar -¡que no digan!-, recuerda Miguel Bornao. La casa la blanqueaban todos los años con cal hasta que en 1981 sacaron los animales de casa y los llevaron a la finca de la Laguna donde poco a poco se fueron haciendo vivienda.
A la cooperativa iban a moler y en el dyane 6 tenían que llevar pacas de alfal y paja y en el bulquete hacían viajes de fiemo. Sobre 1997 ayudó en la carnicería la catalana, limpiando patas de tocino y de corderas y tripas para hacer callos. Patas y tripas de cordero, las tripas las tenían que limpiar mucho, empleaban sosa; la sosa solo para las patas de cordero, las tripas y lo demás a mano. En 1997 se hace cargo del bar Luis, llamándole bar “A Lifara”, bar que regentan durante tres o cuatro años, Simoné con su hija Pili junto a Eli y Nicol. Hacían un montón de tapas y siempre estaba lleno.
En la calle los Ángeles siempre había tres corrillos, para las noches a la fresca, uno a la puerta de Liborio Cabellud y Dolorinas, otro en casa Simoné con los Morenos y Andrés Millera y otro más abajo, por donde telégrafos, con Olga Catalá. Rafaelito el Moreno le decía a Simoné que cuando fuese mayor se compraría caballos y así fue.
Siempre ha estado al lado de sus mayores, cuidándolos y aprendiendo de ellos, de sus anécdotas, historias, memorias y vivencias. Recuerda ver pasar mucho a Miguela la de la posada, con su viejo carretillo de la posada al huerto y otra vez de vuelta. A José el Gange, que iba mucho a visitar a su suegro y que contaban muchas historias de antes y Simoné los escuchaba mientras guisaba la comida. Le llegó a decir que comían hasta hierba. Unos vieron una mula muerta, estaba hasta hinchada, y del hambre se dieron la vuelta para cogerla y llevarse algo a la boca –hicieron fuego en una casucha y se la comieron-.
Su tía Manuela contaba historietas de la guerra, como cuando junto a 17 mujeres cruzaron la frontera por Figueras, Gerona, a Francia. Allí las llevaron con sus hijos a un castillo, donde las refugiaron. Mientras, a los hombres los internaron en el campo de Argeles. Manuela decía que una de ellas, de aquellas mujeres, era muy espabilada y que gracias a ella sabía cómo iba la guerra. Aquella mujer era María Moliner, a Manuela nunca se le olvidó. La cruz roja les llevaba comida hecha, hasta que un día ellas dijeron: –a partir de mañana no nos traigáis la comida hecha, traednos los alimentos que ya cocinaremos nosotras-, pues a los hijos no les gustaba como cocinaban las francesas. Una mañana, al abrir la puerta grande del castillo se encontraron abundante ropa y comida que la gente les había llevado, entre ello muchos juguetes que un hombre llevó para los críos.
Una noche, alguien llamó a la puerta del castillo, era el abuelo que había llevado los juguetes, pronto debían de huir, recoger algunas cosas y subirse a la camioneta, que los alemanes estaban cerca. Todas se subieron a la camioneta y el abuelo las condujo a la estación de tren donde las subieron a un vagón de madera. Un ferroviario las vio, pero el abuelo le dijo -Usted calle, estas personas van para España-. María Moliner se despidió del abuelo, mientras los críos lloraban por él, querían mucho al abuelo. Todas acabaron regresando a España. Se salvaron por los pelos, ya que por la mañana llegaron los alemanes. Del castillo de irás y no volverás, así lo llamaban.
Manuela, con 96 años con Paca y José Luis Ripoll tomándole la tensión.
Del marido de Manuela, Julián Cazán Morén nada se ha vuelto a saber de él, nunca lo encontraron, a pesar que con el tiempo Simoné gracias a la ayuda de Tere Lacerda, que hablaba francés, en vano trataron de averiguar qué fue de él. Su tío Manuel Serrador, de casa el Fraile, luchó en las Trincheras de Lanaja y Pili siempre recuerda que decía que lanzaba mandarinas en la guerra, –quizá por ser una niña, no quiso decirme que en realidad eran granadas-. Siempre decía que le silbaron muchos los oídos en la sierra, allí en las trincheras del lado de los Rojos, le silbaban por las balas. Nunca nos dijo si mató a alguien, se quedaba en silencio ante tal pregunta, que ahora no se nos ocurriría hacérsela.
A su tía Manuela le daban de comer lo que les sobraba en la casa que servía en Barcelona. Su marido trabajó haciendo el metro. Mosén Jorge le decía a Manuela que no se preocupase –no sufras Manuela, que estuvo muy bien cuidau-, aunque en verdad tras la guerra fue internado en un campo de concentración y nunca se supo nada de él. Manuela nunca supo la verdad.
Son muchas las historias que atesora Simoné, como las de aquellas mujeres que iban a buscar carbón a la vía: alguna hasta reñía por recoger el mejor carbón, recuerda Simoné. Su tía María iba junto a muchas mujeres del pueblo, luego algunas lo vendían -Si cogían alguna briqueta la compraban los ricos-. Entonces se iba a recoger muchas cosas, a respigar, o a escapotar panotas o escapotar el panizo. Recogían las panotas y en casa las limpiaban, les quitaban las cascarotas que se las quedaban para dar al ganado o incluso para hacer colchones.
Migueler y Simoné con el mondongo.
Por la calle de los Ángeles tenían un conejo que se les escapaba de casa, le cogieron mucho cariño y estaba muy gordo, se iba a otras casas donde siempre le daban algo de comer. -¡Manolo, Manolo!-, le gritaban para que volviese -déjalo, que ya volverá-. Manolo fue famoso por todo el pueblo hasta que un día ya no volvió. Estaban siempre tan rodeados de animales que incluso el médico don Nicolas decía: -Simoneta, si viene algún virus vendré contigo y tus animales, que los animales dan inmunidad-. A lo que respondía Simoné que ya estaban muchos en casa.
Simoné siempre ha luchado por Sariñena y Los Monegros, por la agricultura y los riegos, por el agua y contra el trasvase. Simoné ha luchado y continúa reivindicando un futuro para esta tierra que tanto quiere. Ha ido a todas las manifestaciones por el agua y siempre defendiendo a su gente. En una de aquellas manifestaciones en Madrid, por la problemática de las vacas locas, le dio su bolso a Migueler, lo cual dejó momentos muy divertidos. En aquella manifestación, Simoné sin querer se cayó al lado de las Cibeles, a lo que un hombre dijo -Señora no se queje, cualquiera no puede decir que se ha caído al lado de la Cibeles-.
«Simoné Andreu. 54 años. Sariñena. Huesca. Reclamo el agua que nos quieren quitar, porque en Monegros llevamos toda la vida esperando a que nos rieguen esas tierras tan hermosas. Este día servirá para algo, aunque el gobierno central no nos entienda, para que sepan que los de Aragón somos solidarios pero siempre que no tengamos tanta sed. Esperamos que haya pactos que nos deje contentos a todos. Y mira mi sombrero, estos son mis mensajes: Aragón, nobleza y bravura, hasta la sepultura; seré solidaria cuando Aragón no tenga sed; Ebro, las tierras de secano las tiene más a mano y Agua del Ebro para Los Monegros».
Cuando se comenzó a crear la cooperativa, Simonécon su marido Migueler apoyó a José María Paraled, aunque tenían pocas tierras, no lo dudaron. Igual apoyaron los primeros años de Femoga(Feria industrial, agrícola y ganadera de Los Monegros) y fueron los primeros en llevar animales, cuando era en las piscinas. Llevaron vacas para emprender la feria, siempre de la mano de Alfredo Cajal, el veterinario, quien llevó a cabo la feria. Luego, con el tiempo, fue Simoné quien promovió el concurso de fotos antiguas de Femoga, animando a que se recuperasen muchas fotos antiguas de Sariñena y de la comarca.
Simoné y el grupo de teatro «El Molino».
Ha participado en demostraciones y recreaciones tradicionales con el grupo Añoranza. Ha escrito diferentes artículos sobre costumbres y tradiciones que ha publicado en la revista sariñenense “Quio”; recuerdos y memorias que tenía miedo que se perdiesen. Ha hecho teatro con el grupo de teatro El Molino, haciendo de actriz y ha participado en numerosas obras como “Las Amargas lágrimas” de Petra Von Kant, “Yerma”, “la Zapatera Prodigiosa”, “Cianuro… ¿solo o con leche?”, y obras baturras con mucho humor que llenaban las plazas de los pueblos. Con el grupo de teatro realizaron el belén viviente movilizando a toda su casa.
Igualmente ha sido gran implicada en la romería de San Isidro y fiestas patronales. Aún recuerda lo que decía la Marrita -¡Ay chitetas, ay chitetas (Chiquetas)!, la ermita de Santiago llena de escorpiones y zancarrarrianas-.
Foto: Yegua Desancada, el Caballer y el mulo capado Carbonero: «Llegue desanclada, que tenía mal el anca (la cadera)».
Colaboró muchísimo con la creación del museo etnográfico de Sariñena y donó bastantes cosas. Tenía el número 5 de colaboradora, era muy atrevida yendo por las casas animando a que la gente donase objetos para el museo y cuando tiraban alguna casa, como la de Chin, acudían a ver que podían recuperar. Conserva unos ejemplares de la revista Crónica, de la época de la República, que durante la guerra permanecieron ocultos entre la paja de un pajar, en una caja de cartón recio, hasta que un albañil, al tiempo, las descubrió en unas reformas. Las tenía una mujer escondidas -El que descubrió el bulto al principio temió que fuese una bomba-.
También ayudó a Emma Cucalón con la recuperación del “Cabo d´año”, tradición que Simoné recordaba al ir por todas las casas pidiendo el cabo d´año, aunque algunas les mandaban de paseo otras les daban algo, una perra gorda. En casa de Calvete les daban mucho, recuerda Simoné.
En el 2012, Marga Bretos le dedica un precioso artículo en el Diario del Alto Aragón: “Simoné Andreu, una luchadora dotada de una energía envidiable”. En el artículo Marga Bretos no duda en definirla como “una mujer activa, muy cultivada tanto en experiencia como en el ámbito cultural; una mujer adelantada a su tiempo, amante de la familia, la lectura, el teatro, los animales, su pueblo y la cocina. Luchadora, constante y fuerte, todo un ejemplo a seguir.” (Diario del Alto Aragón, domingo del 11 de noviembre del 2012).
En el artículo se recoge el cariñoso testimonio de su hija Pili, resaltando que lo que de verdad la caracteriza es el humor que tiene: -Con mi madre, paso veladas de esas que te ‘mueres’ de la risa”-. También, matiza Pili -es “muy valiente, de esas mujeres que han sabido hacer ‘de un duro cinco’, y además poner todo su empeño en lo que se ha propuesto y conseguirlo-.
Simoné con niños y niñas del colegio de Sariñena.
Simoné ha acabado estableciendo su residencia en las inmediaciones de la Laguna de Sariñena, con su familia y animales, en su pequeño hogar y granja que es su propio paraíso. Cerca tenía el huerto su hermano Teodoro, que llegó a hacer una pequeña balsa donde puso una pequeña barca. La granja ha sido visitada en diversas ocasiones por los niños y niñas del colegio, conociendo los animales y el entorno de la laguna, con el afamado pony Peter Pan.
Un gallo de armas tomar
Hace un tiempo me acerqué a casa de Simoné y en tan bucólico lugar las gallinas campaban a sus anchas vigiladas por un gallo de lo más normal. Pero, al acercarme al pequeño jardín previo a la vivienda, vi como el gallo alzaba el corto vuelo propio de estos bichos y se posaba sobre la verja; no le di importancia hasta que me percaté que tenía aviesas intenciones. Inmediatamente se bajó de su observatorio y me impidió, claramente, la entrada a la casa. Cambié de táctica y me dispuse a entrar por otro lado para evitar la engorrosa situación, entonces la gallinácea hizo lo mismo y siguió con su plan defensivo.
De vez en cuando kikirikeaba amenazante, aleteaba y producía otros sonidos admonitorios. No creyendo lo que estaba viendo intente avanzar a pesar de todo y grande fue mi sorpresa cuando el animal me lanzó varios picotazos en mis zapatos advirtiéndome que no siguiera por ese camino. La cosa no fue a mayores porque Simoné oyó los kikirikis y salió a rescatarme, obtenido el salvoconducto de la dueña del volátil, este dejó de incordiarme y Simoné y Migueler me recibieron con la alegría que tienen las personas buenas y hospitalarias. ¡Qué cosas!
Manuel Antonio Corvinos Portella.
Siempre con las puertas abiertas en casa para todo el mundo, un carácter abierto, siempre había gente en casa. Pili Bornao se acuerda como algunos amigos de su padre iban a almorzar a casa: -porque a lo mejor ese día se habían ayudado en el campo, o llovía, y no se podía hacer nada, tan sólo cantar jotas-.
Decía Marga Bretos que Simoné es una mujer que brilla con luz propia, pero sobre todo una mujer muy querida por todo el pueblo: “Simoné es una persona muy querida, respetada y admirada en Sariñena, con muchas cualidades entre las que destacan la paciencia, afabilidad y hospitalaria como nadie”. Sin duda, Simoné es memoria de Sariñena, de la sabiduría popular transmitida generaciones tras generaciones, de técnicas, remedios tradicionales, refranes y un sinfín de historias. Pero ante todo Simoné es una persona muy querida en su Sariñena de su corazón.
Donde el sol despierta Sonríe la vida Y en Sariñena y su laguna Simoné es pura alegría.
En Sariñena, bajo el cielo azul, Simoné camina con paso sutil. Las calles susurran historias de antaño, De un pueblo que brilla con amor y cariño.
Las flores en los campos danzan al viento, Mientras ella sonríe, llena de aliento. En la plaza se oyen risas y cantos, Los ecos de amigos con los brazos abiertos.
Los atardeceres pintan de colores el horizonte, Y Simoné contempla, su corazón responde. Cada rincón guarda un trozo de vida, En Sariñena y su laguna, tierra querida.
Los aromas de la tierra son dulces y frescos, El pan recién horneado, los sabores honestos. Así es la vida en este hogar tan querido, Donde cada momento se siente vivido.
Así que, en Sariñena, con amor por bandera, Simoné florece como primavera. Un pueblo pequeño, pero grande en pasión, Donde Simoné aguarda en nuestro corazón.
Simoné Andreu Serrrador «Salamanquesa 2025», reconocimiento de «Os Monegros» por una vida de compromiso y amor a esta tierra.
Gracias a Marga Bretos, a Manuel Antonio Corvinos y muy especialmente a Miguel, Pili Bornao Andreu y a Simoné Andreu Serrador.
Simoné Andreu Serrador en el Diario del Alto Aragón, 25 de abril del 2025.
En el archivo provincial de Huesca se encuentran los libros de diferentes cofradías de la Villa de Sariñena. A través de ellos, nos aproximamos a parte de su historia, aportando algunas notas sobre sus contenidos, conscientes que una lectura más detenida podría aportar aspectos más que relevantes e interesantes.
En general se tratan de libros de estatutos y ordinaciones de las cofradías, estatutos muy similares entre ellas. A la vez, aparecen relaciones de hermanos componentes de las hermandades y las cuentas de las mismas.
Por aclarar, las ordinaciones son las ordenes que debían de cumplir los miembros de las cofradías. También se nombran los Capítulos, que respondían a las juntas que hacían los religiosos y clérigos regulares a determinados tiempos, conforme a los estatutos de sus órdenes, para las elecciones de prelados y otros asuntos.
Igualmente, en Aragón, una libra jaquesa equivalía a veinte sueldos o medios reales de plata y cada sueldo equivalía a doce dineros. Por aquellos años, un obrero especializado cobraba, más o menos, un jornal de cinco sueldos diarios. La onza aragonesa respondía a 29,236 gramos o a 1/16 de libra.
Cofradía de San Antonio de Padua (1738-1842)
Instituida en el convento de San Francisco de Sariñena, el libro de actas comprende las fechas desde su constitución, el 18 de junio de 1738 “En la capilla del bienaventurado San Antonio de Padua del convento del señor san Francisco de la Villa de Sariñena”, hasta 1842. El libro detalla las funciones de la cofradía, entrada de cofrades, hijos y mujeres, la misa del santo y otras misas, de procesiones, difuntos, limosnas, cobrar penas o selección de Mayorales. Además, se detalla los miembros de la cofradía y refleja las cuentas de la misma.
Antonio de Padua, también conocido como san Antonio de Padua, fue un sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo portugués, venerado como santo y doctor de la Iglesia por el catolicismo.
ES 22125 ADPHU {01} D-01467 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de San Crispín y San Crispiniano (1714 – 1823)
Instituida en la Iglesia Colegial de Sariñena, el libro comienza con los “Estatutos y ordinaciones de la cofradía de los gloriosos S. Crispín y Crispiniano”. Recoge la memoria de los cofrades, las nóminas de los cofrades, juntas y cuentas. En el año 1732, la cofradía determina hacer el estandarte de los mártires San Crispín y San Crispiniano.
En el folio 59, en anotaciones del año 1732, se hace una pequeña historia de la Cofradía, considerándose la más antigua “Aunque el principio de ella se ignora”. La historia parece responder a voces que debían de narrar la historia de la cofradía, señalando que el día de Corpus Christi del … año de 32 fue la primera de procesión, que salió el estandarte y tras él todos los hermanos con un cirio encendido. Llevaba el estandarte el más antiguo de los cofrades Pascual Sapita y los cordones por orden de antigüedad.
Se cita un antiguo libro de la cofradía, en el que se dice que originariamente era una cofradía de zapateros. Se entiende que el antiguo libro podría corresponder a 1501, resaltando el texto 230 años de antigüedad de la cofradía.
El libro nombra la fundación de la Cofradía de San Antonio de Padua instituida en el convento de San Francisco de Sariñena en 1625 por el oficio de sastres. En 1729 la cofradía reformó sus estatutos. También se nombra a la Cofradía de Santa Barbara, que parece ser fue fundada en 1658, siguiendo los estatutos de la Cofradía de San Crispín y San Crispiniano. ´
Crispín y Crispiniano fueron dos mártires cristianos muertos en el siglo III. Eran hermanos, miembros de una familia noble romana. Huyendo de la persecución en Roma, fueron a Soissons, donde de día predicaban a los galos y de noche hacían zapatos para subsistir. Murieron decapitados por orden de Maximiano.
ES 22125 ADPHU {01} D-01462 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de la Señora Santa Barbara (1732-1841)
Fundada en 1628 en la capilla y altar de la Señora Santa Barbara de la Iglesia Colegial de la Villa de Sariñena. Cofradía constituida por causa de una tormenta, ocurrida el 29 de junio de 1628, que causó varios muertos y heridos “Implorando justamente el patrocinio de la Santa por el estrago grande y lastimoso fracaso (que sucedió en 29 de junio del referido año) de un nublado de que cayó una centella o rayo muriendo de el nueve hombres y muchos heridos”.
En sus páginas podemos leer sus estatutos que presentan los títulos en latín y se desarrollan en castellano. Además, el libro abarca con los cofrades y cuentas desde 1732 a 1841. ´
Bárbara de Nicomedia, conocida como santa Bárbara, fue una mártir cristiana, reconocida como santa por la Iglesia católica. Santa Bárbara es la patrona de los mineros y los artilleros. Esta santa reconocida por la iglesia católica, ha sido vinculada con la tormenta y los truenos por las circunstancias de su asesinato y el posterior fallecimiento de su padre, quien ejecutó personalmente la muerte de esta venerable.
ES 22125 ADPHU {01} D-01477 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de Santo Antonio Abad (1735-1841)
Instituida en el convento de San Francisco de la Villa de Sariñena, el libro de actas contiene estatutos, constituciones y cuentas de la cofradía. Los títulos de los estatutos aparecen en latín y su desarrollo en castellano. La relación de cofrades se detalla de 1735 a 1841.
El libro de actas comienza con las Penas por faltas, por faltar a la misa y sermón, por no asistir al claustro, por faltar a las completas y salve, por faltar al aniversario, por trabajar el día de la fiesta, por faltar a los entierros, por faltar a la junta, por faltar a la obediencia del Prior, por faltar a los mayorales o velar a los hermanos el día del santo.
Como curiosidad se detalla una comida en 1819 donde se ha de dar dos tercios de carne a cada uno y a los enfermos se les ha de dar torta debiendo pagar dos reales. También se detalla como la junta se reunía ante el pórtico de la virgen de Loreto.
Antonio Abad o Antonio Magno fue un monje cristiano-católico, fundador del movimiento eremítico.
ES 22125 ADPHU {01} D-01466 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de Nuestra Señora del Rosario (1721 – 1842)
Libro de estatutos y constituciones de la Cofradía del Santísimo Rosario de nuevo redificada de la Villa de Sariñena, bajo tutela del Convento de Predicadores de Huesca.
En el libro, además de nombramientos, hay nóminas y cuentas de la cofradía. Por ejemplo, detallando gastos de la cofradía en 1832: Por las completas y misa de la fiesta, con un beneficiario, por el sermón y agradecimiento al… Predicador, al sacristán y escolanos por la fiesta, al campanero por los 5 aniversarios y toque de la fiesta, al sacristán por sacar la plata y 5 aniversarios, por las 5 misas de los aniversarios de todo el año y 6 misas celebradas por los hermanos difuntos.
Nuestra Señora del Rosario o Virgen del Rosario es una advocación de María venerada por la Iglesia católica, que celebra el 7 de octubre la fiesta de la Bienaventurada Virgen María del Santísimo Rosario.
ES 22125 ADPHU {01} D-01463 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de Nuestra Señora del Rosario con título de la Aurora (1779 – 1842)
Instituida y fundada en la Iglesia Colegial de la Villa de Sariñena en 1779. El libro de actas de la cofradía, presente en el Archivo Provincial de Huesca, contiene estatutos y constituciones, relación de cofrades, mayorales y hermanos, además de cargos y descargos.
Nuestra Señora de la Aurora es una advocación mariana que goza de gran devoción en los pueblos y ciudades del sur de Córdoba.
ES 22125 ADPHU {01} D-01471 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de San Antonino Mártir 1734 – 1842
Instituida en la Iglesia Colegial de Sariñena en 1734. El libro de actas de la cofradía contiene estatutos y ordinaciones En el folio 5v hay un grabado de San Antonino pegado sobre el texto. En el ángulo inferior derecho figura cartela con la siguiente inscripción: «Fr. Calbo Ordinis Minorum Fe 1668».
Como curiosidad un cargo por dos libras de velas blancas a siete reales.
San Antonino fue un mártir del siglo I. Según cuenta la tradición, el santo estaba de paso por Apamea, una antigua ciudad que se encontraba cerca del río Orontes, y allí, con gran celo apostólico, reprochó a los paganos que adoraban a sus ídolos. Su memoria se celebra el 2 de septiembre.
ES 22125 ADPHU {01} D-01465 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad 1822 – 1842
Constituida en el convento de San Francisco de la villa de Sariñena y fundada, según figura en su portada, el 18 de marzo de 1600 y nuevamente aprobada en el mes de octubre de 1822.
El libro de actas contiene estatutos y ordinaciones, entre ellas el pago que debían de realizar quienes quisieran entrar en la cofradía “Diez y seis sueldos jaqueses”. Todos los hermanos tenían como obligación de asistir a la procesión del viernes santo por la tarde “Que en el mismo día se para en el convento de san Francisco” y a la del domingo de Pascua “Debiendo llevar todos velas encendidas y el hermano que falte tenga que pagar un sueldo”. Igualmente asistir a la misa mayor en el Convento de San Francisco el día de Pascua. Las juntas debían celebrarse después de la misa en el día de la Dominica o antes de la Dominica Pasión.
Entre los gastos destaca a la comunidad de San Francisco, por misas por los hermanos, por misas de junta o aniversario, por cuatro libras de velas o por la acera para el altar mayor.
Nuestra Señora de la Soledad es una variante de advocación de la Virgen María del título de Nuestra Señora de los Dolores.
ES 22125 ADPHU {01} D-01476 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía del Señor San Blas 1746 – 1841
Cofradía fundada en 1746 en la iglesia colegial de la villa de Sariñena “Adviendose experimentado en el año próximo pasado, de 1746, en la Villa de Sariñena un contagio de garrotillo o mal de garganta que murieron varios párvulos y algunos adultos, con su clero y plebe celebrando una procesión o rogativa, invocando el patrocinio de dicho glorioso obispo y mártir San Balas, experimentó el alivio y consuelo deseado, de cuyo inexplicable favor, enardecidos los corazones de muchos fieles erigen y fundan una nueva hermandad o cofradía en honor del Santísimo San Blas”. El garrotillo respondía a la infección bacteriana conocida como difteria.
El libro de actas de la cofradía contiene los estatutos, ordinaciones y cuentas anuales. Para entrar en la hermandad se debía pagar diez reales de plata y una vela de tres onzas, aunque solamente podían ser en número de treinta y tres cofrades. Todos debían de asistir al Capitulo y fiesta, donde se cantaban las Completas con velas encendidas y pasando a adorar al santo. Además, asistencia al aniversario “y luego concurrirán a casa del Mayoral a las cuentas y refresco (si lo hubiere). Continúa con el día para tener Capitulo, de san Thomas a San Esteban, de la asistencia a los cofrades necesitados y enfermos, asistencia a entierros, de los hijos difuntos y varios asuntos de la cofradía.
Blas de Sebaste, venerado como san Blas, fue un médico, obispo de Sebaste en Armenia y mártir cristiano. Hizo vida eremítica en una cueva en el bosque del monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal.
ES 22125 ADPHU {01} D-04655 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de la Gloriosa Virgen y Mártir Santa Quitería 1816 – 1842
Instituida en la iglesia parroquial de Sariñena y fundada en 1733, renovándose en el mes de abril de 1816 por haberse perdido el libro de “Estatutos y Cuentas”.
El libro contiene constitución, estatutos y cuentas anuales de la cofradía. Para ingresar se debía de paga diez sueldos y diez dineros con una vela de tres onzas y otros diez sueldos y diez dineros por salida y si eras hijo de hermano cinco sueldos y una vela de tres onzas y otros cinco por salida. “En el segundo día de Pascua de Resurrección se deberá celebrar todos los años una misa verada por los hermanos y hermanas vivos y difuntos de la cofradía con la comida de cuatro sueldos y cuatro dineros”.
Entre los gastos misa de fiesta, aniversario o difuntos, por las Completas al Capítulo, el sermón, comensales, sacristán, campanero o toque de campanas para la fiesta.
Santa Quiteria fue una virgen y mártir del siglo II de la que poco se conoce, más allá de su nombre y su culto. Ya aparecía en el Martirologio Hieronymianum y su nombre proviene de Kythere o Kuteria, que significa ‘la roja’.
ES 22125 ADPHU {01} D-04654 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía del Patriarca San Joaquín 1761 – 1842
Fundada en la iglesia colegial de la Villa de Sariñena en 1761. El libro contiene estatutos, ordinaciones, nóminas y cuentas. “Todos los cofrades tengan la obligación de concurrir la víspera del S. San Joachín a la iglesia colegial de dicha Villa, en donde se capitarán Completas, en las que estarán con velas encendidas”.
Contiene grabado de San Joaquín «S. IOACHIN AÑO DE 1837». Hay otro grabado suelto coloreado que representa un obispo sin identificar.
Joaquín fue el marido de Ana y el padre de María, madre de Jesús, de acuerdo con la tradición católica, ortodoxa y anglicana. La historia de Joaquín y Ana apareció por primera vez en el evangelio apócrifo de Santiago. Joaquín y Ana no son mencionados en la Biblia.
ES 22125 ADPHU {01} D-04657 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía del Patrocinio del Señor San José Patriarca 1817 – 1842
Cofradía de Josef Patriarca, fundada en la iglesia colegial y parroquial de Sariñena. El libro de actas se inicia en 1817 y se abre con la aprobación del muy S. Obispo de Huesca por haberse perdido el libro de sus ordinaciones y autos de visita anterior.
En la contraportada aparece un grabado de San José con el Niño en cuyo margen inferior figura: «Ignatius Valls. Delín. et sculp. Barcinone». En el libro aparecen la constitución de la cofradía, actas y cuentas de la misma.
José de Nazaret fue, según la tradición cristiana, el esposo de María, quien era la madre de Jesús y, por tanto, padre putativo de Jesús. Tanto su vida y sus ancestros familiares se describen en el Nuevo Testamento de la Biblia.
ES 22125 ADPHU {01} D-04658 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de Nuestra Señora del Pilar de Sariñena 1739 – 1842
Instituida en la Iglesia Colegial del Salvador de Sariñena “En el año del nacimiento de nuestro Señor Jesu Christo, que se contara de mil siete cientos treinta y nueve, se ha instruido y erigido Cofradía en reberencía, honor y gloria de la Santísima Virgen María, baxo la invocación y titulo del Pilar, la que se venera en su Altar y Colegial Iglesia del Salvador de la Villa de Sariñena”. El libro contiene sus estatutos, el pago de diez sueldos y una vela de tres onzas para su ingreso y otros diez sueldos dentro de un año.
Junto al Prior, la cofradía se componía de 32 hermanos cofrades. El libro desarrolla las obligaciones del Prior, de los Maiorales, de la asistencia a Capitulo, en silencio, solo podían hablar con permiso del Prior bajo multa de una libra de velas. Estaba obligada la asistencia a la fiesta, debiendo acudir la víspera de la fiesta a la iglesia, donde se cantaban completas y el día de la fiesta “obligación de concurrir a la misa y sermón con velas encendidas pena de quatro sueldos”. Hacían recuento en el claustro “y el cofrade, que trabajase el día de la fiesta de la virgen Santísima del Pilar tenga de pena quatro sueldos y el que se supiese quien ha trabajado, no avisando, tenga de pena dos sueldos”.
Sigue con la asistencia al aniversario, por los hermanos difuntos y luego comida. Habla “de el día para tener Capitulo”, el día 8 de septiembre “que se celebra la Natividad de la Virgen Santísima”. De la asistencia a los enfermos y en que se han de emplear las penas “para cera o iluminaria y en ninguna otra cosa se puedan emplear”.
Se dan cuentas de la cofradía y nóminas de los cofrades.
Contiene grabado representando la Aparición de la Virgen a Santiago y sus compañeros. En su margen inferior: «À Paris chez spe rue st. Jacques à la Visitation».
ES 22125 ADPHU {01} D-01468 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Hermandad de Nuestra Señora de las Fuentes (1744 – 1842)
La Virgen de Nuestra Señora de las Fuentes responde a la advocación del monasterio de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes situado en la localidad de Sariñena.
El libro de actas de la cofradía contiene los estatutos, ordinaciones y cuentas anuales de la misma. Como curiosidad, especifica como todos los hermanos están obligados a asistir a misa de entierro bajo pena de cuatro sueldos de plata.
Además, se refleja la conveniente obligación:
Ittem. Actuamos y gobernamos, que cada año vaya la Hermandad en procesión a Nª Sª de las Fuentes y para efecto de esto en la junta arriba mencionada se determinará el día que se haya de ir y a vuestro tengan obligación los Mayorales participar de la deliberación en nombre de la Hermandad para que aquí todos reunidos, puedan ir a visitar a Nuestra Señora.
Hermandad de San Isidro Labrador 1766 – 1841
La Hermandad del señor San Ysidro Labrador, patrón de Madrid, fue fundada en la Yglesia Colegial de la Villa de Sariñena en el año 1766 “Alabad al Señor en sus Santos: movidos de tan santo consejo los corazones de algunos nobles labradores de esta Villa de Sariñena, exigen y fundan una nueva Hermandad en honor del Señor San Ysidro Labrador en la Yglesia Colegial de dicha Villa, esperando en la protección de tan poderoso Santo, toda felicidad en la tierra, y después la Bienaventurada, y se obligan a cumplir, obedecer y observar los estatutos y ordinaciones siguientes”.
El libro de la cofradía contiene estatutos y cuentas anuales. Para su ingreso se debía de ser de buena calidad y costumbres, además de abonar diez reales de plata y una vela de tres onzas. Los hijos de hermanos cinco sueldos y la vela y al año otros cinco sueldos.
La selección de hermanos para ser admitido en la hermandad debía ser a propuesta del Prior, secretario y mayoral u otro hermano y la elección a la mayor parte de votos “que se recibirán en secreto con judías y habas, para obiar pleitos, y todos tengan obligación de botar en pena de un sueldo”. Solo podían ser treinta y un hermanos.
Asistencia al Capítulo, a la víspera de la fiesta, debiendo concurrir todos en la iglesia donde se cantaban Completas con velas encendidas. El día del santo misa y sermón, con velas encendidas, y el hermano que trabaje pena de un real de plata y pena de un sueldo quien supiese de un hermano que hubiese trabajado.
San Isidro Labrador es la festividad menor de Sariñena, celebrada cada 15 de mayo, se suele ir en romería a la ermita de Santiago portando la virgen de Nuestra Señora de las Fuentes.
ES 22125 ADPHU {01} D-01469 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
El libro contiene los estatutos y ordinaciones “Esperando en la protección de tan poderosa Santa toda felicidad, pero especialmente en el accidente de mal de dientes y muelas y otros de la naturaleza humana puede acontecer”. Además, el libro lo debía tener el Prior o el secretario de la cofradía. En el mismo se detallan las cuentas de la cofradía.
Santa Apolonia fue una de un grupo de vírgenes mártires que sufrieron en Alejandría durante un levantamiento local contra los cristianos antes de la persecución de Decio.
ES 22125 ADPHU {01} D-01472 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de Nuestra Señora de Loreto 1818 – 1842
Instituida en el Convento de San Francisco de Sariñena, el libro contiene Estatutos y Ordinaciones “Fundada en su capilla contigua a la Iglesia del Convento de Nuestro Señor San Francisco, de tiempo inmemorial, y aora con el motivo de haberse extraviado el libro que seguía a causa de la entrada de las tropas francesas suplican el Prior y Hermanos de la misma a … se digne poner su autoridad, a mayor honra y gloria de la misma Nuestro Señor”.
Capilla de Loreto. Desaparecida. Sariñena.
Se componía de cuarenta y un hermanos y doce de devoción, quien se ordenase en la cofradía debía de ser admitido “Siendo honesta, de buena forma y costumbres”. Se favorecía la entrada a los hijos de hermanos, debiendo pagar cinco sueldos y una vela.
Convento de San Francisco de Sariñena. Desaparecido.
Instituida en el Convento de San Francisco de Sariñena, en su texto se consigna que existía con anterioridad, desde antiguo, pero que se había perdido el Libro de Estatutos a causa de la invasión francesa. Contiene estatutos y constituciones.
La Virgen de Loreto o Nuestra Señora de Loreto es una advocación mariana católica, su festividad se celebra el 10 de diciembre.
ES 22125 ADPHU {01} D-01475 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía del Arcángel San Miguel 1814 – 1842
Libro de los estatutos, asiento de Hermanos y hermanas de la Cofradía del Arcángel San Miguel, año 1814.
Hermandad de treinta y tres hermanos más el Prior y el secretario, para su ingreso se debía ser persona honesta, de buena calidad fama y costumbres y pagar de entrada diez reales de plata y una vela de tres onzas.
Los estatutos obligan a la asistencia del Capítulo, a la fiesta, completas en la víspera de la fiesta, misa solemne y sermón con velas encendidas y al aniversario. Igualmente, asistencia a los enfermos y entierros. Obligaciones del Prior, Mayorales y el destino de las penas: “Para aumento de la luminaria, sin que en ninguna otra cosa se puedan invertir”.
En el libro se detallan las cuentas de la cofradía y la relación de hermanos y hermanas de la misma a lo largo de los años.
El Arcángel San Miguel considerado abogado del pueblo elegido de Dios.
ES 22125 ADPHU {01} D-01473 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de Santa Lucía 1729 – 1841
Instituida en la iglesia de San Miguel del convento de religiosas Carmelitas de Sariñena: “Cuyo altar e invocación está en la iglesia de San Miguel en la iglesia de la Virgen del Carmen de la Villa de Sariñena, quiera sea nuestra abogada con nuestro S. Jesucristo pera encaminar las almas de los cofrades de dicha cofradía y estatutos siguientes”.
Para entrar se debía pagar cinco reales y una vela y otros cinco reales al año. Los hijos de los cofrades cinco reales y una vela por la entrada y la salida. “Antes de ser admitido se haya de examinar por los cofrades sea de costumbres honestas”.
El libro comienza con una relación de hermanos de la cofradía, siendo la primera Sor Francisca Lorquet. Solamente podían ser veinticinco cofrades “Siendo personas de loables costumbres”. La víspera de la santa se celebraban las Completas y en la fiesta misa cantada. El libro se desarrolla con actas, relación de hermanos y cuentas.
“En el año de 1829 de 15 de diciembre Fray Blas Solés, confesor de las religiosas del convento de Nª Sª del Carmen de esta villa de Sariñena propuso a la cofradía que la madre Priora de dicho convento le había dicho no era del cargo del combento el pagar al padre confesor las distribuciones de las misas, completas y aniversario como todo lo demás anexo a la fiesta. Aviendose juntado la cofradía se le dio satisfacción al padre confesor con el mismo libro para que la Madre Priora como las demás religiosas supieran que pagava dicha cofradía al combento por la fiesta, misa de día de la Santa, salve, completas y aniversario antiguamente diez y ocho sueldos como se ve en el libro antiguo de dicha cofradía, folio veinte y tres a catorce de diciembre de mil seis cientos treinta y ocho. Y aviendo consignado y adjudicado el censal que paga, Jayme Alegre de veinte y cinco sueldos anua pensión años hace como actualmente cobra dicho combento del dicho Jayme Alegre respondió el padre confesor en nombre del dicho combento y dichas religiosas quedaban satisfechas que era de su cargo el hacer todo el coste de arriba dicho. Allavase Priora al presente la Madre Dionisia Navarro y el padre confesor se llamaba fray Blas Solés y el mayoral de dicho año Francisco Mirallas. Todo consta del libro antiguo de dicha cofradía al folio treinta y siete al que me refiero”.
Santa Lucía es la patrona de la vista.
ES 22125 ADPHU {01} D-01464 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de los Hermanos de la Purísima Concepción 1815 – 1841
Cofradía fundada en el convento de San Francisco de la Villa de Sariñena “Vistas los antecedentes ordinaciones de la cofradía de la Purísima Concepción fundada en el convento de San Francisco de la Villa de Sariñena de esta diócesis. En atención a que de ellas se ha de seguir el mayor culto a Nuestra Sª en dicha Yglesia”.
El libro comienza con las penas por las faltas, falta a juntas, por levantar la voz, faltar a obediencias, a la fiesta, completas, aniversario, entierros o trabajar el día de la festividad. Continúa con los estatutos y ordinaciones, las juntas se hacían en las casas de los Mayorales y estaba compuesta por treinta y tres hermanos.
“Los hermanos tengan obligación de concurrir a la casa del difunto y de asistir al comienzo con velas encendidas, las que les darán los Mayorales o en ocasión, quienes las de pena de dos sueldos y la misma pena tendrán, si no havisan, o …, quien havise a todos los hermanos para el entierro, y al que a este faltase tenga de pena dos sueldos, y para quitar las controversias, que puede a ver en las faltas de los entierros, que pueden acontecer, en los tiempos de siega, trilla, sementera y hacer guebras, se adviere que si quelquiera hermano havisado por el Mayoral, y estuviese ocupado en otras oficinas una ora de camino fuera de Sariñena, como le coxa la noche fuera de su casa, no tenga ninguna pena.”
La Inmaculada Concepción de María, conocida también como la Purísima Concepción, es un dogma de la Iglesia católica proclamado en 1854 que sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo, recogiendo de esta manera el sentir de dos mil años de tradición cristiana al respecto. Se celebra el 8 de diciembre, nueve meses antes de la celebración de la Natividad de la Virgen el 8 de septiembre.
ES 22125 ADPHU {01} D-01474 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Cofradía de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo 1774 – 1841
Erigida en la iglesia colegial de la Villa de Sariñena. Sus cofrades estaban obligados a cumplir sus estatutos y ordinaciones que va desarrollando el libro, al igual que las anteriores cofradías. Se reunían en la escuela de niños, de primeras letras o de primera educación, lugar exacto que no se llega a precisar, cuando lo normal era en casa del Mayoral.
La cofradía contaba con estandarte, con cruz de seda y cordones negros y amarillos. Los cofrades llevaban túnicas.
Como curiosidad, en el libro recoge una relación de “Hermanos eclesiásticos y religiosos de devoción de la Sangre de Nuestro señor Jesu-Christo”. El primero de ellos es Fray Manuel Bayeu Cartujo “Libre de todo escote. Murió”, el célebre cartujo que pintó el conjunto pictórico mural de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes.
En la contraportada hay un grabado de Cristo Crucificado entre dos ángeles que recogen su sangre en sendos cálices. Pegado y recortado en su parte inferior.
ES 22125 ADPHU {01} D-01470 Libro 1D. Archivo de la Diputación Provincial de Huesca.
Para afrontar el dance aragonés es imprescindible abordar “Origen y problemas estructurales del Dance en Aragón”, un completo estudio científico fruto de una Tesis doctoral de una pionera de la etnografía aragonesa, la Dra. Mercedes Pueyo Roy.
Mercedes Pueyo Roy, Doctora en Filosofía y Letras, Sección de Historia, por la Universidad de Zaragoza, fue Catedrática de Lengua y Literatura e Historia de la Cultura Española de la Universidad de Lund (Suecia). Su Tesis doctoral “El Dance en Aragón. Origen y problemas estructurales de una composición poética” es indispensable, hoy en día, para la investigación de los orígenes históricos del dance aragonés.
Así, su trabajo “Origen y problemas estructurales del Dance en Aragón” es una de las primeras obras sobre el dance aragonés y constituye una valiosísima aportación que abarca diferentes ramas de las letras, tales como historia de la literatura, poesía lírica, dialectología e historia de la cultura. Junto a este importante trabajo de campo, se encontraban diversos dances recogidos e inéditos, 74 dances en total, sumando unos y otros, músicas transcritas de viva voz y fotografías que acompañaban la tesis.
La tesis quedó depositada en el 2011 en el Instituto Aragonés de Antropología, hasta la reedición facsímil de los textos y descripción de los dances por parte de la Institución Fernando el Católico en el año 2019. La edición consistió en la publicación de los apéndices inéditos de su tesis y contó con un imprescindible prólogo del músico e investigador folclorista aragonés Mario Gros Herrero“La tesis de Mercedes Pueyo: Un punto de inflexión en la percepción del dance de Aragón”
La propia Institución Fernando el Católico considera la obra de Mercedes Pueyo Roy constituyente de una valiosísima aportación científica para las letras aragonesas, de un tema que injustamente y por desgracia se había dejado abandonado.
Así, se puede asegurar que Mercedes Pueyo Roy es todo un referente para la cultura aragonesa, tal y como manifiesta la Doctora y profesora de la Universidad de Zaragoza M.ª Pilar Benítez Marco, por su condición de mujer pionera, por su brillante trayectoria académica y profesional, por la importancia de su tesis doctoral y estudios sobre el dance aragonés, pero, sobre todo, por su personalidad siempre generosa, siempre comprometida.
En el mismo sentido se expresa Antón Castro, en este tiempo donde se rescatan y reivindican las mujeres pioneras, no duda en señalar como la figura de Mercedes Pueyo Roy adquiere un singular protagonismo, ella es una de las primeras estudiosas del dance aragonés, pasión y obsesión que cristalizó en una tesis doctoral y en varias publicaciones.
Mercedes Pueyo Roy
María de las Mercedes Pueyo Roy nació en Zaragoza el 8 de septiembre de 1934, hija de Francisco Pueyo Samper y Mercedes Roy Ramón.
Su padre Francisco Pueyo Samper, de raíces monegrinas, natural de Pallaruelo de Monegros, nació el 16 de noviembre de 1900 y falleció en Zaragoza el 13 de julio de 1970. Desde muy temprano, Francisco Pueyo Samper destacó por sus excelentes aptitudes para los estudios por lo que fue recomendado por el párroco del pueblo para estudiar Magisterio en Zaragoza. Estudios que se permitió gracias a su madre, Adelaida Samper, accediendo a vender la tienda de ultramarinos de los Pueyo que regentaba en la misma localidad de Pallaruelo de Monegros para sufragar los gastos.
Francisco Pueyo Samper tenía siete años cuando salió a estudiar a Zaragoza, donde se trasladó junto a su madre y padrastro. Pues al morir su padre Pascual Pueyo Lalana, su madre Adelaida Samper Albalá se volvió a casar dentro de la familia Canalís de Pallaruelo de Monegros. En la capital aragonesa, Francisco estudió la carrera de Magisterio obteniendo todo matriculas. Igualmente, ejerció como pasante del Notario de Zaragoza y comenzó la carrera de Derecho que tuvo que abandonar con el inicio de la guerra del 36. Después pasó a ser inspector de seguros y director de la “General Española de Seguros”.
Francisco contrajo matrimonio con Mercedes Roy Ramón descendiente de “una buena familia” de Alhama de Aragón, Monterde y el Monasterio de Piedra. Mercedes Roy Ramón había estudiado secretariado y música y tocaba el piano, actitudes musicales que heredó la doctora Mercedes Pueyo Roy. La misma Mercedes Pueyo Roy recuerda como su abuelo materno Pascual Roy Gonzalo llegó a ostentar el título de infanzón.
Francisco mantuvo una fluida relación con su pueblo natal, donde siempre que podía regresaba, especialmente los veranos por vacaciones. Es en Pallaruelo de Monegros donde Mercedes conoce el entorno rural, sorprendiéndose viendo pasar los caballos por la cocina para acceder al corral. Vive el día a día de un pueblo monegrino de mediados del siglo XX, yendo con su hermano a ayudar con las labores agrícolas de las que recuerda, con gran nostalgia, el ir a trillar a la era. Es allí donde aprende a montar a caballo.
Francisco Pueyo, que tocaba el violín y era amante de la música y del folclore, profesó gran amistad con el mayoral del dance de Pallaruelo Juan Barrieras Pueyo y del celebre gaitero sariñenense Vicente Capitán. De hecho, Francisco Pueyoes el primer refundidor de la obra del mayoral Juan Barrieras Pueyo, el Tío Juaner, recogiendo de viva voz los dichos y motadas que durante años se habían transmitido, por vía oral, generación tras generación en Pallaruelo de Monegros. Una inquietud por las tradiciones y la etnografía, que afortunadamente transmitió a la Dra. Mercedes Pueyo Roy y que además resultó relevante en la elaboración de su tesis –me ayudó en la lucha por encontrar los textos en las tres provincias de Aragón, de norte a sur-.
Parte de aquellos recuerdos y vivencias, en el mundo rural aragonés, quedan recogidos en una entrevista realizada por Antón Castro a Mercedes Pueyo Roy y publicada en el Heraldo de Aragón, el 28 de mayo del 2019, en la que la misma Mercedes aseguró -De casta la viene al galgo, podría decir. Yo siempre he vivido en Zaragoza, pero mi padre, Francisco Pueyo Samper, había nacido en Pallaruelo de Monegros, era maestro y trabajaba en una agencia de seguros. ¡Cuántos hizo contra el pedrisco! Nunca perdió el contacto con su pueblo, era un hombre inteligente y sensible, y fue él quien me introdujo en la pasión por el dance y otros aspectos del folclore desde los 7 años. He pasado allí algunos veranos de mi niñez-. (Mercedes Pueyo Roy, la mujer que estudió el Dance de Aragón. Antón Castro).
En continuidad, Mercedes Pueyo Roy cursó el Bachillerato Superior en Zaragoza, en el colegio de Jesús-María de Zaragoza (Hernán Cortes, colegio de origen francés). En 1942. a los 8 años, su padre le regaló un piano y durante cinco cursos (1944-1949) la “joven Merceditas”, en palabras de Mario Gros Herrero, estudió solfeo y piano en el Conservatorio de Zaragoza con excelentes calificaciones.
Mercedes Pueyo Roy. Conservatorio de música Zaragoza.
En 1952 se matriculó en la rama de Historias de la Facultad de Letras de la Universidad de Zaragoza. No obstante, tal y como Mario Gros Herrero señala, eran tiempos en los que la presencia femenina en las aulas era muy escasa, en una facultad en la que el claustro era exclusivamente masculino: “Aunque algunos profesores las trataban con cierta displicencia, la relación con los compañeros varones era excelente. Poco después, una orden ministerial exigió titulación universitaria a los docentes de bachillerato y un tropel de monjas, profesoras de colegios religiosos, invadió las aulas, especialmente las de Letras y Magisterio. Estas hermanas apenas se relacionaban con el resto de estudiantes”.
Mercedes Pueyo Roy.
Tras cinco años de estudios, en el curso 1958-1959, Mercedes Pueyo Roy terminó la licenciatura realizando su Tesina de Licenciatura sobre “El dance en Aragón”. Su trabajo obtuvo la calificación de sobresaliente y Premio: “Excmo. Gobernador Civil de Zaragoza”.
Su tesina es el preludio de su Tesis Doctoral “El dance en Aragón. Origen y problemas estructurales de una composición poética”, que realizó bajo la dirección del Catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza, Dr. Antonio Beltrán Martínez. La Tesis Doctoral la comenzó a realizar en 1956 pero no es hasta el 21 de octubre de 1959, cuando Mercedes Pueyo Roy recibió la comunicación del Ministerio de Educación de la aceptación del tema para la realización de su Tesis Doctoral. Tras desarrollarla durante cinco años ,la Tesis Doctoral fue defendida en la Universidad de Zaragoza el 21 de junio de 1961, festividad de San Luis obteniendo la calificación de sobresaliente “Cum Laude”, por unanimidad del tribunal.
Recorte de prensa lectura de la Tesis Doctoral de Mercedes Pueyo Roy.
Por lo tanto, Mercedes Pueyo Roy alcanzó el grado académico más alto como Doctora en Filosofía y Letras, Sección de Historia, por la Universidad de Zaragoza, considerándose la primera mujer en conseguir el título de Doctor en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza.
Realmente, su paso por la Universidad presenta un hecho determinante, que responde a la estrecha colaboración que Mercedes Pueyo Roy mantuvo con el catedrático de Arqueología, Epigrafía Numismática Antonio Beltrán Martínez, ya que entra en su seminario para doctorandos y acaba, como hemos mencionado anteriormente, dirigiendo su Tesis Doctoral.
Para Mercedes, Antonio Beltrán era un gran recopilador, -capaz de montar un libro en cinco minutos-. Así, fruto de esta colaboración, en su seminario, Mercedes comenzó a realizar trabajos de investigación, publicaciones, participar en conferencias, seminarios y congresos y ser parte en el desarrollo del Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón. Sin duda fue el germen para abordar su gran obra en torno al dance aragonés, y entre ellos eran frecuentes largas discusiones sobre el dance. No obstante, es el mismo Antonio Beltrán Martínez quien propone el tema de su tesis. Así, de acuerdo con Mario Gros Herrero se abre un espacio de un nuevo trabajo tremendamente atractivo y cercano: “donde todo está por hacer y que ofrece multitud de posibles enfoques: literario y lingüístico, musical y coreográfico, simbólico y ritual, histórico o etnográfico. El vínculo familiar con Pallaruelo, la sensación de adentrarse en un inexplorado terreno de investigación y su carácter, valiente e independiente, animan a la joven licenciada a aceptar el reto”.
Mercedes Pueyo Roy de jotera con otras compañeras de la Sección Femenina de Zaragoza, la SEU, durante un concurso de jotas celebrado en Barcelona el 23 de abril de 1956. Obtuvieron el 1er premio.
El Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón
Mercedes Pueyo Roy formó parte en el desarrollo del Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón, desarrollando una actividad que fue vital en su Tesis Doctoral “El dance en Aragón. Origen y problemas estructurales de una composición poética”.
El Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón, adscrito a la “Institución Fernando el Católico” de Zaragoza, es llevado a cabo por Antonio Beltrán Martínez en 1955. La Diputación Provincial de Zaragoza se hizo cargo de los gastos del Museo y se construyó la Casa Pirenaica del Parque Grande, actualmente parque José Antonio Labordeta de Zaragoza, sede del Museo.
El día 1 de abril de 1955 se colocó la primera piedra de la Casa Pirenaica “en un sobrio acto.” Su inauguración tiene lugar el día 2 de marzo de 1956: “se bendecía el edificio por el Prelado de la Archidiócesis, Doctor Morcillo, y se abrían por primera vez las salas del Museo a las autoridades y al público, tras unas palabras brevísimas del director del Centro, destinadas especialmente a ofrecer al señor Pardo de Santayana todos los esfuerzos puestos en la realización práctica de su idea. La efeméride quedó perpetuada en una lápida caliza colocada en el plinto de una cruz sobre gradas levantada ante el museo”.
Museo de Etnología. Casa turolense.
El 2 de marzo de 1956 Mercedes fue nombrada secretaria del Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón, como becaria, cargo que ocupó hasta 1962.Para la etnografía aragonesa, la creación del museo, fue muy importante y decisiva para la realización de su Tesis Doctoral. De hecho, de esta forma lo manifestó en 1957 en la revista “Zaragoza” en su artículo “El dance en Aragón”: “El Museo no solo es una exposición al público de curiosidades pasadas o actuales; es antes que eso y más que eso, un centro de estudio, de trabajo y de investigación; y en sus archivos, sus ficheros y fonoteca se recoge y se guarda el caudal, variado y rico, de nuestro folklore. Con el Museo y en el Museo hemos iniciado y proseguido nuestros trabajos de investigación en esta faceta del folklore aragonés que es el dance”.
Mercedes Pueyo Roy en el Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón.
El museo contó con una Sección de Etnología, constituida por el propio Museo, mientras la Casa Turolense, de la sierra de Albarracín, contigua a la Pirenaica, albergó la sección de Ciencias Naturales. La Casa Turolense fue inaugurada el 25 de noviembre de 1956: “Su dirección general es ostentada por el profesor Antonio Beltrány la jefatura de la Sección de Ciencias Naturales, don José Elvira; están, además, incorporados al Museo, don Alejandro Villaverde, taxidermista, y doña Mercedes Pueyo, becaria, que actúa como secretaria”(El museo etnológico de Aragón. Beltrán Martínez, Antonio. Separata de la revista Caesaraugusta, 1957).
Como curiosidad, la Casa Pirenaica, en palabras de Antonio Beltrán Martínez, sintetizó los modos constructivos de los valles pirenaicos, entre ellos el de Ansó al oeste, el de Benasque al este y la sierra de guara al sur. (“El museo etnológico de Aragón”, por Antonio Beltrán Martínez, 1957 separata de la revista Caesaraugusta núm. 9-10).
En el Museo la doctora Mercedes Pueyo trabajó catalogando y realizando estudios, cobrando unas 500 pts. al mes y publicando artículos para la Institución Fernando el Católico. Su trabajo consistió, principalmente, en inventariar, trabajo que describió en una entrevista para la revista Amanecer -Saco una ficha de cada uno de los objetos que hay allí y los fecho para facilitar la labor del investigador que necesita consultarlos. Además, llevo la administración-. (Entrevista en Amanecer, por Ana María Navales. 5 de julio de 1961).
Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón.
También Mercedes trabajó en el Museo Arqueológico de Zaragoza, ubicado en la plaza de los Sitios: -Una compañera y yo trabajamos en el Museo Arqueológico (Plaza de los Sitios), Isabel de Pedro Marín, que es Cónsul de España en EEUU. En 1958 recibimos una beca para el Instituto Arqueológico de Amersfoort, Holanda, donde aprendimos a reparar objetos de cerámica y metales-.
Como curiosidad, la familia de Mercedes donó al Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón el chaleco de seda de su difunto abuelo Pascual Pueyo Lalana, ganadero y pastor, y varios materiales de casa de su padre.
Casa Pirenaica. Por María Isabel Maza, sobrina de Mercedes Pueyo Roy.
Historiadora, etnóloga y etnógrafa
Mercedes Pueyo Roy comenzó a realizar una intensa actividad académica dentro de la rama de historia como etnóloga y etnógrafa del Museo Etnológico de Aragón. De esta manera participó en diferentes cursos, seminarios, conferencias y congresos y a su vez comenzó a publicar distintos artículos en revistas especializadas como Zehpyrus, Caesaraugusta o Amanecer. Actividad que quedó recogida, en parte, en su hoja de Servicios que la Universidad de Zaragoza elaboró en 1961 junto a otras referencias no relacionadas con el Museo.
Así, es en 1952 cuando, durante el primer año de carreras, realizó el servicio Social de un mes en Leiza (Navarra); el cual, por aquellos tiempos resultaba imprescindible para salir de España.
En agosto de 1954 participó en el III Curso de Técnica Arqueológica celebrado en Jaca.
En julio de 1955 realizó prácticas en el instituto arqueológico de Ameersfoort (Holanda), bajo la dirección del profesor Van-Giffen. En agosto, del mismo año, participó en el IV Curso de Técnica Arqueológica de Pamplona y realizó el viaje de Estudios Etnológicos a París (Museos, biblioteca del Hombre…).
En 1956, en la revista “Caesaraugusta” número 7-8, publicó la memoria “Actividades del Seminario de Arqueología y Numismática Aragonesas”. En junio, Mercedes asistió al Congreso de etnografía y folklore en Braga (Portugal), presentando una comunicación sobre “La cerámica en el Museo de Etnología de Aragón”. En agosto asistió al V Curso de Técnica Arqueológica en Pamplona y en septiembre al IV Congreso Arqueológico Nacional en Burgos, realizando la comunicación “Los Museos de Zaragoza”.
Actividades del Seminario de Arqueología y Numismática Aragonesas. Pueyo Roy, Mercedes.
Ese mismo año de 1956, de acuerdo con el museo de Etnología y la Institución Fernando el católico, se comienzan a redactar y difundir cuestionarios sobre problemas etnológicos “Así ya están en marcha los referentes al dance (señorita Mercedes Pueyo), infancia y adolescencia y alimentación” (Revista Caesaraugusta núm. 9-10).
En 1957 comenzó a ejercer de ayudante interina de griego en el Instituto Miguel Servet “El Boterón” del barrio de La Magdalena de Zaragoza, labor que desarrolla hasta 1961. Igualmente redactó y publicó la memoria “Actividades arqueológicas y etnológicas durante 1956”, publicada como separata de la revista Caesaraugusta núm. 9-10, año 1957, de la Institución Fernando el Católico. El cuadernillo recogía el intenso trabajo que se desarrolla en el museo, patente en exposiciones, cursos, seminarios… así como una reseña a la inauguración del museo. También apareció el trabajo conjunto “Los museos de Zaragoza” libreto realizado por Antonio Beltrán, Mercedes Pueyo e Isabel de Pedro, con motivo del IV congreso arqueológico nacional, Tipografía la Académica. La publicación recogía los museos arqueológico y etnológico.
Actividades arqueológicas y etnológicas durante 1956. Pueyo Roy, Mercedes.
En septiembre asistió al V Congreso Arqueológico Nacional celebrado en Zaragoza, con una comunicación sobre “El dance de las Tenerías”, septiembre de 1957. También realizó una conferencia sobre “El traje popular español” en Leiza (Navarra), pronunciada en la clausura del albergue del SEU femenino.
En el mismo, la Doctora Mercedes publicó, en el núm. V de la revista Zaragoza, publicación de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, su artículo “El dance en Aragón” y en 1958 en el número VI de los cuadernillos Zaragoza se publicó “El traje femenino de Hecho”, publicado por la Exima Diputación Provincial. Una publicación donde Mercedes Pueyo Roy indagó y describió un traje de origen, por su corte, absolutamente medieval y que afortunadamente se había conservado: “Este traje femenino, de gran belleza, se ha perdido ya en el uso diario y sufrió un duro golpe -cosa que no pasó en Ansó- con la destrucción del pueblo por los franceses en 1808, que hizo desaparecer cuando se conservaba en las casas. Gracias al Ayuntamiento de Hecho se guardará ahora en el museo”.
El traje femenino de Hecho. Pueyo Roy, Mercedes.
Así mismo, realizó varios artículos de colaboración con el periódico “Amanecer”, de Zaragoza, entre ellos “El museo de etnología”, en 1958. Además, perteneció a la asociación “Mensa” adscrita a la delegación de cultura del Ministerio de Educación Nacional, habiendo leído su trabajo de ingreso sobre Etnología, Etnografía y Museos, 1958. Igualmente colaboró con el club del libro de dicha organización “Mensa” y comenzó la preparación un trabajo sobre “Albadas de un pueblo de la provincia de Huesca”, que la misma autora, Mercedes Pueyo Roy, apunta que posiblemente debió responder a la localidad monegrina de Sariñena.
En verano de 1958, recibió una beca para hacerse cargo de la Biblioteca de la Universidad de Verano de Jaca, donde conoció al estudiante sueco Sture Bo Lennart Carlén, comenzando un noviazgo con quien sería, 5 años más tarde, su marido.
Acto en la Universidad de Verano de Jaca.
Aquel año comenzó como ayudante de clases prácticas de la facultad, adscrita a prehistoria y Etnología (1958-1961).
En 1959 publicó “Notas sobre el dance del barrio de las Tenerias, de Zaragoza”, Beltrán, Antonio y Pueyo, Mercedes. Tipografía la Académica, 1959, resultado de la ponencia en el V Congreso Arqueológico Nacional celebrado en Zaragoza en 1957. Además, realizó sendas conferencias, en el circulo “Medina” de Zaragoza, una primera sobre “La verdad del traje regional” y otra sobre “El Museo Etnológico de Aragón” 1959.
Notas sobre el dance del barrio de las Tenerias, de Zaragoza. Beltrán, Antonio y Pueyo, Mercedes.
En el mes de julio de 1959, realizó un viaje de estudios etnológicos a Paris visitando diversos museos y la Biblioteca de Museo del Hombre.
En 1961 se publicó el capítulo de conclusiones de su tesis “Origen y problemas estructurales del dance en Aragón”, en la revista Caesaraugusta, 17-18, de la Institución “Fernando el Católico”, Zaragoza.
Origen y problemas estructurales del dance en Aragón Pueyo Roy, Mercedes.
A todo esto, hay que añadir la conferencia que realizó en el Museo Etnológico de Aragón con motivo de la exposición Hispano-Francesa del Bearn, sobre “Literatura pastoril francesa”. Además, colaboró en el catálogo de la exposición, bajo la dirección del profesor Mr. Boulin, director del museo de Tarbes (Francia). Y en la revista oral “Paraninpho” del Distrito Universitario, realizó una disertación sobre “Costumbres Hispano-Francesas en el Pirineo”.
Igualmente, la Doctora Mercedes Pueyo Roy pronunció una conferencia en Gente joven: “Folklore no es panderetera”., recogida en un recorte de prensa de un medio sin identificar: “Pasado mañana habla MercedesPueyo en la cuarta conferencia de “Gente Joven”. Sobre “Lo falso y lo autentico de nuestro traje regional. Pueden acudir quienes afirman que lo bueno es el cuplé y la guitarra y el espíritu del “Tío Zambombo”, frente al trabajo concienzudo y sereno de la investigación científica, serena y enamorada. J.C.”.
Folklore no es panderetera.
La Tesis doctoral y su realización. El dance en Aragón. Origen y problemas estructurales de una composición poética
El 21 de octubre de 1959, Mercedes Pueyo Roy recibió la comunicación del Ministerio de Educación de la aceptación del tema para la realización de su Tesis Doctoral “El dance en Aragón. Origen y problemas estructurales de una composición poética”; tal y como habíamos comentado anteriormente tras realizar su Tesina de Licenciatura sobre “El dance en Aragón”.
La tesis precedió a los pioneros trabajos sobre el dance aragonés, tales como las “Notas de folklore Altoaragonés”, Madrid 1943, del oscense por adopción Ricardo del Arco y Garay (Licenciado en Ciencias Históricas por la Universidad de Valencia en 1907) y “El dance aragonés y las representaciones de moros y cristianos. Contribución al estudio del teatro popular” (Instituto de Estudios e Investigación Hispano-Árabe, Tetuán, 1952) del músico, musicólogo, investigador y folclorista Arcadio Larrea Palacín. La obra de Ricardo del Arco y Garay recogió pastoradas de diferentes dances y morismas del Alto Aragón. Mientras, Arcadio Larrea centró su trabajo entre Zaragoza e Hijar, aunque da una primera lista de 97 localidades aragonesas con representaciones de dance.
Aunque el dance aragonés comenzaba a ser estudiado, abordar el dance, en su amplitud, no resultaba tarea fácil. Aunque lo habían tratado otros autores como los mencionados Ricardo del Arco y Garay o Arcadio Larrea Palacín, estos “se habían limitado a lo que han hecho a una labor periodística sin sacar ninguna consecuencia” (Entrevista en Amanecer, por Ana María Navales. 5 de julio de 1961). De esta manera, en palabras de Antonio Beltrán Martínez, el dance aragonés presentaba problemas en música, origen, difusión, indumentaria y antigüedad.
De hecho, al entrar Mercedes Pueyo Roy como secretaria en el Museo de Etnología, constató como “una cosa tan valiosa como es una tradición antigua estaba completamente virgen”. Así, durante cinco años, de 1956 a 1961, Mercedes Pueyo Roy estudió 74 dances aragoneses para la elaboración de su tesis doctoral, veinte dances de Huesca, seis de Teruel y cuarenta y ocho de Zaragoza.
En su investigación desarrolló una metodología de trabajo de campo a través de entrevistas del cuestionario del Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón. Para tal fin, Mercedes Pueyo Roy envió más de doscientos cuestionarios a las localidades que mantenían dance. Una tarea que no fue nada fácil y que, para Mario Gros Herrero, a mediados de los cincuenta eran muchas las dificultades para que una joven universitaria recorriera los pueblos de Aragón entrevistando danzantes y mayorales, o asistiendo a dances en directo.
Cuestionario Dances de Aragón. Pueyo Roy, Mercedes.
Sin embargo, el resultado de aquella primera fase de trabajo no fue muy alentador y de los más de doscientos impresos que fueron cursados, apunta Mario Gros Herrero, a los párrocos, alcaldes y maestros de las tres provincias aragonesas, apenas fueron unos treinta los devueltos cumplimentados.
Por ello Mercedes optó por apoyarse en su padre y recurrir a su extensa red de contactos, Mercedes necesitaba aguzar el ingenio, apunta Mario Gros Herrero, y cambiar de estrategia para recoger los materiales de su tesis: “Su padre tenía una extensa red de contactos por el territorio aragonés, tanto del mundo de los seguros como de antiguos compañeros de Magisterio que ejercían como maestros rurales.”
La doctora Mercedes Pueyo Roy relató a Mario Gros Herrero su metodología de campo que desarrollo de pueblo a pueblo, relato que a continuación reproducimos: “En los pueblos preguntaba, en primer lugar, por el maestro y después por el cura. Recuerda casos de cooperación entusiasta de unos y otros, pero también a algunos párrocos excesivamente celosos de su información. Si era posible, consultaba los archivos en iglesias, ayuntamientos o domicilios particulares, y copiaba a mano antiguos dances. En las entrevistas a mayorales y danzantes Mercedes escribía los textos al dictado durante horas. Recitaban con una musiquilla especial y, cuando se interrumpían, tenían que volver a empezar para retomar el hilo.
Efectivamente, a través del cura, el maestro, el médico de cada localidad, Mercedes Pueyo Roy se fue introduciendo en cada dance: “Ellos, instruidos, eran mis mejores informantes, y en ocasiones guardaban el texto original, pero también podías encontrarte con gentes como el mayoral Juan Barrieras Pueyo, el tío Juaner, que había escrito y recogido textos. Entiéndame: entonces, apenas había teléfono, no había móvil, he recorrido kilómetros y kilómetros, y yo intentaba ser rigurosa y a la vez disfrutar”. Tal y como explica Mario Gros “Estos se convirtieron en informadores, contactos locales y, en muchas ocasiones, anfitriones de la joven”.
También es la misma Mercedes Pueyo Roy quien relata el proceso: –La recogida se hizo de viva voz en su mayoría y transcrita a mano. Así llegué a recoger 33 representaciones en la totalidad de sus textos, vestimenta y coreografía —por supuesto inéditos — que transcribí y revisé. Del mismo modo, 45 de las que únicamente quedaban algunas noticias aisladas de los textos y el espectáculo. Por último, otras de las que solo quedaba algo en la memoria de algunos ancianos, es decir, la parte externa del drama y sus personajes. Los textos que quedaban únicamente en la memoria de algunos ancianos. Hay que darse cuenta de que el pueblo, en general, no sabía leer ni escribir antiguamente y cuando yo recogí los textos todavía quedaban personas mayores sin alfabetizar. Fueron los clérigos los que comenzaron a escribirlos, a darles forma, escenificarlos y archivarlos. Muchos de estos textos fueron destruidos por la guerra civil en 1936-1939-.
Para llevar a cabo tal inmersión, portó un pesado magnetófono de unos 14 kilos y tomó numerosas notas que llegaron a pesar cerca de 20 kilos-Llevé un magnetófono, que me había dejado prestado el profesor Antonio Beltrán Martínez, que sería el director de mi tesis.El aparato pesaba alrededor de 14 kilos e impresionaba a los paisanos. Hice mucho músculo-. Mario Gros Herrero apunta: “Antonio Beltrán disponía de un pesado magnetófono de bobinas que Mercedes utilizó en ocasiones. Las cintas quedaban depositadas en los fondos del Museo después de su transcripción o, más frecuentemente y ante la falta de medios, eran reutilizadas una vez transcritas.”
En sus desplazamientos Mercedes utilizó autobuses de línea e incluso el tren. Ocasionalmente, algún amigo de su padre la llevaba en coche. También llegó a desplazarse en bicicleta, acompañada de su hermano o su tío Jesús Canalis Samper; especialmente a localidades cercanas a Zaragoza. La red de telefonía tampoco facilitaba la comunicación: debía llamar a la centralita para que dieran aviso a la persona con la que quería hablar y concertar una hora para la conferencia. “Durante la investigación me sucedió un poco de todo. He ido en bus, en bicicleta, en burro, a caballo, aprendí a montar en el pueblo de mi padre, a la par que también aprendí a trillar. Me recuerdo saliendo de la Estación del Norte, en Zaragoza e iba a los pueblos. Escuchaba, registraba sonidos, transcribía textos. A veces, iba solo con mi bloc y un lápiz, con mi cámara de fotos, y una infinita paciencia” (Entrevista a Mercedes Pueyo Roy por Antón Castro. Heraldo de Aragón, 28 de mayo del 2019).
Así, pueblo por pueblo, Mercedes Pueyo Roy recogió valiosísima información sobre los dances aragoneses: “He ido pueblo por pueblo de la provincia de Aragón buscando textos originales de las representaciones y he trabajado sobre estos materiales” Entrevista en Amanecer, por Ana María Navales. 5 de julio de 1961. En definitiva, Mercedes Pueyo Roy recorrió unas 33 localidades, recogiendo 74 dances -con especial atención por el universo de Los Monegros-. El trabajo recoge una gran cantidad de textos, pastoradas y motadas.
Resulta reseñable como Mercedes Pueyo Roy tuvo, de acuerdo con María Pilar Benítez, una gran sensibilidad en recoger los textos “En concreto aquellos que, en su opinión, tenían mayor interés lingüístico. En concreto, para el conocimiento de la lengua aragonesa, son especialmente interesantes los llamados Textos de los danzantes de Jaca, los Dichos para el Trillo de san Sebastián y varias pastoradas de Besians” (Aragonés y catalán en la historia lingüística de Aragón, editado por Giralt Latorre, Javier, Nagore Laín, Francho).
En la misma línea se manifiesto Mario Gros Herrero, considerando como sus transcripciones eran minuciosas para tratar de recoger fielmente la forma de hablar de los entrevistados, consciente del valor que podía tener para los lingüistas y la importancia de la recopilación de la memoria oral: “en nuestro caso ha supuesto el poder haber escrito por primera vez en letras de molde textos que quedaban solo en la memoria de algunos ancianos.”
Mercedes mecanografío su tesis y apéndices cuidadosamente, ayudada por su padre -Había que presentarla en 6 ejemplares, uno para cada miembro del tribunal universitario, 6 meses antes de su defensa-.
Los concursos de dances y su esencia festiva
Los concursos de dances, tal y como hemos afirmado antes, para la Dra. Mercedes Pueyo Roy fue toda una herramienta en la realización de su Tesis Doctoral.
Distintos concursos de dances aragoneses, a propuesta de la Diputación Provincial de Zaragoza, se celebraron a partir de la década de 1950 en la capital aragonesa, con motivo de las fiestas del Pilar de Zaragoza. Estos fueron convocados a través del catedrático Antonio Beltrán Martínez, organizados desde el Museo de Etnología y contando con el apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza. Se llevaron a cabo varias ediciones, Mario Gros Herrero tiene constancia de que se celebrasen concursos los años de 1955, 1957. 1958, 1959, 1965, 1978, 1979,1980, 1981, 1982 y 1983. De estos concursos, los realizados en 1957, 1958 1959 fueron determinantes, en la metodología de trabajo de campo, en el desarrollo de la tesis de la doctora Mercedes Pueyo Roy.
I Concurso de Dance Aragonés.
Más bien, estos nacieron con la finalidad de estudiar y profundizar distintas representaciones de dances aragoneses. Mario Gros Herrero afirma que permitían la observación directa además de ser una gran herramienta en la recopilación de textos ya que para Mario Gros Herrero “En el momento de la inscripción de los grupos era obligatorio presentar los textos del dance que ella misma, como secretaria del Museo, se encargaba de recoger.
Igualmente, puntualiza Mario Gros Herrero, estos certámenes contribuyeron a difundir la categoría «dance aragonés» entre los grupos participantes, “que descubren que su actividad enlaza con una tradición mucho más amplia, que suscita el interés de los eruditos urbanos”.
El primer concurso, se realizó el 15 de octubre de 1957 y presentó un doble objetivo, “añadir un espectáculo más a los que solemnizan las fiestas en honor de nuestra Señora del Pilar y estimularlos esfuerzos que los pueblos, sus autoridades y la Sección Femenina de FET y de las JONS, hacen para vigorizar o resucitar una importante muestra de nuestra más genuina vida popular” (I Concurso de dance Aragonés. Convocatoria. Beltrán Martínez, Antonio). A estos objetivos podemos añadir que el evento ahondó en el conocimiento y la investigación sobre el dance aragonés.
En esta edición de 1957 participaron los dances de Ainzón, Almudévar, Ambel, Ateca, Barrio de las Tenerías de Zaragoza, Cetina, Gallur, Pastriz, Pina de Ebro, Pradilla, Sariñena, Sena y Yebra de Basa, además de los grupos de Huesca y del Hogar Pignatelli de Zaragoza que actuaron fuera de concurso. El primer premio fue para los danzantes de Yebra de Basa, el segundo para Almudévar y el tercero (ex aequo) para Sena y Sariñena (Nuevas fotografías de dances aragoneses, Mario Gros Herrero).
El III concurso se celebró los días 15, 16 y 17 de octubre de 1959. En esta edición Mario Gros Herrero, a través de la prensa local de la época, recogió la participación de los grupos de Ambel, Borja, Jaca, Lanaja, Pallaruelo, Pradilla, Robres, Salillas, Sariñena, Talamantes, y, fuera de concurso, los de Huesca, Mas de las Matas y Urrea de Gaén. Los premios fueron para Sariñena (primero), Pallaruelo (segundo), Jaca (tercero), Salillas de Jalón (cuarto), Ambel (quinto), Borja (sexto), Robres (séptimo), Lanaja (octavo) y Talamantes (noveno) (Nuevas fotografías de dances aragoneses, Mario Gros Herrero).
Gracias a sus estudios de música y piano en el Conservatorio de Zaragoza, Mercedes recogió música aragonesa, realizó grabaciones y transcribe muchas de sus melodías. Mercedes cuenta con una buena voz, ya que estudió canto en el colegio y así canta y graba muchas músicas antiguas, albadas y canciones populares que recoge por todo Aragón “tenía facilidad para cantar piezas de distintas épocas, algo que había hecho y que seguiría haciendo en sus pesquisas”(Entrevista a Mercedes Pueyo Roy por Antón Castro. Heraldo de Aragón, 28 de mayo del 2019).
Aquel material quedó depositado en el archivo de Antonio Beltrán hasta que, en el 2013, Mario Gros Herrero accedió a unas cintas encontrando entre ellas “Rondalla que interpreta jotas, jotas de ronda, bolero de Caspe y seguidillas de Leciñena. Donde se intercalan interpretaciones de gaita de Vicente Capitán de Sariñena, cantos de Mercedes Pueyo, cantos de María Martínez, cantos de Pío Beltrán y grabaciones de gaita hasta el final de la cara”.
“El director del Museo de Zaragoza, Miguel Beltrán, nos informó de la conservación entre los fondos de Antonio Beltrán custodiados en la institución de varios carretes de cinta magnetofónica de los que pudimos realizar su estudio y digitalización.20 La voz de Mercedes puede escucharse en las cintas interpretando diversas canciones populares y contactamos con ella telefónicamente en mayo de 2014. Testigo de excepción de las grabaciones y contenidos de esos documentos sonoros, Mercedes mostró una estupenda memoria, cercanía y disponibilidad para aclarar muchas de nuestras dudas. Se trata de cinco carretes de cinta abierta, con grabaciones de Vicente Capitán (gaitero de Sariñena), el dance de Sariñena y algunas canciones cantadas por Pío Beltrán, María Martínez (padres de Antonio Beltrán) y Mercedes Pueyo, datadas alrededor de los años 1956-1960. El material fue restaurado y digitalizado por Daniel Ríos en el Laboratorio Audiovisual del Ayuntamiento de Zaragoza.”
Gros Herrero, Mario.
El dance aragonés a través de Mercedes Pueyo Roy
La doctora Mercedes Pueyo Roy, con su tesis, se sumergió en el dance aragonés. Un término que, en palabras de la misma doctora, responde a una expresión artística y cultural, de danzas y bailes de palos y espadas, y representaciones teatrales: –El dance es una pequeña pieza de teatro popular y al mismo tiempo una revista oral que sólo se imprimió una vez y que se renueva, corrige y aumenta cada año. Así pues, como obra dramática hay que considerarlo-.
Literalmente, Mercedes Pueyo Roy resalta como el dance es una composición poética, poesía lírica, diálogos. La sátira en la poesía, dichos y matracadas.-. Definición que amplió en la entrevista que Antón Castro le realizó para Heraldo de Aragón el 28 de mayo del 2019 “el dance es una composición poética, que incluye lirismo, dichos y sátira, tiene movimientos y contiene una música, que ejerce la función de dirección o coordinación del conjunto, ya sea con la gaita de boto, el salterio, el pífano, etc.” Pero, sobre todo, el dance aragonés, en esencia va mucho más allá y para Mercedes Pueyo Roy resulta todo un espectáculo popular -que el pueblo entiende muy bien y que tiene una incuestionable categoría-.
Dance, retrayéndonos a su verdadero significado, Mercedes Pueyo Roy lo define como una palabra propiamente aragonesa que corresponde a un conjunto escénico, una representación dramática donde intervienen diferentes bailes.
Para la Doctora Mercedes Pueyo Roy no es hasta 1720 cuando aparece por primera vez la palabra dance y, aunque ha existido la creencia popular de su origen a tiempos remotos, probablemente no era anterior al siglo XVII. Y ciertamente, hoy en día se han encontrado citas del siglo XVII y, de acuerdo con Mario Gros Herrero, la más antigua que se ha encontrado responde a 1615: «Hubo apacible música, discretas letras, cantadas con destreza y peregrinos tonos, abundancia de conceptos sutiles, muchos pasos de aguda graciosidad, dançes graves, y bayles alegres y entretenidos» Retrato de las fiestas que a la beatificacion de … Santa Teresa de Jesus … hizo … la … ciudad de Zaragoza … por Luys Diez de Avx 1615″. Y desde ese momento aparece frecuentemente durante el siglo XVII en las provincias aragonesas: Jaca (1623), Tarazona (1636) o Albalate del Arzobispo (1655), por ejemplo.
Así, según los estudios de Mercedes Pueyo Roy, el dance va desarrollándose hasta alcanzar su apogeo en el siglo XVIII: “A través de los materiales llego a remontar el origen del dance al siglo XVII. Hay que contar, desde luego, con muchos elementos. Por ejemplo, la danza de palos es prehistórica, pero la lucha de moros y cristianos es del siglo XVII, a través de unos enlazamientos que pueden ser, en este caso, autos sacramentales con la lucha del Bien y del Mal” Entrevista en Amanecer, por Ana María Navales. 5 de julio de 1961. Mercedes Pueyo Roy le presupone al dance un origen pirenaico, descendiendo a la sierra del somontano hasta Los Monegros y de allí llegando hasta las planicies turolenses.: “Resulta cierto que los dances más meridionales parecen ser más evolucionados y menos primitivos”. Dicha teoría la expone en un artículo sobre el dance de Tenería, artículo resultado del Congreso el Dance pastoril del barrio de las Tenerías de Zaragoza. En el mismo se presentaron grabaciones magnetofónicas del dance acompañadas por el gaitero sariñenense Vicente Capitán.
No obstante, Mercedes expresa que los dances los escribían y los bailaban los hombres, y que procederían de las danzas agrícolas de la Edad Media, sobre todo, a los que se han ido incorporando los palos y las espadas, “que aluden también a las danzas guerreras, a las rivalidades entre moros y cristianos”. Aunque en tiempos se mostró muy poco partidaria de la presencia de las mujeres en el dance, Mercedes Pueyo Roy, desde ya hace unos años resulta contundente “Bueno. Los dances eran masculinos, viriles, pero ahora son las mujeres quienes los mantienen y participan en ellos. Los tiempos cambian”, dice y sonríe. (Mercedes Pueyo Roy, la mujer que estudió el Dance de Aragón. Castro, Antón. Heraldo de Aragón, 28 de mayo del 2019).
La trama general completa de un dance, en algunos pueblos, sintetiza la Dra. Mercedes Pueyo Roy, se traduce en pastorada, lucha de moros y cristianos, motadas, lucha entre el Bien y el Mal y bailes finales, con elevada triunfal del Ángel y danzas de palos. En este sentidodistinguió diferentes tipos de dances, “las pastoradas en el norte, esos diálogos entre el pastor y su rabadán, despojados de influjo árabe; si se baja hacia la depresión del Ebro, se ven luchas simbólicas entre el bien y el mal, de tono más suave, con raíces en la Edad Media y ecos de los reinos de taifas. Apunta otro detalle: “El dance es la música, que entra por los sentidos y le da coherencia a la función. En cierto modo, es el gaitero el director del espectáculo”. (Mercedes Pueyo Roy, la mujer que estudió el Dance de Aragón. Castro, Antón. Heraldo de Aragón, 28 de mayo del 2019).
En definitiva, la doctora se encontró ante una expresión artística y cultural muy arraigada en diversos y dispersos lugares de Aragón, pero poco estudiado y reconocido –Recuerdo que por entonces el folclore parecía reducido a la jota-. Con sus estudios del dance, se amplía el campo hacia una representación compleja: “El dance esun espectáculo teatral y poético, con música y danza. Podría definirse, también, como un teatrillo crítico de la sociedad: las gentes del pueblo no tenían el ‘Hola’, pero podían pasar muchas cosas susceptibles de ser encerradas en el dance.Consta de varias partes: hay textos movibles y otros fijos, por decirlo así. Se cuenta la historia del pueblo, y luego hay una parte de crítica o sátira.” (Mercedes Pueyo Roy, la mujer que estudió el Dance de Aragón. Castro, Antón. Heraldo de Aragón, 28 de mayo del 2019).
Fruto de aquel trabajo de investigación se plasmó en su tesis doctoral “El dance en Aragón. Origen y problemas estructurales de una composición poética”. La tesis, tal y como señaló Antonio Beltrán en los “Dances de Aragón”, incluye el texto de la “pastorada” de Besians, el de los danzantes y otras manifestaciones poéticas de Jaca y otros de Hijar. Además, en los apéndices incluyó los textos de los Dances de Ainzón, Añón, Ateca, Borja, Bulbuente, El Buste, Encinacorba, Gallur, Jaca, Maleján, Mallén, Pina de Ebro, Pradilla, Pallaruelo de Monegros, Pastriz, Rodén, Salillas de Jalón, Plasencia de Jalón, Sariñena, Sena, Talamantes, Torres de Berrellén, Urrea de Jalón, Velilla de Ebro, Vera de Moncayo, Veruela, La Almolda y la Puebla de Hijar.
Viajes y becas
En 1960 Mercedes Pueyo Roy recibió una beca de intercambio con Francia, para los cursos de verano, julio y agosto, en la Sorbona y así mismo solicitó el puesto al Ministerio de Educación de Auxiliar de Lengua Española: “El año pasado hice un curso en la Sorbona, de lengua y literatura francesas: otras veces he estado en el Museo del Hombre buscando materiales para mi tesis, y este año espero hacer otro curso en la Sorbona”, (Entrevista en Amanecer, por Ana María Navales. 5 de julio de 1961).
Amanecer, 5 de julio de 1961.
-¿Qué es para ti Paris?
-La capital del mundo y, desde luego, para los estudios que yo he hecho tenía por fuerza que trabajar allí.
Entrevista en Amanecer, por Ana María Navales. 5 de julio de 1961.
Al año siguiente, el 29 de junio de 1961, es aceptada como auxiliar de lengua española en el Lycèe Lamartine de Paris, ejerciendo la docencia en el Institut Lamartine de Paris, donde impartió lengua y literatura española durante el curso 1961-1962.
Suecia. Literatura española
Becada por el Instituto Nacional Sueco (Svenska Institutet), Mercedes Pueyo Roy, se trasladó a Suecia en 1962, concretamente a la Universidad de Lund (Suecia), donde acabó como profesora titular de Lengua y Literatura española. No antes de haber realizado un curso de lengua sueca en la Sorbona.
El 1 de septiembre de 1965 es nombrada Lector extranjero de Lengua y Cultura Española en la Universidad de Lund, donde ha ejercido durante 35 años, impartiendo clases y conferencias sobre lengua, literatura y cultura española.
En Suecia, en 1963 contrajo matrimonio con Sture Bo Lennart Carlén, pasando a ser conocida como Mercedes Pueyo-Carlén. De su etapa en Suecia, Mercede guarda muy buenos recuerdos, donde disfrutó de una intensa actividad cultural y trabajó y colaborando mucho con la Embajada española en Estocolmo.
Mercedes Pueyo Roy y Sture Bo Lennart Carlén.
Diploma de Aragonés de Honor de Sture Bo Lennart Carlén. Jaca, 24 de julio de 1965.
En 1969, Mercedes coincidió en Suecia con José Antonio Labordeta, quien se encontraba realizando una serie de conciertos organizados por su amigo José García Dils: “Vino al Departamento donde yo, en ese momento, era la jefa”. Igualmente, Mercedes recuerda como en Suecia “Tuvimos y ayudamos mucho al hermano de Rafael Gastón Burillo, que vino a Suecia y se quedó. Conozco bien a los Gastón, pues su padre fue mi profesor de griego en la Facultad de Letras de la universidad de Zaragoza”.
A primeros de la década de 1980, la Doctora Mercedes Pueyo Roy ocupó la plaza de Universitetslektor en Lund como Catedrática de Lengua y Literatura e Historia de la Cultura Española. Aquellas memorias quedan perfectamente recogidas por Mario Gros Herrero: “Quedó libre una plaza de Universitetslektor en Gotemburgo y mandé desde Lund, donde tenía la tesis y todos los apéndices, mi solicitud. Me la denegaron diciendo que era etnología y entonces me di cuenta que tenía que orientarla de otra forma y además darle otra presentación más adecuada para una nueva solicitud. Así lo hice en el verano de 1973 con la imprenta del Heraldo en Zaragoza. Yo seguía como lectora de español, siempre a tiempo completo, esperando la próxima ocasión de tener un puesto fijo de funcionaria de la universidad sueca. A principio de los 80 conseguí por fin obtener el título y la plaza en Lund de Universitetslektor y, como no había catedrático de español en aquellos años ochenta y noventa, tuve que asumir algunas funciones como principal responsable de la Sección de Español. Daba regularmente, y con mucho gusto, conferencias públicas en la Universidad sobre la Cultura y Lengua Española en sueco. Hablaba sobre Premios Nobel de lengua castellana, pintura, historia y literatura. Curiosamente, ¡no hablaba nunca del Dance de Aragón! Escribí varios libros entre ellos uno de fonética y pronunciación del español para el laboratorio de idiomas.”
El 17 de junio de 1999 se produjo la confirmación de su jubilación en la Facultad de Lenguas Románicas Universidad de Lund, recibiendo la medalla de Oro de Mérito al Trabajo del Rey de Suecia. Tras residir casi 40 años fuera de España, actualmente, desde el 2000 reside en las Islas Canarias, en Puerto de la Cruz, Tenerife.
Publicaciones de Mercedes Pueyo Roy en Suecia
“Kurs i spansk fonetik och spanskt uttal”. Curso de fonética española y pronunciación española, bilingüe. Pueyo-Carlén, Mercedes, Lund: Studentlitteratur, 1969. 151 s.
“Fiesta”. Mercedes Pueyo-Carlén. Malmö (Suecia): LiberLäromedel, 1973.
“Nya spanska stilar” (Nuevos ejercicios de traducción del español) Pueyo-Carlén, Mercedes, Pärletun, Margareta, ISBN 91-44-08181-2 Lund: Studentlitt., 1972 Spanska 47 s. Lund, Suecia.
“Ordlista och kommentarer till” La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. Estrid Pastor-López; Mercedes Pueyo-Carlén; Lund, 1972.
“Traductor Notarial”.
La publicación reducida de su tesis de 1973
En 1973 Mercedes Pueyo Roy publicó su tesis en formato reducido por su propia cuenta y riesgo “El dance en Aragón. Orígenes y problemas estructurales de una composición poética”; una edición enfocada a los textos y su valor teatral, musical y escénico. De hecho, es un resumen de su tesis en la que, de acuerdo con Mario Gros Herrero, reordenó el texto y eliminó por razones de tamaño y presupuestarias algunos capítulos y la mayor parte de los apéndices.
La llevó a cabo tras no conseguir que ninguna institución se hiciese cargo de su edición, pues como apunta Mario Gros Herrero entonces no era fácil publicar y menos una obra tan extensa. Finalmente, la edición la realizó por medio de la imprenta de Heraldo de Aragón, sufragando por la propia Mercedes y su marido Sture Carlèn por un coste total de 70.000 pesetas
Contó con una tirada de unos 200 ejemplares que en gran parte regaló un libro a cada dance que había estudiado y recogido en el texto, además puso algunos ejemplares a la venta en la librería Abad de Jaca y la Librería General de Zaragoza.
En sus memorias recogidas por Mario Gros Herrero, la propia Mercedes relató como el verano de 1973, lo pasó en casa de una prima en Riglos escribiendo dedicatorias individualizadas, embalando cuidadosamente y enviando los ejemplares por correo. Así mismo, continua el relato recogido por Mario Gros Herrero “Como no disponía de las direcciones, los hizo llegar al ayuntamiento de cada una de las 74 localidades citadas, a sabiendas de que muchos de ellos se podrían extraviar o caer en manos de particulares. Dejó algunos libros en depósito en la librería Abad (ahora La Unión) de Jaca y, los pocos que sobraron, en la Librería General de Zaragoza, vendiéndose a 150 pesetas cada uno. Una operación culturalmente ejemplar y económicamente ruinosa que deja bien a las claras la generosidad de Mercedes y Sture.”
A pesar de su escasa difusión, la publicación no pasó desapercibida en la prensa aragonesa y apareció recogida en el Heraldo de Aragón en su edición del 1 de agosto de 1973 y en la revista Andalán “Notas Bibliográficas: Folklore de verdad”, en su número 26 del 1 de octubre de 1973. Aunque Mercedes Pueyo Roy aparece como colaboradora de la revista aragonesa Andalán (Sociología de muchos apoyos. Andalán 50 años. www.andalan.es), la entrevista debió de ser su única implicación con la histórica revista aragonesa.
“Notas Bibliográficas: Folklore de verdad”. Andalán, número 26 del 1 de octubre de 1973.
Años más tarde, el 8 de noviembre de 1977 el Heraldo de Aragón publica el artículo “Una forma de cultura primitiva: Setenta y cuatro representaciones de dance se conservan en Aragón”. Un artículo que pone en valor el dance aragonés a través de la obra de Mercedes Pueyo Roy.
En poco tiempo, afirma Mario Gros Herrero, el libro se convirtió en texto de culto en el mundo del dance y el folclore aragonés, tanto por la amplitud de su investigación como por la dificultad de su adquisición. De esta forma resalta su verdadera su importancia “Su libro sobre el dance se publicó en el 73 como “mérito” para su acceso a la Universidad. De ahí la rareza de la edición. Está impreso en la imprenta de Heraldo de Aragón, pero la edición es de la propia autora. El libro del 73 no corresponde con exactitud a la tesis: se han reordenado las materias, faltan los anexos y se ha dado más importancia a los asuntos poéticos-literarios”.
La donación de su tesis
Es en el 2011 cuando, la doctora Mercedes Pueyo Roy, decidió donar todo su material de la tesis al Instituto Aragonés de Antropología (IAA). Una tesis que había viajado y acompañado a Suecia y a las islas Canarias tras su jubilación; durante casi cerca de cuatro décadas.
Mercedes quiso que su trabajo no quedase escondido en una estantería y que fuese accesible su consulta; una obra de referencia para estudiosos del dance aragonés, de textos romances y pastoradas, del saber pastoril, del teatro popular, de la poesía y la oralidad que quedaba recogida en sus 526 páginas.
Así que, 39 años después de su realización, a través del por aquel entonces presidente Vicente Miguel Chueca del IAA y haciendo gala de una gran generosidad y amor por su tierra, Mercedes Pueyo Roy donó los originales de su tesis y materiales al IAA. Mario Gros Herrero precisa como Vicente Chueca, presidente del IAA en aquel momento, se encargó de los trámites, haciéndose publica la donación se hizo pública el 31 de agosto de 2011, a través del boletín digital del Instituto, aunque la aceptación formal se reflejó en acta con fecha 25 de abril de 2012. El mismo Mario Gros Herrero recoge como la donación incluía todos los documentos de la tesis: el tomo principal, tres volúmenes de apéndices con textos de los dances de 33 localidades, un cuaderno con partituras y una colección de fotografías en blanco y negro. Además, el paquete contenía un manuscrito de partituras de Graus, varios textos del dance de Pallaruelo, algunas separatas de artículos y diferentes libros de temática aragonesa.
Mercedes Pueyo Roy, una figura imprescindible en la cultura aragonesa
En el 2015, Joaquín Ruiz Gaspar (Osmonegros.com) investigando la vida y obra del antiguo mayoral del dance de Pallaruelo de Monegros, el Tío Juaner, descubre la obra y figura de Mercedes Pueyo Roy. Su Tesis Doctoral recoge algunos de los poemas del Tío Juaner. Poco se sabía de ella, hasta que, indagando por las redes digitales, acabó encontrando un teléfono a su nombre en las islas canarias. Llamó y descubrió, en palabras de Joaquín Ruiz Gaspar, una maravillosa persona, vital, generosa, una gran amiga y una gran obra, un trabajo encomiable, indispensable para comprender la extraordinaria manifestación artística que es el dance aragonés.
Aquel trabajo parecía olvidado, salvo algunas citas, por lo que pronto accedió a consultarlo, gracias a Vicente Miguel Chueca del Instituto Aragonés de Antropología.
Mercedes Pueyo Roy, haciendo gala de su generosidad, finalmente colaboró con el trabajo sobre el Tío Juaner, con aportaciones correcciones y realizando uno de los dos prólogos del “El Tío Juaner” (Gaspar Ruiz, Joaquín. Sariñena Editorial, 2018).
A su vez, en el 2016 Vicente Miguel Chueca, Mario Gros Herrero y Joaquín Ruiz Gaspar, se reunieron en torno a la figura de la Doctora Mercedes Pueyo Roy con el fin de lograr dos objetivos, reconocer su figura y rescatar y poner en valor su gran obra sobre el Dance aragonés. Para ello decidieron que debían trasladar la tesis con sus apéndices a la Institución Fernando el Católico para su toma en consideración para una futura edición y publicación.
Por lo tanto, todo el material, fue recogido por Joaquín Ruiz Gaspar y trasladado a la Institución en una mochila y dos bolsas de plástico. Pesaba tanto que tuvo que coger el tranvía de la plaza de San Francisco hasta plaza España donde se encuentra la sede de la IFC. Allí fue recibido por el director de la institución Carlos Forcadell Álvarez y el secretario Álvaro Capalvo Liesa. quienes se comprometieron a estudiar los textos académicos de la tesis y valorar si merecía la pena publicarlos. No tardaron responder, la habían estudiado y estaban decididos a digitalizar y publicar los Apéndices inéditos de la tesis.
El relato de aquellos días lo recoge Mario Gros Herrero en el prólogo a la edición de los apéndices de la Tesis de Mercedes: La aparición de Ruiz Gaspar es fundamental para la publicación de la tesis. En octubre de 2016, nos convoca, junto a Chueca del IAA, para intentar preparar un homenaje o reconocimiento a Mercedes y estudiar la posibilidad de publicación de la tesis. En un primer momento, el IAA valoró realizar la edición por sus propios medios, pero los recursos limitados del Instituto y la envergadura del proyecto hicieron desestimar la idea. En junio de 2017, Joaquín comienza las conversaciones con la Institución Fernando el Católico (IFC), que acepta llevar adelante la publicación digital tras ver los originales de la tesis. Después del verano comienzan los laboriosos trabajos de digitalización que ahora concluyen.
Así, comienza el renacer de la figura de la Dra. Mercedes Pueyo Roy. A finales del 2017, los días del 22 al 24 de noviembre, participó en las jornadas en torno a la filología aragonesa “Los dances de Aragón: Entre la tradición religiosa y el teatro popular”, coordinadas por José M.ª Enguita Utrilla y organizadas por la IFC. Mercedes Pueyo Roy y Mario Gros Herrero fueron los encargados de la conferencia inaugural bajo el título “El dance en Aragón: Origen y problemas estructurales de una composición poética”. En síntesis, de acuerdo con Mario Gros Herrero, en ella resumió muchas de las ideas de su tesis y aportó algunos datos nuevos, como las danzas de la isla de El Hierro relacionadas por su indumentaria con las aragonesas. La conferencia se publicó en el libro de actas de las Jornadas.
Conferencia Mercedes Pueyo Roy con José M.ª Enguita Utrilla. Fotografía Gros Herrero, Mario.
Coincidiendo con su visita a tierras aragonesas, el 25 de noviembre del 2017, gracias a Vicente Miguel Chueca, Mario Gros Herrero y Joaquín Ruiz Gaspar se realizó un homenaje a Mercedes Pueyo Roy, un encuentro en el que participaron diferentes personalidades del mundo del folclore y del dance aragonés y de la cultura aragonesa, así como miembros de la asociación publica en defensa del patrimonio aragonés (APUDEPA. En torno a una comida, se le entrega una placa en homenaje a su aportación al dance aragonés y a la cultura aragonesa, contando con una actuación de una representación del dance zaragozano San Chusé, del gaitero sariñenense Martín Blecua Vitales, interpretación de melodías con el salterio y chiflo por parte de Mario Gros Herrero… una velada emotiva en un ambiente familiar.
Homenaje a Mercedes Pueyo Roy.
Mario Gros Herrero también dejó constancia de aquel entrañable acto: “Si la edición estaba en marcha, la oportunidad para el merecido homenaje a la autora nos la ofrece otra coincidencia: la celebración de las V Jornadas en torno a la Filología Aragonesa en Zaragoza los días 22, 23 y 24 de noviembre de 2017 con el tema «Los dances de Aragón: entre la tradición religiosa y el teatro popular». Organizadas por la IFC y coordinadas por el catedrático de la Universidad de Zaragoza José María Enguita, Mercedes Pueyo será la encargada de dictar la conferencia inaugural: «El dance en Aragón. Fecha, origen y estructura de una composición teatral». Este acto supone el reencuentro oficial de la doctora Pueyo y Aragón, y la oportunidad para testimoniar el reconocimiento debido a su tarea pionera.”
Finalmente, concluye Mario Gros Herrero, pudimos, mediante un sencillo y sentido homenaje, reconocer como se merece su esfuerzo de tantos años. El acto contó con la presencia de familiares, amigos, profesores y estudiantes de la universidad, representantes del Instituto Aragonés de Antropología y de la Asociación de Gaiteros de Aragón, investigadores, músicos y la colaboración del grupo de danzantes de San Chusé (Zaragoza) y la música de los gaiteros de Sariñena.
Un día especial acontece en este lugar día de santa Catalina de Alejandría de agudo ingenio y sabiduría como esta mujer singular que tenemos el placer de homenajear.
Aunque hallándonos en Zaragoza capital primeramente, me es inevitable rememorar al mayoral de Pallaruelo de Monegros de donde es descendiente Mercedes Pueyo Roy.
Aquel Tío Juaner que entraba por los arrabales mirándose los edificios cabía en las catedrales.
A lo que le saltó uno de aquí, quisiéndole hacerle la mueca, y que de repente le espetó:
“¿A que no hay en tu lugar plaza tan grande como esta?” Y en estas, el Tío Juaner lo agarró del chaleco, y allí l´en hizo saber:
“En mi pueblo hay una plaza, que puedes venir a ver, d´ ´ancha y larga, no como esta, pero de alta…, fácil es”.
Y aún recuerda Leonor Barrieras hija del Tío Juaner aquella niña Merceditas, nieta de la tienda de los Pueyo, que de vacaciones acudía a Pallaruelo de Monegros.
Con sus cintas en el cabello el mundo rural descubrió y al Tío Juaner conoció de quien su padre Francisco Pueyo fue su primer refundidor.
Con gran maestría y sabiduría el dance de Aragón estudió y el día de San Luis su tesis presentó primera mujer que se doctoró en Filosofía y letras de Aragón.
Con gran tutor contó maestro de maestros, Don Antonio Beltrán Martínez extraordinario monegrino ejemplar a quien nunca dejamos de recordar.
74 dances de Aragón la doctora Mercedes investigó y de su bolsillo pagó un libro que a cada dance regaló.
Y su tesis donó al Instituto de Antropología de Aragón y hoy el dance está de celebración con su futura digitalización todo un patrimonio del dance Aragón.
Y es digno de conocer y de honores reconocer el legado que Mercedes Pueyo que tan generosamente a Aragón legó.
Ya no voy a osar mucho más aunque una anécdota más os contaré que Mercedes segunda en un concurso finalizó después del gran poeta del grandísimo Labordeta.
Y por rematar este humilde homenaje agradecer a Mercedes Pueyo Roy su ingente trabajo quien en la universidad de verano un amor encontró y a Suecia marchó y durante años, en la universidad de Lund, ejerció.
Hoy con fuerza se mantiene fuertemente unido aquel gran amor que entonces nació aunque al dance, al dance de Aragón siempre lo lleva, lo lleva en el corazón.
¡Gracias Mercedes Pueyo Roy!.
El dance en Aragón. Apéndices
La reedición facsímil de “El dance en Aragón. Apéndices”por parte de la Institución Fernando el Católico Zaragoza, 2019, fue llevada a cabo por Elena Fernández Santiago e Isidoro Gracia, quienes digitalizaron y revisaron la obra. La edición estuvo a cargo de Isidoro Gracia.
La presentación del libro “El dance en Aragón. Apéndices” tuvo lugar en la sede de la Institución Fernando el Católico, en la sala de prensa, el 17 de mayo del 2019. Esta contó con la presencia de Mercedes Pueyo Roy, con Carlos Forcadell, director de la IFC; y Mario Gros Herrero, autor del prólogo a través de un brillante estudio introductorio.
Presentación de «El Dance en Aragón» por Mercedes Pueyo Roy, Mario Gros Herrero y Carlos Forcadell.
La presentación además estuvo acompañada de un acto previo protagonizado en la Escuela Municipal de Zaragoza, organizado por Mario Gros Herrero. El mismo Mario Gros Herrero señaló como, a raíz de estos hechos, la figura de Mercedes Pueyo comienza a ser conocida en Aragón tres décadas después de viajar a Suecia, tanto por su empeño en ver publicada su tesis como por algunas casualidades casi coincidentes en el tiempo.
Resulta reseñable la sensibilidad mantenida en los criterios de transcripción, por indicación de la autora, “en la transcripción de los textos de los dances recogidos en estos apéndices se ha respetado al máximo la grafía original, conservándose intactos tales textos, por lo que se incluyen tanto vocablos arcaicos como extraños, con su grafía. Esto es así porque muchos de los dances están tomados de viva voz, por lo que se transcribía lo que se oía y tal y como se oía. Por estas razones, consideramos oportuno respetar palabras o expresiones de carácter popular, con su grafía.” (Notas a la edición. El dance en Aragón. Apéndices).
El dance en Aragón. Apéndices. Pueyo Roy, Mercedes.
Para la Institución Fernando el Católico su tesis es la primera en su clase sobre este espectáculo teatral aragonés, único en España. La Institución dedica estas mismas palabras a la autora:
“Después de una larga investigación sobre los textos recogidos, durante cinco años de búsqueda, ha conseguido la autora reunir un material único que hoy publicamos. Trabajando sobre el mismo, ha llegado así a explicar la estructura y el origen de este drama hasta hoy desconocido. En su forma actual y con todos sus elementos acoplados, se remonta a finales del siglo XVII. La obra es compleja y abarca distintas ramas de las Letras, tales como Historia de la Literatura, Teatro, Poesía lírica, Dialectología, Historia de la Cultura, etc., cosa que hace de ella un trabajo de una amplitud poco corriente y que además implica una extensísima base científica en todos los órdenes de la Cultura. Aragón le agradece y felicita a la autora por tan incomparable obra.”
Recuerda que el azar ha estado de su parte. Casi se había olvidado de su trabajo, pero un día, en una mudanza de casa, descubrió todos los materiales de su tesis. “Más de 20 kilos. Folios, carpetas, archivos, carpetas, libretas, y la tesis doctoral completa. Me había olvidado de todo aquello. Decidimos mandarlo al Instituto Aragonés de Antropología. Y allí lo encontraron Joaquín Ruiz y Mario Gros, músico y etnógrafo. Gracias a ellos, mi trabajo ha tenido una nueva vida. Miro a Mario Gros, que ha hecho el precioso prólogo del libro, y pienso: ‘Para ser músico hay que ser sabio’. Y pienso también que, aunque he estado muchos años fuera de Aragón, jamás me he olvidado de esta tierra” dice, y revela: “Ya no querría escribir más de todo eso. Antes de morir, y ya no soy una niña, querría escribir una novela”.
Mercedes Pueyo Roy, la mujer que estudió el Dance de Aragón. Castro, Antón. Heraldo de Aragón, 28 de mayo del 2019.
Mercedes Pueyo Roy, una figura imprescindible
Con la edición de “El dance en Aragón. Apéndices”, la figura de la doctora Mercedes Pueyo Roy cobra aún mayor relevancia en el panorama cultural y académico aragonés, muy especialmente ligado al folclore, etnografía y tradiciones aragonesas. Su regreso a tierras aragonesas, de nuevo motiva el desarrollo de encuentros y abre nuevos horizontes de colaboraciones.
Al día siguiente de la presentación de “El dance en Aragón. Apéndices”, el 18 de mayo del 2019, en Sariñena, Mercedes Pueyo Roy participó y fue homenajeada en las Jornadas de “Danza y Gaita”, organizado por el Grupo de Dance de Sariñena.
Aquel mismo año del 2019, se le dedica el libro “¡Qué buen sentir!”, de Mila Dolz y Ángel Vergara: “Este libro se terminó de imprimir el día 7 de diciembre de 2021, 61 años después que Mercedes Pueyo Roy registrase en la Universidad de Zaragoza su tesis doctoral “Origen y problemas estructurales del Dance Aragonés”. El libro aborda la música popular aragonesa, contada y dibujada, bilingüe castellano y aragonés, publicado por Rolde de Estudios Aragoneses y Aladrada Ediciones.
En 2022, Mercedes Pueyo Roy es una de las protagonistas de la feria nacional del coleccionismo general y popular “Replega” de Monzón. Por medio de su imagen, impresa en una edición coleccionable de azucarillos, es considerada “Ilustre de Aragón”, por su labor, trayectoria e implicación en el ambiente cultural y social aragonés. Un merecido reconocimiento realizado gracias al trabajo realizado por Chorche Paniello, director de la feria.
Azucarillo Replega: Mercedes Pueyo Roy.
Igualmente, en el 2022, una nueva publicación reconoce la figura de Mercedes Pueyo Roy. La obra “Sobre la pastorada aragonesa. Estudio filológico de las pastoradas en aragonés del siglo XVIII (2022)” de Oscar Latas Alegre y Pilar Benítez Marco: “A Mercedes Pueyo Roy, por sus estudios, por su amistad”.
El legado fotográfico de Mercedes Pueyo Roy
La tesis de la doctora Mercedes Pueyo Roy presentó un conjunto de partituras y fotografías. Concretamente, del conjunto de fotografías, estas respondían a treinta y seis instantáneas, principalmente de diferentes grupos de dances aragoneses. Fotografías de los dances de las localidades de Almudévar, Ambel, Ateca (quince fotos), Broto, Huesca (cinco), Luceni, Pradilla de Ebro (dos), Sariñena (tres) y Vera de Moncayo (tres), señala Mario Gros Herrero junto a otras de un grupo de pauliteiros de Miranda do Douro (tres), la fotografía de un tambourin a cordes pirenaico y dos croquis con detalles de la construcción del instrumento.
Sin embargo, curiosamente, de aquel conjunto de fotografías, que formaban parte del conjunto de su tesis, faltaban 46 fotografías que la misma Mercedes Pueyo Roy localizó en mayo de 2002. Aquellas instantáneas, en blanco y negro, tomadas entre 1955 y 1959, quedaron recogidas por Mario Gros Herrero en su trabajo “Nuevas fotografías de dances aragoneses en la tesis de Mercedes Pueyo”.
Por aquellos años, entre 1955 y 1959, la doctora Pueyo se encontraba trabajando como secretaria del Museo de Etnología y Ciencias Naturales de Aragón y en la redacción de su tesis. Por ello, las imágenes, en su mayor parte presentan anotaciones en el reverso y hacen referencia a la localidad, personajes o instrumentos. Estas, apunta Mario Gros Herrero, recogen dos tipos de escenas:
“Por una parte imágenes facilitadas por los propios grupos, bien remitidas al Museo de Etnología como complemento a la respuesta a la encuesta que Mercedes envió a párrocos, alcaldes y maestros (Pueyo, 2019: XV-XVI) o bien aportadas al inscribirse en alguno de los concursos de dance. Son veinte fotos de los grupos de Ambel, Ateca (seis imágenes), Gurrea de Gállego, Huesca (dos), Luceni, Monzalbarba y Vera de Moncayo (ocho).
Por otra, fotografías tomadas durante el desarrollo de los concursos de dance aragonés que tuvieron lugar en Zaragoza durante las fiestas del Pilar de 1957 y 1959. A instancias del profesor Antonio Beltrán, organiza[1]dos desde el Museo de Etnología y con apoyo del Ayuntamiento de Zaragoza, los concursos tenían, entre otros objetivos, facilitar el estudio de los dances aragoneses (Pueyo, 1973: 6). En total son veintiséis imágenes, catorce de ellas tomadas en 1957 de los grupos de Ainzón, Almudévar, Ambel, Barrio de las Tenerías de Zaragoza, Gallur, Hogar Pignatelli, Huesca, Pastriz, Pina de Ebro, Sariñena, Sena, Talamantes y Yebra de Basa (dos fotografías) y doce en 1959 de los de Borja, Huesca, Jaca (dos), Mas de las Matas (dos), Robres, Salillas, Sariñena (tres) y Talamantes.” (Nuevas fotografías de dances aragoneses en la tesis de Mercedes Pueyo. Mario Gros Herrero Escuela Municipal de Música y Danza de Zaragoza).
Mercedes Pueyo Roy, poeta del amor (y la tristeza)
Uno de las facetas más desconocidos de Mercedes Pueyo Roy fue su pasión por la poesía. En su juventud desarrolló esta vertiente artística y creativa, lo que le llevó a participar en algunos concursos.
En enero de 1960, Mercedes Pueyo Roy obtuvo el primer premio de poesía en el concurso celebrado por el Sindicato Español Universitario SEU en la cadena Ser. El segundo clasificado fue José Antonio Labordeta. “En enero de 1960, gana el primer premio en un concurso de poesía organizado por el SEU, casi empatada con el segundo clasificado, José Antonio Labordeta.”, (Gros Herero, Mario). Mercedes firmaba sus poesías como “Merche Pueyo”.
Flor y Piedra
El corazón estalla en silencio atropellado ¿Por qué huyes?, ¿Por qué la pierdes sin decir lo que deseas? Era una mañana… no, recuerdo… era la noche.
Tu alma suave y fría repetía junto al porche ¡Te quiero! y al instante maldecías como lluvia de colera que amenaza el fin.
Te vi, como eras, flor y piedra ¿Habéis visto la flor en la pradera? El paso de la luz hace que tiemble y la duda, es ella…
¿Habéis visto el mármol en la roca? el viento, la noche ni el sol la conmueven… ¿Por qué huyes? ¿Por qué te pierdes sin decir lo que deseas?
Si quieres, ¡quédate! quédate como flor, no como piedra.
Octubre de 1958. Merche Pueyo.
Sentirte
Eres suave como bruma que acaricia el vacío. Sentirte cerca es siempre deseo que no calma.
Podrías existir y serías espuma y humo que se alcanza y termina.
Eres frágil como cristal desvanecido sentirte lejos es dolor que no acaba.
Podrías amarme y todo sería estallido y dulzura, mezcla posible que el corazón espera. Eres como ilusión que no agota no sentirte, sería… no ser y es horror y agonía eterna.
Eres como alegría intima no compartida con alguien.
Podrías odiarme y todo sería suicidio y desencanto que no merezco. Quiero sentirte, suave, frágil ilusión, alegría… Recobrarte en cada instante y sufrir, si llamarte pudiera, el letargo de tu hechizo.
¡Sentirte! adorarte solo yo y que el cielo me mire ¡Sentirte!! ¡Sentirte siempre! No agotarme en ti y unirme sin desespero por la huida.
Agazapar mi alma en tu destino y correr tras él.
Que gire todo y quedes tu, suave, frágil ilusión, alegría… ¡Sentirte! ¡Sentirte siempre! aunque ya no existas.
Zaragoza, diciembre de 1958. Merche Pueyo.
Pensamientos «El Recuerdo»
No quiero recordar. El recuerdo es el humo que se enreda en el alma y tiene mil agujeritos para salir.
El recuerdo encuentra escusas para evadirse, crea situaciones que rápidamente destruye. Es inquieto, indeciso, a veces, obcecado y tenaz, otras imaginación y sueño.
Recordar es más triste que soñar. El recuerdo es el resto, triste o alegre de una realidad que nunca se pensó. Es un sueño nuevamente soñado.
Recordar es siempre lamentarse dela falta de aquello que tuvimos y que, sin querer o queriendo, pasó.
Quiero vivir el presente porque es imposible recordarlo. Quiero también soñar mi presente, continuación de aquel recuerdo pero tampoco quiero recordar mi sueño.
Zaragoza, diciembre de 1958. Merche Pueyo.
Lluvia
La tierra respira dicha llora el cielo, No, no es lluvia, son lágrimas transparentes, sucias cayendo.
Ella, las recoge y limpia, alimento viejo de su cuerpo seco, por ser mundo, por ser cieno.
Son lágrimas, suaves, lentas, dolor y alegría unidos que al caer, estallan en amable ruido.
Sin querer se juntan esperando amarse.
En el encuentro perdonan, y al unirse, rompen la esperanza.
Lluvia que redime.
El cielo respira dicha.
Lluvia fue publicada por Ana María Novales sobre 1959 posiblemente en el periódico aragonés “Amanecer”.
La Creación
Era el principio del mundo, de mi mundo.
Nada existía en él, aunque había existido… Aparte de tú, máxima creación, y comencé.
Crecías, haciéndote. Me hacías, creciendo. Tú fuerte y adulto, no pudiste buscarme.
No dudaste, pues era yo la que decías esperar. ¡Quiero, temo y distingo!
No pude confundirme yo, naciste en mí sin esperarte.
Con el amor vinieron, pasión, dudas y esperanza, los celos fueron…
¿Por qué, dime, apareciste si nada te busqué nunca?
Fuiste creado para mí, te conservo y soy.
Merche, 1959.
La espera
De inmensa esperanza mi alma llena, ternura blanca Ilusión despierta por el tiempo.
¡Esperanza! soledad verde y ciega del que teme felicidad cortada en las horas que agonizan pesadas.
Minutos que juegan y enardecen el amanecer incierto y retrasado. Intensidad, larga y continuada que abruma con sus días.
¡Esperanza! Marioneta de tiempo antojadizo. Muerte vivida lentamente de vertiginosas ruedas sin descanso. Verdugo inmóvil y cobarde, enemigo suave del que pierde
¡Esperanza! Lloro constante del que piensa, pobre limosna que te das, sin ser pedida.
Virtud esclava de la muerte, mentira piadosa de las almas que inocentes te creen. Música sin notas, que no suenan.
Eterno mañana. Sinónimo de sueño… Te apoderas, creyendo alegrar, y tan solo sacrificas a tu dueña…
i Cambia tu nombre! llamándote: Tristeza…
De inmensa tristeza mi alma llena, ternura negra ilusión dormida por el tiempo.
¡Tristeza!.
Merche Pueyo.
El Final
¿Qué tienes, dime, qué tienes? Silencio de tierra y humo que agoniza en un grito frio y negro, aturdido.
Comienzo de guerra y odio, de preguntas sin término, rotas por la duda inquieta. ¿Qué tienes, dime, qué tienes?
El prado sigue verde, el aire, la mañana, el mar, todo es idéntico.
Solo tú cambiaste… para no cambiar nunca…
Respuestas que no llegan, excusas que comienzan.
Es, la dicha triste del olvido cierto.
Es, el no querer, después del quiero.
Examen frio de los hechos, distinción amarga y segura, amor analizado.
Ya no juega tu alma… ya oscilante no me esperas, ya no cubres de besos mis mejillas, yo no me alegras.
Nada importa… el tiempo es mi amigo existo y el amor, es voluntad. ¿qué tengo, dime, qué tengo?
Tristeza dulce y seca la impaciencia decrece.
El prado sigue verde, el aire, la mañana, el mar, todo es idéntico.
Solo yo he cambiado… para no cambiar nunca… Vacío profundo y lleno, insensato destino que se ríe.
¡Tiempo! amigo mío, te perdí y te recobro.
Ya no te odio, ya tus días me aplacan, ya tus minutos, son míos.
No quiero perderte, no quiero amar
Fui ya feliz. ¡Basta!
Paris, verano de 1960. Merche Pueyo.
La huida eterna
Te llevas lo que muchos quieren ¡la vida! aunque algunos obcecados en ella te prefieren… te prefieren….
Das fin y principio a tu presa con elegante viaje sin regreso.
Si existe verdad sobre la tierra, eres Tú, flaca, fría y vieja…
Te aman, te odian, confundidos los hombres en tu lecho…
¡Noche luminosa de final perfecto que acoges en tu seno con resuelto paso!
Ven, ven cuando quieras preparado me hallo a tu venida y no te temo, te espero…
Al nacer me dijeron que existías mansa y cruel al mismo tiempo
¡Divino mandato!
Sentencia sorda y suave que te cumples sin respeto.
Recogerás la vida sin esfuerzo con el deseo y angustia del sediento…
Llevarás el alma cansada al encuentro feliz, siempre esperando se abrirá para ella eternamente tu mansión de cavernas y esperpentos
y llegará al oasis Divino, Contento el alivio vendrá presuroso y seré tuyo sin remedio.
No puedo odiarte, te respeto y te esperó…
Merche Pueyo, 1960.
El Desprecio
Espuma eran tus amores que rotos en el tiempo se esparcieron por el aire hueco del espacio y llenaron la copa de mi vida.
Lento, muy lento subían desbordando y con pequeños golpes de nada en liquido se hacían sin remedio.
Bebí de ellos y el veneno de la mentira entró sin miedo ¿Por qué bebí de aquello?
La juventud me obligó, pero… poco a poco se desvaneció el veneno y volví al recuerdo esperando de nuevo, esperando, hasta más luego…
Merche Pueyo, 1960.
Síntesis
Mercedes Pueyo Roy siempre quiso que su trabajo viese la luz y dignificar el dance aragonés. Nunca perdió la esperanza de ver publicada la integridad de su tesis. Su lema –No hay que rendirse nunca- y, por fin, gracias a la intervención de la Institución Fernando el Católico, vio realizado ese deseo. Tuvo que esperar 58 años a que se reconociese una obra imprescindible, no solo para el dance aragonés sino para el folklore y la cultura aragonesa. A fin de cuentas, Mercedes Pueyo Roy realizó su tesis en una época en que los dances aragoneses perdían vitalidad e incluso desaparecían, de ahí su extraordinario valor.
No hay que olvidar que la gran contribución de la tesis de la Dra. Mercedes Pueyo Roy es la datación histórica del origen del dance y la presentación en la tesis de 74 textos y representaciones de diferentes dances aragoneses, recopilando valiosísimos textos de los dances aragoneses. Además, su estudio consideró el dance en conjunto y profundizó en los orígenes de las distintas manifestaciones artísticas del dance aragonés al igual que en las distribuciones de los diferentes dances aragoneses.
Por lo tanto, su estudio sobre el dance aragonés es fundamental para la investigación y documentación de numerosos dances aragoneses. En sí mismo es una defensa y puesta en valor del dance como manifestación artística “Creo que urge velar por esta manifestación de la cultura, ahora más que nunca en trance de desaparecer. Hasta hoy se pensó en proteger la jota, en el sentido de crear escuelas y enseñarla en los colegios, con el fin de mantener lo que se considera más genuino de nuestro folklore, el canto y baile regional. Pienso que por igual de genuino es el dance, por su antigüedad y la variedad del espectáculo. La historia aragonesa se puede seguir muy bien a través de nuestros danzantes”. (Heraldo de Aragón, 1 de agosto de 1973).
Indudablemente, Mercedes Pueyo realizó un trabajo impagable, expresa la investigadora Carolina Ibor Monema, sobre ese complejo conglomerado del llamado “dance” en los años cincuenta del siglo XX y que constituye una auténtica referencia pionera en los estudios sobre el folklore aragonés, más valioso si cabe teniendo en cuenta las difíciles condiciones en que por aquel entonces se desarrollaba el trabajo de campo.
Además, Mercedes fue toda una pionera en el mundo del dance y como mujer, en esta línea se manifiesta Toche Menal folclorista integrante de. La Chaminera, considerando a Mercedes en todo un símbolo de los cambios que, lentamente, se van produciendo en el entorno de los dances, es decir, la incorporación de las mujeres a una manifestación tradicionalmente masculina. El caso de Mercedes Pueyo, ha dejado de ser excepcional y hay muchas mujeres trabajando magníficamente en la investigación y divulgación etnomusical. Su trabajo aportó conocimiento y, sin duda, fue un paso importante en el largo camino hacia la igualdad.
Actualmente reside en Puerto de la Cruz, Tenerife, junto a su marido Sture Bo Lennart Carlén. Colabora con la Biblioteca Tomás de Iriarte en la tertulia literaria. Continúa dando conferencias sobre el siglo de Oro, el barroco y Cervantes. También el “Premio Nobel”, sobre Vargas Llosa en la sala la “Ranilla” del puerto de la Cruz. Igualmente, ha participado en el coro de su parroquia involucrándose culturalmente todo lo que ha podido.
Mercedes Pueyo Roy con Maite Baez del Museo de Artesanía de Orotava donde habló del Dance aragonés y su relación con la bajada de la Virgen y su baile en la isla del Hierro.
Sin duda una gran figura y un magnífico trabajo que aportó reconocimiento al dance, con un método científico abordó de una manera general y en conjunto el dance aragonés. Pero, sobre todo, indiscutiblemente la aportación a la etnografía aragonesa de la Doctora Mercedes Pueyo Roy es digna de reconocer y agradecer.
¿Qué crees que aportas con tu tesis?
Supongo que es importante para la etnología aragonesa y para el folklore, pues abarca personajes, indumentaria, música, representaciones.
¿Piensas publicarla?
Me gustaría muchísimo porque así alguien podría aprovecharse del trabajo que he hecho una vez divulgado.
Entrevista en Amanecer, por Ana María Navales. 5 de julio de 1961.
Publicaciones de Mercedes Pueyo Roy
“Actividades del seminario de arqueología y numismática de Zaragoza”, Pueyo Roy, Mercedes. 1956. Separata de la revista Caesaraugusta núm. 7-8.
“El dance en Aragón”, publicación del capítulo de conclusiones. Zaragoza V, Publicación de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, 1957.
“Actividades arqueológicas y etnológicas durante 1956”. Pueyo Roy, Mercedes. 1956. Separata de la revista Caesaraugusta núm. 9-10.
“El traje femenino de Hecho”. Pueyo Roy, Mercedes. Publicación por la Excma. Diputación Provincial, 1958.
“Notas sobre el dance del barrio de las Tenerias, de Zaragoza”. Beltrán, Antonio y Pueyo, Mercedes. Tipografía la Académica, 1959.
“Origen y problemas estructurales del dance en Aragón”, Caesaraugusta, 17-18. Institución “Fernando el Católico”, Zaragoza, 1961.
“Kurs i spansk fonetik och spanskt uttal” (Curso de fonética española y pronunciación española) Mercedes Pueyo-Carlén. Lund: Studentlitteratur, 1969. Svenska, 151 páginas.
Ordlista och kommentarer till La casa de Bernarda Alba av Federico García Lorca. Estrid Pastor-López; Mercedes Pueyo-Carlén; Lund: 1972.
Origen y problemas estructurales del dance en Aragón. Contenidos.
La tesis se compuso de una serie de documentos, un tomo principal y una serie de apéndices, apéndices que conforman la edición digital que se publicó en el 2019. La tesis original trata de tres volúmenes tamaño folio, encuadernados y mecanografiados con los siguientes contenidos:
• Tomo Principal: Tomo tamaño folio, encuadernado en tapas duras de color granate. En el lomo, letras en dorado «M. Pueyo» Interior: portada, certificado firmado por Antonio Beltrán el 7 de diciembre de 1960, índice de la tesis (3 páginas), mapa de Aragón desplegable y 362 páginas mecanografiadas y numeradas a mano.
• Apéndice Tomo I: Tomo tamaño folio, encuadernado en tapas duras de color granate. Índice geográfico. Relación de localidades, fecha y patronos (5 páginas). Textos mecanografiados a una columna de Ainzón, Añón, Ambel, Ateca, Borja, Bulbuente, El Buste, Encinacorba, Fuentes de Ebro, Gallur, Maleján, Mallén, La Almolda, Pallaruelo y Pina de Ebro.
• Apéndice Tomo II: Tomo tamaño folio, encuadernado en tapas duras de color granate. Tex[1]tos mecanografiados a una columna de Pradilla de Ebro, Pastriz, Rodén, Salillas de Jalón, Sari[1]ñena, Sena, Talamantes, Torres de Berrellén, Urrea de Jalón, Velilla de Ebro, Vera de Moncayo, Veruela, La Puebla de Alfindén y «Hogar Pignatelli».
• Apéndice Tomo III: Tomo tamaño folio, encuadernado en tapas duras de color granate (137 páginas). Textos mecanografiados a una columna de Pastorada de Besiáans, Jaca, La Puebla de Híjar y «Las astucias de Luzbel» de Híjar.
• Apéndice musical: Tomo tamaño folio de 36 hojas de papel pautado con pentagramas (6 de ellas en blanco), con notación musical manuscrita. Título en primera página: «El dance en Aragón» / Apéndice musical / El dance en Aragón / Mercedes Pueyo». Partituras de Ambel, Añón, Borja, Encinacorba, Graus, Tauste, Vera de Moncayo, Híjar, Cetina, Bujaraloz, Salillas de Jalón y Velilla de Ebro. • Fotografías: 35 fotografías sueltas en blanco y negro de pequeño formato. Dances de Almudévar (1), Ambel (1), Ateca (15), Broto (1), Huesca (5), Luceni (1), Miranda do Douro (Portugal) (3), Pradilla de Ebro (2), Sariñena (3) y Vera de Moncayo (3). Además, 1 fotografía de un salterio en un museo de Tarbes, montada sobre cartulina rosa y con anotaciones y dibujos acerca del instrumento.
• Apéndices Tomo 3: Textos de Pastorada de Besiáns, Jaca, La Puebla de Híjar y «Las astucias de Luzbel» de Híjar. En el apartado del tomo 1 dedicado a los textos de Pallaruelo de Monegros se han incorporado otros dos que aparecían separados en la documentación de Mercedes Pueyo: Dance y dichos 1940 (librito tamaño cuartilla de 71 páginas mecanografiadas) y Pallaruelo: Glosa de la Historia de España (13 cuartillas mecanografiadas). Todas las notas que acompañan a los textos de los dances son del editor. Cuando en la nota figura “En la tesis original dice…”, se refiere en todos los casos al libro de Mercedes Pueyo de 1973 Orígenes y problemas estructurales de una composición poética: El dance en Aragón. Los textos incluidos en el tomo 3 (Besiáns, Jaca, La Puebla de Híjar, Híjar) fueron también publicados como apéndice en el libro de 1973. Se anotan las diferencias entre unos y otros. A sugerencia de la autora, se ha añadido un cuarto tomo titulado “Indumentaria, Música y Desarrollo” en el que se incluyen las descripciones de estos elementos que aparecen en la tesis original de 1961 pero no en el libro de 1973. Es decir, combinando el capítulo «Descripción individual de las representaciones» del libro de 1973 con este nuevo tomo 4 se tiene el total de la información descriptiva del dance de cada localidad. Se han intercalado, en el apartado correspondiente a cada localidad, las fotografías que forma[1]ban parte de la tesis con el pie original que figuraba en el reverso de las mismas. Corresponden a los dances de Almudévar (1 foto), Ambel (1), Ateca (15), Broto (1), Huesca (5), Luceni (1), Pradilla de Ebro (2), Sariñena (3) y Vera de Moncayo (3). Además, se ha reproducido la fotografía de un salterio en un museo de Tarbes con la descripción de algunas características del instrumento y otras tres fotografías de los Pauliteiros de Miranda do Douro (Portugal), incluidas en el material original. Se reproduce el apéndice musical de la tesis, que incluye partituras manuscritas de Ambel, Añón, Borja, Encinacorba, Graus, Tauste, Vera de Moncayo, Híjar, Cetina, Bujaraloz, Salillas de Jalón y Velilla de Ebro. También se incluye la reproducción fotográfica de un libreto manuscrito de partituras con el título “Música de Graus” que forma parte de los papeles conservados por Mercedes Pueyo.
• Música de Graus: Cuadernillo de 7 páginas tamaño cuartilla apaisadas y grapadas de no[1]tación musical. En la portada «Música de Graus». Escritas con plumilla, papel sin pautar, pentagramas tirados a mano. Cinco de ellas aparecen firmadas y fechadas: «E. Torner / Graus – junio – 1917». Las otras dos parecen de caligrafía diferente.
• Pallaruelo: Dance y dichos. 1940: Librito tamaño cuartilla, tapas duras de color gris. 71 páginas mecanografiadas. En las guardas, manuscrito: «Francisco Pueyo Samper (firma: Pueyo) Nacido en Pallaruelo de Monegros (Huesca) el 16.11.1900 fallecido en Zaragoza el 13 julio de 1970 – Conservado por su hija. Dra Mercedes Pueyo Roy». En página 1, manuscrito: «Recogido de viva voz». En página 71, mecanografiado «Zaragoza 24 de febrero de 1940 / XIX Centenario de la venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza. / Es copia / J. Canalís S.»
• Pallaruelo: Glosa de la historia de España: Cuadernillo de 13 cuartillas mecanografiadas, grapadas en la parte superior. Manuscrito en primera página: «Recogido por Fco. Pueyo Samper (hijo del pueblo) nacido 16.11.1900. Pallaruelo de Monegros (Huesca)». Según información de Mercedes Pueyo, el texto fue recogido por su padre de boca de Juan Barrieras Pueyo, el tío Juaner, quien posiblemente fuera su autor
Una retrospectiva a través de su director Ángel Longás Miguel.
La revista Montesnegros cumple 30 años de existencia. Una revista que abarca casi todos los pueblos de Monegros sur y que responde a todo un referente cultural en Los Monegros. Todo un hito en su historia, de esfuerzo, trabajo y pasión que lleva a sacar adelante una excepcional revista en el medio rural, gracias a sus colaboradores y que cuenta con el afecto y cariño de vecinos y vecinas que la esperan con ilusión. De la mano de su director Ángel Longás Miguel, nos adentramos en los entresijos de la revista, a la que felicitamos por su trigésimo aniversario y deseamos larga vida y andadura.
Ángel Longás Miguel
Ángel Longás Miguel, natural de Ejea de los Caballeros, ha vivido durante años en Perdiguera, implicándose socialmente y culturalmente en la localidad monegrina, vinculación que ha continuado a pesar de residir últimamente en Zaragoza. Doctor en filosofía, Ángel ha ejercido como docente en el instituto IES Avempace de Zaragoza, como profesor de filosofía, además de ejercer en distintos lugares como Aliaga, Barbastro o Huesca. Acabó en Perdiguera al ocupar su mujer la plaza de médica a partir de 1980 hasta 1992, luego fue designada a Villamayor trasladándose a vivir a Zaragoza.
Este 2022 la revista Montesnegros cumple su trigésimo aniversario. Sus comienzos fueron en Leciñena, en 1992, de la mano de su primer director Antonio Letosa Escanero -Una gran persona con una gran inquietud cultural-. Le pusieron el nombre de Montesnegros y empezó de forma cuatrimestral y, curiosamente, con el número cero. Al principio le pasaban los escritos a Antonio Letosa y él mismo los pasaba a máquina. Los dos primeros números solo salieron en Leciñena -En Leciñena había un gran ambiente cultural y ya había habido dos revistas anteriormente-. Pronto se unió Perdiguera -Estuvieron otras localidades, como Pina de Ebro, pero se salió, también lo hizo Alcubierre y al final volvió-. Actualmente, la revista la componen los municipios de Leciñena, Perdiguera, Farlete, Monegrilllo, La Almolda, Bujaraloz y Alcubierre. La revista es semestral y cara tirada tiene 1.800 ejemplares.
La revista cuenta completamente con el apoyo de los ayuntamientos, aunque es independiente y hay absoluta libertad -Tratando de ser ecuánimes, plurales y que haya contraste de opiniones-. Mantienen un equipo de redacción que se reúne dos veces al año cuando preparan y organizan los contenidos para el siguiente número -Lo hacemos muy a gusto y voluntariamente, así la revista sale con entusiasmo-.
Revista Montesnegros. 30 años.
Montesnegros se estructura a través de diferentes secciones: el Pórtico que realiza un reconocimiento a una personalidad, le sigue una sección de documentación e investigación, otra de educación y miradas y una última sobre personas etnólogo historiadores, -Antes había una sección sobre asociaciones-. Se mantiene una buena estructuras, secciones y diseño y las portadas son cuidadas y llenas de diseño y creatividad, elaboradas por la artista Laura Campos. Son toda una obra de arte.
Algunas portadas de la revista Montesnegros. Montesnegros nº 50.
La revista lleva 30 años recogiendo la memoria de los pueblos de la parte sur de la comarca de Los Monegros –Culturalmente es una vida. El hecho que lleva 30 años demuestra la consistencia y el arraigo, no hay ni desaliento ni abandono-. En definitiva, la revista es querida, buscada y es recibida en cada casa -Los lectores habría que multiplicarlos, como poco, por dos por cada casa que recibe la revista-.
Antonio Letosa estuvo hasta el 2011, cogiendo el relevo en su dirección Ángel Longás a partir del número 47. Ángel comenzó a colaborar con la revista de la mano de Constantino Escuer de Perdiguera, en torno a 1992 a 1995. Escribe sobre filosofía, pensamientos, reflexiones, ética y relatos y continúa ejerciendo la dirección de la revista. Cuando llegó a Perdiguera le impresiono el contraste de la aridez y el pinar de la sierra de Alcubierre. Sigue yendo mucho a Perdiguera y está muy incorporado a la vida social del pueblo.
En el 2013 celebraron su número 50, dedicando un especial a la revista y repasando su historia: -Se supone que aguantará muchos años, el problema hoy en día es llegar a los jóvenes. Es muy adulta y para adultos. Se escriben cosas dignas, propias, que se pueden desarrollar. Nada de ecos o repeticiones, la revista, a través de sus artículos, consigue tener su propia personalidad. Es una revista comarcal que quizá debería de tener algo más de apertura. –
Revista Montesnegros nº 50.
30 años son mucho, toda una generación, viviendo el cambio de una generación -La revista es intergeneracional. Satisface ver cómo hay gente que se anima a escribir y se lanza a la revista. Superar ese miedo al folio en blanco, gente que igual nunca se había planteado escribir y nuca se había puesto a ello. Potencialmente creces y vas adquiriendo cualidades. Es una alegría considerable para el colaborador. Es garantía de pluralidad, contar con tantos colaboradores, consistencia y futuro tener a tanta gente colaborando con la revista. –
La revista Montesnegros es un nexo cultural de unión entre pueblos monegrinos, un tesoro que deja constancia de la historia, memoria y a la vez das las vidas, del día a día de nuestros pueblos del sur de Los Monegros aportando autenticidad, calidad y en definitiva cultura en mayúsculas gracias al empuje de personas excepcionales e imprescindible. Enhorabuena a todos los que hacéis posible la revista Montesnegros, ¡Enhorabuena y larga vida a Montesnegros!.
Miguel Ortega, naturalista y etnógrafo, nos adentra en un maravilloso artículo en los bosques de Los Monegros. Un viaje fascinante a sus entrañas a través de todo un enamorado de Los Monegros que lleva tiempo descubriendo su increíble naturaleza, única y singular y de una extraordinaria riqueza y biodiversidad. Su trabajo se puede seguir por medio de sus páginas webs arboreo.org y Territorio inquieto además de su canal de YouTube.
Texto y fotografías: Miguel Ortega.
Pinar de pino carrasco en la solana de la sierra, Monegrillo.
El propio título ya parece un contrasentido, muchos opinarán que como va a haber bosques en Monegros si es un desierto; y otros recordando la leyenda de la ardilla capaz de cruzar Iberia sin poner el pie en el suelo, se imaginaran un Monegros primigenio selvático, ni unos tienen razón.
Otro problema es al propia definición de bosque, para los botánicos en un bosque las copas de los árboles proyectan tanta sombra en el suelo, que la flora de debajo de los ellos es diferente de la de las zonas sin árboles, y esta definición como veremos es muy difícil que se de en Los Monegros, por lo que usaremos el término bosque como sinónimo de masa forestal o de arbolado más o menos disperso.
Antes de continuar tenemos que tener en cuenta el espacio físico, Los Monegros es la parte central del Valle del Ebro, valle rodeado de altas montañas (Pirineos, Sistema Ibérico, Costero Catalana) que interceptan los frentes de nubes, vengan de donde vengan, por lo que en la zona central del valle desde el momento de su formación geológica siempre ha llovido menos que en las zonas que lo rodean; de manera que la escasez de agua es una constante ; y como zona interior, su clima contrastado frío en invierno y caluroso en verano, también lo es.
Aún así, y tanto por los registros históricos como a través de estudios de polen conservado en los sedimentos, sabemos que en Los Monegros siempre ha habido árboles y bosques. Pero la densidad de los mismos habrá dependido de variaciones en el clima y perturbaciones como los incendios, así como de la actividad humana. Respecto a esto último si observáis fotos de zonas del Pirineo de hace 100 años veréis que había muy pocos bosques, y eso que son zonas donde abundancia de las precipitaciones favorece a los árboles, y ese estado era por el uso que se hacia de madera y leña, y las roturaciones para crear campos de cultivo y pastos; es fácil deducir si en los Los Monegros hay poblamiento desde antiguo, con las mismas necesidades de superficies de cultivo y pastos, y de leña y madera, pero con menos humedad, la presencia de árboles es más complicada, salvo en los lugares con una estricta reglamentación como los vedados.
Donde no crecen árboles, el color banco es debido a la acumulación de sales a pesar de la presencia de agua cerca de la superficie. Laguna del complejo Bujaraloz-Sástgo
Aunque no hay consenso total sobre el tema, el panorama de Los Monegros sin intervención humana podría ser de arbolado, con una densidad más alta en la zonas de umbría de la sierra, que se iría aclarando y cambiando de especies según aumentaba la sequedad y empeoraba la calidad del suelo y con ello su capacidad de retener humedad. La masa forestal tampoco seria uniforme, los incendios dejarían zonas abiertas que los grandes herbívoros mantendrían un tiempo despejadas hasta la recuperación forestal; más o menos como ocurriría en otras zonas, existiendo bosques con rodales no uniformes y con árboles en varias etapas de crecimiento. Solo faltaría el arbolado en las zonas con exceso de sal en el suelo, en las laderas orientadas al sur cuya pendiente y suelo escaso impediría el establecimiento de una vegetación más allá de la esteparia con sus plantas de origen Norteafricano y de Asia Central, y por supuesto en las zonas donde la erosión dejara en superficie las rocas y el suelo mineral, (la existencia de sales y yesos no facilita la recuperación). El suelo expuesto, sin la protección de la vegetación es fácilmente retirado por el viento y el agua de escorrentía.
Con la roturación para la creación de pastos, y de campos, el aprovechamiento de leñas y maderas, intensificado al aumentar la población, redujo la superficie forestal; y lo que es peor y de más difícil recuperación, la perdida de suelo y la consíguete erosión. Este el momento a partir del cual la vegetación esteparia se extiende y se mantiene por la presión del ganado. Y ahora que ha disminuido la ganadería extensiva, y se abandonan pastos, muchas superficies forestales se van recuperando y aparecen árboles, donde nadie recuerda haberlos visto.
Los suelos erosionados ricos en yeso, la pendiente, el exceso de pastoreo de épocas pasadas, la escasez de precipitaciones, incluso la inversión térmica, dificultan el establecimiento de la vegetación, por eso aparecen matas separadas. Pero en la umbría, el lado izquierdo de la foto, esta es más densa y unos pinos han comenzado a crecer, nos indican la capacidad de regeneración de la naturaleza a poco que mejoren las condiciones y si le damos tiempo.
Ahora que ya sabemos que en Monegros si que debería haber más bosques y el porque no los hay, podemos pasar a ver que árboles los van a formar.
Las plantas y por supuesto los árboles son un fiel reflejo de las condiciones ambientales del lugar donde viven, y sobre todo del clima. Modificando la cantidad de agua de las precipitaciones (altitud, orientación, capacidad del suelo para acumular el agua) y también de las temperaturas (sobre todo por la altitud) veremos como unas especies sustituyen a otras, en un recorrido ideal desde las umbría de la Sierra de Alcubierre a las orillas del Ebro.
Aunque recibieran la misma cantidad de precipitación, la solana y la umbría de la Sierra, la menor insolación de esta última y por lo tanto menores temperaturas y menor evaporación hará que siempre sea un poco más húmeda, lo suficiente como para que en su parte más alta no solo encontramos, carrascas sino también robles quejigos e incluso arces de montpelier, que compensan la alta luminosidad de sus cielos (hay pocos días nublados que la atenúen) durante la época vegetativa, y unos recursos hídricos muchos años al limite, con hojas de menor tamaño pues cuanto menor es la superficie de la hoja menos pérdida de agua por transpiración, y por lo tanto mayor resistencia a la sequía.
Por debajo, en lugares con menor humedad, orientación sur o pendientes que no retiene bien el agua, va a dominar un árbol muy mediterráneo, seguramente el que es capaz de vivir con menos precipitaciones (150 mm) es el pino carrasco. Este es un árbol de “vida corta” eso quiere decir que no suele superar el par de siglos, y en parte es debido a su estrategia frente a los incendios, en lugar de rebrotar desde las raíces como hacen otras plantas leñosas de la zona (carrasca, roble, coscoja, boj, enebro), lo que hace es acumular semillas año a año (de ahí sus características copas repletas de piñas), cuando llegue el incendio el árbol perecerá pero quedaran sus abundantes semillas, que estimuladas tanto por la temperatura como por algunos compuestos químicos liberados con la combustión, germinaran en un suelo sin competencia por el agua, rico en nutrientes por la ceniza; y en tal densidad que compiten entre ellos y tienen que auto aclarase para desarrollarse convenientemente. El problema para este pino no es la existencia del incendio sino su frecuencia, demasiado pronto no tiene suficiente cantidad de semillas, si los incendios se distancias demasiado sus semillas es posible que ya no sean fértiles y no germinen.
En uno de estos pinares bien desarrollados, la vegetación que prospera bajo ellos, no difiere de la que hay en las zonas sin pinos (no seria un autentico bosque como hemos comentado al principio) por eso los botánicos denominan esta formación coscojar aragonés, y no pinar.
Ya hemos comentado que este pino es muy mediterráneo, resiste las sequías y el calor, pero no así el frío, por eso en las zonas más deprimidas de Los Monegros, donde se produce la inversión térmica es sustituido por otro árbol aún más frugal y sufridor.
A la izquierda arriba en la ladera sin labrar pinos carrascos, abajo entre la fajas de los campos sabinas. El nivel de la inversión térmica de invierno explica esta separación, Pallaruelo de Monegros.
La existencia de un sabinar de sabina albar en Los Monegros es una de sus muchas singularidades, es el lugar del mundo donde vive con diferencia a menor altitud, y si esta aquí es por el frío invernal, lo de la sequedad simplemente lo soporta. Este es un árbol típico de las parameras ibéricas, lugares fríos que comparte con la carrasca y el roble quejigo, pero ocupando los suelos de peor calidad como los muy pedregosos; pues es un árbol de pleno sol y no soporta crecer bajo la sombra de otras especies de mayor desarrollo.
La pregunta es ¿entonces como puede vivir en Los Monegros?, pues aprovechando donde no tiene competencia, como las depresiones donde se acumula el frío, con sus nieblas heladas y la escarcha formando el dorondón, aquí ningún otro árbol le hará sombra, y (nunca mejor expresado), demasiado frío para el pino carrasco y demasiado seco para la carrasca y el quejigo.
Umbria de la sierra de Lanaja, entre pinos y sabinas van apareciendo carrascas, quejigos y arces que se ven mejor en otoño con el cambio de hoja.
A través de sus anillos de crecimiento (de menos de 1 mm), podemos comprobar como es capaz de sobrevivir con esta sequedad, pues es un árbol que con buenas condiciones, en fondos de vales o los años lluviosos, puede tener grandes crecimientos (anillos de cerca de10 mm). Con las lluvias de primavera el árbol va creciendo pero llegando el verano deja de crecer, entra en descanso pues no tiene suficiente agua, y así espera hasta final del verano o en otoño, si cae suficiente agua vuelve a crecer, y no dejará de hacerlo hasta la llegada del frío cuando el resto de árboles ya están en descanso, en su tronco queda registrado con un falso anillo en cada momento de crecimiento a lo largo de un mismo año. Así con esta frugalidad, plasticidad y sabiendo aprovechar el momento nos podemos encontrar con estas grandes sabinas en Los Monegros (que por cierto, no se ha comprobado de una forma científica que ninguna sea milenaria).
Ha sido durante muchos años mayoral del dance de Valfarta. Ángel es memoria viva del dance pero también de la vida de la pequeña localidad monegrina de Valfarta. Con Ángel repasamos parte de su memoria, del dance y de Valfarta, nos abre sus puertas con gran familiaridad, aquella tan propia de los pueblos de antes.
Ángel nació en Valfarta en 1938 en el seno de una familia de agricultores: «En Valfarta había de todo un poco, algo de ovejas, colmenas, el agua de balsas…todo ha sido agua de balsas”. En casa guardaban el agua en aljibes y tinajas y en el aljibe moderno guardaban hasta 15.000 litros de agua. El aljibe nuevo lo hicieron cuando Ángel ya estaba casado, pues antes se guardaba en tinajas. Su mujer Felisa es natural de Bujaraloz y a los doce años ya comenzó a servir en una casa acomodada. El agua la iban a buscar con una mula y una cuba: «La balsa a la entrada de Valfarta era para las ovejas y mulas, mientras la balsa buena era para beber.Estaba más alta y recogía el agua que venía de la ermita.Hace años que se enronó la balsa”. También había algo de viñas, oliveras y almendreras: “El regadío llegó a Valfarta hace 40 años, sobre 1980”.
“En Valfarta había casas incluso con hasta tres familias” y cuando Ángel iba a la escuela en clase eran de unos 15 a 20 chicos y chicas “Ahora no queda nadie”. A los 13 años ya fue pastor, Ángel fue rebadán de ganado y entre cuatro hombres llevaban un rebaño de unas cuatrocientas cabezas de ganado lanar. A los 14 años marchó a Cataluña “Aquí no se cogía nada”. Eran cuatro hermanos y una hermana, toda la familia marchó durante nueve años a trabajar a una finca de Cataluña: “Era una finca que casi estaba entre las tres provincias, Tarragona, Barcelona y Lérida, por La Panadella”. Luego, Ángel volvió a su Valfarta natal.
“Los primeros tractores había que solicitarlos”, primero tuvieron un Lanz de 38 caballos que tenían que enchegar con una candileja, luego llegaron los Ebros de 45 caballos: “El paso de mulas a tractores y cosechadoras fue muy sustancial”. La primera cosechadora la llevaban arrastrada por el tractor, era una Santana, luego tuvieron una Class.
Dance de Valfarta
Ángel ha vivido toda la vida el dance. Empezó de pequeño, eran cuatro hermanos y los cuatro comenzaron a danzar pronto. Los jóvenes comenzaban con los volantes pero él comenzó en un cuadro de mayores. Al tiempo llegó a ser mayoral, cargo que ha ejercido hasta 25 años.
Actualmente en el dance de Valfarta solamente se hacen las mudanzas y los diálogos, las pastoradas ya no se hacen. “Antes venía Vicente Capitán, el gaitero de Sariñena y después se llevaba a Sena en una tartana, había un coche que hacía de correo entre Sariñena y Valfarta”. Ahora de gaitero viene Martín Blecua, leva 33 años, acompañando el dance de Valfarta, y desde hace unos años Leandro Cucalón y Javier Espada. Con el dance se sube en procesión danzando hasta la ermita, la misa es en la iglesia, se sube y se hace un reposo, un descanso, luego se hace el himno de San Miguel. Se interpretan las diferentes mudanzas: “Ay cardelina, Las aves y las flores, El broquel, San Miguel, Hoy celebramos fiesta… son muy melodiosas”.“En Bordando” es una mudanza que dejaron de danzar y de la que no se acuerdan: “Era muy curiosa y debía de ser muy difícil, por eso se fue dejando”.
“El mayoral de La Almolda dijo que era más bravo el dance de Valfarta”, de La Almolda venía el gaitero Mariano Labat “El Moce”, una vez fueron a danzar a Jaca y cuando pasaron desfilando ante la presidencia Mariano Labat cortó el dance.
El dance estuvo parado los años de la guerra y después, los años que la familia de Ángel marchó. Lo reanudó con mucha ilusión el tío Agustín Labrador, antiguo mayoral, después fue Luis Miguel Dueso. Se hacen cuatro cuadros más el de volantes.
Antiguamente se hacían dichos y motadas, también hubo rebadán: “Había dichos que cada danzante discurría, lo decía cada danzante o algunos danzantes”. Salían de misa y ponían unos bancos alrededor de la plaza para ver el dance y entre mudanza y mudanza decían los dichos: “El rebadán quería hacer el papel de mayoral y rebadán”.
El día después de San Miguel se realiza un pasacalles y por las casas sacan para comer y beber. Ahora se danza el día de San Miguel y el sábado, antes se hacía, además de con palos, con broquel y espadas. Quedan a ensayar el domingo antes de San Miguel.
Ángel de mayoral con su familia que continúa la tradición.
Ahora en Valfarta están pocos, quizá viviendo unas 40 personas y a misa normalmente van ocho o nueve. La juventud al no tener trabajo han marchado y cada vez hay menos gente. Ángel se ha dedicado a los cerdos, cuarenta y cinco cerdas de cría: “Molía la cebada y se lo vendía a uno de Peralta”. Ángel llegó ir hasta pamplona para comprar un cerdo como semental.
Cuando comenzó sobraban danzantes, ahora faltan: “Se hacía el ofertorio, el tarirán y se ensayaba un mes antes, cerca del bar, en plena calle”. El dance de Valfarta continúa vivo haciendo vibrar de emoción cada año, formando parte de las fiestas y de sus gentes. Gracias Ángel por tu gran acogida y por tantos recuerdos.
Miguel Inglan Tierz nació en Sariñena en 1935. De padre labrador, en casa tenían tierras y su abuelo unas 200 ovejas, Fermín el de Soto: “El Corrutillo”. Su madre trabajó en casa y fueron tres hermanos, dos chicos y una chica. Ambos emigraron a Cataluña, su hermano a Tarrasa y el a Badalona. Con Miguel recorremos numerosas anécdotas que nos describen la vida rural de entonces, con añoranza y cariño.
Miguel Inglan Tierz
Miguel con doce años se quedaba sólo en el monte, con un par de mulas por Las Almunias, era tiempo de maquis y eso a Miguel le causaba cierto pavor. Trabajó en el esparto para Rafael Basols, ganaba 8 pts. cada día, lo traían cortado del monte, lo triaban y lo embalaban, hacían pacas. Lo mandaban para papel, a una papelera, lo cargaban en el camión y luego a la estación y en vagones lo mandaban para San Sebastián, Rentería o Tolosa. Miguel tenía unos 13 o 14 años. Trabajaba mucha gente con el esparto, sobretodo recogiéndolo.
En casa tenían mucha fruta, de un campo de su abuelo cogían peras, membrillos, melones… Cogían higos para secar en cañizos, melocotones para hacer orejones, se embotaba tomates, pimientos, claudias (ciruelas), membrillo… se hacía conserva de cerdo, jamones, morcillas, bolas, longaniza, chorizo… Cogían aliagas para la matacía del tozino.
Tenía amigos que por las noches sacaban las vacas, iban a coger peras, cerezas, uva buque… En una ocasión la vieja Portera les pilló, pero para que no les quitara las cerezas las tiraban por la acequia y aguas abajo las recogían otros. El padre de Luis, el señor Benito, guardaba bien los melones por su huerto del pesquero, pero mientras unos le entretenían dándole tabaco, otros le arramblaban algún melón. Jugaban a pitos, a marro, a churro, mediamanga y manga entera.
Se iban a bañar a la badina del Hospital, se escondían tras las cañas para ver a las chicas bañarse, era un grupo de chicas muy guapas y les veían las piernas. Las vacas se remojaban en el río y Miguel se agarraba a la cola de una vaca para aprender a nadar, también los caballos se remojaban en el río. Entonces había muchos animales, para desplazarse, transportar o trabajar, hasta que llegaron los vehículos y el tractor. También recuerda cuando llegó la segadora y la maquina atadora que, con cuerda de pita, hacía los fajos y los tiraba, luego los tenían que recoger.
Una vez cogió un corderico de unos pastores que estaban de trashumancia, Miguel lo crió en casa y le enseñó a tozar. Tanto tozaba que a un amigo le dio una gran tozada –No te lo dicía yo, que no abrieses la puerta!-. Su tío tenía un burro muy malo y dos pares de mulas. El burro no paraba de hacer maldades, trataba siempre de tirarte al suelo y al andar hacía tropezar. Una vez cargaron una cesta de melocotones sobre el burro pero le picó una mosca al hocico al burro y salió corriendo, llegó a casa con la cesta vacía, los había ido perdiendo todos los melocotones por el camino.
Iban a buscar nidos de cardelinas, los colorines, luego los criaban en casa. Si eran muy pequeños los ponían en una jaula cerca del nido para que le diesen de comer. Al río iban a pescar, con las manos a veces cogía alguna culebra que otra por las badinas y entre las rocas buscando barbos. También se pescaba con red, tenían un conocido, un comandante del ejército retirado, Manolo el Espartero. Una vez, que se encontraban pescando en la Isuela, les apareció la guardia civil. Al requerirles el permiso, el comandante les sacó su documentación, la guardia civil vio la estrella y enseguida se le plantó: -¿Quiere usted algo más?- a lo que respondió –Todo bien, simplemente que no molestasen-. Después, cada vez que lo veían se levantaban y lo saludaban y a ellos les dejaban pescar en todas las partes sin problemas. Manolo el Espartero era un gran tirador, era tirador de la reina. Esa destreza la demostró una tarde por los campos, estaba echando estiércol y en un descanso cogió el rifle del guardia de campos Vicente Lozano y de un disparo partió un alambre que habían colocado para la ocasión causando el asombro de todos.
A la laguna venían catalanes a cazar patos, cuando los cazaban los patos se espantaban y escapaban al río, a la Isuela o al Alcanadre. Una vez le cayó un pato por la Isuela, pronto apareció un catalán buscando el pato que les preguntó si lo habían visto a lo que respondieron que no. En la laguna había carpas, pero eran muy bastas. Estaba el muladar y solían venir muchos buitres, una vez consiguieron atar un cencerro a un buitre y este se escapó haciendo sonar el cencerro. Días más tarde, trabajando por el monte sintió un cencerro por el aire, era el buitre volando con el cencerro aún colgado a su cuello.
Su gran memoria aún recuerda a muchos maestros y maestras que por entonces había, a don Nicolás, a don Pio, don Martín, a doña María y a doña Victoria. Con doce años abandonó la escuela y fue a clases particulares a casa Loste. “En la escuela, si no llevabas leña no te podías calentar en invierno”, llevaban leña de oliveras o almendreras. Por la zona de la escuela había un abrevadero de mulas y otro cerca por la ronda San Francisco.
En aquella Sariñena se trabajaba mucho y se ganaba poco, así que Miguel se marchó a trabajar a Cataluña a los 17 años, en 1952 hasta que regresó en 1992. Estuvo treinta años trabajando en la empresa Pegaso, como encargado de almacén. Su mujer era de Sariñena, María Soledad López Martínez, la conoció cuando volvía a Sariñena para las fiestas. María Soledad trabajó muchos años en Fabra i Coats y tuvieron dos hijos. Para las fiestas se hacían muchos bailes en el casino, la orquesta “Estrella negra”, se bailaba arriba del casino viejo, entonces el presidente del casino era Manuel Tena. Se hacían vaquillas, carreras de bicicletas y venían de Fraga a vender turrón
Cuando llegó a Cataluña comenzó a trabajar en una granja de vacas en Villadecaballs, donde las cuidaba y ordeñaba y luego bajaba a vender la leche a Tarrasa. También trabajó en el almacén de forrajes que el mismo dueño tenía, había muchos caballos. Los domingos se iba a Sabadell de fiesta, al Casinet, al Euterpe… Luego tuvo que realizar el servicio militar, al 76 de artillería antiaérea, antes volvió a Sariñena a celebrar la fiesta de los quintos. Bailes, meriendas y alguna trastada, así era la fiesta de los quintos. En una fiesta, sería por el mes de enero, una burra se bebió el melocotón con vino que tenían en una portadera, menuda borrachera que pilló, casi no se tenía de pie y la tenían que aguantar, se la llevaron de fiesta hasta acabar de madrugada en el Peti para tomar la barracha de la mañana. Miguel fue a África, a Tetuán, a realizar el servicio militar, estuvo 16 meses. Guarda muy buenos recuerdos: ”¡ahora mismo volvería!”. Estuvo en el Rincón de Medik, le pusieron de asistente de un Capitán y por las tardes le daban fiesta. Llegó a estar preparado para la guerra, pero al final mandaron a la legión.
Luego trabajó en el tranvía de Barcelona, de «tranviaire». Conducía el tranvía hasta que en una discusión se cabreó con el revisor y dejó parado el tranvía en la puerta del clínico de Barcelona. Después trabajó de transportista, recorriendo toda España. En Granollers trabajó cultivando champiñones, en un criadero de champiñones instalado en una cueva. Por último trabajó en la factoría Pegaso, donde se jubiló. Estaba por la zona franca, donde la Seat, Martorell Iberica.. «Pasaban los aviones que parecía que iban a entrar dentro».
Vivió en Badalona, iba mucho a la playa con el bocadillo a pasar el día. Cogía mejillones y nécoras, bajaba a pulmón limpio y cogía lo que podía. Siempre volvía para las fiestas a Sariñena y desde hace un año ha vuelto definitivamente. Así hemos pasado un buen rato, con tantas anécdotas e historietas que nos remontan a tiempos pasados con su fuerte impronta rural, con ese buen sabor de lo autentico, gracias Miguel. Y un agradecimiento a Pilar Guerrero y Aimar Mir de la Residencia de la tercera edad de Sariñena por su colaboración para la realización de las entrevistas, gracias!!.
En un lugar de Los Monegros, de Alcubierre para más señas, y a los pies de la sierra que el mismo nombre porta, se forjó la vida, hazañas y proezas del gran Migueler. Historias que se hacen leyendas, de un hombre difícil de igualar al que nadie se atrevería a disputarle el trono de las múltiples y variadas correrías. Así, que las manos fuera de los bolsillos y adentrémonos en las dichas y venturas del Tío Migueler.
El gran Tío Migueler
El Tío Migueler
Miguel Puivecino Cano nació en Alcubierre el 18 de enero 1888 y murió a los 72 años de edad, el 19 de febrero de 1960. De familia de albañiles, desde pronto quisieron que Migueler se forjase en los estudios. Pero Migueler, muy arraigado a su tierra, y con grandes inquietudes en la destreza de las artes de la construcción, ejerció el oficio de albañil durante toda su vida. Hasta en dos ocasiones trataron de internarle en un colegio de Zaragoza, llegándose a escapar hasta en dos ocasiones seguidas. La primera vez que se escapó tenía sobre unos diez años y regresó caminando hasta su hogar natal de Alcubierre. Su madre enseguida lo condujo de nuevo al internado pero a lo que volvió a Alcubierre, Migueler ya se encontraba en casa, se había vuelto a escapar y corriendo había llegado antes que su madre. ¡Por mucho atajo que pudo coger, naide se lo podría creer!.
Fue rebelde con causa, de retar la normalidad y desafiar la gravedad, sin malicia alguna y siempre dispuesto a ayudar a los demás. Fue hombre de gran corazón. Sus dos hermanas, Conchita y Modesta, recibieron buena educación y ejercieron de maestras. Migueler tuvo tres hijas y un hijo, su primera mujer Cristobalina Taules era de La Almolda y falleció poco después de dar a luz con tan sólo 28 años. Su segunda mujer fue Laureana Campo de Lanaja, a quien conocían como Laura. Fruto de su primer matrimonio nacieron Conchita y Migueler y de su segundo matrimonio Aurora y Ascensión.
Vino de Gabarre. Tonel año 1874 «Superviviente de la guerra» vino de agua de balsa de Monegros.
La puerta de su casa siempre estaba abierta, cosas de antes. Si a alguien veía pasar por delante de su puerta enseguida decía: “Anda, entra un rato y echa un traguer”. Era muy amigo de Rafael Nogués, gran ganadero ovino, eran vecinos y muchas veces iba a comer a casa. Migueler era muy generoso, hasta el punto que su hermana a veces le recordaba: “a ti en el pueblo no van a decir que Migueler es bueno, sino que Migueler es tonto”. Debió de ser muy confiado y fiarse bastante de la gente, sobretodo en el trabajo. Debió de ser muy buen albañil y trabajo para las mejores casas de Alcubierre. También hizo el puente del Pucero, cerca de la balsa del Pucero camino de Zaragoza. Trabajó mucho para casa Gabarre, se llevaban muy bien y cada año le regalaba botellas de vino: “Especial para los amigos y elaborado con las mejores anilinas y agua de balsa de monegros”. Un año hubo plaga de conejos y Gabarre le pagó por conejo cazado, Migueler fue un extraordinario cazador.
De casa Gabarre recibió afecto y amistad, las botellas de vino las regalaba en contadas ocasionmes.”
Alberto Lasheras Taira
Seguro que participó en rondas, bailes y subió raudo y veloz de romería a San Caprasio, a la cumbre de la sierra de Alcubierre. De zagal seguro que participó en la Vieja Remolona con sus amigos. Una tradición que aún se mantiene y que caracteriza la Vieja Remolona con trapos y paja en un palo de escoba. Luego la pasean por las calles replegando naranjas, longanizas y chullas de tocino que vecinos y vecinas dan a zagales y que estos pincharían en el espedo, una varilla de acero acabada en punta. ¡Migueler llevaría por las alturas a la Vieja remolona!.
Tío Migueler en la sagrada Familia.
Migueler pasó algunas temporadas en Barcelona, donde fue a parar parte de su familia. En una de sus visitas, Migueler contempló y admiró la Sagrada Familia, no pudiendo mas que exclamar: “Cuando Colón baje el dedo y Gaudí vuelva a nacer, la Sagrada Familia se terminará de hacer”. Su hijo, también llamado Miguel, fue a vivir a Barcelona y su nieto, como no ha podido ser de otra manera, lleva de nombre Miguel, Miguel Puivecino Suñen. Preciosa y peculiar es la anécdota del hijo de Migueler que, paseando por las ramblas, conoció una chica que curiosamente resultó ser de Alcubierre. Era Victoria Suñen Aparicio, que acabó siendo su mujer. Una historia realmente bonita que cuenta Miguel Puivecino Suñen y su mujer Lola Bernal. Ambos residen en Barcelona, pero él y su familia a Alcubierre siempre lo llevan en el corazón.
Victoria Suñen Aparicio fue antepasada de Paco Paricio, de los Titiriteros de Binefar. Los titiriteros rescataron magistralmente la “historia de Mariano Gavín, el bandido”, una obra estrenada en 1989 y que recorrió numerosas plazas de Aragón. Una obra que hizo las delicias de zagales, zagalas y mayores, una fascinante obra que dio a conocer y a hacer celebre al gran bandolero alcuberreño “El Cucaracha”. Curiosamente, el apellido ha perdido la “a”, quizá para no ser de los primeros de la clase y poder estar atrás enredando con títeres y marionetas.
Fueron tiempos muy duros. Se sucedieron muchas vicisitudes y correrías, muchas aventuras que al final tan sólo buscaban sobrevivir en una sociedad muy empobrecida, con muchas necesidades. Pero a la vez fueron tiempos llenos de familiaridad, fraternidad y de amistad entre vecinos y vecinas, de solidaridad y ayuda mutua, de valores muy fuertes que no hemos sabido heredar.
«Veo a Migueler como una persona trabajadora, bueno, con carácter, ingenio, humor, espíritu de supervivencia, capaz de superar situaciones difíciles y con un fuerte sentimiento de apego a su pueblo, que no quiso abandonar. No quiso alejarse de sus raíces. «
Alberto Lasheras Taira
Por concluir, apreciareis, como buenos lectores, cierta socarronería en la redacción, algo que tan solamente puede responder a la incapacidad del autor de estar a la altura del sensacional, singular, inigualable, excepcional, asombroso y sorprendente Tío Migueler. Así, disculpen las molestias y disfruten de las historias, correrías y gestas del Tío Migueler.
¡Ay! este Migueler
Que intrépido que es
Ten cuidau no te vayas a caer
Ten cuidau no te vayas a caer
¡Que el mundo no es al revés!
Un furtivo muy vivo
Escopeta de Tío Migueler
Migueler fue cazador furtivo y con extraordinaria astucia burlaba a la guardia civil, con sutil picaresca evitó más de una vez caer en sus manos. Una travesura elegante de un hombre hecho y derecho que cazaba para comer, una forma de sobrevivir que se convirtió en un juego. Pues ingenio nunca le faltó y su reputación a pulso se ganó, fue un hombre bravo y valiente que a nadie indiferente dejó.
Tenía una escopeta del calibre del 16 y a los del 12 les decía: “¡con ella ya podéis cazar!”, pues era más fácil acertar con el disparo. Por la sierra colocaba lazos para cazar, llevaba perros de caza y hurones; se conocía la sierra a la perfección y se desenvolvía con extraordinaria facilidad por sus vales y barrancos, por sus cerros y lomas. La sierra no tenía misterios para Migueler, de Puiladrón a Monteoscuro, del Monte Viejo a Puchinebro y de Puigsabina a Loma Gorda.
Fabricaba su propia munición
Cacharros de Tío Migueler para fabricar los cartuchos de caza.
El mismo elaboraba su propia munición que luego utilizaba para cazar. Migueler tenía las herramientas y útiles necesarios para la recarga de los cartuchos: caja de pólvora, medidor de pólvora, caja con perdigones, rebordeador de cartuchos del 16 y maquina de quitar y colocar pistones. Migueler era muy mañoso, ¡qué decir!, pues Migueler era hombre de diversas y variadas cualidades.
Las correrías con la benemérita
Su incontrolable afán por los desafíos y su afición por la caza más de una vez le llevó a protagonizar diversos encontronazos con la guardia Civil, episodios de persecuciones y correrías por la sierra de Alcubierre. Inevitablemente, la similitud nos traslada al forajido y bandolero Mariano Gavín Suñen, archiconocido, allende de los áridos desiertos de la redolada monegrina, como el terrible y temible bandido Cucaracha. Salvando las distancias, Migueler era bondad, no hacía daño a nadie y ayudaba a todos. Y, a pesar de mil correrías por la sierra, con la guardia civil siempre mantuvo un verdadero y sincero respeto.
Una vez le persiguieron durante horas, le seguían por el monte pero mientras no le pillasen con las manos en la masa no le podían acusar de ningún delito. ¡Cómo hacía correr a la Guardia Civil! ¡Cómo se divertía el Tío Migueler!, era como un juego, una emoción, adrenalina, un riesgo infantil con enormes dosis de realidad, de la supervivencia de capturar caza prohibida que permitía sobrevivir en una tierra dura y salvaje. Una vez, tras varias horas de persecución, subiendo y bajando cerros y lomas, Migueler regresó rápidamente a Alcubierre, se lavó en casa y luego pasó por el puesto de la Guardia Civil de Alcubierre. Al tiempo llegó la patrulla de guardias civiles que habían participado en la persecución, con evidentes signos de agotamiento y fatiga, quedándose estupefactos al enterarse que hacía rato que Migueler, todo fresco, había pasado a saludar por el cuartel. ¡A Migueler no le hubiera pillau ni el Cucaracha!.
Seguramente Migueler haría algún trabajo de albañilería en el cuartel y los guardias conocían su valía, al igual que conocían sus tretas furtivas. Pero casi podemos decir que entre ellos había una relación de caballeros, de cierta cordialidad ya que los guardias, en repetidas ocasiones, pasaban por la casa de Migueler a echar un traguer o tomar un café y de paso charrar un poco. En ningún caso fueron a su casa a molestarle o echarle alguna reprimenda.
Tenía amistad con el sargento y algún guardia. El sargento le decía:“Migueler, si te encorren los guardias, corre tú más que si no te agarran, no pasará nada”.
Alberto Lasheras Taira
El reclamo preso
Solía ir mucho a cazar con Rafael Berdún de casa Puliceto. Utilizaban a menudo la técnica de caza de reclamo. Para ello colocaban una perdiz disecada a la vista mientras ellos se escondían al otro lado. Además tenían un instrumento de caña que soplaban imitando el sonido de la perdiz o del perdigacho.
Otras veces usaban una perdiz enjaulada como reclamo, la dejaban en un lugar estratégico y se ocultaban esperando a que se acercase alguna perdiz y tratar de atinar con la escopeta. Pero un día, la perdiz debió de errar en su canto y a quien atrajo fue a la patrulla de la Guardia Civil. De sopetón apareció la de la Guardia Civil y casi ni se dieron cuenta. Pero al final no los vieron ya que estaban bien escondidos entre matojos. Bien quietos en la mata tuvieron que aguardarse ocultos hasta que los guardias, cansados de buscarles, marcharon y se perdieron de vista. La que acabó detenida fue la incauta perdiz, aunque presa ¡ya estaba!.
De correría en correría
¡De correria en correria casi cogieron a Migueler cazando!, pero este Migueler se las sabía todas. En estas, los guardias civiles consiguieron agarrarlo por la chaqueta, pero el habilidoso y escapista Migueler logró zafarse de la chaqueta que acabó en manos de la benemérita. Ya liberado corrió como una liebre consiguiendo escapar. ¡Raudo y veloz!, en Migueler, la suerte nada tenía que ver.
En otra correría con los civiles, Migueler andaba cazando por la paridera de los vales de Gabarre. Al avistar la presencia de los guardias, Migueler corrió alredor de la caseta hasta encontrar el botero abierto (hueco o ventana del pajar para meter la paja) y, en lo que canta un gallo, por el botero se metió en el pajar escondiéndose entre la paja. Los guardias dieron vueltas y vueltas, examinado todo sin encontrarlo, hasta que desistieron y rendidos abandonaron su búsqueda. ¡Con la fama que tiene el Migueler, a ver quién es el listo que lo puede coger!.
Y en una de tantas otras correrías, a Migueler le encorría la benemérita pisándole los talones. Para despistarlos se vio forzado a brincar una tapia, pretendiendo que le perdieran de vista. ¡Cuál sería su sorpresa al ver que al otro lado de la tapia del corral había dos guardias almorzando! Éstos sorprendidos por la aparición de Migueler y los gritos de los otros guardias que lo perseguían, se lanzaron tras él pero no pudieron agarrarlo. Migueler, durante la persecución, perdió la escopeta que recogieron la Guardia Civil y tuvo que ir otro día al cuartel a recogerla. No sabemos si tuvo que hacer frente a alguna multa.
¡¡Las correrías que no sabremos!!!
El sombrero de Demetrio Oto Borau y de Nicasio Gavín Casterad
La presente historia resulta contemporánea a Migueler, le iguala en ingenio y talento a cualquier correría de Migueler, ya que cuenta con gran similitud en su particular modo de actuar. Para hacer honor a la verdad, decir que de primeras nos la contaron como propia de Migueler. Pero a Alberto Lasheras nada se le escapa y, lo que acontece a continuación, a Demetrio Oto y Nicasio Gavín les sucedió:
¡Ya fue casualidad!, caprichoso destino, ¡Qué Nicasio se comprase el mismo sombrero que Demetrio Oto! o ¡Qué Demetrio se comprase el mismo sombrero que Nicasio!. ¿Quién sabrá?, ¿quizá se compraron los sombreros juntos?. ¡Y qué más da!
¡Qué pinchos y contentos iban Nicasio y Demetrio! Los dos con sus sombreros nuevos, ¡como los lucían por las calles de Alcubierre!. ¡Hasta para cazar lo llevaba Demetrio!, como aquella vez que perseguía perdices cerca del corral de Ruata. La guardia civil le sorprendió pero, como también era tan templado y ligero, pronto les dio esquinazo con la mala fortuna que el sombrero perdió. La pareja de guardias civiles quedaron satisfechos con tan preciado botín, pues ya tenían la prueba del delito, ¡por fin tenían pillado al furtivo Demetrio!. Pero este, que de avispado tenía lo suyo, regresó raudo y veloz a Alcubierre, cogió el sombrero a Nicasio y por el cuartel de la guardia civil se pasó a saludar. Cuando la pareja de guardia civiles regresó, algo sofocados pero con la prueba del delito, no daban crédito a lo que les contaban, pues hacía un rato que Demetrio, completamente relajado, descansado y escoscado, se había pasado con su flamante y elegante sombrero.
La última pizca de Alcubierre
Deben de ser avispados estas gentes de Alcubierre y siempre muy acogedores si por sus lares caes, ¡pueden hacer gala de buen carácter!. Pero para quien no les conozca, a buen seguro que la siguiente costumbre y anécdota no les dejará indiferente.
Dicen por todos los lugares, que es bien conocida y por todos reconocida, que la última pizca es la de Alcubierre. Pues cuando solamente queda la última pizca en el plato o fuente, a la gente siempre le da reparo cogerla; así que, en Alcubierre, discurrieron ingeniosa solución. Siempre apagan la luz y así nadie sabe quien coge la última pizca. Pero la verdad no deja ser algo a medias, ya que las manos acaban luchando entre ellas, con las luces apagadas, disputando la última pizca de Alcubierre.
Animales son amores
A Migueler tenía perros y hurones, le encantaban los animales y tenía una mano especial con ellos. A un perrito le enseñó ir a comprar a la carnicería. Al perrito le colocaba una cestita con el dinero y lo mandaba de compras a la carnicería. Allí le colocaban el pedido y los cambios en la cestita y el perrito volvía a casa con el encargo para Migueler. El bueno del perrito nunca abusó de la gran confianza depositada en él y la suculenta carga siempre llegó a buen destino.
Su habilidad también quedó patente cuando adiestró a dos perros en el ejercicio de la caza. Los perros iban solos a cazar, la primera pieza de caza era para ellos y las siguientes para Migueler.
En una desafortunada ocasión, uno de sus perros se adentró en un corral ajeno y trató de montar una perra. El vecino los sorprendió, cogió una horca y mato al perro de Migueler. Este se enojó tanto que trató de rendir cuentas, pero al final desistió.
Tío Migueler, un hombre de alturas.
El reto de la torre
Al Tío Migueler le encantaban los retos, desafiar a los más jóvenes y superarlos, en destreza y agilidad nadie le superaba, grandes dotes que su fama precedían. Aún contando con cierta edad, no dudaba de retar, lo llevaba en la sangre.
La preciosa torre mudéjar de la iglesia de Alcubierre fue escenario de uno de sus mayores y rememorados retos. El desafío era ver quien subía antes a lo alto de la torre. Desafió a Manuel el guarnicionero a subir los más rápido a lo alto de la torre de Alcubierre y tocar la campana. El contrincante subía por las escaleras y Migueler trepando por el exterior. Migueler ganó la apuesta y esta hazaña dejó profunda huella en la memoria de Alcubierre.
Hay que reseñar, tal y como dice Alberto Lasheras, que entonces la torre estaba muy deteriorada y presentaba numerosos entrantes y salientes que facilitaban extraordinariamente su escalada. Pero que nadie se engañe, esto no justifica ni infravalora su renombrada epopeya y que nadie se atreva a ponerlo en duda. Pues no hay mayor valor ni maestría que la que Migueler poseía.
Campanadas a mangazos
Durante la guerra las campanas de la iglesia de Alcubierre desaparecieron. ¿De alguna manera tenían que ingeniárselas par dar las campanadas?. Así, que buena solución idearon. Y como era de esperar, optaron por la única solución imaginable: cogieron una enorme llanta, la colgaron con una soga y con un mallo (una maza o martillo grande) fueron dando campanadas. Pero de tanto mallar, pues todas las horas debían de dar, la soga se rompió y la llanta disparada salió, rodando calle abajo hasta la plaza. Por poco no causó ninguna desgracia: ¡podría haber matado a alguien!.
Las campanas de Alcubierre
Las campanas se tuvieron que reponer a primeros de la década de los cuarenta. Las trajo Ángel Cisterna, que se dedicaba a carrear paja. Las descargaron al pie de la torre de la iglesia y Migueler y su hijo fueron los encargados de subirlas a la torre. ¡Todos los críos fueron a ver como subían las campanas!. Pero mientras subían una campana, la estructura del andamiaje cedió y una campana corrió un serio riesgo de caída, ¡estuvo a punto de caer!. Migueler, rápido y valiente, se descolgó por los andamios y consiguió amarrar fuertemente la campana a una soga, impidiendo que se precipitase al vacío. Evitaron una tragedia cantada y definitivamente pudieron subir las campanas que volvieron la alegría a la torre de la iglesia de Alcubierre.
Para probar una de las campanas, el hijo de Tío Migueler se puso a bandear la campana con tanto brío que no la soltó y quedó agarrado a ella saliendo afuera del campanario y volviendo a entrar, al volver la campana al interior de la torre. Tuvo que tener gran pericia y agilidad mental para sujetarse bien y evitar que la inercia lo despidiese hacia fuera arrojándole al vacío. De tal palo tal astilla.
El pozal al pozo
Cuando un pozal caía al fondo del pozo llamaban a Migueler para que lo recuperase, ¡quién sino!. Descendía con gran destreza, apoyando la espalda en la pared y con las piernas en la otra pared. Bajaba a los pozos y recuperaba los valiosos pozales que se caían en la localidad de Alcubierre.
Una vez tubo que bajar para sacar un pollino, una mula joven que se había caído a un pozo. Las gentes del lugar trataron en vano de sacarlo con ganchos, ¡para haberlo matau!. Así que apareció Migueler y en un suspiro bajó al pozo, formó un braguero a modo de arnés atando al pollino y con una buena soga, correas y una garrucha izaron al pollino hasta ponerlo a salvo.
En Alcubierre el agua de pozo contenía abundantes sales, así que no era apta para consumo humano. El agua de boca se obtenía de las balsas que recogían el agua de lluvia.
La virgen del pozo
Tanta fama tenía Migueler rescatando pozales de los pozos que, después de la guerra, lo llamaron de otro pueblo para rescatar unas imágenes religiosas de un pozo. Hay quien sitúa el hecho en La Almolda, otros en Monegrillo, aunque lo verdaderamente certero es que solo Migueler era capaz de tal empresa. Durante la guerra civil ocultaron en un pozo dos esculturas pequeñas de la virgen. Una era de yeso que se deshizo en el pozo y otra de bronce que fue la que rescató el Tío Migueler.
La burla a la muerte
Durante la guerra Migueler salía por la parte de atrás de su casa y burlaba el toque de queda de Alcubierre; ¡él salía cuando quería! pues Migueler era un alma libre difícil de dominar. Pero sus escapadas se volvieron conocidas en la localidad hasta que le estuvieron esperando, consiguiendo sorprenderle saltándose el toque de queda. A Migueler le acusaron de espionaje y lo llevaron detenido a Tardienta. Cuando su familia acudió a visitarlo, Migueler les entregó el reloj y alguna pertenencia creyendo que su fusilamiento era inminente e inevitable. Pero por suerte, una pariente conocía a un alto mando que le ayudo. Ella había trabajado de maestra en un pueblo del Somontano de Barbastro, donde él acudió a dar un mitin y le conoció al tenerle que entregar las llaves de la escuela. Al parecer, aquel encuentro dejó profunda impresión entre ellos. Ella lo buscó antes que ejecutasen a Migueler y gracias a su elevada posición en el ejército republicano, pudo interceder para que soltasen al pobre Migueler. Para ella y el militar fue el comienzo de una gran historia de amor, de vicisitudes y exilios, pero con final feliz. Para Migueler, ¡esta vez sí que esquivó la muerte de verdad!
Migueler era bravo y valiente, aunque pecaba de cierta ingenuidad. Una vez, en la plaza mayor de Alcubierre se hallaba un miliciano de barba larga y con un aspecto fiero, bruto y feroz que infundaba razonado respeto y temor. A Alcubierre llegaban cientos de milicianos. El miliciano se encontraba sentado afilando un enorme machete cuando el atrevido Migueler, sin consideración alguna y con cierta inocencia, le soltó: “¡quiere que se lo afile yo, que afilo bien!”. Quienes apreciaron esa escena no pudieron evitar un frío escalofrío recorriendo sus cuerpos, afortunadamente, este hecho ya no tuvo más recorrido.
El ingenio como juego
Juego de habilidad del Tío Migueler
Migueler debió de ser muy manitas, una de sus aficiones era realizar juegos de ingenio. Uno de aquellos juegos era una superficie con anillas por los que en determinados movimientos había que pasar un alambre. Migueler debió de ser un alma con inquietudes, retos y destrezas.
El tocino escoscau
Migueler era muy amigo de Julian Mene, de Gabarre y del cura de Alcubierre. De tanta amistad gozaba que no dudaba en pedirles consejo y opinión. Cuando en una ocasión el tocino le se puso malo a Migueler estos le dieron buena solución, ya que resfriado y fiebres podía tener, el tocino enseguida debía de bañar “¡y ya verás que pronto se recuperará!”. Y de esta manera, fiel a sus amigos, Migueler actuó y a su apreciado tocino bañó. Pero por causas del destino, la fatalidad provocó que el tocino a los pocos días falleciera. Cuando la gente le preguntaba a Migueler “-¿qué tal el tocino?-” este respondía: “Ni dios, ni el cura, ni Julián Mene me harán lavar el tocino otra vez!”.
La escopeta confiscada
Por orden de los militares republicanos presentes en Alcubierre, Migueler se vio obligado a entregar su querida escopeta en el antiguo cuartel de la Guardia Civil. Pero a Migueler no lo iban a privar tan fácilmente de su querida escopeta. Así que cogió la escopeta y la desmontó en tres partes: los cañones, la culata y la acción. Solamente entregó la culata y los cañones, así nadie la podría usar. Unos días después, aprovechando el barullo que había en el puesto de la guardia civil, un hombre salió con las dos partes de la escopeta y al trajinarlas y ver que eran inservibles las tiró. El hijo de Migueler lo vio y no dudó en recoger las partes y llevárselas a su padre, este se debió de alegrar, pero a la vez se molestó por el riesgo que había corrido su hijo.
La edad no perdona
Tío Migueler por el puerto de Barcelona.
Sus atrevimientos le acompañaron durante toda su vida, sobretodo sus triquiñuelas con los cuerpos de seguridad. De hecho se llevaba bien con la guardia civil, pero la edad no perdona y esta vez si que cayó.
Ya algo mayor, Migueler fue a cazar furtivamente con otro amigo. Se colocaron en una zona algo distantes, pero se veían. La guardia civil apareció de repente por detrás de Migueler y por muchas señas que le hizo el amigo, Migueler no se enteró y la guardia civil acabó atrapándolo. El Tío Migueler se estaba haciendo mayor e iba perdiendo oído, adquiriendo paulatinamente una cierta sordera.
Anécdota de Juliana Suñen Frantiñan
La bisabuela de Miguel Puivecino Suñen, Juliana Suñen Frantiñan, protagonizó un curioso encuentro que aún permanece en la memoria familiar. Una jovencísima Juliana volvía una vez a casa cuando de repente se encontró con un hombre desconocido:
-¿A dónde vas pequeña?-
-Voy a casa corriendo, que me ha dicho mi madre que tenga cuidado que puedo encontrarme con el Cucaracha-.
-Pues ya puedes marchar tranquila, que esta noche al Cucaracha ya no te lo vas a encontrar-.
Siempre supusieron que aquel hombre fue el bandido Cucaracha. Mariano Gavín Suñen, celebre bandido conocido como “El Cucaracha” que actuó en Los Monegros a principios de la segunda mitad del siglo XIX.
El Tío Migueler, la leyenda
Recreación del Tío Migueler en la portada de Forbes.
A Migueler no le gustaba que nadie llevase las manos en los bolsillo: “¡rediós!, quítate las manos de los bolsillos”. Expresión que aún dijo estando en el lecho de muerte cuando un amigo le fue a visitar. Siempre las manos fuera de los bolsillos y las manos abiertas, nunca cerradas. El Tío Migueler no las podía ver en los bolsillos, sufría y carrañaba a quien las llevaba en los bolsillos. En ninguna fotografía se ve a Tío Migueler con las manos en los bolsillos ni con las manos cerradas.
Cuando Tío Migueler falleció en 1960, por todo Alcubierrre y redolada se corrió la peculiar expresión: “Si no vuelve Migueler, es que no se puede volver”. Migueler había salido airoso de todas sus peripecias, pero de la última… Ágil, intrépido y audaz, nuca hubo hombre sin igual por estos agrestes territorios monegrinos. Tío Migueler es toda una leyenda.
Por último y por finalizar, comentar que, tras arduas consideraciones, se ha considerado oportuno y prudente omitir una muy pertinaz consideración. Así pues, para evitar desconsideraciones, para nada comentaremos la extraña, rara y al parecer reiterada torpeza de las gentes de Alcubierre con las artes del pozo; pues por lo visto muy a menudo se les caían los pozales al fondo del pozo. Para no herir sensibilidades y susceptibilidades ignoraremos y obviaremos la falta de destreza izando pozales de las gentes del lugar de Alcubierre, para así llevar a buen termino las dichas y venturas del Tío Migueler.
A la memoria de Tío Migueler, que andará feliz por las alturas sin querer baja
– FIN –
Las historias del Tío Migueler son reales y responden a un trabajo de investigación realizado por Alberto Lasheras Taira y Joaquín Ruiz Gaspar. Muy especialmente gracias a los testimonios de Miguel Puivecino, descendiente del Tío Migueler, nieto, y Lola Bernal, mujer de Miguel. La publicación de «Las dichas y venturas del Tío Migueler» se ha realizado el 18 de enero del 2018 en conmemoración de su centésimo trigésimo aniversario de su nacimiento.
En la conmemoración de los quinientos años del nacimiento del ilustre Miguel Servet es oportuno reconocer y valorar el trabajo desarrollado por el Instituto de Estudios Sijenenses “Miguel Servet” (Michael Servet Institute). Una institución ubicada en la Casa Natal de Miguel Servet en Villanueva de Sijena que desde hace más de treinta años lleva desarrollando la labor de fomentar el estudio de la obra, la vida y el gran legado universal del teólogo, humanista, intelectual y científico villanovense y sijenense Miguel Servet.
El Instituto fue creado en 1976 por quien por un tiempo fue secretario de la localidad de Villanueva de Sijena D. Julio Arribas Salaberri y posteriormente interventor de la Diputación de Lérida. Un intelectual que también desarrollo su labor de investigador en el Instituto de Estudios Ilerdenses. Julio Arribas aplicó métodos científicos al estudio de Miguel Servet y marcó la clara vocación internacional de la institución con estas palabras: «Trato de aglutinar a todos los servetistas del mundo alrededor de este ente aragonesista». También luchó activamente contra el abandono del Real Monasterio de Sijena, cuya restauración sigue siendo otra asignatura pendiente. Murió en 1984 y se encuentra enterrado en la localidad monegrina de Huerto.
Aún quedan muchos pasos que dar en la defensa de nuestro patrimonio, la larga lucha por la devolución de los bienes, una mayor conciencia por parte de las diversas instituciones para homenajear adecuadamente la extraordinaria figura de Miguel Servet en sus quinientos años de su nacimiento, o la reivindicación ante el estado inminentemente ruinoso del Monasterio monegrino de la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. Indudablemente el Instituto de Estudios Sijenenses “Miguel Servet” es un pilar fundamental en nuestra sociedad monegrina y aragonesa, de nuestra historia y patrimonio, por ser una institución forjada en valores humanos y de dignidad, de trabajo firme e incesante que “a base de buen labrar, güenas cosechas se van recogiendo”.
El Instituto consta de unos 215 consejeros que difunden la inmortal persona de Miguel Servet y que se reúnen al menos dos veces al año en Villanueva de Sijena para honrar la memoria de Miguel Servet, quien murió en la hoguera en Ginebra un 27 de octubre de 1553.
Sergio baches Opi es el actual Promotor General del Instituto. Abogado ejerciente, compagina su profesión con la dirección del Instituto. Posee una sana admiración hacia Miguel Servet y la transmite cuando te acercas a la sede del Instituto, en sus escritos, entrevistas, o cuando le escuchas hablar en conferencias o actos, muy especialmente en la celebración de los quinientos años del nacimiento, aunque lamenta que la conmemoración pase algo desapercibida. Recientemente ha escrito una obra de teatro sobre la vida de Miguel Servet, haciendo mayor hincapié en el proceso que le condenó a muerte por defender sus ideales y su libertad de opinión. Una obra que aguardamos inquietamente su merecido estreno.
«Ni con estos, ni con aquellos estoy conforme ni disiento en todo. Todos tienen parte de verdad y parte de error, y cada cual descubre el error en otro sin ver el suyo.» (Servet)
Publicau en “ Os Monegros el 23 de Noviembre del 2011.
(Miguel Servet es conducido a la hoguera por Farel)
Hace quinientos años nació en Villanueva de Sigena Miguel Servet, a orillas del río Alcanadre, un 29 de septiembre de 1511. El villanovano, el Monegrino, el aragonés universal que en el siglo XVI se enfrento con la jerarquía de la iglesia y el reformista Juan Calvino, murió por defender sus ideas y fue un ejemplo de lucha por la libertad de expresión.
Servet fue una gran figura, un gran intelectual y humanista de su época, un personaje que transciende a nuestros días. Un sabio tenaz, leal y fiel a sus ideas; un medico de pobres y descubridor de la circulación menor de la sangre.
A pesar de su heterodoxia religiosa fue un cristiano profundamente devoto. Fue más grande que el mundo, avanzó rápido, giro más que la tierra y que los hombres y fue condenado a morir quemado en una hoguera en Ginebra.
“El 27 de octubre de 1553 un hombre desarrapado, con el jubón comido por los piojos y barba de varias semanas camina renqueante y cansino escoltado por un escuadrón de arqueros por las calles de Ginebra. Su mirada apagada revela una mezcla de desconcierto, abandono y alienación. La triste comitiva llega a la colina de Champel. Allí los alguaciles llevan a nuestro personaje a una estaca de madera rodeada de haces de leña todavía verdes y le colocan una corona de paja y follaje rociada de azufre. Luego sujetan su cuerpo a la estaca con una cadena de hierro, le colocan uno de sus libros, la Christianismi Restitutio, en sus brazos y atan su cuerpo fuertemente con una cuerda gruesa.
El verdugo atiza el fuego en su rostro y el reo da un alarido que horroriza a la multitud. El suplicio se prolonga largo tiempo, al ser leña verde la utilizada para consumar el sacrificio. Algunos asistentes al horrendo espectáculo arrojan leña seca a la pira para mitigar el sufrimiento del reo. Dando un gemido espantoso, el condenado expira no sin antes decir: ¡oh Jesús, hijo del Eterno Dios, ten compasión de mi! y pasada media hora,fallece.”
* Relato de un testigo de la muerte de Miguel Servet
Fueron varios los teólogos de su época que pidieron a Servet que se retractara de sus doctrinas, pero él no rebló y un 27 de octubre de 1553 ardió sentenciado a morir en la hoguera.
El teólogo y humanista francés Sébastien Châteillon escribió tras la ejecución de Servet “Matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre”. Se abrió el camino a la libertad de conciencia que en 1789 fue recogida en la declaración universal de los derechos del hombre.
La ignorancia
ha llegado ha quemar la sabiduría
ha consumido las ideas
ha hecho arder la inteligencia.
Discrepo, luego el poder arremete
¡retracto al heterodoxo!
o ¡condena al impío!
la hoguera está ardiente.
Atado
con su libro abrazado
quemado su pensamiento
y su último aliento.
Pero su historia
puede más que la ignorancia,
es la grandeza de la esperanza,
eterna es la libertad que no te han arrebatado
es la esencia que no se ha quemado
ha perdurado, es conciencia
de Servet obra y vida.
Publicau en “ Os Monegros el 27 de octubre del 2011.